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George Kelly, con su terapia de los constructos personales describe el proceso continuo por el que
un individuo construye interpretaciones personales acerca del mundo y luego los eleva
nuevamente, considerando los eventos resaltantes. Para Kelly un constructo personal es la forma
en la que se ve al mundo, o se atribuye significado a la propia experiencia. Una persona no
necesariamente es capaz de expresar las construcciones que hace del mundo pero sin embargo,
estos constructos influyen en la forma de evaluar los eventos, los constructos personales
inadecuados como p/e, ver al mundo como un lugar inseguro o verse así mismo como despreciable
pueden contribuir al trastorno emocional y la conducta inadaptada.
Albert ElÍis, quien desarrollo la terapia racional emotiva, que su premisa básica es que gran parte, si
no, todo el sufrimiento emocional, es debido a los modos inadaptativos en que la persona construye
el mundo y a las creencias irracionales que mantienen. Dichas creencias conducen a pensamientos
autoderrotistas que ejercen un efecto adverso sobre la conducta. En consecuencia la tarea del
terapeuta de la T.R.E. encierra tres tipos de acción. Primera debe determinar los eventos que
perturban al cliente. Segundo, el terapeuta debe ayudar al paciente a describir las pautas específicas
de pensamiento y las creencias subyacentes que constituyen la respuesta interna a estos eventos y
que dan nacimiento a las emociones negativas. Tercera, el terapeuta ayuda al paciente a alternar
estas pautas de pensamiento y creencias
Albert Bandura, se refiere ahora a su teoría del aprendizaje social como teoría social cognitiva. En
realidad es un complemento a la teoría de Ratter. Difícilmente es una teoría en si, en el sentido de
ofrecer una serie integrada de conceptos que explican la conducta que una persona elige emplear
a una situación específica. Su fortaleza reside en su explicación de manera en que las personas
adquieran una variedad de conductas complejas en entornos sociales. Para Bandura el énfasis esta
en la adquisición de la conducta, para Ratter el énfasis esta en las elecciones.
Bandura define el principio del determinismo recíproco. Esto significa que las tres variables de
conducta, persona y situaciones se influyen entre si. Por lo común se podría decir p/ e., que un
hombre entra en una pelea dentro de un Juego de fútbol porque es una persona agresiva y porque
por casualidad un sujeto especialmente molesto se encuentra sentado junto a él en el juego.
Ellis cree que los problemas de una persona provienen de sus creencias erróneas sobre el mundo,
los demás y sobre sí mismos. Sus creencias le llevan a ver las cosas, sentir las cosas, y hacer las cosas
de cierta manera, y si esas creencias son incorrectas, también lo serán su percepción, sus emociones
y sus comportamientos. Las principales creencias erróneas más comunes sobre el mundo, los demás
y nosotros mismos, se detallan a continuación:
En 1956 Albert Ellis inicia una nueva corriente con el nombre de "Rational Therapy" luego
reemplazado por el de "Rational-Emotive Therapy" (RET) o Terapia Racional-Emotiva (TRE) y
finalmente, a partir de 1994, denominada "Rational Emotive Behavior Therapy" (REBT) que aquí
traducimos como Terapia Racional Emotiva Conductual (TREC).
EL "A-B-C" DE LA TEORÍA:
Ellis considera que el núcleo de su teoría está representado por una frase sencilla atribuida al
filósofo estoico griego Epícteto: "Las personas no se alteran por los hechos, sino por lo que piensan
acerca de los hechos". Sintética y gráficamente, Ellis resumió su teoría en lo que denominó el "ABC"
recordando que "entre A y C siempre está B".
"A" (por "Activating Event ") representa el acontecimiento activador, suceso o situación. Puede ser
una situación o acontecimiento externo o un suceso interno (pensamiento, imagen, fantasía,
conducta, sensación, emoción, etc.).
"B" (por "Belief System") representa en principio al sistema de creencias, pero puede considerarse
que incluye todo el contenido del sistema cognitivo: pensamientos, recuerdos, imágenes,
supuestos, inferencias, actitudes, atribuciones, normas, valores, esquemas, filosofía de vida, etc.
"C" (por "Consequence") representa la consecuencia o reacción ante "A". Las "C" pueden ser de
tipo emotivo (emociones), cognitivo (pensamientos) o conductual (acciones).
