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Tao Te King (道德經)

Antecedentes
La historia del pensamiento se nos presenta a lo largo de un extenso y variado
recorrido evolutivo, diferenciado en dos grandes bloques culturales tradicionales de
pensamiento; uno, más cercano, el occidental y el otro, más lejano y desconocido para
nosotros, el oriental.

Los orígenes del taoísmo se pueden asociar a influencias de antiguas prácticas,


creencias y cultos de los primitivos grupos culturales existentes en la China pre-
moderna. Dichas influencias son, en parte, heredadas del chamanismo, totemismo,
espiritismo, mancia y alquimia.

La constatación de la existencia anterior de este modelo de pensamiento, una


conciencia previa de un Tao como principio del orden universal impersonal, queda
expresado en el propio Tao Te King (XV y LXII), en el que se hace referencia a
“Quienes, en la antigüedad eran versados en el curso eran sutiles y misteriosos,
oscuros y penetrantes, de una profundidad que no puede conocerse……”, y “…. ¿Por
qué en la antigüedad se tuvo al curso en tanta honra?...”. Por ello, sería lógico pensar
que a Laozi no se le debiera atribuir la idea original de esta corriente de pensamiento,
más sí habría que reconocerle la creación literaria de una serie de párrafos, que
componen este libro de “sabiduría”, mediante el que ha quedado constancia escrita de la
doctrina y el pensamiento basada en el Tao o camino y la virtud de conducirse por la vía
del Tao.

Introducción histórica
Nos situaremos en la época histórica en la que se supone que vivió el autor.

No está claro en qué periodo de la antigüedad vivió Laozi. En un principio se


situaba en el período final de “Primaveras y Otoños”, alrededor del siglo VI a.C, aunque
otros estudiosos coinciden en situarlo en el siglo IV a.C, en el período de los “Reinos
Combatientes.

En aquella época de inestabilidad política, surgieron diversas escuelas de


pensamiento, no eran tan sólo las que en la actualidad conocemos como más
representativas, sino que surgieron en tal cantidad, que dicho período es conocido como
el de “las cien escuelas de pensamiento”. Y aunque no llegaron a ser tan numerosas,
como para llegar a esa cantidad, lo que sí es cierto es que se han llegado a conocer que
eran más de quince escuelas distintas de pensamiento, entre las que se encontraban
“confucianismo”, “taoísmo”, “moísmo” y “legismo”.

El autor
Conforme a la tradición y a su mención en un relato, incluido en las Memorias
Históricas de Sima Qian (siglo I a.C) en época de la dinastía Han, se sabe que se hubo
un encuentro entre Confucio y un tal Lao Dan, mientras éste trabajaba como
historiógrafo encargado de los archivos de la biblioteca imperial de la dinastía Zhou1. Se
cree que pudiera ser contemporáneo de Confucio, si bien, esta deducción hecha en base
al diálogo establecido entre Lao Dan (Lao zi) y Confucio, mencionado por Sima Qian,
pudiera ser producto de una fabulación del autor de las crónicas2.

El halo de misterio que envuelve la identidad y la procedencia del autor del Tao
Te King, ha dado lugar a atribuir su autoría a diversos personajes.

Para unos se trata de Lao Dan, que vivió a finales de la época de “Primaveras y
Otoños”, siendo coetáneo de Confucio, según relataba Sima Qian. Para otros, se trata de
Taishi Dan, que vivió durante el período de los Reinos Combatientes. Algunos (Guo
Moruo) señalan que podría tratarse de Huan Yuan, un filósofo taoísta de la época de los
Reinos Combatientes. Incluso (Feng Youlan) afirma que se trataría de un tal Li Er,
también de la época de los Reinos Combatientes3.

Versiones de la obra
En la actualidad se dispone de versiones procedentes de tres fuentes distintas.

