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INSTITUTO SUPERIOR “CARMEN MOLINA DE

LLANO”

DOSSIER DE PROCESOS POLITICOS Y


ECONOMICOS Y EL MUNDO DEL TRABAJ0
ACTUAL

PROF. MARCELA SOLEDAD MANSILLA

AÑO: 2018
MATERIAL GUIA PARA COMPLEMENTAR CON BIBLIOGAFIA RECOMENDADA EN
CLASE

BOLILLA I:
La palabra Estado proviene del vocablo latino Status que en el derecho romano,
status designaba la situación jurídica de una persona o el conjunto de sus
derechos y obligaciones sea respecto de la ciudad (status civitatis) o a su
libertad (status libertatis) etc.
Concepto de Estado: según jellinek “Allí donde haya una comunidad, con un
poder originario y medios coactivos para dominar sobre sus miembros y sobre
su territorio conforme a un orden que le es propio, allí existe un estado”
Jellinek dice que son tres los elementos constitutivos del estado:

A) Población: se refiere al conjunto de habitantes, hombres que mandan y


hombres que obedecen.
B) Territorio: se refiere a una parte de la superficie de la tierra habitada
por sujetos por que sin hombres no hay territorio sino solamente una
parte de la superficie terrestre. (suelo, subsuelo, espacio aéreo, y
espacio acuático.
C) Poder: es el ejercido de modo exclusivo sobre ese territorio determinado,
y ese poder debe es originario y no derivado
D) Derecho: Conjunto normativo vigente que regula la conducta social.
Establece lo que se puede hacer y no hacer.

Por su parte Carlos Fayt “El estado se nos presenta como una comunidad
políticamente organizada en un ámbito territorial determinado”
También podemos decir que desde el punto de vista jurídico el estado es una
persona jurídica de derecho público, es decir un ente susceptible de adquirir de
derechos y contraer obligaciones.
Para Weber Max el estado es un aparato de dominación.
Concepto de Gobierno: es la acción y efecto de gobernar. Gobernar es regir
un estado o una corporación pública.
Forma de Gobierno: se refiere a cada uno de los modos de establecer quien
o quienes deben ser ocupantes de los cargos de gobierno y en su caso como
deben ejercerlos.
Se trata de un sistema que sirve para adoptar las decisiones que comprometen
a la sociedad global en su totalidad.
Es lo relativo a la distribución de los órganos políticos capaces de expresar la
voluntad
Del estado (monarquía, democracia etc.)
También podemos decir que es el régimen político que tiene un estado.
Para Posadas: el gobierno es cosa distinta del estado, es algo del estado y
para el estado pero no es el estado.
El gobierno para ser considerado tal tiene que tener origen legal es decir tiene
que estar designado y actuar conforme a la constitución nacional y a las leyes.
El gobierno materializa el poder en el estado teniendo a su cargo la dirección
jurídica y política. Ese poder de que se encuentra investido el estado es poder
de autoridad, por que la dominación del estado moderno tiene por fundamento
la dominación legal, de carácter racional, es decir basada en la creencia de la
legalidad del orden jurídico político vigente.
Ese orden legal es quien confiere autoridad a los gobernantes, así los
gobernados al obedecerlos, obedecen al derecho estatuido: que regula por
igual la conducta de todos los miembros de una comunidad.
La actividad del poder en el estado se realiza mediante órganos a quienes se
les confía el cumplimiento de una función.
El gobierno esta formado por un conjunto de órganos investidos de poder de
autoridad y cuya competencia y actividad funcional se encuentra jurídicamente
condicionado.
La función es la actividad que deben cumplir los órganos que forman parte del
poder en el estado. Los órganos son las personas o instituciones que hacen
efectiva la actuación del poder en el estado.
Concepto de Régimen Político: “es la dirección ideológica de la forma
política, actuando a través de sus instituciones.”
Dirección: como resultado de la relación efectiva entre gobernantes y
gobernados, los modos de representación, elección y actividad política;
ideológica, como expresión de una concepción o sistema de expectativas
respecto de un tipo ideal de organización social, económica y política,
propuesto como meta u objetivo final; de la forma política, en su sentido de
organización dotada de una estructura cuyos elementos se relacionan
moralmente influidos por las convicciones y creencias sustentadas por el grupo
dominante, con lo que el régimen siempre se da dentro de una forma política; a
través de las instituciones, que sirven como medios técnicos aptos para
materializar las tendencias en normas jurídicas, realizando políticamente el
contenido ideológico del
grupo dominante.

Concepto de Nación:
Carlos Fayt dice “que es una comunidad determinada objetivamente por el
nacimiento o su asimilación y subjetivamente por nexos sociológicos, como el
lenguaje, la religión, los usos y costumbres y hábitos de vida y psicológicos,
como la voluntad de pertenencia y conciencia de poseer un origen, un destino
común, que se resuelven en determinadas formas de vida en común,
cooperación y solidaridad”
Pero no es exacto que par que exista Nación se requiera unidad de territorio,
gobierno de origen étnico, de lengua y de religión, ya que ninguno de estos
elementos es esencial para la realidad política de una Nación.
Hay naciones en las que se hablan distintos idiomas como por ejemplo Canadá,
Inglaterra., etc. tampoco puede ser por la unidad de razas por que hay
naciones con grupos de diversos orígenes étnicos, ni un territorio único por
que el pueblo judío ha sido una Nación sin un territorio determinado, y mucho
menos con respecto a la religión, ya que dentro de un mismo territorio Nacional
se encuentran grupos de distintas religiones, además no son muchos los
estados que adoptan una religión oficial como España.
Renán: “es una gran solidaridad constituida por el sentimiento de los sacrificios
realizados y por los que se realizarán en caso necesario, lo que presupone un
pasado y se resume en el presente por un hecho tangible, el sentimiento, el
deseo claramente manifestado de continuar la vida en común”

