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Santiago, 13 de mayo de 2019

Reseña de textos

“¿Cómo seleccionar un instrumento para evaluar aprendizajes estudiantiles?”


por Catalina Covacevich

“Evaluación al interior del aula: Una mirada desde la validez, confiabilidad y objetividad”
por Carla Förster y Cristian Rojas

“¿Es posible mejorar la evaluación y transformarla en herramienta de conocimiento?”


por varios autores.

Asignatura: Evaluación para el Aprendizaje

Profesor: Mg. Benjamín Troncoso Velásquez.

Carrera: Pedagogía en Historia y Geografía

Estudiante. Bernardo Collao Collao

INTRODUCCION
La evaluación es un tema que ha tomado cada vez mayor importancia, ¿Qué es? ¿Cómo
aplicarla? ¿Cómo contribuye al aprendizaje?, son de seguro preguntas que nacen al pensar en
este tema. Los autores que revisaremos son especialistas en estos temas y nos proporcionaran
diferentes enfoques sobre la evaluación que es necesario considerar y reflexionar.

“¿Cómo seleccionar un instrumento para evaluar aprendizajes estudiantiles?”, en este texto el


propósito de la autora es equiparar la importancia de la evaluación ah todo el sistema de
aprendizaje, es especial con las metas a alcanzar. Covacevich (2014) expresa “evaluar es parte
inherente de un proceso de mejoramiento continuo”, por esta razón la evaluación es sumamente
importante y tiene tanta importancia como las metas que se quieren alcanzar. Cada proceso
también tendrá diferentes metas, por lo que las evaluaciones serán diferentes, para ello hay que
saber seleccionar el instrumento adecuado, Covacevich (2014), nos dice que la efectividad de las
evaluaciones dependerán de la calidad del instrumento, y que para asegurarse de escoger el
mejor, es necesario haber revidado la mayor cantidad de instrumentos antes, así como la
información previa necesaria, de esta forma el instrumento podrá recoger los datos necesarios
que se desean evaluar. “Evaluación al interior del aula: Una mirada desde la validez,
confiabilidad y objetividad”, en este artículo, los autores siguen un poco el hilo de nuestra autora
anterior, y su propósito es generar un cuestionamiento con respecto a la validez de los
instrumentos usados para evaluar, ellos dicen “la información que se recoge siempre esta
permeada por las características psicológicas, sociales, económicas y físicas particulares de cada
estudiante” (Föster y Rojas,2008), por lo que una respuesta no solo es una respuesta, hay todo
un mundo detrás, un mundo diferente en cada estudiante, por lo que el mismo instrumento no
siempre lograra recoger la información esperada de la misma forma. Los autores proponen
considerar la validez, confiabilidad y objetividad como ejes centrales al momento de escoger un
instrumento de evaluación.

“¿Es posible mejorar la evaluación y transformarla en herramienta de conocimiento?”, el propósito


de los autores es generar una guía de reflexión respecto a la evaluación, contrastando la teoría
y la práctica, así como la importancia de considerar el contexto, pues la realidad de las aulas no
siempre será la misma. Es por esto que nos dicen que la tarea educativa debe considerar a sus
actores, pues son ellos quienes la ejercen con autonomía transformadora y responsable. Buscan
también evitar caer en el escribir para especialistas o como especialistas en pedagogía y realizar
un alcance más cercano al aula, y es desde allí que nos proponen los diferentes criterios y
principios, necesarios para enfocar adecuadamente la evaluación.
RESEÑAS

I.- ¿Cómo seleccionar un instrumento para evaluar aprendizajes estudiantiles?

1) Para comenzar, la autora nos habla de que debe existir una coherencia entre el objeto de
evaluación y el instrumento escogido, es decir que el instrumento sea el adecuado, y para esto
debemos primeramente preguntarnos ¿Para qué queremos evaluar?, responder esto nos
ayudara bastante, pues nos orientara a buscar una estrategia adecuada. Algunos de los objetivos
evaluativos pueden ser: Tomar una fotografía de cómo está un sistema educativo, como está la
educación de un país respectos a otros, como ha sido la evolución de un sistema a lo largo del
tiempo, como está la escuela, obtener información del estudiante, etc.

