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INTRODUCCION A LA DOCTRINA DEL PECADO

Introducción a la doctrina del pecado

Dos de las grandes doctrinas bíblicas (El pecado – redención) van siempre de la mano.

Fue nuestro pecado el que hizo surgir el plan de la redención en el corazón de Dios, y la
redención es el único remedio contra el pecado.

El enfoque verdadero sobre la doctrina del pecado tiene propósito de descubrir todo lo que
se nos ha revelado con respecto a la pecaminosidad, y luego reconocer que el Salvador
que Dios ha provisto es suficiente para resolver todos los problemas que ha impuesto el
pecado.

El método más efectivo que utiliza Satanás para atacar la obra salvadora de Cristo consiste
en suavizar la voz que proclama el carácter maligno y el horrible efecto del pecado.

El pecado es precisamente lo que Dios dice que es; y en este caso, las opiniones y las
filosofías humanas deben inclinarse ante el testimonio de la palabra de Dios, en la cual El
declara cual es la verdadera naturaleza del pecado.

El problema que crea el pecado es más que un simple conflicto entre Dios y el mal en la
conducta humana; ese problema envuelve los aspectos inmensurables e interminables del
conflicto entre la santidad que es la sustancia del carácter de Dios y todo lo que se opone
a ella, envuelve mucho más que la pérdida y el daño que sufre el que peca.

I. La naturaleza esencial del pecado

El carácter santo de Dios es la norma única y final mediante la cual pueden juzgarse
exactamente los valores morales. Para el que no toma en cuenta a Dios no hay normas
morales fuera de las costumbres sociales o de los dictados de una conciencia incierta y
pervertida.

El pecado es malo porque es diferente de Dios.

Es verdad que la desobediencia a la ley de Dios es pecado, pero no se debe deducir de


esa verdad que el pecado se restringe solamente a la desobediencia de la ley de Dios.

Similarmente, el egoísmo es pecado, pero el pecado no es siempre el egoísmo; el amor al


dinero es la raíz de todos los males, pero todos los males no están representados en el
amor al dinero.

Dios da testimonio de tres grandes demostraciones de excesiva perversidad del pecado.

a) La primera demostración es el primer pecado que sucedió en el cielo, el cual hizo que el más
elevado de todos los ángeles cayera de su jerarquía. Con él se levantaron en rebeldía
contra Dios un gran número de ángeles menores. Este ángel supremo que cayó llegó a ser
Satanás el adversario, el dios de este mundo, el príncipe de la potestad del aire. Los
ángeles menores se convirtieron en demonios sobre los cuales ejerce Satanás su influencia
determinante.

b) El primer pecado del hombre es la segunda demostración de la excesiva perversidad del


pecado. Este pecado hizo que la cabeza natural de la raza humana cayera y que toda su
posteridad cayera con él directa o indirectamente, este pecado ha causado el inmensurable
sufrimiento, las tristezas y la muerte de la raza y llegará a su plenitud con el desastre eterno
de todas las que están perdidas.

c) En la muerte de Cristo en la Cruz.


El llevó el pecado del mundo. Allí se midió finalmente el pecado, y se les reveló a los
hombres y a los ángeles su perversidad.

Así que podemos afirmar que Dios es la NORMA de la santidad y que su carácter (conjunto
de cualidades propias de una persona que la distingue por su modo de ser u obrar) es el
que determina la perversidad del pecado.

II. ¿De dónde se deriva el pecado?

Los términos mal y pecado son algo diferente.

El mal es aquello que, aunque está latente, no se expresa, y siempre se concibe como lo
opuesto a lo bueno; es el acto que corrompe las relaciones entre los hombres, mientras que
el pecado es aquello que concretamente y activamente se opone a Dios en su carácter
santo.

Puesto que es difícil que la mente comprenda el mal como algo que pudo ser creado, el
problema sobre de dónde se derivó el pecado no es fácil de resolver.

El origen del pecado, en lo que se refiere a la primera desobediencia real al ideal divino se
registra en las escrituras y se le atribuye claramente la culpa al que pecó.

Por lo tanto el que es infinitamente (DIOS), no puede ser el creador del mal, sino aquel
ángel que se le dio la facultad moral de poder cometerlo.

