Académique Documents
Professionnel Documents
Culture Documents
[...] Tampoco la autoridad de interpretar las leyes penales puede residir en los jueces de lo
criminal, por la misma razón de que no son legisladores. Los jueces no han recibido las
leyes de nuestros remotos antepasados como una tradición de familia o como un testamento
que no dejase a los sucesores más que el cuidado de obedecer; sino que las reciben de la
sociedad viviente, o del soberano representante de ella, como legítimo depositario del
resultado actual de la voluntad de todos: las reciben, no como obligaciones de un antiguo
juramento*, nulo porque ligaba voluntades
- De la jurisprudencia
La sentencia debe ser previsible! Por cierto, un bello ideal pero desgraciadamente y en
toda eternidad, irrealizable. Si la sentencia fuera previsible, no existirían procesos y, por
tanto, no existirían sentencias. ¿Quién comenzaría un proceso, en el que, según se
puede prever, perderá? ¿O se cree que los abogados de las partes vencidas son
ignorantes o estafadores? (Nos proporcionaría una estadística de incomparable valor para
la Justicia, si algunos de los más destacados abogados quisieran calcular el tanto por
ciento de los casos en los cuales la sentencia fue completamente contraria a sus
previsiones).
¡La sentencia debe ser objetiva y no debe ser subjetiva! Pero el hombre no puede
evitar que imprima a cuanto emprenda el sello de su personalidad. Y cada uno que en
el palacio de la diosa Themis no sea un ingenuo forastero sabe qué influencia decisiva
ejerce también hoy día la persona del juez sobre la redacción del fallo. Así se explica
que las resoluciones de un tribunal cambian al compás de cambiar las personalidades de
sus presidentes.