Una vez definido el objetivo de nuestra evaluación, debemos revisar que este alineado con
nuestro instrumento, pues si es alineamiento es bajo, la evaluación entregara una información
limitada. Es por esto que hay que revisar para que fue hecho el instrumento, cuál es su finalidad,
y si tiene un carácter diagnóstico, formativo o final, pues cada uno tiene una finalidad distinta, que
puede entorpecer la alineación al usarla en la instancia equivocada. En segundo lugar, se debe
revisar que el instrumento cubra los contenidos que se desean evaluar, es decir que no deje nada
afuera o que no evalué un contenido que no existe, y finalmente, para quien fue diseñado ese
instrumento, si queremos aplicar un instrumento diseñado para evaluar a estudiantes “x”, no
podemos usarla con estudiantes “z” pues no se alinea con su realidad.

2) Un segundo aspecto importante es la calidad de los instrumentos, que se mide en tres áreas,
validez, confiabilidad y estandarización. La primera nos habla de la validez entendida como hasta
qué punto el instrumento mide de manera efectiva lo que se busca medir, es decir estará basada
en un juicio previo y posterior relacionado con el objetivo de evaluación. Para esto, nos
proporciona algunos cuestionamientos, como, ¿los ítems son una muestra adecuada del
constructo que se quiere evaluar? Por esto, es responsabilidad del diseñador del instrumento,
entregar evidencia sobre la validez, a partir de que es lo que buscaba evaluar con ese
instrumento, para de esta forma lograr emitir un juicio aceptable en un contexto adecuado.
Respecto a la confiabilidad del instrumentos, se refiere a la consistencia con que el instrumento
mide, o el grado de error que pueda tener. Un instrumento confiable mide siempre de la misma
manera, pero debe entenderse en contextos y propósitos evaluativos específicos. Es necesario,
nos dicen los autores, que haya bastante detalle para juzgar si la confiablidad es adecuada, para
de esta forma tener un espectro mayor. Existen tres marcos teóricos para analizar la confiablidad,
la teoría clásica; que mide la consistencia de manera interna considerando el puntaje observado
como el puntaje verdadero, la teoría de generalizabilidad; que permite especificar y estimar los
diversos componentes de la verdadera varianza del puntaje, y la teoría de respuesta al ítem,
llamado TRI y que proporciona un proceso estadístico unificado entre los ítems y los individuos
examinados. Finalmente, la estandarización, que hace referencia a las condiciones de aplicación
del instrumento, tanto las condiciones de administración como de puntuación, que deben ser igual
para todos los examinados.

3) Un tercer aspecto, son las consideraciones prácticas, y tiene que ver por ejemplo con los costos
asociados a la evaluación, que tan factible es aplicar este o este otro instrumento, dependiendo
de los costos asociados. Se incluyen también los tiempos de aplicación, es decir que el
instrumento sea aplicable en los bloques de la jornada educativa, y el entrenamiento de los
examinadores, es decir que estén capacitados para aplicar el instrumento.

4) El siguiente aspecto es el de los tipos de instrumentos, y tiene que ver con su clasificación y
uso determinado. Una primera clasificación es la de a) Instrumentos paramétricos y no
paramétricos, y tienen que ver con la población a la que están dirigidas, o para que tipo de
población fueron diseñadas, b) instrumentos referidos a normas y criterios, enfocada en comparar
resultados, para establecer una norma o un comportamiento esperado, y aquellas que están
referidas a contenidos, dominios, objetivos o competencias mínimas, c) instrumentos de
respuesta abierta o cerrada, que implican el escoger alternativas entre una serie de opciones,
incluyendo tanto preguntas de alternativa como de desarrollo.

5) Finalmente, se nos habla de las consideraciones éticas y de justicia de los instrumentos,


referidos a un nivel valórico del instrumento. Las consideraciones éticas son responsabilidad de
quien desarrolla la evaluación, sin embargo, existen también practicas éticas por parte de los
evaluados relacionado al fraude, como el hacer trampa, copiar o cambiar los puntajes.

La justicia por su parte se refiere a la relación con el sesgo y validez, generando la siguiente
pregunta, ¿Cómo se pueden hacer evaluaciones que justas para estudiantes con necesidades
educativas especiales? Se nos dice que el sesgo es una característica que impide evaluaciones
precisas e imparciales. Los test justos son aquellos que consideran las diferencias culturales y
lingüísticas de los evaluados.
II.- Evaluación al interior del aula: Una mirada desde la validez, confiabilidad y objetividad.