III: El permiso divino para el pecado

La presencia del pecado en el universo se debe a que Dios lo permite. Tiene que cumplir
algún propósito justificable que no se puede lograr de otra manera; de otro modo, Dios no
lo permitiría.
El propósito que Dios tiene al permitir el pecado no se nos ha revelado y, sin duda, la mente
humana no podrá comprender todo lo que esto significa.

Cuando Satanás discutió con Jehová lo relativo a Job, el maligno reconoció el permiso
soberano de Dios y mediante una restricción soberana, Job pasó de la mano de Dios a la
mano de Satanás.

El mal que hay en el mundo es inmensurable, pero, sin que sea necesario mitigarlo en lo
más mínimo (por Dios), le corresponde a la fe creer que, de alguna manera y en alguna
parte, el mal cumple su parte necesaria en el cumplimiento del objetivo final de aquel que
con absoluta certeza cumplirá aquellos fines que son perfectos.
En la consideración de este asunto del permiso divino pera el pecado en la tierra, hay dos
hechos que permanecen y a ellos debe aferrarse sin vacilación la mente humana:

1. El pecado es siempre en todas partes sumamente perverso, y la condenación de Dios contra


él no puede menguar, pues El no puede ser tolerante con el pecado.

2. Dios es en sí mismo santo y perfecto en todos sus caminos (1ª Juan 1:5) (Santiago 1:13)
Hay algunas razones que se han presentado para explicar el hecho de que Dios concede
permiso para el pecado.

1. Dios reconoce la libertad de actuar de las criaturas (Libre albedrío)


Evidentemente, Dios tiene el propósito de conseguir una compañía de seres para su eterna
gloria, que posean una virtud que es el resultado de una victoria de elección libre sobre el
mal.
En realidad, Él habrá obrado en ellos (por medio del Espíritu Santo), tanto el querer como
el hacer la buena voluntad divina.

Pero tan ciertamente como la elección del mal por parte del hombre es la base de la
culpabilidad, así la elección del bien por parte de los que se salvan es la razón por la cual
Dios recomienda y recompensa a las personas que han de estar delante de Él eternamente,
las cuales se identificarán como las que resolvieron por elección propia andar con Él.

2. El valor de los seres redimidos


Las escrituras no nos presentan a Dios como aquel que busca evadir los problemas que
surgen por causa de la presencia del pecado en el universo. Él pudo haber creado seres
inocentes, no caídos; pero, como Él deseaba tener almas redimidas purificadas por sangre
expiatoria y rescatada mediante un Cristo infinito, la expresión de tal amor y el ejercicio de
tal sacrificio solo son posibles si el pecado existe en el mundo.

3. La adquisición del conocimiento divino


El hombre tiene que comprender la perversidad del pecado si ha de lograr algún grado del
conocimiento que Dios posee. Pero no puede lograr tal conocimiento a menos que exista
el pecado como una realidad viviente que manifiesta siempre su carácter perverso.
Concluimos, por tanto, que si el hombre ha de lograr el conocimiento del bien y el mal, tiene
que existir el mal en el mundo con todas sus consecuencias trágicas y también la
perspectiva del juicio divino contra el pecado.

4. El odio divino contra el mal


Evidentemente es de una gran importancia para Dios el demostrar su odio contra el mal. El
Apóstol Pablo declara (Romanos 9:22) pero no se pudiera manifestar ningún juicio, ninguna
ira, ningún poder en relación con el pecado, sino se permite la presencia activa del pecado
en el mundo.

5. El justo juicio contra todo mal


Más profundo aún que los simples detalles de la expresión del pecado es el hecho
delprincipio constitutivo del mal.

Si tal principio ha de ser juzgado por Dios, su carácter tiene que ser abiertamente
manifiesto. Tal demostración no sería posible, si el pecado fuera solamente un asunto
hipotético.
Tenía que llegar a concretarse y manifestarse que es completamente diferente de Dios.Lo
que ha de significar el juicio contra toda forma de mal y su completa deposición para la
tranquilidad absoluta en las edades futuras solo se nos revela parcialmente en la palabra
de Dios. Esa realidad que fue prevista en la mente divina y que ha causado tanta ruina en
su manifestación en el tiempo, será proscrita de la presencia de Dios y de su creación para
siempre, por medio de justo juicio.

