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SEM.

JOHN JAIRO VALLEJO


La concepción marxiana del método supone la aparición de una nueva forma de pensamiento científico
Teniendo en cuenta que en el pensamiento de Marx hay un salto o mejor dicho un cambio respecto al método que
utiliza comprenderemos que 1) para tal cambio o novedad fueron determinantes las raíces hegelianas en su
pensamiento , que más adelante le servirán como fundamento para llevar a acabo 2) la inversión de la idea
hegeliana o como el mismo Marx afirma poner sobre los pies la dialéctica en Hegel porque estaba cabeza abajo
y de esta manera 3)adoptando ciertos apartes de la dialéctica de su maestro, pero rechazando el contenido de su
pensamiento pondrá como base la materia para desarrollar su materialismo histórico.
Karl Heinrich Marx (en español comúnmente traducido como Carlos Enrique Marx; Tréveris, Reino de Prusia; 5
de mayo de 1818-Londres, Inglaterra; 14 de marzo de 1883) fue un filósofo, economista, sociólogo, periodista,
intelectual y militante comunista prusiano de origen judío. En su vasta e influyente obra abarca diferentes campos
del pensamiento en la filosofía, la historia, la ciencia política, la sociología y la economía. Comúnmente se suele
presentarse a Marx como un discípulo de Hegel o como un “hegeliano de izquierda” que invirtió completamente
las tesis hegelianas, pero conservando partes importantes de la sustancia del Hegelianismo. (Mora, Diccionario
de Filosofía - Tomo III (k-p), 1994)
Durante su juventud, y mientras se formaba en filosofía, Marx recibió la influencia del filósofo alemán
predominante en Alemania en aquel tiempo, Hegel. De este autor tomó el método del pensamiento dialéctico, al
que, según sus propias palabras, pondría sobre sus pies; significando el paso del idealismo dialéctico del espíritu
como totalidad a una "dialéctica del devenir constante" donde la síntesis, a diferencia de Hegel, no había sido
realizada. Además, sigue utilizando el método dialéctico para analizar las contradicciones en la historia de la
humanidad y, específicamente, aquella entre el capital y el trabajo. (Wikipedia, s.f.)
Cabe decir que mientras unos tratan de remontarse a un Marx “originario”, otros tratan de adaptar el pensamiento
de Marx (o El de Marx y Engels) a nuestra época; mientras unos destacan el aspecto “humanista” del marxismo,
otros ponen de relieve su carácter científico; mientras unos se interesan por sus raíces hegelianas, otros tienden a
olvidarlas casi por completo; mientras unos subrayan su carácter de teoría social, otros insisten en su aspecto de
practica revolucionaria. Algunos ciertamente tratan de aunar estos aspectos diversos, o cuando menos varios de
ellos. Se ha hablado a veces de “marxismo vivo” y también de “neomarxismo” para caracterizar muchas de estas
corrientes, pero aun si reducimos su número es difícil darles una característica tan general. (Mora, Diccionario de
Filosofía - Tomo III (k-p), 1994, págs. 2304-2305)
Haciendo referencia a la influencia hegeliana en el pensamiento de Marx debemos tener en cuenta que
En la Fenomenología Hegel dice que sólo el Espíritu (o, mejor, lo espiritual) es real. Ello parece dar a entender
que Hegel sostiene una filosofía “espiritualista”, según la cual o solamente hay realidad espiritual o bien toda
realidad se reduce en último término a realidad espiritual. Sin embargo, Hegel usa “Espíritu” en un sentido muy
distinto del que tiene el mismo término en cualquier sistema más o menos “espiritualista”. Por lo pronto, el
Espíritu no es para Hegel una entidad especial, o una especie de supraentidad superior a todas las demás. “Lo
espiritual -ha descrito Hegel- es la esencia, lo que existe en sí mismo.” Ello significa que para Hegel lo espiritual
no es propiamente entidad, sino forma (o formas) de ser de las entidades. Esta forma (o formas) de ser no se hallan
establecidas de una vez para siempre, sino que están sometidas a un interno proceso dialectico. (Mora, Diccionario
de Filosofía - Tomo II (e-j), 1994)
Frente al materialismo es importante tener en cuenta que “la filosofía de Hegel se considera en general el punto
culmen del idealismo alemán. Su sistema, que abarca todos los ámbitos del saber fue creado por Hegel
precisamente con este propósito”. (Volpi, 2005)
Es el tipo de filosofía que atacó Berkeley, el cual rechazaba el “materialismo” o “filosofía mecánica” por estimar
que la materia no tiene realidad propia; en vez del materialismo, y en contra de él, Berkeley propugnaba, pues, el
“idealismo”.
