Cristo Eucaristía centro de la vida de los jóvenes
Canto Monición “Todos los miembros de la iglesia –dijo San Juan Pablo II– deben estar alerta en procurar que este sacramento de amor sea el centro de la vida del pueblo de Dios, para que a través de todas las manifestaciones que su culto merece, se le devuelva a Cristo amor por amor y verdaderamente llegue a ser la vida de nuestras almas”. Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo. El que coma de este pan vivirá para siempre. El pan que yo daré es mi carne y lo daré para la vida del mundo. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene vida eterna, y yo lo resucitaré el último día. Mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo en él. Como el Padre, que es vida, me envió y yo vivo por el Padre, así quien me come vivirá por mí. Este es el pan que ha bajado del cielo. Pero no es el pan que comieron sus padres porque murieron. El que coma este pan vivirá para siempre. Oración por las intenciones del Papá Por la evangelización: para que los consagrados despierten su fervor misionero y estén presentes entre los pobres, los marginados y con los que no tienen voz. Padre nuestro, Ave María, Gloria y Bajo tu amparo… Por la Iglesia: para que Dios nos ayude a luchar contra la fuerza del mal y proteger a la Iglesia. Padre nuestro, Ave María, Gloria y San Miguel Arcángel… Momento de reflexión en silencio Lectura San Juan, 6, 48-51, 54-58 Yo soy el pan de vida, sus antepasados comieron el maná en el desierto, pero murieron, aquí tienen el pan que baja del cielo, para que coman y ya no mueran. Palabra del Señor Adoración LECTOR 1: Te adoramos, Jesús, en esta Hostia Santa, pan bajado del cielo, que has querido quedarte conmigo y por mí en el Santísimo Sacramento del altar. LECTOR 2: Te adoramos, oh Padre celestial, que enviaste a tu Hijo al mundo, delicia del Paraíso, para que se quedara siempre con nosotros. LECTOR 1: Señor Jesús, te adoramos y te bendecimos en todas las Iglesia del mundo; te adoramos y te alabamos en cada Hostia escondida en todos los Sagrarios LECTOR 2: Queremos adorarte y bendecirte por aquellos que te reciben fríamente o por rutina y por aquellos que salen a la calle y se portan como si no te hubieran recibido. TODOS: Oh, María, dulce Madre de la Eucaristía, el reino de tu Hijo Jesús, resplandecerá en su triunfo eucarístico y no vendrá más que por ti, oh María. LECTOR 2: Por ti, oh María, la Eucaristía volverá a ser el corazón de toda la vida de la Iglesia: una vida de Adoración, de acción de gracias, de alabanza y de propiciación. LECTOR 1: Dulce Madre de la Eucaristía, colma el gran vacío en torno a Jesús, presente en la Eucaristía; forma una gran barrera de fe y de amor en torno a su divina presencia; coloca a tus hijos predilectos, come trinchera de amor en torno a todos los Sagrarios de la tierra Momento de adoración en silencio. Canto Lectura del Santo Evangelio según San Juan (Jn 15, 1-9) “Yo soy la vid verdadera y mi Padre es el labrador. Toda rama que no da fruto en mí la corta. Y toda rama que da fruto la limpia para que dé más fruto. Ustedes ya están limpios gracias a la palabra que les he comunicado, pero permanezcan en mi como yo permanezco en ustedes. Una rama no puede producir fruto por si misma si no permanece unida a la vid; tampoco ustedes pueden producir fruto si no permanecen en mí. Yo soy la vid y ustedes las ramas. El que permanece en mí y yo en él, ese da mucho fruto, pero sin mí no pueden hacer nada. Al que no permanece en mi lo tiran y se seca, como a las ramas, que las amontonan, se echan al fuego y se queman. Mientras ustedes permanezcan en mí y mis palabras permanezcan en ustedes, pidan lo que quieran y lo conseguirán. Mi Padre es glorificado cuando ustedes producen abundantes frutos: entonces pasan a ser discípulos míos. Como el Padre me amo, así también los he amado yo: permanezcan en mi amor”. Palabra de Señor. En silencio meditamos la palabra de Dios. Canto Monición: En la noche en la que fue entregado, nuestro Salvador celebró la última cena y confió a la Iglesia el memorial de su muerte y resurrección, para que lo celebrara perennemente hasta su venida. En la luz de este gran misterio, dirijamos a Cristo nuestra oración: LECTOR: Jesús dijo: “¡Cuánto he deseado celebrar esta pascua con ustedes, antes de padecer!” TODOS: Oh Jesús, te damos gracias porque estás en la Eucaristía y en la Palabra. Ave María... LECTOR: “...Ya no comeré esta pascua hasta que se cumpla en el Reino de Dios...” TODOS: Oh Jesús, dame la esperanza de participar un día contigo en el banquete del cielo. Ave María... LECTOR: “... Y tomando el pan, después de dar gracias, lo partió y se lo dio a sus discípulos...”