Vous êtes sur la page 1sur 19

Annales de 11 Facultt des letll1s de •ordem

BULLP:1lN IllSP,\XIQUE
,, .... '""' La _. ..
•r (;llf"'U .. 111•0.),.. ........ ..,_ ·--

f'•H~ "u. t1N·11"


pe Q GIM, l. IH'I..... A ............ P l't.nt Q ~

TO~t: 1 \1\
, ... ::s '1
.tuUl..soPA...._Dn tH1
,
LA POBLAClON Y LA ESTRUCT1JRA SOCIAL
DE VENEZUELA
EN LAS PRL\IERAS DÉCADAS DEL SIGLO XIX

La población venezolana presenta algunos cambios de orden


morfológico y estructural en las primeras décadas del siglo xrx
en relación a la morfología que tenla al finalizar el periodo
colonial. Algunos de esos cambios estaban condicionados por el
carácter de la guerra nocional de Ind-pendeucie y de las gue-
rras civiles siguientes, en cierto sentido una proyeccién de la
primera. Las acciones armadas diezmaron pueblos enteros e
impulsaron hacia las Antillas la migración en masa dA la « gente
de condición blanca •. Se aceleró el proceso de mestizaje, con
evidunt o predominio de la población negra y muluta y se re-
dujo a una mlnima expresión la Pstrati ñcación basado rn la
organización en castas, proceso liquidado definitivamente con
la progresiva evolución y emancipación de la mano de obra
escla va. Pero la concentración y distribución regional de la
población continaé presentando las mismas caractcrlsticas que
1•0 1·1 periodo colonial, expresada en Ja fórmula : 1•J 80 % de la
población concentrada en la región costero-montañosa, el 18 %
en los Llanos y el 2 % en Guayana 1•
En ·1822 la población fue estimada en 767.100 habitantes, al
año siguiente ea 766.100, y 1111 1825 en 785.000 habitantes, y
posteriormente, en el mismo año, en 781.G33. Pero los padrones
levantados por la Secretaria de Interior y Justicia arrojaron
solamente 685.212 habitantes, de los cuales estaban conside-
rados 616.5~5 como • personas libres •, 50.000 como esclavos
y 26.578 como « indios independientes y selváticos ~. Sin em-
bargo algunas recopilaciones, sobro todo el Censo d~ Colombia,
1, Cr. Federiee Brilo Fi¡ueroa, lli~t4JriG tc:on6micn y ~ociut d~ Ve11r:r1.,.tu, Cara~
cas, 19(iG, vol. I, pAg. 257.
348 BOLLE'l'IN lllSPA!HQUE

indicaban - y esto es lo cierto - que el número de esclavos


apenas llegaba a 29.000 y no a 50.000, como se afirmaba, afir-
mación basada en los datos suministrados por los amos, quie-
nes continuaban considerando como esclavos suyos a muchos
que estaban emancipados como consecuencia de su participa-
ción en la guerra nacional de Independencia. En tocio caso si
se establece una relación entre la población total registrada
en 1810, cuando ella ascendía a 898.043, y la población regis-
trada en el año 1822, cuando los padrones registraron 616.545,
se observa que el descenso fue realmente significativo.
En Jos cálculos de población corrcspondientos a 1830-1845
tampoco se observa coincidencia. En efecto, los padrones levan-
tados en 1830 y 1839 arrojaron, respectivamente, 830.000 y
887 .168 habitantes, pero do acuerdo con las recopilaciones rea-
lizadas por Agustín Codazzi, finalizadas en 1839, la población
en aquel año ascendia o. 945.348 habitantes, incluyendo los
• indios libres y selváticos •, en tanto que para la misma fo­
cha Juan Manuel Cajiga! calculaba 1.147.760, Jos padrones de
1840 arrojaron 903.957, y los padrones de 1844 y 1847 totali-
zaron, respectivamente, 1.2·18.71G y 1.267.692, sin tomar en
consideración los indígenas de las zonas marginales. Pero los
datos que merecen más crédito son los de Agustín Codazz]
porque son el resultado de una in ves Ligación rlirN~t:i do más
de diez años. De acuerdo con esos datos la población venezo-
lana se incrementó a partir de 1810 sobre la baso de un pro-
medio de incremento anual que ya superaba el promedio de
incremento anual que se observaba en los últimos años del
período colonial hispánico.
La densidad demográfica era realmente escasa : 26,3 habi-
tantes por legua cuadrada. La región donde se concentraba
más población era la Provincia de Caracas, asiento de una
economía agropecuaria desarrollada, y no por accidente, porque
esta zona incluía en su jurisdicción politico-territorial los Valles
Centrales, las tierras de Barlovento, las estribaciones de la
Cordillera Caribe y el área ganadero-pastoril del Guárico. Su
densidad de población ascendía a 85,4 habitantes por legua
cuadrada y sus plantaciones concentraban el 60 % de la mano
LA POBLACIÓN Y L.\ ESTl\UCTUllA SOCIAL DE VENEZUELA 349

de obra esclava y 7.2-83 peones rurales. Pero las Provincias


que presentaban mayor densidad demográfica eran : Carabobo,
con 145,7 habitantes por legua cuadrada¡ Barquisimeto, con
14.4,1 habitantes por legua cuadrada, y Marag, la Isla de Mar-
garita, pequeño territorio que registraba una densidad demo-
gráfica de 494, 7 habitantes por legua cuadrada 2•

