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Ensayo Bibliográfico Nº 1

EMPRENDIMIENTO V/S CALIDAD: Una mirada crítica al aporte de la Universidad para


el Desarrollo Humano

Autor: Teresa Jotar Aliaga

“El autor declara que el contenido de este trabajo es original. En el caso de existir
contenido de otros autores, se especifica y se entregan las referencias”

Fecha 9 de Octubre de 2010


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INTRODUCCION

Vivimos expectantes ante un mundo que se desarrolla de manera vertiginosa, las luces de
neón ciegan nuestros ojos, nuestra alma y hasta nuestro entendimiento, estamos plagados de
ofertas mercantiles que nos han ido invadiendo en el tiempo y en el espacio, por todas las
aristas de nuestras vidas, incluyendo la Educación, donde se compran y venden sueños,
esperanzas, ideas, voluntades, gustos e intereses, ya la “moda” es la que dirige nuestros
caminos hacia lo que queremos y lo que rechazamos.

Los medios de comunicación masiva han irrumpido nuestro mundo globalizado, el


concepto de mercado ha colonizado nuestra vida cotidiana, y la Educación no es la
excepción. ¿Qué resultados concretos en la Educación Superior se han obtenido después de
30 años de neoliberalismo? ¿La Educación Superior coopera con el desarrollo humano que
se espera producto de esta reforma educacional neoliberalista?

Chile fue el primer país en el mundo donde se aplicó el modelo neoliberal tal como fuera
concebido por Hayek y desarrollado por la escuela de Chicago, Chile fue literalmente el
laboratorio, los chilenos fuimos los conejillos de Indias, donde se probó el funcionamiento
del sistema neoliberal (Santos,2006), lo que significó para el entonces Ministro del Interior
de la época, don Sergio Fernández, “un paso histórico de avance de Chile hacia una
sociedad realmente libre, moderna y justa” (citado por Santos, 2006).

En términos educacionales, este experimento llevó a Chile a formar parte del grupo de
países con más alto privatismo, con una participación de matrícula que supera el 50% y
obteniendo más del 50% de sus recursos de fuentes privadas, esto es, de los alumnos y sus
familias en primer lugar y de otras fuentes no gubernamentales. (Brunner, 2007)

Este privatismo conlleva a que se coordinen actividades a través del concepto mercado, en
donde las instituciones compiten por alumnos, recursos y prestigio, con políticas
gubernamentales que intervienen a distancia para regularlo, para impulsar la diferenciación
y especialización de los sistemas a través de la asignación selectiva de recursos a favor de
determinadas instituciones, tal como ocurre acá en Chile (Brunner, 2007).
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Si las instituciones de educación Superior en Chile tienen un alto privatismo y están


sometidas, por tanto, a actividades de mercadización para su desarrollo, se debería esperar
que éstas cumplieran con las características de este tipo de mercado, es decir, que tengan un
elevado desempeño, que mejoren su productividad, que tengan una diversidad de fuentes de
ingreso, que sean instituciones innovadoras y respondan con mayor rapidez y flexibilidad a
las cambiantes condiciones de su entorno.

Para que lo anterior se cumpla, en Chile se han promovido tres tipos de políticas que tienen
relación a:

La política de regulaciones de mercado. La regulación del mercado universitario


en Chile, está en relación a la estructura del mercado, a su comportamiento organizacional
y a su desempeño. Si se espera que se cumpla con las características de mercado, que dice
relación a que las instituciones chilenas tengan un elevado desempeño, cabe esperar que
estas políticas conlleven al logro de este objetivo, sin embargo y de acuerdo a lo señalado
por Brunner (2007), en Chile existe un mercado universitario con bajas reglas de entrada y
pocas restricciones estructurales; no existiendo además exigencias de desempeño, ni
obligaciones de accountability e información; no hay topes mínimos o máximos para la
admisión de los alumnos y la producción de graduados; se manejan discrecionalmente sus
recursos y no existien exigencias legales respecto al número y tipo de personal académico y
demás condiciones de funcionamiento. Siendo su desempeño evaluado por el mercado,
quien no necesariamente cuenta con los indicadores apropiados y acordes para una
evaluación de esta envergadura. Lo anterior se contrapone a la idea del Sr. Fernández que
apostaba a que esta reforma neoliberalista, iba a constituir un incentivo para la universidad
para atraer a los mejores académicos y serían mejor remunerados, conforme a lo que su
calidad merece (Santos, 2006).