. TODOS: Oh Jesús, haz que sepamos compartir lo que tenemos. Ave María. LECTOR: “... Este es mi cuerpo que será entregado por ustedes; hagan esto en conmemoración mía...” TODOS: Oh Jesús, quiero celebrar siempre los misterios de nuestra salvación. Ave María. LECTOR: “... Después tomo el cáliz, dio gracias y lo paso a sus discípulos...”. TODOS: Oh Jesús, recibiré tus dones, con humildad y con fe. Ave María. LECTOR: “... Esto es mi sangre, la de la nueva alianza, la cual será derramada por muchos, para el perdón de los pecados...”. TODOS: Oh Jesús, ayúdame a superar mi egoísmo y mis temores. Ave María. LECTOR: “... El que come mi carne y bebe mi sangre tendrá vida eterna...”. TODOS: Oh Jesús, que participe con entusiasmo y fe en el banquete eucarístico. Ave María. LECTOR: “... Mi carne es verdadera comida y mi sangre es verdadera bebida...”. TODOS: Oh Jesús que mis preocupaciones no me impidan ver lo más importante, que me trae la vida eterna. Ave María. LECTOR: “... El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo en el...”. TODOS: Oh Jesús, no permitas que nuestro egoísmo nos aparte de ti. Ave María. LECTOR: “... Los discípulos dijeron: <<Estas palabras son duras, ¿Quién podrá escucharlas?>>...”. TODOS: Oh Jesús, ayúdame a entender tus palabras para ser testigo tuyo en medio del mundo. Ave María. LECTOR: Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. TODOS: Como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén. GUÍA: Oh Dios, que has hecho de la Virgen María, la esposa de tu Espíritu Santo y la colaboradora generosa del Redentor, concédenos también a nosotros adherirnos a Cristo; tu Palabra viviente, para cooperar en la salvación del mundo. Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor. Amén. Alabanza y acción de gracias. Guía: En un acto de fe ante la presencia de Jesús Eucaristía alabemos y demos gracias a Dios por su amor y fidelidad para con nosotros. Canto Despedida de Jesús Sacramentado Quédate con nosotros, Señor, esta noche. Quédate para adorar, alabar y dar gracias al Padre por nosotros mientras dormimos. Que baje del cielo tu misericordia sobre el mundo, alivia desde los sagrarios de la tierra la prolongada noche de sufrimiento y pena de las benditas almas del Purgatorio. Quédate con nosotros, Señor, para alejar la justa ira de Dios de nuestras ciudades que atraen la justicia del Cielo con nuestras densísimas nubes de vicios y crímenes. Quédate con nosotros para guardar a los inocentes, para sostener a los tentados, para levantar a los caídos, para subyugar el poder del demonio, para impedir el pecado. Quédate con nosotros, Señor, para consolar a los que sufren, para bendecir a los que yacen en el lecho del dolor, para dar contrición a los que mueren, para recibir en los brazos de tu misericordia a las miles de almas que se presentaran ante ti esta noche para ser juzgadas. ¡Oh buen pastor! Quédate con tus ovejas, defiéndelas de los peligros que las rodean y las amenazan. Pero, sobre todo, quédate con los que sufren y con los agonizantes. Danos una noche tranquila y una muerte serena. Oh Dios, se nuestro Padre misericordioso hasta los últimos instantes de nuestra vida, para que sin temor podamos presentarnos delante de ti, para ser juzgados. Así sea. Oración por las Vocaciones Oh, Jesús, Pastor eterno, mira con ojos de misericordia a esta porción de tu grey amada. Señor, danos vocaciones, danos sacerdotes, religiosos y laicos santos. Te lo pedimos por la Inmaculada Virgen María de Guadalupe, tu dulce y Santa Madre. Oh Jesús danos sacerdotes, religiosos y laicos según tu corazón. Amén.
ORACIÓN DEL PAPA FRANCISCO POR LOS JÓVENES
«Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional» Señor Jesús, tu Iglesia en camino hacia el Sínodo dirige su mirada a todos los jóvenes del mundo. Te pedimos para que con audacia se hagan cargo de la propia vida, vean las cosas más hermosas y profundas y conserven siempre el corazón libre. Acompañados por guías sapientes y generosos, ayúdalos a responder a la llamada que Tú diriges a cada uno de ellos, para realizar el propio proyecto de vida y alcanzar la felicidad. Mantén abiertos sus corazones a los grandes sueños y haz que estén atentos al bien de los hermanos. Como el Discípulo amado, estén también ellos al pie de la Cruz para acoger a tu Madre, recibiéndola de Ti como un don. Sean testigos de la Resurrección y sepan reconocerte vivo junto a ellos anunciando con alegría que tú eres el Señor. Amén. Oración a la Virgen María Canto final