AARON BECK
Según la Teoría Cognitiva de Beck, existe una clara relación entre los pensamientos de la persona
(lo que se dice a sí misma sobre las situaciones que vive, sobre los demás, sobre la vida, sobre sí
misma y sobre los problemas que presenta), y las emociones y los sentimientos que experimenta. A
su vez, esta reacción emocional influirá en la reacción c-omportamental de la persona ante esa
situación, ante la conducta de otro, o ante los síntomas que experimenta, según el caso. Cuando las
emociones son muy negativas e intensas, nuestro compo--rtamiento se ve entorpecido o se vuelve
desadaptativo, de modo que los problemas se mantienen- o empeoran.
En el siguiente cuadro resumimos este punto, siguiendo los planteamientos de Ellis (1990) y Beck
(1979).
(A) SEMEJANZAS:
2. Papel central de las cogniciones en los trastor---nos psicológicos y como objetivo último del
cambio terapéutico.
(B) DIFERENCIAS:------------------------------------------------------------------------------------------------------------
------------------------------------------------------------------------
C.T (BECK)
T.R.E. (ELLIS)
Cognitivas
su base cognitiva
Los conductistas tienden a concebir a los seres vivos como “tabulas rasas” cuya conducta está
determinada por los refuerzos y castigos que reciban más que por predisposiciones internas. El
comportamiento, por tanto, no depende principalmente de fenómenos internos, como los instintos
o los pensamientos (que no dejan de ser, por otra parte, conductas encubiertas) sino más bien del
entorno, y no podemos separar ni la conducta ni el aprendizaje del contexto en que tienen lugar.
De hecho, aquellos procesos que ocurren en el sistema nervioso y que para muchos otros
psicólogos son la causa de cómo actuamos, para los conductistas no son más que otro tipo de
reacciones generadas a través de nuestra interacción con el entorno.
Los conductistas a menudo han sido vinculados al mundo de la psiquiatría por su utilización del
método experimental para obtener conocimientos, pero esta asociación no es acertada, ya que en
muchos aspectos, los conductistas se diferencian claramente de los psiquiatras. Una de estas
diferencias es la oposición del conductismo al concepto de enfermedad mental.
Desde esta filosofía aplicada a la psicología, no pueden existir conductas patológicas, ya que estas
son juzgadas siempre según su adecuación a un contexto. Mientras que las enfermedades deben
tener causas biológicas relativamente bien aisladas y conocidas, los conductistas señalan que no hay
suficiente evidencia a favor de la existencia de estos biomarcadores en el caso de los trastornos
mentales. Por consiguiente, se oponen a la idea de que el tratamiento de problemas como las fobias
o el TOC deba centrarse en psicofármacos.
1. Estímulo
Este término se refiere a cualquier señal, información o evento que produce una reacción
(respuesta) de un organismo.
2. Respuesta
3. Condicionamiento
4. Refuerzo
Un refuerzo es cualquier consecuencia de una conducta que aumenta la probabilidad de que ésta
vuelva a darse.
5. Castigo
Opuesto al refuerzo: consecuencia de una conducta que disminuye la probabilidad de que vuelva a
darse.
Wilhelm Wundt (1832-1920), considerado por muchos “el padre de la Psicología”, sentó las bases
de lo que acabaría siendo el conductismo. Creó el primer laboratorio de Psicología científica y
utilizó de forma sistemática la estadística y el método experimental para extraer reglas generales
sobre el funcionamiento de los procesos mentales y la naturaleza de la conciencia.
John Broadus Watson (1878-1958) criticó el uso de la metodología introspectiva de Wundt y sus
seguidores. En una conferencia en 1913 que se considera el nacimiento del conductismo, Watson
afirmó que para ser verdaderamente científica la Psicología debía centrarse en la conducta
manifiesta en lugar de en los estados mentales y conceptos como “conciencia” o “mente”, que no
podían ser analizados de forma objetiva.
Watson también rechazaba la concepción dualista que separaba el cuerpo y la mente (o el alma) y
planteaba que la conducta de las personas y la de los animales debía ser estudiada del mismo modo
ya que, si se dejaba de lado el método introspectivo, no había una diferencia real entre ambas.
La caja negra
Para Watson los seres vivos somos “cajas negras” cuyo interior no es observable. Cuando los
estímulos externos llegan a nosotros damos respuestas en consecuencia. Desde el punto de vista de
los primeros conductistas, si bien se dan procesos intermedios dentro del organismo, al ser
inobservables deben ser ignorados al analizar el comportamiento.