El materialismo es, según Eucken, una de tres grandes tendencias: el materialismo, el espiritualismo y el monismo.
El espiritualismo afirma que toda realidad es de carácter psíquico (o espiritual); el monismo sostiene que la
realidad no es ni psíquica ni física, sino un todo que abarca por igual lo psíquico y lo físico como dos “aspectos”
o “modos”; el materialismo mantiene que toda realidad es de carácter material (o corporal). (k-p, 2324)
No se puede identificar el materialismo dialectico con el pensamiento de Marx, aun si se tienen en cuenta que
este fue materialista, que su materialismo se opuso al materialismo mecanicista, que usó un tipo de pensamiento
que en ocasiones exhibió una fuerte impronta dialéctica e inclusive que dio su aprobación a lo que luego fue
considerada como una de las leyes dialécticas formuladas por el materialismo dialectico, esto es, el paso de la
cantidad a la cualidad según el modelo de la Lógica de Hegel. Sin embargo, nada de esto hace de Marx un
materialista dialectico en sentido estricto; el materialismo de Marx es, en cambio, un materialismo histórico.
Mientras el materialismo mecanicista se apoya en la idea de que el mundo está compuesto de cosas y, en último
término, de partículas materiales que se combinan entre si de un modo “inerte”, el materialismo dialectico afirma
que los fenómenos materiales son procesos. Hegel tuvo razón en insistir en el carácter global y dialectico de los
cambios en los procesos naturales, pero erró en hacer de estas manifestaciones del “Espíritu”. Hay que “invertir”
la idea hegeliana y colocar en la base la materia en cuanto que se desarrolla dialécticamente. (Mora, Diccionario
de Filosofía - Tomo III (k-p), 1994, pág. 2328)
Desde el punto de vista filosófico, el marxismo en cuanto sistematización de Marx y Engels sostiene que el ser
prima sobre la conciencia. Ésta refleja el ser -o la realidad-, de modo que se formula una epistemología realista,
no sólo contra todas las formas de idealismo, sino también contra todas las formas de fenomenismo. Como el ser,
o realidad, de que se trata es la materia, se propugna un materialismo. No es el materialismo mecanicista, sino el
materialismo dialéctico.
Se entiende que lo que se sigue llamando de todos modos, “marxismo” constituye una inversión de Hegel, pero
mientras se rechaza el contenido del pensamiento de este filosofo se adopta su método. Este es aplicable a toda la
realidad y, por lo pronto, a la realidad natural. La dialéctica de la Naturaleza se rige según leyes, de las cuales
sobresalen tres, que, según algunos autores, son o las mas fundamentales o las únicas: la ley de la transformación
de la cantidad en la cualidad; la ley de la unidad e interdependencia de los opuestos, y la ley de la negación de la
negación. Las leyes dialécticas de referencia siguen un esquema que se ha atribuido a Hegel: el esquema de la
tesis – antítesis – síntesis, es decir, de la tesis como afirmación, la antítesis como negación y la síntesis como
negación de la negación. Las negaciones no son negaciones lógicas; sobre todo, la negación de la negación
consiste en un movimiento de “absorción” o “superación”. La totalización, que era una característica del método
de Marx en su estudio de las sociedades, se convierte aquí en un concepto aplicable a la realidad entera.