6. La manifestación y el ejercicio de la gracia divina


Finalmente algo que es de suprema importancia:
En Dios hay algo que los seres creados no habían visto jamás. Las huestes angélicas
habían visto su sabiduría, su poder su gloria; pero nunca habían visto su gracia. No tenían
ninguna concepción de la bondad de Dios para con los que no la merecen.
Mediante un acto maravilloso de misericordia, Él dio a su hijo en sacrificio por los pecadores,
así abrió el camino para el ejercicio de su gracia a favor de aquellos que, por causa del
pecado, solo merecían la ira de Dios.
Pero no hubiera podido haber ejercicio de gracia divina hacia el perverso e inmerecedor
hasta que hubiera perversidad y seres inmerecedores en el mundo.
Así, aunque es imposible que la criatura entienda porqué el Dios santo permite el pecado,
sea en el cielo o en la tierra, es evidente que la realización de los grandes propósitos divinos
necesita que se conceda este permiso.

El Pecado Personal

Con el término pecado personal nos referimos al pecado que se originó o que cometió una
persona.
Esta designación incluye tanto el pecado de los ángeles como el de los seres humanos.

En esta parte de la doctrina, se considera el aspecto del pecado que por causa de la
experiencia y de la conciencia humana, a los hombres les parece que es la única base en
que Dios se afirma para condenar a la humanidad.

A menudo se afirma que si se perdona el pecado personal, ya no hay necesidad de nada


más; pero es más importante lo relativo a la raíz que lo relativo al fruto.

La importancia de este aspecto personal del pecado solo se reconoce cuando se entiende
que el primer pecado, del cual se han derivado todos los demás, fue un pecado personal.

Los hombres tienen que ser salvos de sus pecados personales, y según sus obras, los
hombres serán juzgados y condenados para siempre.

El pecado personal se puede clasificar según sus aspectos generales así:

1. En cuanto se refiere a los requerimientos divinos por:


Comisión y Omisión

2. Con respecto a su objetivo, el pecado personal se comete contra Dios, el prójimo


y contra uno mismo.

3. En lo relativo a la esfera de acción:


Internos (alma), externos (cuerpo – carne)
4. Con relación a la culpabilidad, la culpa puede tenerla:
Una persona y otras personas

5. En lo que se refiere a la intención: Voluntario – Involuntario.

6. En lo relativo al sujeto que lo comete: Salvo – No salvo

7. En lo que respecta al castigo divino estos pueden ser:


Juzgados en el mundo, juzgados en el mundo venidero

8. En lo relativo al perdón divino puede ser:


Perdonado e imperdonable

9. En lo referente a la causa:
Ignorancia
Imprudencia
Negligencia
Malicia

Los pecados personales se pueden clasificar de una manera más o menos exacta, según
los términos que encontramos tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo
Testamento:

1. Transgresión: Que es caminar por un lado del camino, o salirme de los límites que
Dios ha establecido

2. Iniquidad: Este término se refiere a lo que es completamente injusto

3. Error: Consiste en descarriarme

4. Pecado: Que es una ofensa directa a Dios

5. Maldad: Manifestación de la naturaleza mala y perversa

6. Mal: Se refiere a lo que es incorrecto y que se opone a Dios

7. Impiedad: Falta de temor a Dios

8. Desobediencia: Falta de voluntad para someterse a la dirección y a la guía de Dios

9. Incredulidad: Falta de confianza en Dios

10. Infracción: Menosprecio persistente a la ley divina

Puesto que el individuo es participante de la naturaleza del pecado por nacimiento, no se


le puede inculpar de pecado por causa de su naturaleza, aunque existe la condenación, por
causa de la inherente falta de conformidad de la naturaleza con Dios.

Por otra parte, tanto la culpa como la sentencia condenatoria se atribuyen al individuo por
el hecho del pecado personal.
El remedio divino para el pecado personal consta de dos partes: El Perdón y la justificación.
Al enfocar la doctrina del perdón del pecado personal, podemos señalar tres ideas erróneas
que son comunes:

a) La restricción a la doctrina del perdón enfocándose solo en el pecado personal

b) Otros afirman que el perdón del pecado personal es equivalente a la salvación


personal. Para ellos el cristiano no es más que un pecador perdonado. (La salvación se
constituye de muchas realizaciones divinas).

c) El no hacer distinción entre el perdón que se le concede a los que no han sido salvos y el
que se le concede a los que ya son salvos

Como acto de Dios, el perdón es común tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo
Testamento, por lo que respecta a la relación de los idiomas originales de la Biblia con el
castellano; el pensamiento que se expresa por medio de la palabra perdón es: Aquel acto
de Dios mediante el cual EL remite la deuda o sea quita el pecado y su sentencia
condenatoria sobre el pecador y coloca los justos juicios sobre otro. (Jesucristo; Hebreos
9:22).