En este texto los autores hacen énfasis en lo que para Covacevich es su segundo aspecto a
considerar en la evaluación. Föster y Rojas, realizan un análisis de los conceptos de validez,
confiabilidad y objetividad de una evaluación.

1) Respecto a la validez, nos dicen que este es el primer elemento a considerar en la calidad de
una evaluación, pues está relacionada a la información recogida por el instrumento. Nos dicen
que la validez no es una propiedad intrínseca del instrumento, sino de la interpretación y el uso
que se vaya a hacer de la información obtenida a partir del instrumento. Se nos habla de la validez
en diferentes enfoques, el primero es el psicométrico, que nos dice que la validez solo tendrá
sentido en pruebas a gran escala, es decir a un número considerable de estudiantes, por lo que
su aplicación a un aula de clases se dificulta y pierde valor la validez. Por su lado, el enfoque
instruccional, hace referencia a la relación entre lo que se enseña y lo que se evalúa, si la relación
es débil, los estudiantes no tienen posibilidad d demostrar lo aprendido y el instrumento pierde
validez. Otro enfoque es el consecuencial, y tiene que ver con la relación de la validez con las
consecuencias y secuelas intencionales, estos son de especial importancia cuando las
interpretaciones de la información pueden implicar consecuencias adversas para los evaluados.
Dentro de la sala de clases, toma mayor importancia la validez consensual, pues los diferentes
contextos personales de cada estuante toman mayor relevancia.

2) Respecto a la confiabilidad, los autores la relacionan con la consistencia de la medición, es


decir que, al repetirla en las mismas circunstancias, entrega resultados similares. Es decir, hace
referencia a la exactitud y estabilidad de los resultados. Existe una distinción entre la confiabilidad
de una evaluación a gran escala y una en el aula. En la primera el objetivo de la confiabilidad es
tener una clasificación estable de los estudiantes en una escala de puntuación estable a lo largo
de un continuo progreso, en cambio la evaluación en el aula, el objetivo, es tener información
estable acerca de la diferencia entre el desempeño ideal y el verdaderamente logrados en
relación a los objetivos. Para resguardar que las evaluaciones sean confiables se debe tener en
cuenta que el fin último es que las conclusiones deben tener suficiente evidencia para no cometer
errores.

3) Por su parte, la objetividad está asociada al impacto de la confiabilidad en la sala de clases,


es decir la calidad de un objeto independiente de las consideraciones personales. La objetividad
de un instrumento entonces consiste en resguardar la ausencia de apreciaciones subjetivas, para
esto se debe informar a los alumnos de la intencionalidad de la evaluación y de los aprendizajes
a evaluar, dar a conocer los criterios de evaluación, elaborar pautas de corrección y establecer
criterios de asignación de puntajes.

III.- ¿Es posible mejorar la evaluación y transformarla en herramienta de conocimiento?

El propósito de los autores es transformar la evaluación en una herramienta de conocimiento, y


para ellos proporcionan algunos principios como guía de la reflexión:

1) La evaluación no es un apéndice del proceso de aprendizaje, es parte de éste, pues a medida


que el sujeto aprende, simultáneamente evalúa, discrimina, valora, critica, opina, razona,
fundamenta y decide. Es por esto que no s ele debe ubicar como un acto desprendido. La tarea
educativa debe concebirse como una propuesta que considera a sus actores, y los involucra en
todo el proceso.

2) El mejoramiento del rendimiento de los estuantes comienza cuando el profesor se pregunta


¿Qué enseño?, ¿Por qué lo enseño y que modo lo enseño?, es decir, que el profesor debe evaluar
previamente lo que enseñará y la forma en que lo hará, para de esta formar involucrar a los
estuantes en su propio proceso evaluativo.

3) No existen formas de evaluación mejores que otras, pues su calidad dependerá del objeto
evaluado, de los sujetos y el contexto en que sea evaluado, es decir dependerá de la situación
en que se evalúa y la finalidad de ésta.

4) El docente debe lograr concentrarse mas en como los estudiantes captan lo enseñado que en
las técnicas de enseñanzas, debe propiciar una evaluación dinámica, la que comprende el estado
actual del niño en relación con la zona disponible para la adquisición del concepto y la
disponibilidad el niño para aprender.