La naturaleza es concebida como una realidad material infinita en el espacio y en el tiempo, de esta realidad
surgen los organismos, que siguen siendo materiales, y de los organismos surgen los procesos psíquicos, que están
así mismo arraigados en la materia y son, en ultimo termino, materiales. El conocimiento tiene lugar por medio
de órganos de los sentidos, que son materiales; conocer es, pues, un modo de relación de una “materia” con una
“materia”. La Naturaleza como realidad material se comprende así mismo de acuerdo con ciertas categorías
fundamentales, entre las cuales destacan las de la necesidad y las de la interacción. Ahora bien, tanto esta
necesidad como esta interacción tienen lugar no mecánicamente, sino, una vez más, dialécticamente. El puro
mecanicismo es un fatalismo. El idealismo es un “contingentismo” radical injustificado. Solo el materialismo
dialectico permite coordinar la necesidad con la voluntad. (Mora, Diccionario de Filosofía - Tomo III (k-p), 1994,
pág. 2304)
Lo que Engels llamó ya “concepción materialista de la historia”, lo que Plenajov calificó de “materialismo
histórico” (abreviado a veces Hismat en las lenguas en que, como el ruso y el alemán, el adjetivo precede al
nombre; a diferencia de Diamat, abreviatura de “materialismo dialectico”) es característico del pensamiento de
Marx o, por lo menos, de una parte, muy fundamental del mismo. Puede considerarse también como una
característica básica del marxismo en todas sus variantes, salvo aquellas que, por apartarse tanto del pensamiento
de Marx, pueden apenas ser calificadas de “marxistas”.
Es posible -y, según cierto número de autores, plausible- sostener el materialismo histórico sin sostener el
materialismo dialectico. En cambio, parece difícil, en el caso de que sea posible, adoptar el último sin abrazar el
primero. Para algunos, además, el materialismo histórico está incluido en el dialéctico.
Consideraremos aquí el materialismo histórico como el método, o la doctrina, o ambas cosas a un tiempo, del
marxismo, específicamente en la forma que corresponde al pensamiento de Marx. Se ha discutido mucho si el
materialismo histórico fue ya elaborado, o elaborado con suficiente plenitud, por el joven Marx, esto es, el Marx,
de los Manuscritos económicos y filosóficos, de 1844. Los autores que lo niegan hacen corresponder el
materialismo histórico con el Marx “maduro”, específicamente el de la Critica de la economía política, de 1859,
y el de El Capital, cuyo primer tomo se publico en 1867. Los que lo afirman encuentran en el joven Marx trazas
de materialismo histórico, aun si éste es expresado a menudo en formas más filosóficas, éticas y humanistas de
lo que fue corriente en obras posteriores de Marx.
En cualquier caso, sería necesario presentar la evolución del materialismo histórico y averiguar, como lo ha hecho,
entre otros, Mario Rossi, su “génesis”. Sin embargo, hay en el joven Marx por lo menos la génesis de un
materialismo histórico.
Una idea fundamental es la de la transformación del mundo material por medio del trabajo. Sobre todo, en una
sociedad como la capitalista, el trabajador enajena o aliena su trabajo, el cual se convierte en un producto
susceptible de compra y venta. Esto se debe al modo de producción de los medios de existencia y a las relaciones
de producción. Entender estos modos y estas relaciones de producción es entender la formación de las sociedades.
Así, el mundo material y lo que hacen los hombres con él, constituyen las bases para entender la historia de los
hombres como historia de las sociedades. En efecto, los cambios en las condiciones materiales de la existencia
son el fundamento de los cambios sociales e históricos. Las demás actividades humanas y productos de estas
actividades humanas, como las constituciones de los Estados, las leyes, los productos culturales, etc., se hallan
subordinados a los modos de producción.
Marx insiste en el carácter material de la existencia humana y de su relación con el mundo. En este sentido, se
sostiene un materialismo, así como un naturalismo. Pero lo que interesa a Marx no es sólo la naturaleza humana,
sino también, y, sobre todo, lo que ésta hace con el mundo. La naturaleza humana es una abstracción; lo que ella
hace con el mundo es una realidad concreta, que cambia y evoluciona. El materialismo es un método para entender
la naturaleza humana en su carácter concreto histórico. Por eso no se trata de sentar leyes semejantes a las de las
ciencias positivas de la Naturaleza, sino mas bien de comprender los mecanismos de la formación de las
sociedades y los cambios que tienen lugar en éstas. Estos cambios son de naturaleza dialéctica en el sentido de
que en las sociedades se producen conflictos que se resuelven por medio de transformaciones fundamentales de
la estructura. La dialéctica de que se hace uso en el método del materialismo histórico no es una dialéctica
ontológica. No es tampoco una dialéctica de la conciencia o una dialéctica conceptual. Es una dialéctica real que
permite entender que, en la historia, en tanto que lucha de clases, hay negaciones de una clase por otra.