La guerra nacional de Independencia


y la estrzictu.ra social Penezolana
La guerra nacional de Independencia adquirió el carácter
de una profunda y aguda guerra social definida por las luchas
de esclavos contra amos, población rural en condiciones de servi-
dumbre y peonaje contra terratenientes, y de violentas pugnas
étnicas impulsadas por la población de color contra los blancos.
Fenómenos estos no previstos por· los grupos dominantes criollos,
que aspiraban a romper los lazos de dominación colonial hispánica,
pero manteniendo la estructura económica que en el territo-
rio venezolano - en ol interior, se entiende - constituía el
funda.mento del régimen colonial mismo. Enfoque global, éste,
que no excluye la posibilidad de que algunos criollos iníluídos
por el pensamiento francés pensaran en la posibilidad - lle-
gando hasta el planteamiento concreto, inclusive - de abolir
la mano de obra esclava y de democratizar la propiedad te-
rritorial agraria. Cual fue el caso de Simón Bolívar, por ejemplo.
Estos fenómenos (sobre todo la coexistencia en la guerra
nacional de T ndependenoia de Jos factores específicamente na-
cionales y de las agudas y violentas pugnas de orden étnico y
racial) repercutieron de modo profundo en Jos cuadros y cm el
status heredados de la sociedad colonial. No desaparecieron los
terratenientes como clase social, económicamente privilegiada,
pero este grupo perdió su carácter de casta, porque la guerra
contribuyó a colocar en el mismo plano de igualdad jurldica a
Jos blancos y a la • gente de color •, eliminando de paso, en la
conciencia pública, las diferencias subjetivas apoyadas en la
discutible « limpieza de sangre » de los descendientes de los

2. Cf. 1\gus·tfn Codaizj, R111u1ntn dt In Gcoira/Ia de l't11e:uclo, Caracas, 19'.0.


350 BULL.6TIN lllSPANIQUE

primitivos amos do la tierra, iniciándose un fenómeno real·


mente significativo en los cuadros de la Venezuela del siglo xrx,
que « en la anarquía de todas las clases sociales dio empuje al
movimiento igualit.ario que ha llenado Ja historia de todo este
siglo de vida independiente 3 ».
Estos fenómenos contribuyeron a democratizar el orden so­
cial heredado de la colonia, destruyendo la organización social
basada en castas que se entrelazaba con la estrati ficación
apoyada en las clases sociales. Pero estos fenómenos no trans­
formaron estructuralmente la sociedad venezolana en las pri­
meras décadas do! siglo xix. La organización social continuó
teniendo por fundamento una organización económica en donde
coexistían un régimen ele esclavitud y formas típicas de servi­
dumhre. La estructura social, perdido el carácter de casta, se
presentaba al finalizar la guerra, como un orden estrati ficado
en los términos siguientes : terratenientes esclavistas, bur­
guesía comercial, capas medias urbanas (burocracia civil y
militar, pequeño comercio, grupos intelectuales), población ru­
ral en condiciones de servidumbre y peonaje, esclavos en sen­
1 ido absoluto y capas depauperadas y miserables de Jos centros
urbanos.
La e11oluci6n de la mano de obra ésclaoa
y la abolición de la esclavitud
En Venezuela colonial coexistieron dos tipos fundamentales
de mano de obra : la esclavitud y las múltiples modalidades
del peonaje en condiciones de servidumbre. En las plantaciones
los esclavos representaron Ja fuerza productiva decisiva más o
menos hasta Ja quinta década del siglo xv111, cuando a raíz de
la expansión de la propiedad territorial agraria comenzó a
desarrollarse do manera significativa el peonaje en condiciones
sociales equivalentes a la servidumbre. En los hatos llaneros
siempre dominaron las modalidades del peonaje, porque la
esclavitud tuvo escasa significación.
Es conveniente presentar algunas ciíras para una compren­
sión más o menos aproximada de este problema. En efecto,
3. Laureano Vallenilla Lans. Cr. Federico Brlto Figueroa, op. dt., pág. 271.
l,A PODLACIÓX Y LA ESTl\UCTOl\.l SOCIAL DE \'ENEZUY.t..A 351
en la primera década del siglo xrx, en la Provincia de Caracas,
el número de esclavos ascendía a 60.880, Jos mulatos, zambos
y negros libres (peones) a 33.632, y los indios de policía a 47.605.
En todo el territorio venezolano, al iniciarse Ja guerra nacio­
nal de Independencia la mano de obra esclava estaba repre­
sentada por 87.800 esclavos en sentido jurídico, 24.000 negros
cimarrones, y la categoría denominada indios de captura. A la
luz de estas cifras es posible afirmar que Ja mano de obra es­
clava equivalía, en víspcrae de la guerra nacional de Indepen­
dencia, al 18 %, en tanto que la mano de obra en condiciones
de peonaje y categorías similares representaba el 22 % del
total de la población.
La República no abolió Ja esclavitud. Simplemente proscribió
la importación de esclavos, que en la práctica no existía desde
los últimos años coloniales, y el marcado interior de mano de
obra esclava continuaba desarrollándose sin más limitaciones
que las necesidades de Ja producción agropecuaria. Pero una
cosa es cierta (y ella no puede olvidarse en un estudio histó­
rico de conjunto) : Ja guerra nacional de Independencia, debido
a las pugnas económico­sociales que en esa guerra hicieron
crisis, debilitó el régimen de esclavitud, régimen que sufrió
alt.eraciones de hecho, en el propio proceso de las acciones ar­
madas, acelerando el fenómeno de manumisión, o de emanci­
pación, e11 otras palabras.
En el proceso de la guerra nacional de Independencia, mu­
chos esclavos se incorporaron a las acciones armadas ­ un
día bajo las banderas realistas y otro bajo las banderas patrio­
tas ­ y estas acciones contribuyeron a multiplicar las fugas
de las plantaciones y a facilitar las rebeliones. En Ja vida coti­
diana, se observa que la guerra nacional de Independencia
mermaba la capacidad productiva de Ja mano de obra esclava,
contribuía a acelerar el proceso de manumisión. Conviene
presentar algunos ejemplos para ilustrar esta afirmación. En
la Provincia de Caracas, al finalizar la guerra de Independencia,
quedaron reducidos a 15.394; en las Provincias de Cumaná,
Barcelona y Margarita, a 2.024 ¡ en las Provincias de Maracaibo,
Mérida y Coro, a 3.734. En total el número de esclavos en el
352 BUl,L6TIN lllSPANIQUE