LIBERALISMO Y CONSEVADORISMO
IMPERIALISMO-LIBERALISMO-UNIFICACIÓN DE PAÍSES-CAPITALISMO
El liberalismo y el conservadorismo fueron las corrientes ideológicas que, como
el nacionalismo y el socialismo influyeron en el pensamiento de los hombres de
la segunda mitad del siglo XIX y se interrelacionaron con sus acciones. Cada
una de estas corrientes ideológicas tenía un punto de vista diferente sobre el
problema de la democracia política en sociedades en las que se estaba
desarrollando el capitalismo
El liberalismo se había ido conformando como una corriente ideológica a partir
de las ideas del filósofo inglés John Locke (1632-1704) y de los franceses
Montesquieu (1689-1755) y Jean Jacques Rousseau (1712-1778). A mediados
del siglo XIX, afirmaba los siguientes principios como los fundamentales que
debían organizar la vida de los hombres en sociedad: el reconocimiento de que
los hombres son libres e iguales en derechos: a la vida a la libertad, a la
seguridad, a la felicidad. y a la propiedad privada, individual e ilimitada; la
aceptación de queja autoridad del Estado se originaba en el acuerdo o pacto
que los integrantes de una sociedad realizaban entre í para poner límites a sus
propios derechos y asegurar la convivencia; la vigencia de un Estado de
derecho limitado en su poder y en sus funciones por la Constitución y las leyes-
que protegen jurídicamente los derechos de los individuos: El liberalismo fuera
ideología de los grupos burgueses cuyo poder social y económicó crecía junto
con el desarrollo del capitalismo industrial.
Desde mediados del siglo XIX, entre los liberales comenzó a desarrollarse un
movimiento democrático que, sin dejar de lado los principios del liberalismo, se
propuso avanzar hacia un mayor grado de igualitarismo en la organización
política de las sociedades. Los liberales reformistas comenzaron a proponer
reformas en la organización política de sus sociedades con el objetivo de
permitir una mayor participación del conjunto de la población en la elección y
en el ejercicio del gobierno a través del sufragio universal.
Fue frente a este movimiento democrático que, a partir de la segunda mitad del
siglo XIX, comenzó a afirmarse el conservadorismo. En las primeras 2 décadas
del siglo, los conservadores se diferenciaban de los liberales afirmando que la
monarquía, la organización eclesiástica, a familia, la propiedad privada, el
sistema de privilegios y las organizaciones eran instituciones divinas y que la
autoridad del Estado existía para defenderlas. Estas ideas expresaban, en esa
época, los intereses de los grupos privilegiados del antiguo régimen.
Más tarde, a medida que avanzaba el reformismo democrático, se consideró
conservadores a los grupos de la burguesía que se oponían al establecimiento
del sufragio universal y a otras reformas políticas que tendían hacia la
democratización. Frente a este problema, los conservadores justificaban su
oposición afirmando que las mayorías sólo podían expresarla voluntad de los
más ignorantes pero en ningún caso la verdad.
La nueva organización política: los partidos políticos
Los integrantes de las clases poderosas de las sociedades tenían conciencia de
la amenaza que significaba la democratización política para el mantenimiento
de su poder en la sociedad. Pero advertían también que ya no iba a ser posible
gobernar sin el consenso de la mayoría de la población. Eran crecientes las
demandas de participación de la pequeña burguesía y las clases medias, y cada
vez más fuerte la presión de los obreros, ejercida a través de huelgas y
movilizaciones, para obtener mejores condiciones de trabajo y de vida. Las
clases poderosas recordaban que los movimientos revolucionarios —como los
de 1848 y, en el caso de Francia, el de la Comuna de París de 1871— podían
llegar a destruir completamente el orden social existente. Por estas razones,
comenzaron a incorporar —gradualmente— a la masa de la población en la
toma de decisiones políticas, mediante la extensión del sufragio universal.
Durante las últimas décadas del siglo XIX, el conjunto de la población comenzó
a organizarse y movilizarse con el objetivo de presionar a los gobiernos para la
realización de sus muy variados intereses. El resultado fue la organización de
movimientos y partidos de masas, integrados por alianzas muy heterogéneas
entre diferentes grupos y sectores de la burguesía, las clases medias, la
aristocracia y los campesinos. Este nuevo fenómeno planteó entre la dirigencia
de los partidos obreros —integrados casi exclusivamente por miembros de la
clase obrera— la discusión sobre si para luchar por los intereses de los obreros
había que mantener como método las acciones revolucionarias o era
conveniente aceptar las reglas del juego de la democracia liberal y participar en
las elecciones, votando y proponiendo candidatos propios.
¿Qué es el neoliberalismo?
Neoliberalismo es uno de los nombres que se usa para describir una ideología
económica. También se puede llamar capitalismo corporativo,
Globalización corporativa, globalización, y hasta la economía suicida.. Esta
ideología es la que actualmente domina las políticas de la economía global. Aquí
hay una explicación breve de cómo se creó el neoliberalismo, cómo llegó a
dominar el mundo económico, cómo el neoliberalismo afecta a los pueblos del
mundo, cuáles son las "patas" que sostienen a este monstruo, y finalmente,
qué otras formas hay de estructurar las economías.
La historia del neoliberalismo
El neoliberalismo no siempre ha existido. De hecho, es un sistema bastante
joven-sólo se convirtió en la ideología económica dominante hace unos
veinticinco o treinta años. El sistema anterior, que duró aproximadamente
desde finales de los años 1930 hasta finales de los 70, fue formado en gran
parte por las ideas del economista inglés John Maynard Keynes, y por su
influencia se llama el "Keynesianismo". Sin dejar de ser capitalista, Keynes
decía que el Estado debería de tomar un papel activo en el manejo de la
economía de su país. En el Keynsianismo, el Estado imponía reglas y
supervisaba el mercado para dirigir la economía hacia las prioridades que
determinaba. No intentaba suplantar el mercado; más bien lo regulaba. Por
ejemplo, los Estados podían requerir que una parte de las ganancias de los
inversionistas extranjeros se volvieran a invertir en el país; o imponer aranceles
a productos extranjeros para proteger a productores nacionales; o podían
intervenir en sus mercados nacionales para promover objetivos públicos. En
conclusión: en el Keynesianismo, el mercado estaba subordinado al poder del
Estado.
Pero mientras dominaba el Keynsianismo en la economía global, otro
economista muy influyente, Milton Friedman, proponía un modelo económico
basado en principios prácticamente opuestos a los de Keynes-un modelo que
forma la base de lo que ahora se llama el neoliberalismo. Friedman propuso
que el Estado no interviniera casi nada en la economía nacional-es decir, que el
control de la economía estuviera en manos del capital privado y ya no en
manos del Estado. Criticaba los gobiernos nacionales por sus burocracias
enormes e ineficientes que impedían el funcionamiento óptimo del mercado.
Como asesor a los Presidentes de los EUA Richard Nixon y Ronald Reagan, llegó
a tener una influencia decisiva sobre la estructuración de la economía global.
Este último, acompañado por su contrapartida Margaret Thatcher, Primera
Ministra del Reino Unido, empezó a aplicar las teorías económicas de Friedman
a la práctica. Con el objetivo de permitir a las corporaciones e inversionistas
operar libremente para maximizar sus ganancias en cualquier parte del mundo,
estos dos mandatorios promovieron políticas de comercio libre, desregulación,
privatización de empresas públicas, baja inflación, el movimiento libre de
capital, y presupuestos equilibrados (se gasta lo que se recauda en impuestos).
El neoliberalismo llegó con fuerza a los países del sur con la crisis financiera de
1982 en México, en que ese país declaró a sus acreedores internacionales
(incluyendo el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional) que ya no
podía pagar sus deudas. (Para más información sobre la evolución de la crisis
de la deuda en el Sur, vea La Deuda Externa.) Aprovechándose de la posición
vulnerable de muchos países del Sur, el FMI y el Banco Mundial empezaron
durante los 80 a obligar a los países pobres a hacer grandes cambios en las
estructuras de sus economías. Estos cambios se llaman políticas de ajuste
estructural y han traído consecuencias profundamente perjudiciales para
millones de personas en los países afectados.