Sin embargo, a mediados del siglo XX los conductistas matizaron esto y, sin desdeñar la importanca
de los procesos no onservables directamente que ocurren en el interior del cuerpo, señalaron que
la psicología no necesita dar cuenta de ellos para aportar explicaciones sobre las lógicas que rigen
la conducta. B. F. Skinner, por ejemplo, se caracterizó por dar a los procesos mentales exactamente
el mismo estatus que la conducta observable, y por concebir el pensamiento como conducta
verbal. De este autor hablaremos más adelante.
Algunos neoconductistas como Clark Hull y Edward Tolman sí incluyeron procesos intermedios (o
variables intervinientes) en sus modelos. Hull incluía el impulso o motivación interna y el hábito,
mientras que Tolman afirmaba que construimos representaciones mentales del espacio (mapas
cognitivos).
Watson y el conductismo en general fueron influidos de forma clave por dos autores: Ivan Pavlov y
Edward Thorndike.
Ivan Petrovich Pavlov (1849-1936) era un fisiólogo ruso que se dio cuenta, mientras realizaba
experimentos sobre secreción de saliva en perros, de que los animales salivaban de forma
anticipada cuando veían u olían la comida, e incluso simplemente cuando se acercaban los
encargados de darles de comer. Posteriormente consiguió que salivaran al oír el sonido de un
metrónomo, de una campana, de un timbre o de una luz por asociar estos estímulos con la presencia
de comida.
Un estímulo incondicionado (es decir, que no requiere aprendizaje para provocar una respuesta)
provoca una respuesta incondicionada; en el caso de los perros, la comida causa salivación de forma
espontánea. Si se empareja repetidamente el estímulo incondicionado (la comida) con un estímulo
neutro (por ejemplo la campana), el estímulo neutro acabará produciendo la respuesta
incondicionada (salivar) sin necesidad de que esté presente también el estímulo incondicionado.
Para Pavlov no es necesario el concepto de mente ya que conceptualiza las respuestas como
reflejos que se dan después de la aparición de estímulos externos.
Los conductistas clásicos empleaban frecuentemente animales en sus estudios. Los animales
son considerados equivalentes a las personas en cuanto a su conducta y los principios de
aprendizaje extraídos de estos estudios se extrapolan en muchos casos a los seres humanos; eso sí,
siempre procurando respetar una serie de presuposiciones epistemológicas que justifiquen esta
extrapolación. No hay que olvidar que entre especies hay muchos aspectos del comportamiento
que varían.
Edward Lee Thorndike (1874-1949), contemporáneo de Pavlov, realizó diversos experimentos con
animales para estudiar el aprendizaje. Introdujo gatos en “cajas-problema” para observar si
conseguían escapar de ellas y de qué modo.
En las cajas había varios elementos con los que los gatos podían interactuar, como un botón o una
anilla, y sólo el contacto con uno de estos objetos podía hacer que se abriera la puerta de la caja. Al
principio los gatos conseguían salían de la caja por ensayo y error, pero a medida que se repetían
los intentos cada vez escapaban con más facilidad.
A partir de estos resultados Thorndike formuló la ley del efecto, que afirma que si una conducta
tiene un resultado satisfactorio es más probable que se repita, y que si el resultado es
insatisfactorio esta probabilidad disminuye. Posteriormente formularía la ley del ejercicio, según la
cual los aprendizajes y hábitos que se repiten se ven reforzados y los que no se repiten se debilitan.
Los estudios y las obras de Thorndike introdujeron el condicionamiento instrumental. Según este
modelo el aprendizaje es consecuencia del reforzamiento o el debilitamiento de la asociación entre
una conducta y sus consecuencias. Esto sirvió como base para formular propuestas más tarde, en el
surgimiento del verdadero conductismo, tal y como veremos.
Skinner introdujo los conceptos de refuerzo positivo y negativo. Se denomina refuerzo positivo al
hecho de premiar una conducta dando algo, mientras que el refuerzo negativo consiste en la
retirada o la evitación de un evento desagradable. En ambos casos, la intención es la de aumentar
la frecuencia e intensidad de aparición de una conducta determinada.
Skinner defendía el conductismo radical, que mantiene que todo el comportamiento es resultado
de asociaciones aprendidas entre estímulos y respuestas. El enfoque teórico y metodológico
desarrollado por Skinner se conoce como análisis experimental de la conducta y ha sido
especialmente eficaz en la educación de niños con discapacidad intelectual y del desarrollo.