territorio venezolano, en el año 1829, ascendía a 49.782, cifra


que representaba el 55 % de los esclavos existentes en Vene­
zuela en la primera década del siglo xrx.
En 1821, la República, dominada política y económicamente
por Jos propietarios esclavistas, promulgó la llamada libertad de
vientres, y de acuerdo con este decreto serían libertados los es­
clavos que nacieran a partir de aquella fecha y una vez que
hubieran cumplido dieciocho años. Pero, en 1830, el Congreso
modificó este decreto y promulgó una ley de manumisión, que
significaba un paso atrás en relación al decreto de 1821, porque
elevaba a veintiún años Ja edad requerida para la manumi­
sión, bien entendido que hasta tanto Jos esclavos cumplieran
esa edad trahajarlan en beneficio de sus amos y que la manu­
misión será mediante la indemnización de los propietarios, para
cuyo efecto fue elaborada una tabla de impuestos.
En el fondo de este proceso de manumisión, en cuyo desa­
rrollo comenzaban a estar interesados los propios amos de la
tierra, revela un fenómeno económico bastante significativo :
la crisis de la agricultura de plantaciones con base esclavista.
Son los propios amos los que comienzan a sentir la necesidad
de desprenderse de un típo de mano de obra que se hacia im­
productiva, agotada la capacidad de producción del esclavo. En
estas condiciones más rentable era para el latifundista favore­
cer la emancipación o manumisión y mantener atados a los anti­
guos esclavos, en calidad de peones o de simples arrendatarios
de la tierra, pero explotados por vía de la renta co servicios
personales (renta­trabajo) o de Ja renta en productos de la tierra
(renta­especie). El amo de la tierra favorecía la manumisión,
pero deseaba obtener hasta el máximum del precio de sus escla­
vos, solicitando y estableciendo un valor equivalente al que
tenia en la época floreciente del régimen esclavista, como vere­
mos oportunamente.
La mano de obra esclava, en razón de este proceso, que reve­
laba, insistimos, la crisis de la agricultura y de plantaciones; con
base esclavista, continuó descendiendo progresivamente. En
18.34 el número de esclavos apenas llegaba a 35.959 en todo el
territorio nacional. Para aquel año la Provincia de Caracas
LA PODLACIÓN Y LA ESTRUCTURA SOCIAi. DE Vf.NEZUEl.A 353

registraba 20.606 esclavos ¡ la Provincia de Carabobo, ti.059 ¡


la Provincia de Barquisimeto, 2.321 ¡ la Provincia de Coro,
1.465; la Provincia de Cumaná, 1.481 ; la Provincia de Tru­
jillo, '1.371 ¡ la Provincia de Barinas, 1481 ¡ la Provincia de
Barcelona, 941; la Provincia de Mérida, 698 ¡ la Provincia de
Margarita, 233, y la Provincia de Apure, 158 esclavos, región
esta última de economía ganadera.
La mano de obra esclava en Venezuela en 1834
Provlncias N• do esclavos
Guayana 608
Cumaná 1.481
Margarita 233
Barcelona 941
Caracas 20.606
Cara bobo 4.054
Barquisirneto 2.321
Coro 1.465
Maracaibo 565
Trujillo 1.371
Mérida 698
Barinas 1.'·58
Apure 158
35.959