El futuro del neoliberalismo


El neoliberalismo sigue siendo la ideología dominante en los gobiernos de
muchos países, tanto ricos como pobres; en las corporaciones transnacionales;
y en organizaciones multilaterales como el Banco Mundial, el FMI, y la
Organización Mundial del Comercio.
CONSERVADORISMO
Como conservadurismo o conservatismo, dentro de un contexto político, se
considera a aquellas opiniones y posicionamientos de centro-derecha y derecha.
Los conservadores son especialmente favorables a la continuidad en las formas
de vida tradicionales y adversos a los cambios bruscos o radicales. En lo social,
los conservadores defienden valores familiares y religiosos tradicionales.
Generalmente el conservadurismo se asocia al nacionalismo de la nación ya
constituida y el patriotismo.
En lo económico, los conservadores históricamente se posicionaron como
proteccionistas -en oposición al librecambismo económico-, y como protectores
de las estructuras agrarias nacionales. Actualmente esta asociación es menos
clara, y en el conservadurismo político coexisten diversas posturas sobre lo
económico. Durante el siglo XX gran parte de los partidos conservadores
adoptaron medidas liberales al fusionarse con partidos de esta tendencia,
aliados en la defensa del orden social capitalista de la sociedad de clases. En
cualquier caso, el conservadurismo contemporáneo se alinea en occidente con
el capitalismo en materia económica y social, aunque el concepto también
puede designar a posiciones hoy minoritarias como el monarquismo.
Una expresión política reciente de gran relevacia es el neoconservadurismo, que
se caracteriza por la adhesión en lo económico al neoliberalismo y a valores
tradicionales cristianos y nacionalistas en lo social y político.El neoliberalismo
nos propone y promete vivir en un paraíso material creado por los medios de
comunicación bajo una lógica de consumismo .
Por Kande Mutsaku Kamilamba El neoliberalismo es una
manera de organizar la vida en el mundo, que consiste en una concepción del
capitalismo radical que absolutiza el mercado y lo convierte en el medio, el
método y el fin de todo comportamiento humano inteligente y racional. El
“mercado absoluto” exige una libertad total, es decir que no haya restricciones
financieras, laborales, tecnológicas o administrativas. El neoliberalismo se
expresa en políticas de ajustes y apertura que con diversas connotaciones se
aplican en los países africanos, que ponen el crecimiento económico y no la
plenitud de todos los hombres y mujeres en armonía con la creación, como
razón de ser de la economía. Restringen la intervención del Estado hasta
despojarlo de la responsabilidad de garantizar los bienes mínimos que se
merece todo ciudadano como persona. Eliminan los programas generales de
creación de oportunidades para todos y los sustituyen por apoyos ocasionales a
grupos focalizados.
Actualmente, el neoliberalismo al oponerse a la intervención redistributiva del
Estado, perpetúa la desigualdad socioeconómica tradicional y la acrecienta. Este
sistema introduce el criterio de que solamente el mercado posee la virtud de
asignar eficientemente los recursos y fijar a los diversos actores sociales los
niveles de ingresos. Se abandonan así los esfuerzos por alcanzar la justicia
social mediante una estructura progresiva de impuestos y una asignación del
gasto público que privilegie a los más desfavorecidos; y se dejan de lado
intentos por la democratización de la propiedad accionaria o la reforma agraria
integral.
Estamos peligrosamente empujados por una cultura que radicaliza la ambición
por poseer, acumular y consumir, y que sustituye la realización de todas las
personas en comunidades participativas y solidarias por el éxito individual en
los mercados. El neoliberalismo exacerba esta crisis al llevar a la desaparición el
bien común como objeto central de la política y la economía. El bien común es
sustituido por la búsqueda de equilibrio de las fuerzas del mercado.
He aquí, en síntesis, algunas características sobresalientes del
neoliberalismo económico:
· Concepción del ser humano como valioso únicamente por su capacidad de
generar ingresos y tener éxito en los mercados.
· Incentivar la carrera por poseer y consumir.
· Exacerbar el individualismo y la competencia llevando al olvido el sentido de
comunidad, y produciendo la destrucción de la integridad humana y ecológica.
· Expresa política de ajuste y apertura.
· Restringe la intervención del Estado hasta despojarlo de la posibilidad de
garantizar los bienes comunes mínimos que se merece todo ciudadano por ser
persona.
· Elimina los programas generales de creación de oportunidades para todos y
los sustituye por apoyos ocasionales a grupos focalizados.
· Privatiza empresas bajo la premisa de que la administración privada es mejor
que la pública.
· Abre las fronteras para mercancías, capitales y flujos financieros y deja sin
suficiente protección a los pequeños productores.
· Elimina obstáculos que podrían imponer las legislaciones que protegen a los
obreros.
· Libera de impuestos y de obligaciones a grupos poderosos.
En su conjunto, las características del neoliberalismo provocan una
concentración mayor de la riqueza y del poder económico en las manos deunos
cuantos y dejan sin protección a la mayoría de la población. Los defensores de
este sistema afirman que todos estos ajustes producirán, a largo plazo, un
crecimiento que elevará los niveles de ingreso y resolverá la situación de los
desfavorecidos.
Aún cuando se han observado cambios positivos con algunas medidas de
ajuste, podemos afirmar que estos efectos no compensan en nada el
desequilibrio y las perturbaciones que causa el neoliberalismo, pues la masa
urbana sin trabajo sigue multiplicándose. Al oponerse a la intervención
redistributiva del Estado, la desigualdad socioeconómica tradicional se
acrecienta. Con ello se profundizan los efectos que genera la pobreza: la
inequidad o la injusticia en la redistribución del ingreso y la riqueza, el escaso
capital social y la exclusión o desigualdad en las relaciones de intercambio. El
bien común ya no es importante, ahora lo es la búsqueda del equilibrio de las
fuerzas del mercado, donde la comunidad se torna irrelevante y el bien común
es inútil; se incrementa la violencia, así como la producción y consumo de
estupefacientes para olvidarse de este mundo de miseria.
La explotación, pobreza, desempleo, marginación, competencia desleal, fuga de
capitales son, para el neoliberalismo, episodios necesarios y positivos de la
lucha de los ejemplares más fuertes de la raza humana para conseguir mayor
riqueza, mayor prosperidad, mayor bienestar para la humanidad en general,
aunque no necesariamente para todos y cada uno de los miembros de esa raza.
Lo cual no importa pues la humanidad se considera mejorada sólo con que
algunos de sus miembros alcancen niveles nunca antes logrados de riqueza. La
generación de la pobreza para el sistema económico neoliberal es señal de que
se está marchando por el rumbo correcto. La pobreza y los padecimientos de
las masas tienen un significado promisorio, las fuerzas del mercado están
moviéndose sin interferencias y la reestructuración económica procede, tal cual
se esperaba una vez que el Estado se hizo a un lado y el instinto capitalista se
puso en marcha, libre de las artificiales regulaciones caprichosamente
establecidas durante décadas por gobernantes hostiles.
La multiplicación de los pobres y el aumento del sufrimiento humano no son
más que dolorosos mensajes situados al comienzo del camino, indicando que
estamos sobre la senda correcta. Pero no hay que desesperar pues “son
anuncios transitorios”. No tardarán en aparecer otros, como el pleno empleo, el
bienestar popular y la felicidad individual, siendo las señales de que estamos
arribado al paraíso neoliberal donde se podrán recoger los frutos de tanto
esfuerzo.