En este artículo conocerás las características de estas terapias, técnicas que se utilizan, cuáles son
sus beneficios, y qué tipo de problemáticas puede tratar este tipo de intervención.
Pues bien, es un tipo de intervención psicológica, la cual cuenta con mucha evidencia científica, y
que se ha convertido en los últimos años en una de las más utilizadas en el ámbito de la psicología.
Su objetivo es nutrir al individuo de las habilidades necesarias para superar sus dificultades
psicológicas. Así pues, la Terapia cognitivo conductual se centra en el sujeto, sus características y
sus habilidades, y se distancia de las terapias psicodinámicas que se focalizan en los pensamientos
inconscientes.
Tal y como su nombre indica, surge como derivado natural de los hallazgos de la psicología cognitiva,
y la psicología conductual.
Es en ese momento cuando surge la psicología cognitiva, centrándose en estudiar los pensamientos
y la cognición humana. Tras el surgimiento de esta escuela psicológica, muy pronto los
investigadores clínicos vieron la aplicabilidad de estos principios a la psicoterapia.
Así pues, a través de la conjunción de estas dos escuelas psicológicas nació la terapia cognitivo
conductual, la cual adoptó como puntos de intervención la cognición y el comportamiento humano:
Se reconoce el valor del pensamiento y la cognición como fuente principal de las alteraciones
psicológicas y se convierte en el área básica de intervención.
¿Cómo funciona?
Hemos dicho que la TCC se centra en la cognición y el comportamiento humano, ahora bien, ¿cómo
funciona esto exactamente? Según la terapia racional de Ellis, el funcionamiento se puede dividir en
tres partes: A, B y C.
A: Hace referencia a la situación o estímulo providente del mundo exterior con el que se ve
involucrado el individuo.
B: Se trata del pensamiento/pensamientos que presenta el individuo sobre la situación
ambiental (sobre A).
Según este modelo de TCC, las 3 partes (A, B y C), están en constante retroalimentación. La situación
(A) produce el pensamiento (B) y el pensamiento (B) produce unos comportamientos y unas
emociones determinadas (C). Al mismo tiempo, las emociones y comportamientos
(C) retroalimentan el pensamiento (B), haciéndolo más fuerte.
En este caso, el despido (A), ha producido mis pensamientos de preocupación (B), los cuales han
causado unas emociones y conductas de disgusto y abatimiento (C). Al mismo tiempo, el hecho de
estar abatido y disgustado en casa (C), aumentan los pensamientos de preocupación (B). Al tener
un mayor número de pensamientos (B), cambiar la situación C se va complicando.
Por otro lado el comportamiento: si a pesar de estar preocupado y abatido, consigo cambiar mi
conducta, estar más activo, buscar trabajo, realizar actividades que me aporten satisfacción, etc.
Mis pensamientos negativos disminuirán, y tendré una mayor capacidad para cambiar mi estado de
humor y seguir haciendo esas conductas que me benefician.
El terapeuta, intentará identificar la forma en la que piensas, te comportas y como generas tus
emociones y sentimientos.
Posteriormente te administrará una serie de técnicas psicológicas para que seas capaz de identificar
por ti mismo tu forma de pensar y comportarte, y te aportará conocimientos y herramientas para
mejorar esas áreas en las que tengas mayores dificultades.
Evaluación psicológica
Esta primera etapa tiene como objetivo principal conocer al paciente en su globalidad. Indagar sobre
la personalidad del individuo, sus habilidades y destrezas, y los problemas o dificultades psicológicas
que pueda presentar.
¡Pero ojo! Esta primera fase no es una simple evaluación psicológica donde el terapeuta te
proporciona unos tests para que los vayas rellenando… El objetivo de esta primera evaluación es
mucho más que eso. El propósito es comenzar la relación profesional que os acompañará durante
el resto de la intervención.
Así pues, esta fase de la intervención es probablemente la más importante de todas, ya que es en la
que se forja la alianza terapéutica entre el profesional y el paciente, se recoge información acerca
de este último y el problema psicológico subyacente, y se acuerdan los objetivos terapéuticos.
Intervención terapéutica
La terapia cognitivo conductual contiene una gran cantidad de técnicas, las cuales se utilizan en
función de la problemática que se quiera resolver. Veamos las más utilizadas:
Técnicas operantes
Son técnicas que tienen como objetivo la modificación de la conducta. Consisten en una
proporcionar estímulos de una forma ordenada al paciente, con el objetivo de que esos estímulos
faciliten la modificación de la conducta problemática.