Este descenso de la mano de obra esclava reflejaba un pro­


ceso : Ja sustitución progresiva ­ en las relaciones de produc­
ción ­ de Ja esclavitud por modalidades de Ja servidumbre.
Cierto ya desde las últimas décadas del siglo xvm ambas rela­
ciones coexistían, pero estaba llegando un momento en el cual
una comenzaba a predominar sobre la otra. En electo, en la
cuarta década del siglo xrx babia en el país 9.125 plantaciones
en situación de cultivo y 30.565 hatos, valorados en 90.087.818 pe­
sos. La mano de obra, en conjunto, incorporada a esas dos for­
mas de actividad económica ascendía a 215.124 personas;
el 83 %. es decir, 179.165 personas, formaban en los cuadros
de la categoría qua hemos denominado peonaje en condiciones
de servidumbre : trabajaban en las plantaciones hatos, en prin­
cipio mediante un salario pagado en alimentación, y además
cultivaban la tierra pagando renta­trabajo o renta­especie. El
354 BOLLETIN lllSPANIQUE

17 % restante de la masa que trabajaba en los hatos y planta·


clones, es decir, 35.959 personas, correspondía a esclavos en sen­
tido absoluto.
Pero la mano de obra en condiciones de esclavitud conti­
nuó disminuyendo. En efecto, los padrones de población co­
rrespondientes a 1852 registraron 367 en la Provincia de Tru­
jillo; 365 en la Provincia de Maracaibo; 120 en la Provincia
de Margarita ; 1.2 en Ja Provincia de Guayana; 1.621 en la Pro­
vincia de Barquisimeto ; 582 en la Provincia de Cumaná ;
183 en la Provincia de Apure y 5.422 en la Provincia de Cara­
cas. El censo levantado en 1854 registró 11.967 esclavos en
sentido absoluto y 9.185 esclavos en proceso de manumisión.
En estas condiciones no era extraño que en el seno de la pro­
pia clase terrateniente esclavista se planteara la necesidad de
abolir legalmente la esclavitud y surgieran iniciativas orienta­
das a emancipar un instrumento de producción desvalorizado,
cuya sujeción en las plantaciones se dificultaba cada vez más
debido a las luchas que Jos esclavos sostenían por su libertad,
desde la propia sociedad colonial". Esta lucha había sido incre­
mentada y profundizada en el periodo de la guerra nacional de
Independencia y continuada con fuerza en las guerras civiles,
proyección de las pugnas económico­sociales violentamente ex­
presadas en las acciones armadas. Esta lucha de los esclavos pre­
sentó desde 1821 hasta 1854, año este último de Ja emancipa­
ción legal, las formas fundamentales siguientes : fugas indivi­
duales, rebeliones, conatos de sublevaciones y participación ac­
tiva en las revueltas y conspiraciones organizadas por otras
categorías sociales. Hay información sobre más o menos 150 re­
beliones promovidas por esclavos en este período, y los periódicos
más importantes, liberales o conservadores, regisl raban constan­
temente en sus páginas noticias sobre esclavos fugados, solicitados
por sus amos. A título de ilustración presentamos uno de estos
avisos, comunes en la prensa de la época, reclamando un esclavo
fugado y ofreciendo una gratificación a quien lo localizara :
A fines de octubre pasado se ha íugado de la hacienda Et Palmor,
~. CI. Federico Brilo Flgueeoa, 1. .tU insurrecciones ele lo1 t'clo,1u1 negr(JS ttn Vene­
:i.ut:la c<'llonia.t, Caracas, i!lGI.
LA POBl.AClÓN Y LA ESTRUCTURA SOCIAi. DE VENllZUELA 355
situada en Ouatire, jurisdicción de Guarenas, el esclavo José Luis,
naturnl de esta ciudad, de 20 años de edad, alto de cuerpo, color
claro, pelo castaño pasudo, bien parecido, los pies troncos y trabaja
albañilerla. [ ... ] Es bastante ladino, algo trapecista y divertido. El
que diere razón de su paradero a su dueño, Sr. Francisco Núñes,
que habita en la dicha hacienda o al quo suscribe, se le ofrece una
grati flcación y al que lo aprehendiere además de los costos según
tarifa. Carneas, noviembre 30 de 1835 6•
Los amos latifundistas estaban interesados en deshacerse de
una propiedad que se habla transformado en una rémora, pero
estaban igualmente interesados en obtener hasta el último bene­
ficio de esa propiedad, es decir, de los esclavos. Lo obtienen
mediante la promulgación de la Ley de Abolición de la Escla­
vitud, que decreta la libertad de los esclavos, pero al mismo
tiempo indemniza a los propietarios, estableciendo una tarifa
altamente favorable a los amos e imponiendo nuevos impuestos
sobre Ja población general, impuestos destinados a pagar a
cada propietario el valor de sus esclavos. De acuerdo con la
tarifa los esclavos tueron valorados en función de la edad y
capacidad productiva. En efecto, se observa que desde quince
hasta treintinueve años fueron estimados en 300 pesos, el
máximo, cantidad que decrecía hasta O pesos, valor de un esclavo
de más de sesenta y tres años.
Los esclavos liberados y los manumisos se transformaron en
peones y en otras categorías sociales propias de uno econo­
mía latifundista, caracterizadas por su dependencia de la tierra,
y el pago de tributos a los terratenientes aumentó el número
do colonos, medianeros y pisatarios, grupos que habían comen­
zado a formarse en los últimos años del período colonial hispá­
nico. Los campesinos que formaban estos J!;rupos estaban obli­
gados a sostenerse ellos mismos, y trabajar la tierra arrendada
con sus propios instrumentos de trabajo y pagar tributos en
las formas de renta­trabajo, renta­especie y, ocasionalmente,
renta­dinero. Otros se transformaron simplemente en peones
de sus antiguos amos, nominalmente como trabajadores libres
porque recibían un salario, no en metálico, sino en fichasooles,
S. Federico Drilo Figucroa, la libtraci6n de lot ~elª''º~ e1t Vc11t:uelo {en proccso
de elabornclon].
356 DUl.1.ETIN HISPANIQUE