CONCEPCIÓN DE WEBER ACERCA DE LA DOMINACIÓN, EL PODER Y EL


ESTADO.
Maximilian Weber (Erfurt, Alemania, 21 de abril 1864 - Munich, 14 de junio
1920) fue un economista, político y sociólogo alemán, considerado uno de los
fundadores del estudio moderno, antipositivista, de la sociología y la
administración pública. Sus trabajos más importantes se relacionan con la
sociología de la religión y el gobierno, pero también escribió mucho en el
campo de la economía. Su obra más reconocida es el ensayo La ética
protestante y el espíritu del capitalism o, que fue el inicio de un trabajo sobre la
sociología de la religión. Weber argumentó que la religión fue uno de los
aspectos más importantes que influyeron en las diferencias en el desarrollo de
las culturas occidental y oriental. En otra de sus obras famosas, La política
como vocación, Weber definió el Estado como una entidad que posee un
monopolio en el uso legítimo de la fuerza, una definición que fue fundamental
en el estudio de la ciencia política moderna en Occidente. Su teoría fue
ampliamente conocida a posteriori como la Tesis de Weber.
Sociología de las políticas y gobierno
Dentro de la sociología de las políticas y gobierno, el ensayo más significativo
de Weber es probablemente La política como profesión. En él, Weber revela la
definición de estado que se ha convertido tan importante en el pensamiento
social occidental: que el estado es la entidad que posee el monopolio sobre el
legítimo uso de la fuerza física. La política se debe entender como cualquier
actividad a la que puede dedicarse el estado para influir sobre la distribución
relativa de fuerza. La política, por tanto, se deriva del poder. Un político no
debe ser un hombre de la ética cristiana verdadera, entendida por Weber como
la ética del Sermón de la Montaña, es decir, la de ofrecer la otra mejilla. Alguien
partidario de tal ética debería ser considerado como un santo, ya que son
únicamente los santos, según Weber, los que la siguen apropiadamente. El
reino político no es un reino de santos. Un político ha de abrazar la ética del fin
último y la de la responsabilidad, y debe sentir pasión por su advocación y ser
capaz de distanciarse él mismo de la materia de sus esfuerzos (los
gobernados).
Weber distinguía tres tipos puros de liderazgo político, dominación y autoridad:
dominación carismática (familiar y religiosa), dominación tradicional (patriarcas,
patrimonialismo, feudalismo), y dominación legal (ley y estado moderno,
burocracia). Según su punto de vista, cada relación histórica entre gobernantes
y gobernados contiene elementos que pueden ser analizados en base a esta
distinción tripartita. Además, afirma que la inestabilidad de la autoridad
carismática inevitablemente la fuerza a rutinizarse en una forma más
estructurada de autoridad. Del mismo modo, asegura que en un tipo puro de
regla tradicional, una resistencia al maestro suficiente puede llevar a una
revolución tradicional. Por ello, alude a un movimiento inevitable hacia una
estructura racional-legal de la autoridad, utilizando una estructura burocrática.
Así, esta teoría puede ser vista en ocasiones como una parte de la teoría social
evolucionista. Ésta enlaza con su concepto más amplio de racionalización
sugiriendo la inevitabilidad de un movimiento en esta dirección.
Weber es también conocido por su estudio de la burocratización de la sociedad,
los modos racionales en los que las organizaciones sociales aplican las
características de un tipo ideal de burocracia. Muchos aspectos de la
administración pública moderna vuelven a él, y un servicio civil clásico y
organizado jerárquicamente del tipo continental es denominado servicio civil
weberiano, aunque esto es sólo un tipo ideal de administración pública y
gobierno descrito en su obra magna Economía y sociedad, y uno que no le
gustaba especialmente, ya que lo consideraba únicamente eficiente y exitoso.
En su trabajo, Weber hace una descripción, que se ha vuelto famosa, de la
racionalización (de la que la burocratización es una parte) como un cambio
desde una organización y acción orientada a valores (autoridad tradicional y
autoridad carismática) a una organización y acción orientada a objetivos
(autoridad racional-legal). El resultado, de acuerdo a Weber, es una noche
polar de oscuridad helada, en la que la racionalización creciente de la vida
humana atrapa a los individuos en una jaula de hierro de control racional,
basado en reglas. Los estudios sobre la burocracia de Weber le condujeron
también a su análisis - correcto, pues resultaría así - de que el socialismo en
Rusia llevaría, debido a la abolición del mercado libre y sus mecanismos, a una
sobreburocratización (evidente, por ejemplo, en la economía de la escasez) más
que a un alejamiento fulminante del estado (como Karl Marx había predicho
que sucedería en una sociedad comunista).
«En última instancia –dice WEBER– sólo se puede definir el Estado moderno,
sociológicamente, partiendo de su medio específico, propio de él así como de
toda federación política: me refiero a la violencia física. “Todo estado se basa
en la fuerza”, dijo Troski en Brest-Litovsk. Así es, en efecto. Si sólo existieran
estructuras políticas que no aplicasen la fuerza como medio, entonces habría
desaparecido el concepto de “Estado”, dando lugar a lo que solemos llamar
“anarquía” en el sentido estricto de la palabra. Por supuesto, la fuerza no es el
único medio del Estado ni su único recursos, no cabe duda, pero sí su medio
más específico. En nuestra época, precisamente, el Estado tiene una estrecha
relación con la violencia. Las diversas instituciones del pasado –empezando por
la familia consideraban la violencia como un medio absolutamente normal. Hoy,
en cambio, deberíamos formularlo así: el Estado es aquella comunidad humana
que ejerce (con éxito) el monopolio de la violencia física legítima dentro de un
determinado territorio».
Por lo demás, WEBER fue siempre un convencido elitista o, como se dice a
veces, “un crítico de la sociedad de masas”; por mucho que se esforzase en
acercarse a la socialdemocracia, lo que en realidad le interesaba es que ésta
representaba orgánicamente a la aristocracia obrera. Lo que valora en la
democracia no es tanto la expresión de la voluntad popular cuanto la astucia
que usa para lograr un cierto nivel de control sobre la actividad de las elites.
La teorización weberiana del Estado moderno se inserta en su análisis de las
formas de racionalización. Pero lo que caracteriza al Estado moderno es que no
usa la violencia al modo brutal de los Estados antiguos; más bien al contrario
ha conseguido hacerse indispensable en la vida de los humanos, convirtiéndose
en la fuente única de legitimación, gestionando servicios, etc. Lo fascinante de
la dominación estatal es que se logra sin una violencia aparente, a través del
convencimiento y de mecanismos carismáticos.
Hay, según la clasificación que estableció WEBER y que hoy es clásica, tres
“ideales tipos” de legitimidad y dominación, cada una de las cuales engendra su
propio nivel de racionalidad:
• Dominación tradicional
• Dominación carismática
· Dominación racional (o legal-racional)
Dominación tradicional: es la que reposa en la creencia en el carácter sagrado
de las tradiciones y de quienes dominan en su nombre. El orden es sagrado
porque proviene de “siempre” y porque “toda la vida” de ha visto y se ha hecho
igual. La técnica de gobierno consiste en enmascarar que la tradición es una
invención y que el patrimonio base del poder patriarcal se basa en la
explotación de los otros miembros de la familia (en el caso de las familias
extensas) y en no diferenciar entre patrimonio personal y patrimonio del Estado
(caso de las monarquías). Bajo la autoridad patriarcal el Estado es administrado
como una finca particular y no puede hablarse con propiedad de ciudadanía.
Dominación carismática: reposa en la creencia según la cual un individuo posee
alguna característica o aptitud que le convierte en “especial”; se fundamenta en
líderes que se oponen a la tradición y crean un orden nuevo. Es el tipo de los
profetas [en griego “karisma” significa “gracia”]. Tal vez los individuos
carismáticos, especialmente vistos de cerca, no resulten especialmente santos
ni admirables pero logran provocar admiración, entusiasmo, apasionamiento –
incluso de forma desinteresada. Las técnicas mediante las cuales se puede
fabricar el carisma dependen de circunstancias históricas –WEBER es de antes
de la televisión!– pero es obvio que se trata de una construcción social y que
existe una correlación entre carisma y debilidad de las estructuras sociales. En
todo caso es obvio que el carisma –tanto el de personas individuales como el de
las instituciones– no se hereda, ni se puede transferir. El éxito de un buen
político o de un emprendedor está vinculado a la capacidad de usar su carisma
para institucionalizar un nuevo orden legal.
El tema del carisma en WEBER ha sido muy discutido, en la medida en que, a
través de su discípulo Carl SCHMITT, fue usado para justificar en 1933 la
ascensión al poder del Führer. En todo caso, el tipo de carisma que le
interesaba no es el totalitario sino el que aparece plebiscitado en un Estado de
derecho y sobretodo el “capitán de industria”, verdadero carismático de nuestro
tiempo.
Dominación racional :(“legal-racional”), es la que se da en los Estados
modernos, en que legitimidad y legalidad tienden a confundirse, pues, de
hecho, el orden procede de una ley –entendida como regla universal,
impersonal y abstracta. Es la expresión de la racionalización: formal, basada en
procedimientos, previsible, calculable, burocrática... y en este sentido caben
aquí no sólo regímenes democráticos, sino el socialismo burocrático. De hecho,
incluso lo que él denominó «democracia plebiscitaria de los jefes», es decir, lo
que hoy se llama “despotismo managerial” cabría, más o menos, agazapado en
este modelo de dominación, en la medida en que se pretende gobernar de una
forma tecnocrática, previsible, calculable.
LA BUROCRACIA: La burocracia es para WEBER el pilar fundamental del
moderno Estado de derecho, en la medida que permite diferenciar la esfera
político-administrativa de otras esferas o niveles (la religión, la economía...). En
este sentido cumple un papel racionalizador. Incluso si se defiende que la
violencia del Estado es “legítima”, es porque se diferencia claramente de la
violencia feudal indiscriminada. Si existe un estado de derecho necesariamente
debe existir una burocracia que dé sentido y estructura organizativa a la ley.
Esa es la figura del burócrata. Si la ley es abstracta, impersonal e igualitaria, el
burócrata debe ser exactamente así también. El burócrata, desligado de todo
interés personal, reclutado por un procedimiento objetivo basado en la
cualificación y en el mérito es, así, el instrumento eficaz de la ley.
Todos los sistemas organizativos eficaces se basan en la burocracia: el Estado,
la empresa e incluso las Iglesias (el sacerdote no deja de ser el burócrata de la
fe). Sin burocracia no hay racionalización, ni sociedad basada en la ley. De ahí
que el “ethos” burocrático (racionalidad e impersonalidad) impregne las
sociedades modernas. La burocratización es «la nueva servidumbre», porque es
la servidumbre de la ley. Pero a juicio de WEBER la burocratización no es sólo
algo inevitable en el capitalismo sino que constituye el destino común a todas
las sociedades modernas, incluso las de tipo socialista. La «dictadura del
funcionario», y no la del proletariado como creían los marxistas, es la que nos
acecha en el futuro. Con eso la racionalización del mundo tan vez habrá
alcanzado un hito, pero no está claro que lo haya alcanzado la libertad humana.
Más bien al contrario.
Teniendo en cuenta a Mann y a Max Weber, podemos definir al Estado como
una organización formada por instituciones y personal que reclama para si el
monopolio de la violencia legítima para imponer y garantizar un orden dentro
de un territorio determinado. Las características citadas en esta definición
alcanzan para definir todos los Estados más allá de su Régimen político. Sin
embargo esta definición se adapta especialmente bien para describir al Estado
moderno que históricamente aparece por primera vez cuando surgen las
monarquías absolutistas de España, Francia e Inglaterra.

