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El ser humano al comunicarse, no solo trasmite información, ideas, pensamientos o

sentimientos, sino que al mismo tiempo expresamos ciertas conductas, las cuales pueden ser
interpretadas de forma diferente dependiendo el contexto, la situación o a quien vaya dirigido
dicho mensaje.

Es por ello que este Axioma nos indica, que toda comunicación posee un nivel de contenido y
con ella una relación, es decir al comunicarnos y transmitir un mensaje cualquiera (contenido),
reforzamos una relación ya establecida con el receptor del mensaje, y esta relación es la que
establece un sentido de carácter propio al contenido del mensaje.

En consecuencia, podemos concluir que cada persona responde a ciertos mensajes, de acuerdo a
las características de la relación en la cual son dichos, o más específicamente, las palabras, gestos,
movimientos o expresiones utilizadas al comunicarnos obtienen su significado por el contexto de
la relación entre el emisor del mensaje y quien lo recibe.

impone conductas

que las palabras utilizadas en la comunicación obtienen su significado por el contexto de la


relación entre el hablante y el oyente. Si se llama a alguien “perdedor”, la palabra significa una
cosa si la persona es un amigo cercano, pero puede significar una cosa totalmente diferente si se
trata de una relación casual. Esto representa el segundo axioma: el contexto define el contenido.

La comunicación se puede realizar en dos niveles simultáneamente, El


Axioma de Contenido y relación

El contenido es el mensaje emitido por medio del lenguaje verbal o no verbal.

La relación clasifica al contenido

El ultimo clasifica a el primero y por lo tanto es una metacomunicacion.

Cada persona responde a ciertos mensajes (contenidos) de acuerdo a las características de la


relación (relacional) en la cual son dichos.

En este punto, uno de los términos que necesitas entender es el de meta-


comunicación. ¿Qué significa este término? La meta-comunicación es
el intercambio de información que se realiza para indicar cómo se
debe interpretar la información. Por ejemplo, si afirmamos de forma
directa y tajante que “no tenemos ganas de salir”, esta frase puede
interpretarse de forma diferente si se la decimos a nuestro mejor amigo
que a alguien que acabamos de conocer.
Es indispensable siempre tomar en cuenta los aspectos culturales de la
otra persona. Muchas veces, sin querer, podemos dar una primera
impresión negativa al no atender a ciertos términos, actitudes y acciones
que podrían ser vistas como agresivas o insultantes por terceros.

Al comunicarte no se trasmite únicamente una información, sino se expresa una conducta, es por
ello que respecto al modo como debe entenderse el contenido que se transmite.

en cualquier mensaje intervienen dos aspectos: el contenido que se transmite y la relación que
existe entre los interlocutores, de modo que el segundo influye en el sentido del primero. El
contenido aporta el qué se dice y la relación, el cómo hay que interpretarlo. Por ejemplo, un
directivo le dice a un empleado “¿Ya estás de vuelta?”. Si la relación que existe entre ambos es
cordial, el segundo lo entenderá como una mera pregunta, pero si por el contrario la relación es
negativa y se han producido discrepancias previas el trabajador puede concebir las mismas
palabras como un reproche por su ausencia.

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