que únicamente tenían poder adquisitivo en las tiendas de raya


de las plantaciones.
Este salario pagado en fichas y vales no satisfacía las necesi­
dad de subsistencia de los peones y su familia, y por esta razón,
primero los padres, luego los hijos, posteriormente los nietos,
se endeudaban progresivamente con los amos de Ja tierra.
Estas deudas, incrementadas cada año, pasaban de una genera­
ción a otra, y fortalecían Jos lazos de dependencia que encade­
naban a Jos peones al dominio territorial de los latifundistas.
No es accidental, en consecuencia, que muchos de los esclavos
emancipados por Ja ley de '1854 permanecieran en las haciendas
de sus antiguos amos, como con toda razón escribe un historia­
dor positivista :
Durante los cuatro o cinco años que siguieron al de la emancipa­
ción no se not.a ningún cambio social ni político debido a la influen­
cia de los nuevos ciudadanos. Muchos continúan viviendo como
peones en las haciendas de sus antiguos amos 0•

Las clases sociales y la estratificación social


La guerra nacional de Independencia, por el contenido de
pugnas económico­sociales que en ella se maní fiestan violenta­
mente, y las guerras civiles, continuación de esas pugnas, pero
con motivaciones aparentes, ya lo hemos indicado anterior­
men te, debilita Jos nexos de organización social basada en el
sistema de castas. En efecto, desciende cuantitativamente el
núcleo de población blanca privilegiada, es decir, la denomi­
nada " gente de sangre pura y de condición •, disminuye su
fuerza cualitativa y aumenta el proceso de¡ mestizaje étnico­
cultural con predominio de los elementos de origen africano,
es decir predominio evidente de mulatos, zambos, mestizos­
negros, en general. Se debilitan los nexos de esclavitud, se
incrementa el proceso de manumisión, pero no desaparece el
régimen de esclavitud.
Estos son aspectos del cambio social impulsado por la guerra
nacional de Independencia, cambio que se profundiza en las
6. José liil Fortoul, JIUC1Jria cot11titucional de l'tnt.:utla, Caracas, l 9i't3, t. J 1 J,
pág_ 53.
l.A POBLACIÓN Y LA ESTRUCTURA SOCIAL DE VENEZUELA 357

décadas siguientes y el cual se reñcja en la esLratificación de


la población. En efecto, en la cuarta década del siglo xrx,
sobre la base de una población total de 945.348, la estrati­
ficación étnico­social presenta las siguientes caracterfsticas :
10.000 blancos descendientes de las antiguas " familias de condi­
ción » ¡ 160.000 u blancos de orilla », mestizos­blancos, en ge­
neral ¡ 686.974 mulatos, zambos, negros libres ; 35.959 esclavos ¡
10.415 indígenas en proceso de aculturación, es decir, organiza­
dos en centros poblados y en calidad de indios libres, y 42.000 «in­
dios selváticos •, distribuidos en las zonas marginales.

La estratificacíén étnico-social de la poblacián.


Penezolana en la 1 V década del siglo Xl X
Calegorlas étnicas y sociales Población % % población total
Blancos de • sangre pura •
Blancos de • orilla •, etc.
10.000
160.000
1,1
16,9
l 18
Mulatos, zambos, negros
libres, etc.
Esclavos negros, mulatos,
686.974 72,61 76,3
etc. 35.959 3,7
Indios libres
Pob. indígena marginal
10.415
42.000
1,31
4,4
5,7
945.348 100,0 100,0

La situación de los indígenas, de hecho, en la realidad social,


poco se diferenciaba de la condición de los esclavos. De 1830
hasta 1840 lueron reducidos y concentrados o.n cien pueblos de
misiones unos 26.000 indígenas, especialmente en los Llanos y
en Guayana. Estos pueblos tenían generalmente una existencia
e íímera porque los indígenas preferían habitar libremente en
las selvas que estar sometidos al régimen de míaionas, y tam­
poco habitar en aldeas cercanas a las poblaciones porque los
amos de plantaciones generalmente los obligaban a trabajar
de modo gratuito, con el apoyo de las autoridades locales y re­
gionales. Hay algunas descripciones que presentan el cuadro
de la exploración de los indlgenas venezolanos en estas cuatro
primeras décadas del siglo xrx, sobre todo en las zonas de
Guayana:
Los indios del Cantón Rlo Negro no están seguros ni en sus casas
Bullrtin liisponiqu.c.
358 BULLETIN HISPANIQUE