CONCEPCIÓN AMPLIADA DE GRAMSCI 1891-1937.


Nace en Cerdeña, considerada parte del mezzogiorno italiano, en una familia de
la pequeña burguesía, de un pueblo llamado Alés.
Luego de cursar estudios primarios y secundarios en la isla, se traslada a Turín
para estudiar en la facultad de Letras. Estudia filosofía y lingüistica (glotología).
No termina sus estudios.
Sociedad civil, sociedad política, estado
El reconocimiento de la complejidad de sociedad y Estado moderno es un punto
de partida fundamental para Gramsci, hasta el punto de identificar la verdadera
política revolucionaria con la precisa comprensión del fenómeno estatal:
El concepto de revolucionario y de internacionalista, en el sentido moderno de
la palabra, es correlativo al concepto preciso de Estado y de clase: escasa
comprensión del Estado significa escasa conciencia de clase la comprensión del
Estado existe no solo para el que lo defiende, sino también para el que lo ataca
para transformarlo).
Pero junto al concepto de Estado, no es menos importante para Gramsci la
comprensión del de sociedad civil, cuyo mayor grado de desarrollo caracteriza a
las sociedades “occidentales”:
En Oriente el estado era todo, y la sociedad civil era primitiva y gelatinosa, en
Occidente bajo el temblor del estado se evidenciaba una robusta estructura de
la sociedad civil. El estado era solo una trinchera avanzada detrás de la cual se
hallaba una robusta cadena de fortalezas y casamatas...esto exigía un
cuidadoso reconocimiento de carácter nacional. [...] En los estados mas
avanzados, donde la “sociedad civil” se ha convertido en una estructura muy
compleja y resistente a las “irrupciones catastróficas” del elemento económico
inmediato (crisis, depresiones, etc.) las superestructuras de la sociedad civil son
como el sistema de las trincheras de la guerra moderna [...] se trata de
estudiar con “profundidad” cuáles son los elementos de la sociedad civil que
corresponden a los sistemas de defensa en la guerra de posiciones.
Gramsci define al Estado como la suma de las funciones de dominio y
hegemonía e incluso como la suma de sociedad política y sociedad civil:
Estado es todo el complejo de actividades prácticas y teóricas con las cuales la
clase dirigente no solo justifica y mantiene su dominio sino también logra
obtener el consenso activo de los gobernados.
Dice Giuseppe Tamburrana en un estudio sobre Gramsci:
Cuando se habla de sociedad burguesa o feudal [...] mantenida coactivamente
por las leyes, los jueces o la fuerza militar se entiende también un cierto modo
de vivir y de pensar [...] una concepción del mundo difundida en la sociedad y
sobre la cual se fundan las preferencias, los gustos, la moral, las costumbres
[...] de la mayoría de los hombres vivientes en aquella sociedad. Este modo de
ser y de actuar de los hombres, de los gobernados, es el puntal más importante
del orden constituido; la fuerza material es una fuerza de reserva para los
momentos excepcionales de crisis [...] Es este concepto el que interesa a
Gramsci, y es lo que trata de definir, analizar y explicar.
El del conformismo social es un “descubrimiento” clave, que hace que se preste
adhesión espontánea, incluso activa, a lo visto como habitual, normal y por lo
tanto “bueno”. La vida cotidiana se vive de acuerdo a preceptos implícitos,
incorporados a un “sentido común” de origen difuso, y composición
fragmentada y autocontradictoria, pero dotado de una gran eficacia cultural.
La “sociedad política” es el ámbito de lo público, lo político-jurídico, la coerción;
la “sociedad civil” el de lo privado, de las relaciones “voluntarias”, la
construcción de consenso. Gramsci las considera en algunos pasaje como dos
grandes planos superes-tructurales; a la primera corresponde el Estado y el
“dominio directo” y a la segunda la función de “hegemonía”.
Pero ambos niveles se entrecruzan. Por ejemplo el papel educativo-integrador
del derecho, destacado por Gramsci. En ocasiones identifica Estado con
sociedad política, y en otros considera al Estado como sociedad política más
sociedad civil (hegemonía revestida de coerción):
En la política el error se produce por una inexacta comprensión de lo que es el
Estado (en el significado integral: dictadura + hegemonía)
Como dirá luego Althusser, Gramsci no se ciñe a la división (perteneciente a la
ideología burguesa) entre estatal-público y privado. La sociedad civil es la sede
de la capacidad de “dirección”, distinta de la capacidad de “mando”. Una
sociedad civil desarrollada corresponde a la mayor gravitación del consenso, y
es por lo tanto la base posible de una auténtica “hegemonía”. Y permite la
formación de “opinión pública”:
El Estado, cuando quiere iniciar una acción poco popular, crea preventivamente,
la opinión pública adecuada, esto es, organiza y centraliza ciertos elementos de
la sociedad civil [...] La opinión pública es el contenido político de la voluntad
política pública que podría ser discordante: por eso existe la lucha por el
monopolio de los órganos de la opinión pública; periódicos, partidos,
parlamento, de modo que una sola fuerza modele la opinión y con ello la
voluntad política nacional, convirtiendo a los disidentes en un polvillo individual
e inorgánico.
Todo esto no significa dejar de tener presente el peso del “momento” de la
coerción, sea como potencialidad (permanente) o como acto (en situaciones de
crisis). Aun en el “estado de derecho” de mejor funcionamiento la fuerza aflora
continuamente, aunque no aparezca en el rol decisivo inmediato. Examinando
la concepción gramsciana sobre consenso y coerción, Anderson afirma que la
estructura normal del poder político capitalista en los estados democrático-
burgueses está, en efecto, simultánea e indivisiblemente dominada por la
cultura y determinada por la coerción.
El concepto del Estado
Estado (sociedad política + sociedad civil).
En esa presentación el Estado va mas allá de lo que se considera jurídicamente
como tal, e incorpora lo que Marx llamaba “los medios de produción
ideológica”, como la Iglesia, los partidos políticos, los sindicatos, que expanden
una visión del mundo y organizan a las masas.
Gramsci introduce así una noción ampliada del Estado, que lleva como
consecuencia a la idea de que el Estado en sentido jurídico-político puede (y
debe-ría) ser absorbido por la sociedad civil, en cuanto es expresión de dominio
de clase: es preciso hacer constar que en la noción general del Estado entran
elementos que deben ser referidos a la noción de sociedad civil (se podría
señalar al respecto que Estado = sociedad política + sociedad civil, vale decir
hegemonía revestida de coerción.) En una doctrina del Estado que conciba a
éste como pasible de agotamiento parcial y de disolución en la sociedad
regulada, el argumento es fundamental. El elemento Estado-coerción se puede
considerar agotado a medida que se afirman elementos cada vez más
conspicuos de sociedad regulada (o Estado ético o sociedad civil).
Es también, en términos de la relación dialéctica sociedad política-sociedad civil,
que adhiere a la visión del ideal comunista de desaparición del Estado un
sistema de principios que afirmen como fin del estado su propio fin, [...] su
propio desaparecer, o sea, la reabsorción de la sociedad política en la sociedad
civil, los hechos más importantes de la historia francesa desde 1870 hasta
nuestros días no se han debido a iniciativas de organismos políticos derivados
del sufragio universal sino a iniciativas de organismos privados [...] o de
grandes funcionarios desconocidos por la gente del país, etc. Pero ¿que
significa esto sino que por “Estado” debe entenderse no sólo el aparato
gubernamental sino también el aparato “privado” de hegemonía o sociedad
civil? El ejemplo es luminoso: aún en un país de tan elevado “desarrollo
estatal” como Francia, el Estado en sentido jurídico-formal dista de ser el centro
exclusivo, y ni siquiera el principal, de la toma de decisiones.