En todo caso, la conciencia humana no determina la existencia social, sino a la inversa. Las relaciones de
producción corresponden a un estado definido del desarrollo de sus poderes materiales de producción. La suma
de estas relaciones de producción constituye la estructura económica de la sociedad. Ello ha llevado a algunos
autores a sostener que, de acuerdo con el materialismo histórico, la economía es la base de la historia y de todas
sus estructuras.
Marx aplicó el método indicado, con los supuestos ya apuntados, al estudio de la formación de varias sociedades
y en particular al estudio y critica de la sociedad burguesa capitalista. (Mora, Diccionario de Filosofía - Tomo III
(k-p), 1994, págs. 2329-2330)
Esta diferencia que establecía Marx entre “representar” lo concreto por medio del pensamiento y “generarlo”,
implica una limitación materialista para la propia potencia del pensamiento teórico respecto de la realidad: en el
primer caso, la reconstrucción es aproximativa, se intenta reconstruir un conjunto de relaciones y arribar a una
comprensión total, pero sin lograrlo de manera definitiva y concluyente. En la segunda concepción (idealista) la
realidad se termina identificando con el pensamiento y la reconstrucción de la totalidad sería absoluta y totalmente
transparente.
Se puede tomar, por ejemplo, lo que dice en sus palabras finales a la segunda edición alemana de El Capital,
escritas en enero de 1873:
“Mi método dialéctico no sólo es en su base distinto del método de Hegel, sino que es directamente su reverso.
Para Hegel, el proceso del pensamiento, al que él convierte incluso, bajo el nombre de idea, en sujeto con vida
propia, es el demiurgo [creador] de lo real, y lo real su simple apariencia. Para mí, por el contrario, lo ideal no es
más que lo material transpuesto y traducido en la cabeza del hombre.
[...] La mistificación sufrida por la dialéctica en las manos de Hegel, no quita nada al hecho de que él haya sido
el primero en exponer, en toda su amplitud y con toda conciencia, las formas generales de su movimiento. En
Hegel la dialéctica anda cabeza abajo. Es preciso ponerla sobre sus pies para descubrir el grano racional encubierto
bajo la corteza mística”.
El joven Marx, el Marx maduro y el Marx tardío, mantuvieron siempre una relación de crítica y apropiación del
pensamiento dialéctico de Hegel. Cuáles fueron los términos de esa relación en cada etapa fue un tema de debate
intenso en el marxismo del siglo XX y lo sigue siendo en la actualidad. (Maso, 2016)
En este orden de ideas nos damos cuenta como Marx concibe el método de una manera distinta que representa
una novedad y autenticidad únicas y determinantes porque se formula una epistemología realista contra toda
forma de idealismo y fenomenismo, pero para esto se debe reconocer la influencia en cierta medida de Hegel en
cuanto al método dialectico el cual Marx adopta y afirma en referencia al pensamiento hegeliano que su deber es
ponerlo sobre los pies es decir invertirlo y para esto colocara en la base la materia en cuanto que se desarrolla
dialécticamente y esto lo conducirá a un materialismo que considera que toda realidad es material pero
concretamente su materialismo histórico insistirá en el carácter material de la existencia humana y de su relación
con el mundo afirmando que la conciencia humana no determina la existencia social sino a la inversa.
Puede decirse que el marxismo de que hablamos ahora es un materialismo histórico suplementado por un
materialismo dialectico y, según algunos, fundado en un materialismo dialectico.

Bibliografía
Maso, J. D. (7 de Agosto de 2016). La Izquierda Diario. Obtenido de La Izquierda Diario:
http://www.laizquierdadiario.com/Dialectica-y-marxismo-Marx-y-la-critica-de-la-economia-politica
Mora, J. F. (1994). Diccionario de Filosofía - Tomo II (e-j). En J. F. Mora, Diccionario de Filosofía - Tomo II (e-j) (pág. 1579).
Barcelona: ARIEL, S.A.
Mora, J. F. (1994). Diccionario de Filosofía - Tomo III (k-p). En J. F. Mora, Diccionario de Filosofía - Tomo III (k-p) (pág.
2297). Barcelona: ARIEL, S.A.
Volpi, F. (2005). Enciclopedia de Obras de Filosofía {H-Q). En F. Volpi, Enciclopedia de Obras de Filosofía - Volumen 2: H-Q
(pág. 913). Barcelona: HERDER.
Wikipedia. (s.f.). Wikipedia. Obtenido de Wikipedia: https://es.wikipedia.org/wiki/Karl_Marx#Pensamiento

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