ni en sus labranzas, porque el día mimos pensado les llega el aviso


del Alcalde para que se presenten a su tribunal : allí reciben la orden
de marchar a la cabecera del Cantón a ponerse a disposición del
Jefe PollLico. Estos infelices tienen que tomar sus canoas y hacerse
de víveres para diez o quince días, y al llegar delante de estos sátra­
pas son recibidos peor que esclavos y mandados de peones a la canoa
del mismo Jefe Polltico y demás criollos, los cuales los empican. y
no les empiezan a pagar sino el dla que entran al trabajo. ¿Y do qué
modo? En mercancías a precios exorbitantes, de modo que al fin de
mes el hombre ha ganado un peso o doce reales, graduados por ellos a
cuatro o cinco pesos 7•

La clase do Jos esclavos os una realidad, a pesar de estar


en proceso de desintegración hasta su definitiva desaparición
en el año 185!., mediante la evolución económica y la ley de
abolición. Esta mutación de la mano de obra esclava aumenta
el peso especifico del peonaje y del campesinado en condiciones
de servidumbre, y desde luego que Ja desaparición de la escla­
vit.ud, del régimen económico de esclavitud, señala un cambio
significativo en Ja sociedad venezolana del siglo xrx, porque
con la abolición de la esclavitud se hunde definitivamente en
Venezuela la estratificación que todavía funcionaba con ele­
mentos de organización social propios del sistema de castas.
Este cambio no fue el resultado de un proceso pacifico, sino
la consecuencia de complejas pugnas en cuyo origen y desa­
rrollo so entrelazaban los factores de naturaleza económica y
los factores étnicos y raciales, según se desprende del carácter
que presentaba la participación de los esclavos en las acciones
armadas, esclavos que estaban interesados en su emancipación
cuando se incorporaban bajo las banderas de uno cualquiera
de Jos caudillos militares y, sobre todo, cuando huían de las
plantaciones y centros de trabajo y se incorporaban a la masa
de desheredados y miserables que en los campos hacia una
guerra de guan­illas implacable contra los amos de la tierra.
La significación del campesinado y del peonaje era ya im­
portante en la cuarta década del siglo xrx, superior ni peso
especifico de Jos esclavos en el proceso do la producción, sobro

1. C:I. Federieo Brilo Figueroa, /JiAtorin ''on6mi.ca y ~ociat de flfJ11r:ur/(Z, Cnracos,


1966, vol. 1, pAg. 267.
l..A POBLACIÓN Y LA ESTRUCTURA SOCIAL DE VENEZUEJ..~ 359
todo en la agricultura de plantación. En efecto, en 1840 la
población trabajadora incorporada a las haciendas estaba re­
presentada por 219.109 personas, de ellas 35.959 eran esclavos,
de los cuales ya algunos estaban en proceso de manumisión,
y 173.150 peones, campesinos en condiciones de servidumbre.
El dominio cualitativo del peonaje sobre la maoo de obra
esclava ya era evidente en esta década : 16 % correspondía
a esclavos y 84 % a peones y categorías similares. La emancipa­
ción de Jos esclavos, en 1854, completó ese proceso.
La categoría formada por los mulatos, zambos y negros
libres se presentaba como una masa integrada por diferentes
grupos económico­sociales, en términos más definidos que en
el período colonial hispánico, pero conservando igualmente algu­
nas características de su primitiva fisonomía. No constituía una
casta porque Ja guerra nacional de Independencia había elimi­
nado los instrumentos jurídicos que la colocaban en esa situa­
ción, habla eliminado también la estratificación apoyada en el
sistema de castas. La guerra habla elevado a infinidad de sec­
tores de origen humilde, mulatos y gente de color hasta las más
elevadas posiciones rectoras en la sociedad venezolana poste­
rior a la independencia. Pero en conjunto, y como rasgo funda·
mental, la masa de población de color continuaba conectada
con actividades económicas como las artesanías, el pequeño
comercio, la mediana y pequeña burocracia militar y civil, las
formas económicas regidas por el salario, y, en los campos,
relacionada con el cultivo de la tierra sobre la base de mediana
y pequeña propiedad, su arrendamiento en las modalídades más
atrasadas y con Jos catcgortas de peonaje mencionadas anterior­
mente.
La masa miserable de los centros urbanos estaba formada
por una parte de los esclavos manumitidos que habían perdido
su capacidad de trabajo y por una parte de la población do mu·
latos, zambos y negros libres que, unos de modo permanente
y otros de modo ocasional trabajaban en los talleres artesanales
y manufactureros que exisuan especialmente en la Provincia
de Caracas. Sobre este problema hay algunas informaciones.
En efecto, en Ja IV década del siglo xrx habla en Ja mencionada
360 DULLE'flN lllSPA;\IQUE