Políticas de control de calidad. Las políticas de regulación que se han ido


implementando en Chile, han ido creando de manera incremental, un sistema de
aseguramiento de la calidad que actualmente se traduce en un sistema de acreditación, que
de alguna manera establece un sistema de aseguramiento de la calidad de la educación
superior chilena (Brunner, 2007). Sin embargo, Pumarino (2010), señala en el informe del
WEF (World Economic Forum), que en las materias que más le han impedido avanzar a
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Chile, son la calidad de la educación y el uso de tecnología, aseveración que se contrapone


a los dichos del Ministro Sergio Fernández, que señala que el sistema neoliberal, “es el
camino hacia la reconquista de una educación superior de alta calidad…(..)…. que nos
volverá a prestigiar mundialmente” (citado por Santos, 2006), prestigio que, después de 30
años de implementada esta reforma, aún no podemos alcanzar.

Políticas de financiamiento del sistema. En Chile se utilizan todas las modalidades


básicas de asignación de recursos disponibles (Brunner, 2007), lo que a juicio de Alfredo
Prieto, Ministro de educación en Chile en los años 80’, que señala que, con este tipo de
legislación económica, se asegura la libertad de enseñanza y de las personas, con mayores
alternativas y con más igualdad de oportunidad ante la vida, haciendo más rico a un país en
recursos humanos, (citado por Santos,2006). Visión no compartida en la época por Jorge
Millas y Luis Scherz, quienes visualizaban los riesgos de someter a la Universidad a las
condiciones de mercado, temiendo Millas que se “culmine en extravagancias de
autofinanciamiento y de emulación empresarial” y Scherz de que “estos riesgos puedan
superarse sin que la libertad sea traicionada”. Temores que en la actualidad podemos ver
que se trasformaron en profecías auto cumplidas, al ver como muchas universidades, por un
lado, dan curso a cada vez más atrayentes incentivos, para que los alumnos opten por su
oferta, incentivos que van desde pen drive, bolsos y agendas al momento de matrícula de un
alumno, hasta autos y departamentos para aquellos que les pueda significar mayor prestigio,
incentivos extravagantes, por decir lo menos, que no se relacionan con una oferta en calidad
del producto ofrecido, ni por los académicos a cargo de la obtención de ese producto,
transformándose en este caso, el mismo cliente, en el producto a obtener, y por el otro, una
libertad expresada por la libertad de creación y dirección de centros educativos, junto con
la libertad de cátedra del profesorado, lo que ha llevado a una proliferación de centros
educativos sin mayores exigencias, así como también la libertad de los padres, no solo para
elegir una formación determinada de sus hijos, dentro del marco general diseñado por el
sistema educativo, sino también de elegir el centro concreto en que se imparta esta
formación. Por tanto, desde esta perspectiva, nada hay de objetable, a simple vista,
efectivamente se han superado los riesgos sin que ésta sea traicionada, pero siempre y
cuando se hable de ese tipo de libertad, ya que si se hila más fino respecto a la elección,
ésta no es tal, ya que dependerá de varios factores que la condicionarán efectivamente, ya
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que podrán libremente elegir ésta, siempre y cuando tengan el capital social que se necesita
para optar a centros educativos de elevada reputación, de lo contrario sólo podrán elegir
dentro de un conjunto de entidades universitarias de escaso volumen y estatus, resultando
ser un vector de discriminación ya que no todos los alumnos pueden elegir una educación
de calidad, provocando de esta manera profundas desigualdades sociales, que cada vez
aumentan más y que dan la impresión de que vivimos en una sociedad que cada vez se
encuentra más polarizada.