Técnicas de exposición
Consisten en aproximar (exponer) al sujeto de forma sistemática y adaptada a esos estímulos que
teme y que le generan ansiedad, para que de este modo, pueda ir afrontando y superando sus
miedos.
Exposición en vivo.
Exposición en imaginación.
Exposición simbólica.
Son procedimientos que ayudan al individuo a reducir su tensión física y/o mental, reducir el estrés
y la ansiedad, y encontrar un estado de calma.
Relajación progresiva.
Relajación autógena.
Técnicas de respiración.
Las habilidades sociales son comportamientos aprendidos que pueden modificarse y mejorarse a
través de técnicas de aprendizaje como las siguientes:
Entrenamiento en autoinstrucciones.
Inoculación de estrés.
Resolución de problemas.
Técnicas cognitivas
Estas técnicas pretenden modificar el pensamiento y las interpretaciones que se realizan de los
sucesos que puedan provocar malestar y/o conductas perjudiciales.
Reestructuración cognitiva.
Distracción
La terapia de conducta surge formalmente entre los años 1950 y 1960, ligada al intento fracasado
de la escuela de Yale de aplicar los conocimientos derivados de la psicología experimental a la
explicación y tratamiento de la conducta humana desadaptada. Este compromiso se produjo
acompañado de un rechazo de los métodos de diagnóstico y tratamiento dominantes en la
psicología y psiquiatría clínica en ese momento: los tests proyectivos y las terapias
psicoanalíticas. Los motores del surgimiento formal de la terapia de conducta fueron tres grupos
de investigadores y clínicos que, en núcleos geográficos distintos, compartieron ese objetivo común:
el grupo de Sudáfrica, liderado por Joseph Wolpe; el grupo de Inglaterra, liderado por Hans Eysenck,
y el grupo de Estados Unidos, liderado por B.F.Skinner.
Índice
1. Conceptos y postulados básicos de la terapia conductual: Un breve resumen
2. Modificación de conducta
3. Nuevas perspectivas
1958: Terapia de conducta para referirse a tas técnicas de inhibición reciproca ideada por
Wolpe (Condicionamiento clásico)
Conclusión: Lo habitual es que la terapia de conducta sólo hable de los procedimientos que se
fundamentan en el condicionamiento clásico(Wolpe,Eysenck),aplicación de la desensibilización
sistemática a adultos neuróticos. Sin embargo, para referirnos a modificación de conducta hacemos
referencia a condicionamiento operante (Castigo, economía de fichas,refuerzo.).Principales
representantes Skinner,Ayllon y Azrin;Bijou y Baer.
Modificación de conducta
Watson (1920): Primera investigación que afirma que una fobia se puede aprender.
Albert condiciona el peluche al ruido, por lo que le produce fobia el peluche (Watson y
Rayner)
M.Cover Jones (1924):Condicionar y descondicionar una fobia (con exposición en vivo poco
a poco)
Para comprender el comportamiento de 1 persona hay que remitirse a su historia, la explicación del
comportamiento estará en el pasado de cada uno.
Nunca se desaprende un comportamiento, sino que se deja de utilizar porque no resulta útil
(Ej:Todos sabemos gatear, simplemente nos es más útil andar que gatear por eso lo
hacemos)
Descripción de la conducta problema, en las condiciones que tiene lugar No hace uso de
diagnósticos form
La terapia cognitivo conductual (TCC) es un tipo de tratamiento psicoterapéutico que ayuda a los
pacientes a comprender que los pensamientos y sentimientos influyen en su comportamiento. La
TCC se utiliza comúnmente para tratar una amplia gama de trastornos, incluyendo fobias , adicción,
depresión y ansiedad.
Para que te quede claro bien este concepto te dejo este breve vídeo en el que el psicólogo David
M. Clark nos desgrana minuciosamente en qué consiste este tipo de psicoterapia.
David M. Clark nos explica cómo funciona la psicología cognitiva-conductual y qué pasos hay que
dar para que funcione correctamente. Un vídeo de tres minutos y medio de duración que nos aclara
muchas dudas:
Es una terapia generalmente a corto plazo y se centra en ayudar a los clientes a hacer frente a un
problema muy específico. Durante el curso del tratamiento, las personas aprenden a cómo
identificar y cambiar los patrones de pensamiento destructivos o perturbadores que tienen una
influencia negativa en el comportamiento.