La primera, la más reciente, se descubrió en 1993 en la tumba de Guodian,


sellada a finales del siglo IV a.C. y que contenía una versión del texto escrito sobre
tablillas de bambú, compuesta de setenta y una tablillas agrupadas en tres haces,
atribuido a Lao Dan. Es considerada la versión más antigua, aunque contiene menos
libros que las posteriores. El lenguaje utilizado y el contenido filosófico nos dan pistas

1
Stanford Encyclopedia of Philosophy. Laozi. First published Sat Dec 15, 2001; substantive revision Fri
Sep 21,2018
2
Tao te King. Lao zi. Edición de Anne-Helene Suárez Girard. Introducción. Pág.15.
3
Maria Teresa Román López. “Lao Tse y el Tao Te Ching”. Uned. Espacio, Tiempo y Forma, Serie II,
Historia Antigua, t. 21, 2008, págs. 39-50.
de ser anterior a las otras versiones, que sí se ven influidas por los acontecimientos
posteriores.

La segunda. En 1973 se descubrió en la tumba de Mawangdui, sellada en el año


168 a.C, en la que se contenían dos copias diferentes escritas sobre seda; una escrita
entre el 206-195 a.C, y la otra escrita entre 194-180 a.C., atribuidos a Taishi Dan.
Ambos manuscritos se diferencian de los demás en que los capítulos o párrafos 38 al 81,
correspondientes al Te King (clásico de la virtud), aparecen precediendo a los capítulos
o párrafos 1 al 37, correspondientes al Dao (clásico del camino).

En 2009, la Universidad de Pekín aceptó un regalo de una colección de tablillas


de bambú, entre las que se encontraba una versión casi completa de Laozi, que pudiera
corresponder a la segunda mitad del reinado del emperador Wu de los Han (141-87
a.C.). Esta nueva versión, denominada “Beida Laozi”, está dividida en dos partes; 1ª
parte del Clásico de Laozi (Laozi shang jing) y 2ª parte del Clásico de Laozi (Laozi xia
jing)4. Sobre esta versión, aún existen discrepancias sobre su autenticidad.

La tercera, se refiere a las versiones tardías y posteriores al yacimiento de


Mawandui, que se datan alrededor del siglo I a.C. también son atribuida a Taishi Dan.
Hasta 1973 eran las únicas versiones de las que se disponía.

Por lo tanto, debido a que las versiones tardías y posteriores, junto con las
encontradas en Mawandui se atribuyen Taishi Dan, y que la versión de Guodian se
atribuye a Lao Dan, diversos investigadores, tras comparar las tres distintas versiones,
han concluido que pertenecen a diferentes tradiciones, por lo que nos encontraríamos
ante dos líneas distintas de transmisión de sabiduría universal.

Fundamentos de la obra
El Tao Te King es el libro más importante del pensamiento taoísta.

No cabe duda que esta obra es una de las más profundas y fascinantes de la
historia del pensamiento universal. Es fuente de sabiduría inagotable, alejada de los
parámetros tradicionales del pensamiento occidental.

Todas las categorías que, como la metafísica, la ética, la política, la mística o la


religión, en el pensamiento occidental moderno se consideran por separado, en el
pensamiento taoísta constituye un todo unificado, lo que motiva la dificultad de un
4
Stanford Encyclopedia of Philosophy. Laozi. First published Sat Dec 15, 2001; substantive revision Fri
Sep 21,2018
occidental de una comprensión sencilla de tal modelo de pensamiento oriental. A todo
esto, se añade la posibilidad de encontrarnos con distintas traducciones, incongruentes
unas con otras, que más que aclarar, nos pueden generar más confusión.

El Tao Te King es un libro intemporal. En cualquier época de la historia, en


cualquier momento en la vida del ser humano, su lectura se considera como una “receta
de santidad”, una “receta para el buen vivir interior”, una “receta para el buen vivir
universal”.

El libro en sí, ensalza unos “valores” o “principios” naturales, que nos ayudan a
crecer, a ser felices, avanzando en nuestro camino de la vida, con el fin de alcanzar ese
Tao. Palabra o concepto éste de difícil traducción y definición, al que podríamos
intentar aproximarnos, si lo identificamos con el principio de todas las cosas, lo
absoluto impersonal, la fuente de todas las cosas o una realidad suprema.

En sus ochenta y un capítulos, las ideas se orientan, por una parte hacia la
enseñanza del conocimiento y explicación de lo que es el Tao universal, y por otra,
hacia la enseñanza del descubrimiento de la “virtud” humana, la forma en que un
hombre “sabio” debe actuar para llegar a alcanzar o conocer ese Tao.