En la polémica sobre las funciones del Estado, con el término “Estado vigilante
nocturno” quiere significar un Estado cuyas funciones se limitan a la tutela del
orden público y del respeto a la ley. No se insiste en el hecho de que en esta
forma de régimen (que, en realidad, no ha existido nunca o sólo ha existido
como hipótesis-límite, sobre el papel) la dirección del desarrollo histórico
pertenece a las fuerzas privadas, a la sociedad civil, que también es “Estado”,
o, mejor dicho, es el Estado.
Gramsci insinúa que en sociedades con Estado jurídico mínimo, el estado real
anida en la sociedad civil.
Revolución pasiva
Gramsci concibe la revolución en sentido clásico, como una transformación
fundamental impulsada por iniciativa popular. Pero se ocupa de otro camino de
solución a las crisis orgánicas o de hegemonía,
expresan seguramente el hecho histórico de la ausencia de una iniciativa
popular unitaria en el desarrollo de la historia, y el otro hecho de que el
desarrollo se ha verificado como reacción de las clases dominantes al
subversivismo esporádico, elemental, inorgánico de las masas populares con
“restauraciones” que han acogido una cierta parte de las exigencias de “abajo”
por lo tanto “restauraciones progresistas” o “revoluciones-restauraciones” o
“revoluciones pasivas",la “revolución pasiva”. Aplica este término a un proceso
de transformación social sin momento “jacobino”, impulsado desde “arriba“, en
forma de modificaciones moleculares que, en realidad, modifican
progresivamente la composición anterior de las fuerzas y se convierten, por
tanto, en matrices de nuevas modificaciones.
Es decir, plantea que la clase dirigente se reagrupa y reorganiza, produce
reformas, reacomoda su “visión del mundo”, le da un lugar a clases que vienen
de formaciones sociales anteriores en el nuevo equilibrio de fuerzas. Y en suma,
logra producir transformaciones importantes en la organización social, pero
reduciendo al mínimo la “iniciativa popular” en la producción de esos cambios.
Los hombres y las clases toman conciencia de su situación en el terreno de la
ideología es un concepto marxiano invocado una y otra vez por Gramsci. Es
condición para ello generar una visión propia del mundo, lo que se logra al
producir intelectuales orgánicos y alcanzar una visión ético-política propia de la
clase, y exceder la percepción meramente económica de los intereses clasistas.
Ello le permite conferir universalidad a sus intereses “ estratégicos”, que tienden
a expandirse hacia otros grupos sociales, dando lugar así a la capacidad
“dirigente” de la clase que se sitúa en condiciones de constituirse en
“hegemónica”. La toma de conciencia es así un proceso autónomo, que se
genera al interior del desarrollo histórico de un grupo social.
No existe una conciencia “espontánea”, derivada linealmente de la posición en
el proceso de producción, ni una conciencia “ preconstituida” de clase, previa e
independiente de la experiencia social concreta, que se pueda enseñar como un
“evangelio”. Las clases subalternas llegan a las fases superiores de su
desarrollo en tanto que consiguen autonomía frente a las clases dominantes y
obtienen la adhesión de otros grupos políticos aliados.
Esa adhesión se alcanza en la medida en que desarrollan una
“contrahegemonía” que cuestiona la visión del mundo, los modos de vivir y de
pensar que las clases dominantes han logrado expandir entre vastos sectores
sociales. Se desarrolla así el espíritu de “ distinción” y “escisión” existente en
toda sociedad, para convertirlo en crítica activa del “conformismo” imperante.
Gramsci valora el objetivo comunista de la transformación contrahegemónica:
Para formar los dirigentes es fundamental partir de la siguiente premisa: ¿Se
quiere que existan siempre gobernados y gobernantes o, por el contrario, se
desea crear las condiciones bajo las cuales desaparezca la necesidad de que
exista tal división?
La nota distintiva es así el quiebre de las jerarquías sociales, de la división entre
ciudad y campo, entre “intelectuales” y “simples” y entre estado y sociedad
civil, su subsunción en la futura “ sociedad regulada”, superación definitiva del
“Estado-clase” en el plano político.
Reforma económica y reforma intelectual y moral, cambio de poder político y
construcción hegemónica, parecen convertirse así en pares en vinculación
compleja, pero que no pueden realizarse uno sin el otro.
Gramsci trabaja siempre la distinción entre lo “ culto” y lo “popular”, para
plantear la necesidad de dar la lucha en el terreno del lenguaje y la cultura del
pueblo, para hacer la crítica del “ sentido común” rescatando los núcleos de
“buen sentido” que en aquél existen.
Propugna un nuevo tipo de intelectual, distinto al de los tradicionales, más
ligado a funciones efectivas de dirección, incluso en la esfera económica.
El modo de ser del nuevo intelectual, ya no puede consistir en la elocuencia,
sino en su participación activa en la vida práctica, como constructor,
organizador, a partir de la técnica-trabajo llega a la técnica-ciencia y a la
concepción humanista histórica, sin la cual se permanece como “especialista” y
no se llega a ser dirigente (especialista mas político).
Le da importancia aquí al paso del intelectual tradicional (clérigo, abogado,
profesor, etc.) a un trabajador intelectual, vinculado más cercanamente a la
producción, pero a su vez marca la necesidad de alcanzar una visión de
conjunto de la sociedad y la historia para poder transformar al “ especialista” en
“dirigente”.
El italiano habla de determinadas necesidades para cada movimiento cultural
que tienda a sustituir al sentido común: trabajar sin cesar para elevar
intelectualmente a más vastos estratos populares, esto es, para dar
personalidad al amorfo elemento de masa, cosa que significa trabajar para
suscitar elites de intelectuales de un tipo nuevo, que surjan directamente de la
masa y que permanezcan en contacto con ella, para llegar a ser “ballenas de
corsé”.
Esta necesidad, cuando es satisfecha, es la que modifica realmente el
“panorama ideológico de una época ”.Es interesante ver como plantea el
situarse del intelectual en la relación entre sus convicciones teóricas y la
realidad en la que le toca actuar: la realidad es rica en las construcciones más
raras y es el teórico quien debe, en esta rareza, encontrar la prueba de su
teoría, “traducir” en lenguaje teórico los elementos de la vida histórica y no,
viceversa, presentar la realidad según el esquema abstracto esta concepción no
es más que una expresión de pasividad.
Se destaca aquí el carácter de la concepción de Gramsci sobre la capacidad
necesaria para “traducir” la realidad a términos teóricos, pues ambos planos, el
de la intelección y el real, tienen códigos diferentes. Toda la obra de Gramsci
puede ser en-tendida también como “ traducción” del comunismo a Occidente y
a Italia en particular. Y este problema de “ traducción” se liga también a la
dialéctica entre el “saber” y el “comprender-sentir” y la imposibilidad de
construir verdadero conocimiento sin pasión:
El elemento popular “siente” pero no siempre comprende o sabe. El elemento
intelectual “sabe” pero no comprende o, particularmente, "siente". Los dos
extremos son, por tanto, la pedantería y el filisteísmo por una parte, y la pasión
ciega y el sectarismo por la otra. El error del intelectual consiste en creer que
se pueda saber sin comprender y, especialmente, sin sentir ni ser apasionado
esto es, que el intelectual pueda ser tal (y no un puro pedante) si se halla
separado del pueblo-nación.
Los intelectuales orgánicos
Cada clase social fundamental tiende a crearse su propio grupo de
intelectuales, que le da homogeneidad y conciencia, en el terreno económico,
pero también en el político y el cultural. Gramsci se pronuncia contra la falsa
noción de la independen-cia de los intelectuales, contra la asimilación de ellos a
los “hombres de letras”; relativiza la división entre “intelectuales” y “simples”, y