La idea que subyace detrás de la TCC es que nuestros pensamientos y sentimientos juegan un papel
fundamental en nuestro comportamiento.Por ejemplo, una persona que pasa mucho tiempo
pensando en accidentes aéreos, accidentes de pista y otros desastres aéreos puede encontrarse
evitando los viajes aéreos. El objetivo de la terapia cognitivo-conductual es enseñar a los pacientes
que, si bien no se pueden controlar todos los aspectos del mundo que les rodea, pueden tomar el
control de cómo interpretar y manejar las cosas en su entorno.
La terapia cognitiva conductual se ha convertido cada vez más popular en los últimos años en los
profesionales de la salud mental. Se ha demostrado que la TCC ayuda a los pacientes a superar
eficazmente una amplia variedad de conductas inadaptadas.
Según la Asociación Británica de Psicoterapias Cognitivas y del comportamiento, hay una gama de
terapias basadas en conceptos y principios derivados de los modelos psicológicos de la emoción y
el comportamiento humano. Incluyen una amplia gama de enfoques de tratamiento para los
trastornos emocionales, a lo largo de un continuo que va desde la psicoterapia individual hasta el
material de autoayuda.
Hay un número de diferentes enfoques de la TCC que son regularmente utilizados por los
profesionales de salud mental. Estos tipos son:
2) Terapia Cognitiva.
3) Terapia Multimodal.
Las personas a menudo experimentan pensamientos o sentimientos que refuerzan o agravan las
creencias erróneas. Estas creencias pueden dar lugar a comportamientos problemáticos que
pueden afectar a numerosos aspectos de su vida, incluyendo la familia, las relaciones amorosas, el
trabajo y los estudios académicos.
Por ejemplo, una persona que sufre de baja autoestima puede experimentar pensamientos
negativos acerca de sus propias habilidades o apariencia. Como resultado de estos patrones de
pensamiento negativo, la persona puede empezar a evitar situaciones sociales o dejar pasar
oportunidades de ascenso en el trabajo o en la escuela.
En la mayoría de los casos, la TCC es un proceso gradual que ayuda a una persona a tomar pasos
graduales hacia un cambio de comportamiento. Alguien que sufre de ansiedad social puede
comenzar simplemente imaginándose en una situación social que provoca ansiedad. A
continuación, el cliente puede empezar a practicar conversaciones con amigos, familiares y
conocidos. Progresivamente se busca un objetivo más amplio, las situaciones cada vez parecen
menos intimidantes y las metas fáciles de alcanzar.
Usos de la terapia cognitivo-conductual
Esta terapia se utiliza para tratar a personas que sufren de una amplia gama de trastornos,
incluyendo la ansiedad, fobias, depresión y adicción. La TCC es uno de los tipos más investigados de
la terapia, en parte porque el tratamiento se centra en un objetivo muy específico y los resultados
se pueden medir con relativa facilidad.
La terapia cognitiva conductual es a menudo la más adecuada para los pacientes que se sienten
cómodos con la introspección. A fin de que la TCC sea efectiva, la persona debe estar dispuesta a
dedicar tiempo y esfuerzo en analizar sus pensamientos y sentimientos. Este auto-análisis puede
ser difícil, pero es una gran manera de aprender cómo el comportamiento interno de la mente
influye en la vida real.
La terapia cognitiva conductual es también muy adecuada para personas que buscan una opción
de tratamiento a corto plazo que no necesariamente implica medicación farmacológica. Uno de
los mayores beneficios de la terapia cognitivo-conductual es que ayuda a los pacientes a desarrollar
habilidades de afrontamiento que pueden ser útiles tanto en la actualidad como en el futuro.
TECNICAS
Dentro del paradigma cognitivo-conductual son múltiples los tratamientos, terapias y técnicas que
pueden utilizarse de cara a producir una mejoría al paciente. Muchas de ellas son técnicas surgidas
del conductismo a las cuales se les han añadido elementos cognitivos. A continuación se explican
brevemente algunas de las técnicas empleadas.