El perdón divino no se concede nunca al ofensor como un acto de levidad (blandura en


exigir el cumplimiento de los deberes o en castigar las faltas), ni tampoco es el retiro del
castigo.

El perdón divino solo se concede cuando queda satisfecha hasta la última demanda de
castigo contra el ofensor.

En el Antiguo Testamento los sacrificios precedían el perdón divino para el ofensor (Levítico
4:20-26-31-35), en el Nuevo Testamento, el perdón divino se basa en el sacrificio de Cristo.
(Efesios 1:7). Así, Cristo llevó sobre si todos los pecados que ya habían sido perdonados.

Recuérdese, sin embargo, que el perdón divino, puesto que se basa en la perfecta
satisfacción que provee la muerte de Cristo, puede ser y es tan completo en su carácter
como lo es la obra del sustituto sobre el cual se basa. Así, según Colosenses 2:13, se ve
que el perdón divino alcanza para “todos los pecados” de aquel que ha sido salvo.

Por el lado de Dios, siempre está firme la libertad de perdonar pecados por medio de la
sangre de Cristo, los requisitos del lado humano varían según las circunstancias de las
diversas épocas.

a) Período entre Abel y Cristo – El perdón por el lado humano dependía de la presentación de
algún sacrificio específico.

b) Período de la Gracia de Dios – (Efesios 4:32)


 Para el no salvo, el perdón depende de la fe que ponga en Cristo
 Para los que ya son salvos, el perdón depende de la confesión del pecado.

c) En la era venidera, el perdón en lo que respecta a la parte humana, dependerá de la voluntad


del ofendido para perdonar a los que han pecado contra él (Mateo 6:14-15).
Se puede concluir, entonces, que el perdón divino del pecado, en cualquier edad y bajo
cualesquiera circunstancias, aunque varía en sus requerimientos por la parte humana, se
basa siempre en el sacrificio de Cristo, y consiste en la remoción del pecado en el sentido
de que ya no se inculpa de él al pecador, sino que se le carga a su Sustituto (Romanos
11:27).

El perdón divino, que se repite a menudo en la experiencia del cristiano, es la sustracción


de todo lo pecaminoso.

Justificación: Las palabras justo y justificar aparecen a menudo en la Biblia, y se relacionan


cuidadosamente en forma directa e indirecta, con la justicia.

Mediante las buenas obras, el hombre puede justificarse delante de su prójimo (Santiago
2:14-26), sin embargo la justificación del hombre delante de Dios es de mucho más
importancia. Y esta justificación se basa en la justicia que Dios adjudica. Ver:

 Génesis 15:6, Romanos 4:14: Abraham logró que se le adjudicara justicia

 Romanos 4:6 – Salmo 32:1-2: David llama bienaventurado aquel a quien Dios le
atribuye justicia sin obras.

La atribución de justicia se logra mediante la unción vital con Cristo, mientras que la
justificación es un decreto judicial de Dios.

Hay un orden lógico que nos conduce a la justificación consumada mediante decreto
divino.Los pasos son:

1. Cuando el individuo cree, entra real y completamente a disfrutar de los valores que
logró para él la muerte de Cristo. (Romanos 4:25).

Se deben distinguir tres causas de la justificación divina:


 La causa primaria es la Soberanía de Dios
 La causa meritoria es la Muerte Sustitutiva de Cristo (Romanos 5:9-2da Corintios
5:21)
 La causa instrumental es la Fe

2. Que el creyente en Cristo está unido a Cristo mediante el doble ministerio del Espíritu

 Mediante la regeneración, por la cual le es impartida al cristiano la naturaleza


divina, que es el mismo Cristo que mora en él.
 Mediante el bautismo del Espíritu, por medio del cual el creyente cristiano se coloca
en Cristo.