5) Diseñar instrumentos y aplicarlos nos perite tener acceso a una cierta cantidad de información,
en relación con lo que se desea evaluar, pero se debe tener cuidado en su aplicación, pues hay
que considerar, características de la situación, el clima creado para realizarlo, etc. Entonces, lo
que se desea evaluar es solo un aspecto, pero este no está aislado.

6) La evaluación se constituye en fuente de conocimiento y lugar de gestación de mejoras


educativas, es decir constatar las realizaciones de los alumnos respecto a los objetivos
pedagógicos previamente planteados.
7) La evaluación de las estrategias de aprendizaje puestas en juego durante el proceso de
construcción de los conocimientos, es un área de alta potencialidad educativa y con amplias
posibilidades de incidencia en la transformación de dicho proceso. La evaluación de las
estrategias de aprendizaje entonces, consiste en referir los datos suministrados por la evaluación
a los procesos y estrategias cognitivas, es decir el grado de conciencia que la persona tiene
acerca de sus formas de aprender.

SINTESIS

Los diferentes autores buscan abordar la evaluación como un pilar importante del proceso
educativo, considerándola no solo como el cierre de éste, sino más bien como algo transversal
en todo el proceso. Ellos recalcan la importancia también de involucrar al estudiante en su propio
proceso de evaluación, pues son ellos los que están aprendiendo. No se trata solo de medir y
comparar, sino de algo más personal, pues la evaluación debe enfocarse en la formación tanto
grupal como individual de cada individuo. La escuela debe ser el lugar en donde esto ocurre y los
maestros deben proporcionar instrumentos que vayan acorde con las necesidades de cada
estudiante y su proceso. Además, la evaluación posee diversas artistas, las que se deben
considerar tales como la validez del instrumento usado y su confiabilidad, pero, además, cual es
el contexto, tanto, en el momento en que se elabora el instrumento, lo aplico, cuando recojo los
datos y cuando emito un juicio sobre ellos. El sistema educativo no considera estos momentos,
por lo que la mayoría de los instrumentos pierde efectividad, no consiguiendo que las
evaluaciones realmente reflejen lo aprendido.

Desde ese aspecto estoy de acuerdo con los diferentes autores, pues es una realidad que los
instrumentos pierden efecto ante la subjetividad, sin embargo, la objetividad torna el instrumento
a un modelo injusto, pero a su vez choca con lo complejo que es abordar a los estudiantes caso
a caso, y si cada estudiante tiene un proceso diferente, la objetividad no funcionara, pero a su
vez la subjetividad terminara estresando al profesor. Creo que lo mejor es establecer marcos para
el diseño de instrumentos que sean de carácter objetivo, y que además se realicen instrumentos
secundarios particulares, que acompañen y refuercen previo a las evaluaciones. Creo que, si es
posible mejorar la evaluación y transformarla en herramienta de conocimiento, pero necesitamos
mayores capacitaciones para los docentes, pues no todos están capacitados para elaborar
buenos instrumentos, ni tampoco disponen de los tiempos y espacios para desarrollarlos o
elaborar juicios de valor al recoger los datos, pero el enfoque dinámico que se propone es parte
de una buena evaluación, púes en el fondo, la evaluación no es solo el instrumento, sino todo un
proceso que es paralelo al de enseñanza- aprendizaje.

En fin, el desafío docente de elaborar instrumentos de evaluación que sean de calidad es una
necesidad, que se ve afectada por diversas realidades, y debemos trabajar para capacitarnos en
esta área, considerando la validez y confiabilidad de lo que hacemos, considerando siempre la
evaluación como algo importante que debe planificarse a la par en que se planifican las clases,
que en el momento de pensar en un contenido, venga de inmediato el pensar porque ese y no
otro y como voy a medir el que los estudiantes aprendan eso.

BIBLIOGRAFIA

Celman, S. (1998). ¿Es posible mejorar la evaluación y convertirla en herramienta de


conocimiento? En Camilloni, A.(coord..). La evaluación de los aprendizajes en el debate didáctico
contemporáneo. Buenos Aires: Editorial PAIDOS.

Covacevich, C. (2014). Cómo seleccionar un instrumento para evaluar aprendizajes estudiantiles.


Banco Interamericano de Desarrollo, Dirección de Educación.

Föster, C. & Rojas, C. (2008). Evaluación al interior del aula: una mirada desde la validez,
confiabilidad y objetividad. Santiago: Revista Pensamiento Educativo, Vol. 43, pp. 285-305

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