1. Técnicas de exposición
Este tipo de técnicas son empleadas especialmente en los casos de fobias y trastornos de ansiedad
y control de los impulsos. Se basan en confrontar al paciente al estímulo temido o generador de
ansiedad hasta que ésta se reduzca, de manera que pueda aprender a gestionar su conducta ante
él a la vez que a nivel cognitivo reestructura los procesos de pensamiento que le hacen sentir
malestar ante dicho estímulo o situación.
En general, se procede a hacer entre paciente y terapeuta una jerarquía de estímulos temidos, de
manera que este pueda ir poco a poco acercándose y exponiéndose a ellos paulatinamente. La
velocidad de aproximación puede variar enormemente según el paciente se sienta más o menos
capaz de hacer frente a lo temido.
Las técnicas de exposición pueden aplicarse de muy diversa manera, tanto en vivo como en
imaginación e incluso es posible aprovechar las posibilidades tecnológicas para aplicar exposición a
través de realidad virtual.
2. Desensibilización sistemática
Diferentes variantes de esta técnica son las escenificaciones emotivas (aplicada especialmente con
niños y empleando un contexto agradable en que poco a poco se introducen los estímulos), la
imaginación emotiva (en que se usan imágenes mentales positivas que eviten en lo posible la
ansiedad) o la desensibilización por contacto (en que el terapeuta ejercería de modelo para enseñar
cómo actuar).
3. Reestructuración cognitiva
Esta técnica resulta básica en el tratamiento de la mayor parte de trastornos psíquicos, formando
parte de casi todas las técnicas cognitivo-conductuales. Se basa en la modificación de los esquemas
de pensamiento del paciente a través de diversos métodos, identificando los propios patrones de
pensamiento y su influencia sobre la vida del paciente y generando junto al paciente alternativas
cognitivas más adaptativas y funcionales.
Así pues, se modifican creencias, actitudes y puntos de vista, todo ello con el objetivo de hacer que
la persona pase a interpretar las cosas de otro modo, por un lado, y se plantee diferentes objetivos
y expectativas, por el otro. Estas modificaciones tendrían el poder de hacer que apareciesen nuevos
hábitos y desapareciesen esas rutinas que son poco útiles o generadoras de malestar.
4. Técnicas de modelado
El modelado es un tipo de técnica en la que un individuo realiza una conducta o interactúa en una
situación con el objetivo de que el paciente observe y aprenda una manera de actuar concreta de
manera que sea capaz de imitarlo. Se busca que el observador modifique su conducta y/o
pensamiento y dotarle de herramientas para afrontar determinadas situaciones.
Existen diferentes variantes según el observador deba o no replicar la conducta, el modelo domine
desde el inicio de realizar la conducta deseada o tenga recursos semejantes al paciente de modo
que se vaya haciendo una aproximación al objetivo, el número de personas que actúan como
modelo o si el modelado se realiza en vivo o a través de otros medios como la imaginación o la
tecnología.
5. Inoculación de estrés
Esta técnica se basa en la preparación del sujeto de cara a hacer frente a posibles situaciones de
estrés. En ella se pretende en primer lugar ayudar al paciente a entender cómo le puede afectar el
estrés y cómo puede hacerle frente, para posteriormente enseñarle diferentes técnicas cognitivas
y conductuales como las otras aquí reflejadas y finalmente hacer que las practique en situaciones
controladas que permitan su generalización a la vida cotidiana.
El objetivo es que la persona se acostumbre a afrontar las situaciones estresantes de manera
racional, sin quedar bloqueada por sus emociones.
6. Entrenamiento en autoinstrucciones
Determinadas problemáticas tales como una baja autoestima o percepción de autoeficacia pueden
producir que la conducta se vea perjudicada y no pueda realizarse con éxito e incluso evitarse. Con
esta técnica se pretende ayudar al individuo a que sea capaz de generar autoverbalizaciones
internas correctas, realistas y que le permitan llevar a cabo las acciones que desea realizar.
El proceso pasa porque en primer lugar el terapeuta realice un modelado de la acción a realizar
indicando los pasos en voz alta. Posteriormente el paciente llevará a cabo dicha acción a partir de
las instrucciones que irá recitando el terapeuta. A continuación se procederá a que sea el propio
paciente quien se autoinstruya en voz alta, para luego repetir el proceso en voz baja y finalmente
mediante habla subvocal, interiorizada.
Esta técnica puede emplearse por sí misma, si bien es frecuente que se incorpore como parte de
otras terapias dedicadas al tratamiento de diferentes trastornos como la depresión o la ansiedad.