quiebra la individualidad del intelectual en la figura del “ intelectual colectivo” de
la clase obrera. Plantea la extensión del concepto:
Por intelectuales es preciso entender no sólo aquellas capas comúnmente
designadas con esta denominación, sino en general toda la masa social que
ejerce funciones organizativas en sentido lato, tanto en el campo e la
producción como en el de la cultura y en el político-administrativo
En ese entendimiento, todo miembro activo de un partido, por cumplir
funciones organizativas, es un intelectual. Pero ya no un “ intelectual tradicional”
de tendencias individualistas y elitistas, sino un “ intelectual orgánico” surgido
de las masas y ligado a ellas, que se ve a sí mismo como integrante de un
movimiento colectivo: no existe una clase independiente de intelectuales, sino
que cada grupo social tiene su propia capa o tiende a formársela; pero los
intelectuales de la clase históricamente (y realistamente) progresista, en las
condiciones dadas, ejercen un poder tal de atracción que termina, en último
análisis, por subordinar a los intelectuales de los otros grupos sociales, y en
consecuencia por crear un sistema de solidaridad entre to-dos los intelectuales
con vínculos de orden sicológico (vanidad, etc.) y frecuentemente de casta
(técnico-jurídicos, corporativos, etc.)
En la sociedad capitalista, los empresarios son también intelectuales, al menos
en lo que incumbe a sus funciones de organización y dirección:
Si no todos los empresarios, por lo menos una elite de ellos debe tener
capacidad para la organización de la sociedad en general, en todo su complejo
organismo de servicios hasta la misma organización estatal, dada la necesidad
de crear las condiciones más favorables para la expansión de la propia clase, o
como mínimo debe poseer la capacidad para seleccionar “los encargados”
(empleados especializados) a los que se pueda confiar esa actividad
organizativa de las relaciones generales externas de la empresa.
El intelectual orgánico se diferencia de los intelectuales “ tradicionales”,
miembros de categorías preexistentes al desarrollo industrial capitalista, que se
conservan a sí mismas como “autónomas e independientes del grupo social
dominante”. Gramsci expone sucintamente la tarea fundamental de los
intelectuales de nuevo tipo, ligados a la clase obrera: elaborar críticamente la
actividad que existe en cada uno, y logrando que el esfuerzo nervioso-
muscular, en tanto elemento de una actividad práctica general que renueva
constantemente el mundo físico y social, llegue a ser el fundamento de una
nueva e integral concepción del mundo.
Previamente había caracterizado al “nuevo intelectual” como “intelectual-
constructor, organizador”, “persuasor permanente” que: de la técnica-trabajo
llega a la técnica-ciencia y a la concepción “ humanista-histórica”, sin la cual se
permanece como “especialista” y no se llega a “dirigente” (especialista de la
política).
Cabe aclarar que no hay que pensar en una relación simétrica intelectuales =
hegemonía, ya que también se desempeñan en funciones de “dominio”, ligadas
a la coerción:
Los intelectuales son los “empleados” del grupo dominante para el ejercicio de
las funciones subalternas de la hegemonía social y del gobierno político a saber:
1) del “consenso” espontáneo que las grandes masas de la población dan a la
dirección impuesta a la vida social por el grupo fundamental dominante,
consenso que históricamente nace del prestigio (y por lo tanto de la confianza)
que el grupo dominante deriva de su posición y de su función en el mundo de
la producción. 2) del aparato de coerción estatal que asegura “legalmente” la
disciplina de aquellos grupos que no “consienten” ni activa ni pasivamente, pero
que está preparado para toda la sociedad en previsión de los momentos de
crisis en el comando y en la dirección, casos en que no se da el consenso
espontáneo.
La coerción ocupa un segundo plano en las sociedades hegemónicas, pero
puede pasar al primero en momentos de crisis. Los intelectuales de una nueva
clase deben autoconcebirse como un fenómeno radicalmente nuevo: Una nueva
situación histórica crea una nueva superestructura ideológica, cuyos
representantes [los intelectuales] deben ser concebidos también ellos como
“nuevos intelectuales”, nacidos de la nueva situación y no como continuación
de la intelectualidad precedente. Si los “nuevos intelectuales” se conciben a sí
mismos como continuación directa de la intelectualidad precedente, no son en
absoluto “nuevos”, no están ligados al nuevo grupo social del que era expresión
la vieja intelectualidad. Si es tarea de los intelectuales la de determinar y
organizar la revolución cultural, o sea de adecuar la cultura a la función
práctica, es evidente que los intelectuales cristalizados son reaccionarios, etc.
La autoconciencia significa históricamente creación de una vanguardia de
intelectuales: una masa no se "distingue" y no se vuelve independiente "por sí
misma" sin organizarse y no hay organización sin intelectuales o sea sin
organizadores y dirigentes.
Crisis orgánica
Es el sacudimiento del “bloque histórico” completo, la crisis que abarca tanto la
pérdida de hegemonía como de la posibilidad de los dominantes de hacer
avanzar la economía, afectando a la estructura y a la hegemonía creada. Puede
prolongarse mucho tiempo sin resolverse, y su “solución” puede venir desde
arriba o desde abajo: la vieja sociedad resiste y se asegura un período de
respiro, exterminando físicamente a la elite adversaria y aterrorizando a las
masas de reserva.
Un período de represión aguda puede resolver la “crisis orgánica” por
destrucción del elemento dirigente de las clases subalternas. Se hace referencia
también a la “crisis de hegemonía”, en la que se rompe el vínculo
representantes-representados, y por lo tanto las corporaciones (sindicatos,
Iglesia, Fuerzas Armadas) recobran predominio. Es una crisis del Estado en su
conjunto, en el que la clase dirigente ve puesta en tela de juicio su “ autoridad”
sea por un fracaso propio en una empresa política de envergadura, sea por la
movilización activa y consciente de amplias capas sociales antes inactivas.51
Estas crisis de hegemonía son una lucha entre “dos conformismos”. Los viejos
dirigentes intelectuales y morales de la sociedad sienten que se les hunde el
terreno2 bajo los pies, se dan cuenta de que sus “prédicas” se han convertido
precisa-mente en “prédicas”, es decir, en algo ajeno a la realidad, en pura
forma sin contenido, en larva sin espíritu; de aquí su desesperación y sus
tendencias reaccionarias y conservadoras: la forma particular de civilización, de
cultura, de moralidad que ellos han representado, se descompone y por esto
proclaman la muerte de toda civilización, de toda cultura, de toda moralidad y
piden al Estado que adopte medidas represivas, y se constituyen en un grupo
de resistencia apartado del proceso histórico real, aumentando de este modo la
duración de la crisis, porque el ocaso de un modo de vivir y de pensar no puede
producirse sin crisis.
Con todo, los poderes corporativos pueden reconstruir la autoridad del Estado si
no se produce una iniciativa popular que lo impida.
Crisis de autoridad
Si la clase dominante ha perdido el consenso, entonces no es más “dirigente”,
sino únicamente dominante, detentadora de la pura fuerza coercitiva, lo que
significa que las clases dominantes se han separado de las ideologías
tradicionales, no creen más en lo que creían antes. La crisis consiste justamente
en que lo viejo muere y lo nuevo no puede nacer, y en este terreno se verifican
los fenómenos morbosos más diversos.
Esta crisis aparece así como un período de anomalías y asechanzas, pero a la
vez como una fuente de oportunidades para terminar cono los “fenómenos
morbosos” mediante una iniciativa transforma-dora operada desde “abajo”.
Aquí la hegemonía está concebida como la construcción que permite el paso a