La epístola a los romanos distingue cuatro clases de justicia:

a. La justicia que es el carácter propio de Dios (Romanos 3:25; 9:14)


b. La justicia que es de carácter humano (Romanos 10:3)
c. La justicia que obra internamente, el Espíritu Santo (8:4)
d. La justicia que se adjudica (Romanos 1:17 en adelante)
Esta última es lo que Cristo es y la que llega a ser del cristiano mediante la adjudicación
divina.

2. El reconocimiento oficial de esa justicia, el Hijo de Dios es justificado en virtud del hecho
de que Dios lo ha declarado justo.

Este reconocimiento está fundamentado en la obra de Cristo ya que Él es Ofrenda


Sustitutiva por el mundo perdido, por lo tanto el Padre puede perdonar los pecados
personales de todos los que acuden a EL por medio de Cristo. (Hebreros 9:14 – 10:6-7).

Concluimos, pues, que la justificación divina no es solamente la remoción de los pecados


personales mediante el perdón, sino más bien, un decreto divino que declara al creyente
cristiano cubierto eternamente con la Justicia de Dios.

I. El origen del pecado

Hay diferentes clasificaciones hechas por los teólogos sobre el origen del pecado
basándose en teorías antiguas:

a) Teoría de la necesidad: Afirma que el pecado es algo sobre lo cual Dios no tiene autoridad.

b) Filosofía maniquea del dualismo: Fue propuesta por MANES (215 D.C.) Esta sostiene que
hay dos deidades, una buena y una mala.

c) Teoría que sostiene que Dios es el autor del pecado: Esta es una idea exagerada al
interpretar de una forma errónea la doctrina de los decretos divinos.

d) Teoría del abuso moral:


Contra todas estas teorías está la verdad bíblica según la cual los hombres son
responsables de su mala conducta. Por tanto, es claro que tanto en las esferas angélicas
como en las humanas, el pecado surge del abuso de la libertad moral.

Hay un estudio más amplio de la doctrina del pecado en donde se reconoce que este tuvo
tres comienzos diferentes:

a. En la eterna previsión de Dios: Dios previó que el pecado había de manifestarse como una
realidad que constituye el comienzo del pecado.

La previsión del pecado y la realización del pecado son dos asuntos completamente
diferentes, la biblia enseña que el pecado es de carácter transitorio y señala su comienzo,
su desarrollo y su fin (el pecado no es eterno).

Se puede concluir, por tanto, que el mal no tuvo existencia real antes de cometerse el primer
pecado por parte de las criaturas que Dios había creado, las cuales según el designio divino,
tenían la capacidad de pecar por medio de la oposición a la voluntad divina.

b. El primer acto de pecado, lo cometió un Ángel: La mayoría de los escritores de Teología


Sistemática se quedan cortos con trazar el origen del pecado a partir de la caída del hombre
en el edén. Es cierto que el pecado humano comenzó allí; pero Adán solo volvió a cometer
el pecado que ya había cometido en el cielo el ángel principal, por lo que el carácter esencial
del pecado debe determinarse en gran medida, tomando en cuenta el pecado de este ángel
y no solo mediante la reproducción que de ese pecado hizo el primer hombre.

c. La primera persona que pecó: Es cierto que el pecado es perverso, por el hecho de que es
desemejante de Dios, y que solo se demuestra que es perverso cuando se compara con el
carácter santo de Dios.

Es igualmente cierto que el pecado exige que haya juicio, por cuanto está en rebeldíacontra
Dios y contra la ley.

El pecado no solo afecta al que peca de una manera inmensurable sino que se caracteriza
aún más por la ofensa que le hace a Dios, por cuanto desprecia los derechos del creador,
quebranta su santa ley y echa a perder su creación.

Los profundos efectos del primer pecado humano se descubren a medida que se estudia
su desarrollo a través de dos canales completamente diferentes:
a. La naturaleza de pecado
b. El pecado que se imputa

La naturaleza pecaminosa

Adán llegó a ser pecador por el mismo hecho de cometer pecado, todos los demás
miembros de la raza somos pecadores por cuanto nacimos pecadores. En el caso de Adán,
el pecado personal fue la causa de su naturaleza de pecado, en el caso de los demás seres
humanos la naturaleza de pecado es la causa del pecado personal, queda claro que Dios
tenía previsto que cuando la raíz es mala, el fruto es malo. La razón divina tiene el propósito
de enjuiciar a la raíz que es mala.