En este tipo de técnica se trabajan aspectos como la orientación hacia el problema en cuestión, la
formulación del problema, la generación de posibles alternativas para solucionarlo, la toma de una
decisión respecto a la más apropiada y la verificación de sus resultados. En resumidas cuentas, se
trata de saber enforcar las situaciones complicadas del modo más constructivo posible, sin dejarse
llevar por los miedos y la ansiedad.
Si bien de origen conductista, este tipo de técnicas forman parte también del repertorio cognitivo-
conductual. A través de este tipo de técnicas se trata fundamentalmente de provocar una
modificación en la conducta a través de la estimulación.
Permiten tanto motivar y contribuir a aprender nuevas conductas como a reducirlas o modificarlas
mediante la aplicación de refuerzos o castigos. Dentro de las técnicas operantes podemos
encontrar el moldeamiento y el encadenamiento para potenciar conductas adaptativas, el
reforzamiento diferencial para reducir conductas o cambiarlas por otras y la saciación, el tiempo
fuero o la sobrecorrección como manera de modificar o extinguir las conductas.
9. Técnicas de autocontrol
La habilidad de autogestión es un elemento fundamental que nos permite ser autónomos y
adaptarnos al medio que nos rodea, mantener nuestra conducta y pensamientos estables a pesar
de las circunstancias y/o ser capaz de modificarlas cuando es necesario. Sin embargo muchas
personas tienen dificultades en adecuar su conducta, expectativas o forma de pensar a la realidad
de una forma adaptativa, con lo que pueden producirse diferentes trastornos.
Así pues, las técnicas de autocontrol son utilizadas para facilitar el aprendizaje de patrones de
conducta en las que la impulsividad se vea aplacada por la consideración de las consecuencias
futuras que ciertas acciones pueden acarrear.
Realizar un entrenamiento que fortelezca las habilidades de autocontrol, tal como se consigue con
la terapia de autocontrol de Rehm, puede servir para controlar problemas de diversa índole como
los producidos en procesos depresivos y ansiosos.
Un sueño es aquello que tienes en tu mente, que proyectas desde el nivel de la imaginación, la
fantasía y tu creatividad sin límites, y que seguramente podrías representar con una gran nube sobre
tu cabeza, tus ojos con mirada curiosa hacia arriba y elevándose a una distancia considerable de tu
cuerpo. Soñar con aquello que se quiere lograr es muy bueno, aunque no te acerca necesariamente
al resultado. Se trata de un proceso de elaboración interno más basado en la ilusión, que en la
realidad. Un sueño, por lo general, se lo visualiza como algo lejano, en el largo plazo; es totalmente
subjetivo, y depende de enlazarlo luego con el poder hacedor de cada persona. Como sabes, si no
lo llevas a la práctica, nada ocurrirá.
Los conceptos de Misión y Visión refieren de manera general al planteo de objetivos que una
persona o grupo pueden intentar alcanzar. Ambos conceptos son medios para lograr alcanzar un
estado que se considera deseable.
La misión es el motivo o la razón de ser por parte de una organización, una empresa o una
institución. Este motivo se enfoca en el presente, es decir, es la actividad que justifica lo que el
grupo o el individuo está haciendo en un momento dado.
Por ejemplo:
La visión de una empresa. por otro lado, se refiere a una imagen que la organización plantea a
largo plazo sobre cómo espera que sea su futuro, una expectativa ideal de lo que espera que
ocurra. La visión debe ser realista pero puede ser ambiciosa, su función es guiar y motivar al grupo
para continuar con el trabajo.
Por ejemplo:
“Su visión como funcionario es encontrar una manera novedosa y eficiente de administrar
los recursos estatales”.
La visión depende de la situación presente, de las posibilidades materiales presentes y futuras tal
y como las perciba la organización, de los eventos inesperados que puedan ocurrir y de la propia
misión que ya se haya plateado.
Una vez que se tiene un objetivo determinado, ambos conceptos permiten situarse en el presente
(misión) y proyectarse hacia el futuro (visión) desde el plano racional, ya que permite vincular
medios y fines, y también desde el emocional, ya que permite inspirar e incentivar a actuar incluso
en situaciones desfavorables.
Deben formularse conjuntamente, ya que es importante que sean coherentes entre sí, y que
prevean las situaciones que pueden ocurrir dentro del plazo propuesto. No debe olvidarse que
ambas son parte de una estrategia, y sirven al propósito de realizar un mismo objetivo.