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Primera generación:
Derechos individuales y políticos (Siglo XVIII) Surgieron como respuesta a los reclamos que
motivaron los principales movimientos revolucionarios de finales del siglo XVIII en occidente.
Imponen al Estado el deber de abstenerse de interferir en el ejercicio y pleno goce de estos
derechos por parte del ser humano. Debe limitarse a garantizar el libre goce de estos derechos,
organizando la fuerza pública y creando mecanismos judiciales que los protejan.
Los derechos de primera generación, según el Prof. Aldo Atilio Alessio, pueden a su vez clasificar
en:
A la libertad individual
A la seguridad
A la libertad de pensamiento y conciencia
A la libertad de expresion
A la libertad de reunion y asociación
Nadie estará sometido a esclavitud o servidumbre
Nadie será sometido a torturas ni a penas o tratos crueles, inhumanos o
degradantes, ni se le podrá ocasionar daño físico, psíquico o moral
Nadie puede ser molestado arbitrariamente en su vida privada, familiar, domicilio
o correspondencia, ni sufrir ataques a su honra o reputación
Toda persona tiene derecho a circular libremente y a elegir su residencia
Toda persona tiene derecho a una nacionalidad
DESCA:
Los derechos económicos, sociales, culturales y ambientales, o DESCA, es como son calificados
los derechos de segunda y tercera generación en un solo conjunto. Son de una naturaleza
diferente a los derechos fundamentales puesto que en su gran mayoría están basados en la
libertad positiva o de ejecución externa; aunque unos pocos pueden ser vistos sólo como
derivaciones directas o indirectas de los derechos de primera generación.
De ahí el surgimiento del constitucionalismo social que enfrenta la exigencia de que los derechos
sociales y económicos, descritos en las normas constitucionales, sean realmente accesibles y
disfrutables. Se demanda un Estado de Bienestar que implemente acciones, programas y
estrategias, a fin de lograr que las personas los gocen de manera efectiva, y son:
3. Tercera generación :
Por su parte, la tercera generación de derechos, surgida en la doctrina en los años 1980, se
vincula con la solidaridad. Los unifica su incidencia en la vida de todos, a escala universal, por lo
que precisan para su realización una serie de esfuerzos y cooperaciones en un nivel planetario.
Normalmente se incluyen en ella derechos heterogéneos como el derecho a la paz, a la calidad
de vida o las garantías frente a la manipulación genética, aunque diferentes juristas asocian
estos derechos a otras generaciones: por ejemplo, mientras que para Vallespín Pérez la
protección contra la manipulación genética sería un derecho de cuarta generación, para Roberto
González Álvarez es una manifestación, ante nuevas amenazas, de derechos de primera
generación como el derecho a la vida, la libertad y la integridad física. Este grupo fue promovido
a partir de los ochenta para incentivar el progreso social y elevar el nivel de vida de todos los
pueblos. Entre otros, destacan los relacionados con:
Se puede decir que A es igual a B (A=B). Se trata de un sentido aritmético, propio de la lógica
formal.
Alguien puede decir que A es igual a B queriendo significar que A y B son semejantes, no
idénticos pero muy parecidos. Por ejemplo, un transeúnte que va pasando por un barno de casas
de Cierto estilo puede decir que son iguales, queriendo significar. No que son idénticas sino muy
parecidas o semejantes (porque es Imposible que sean idénticas).
Discriminación
La expresión discriminación se suele emplear en dos sentidos, uno que podemos llamar
"neutral" y el otro "no neutral" en términos morales o valorativos.
El sentido neutral:
Un primer sentido, que -como dije- podemos denominar "neutral" consiste”, en separar o
distinguir. Es posible emplear la palabra discriminación. En el sentido de separar o distinguir sin
implicar nada acerca de SI tal separación o distinción es correcta o incorrecta cualquiera que sea
el punto de vista. Es por esto que sugiero considerar “neutral" a este sentido de la expresión
discriminación.
El sentido no neutral:
Sin embargo, es posible que la expresión discriminación tenga una connotación moral positiva,
aunque en un sentido bastante débil. En efecto, al hablar de distinguir o separar es posible aludir
a una capacidad o aptitud intelectiva que, en cuanto tal, es deseable tener en vez de carecer de
ella.
Así, se puede decir que alguien discrimina en el sentido de que es capaz de distinguir, en
comparación con alguna otra persona que no posee la habilidad de separar O distinguir en
términos cognitivamente correctos. Una persona puede ser capaz de discriminar matices en los
colores, dimensiones de algún concepto, en fin. Lo mismo se puede aplicar respecto de un
instrumento metodológico: se puede decir que una encuesta está mal diseñada porque no
permite discriminar, asumiendo que 10 que es deseable en un instrumento metodológico de
ese tipo es que permita discriminar información respecto de cierta variable.
Discriminación arbitraria.
Un último punto. No es lo mismo hablar de "igualdad" que del principio de Igualdad. Este último
llene que ver con una directriz de conducta, a diferencia de la igualdad que no tiene
necesariamente un sentido conductualmente tematizada, Por lo mismo, cuando se habla de
discriminación se plantea un contexto discursivo que como tal, se encuentra conceptualmente
vinculado con el "principio de igualdad" y no con la "igualdad" a secas.
Así las cosas, para hablar de "discriminación" hay que hablar del "principio de igualdad".
Por esta razón, gran parte de la sección conceptual de este trabajo estará referida al "principio
de igualdad".
"La equiparación como manifestación de la igualdad, ante la ley supone un trato igual de
circunstancias de situaciones idénticas, que, sin embargo, se estima deben considerarse
relevantes para el disfrute o ejercicio de determinados derechos o para la aplicación de una
misma reglamentación normativa"
"La diferenciación puede ser, asimismo, expresión del valor igualdad ante la ley. Se trata de una
diferenciación en el trato basado en la existencia de condiciones relevantes respecto a los
efectos de las normas.
Esta diferenciación potencia, y no dificulta, la igualdad ante la ley, y es un elemento de conexión
con la igualdad material, puesto que en el establecimiento de los datos relevantes se puede, en
ocasiones, tener en cuenta criterios de redistribución general que faciliten la satisfacción de
necesidades.
A partir de esta categoría, se puede comprender que el principio de igualdad exigirá en ciertos
casos obviar ciertas diferencias fácticas y equiparar personas y/o situaciones distintas, con el
objetivo de otorgar una igualdad de trato (igualdad por equiparación). En otras ocasiones, y por
el contrario, el principio de igualdad exigirá recoger diferencias fácticas existentes para efectos
de diseñar un estatuto diferenciado,
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