Puesto que el pecado de Adán mereció la sentencia de muerte, tenemos que concentrar
nuestra atención en dicha sentencia en sus tres formas: Muerte espiritual, muerte física,
muerte segunda.

a) La muerte espiritual: Esta tiene lugar con la naturaleza de pecado que se transmite.Esta
naturaleza se manifiesta de dos formas:

1. Inclinación al mal

2. La depravación.

La verdad en la cual en relación a la muerte espiritual es aquella que nos indica que la
muerte espiritual no es la cesación de ninguna forma de vida.

Es más bien, la separaciónentre Dios y la vida en toda su plenitud. El estado de muerte


espiritual está bien descrito en Efesios 2:1-3 y 4: 18-19

La muerte espiritual y la naturaleza de pecado son, pues, semejantes en el sentido de que


cada una manifiesta una vida de separación del conocimiento de Dios, de su vida, de su
poder y de los beneficios de su gracia.

La muerte espiritual es un estado.


La naturaleza de pecado es el intento que hace el hombre caído de vivir en ese estado.

Tanto la muerte espiritual como la naturaleza de pecado se transmiten directamente de


padres a hijos de generación en generación.

El hombre está perdido por naturaleza, nació con alma perdida, y no tiene ninguna
esperanza fuera de la sangre redentora de Cristo.

El creyente ganador de almas no puede presentar un mensaje más equivocado al


inconverso que aquel que consiste en decirle que él está perdido por causa de su pecado
personal, ya que este bien puede decir que él es bueno y que si peca lo hace en un
porcentaje mínimo por lo cual no está tan perdido, por lo tanto es mejor exponer la maldad
de la raíz antes que los frutos.

Dios ofrece un doble remedio para el pecado por naturaleza:

a. El hecho de que Cristo sufrió por los creyentes en Él, el juicio que a ellos
correspondía por el pecado.

b. El Don del Espíritu Santo, que mora en el creyente y puede darle la victoria sobre
toda mala disposición.

Dios ya ha realizado el juicio contra la naturaleza de pecado en los creyentes de modo que
Romanos 8:1 es una realidad en aquel que cree.

La imputación del pecado

Como preparación para la exégesis correcta de Romanos 5:12 conviene observar que el
primer pecado de Adán es el tema fundamental que se está estudiando.

Como ya hemos estudiado antes, el primer pecado de Adán es la fuente causal de la cual
proceden dos clases de influencias completamente diferentes, ya estudiamos la primera la
cual es la naturaleza de pecado que está estrechamente ligada a la muerte espiritual y se
relaciona con la corrupción.

La segunda influencia es la imputación del pecado al pecador, que constituye la única


razón que la palabra de Dios presenta como base para la imposición de la muerte física y
se relaciona con la culpa.

El remedio divino para el pecado que se imputa

Además de la revelación de que la culpa les corresponde a todos, está la verdad de que el
castigo que se ha impuesto directamente sobre cada uno de los miembros de la raza
humana por la imputación del pecado es la muerte física.

La respuesta bíblica al asunto de que porqué cada persona está sujeta a la muerte física
es que cada persona participa del pecado que afectó al mismo Adán y que le causó la
muerte física.
La muerte física no se adquiere por herencia, ni tampoco es una infección que pasa de
padres a los hijos. Es el castigo por aquella acción impersonal, inconsciente, pero conjunta
de cada individuo con Adán en su desobediencia.

El principal pasaje que trata sobre la muerte física es Romanos 5:12-21 en donde el
versículo 12 es la declaración primaria, mientras que todos los demás (13-21) es la
explicación de dicha declaración primaria.

Para una correcta interpretación de estos versículos es importante resaltar la colocación en


la que se encuentra el mismo.

Esta precedido de una porción que contiene un mensaje de justificación y fe Romanos (3:21
– 5:11) y le sigue otra porción que contiene un mensaje de santificación y fe (Romanos 6:1
– 8:13) por lo que la Proción de Romanos 5:12-21 es la consumación de lo que precede y
la preparación para lo que sigue.

En este pasaje se nos presenta el cuadro oscuro del pecado y su castigo en contraste con
las glorias maravillosas de la justifica y de la vida.

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