Provincia 123 albañiles, 119 carpinteros, 57 sastres, 222 zapa­


teros, 60 herreros, 40 plateros, 53 tejedores, 17 talabaeteros,
20 ba rberos, 8 toneleros, 3 zurradores, 9 pintores, 24 loceros,
15 alabarderos, 8 faroleros y 7.283 peones 8.
En Jos años posteriores a Ja guerra nacional de Independencia
la masa de miserables de los centres urbanos aumentó sensible­
mente, Jos documentos oficiales mencionaban constantemente
Jos métodos puestos eo práctica por el Estado para controlar
« a los vagos y malentretenidos •, los cuales eran incorporados
al Ejército o concentrados en las cárceles con pérdida do los
derechos ele ciudadanía. Después de la liberación de los esclavos
se consideraba que solamente en Caracas, ciudad que entonces
tenia 47.013 habitantes, había 8.425 personas en situación de
miseria permanente y sin ocupación determinada. Esta masa
representaba la ca tegorla que en el capitulo anterior hemos
denominado tentativamente una especie de lumpen-proleta-
riada desarrollado en una ciudad en las condiciones de una eco­
nomla preoapitalista.
Es evidente que en esos centros urbanos dominan las rela­
ciones sociales precapitaliatas y, con más exactitud, coexisten
formas de capitalismo mercantil, con relaciones de esclavitud
y con una infinidad de modalidades del peonaje urbano y con
oatcgorias artesanales en proceso de desarrollo. La información
histórica revela que Jos gremios están formados en aquel pe­
ríodo, especialmente en Caracas, por esclavos y artesanos, y en
una proporción no escasa por los primeros, porque el 50 % de
los gremios presenta esa composición y con predominio de los
esclavos sobre los artesanos. El peonaje urbano está represen­
tado por trabajadores libres y esclavos en vías de manumisión
que conocían un o licio.
·El núcleo socia 1 privilegiado, en principio, estaba formado
1ior 10.000 personas, que en Jos padrones aparecían menciona­
dos como propietarios de tierras y esclavos, comerciantes en
dinero, importadores y exportadores, militares y burócratas
con bienes de fortuna. La información revela que estos 10.000 pro­

8. Sociodnd Económica de Amigos del País, MN11ori.., y &1uJio1, 182!J..J839,


Caracas, t 958, l. J p6g. 3i3·S'igs.
1
LA POBLAClÓl" Y l,A ESTRUCTllRA SOCIAL o•: VEl"EZUELA 361
pietarios consumían anualmente un millón de pesos en vestido,
en la proporción de cien pesos per cápita, sin participar directa­
mente en el proceso productivo, sobre todo si se considera que
el ausentismo lat.ilundista ccnstituía una realidad. En cambio,
Jos 219.109 esclavos y peones que habla en el año 1840 consu­
mían anualmente por concepto alimentación un peso per cá­
pita y contribuían al desarrollo de la producción social con
36.678.642 pesos anuales, materializados en productos agrope­
cuarios y en la proporción de 111 pesos producidos por cada es­
clavo o peón.
Este núcleo privilegiado estaba constituido en parte por
descendientes de las antiguas familias coloniales, propietarias
de la riqueza territorial y por los grupos que en el proceso de
la guerra nacional de Independencia se habían enriquecido con
Jos bienes de los emigrados. El fenómeno os interesante porque
revela un proceso de transferencia de propiedad agraria, sin
que esa transferencia hubiera modificado la estructura lati­
fundista, que continuó predominando sobre las formas me­
dianas y pequeñas de la tenencia de Ja tierra. En otras palabras,
desde el punto de vista social, la guerra de Independencia modi­
ficó la composición cuantitativa de la clase latifundista, pero la
fortaleció cualitativamente y posibilitó el ingreso a esta clase
de gentes provenientes de otras oatogorlas, hasta do las más
humildes, como indicaremos posteriormente.
La política de confiscación y secuestro de bienes, realizada
por vias de hecho, en los primeros años de guerra, y poste­
riormente apoyada en instrumentos legales, introdujo elementos
de cambio en la propiedad agraria, especialmente en cuanto
aJ origen social de los nuevos amos de la tierra. Ese cambio es
significativo porque incide sobre la estructura de la clase latí­
Iundista colonial. No hay duda que a partir de la guerra de
Independencia y con más fuerza después de la guerra un mayor
número de personas participa en la posesión y tenencia de la
tierra : uno de Jos (actores esenciales de la riqueza social en
la Venezuela del siglo x rx. En la práctica se constata un Ienó­
meno de transferencia de la propiedad agraria, pero no una
modificación en Ja estructura de la propiedad agraria, que con­
362 BULLETIN HISPANIQUE