Estas tres políticas aplicadas a la Educación Superior, de regulaciones de mercado, de


control de calidad y de financiamiento del sistema, si bien es cierto poseen fortalezas en su
aplicación, tienen claras debilidades que requieren cuanto antes de una profunda revisión,
ya que no generan condiciones para el desarrollo de factores que contribuyan a la
construcción de una transmisión de conocimientos a través de investigaciones de calidad,
con el propósito de promover el desarrollo de la sociedad en general y a los procesos
económicos así como también de producir una transferencia tecnológica o la aplicación de
conocimientos, que las ciencias puras y sociales pueden realizar a la sociedad y que esté
fuertemente vinculada con la superación de la pobreza y a los dilemas del desarrollo
económico, por otra parte en las universidades, aún existe la transmisión de conocimientos,
producto de la repetición de contenidos por profesionales doctos en su disciplina, pero con
escasa o nula formación pedagógica, que hagan enseñable su disciplina., aún existen
docentes, que siguen expresando los mismos postulados teóricos desde hace décadas,
cuando ellos mismos eran estudiantes. Este obstáculo pedagógico, tampoco es considerado
en estas políticas como un problema a superar.

Visto de esta manera, podemos concluir que si bien es cierto se pueden observar grandes
cambios en estos 30 años, no menos cierto es que los resultados concretos que como
ciudadanos podemos esperar, distan mucho de la realidad, luego de años de inversión,
tanto humana como económica, ya que el gran despliegue que se ha manifestado en grandes
infraestructuras universitarias con importantes avances tecnológicos, no han podido lograr
lo que se espera de una institución educacional superior, la cual es competir en el mercado
internacional con una verdadera calidad educativa.
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Si bien es cierto, podemos identificar estas debilidades, el desafío de abordar éstas, es la


gran tarea que se tiene para hacer de Chile un país desarrollado, en que sus habitantes
tengan un futuro laboral acorde a una educación de calidad, en donde no existan las
diferencias salariales que señalan Núñez y Gutierrez (2004, citado por Brunner, 2007),
cuyas brechas alcanzan el 30% al 40% entre universitarios provenientes de estratos altos
versus aquellos que pertenecen a estratos medios y medio bajos

En cuanto a la cooperación de la Educación Superior al desarrollo humano, podemos decir


que estamos inmersos en una sociedad en que se hacen esfuerzos enormes por articularnos
con procesos de inserción para una mundialización, sobre la base de políticas que llevan a
una integración social de nuestros pueblos, misión noble y hasta digna de admirar si es que
fuera una integración en la que cada país conservara su propia identidad, sin embrago la
realidad nos muestra que cada vez estamos más lejos de ello, cada vez nos mimetizamos
con una cultura única de comunicación, de vestirnos, de pensar, de comportarnos, y hasta
nos parece normal, pareciera ser que cada vez menos nos detenemos a pensar que lo que
nuestro país señala como pauta de éxito, no es más que el formar parte de un sistema, mejor
dicho, de un macrosistema, que nos quiere uniformar en nuestra forma de pensar y actuar,
esgrimiendo una bandera de integración social en donde sólo se busca un bienestar
económico, que es sinónimo de felicidad, así lo señalan los que dirigen los destinos de
nuestro país, no solo el actual, sino que también sus antecesores, señalando esto como “el
camino para que una verdadera comunidad latinoamericana, sea responsable y sujeto de su
futuro, no espectadora marginal del desarrollo en un mundo globalizado” (Frei,1999),
llevándonos a pensar que toda persona reflexione y actúe de acuerdo a una necesidad de
urgencia de nuestra sociedad dictada por “un sistema” y a una aspiración que si bien se
puede legitimar, por ser la aspiración de muchos, por rendir pleitesía a este mundo
globalizado y por sobre todo mercantilizado, en que el dinero es la carta de presentación de
todo sujeto, más tienes, más eres, en donde estamos cada vez más lejos del verdadero
sentido, que a juicio de la autora, debería tener el desarrollo humano, y la Universidad que
es una oportunidad real de ampliar nuestras capacidades, para realizarnos en forma
individual, sin perder nuestra identidad, en donde se conserve lo esencial, nuestra cultura,
nuestras tradiciones, nuestros sabores y nuestros olores y no transculturizarnos e
integrarnos a una sociedad mundial que busca la uniformidad de pensamiento y acción,
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muy lejos está de preocuparse de estas necesidades, ésta está preocupada de conservar y
aumentar su prestigio académico y su trayectoria reputacional, de captar más y más
alumnos desatándose una competencia por mantener y mejorar su imagen corporativa ya
sea creando nuevos programas y nuevas sedes, formulando ofertas por certificados y
credenciales necesarios para entrar al mercado de ocupaciones profesionales, aumentando
así la matrícula, a través de programas especiales o apertura de mercados regionales, lo que
se traduce en que la oferta de vacantes supera anualmente la demanda por cupos
(Brunner,2007)