Por lo que respecta a la faceta práctica y social, las enseñanzas del Tao se
dirigen a educar al ser humano para hacerle integrarse en los movimientos y ciclos de la
naturaleza, teniendo, como suprema aspiración en la virtud, la unión en equilibrio y
armonía con el universo. Esto incluye tanto a hombres sencillos como a gobernantes en
la realización de sus funciones.

Algunos conceptos básicos de la obra


Para hacer comprender y conocer qué es el Tao, Laozi utiliza la “paradoja”
como figura retórica literaria, mediante el empleo de expresiones o frases que expresan
una aparente contradicción entre sí. En el libro nos encontramos innumerables paradojas
para referirse a las preferencias de lo débil a lo fuerte, de la no- acción a la acción, de lo
inferior a lo superior, de la ignorancia al conocimiento, de la nada al algo, o del vacío a
la plenitud. El primer ejemplo de ello lo tenemos ya en el capítulo II, cuando dice:

“…el ser y la nada se generan uno a otro,


lo difícil y lo fácil se complementan uno con otro,
lo largo y lo corto se forman uno de otro,
lo alto y lo bajo se vierten uno en otro,
el sonido y el tono se armonizan uno con otro,
el antes y el después se siguen uno a otro….”

Otro ejemplo de utilización de paradoja (LVI):

“El que sabe no habla, el que habla no sabe….”

El principio del dejar hacer, también es fundamental en el Tao Te King. El


sentido de la no-acción no debe entenderse como pasividad ante las cosas, sino una
forma de no intervenir en el curso natural de las cosas, no recurrir a una actividad
forzada, tan sólo un dejar hacer a lo espontáneo y natural. En el capítulo II tenemos la
primera referencia:
“….Así el santo
permanece en estado de inacción,
practica la enseñanza sin habla,
y todos los seres se crean sin que él los origine….”.

No-acción y naturalidad se consideran principios íntimamente relacionados


puesto que la no-acción es la que da sentido a la utilidad de un actuar naturalmente, sin
esfuerzos, sin excesos.

El ser y el no-ser, prefiriéndose la situación del No-Ser, que es anterior al Ser.


El propio vacío, la nada o el No-ser es lo esencial del Tao (IV*1). Su mutabilidad (LI*2)
o capacidad para el cambio, también se desarrolla en el capítulo XL*3:
*1“El curso es vacío que mana,
más su uso no alcanza la plenitud…..”
*2”El curso los genera, la virtud los sustenta,
la materia los conforma, el vigor los completa…..”
*3“El retorno es el movimiento del curso…..”

Es muy recurrente el uso de la utilidad del vacío en el pensamiento taoísta,


haciendo su aparición en el capítulo XI.

“Treinta radios convergen en el cubo (de la rueda),


más en su nada radica la utilidad del carro…..”

La eternidad del Tao se debe entender en un doble sentido, como algo sin
tiempo (dimensión temporal) y como algo permanente, constante o que no se destruye
(dimensión espacial). Como la fuente original de todo. Una fuente que no tiene nombre
porque aún no es; todo nace de esa fuente y entonces es cuando esas cosas tienen
nombre.

La problemática presencia de los deseos, impiden el camino natural hacia el Tao


y la evolución del mundo (XXXVII*1), debido a la inquietud y agitación que provocan,
en el capítulo XX*2 (XLVIII*3).
*1”….Sin deseos, se serenarían,
y todo bajo el cielo se estabilizaría.”
*2“…La multitud tiene intenciones…”.
*3”…En cuanto uno tiene ocupaciones,
no es apto para obtener todo bajo el cielo.”

A nivel político, condena las acciones agresivas o codiciosas del gobernante


(LXXV*1), como los castigos (LXXIV), la guerra (XXXI; LXIX)), la muerte (LXXVI*3;
LXXX), el abuso sobre el débil en beneficio propio y propone un gobernante virtuoso
y diplomático (LXI*2), bueno para conseguir una “buena vida” propia y de su reino
(LVII).
*1“El hambre del pueblo
viene de los muchos impuestos que comen los grandes;
por eso está hambriento…”
*2“… Por eso, un gran señorío que se rebaje ante un pequeño señorío;…”
*3“El hombre es, al nacer, blando y débil;
al morir, queda duro y rígido.

A nivel personal, toda la obra en sí es una reflexión para conocer y conducirse


individualmente por la vía del Tao.

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