tinúa dominada por el sistema de relaciones caracter!stico del


latifundio.
En el proceso do la guerra de Independencia desaparecie­
ron físicamente muchos de los antiguos propietarios y otros
huyeron hacia las Antillas, atemorizados por el carácter social
y violento de las pugnas, de naturaleza económica, étnica y
politica. Los bienes de los emigrados ­ considerados adversa­
rios de la Independencia ­ pasaron a manos de los más signifi­
cativos caudillos militares, caudillos en lo general de origen
popular. Este cambio, realmente significativo en el terreno so­
cial, debido a Ja estructura de la sociedad venezolana en aquel
período y a los intereses materiales en juego, no transformó en
sentido democrático la tenencia latifundista de la tierra, el lati­
fundio permaneció intacto como institución y hubo si un incre­
mento de las propiedades latifundistas, fundamento do la clase
latifundista.
Esta clase latifundista, formada en parte por descendientes
de los antiguos amos de la tierra y, preforentemente por personas
del más diverso origen social y étnico, se fortaleció como grupo
rector de la sociedad venezolana, en este periodo. Pero, a dife­
rencia do la clase latiíundísta de la época colonial, se presentaba
como un grupo móvil, morfológicamonte confignrado, usurpa­
dor y monopolista de la riqueza territorial agraria, de la cual
continuó apoderándose debido a sus conexiones con las insti­
tuciones politices del Estado, cuando no procedía violenta­
mente, al margen de toda norma legal, B incorporar a sus domi­
nios grandes extensiones de tierras baldías y nacionales, que
mantenía incultas o explotaba en condiciones semifeudales.
Esta clase latifundista compartía la rectoría de Ja sociedad
venezolana y estaba en pugna con otra importante categoría,
fortalecida en las décadas posteriores a la Independencia, cuando
Liquidado el régimen colonial, Venezuela comenzó a participar
libremente en el mercado exterior. Esa categoría era Ja bur­
guesla mercantil (importadora y exportadora, negociante en
dinero y en valores) que, como resultado de Ja ampliación de
las conexiones de la producción agropecuaria venezolana con
el mercado exterior capitalista, se convirtió en un estrato so­
L<I POBLACIÓN Y LA E$1 llCCTURA SOCIAL DE VENF.Zli~,1.A 363

cíal dominante, en los cuadros de una economía carente de Lodo


desarrollo industrial. La significación económico-social de la
burguesía mercantil era de tal magnitud que dominaba sobre
el Estado y sometía a sus intereses no sólo a las capas medias
y desheredadas sino a la clase latifundista, lesionada por la
usura y el capital comercial usurario, que la arruinaba y se
apoderaba de sus propiedades y de la riqueza agropecuaria.
En el cuadro global de la estructura social venezolana en la
primera mitad del siglo xrx, esta pugna entre latifundistas y
burguesía mercantil os una de las más significativas. Es una
pugna que hunde sus raíces en el periodo colonial, cuando so
observa una lucha sorda entre ras categorías denominadas
cosecheros, mercaderes y comerciantes, pugna que se manifestaba
con fuerza en el Consulado de Caracas, relacionada en parte con
la necesidad de libre comercio entorpecido por el régimen colo-
nial. Con la Independencia absoluta se obtuvo la libertad de
comercio, fundamental para colocar los terratenientes en el
mercado exterior la producción agropecuaria de sus hatos y
plantncioncs. Pero el desarrollo de estos hatos y plantaciones
dependía de los préstamos de la burguesía mercantil de los cen-
tros urbanos, burguesía que anualmente recibía casi toda la cose-
cha, que exportaba al exterior y en el exterior compraba los
bienes de consumo inmediato, las mercancías en general que
luego vendía a Jos amos de la tierra. En realidad la burguesía
mercantil se había transformado en un grupo intermediario
entre los productores agropecuarios y el mercado exterior.
Este ícnómeno es posible constatarlo sobre todo a partir de
1840, año que señala la fecha crucial de la decadencia de la
agricultura de plantaciones con base esclavista. Ese año, ade-
más, debido al cierre del mercado exterior de los productos
agropecuarios venezolanos, muchos amos de la tierra se arruina-
ron y no estuvieron en condiciones de satisfacer las deudas
contraídas con la burguesía mercantil de los centros urbanos.
En la documentación correspondiente a aquel período hay su-
ficiente información sobre la multitud de juicios, embargos y
ejecuciones de hipotecas, realizadas sobre las plantaciones por
los representantes de la burguesía mercantil, que lentamente
364 BUl.LETIN nlSPANIQUE

se apoderaba de Ja riqueza territorial agraria por vía de Jos


préstamos y de Ja usura.
La prensa de Ja época suministra, igualmente, una vasta
información sobre este problema. La burguesía mercantil, que
dominaba a su vez las instituciones fundamentales del Estado
venezolano, logró Ja aprobación de instrumentos legales que
íacilitaron el dominio que de hecho estaba ejerciendo sobre Ja
propiedad territorial agraria y transformaron la usura en sus
peores manifestaciones en una actividad económica lícita y en
la forma preponderante del capital, capital usurario so entiende,
forma antidiluviana del capital, como la denomina Marx. Esta
fuerza de la usura envolvía en sus redes a todas las clases de Ja
sociedad venezolana. Además de los terratenientes arruinados,
a Jos medianos y pequeños propietarios rurales, a las categorías
artesanales, los medianos y pequeños comerciantes, Jos peones
urbanos, la mediana y pequeña burocracia civil y militar,
No hay la menor duda de que las pugnas impulsadas por el
desarrollo de esta modalidad del capital antidiluviano es uno
de Jos aspectos más significativos de la historia económica y
social de Venezuela en el siglo xrx.
FEDERICO BRITO FIGUEROA.

Vous aimerez peut-être aussi