Si esto tuviera un sentido social que va en búsqueda de ofrecer más y mejores posibilidades
de estudio, hasta podría pensarse como un maravilloso proyecto educativo donde todos
pueden tener las mismas posibilidades educativas, pero la verdadera razón pareciera ser, es
el poder que está detrás de las grandes potencias universitarias que avalan un sistema
neoliberal globalizado, que busca una parcela donde se formen rebaños de personas que
tengan una cultura uniforme de pensamiento y actuar, como ejemplo de esto, tenemos el
Informe Tuning para América Latina, donde las universidades de América Latina se han
reunido para hacer que éstas se pongan de acuerdo en un conjunto de competencias
genéricas, y que con su cumplimiento lleven a la acreditación de universidades y carreras,
es decir, que lleven a una uniformidad en el hacer, en donde esta uniformidad será
considerada como requisito para poder ser aceptados dentro de esta sociedad globalizada,
con cánones internacionales exigidos por “norma”.

Es verdad que no podemos ir en contra de un sistema que cada vez está más enraizado en
nuestra cultura, en que la esperanza de vida se traduce en un ingreso traducido en un poder
adquisitivo, que a medida que han transcurrido los años “el desarrollo” ha alcanzado
velocidades inmensurables a raíz del desarrollo tecnológico en que, lo que hoy es actual ya
mañana no lo es, traspasando toda lógica de pensamiento, vivimos tan apurados y con tanta
prisa que ni siquiera nos detenemos a pensar, no nos cuestionamos lo que la Universidad
nos entrega, la tecnología nos ha envuelto de tal manera que hasta el contacto de piel se ha
transformado en un toque por Facebook, o un guiño por Messenger, ,el planeta se ha
transformado en una inmensa red de relaciones que operan más allá de las diferencias de
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tiempo y de espacio, en que las emociones son personales e individuales, en que estamos
comunicados con muchas personas y con nadie a la vez, en la soledad de nuestro cuarto.

La Universidad tiene una deuda con la sociedad chilena, debe de alguna manera
compatibilizar la demanda internacional de aunar criterios de competencias, pero sin perder
la individualidad y la humanidad de sus estudiantes, alcanzar el justo equilibrio de la
demanda económica del mercado con la demanda de calidad en la formación del ser
humano.

Tenemos enfrente un gran desafío, es verdad que no podemos competir con las grandes
potencias macroeconómicas, pero sí tenemos las herramientas para hacer de nuestro
quehacer docente una actividad de calidad, en donde le entreguemos a nuestros alumnos
sin importar condición nuestros mejores esfuerzos por hacer de la educación superior una
verdadera educación de calidad.

Referencias bibliográficas

Brunner, J.J. (2007). Mercados Universitarios: Los nuevos escenarios de la Educación


Superior. Informe Final de Proyecto FONDECYT N° 1050138. Parte II. Pág. 148
– 213.

Frei, R.E. (1999). Desarrollo y Globalización. Programa de las Naciones Unidas para el
Desarrollo, PNUD. Secretaría de Comunicación y Cultura. Ministerio Secretaría
General de Gobierno. Chile. Nº2. Pág. 6-16

Pumarino,A.(2010). La posición de Chile en el Informe del World Economic Fórum.


Obtenido de http://www.americaeconomia.com/economia-mercados/finanzas/la-
posicion-de-chile-en-el-informe-del-world-economic-forum el 29 de septiembre de
2010.

Santos, H.J. (2006). Anomalías del modelo neoliberal en Chile. La Universidad chilena
hoy: el espejismo de su progreso. Estudios Avanzados Interactivos. Volumen 5.
Nº7.

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