una esfera de dirección intelectual y moral, hasta el punto de que la clase pase
del particularismo al universalismo y dirija así a otros grupos sociales.
Escribe F. Piñón: hegemonía no es una simple mezcla o alianza del dominio y el
consenso, sino hegemonía social, propio no del gobierno político o “dominio
directo”, sino relativa al “consenso espontáneo” dado por las grandes masas de
la población a la dirección de la vida social impuesta por el grupo gobernante
El proletariado se convertirá en dirigente clase que le permita movilizar a la
mayoría de la población trabajadora contra el capitalismo y el Estado burgués.
La supremacía de un grupo social se manifiesta de dos maneras, como dominio
y como dirección intelectual y moral. Un grupo social es dominante de los
grupos adversarios que tiende a ‘liquidar’ o a someter incluso con la fuerza
armada y es dirigente de los grupos afines y aliados.
La hegemonía es así el predominio en el campo intelectual y moral, diferente
del “dominio” en el que se encarna el momento de la coerción. Pero esa
“dirección” tiene raíces en la base, componentes materiales junto a los
“espirituales”: no hay hegemonía sin base estructural, la clase hegemónica
debe ser una clase principal de la estructura de la sociedad, que pueda
aparecer como la clase progresiva, que realiza los intereses de toda la sociedad.
Un elemento constitutivo de la hegemonía es el compromiso, la capacidad para
sacrificar ciertos intereses, para matizar la propia forma de ver el mundo. La
hegemonía se manifiesta así como un continuo formarse superarse de
equilibrios inestables [...] entre los intereses del grupo fundamental y los de los
grupos subordinados, equilibrios en los que los intereses del grupo dominante
prevalecen pero hasta cierto punto, o sea no hasta el burdo interés económico-
corporativo.64
Una clase hegemónica necesita desarrollar conciencia de la necesidad de
sacrificar en parte sus intereses inmediatos, de efectuar concesiones materiales,
de modo tal de tomar en cuenta efectivamente los intereses y las tendencias de
los grupos sobre los cuales se ejerce la hegemonía” en búsqueda de un cierto
“equilibrio de compromiso”.
Completando de algún modo la idea, G. afirma: es evidente que estos
sacrificios y estos compromisos no pueden referirse a lo esencial, pues si la
hegemonía es ético-política, no puede dejar de ser también económica, no
puede no tener su fundamento en la función decisiva que el grupo dirigente
ejerce en el núcleo decisivo de la actividad económica.
Como señala Anderson, existen dos conceptos de hegemonía, a) al interior de
las clases dominadas, en relación a la formación de un nuevo bloque histórico,
o b) entre clases antagónicas, que buscan obtener un consentimiento voluntario
y activo de las clases subordinadas. El proletariado consciente necesita
convertirse en clase “nacional” para adquirir capacidad de dirección sobre
sectores que son nacionales y hasta “locales”, aunque sea una clase de carácter
internacional. A través de su “intelectual colectivo” (el partido, organismo
portador de una nueva concepción del mundo), realiza la unión política e
ideológica de las clases subalternas, a las que agrupa en un conjunto
armonioso de “energías nacionales.”
El ejercicio “normal” de la hegemonía en el terreno devenido clásico del
régimen parlamentario se caracteriza por la combinación de la fuerza y el
consenso, que se equilibran en formas variadas, sin que la fuerza rebase
demasiado al consenso, o mejor tratando que la fuerza aparezca apoyada por el
consenso de la mayoría que se expresa a través de los órganos de la opinión
pública -periódicos y asociaciones-, los cuales, con ese fin, son multiplicados
a2rtificialmente. Entre el consenso y la fuerza está la corrupción-fraude (que es
característica de ciertas situaciones de ejercicio difícil de la función hegemónica,
presentando demasiados peligros el empleo de la fuerza), la cual tiende a
enervar y paralizar las fuerzas antagónicas atrayendo a sus dirigentes, tanto en
forma encubierta como abierta, cuando existe un peligro inmediato, llevando
así la confusión y el desorden a las filas enemigas.
El italiano toma en consideración el sustento institucional de la hegemonía, los
órganos concretos de producción hegemónica:
La escuela como función educativa positiva y los tribunales como función
educativa represiva y negativa, son las actividades estatales más importantes
en tal sentido. Pero en realidad, hacia el logro de dicho fin tienden una
multiplicidad de otras iniciativas y actividades denominadas privadas, que
forman el aparato de la hegemonía política y cultural de las clases dominantes.
Destaca que la constitución de los aparatos productores de hegemonía
atraviesa la esfera estatal y privada, para articularse en un accionar disperso en
su forma pero con un sentido unitario en su contenido. Y también:
El Estado tiene y pide el consenso, pero también lo educa por medio de las
asociaciones políticas y sindicales, que son sin embargo organismos privados,
dejados a la iniciativa privada de la clase dirigente.
Aparece así la construcción cotidiana del consentimiento otorgado al orden
social imperante.
Analiza también la posibilidad (y necesidad) de construir hegemonía antes de
conquistar el Estado. Podría decirse también que una clase subalterna
fundamental puede lograr su capacidad de dirección, tomar las “ casamatas” del
dominio de clase. Afirma José Aricó al respecto. Para el proletariado la
conquista del poder no puede consistir simplemente en la conquista de los
órganos de coerción (aparato burocrático-militar) sino también y previamente
en la conquista de la2s masas.
Estado, derecho y moral
A través del derecho, el Estado hace “homogéneo” el grupo dominante y tiende
a crear un conformismo social que sea útil a la línea de desarrollo del grupo
dirigente. La actividad general del derecho (que es más amplia que la actividad
puramente estatal y gubernativa e incluye también la actividad directiva de la
sociedad civil, en aquellas zonas que los técnicos del derecho llaman de
indiferencia jurídica, o sea en la moralidad y las costumbres en general.
Se introduce en el problema del acatamiento espontáneo a la ideología
dominante, en la construcción de un conformismo social que acepta la injusticia
como “natural”: el problema ético, que en la práctica es la correspondencia
“espontáneamente y libremente aceptada” entre los actos y las omisiones de
cada individuo, entre la conducta de cada individuo y los fines que la sociedad
se impone como necesarios, correspondencia que es coactiva en la esfera del
derecho positivo y es espontánea y libre en aquellas zonas en las que la
“coacción” no es estatal, sino de opinión pública, de ambiente moral, etc.2
Las leyes “imponen” a toda la sociedad normas de conducta ligadas a la razón
de ser y el desarrollo de la clase dominante.
La función máxima del derecho es ésta: presuponer que todos los ciudadanos
deben aceptar libremente el conformismo señalado por el derecho, en cuanto
que todos pueden convertirse en clase dirigente.

TEORIA DE CARLOS MARX ACERCA DEL ESTADO


Carlos Marx negó toda superioridad, neutralidad y universalismo a un Estado
que era para el una entidad clasista. El orden político era sólo una
superestructura jurídica y gubernamental, necesaria para garantizar el universo
de rapiña y miseria moral en que consistía la sociedad civil burguesa. Las
mistificaciones legales de la sociedad política o estatal eran sobremanera
eficaces para mantener las libertades asimétricas y los derechos desiguales de
la propiedad privada, verdaderos pilares de la sociedad civil.
Sólo el retorno del reino de lo político a la sociedad civil, a través de la previa
destrucción o disolución del Estado, es decir la mutua reintegración y
reconciliación entre sociedad política y sociedad civil, pondría fin a esta
situación escindida. Pero tal reunificación significaría, cuando ocurriera, la
desaparición de entre ambas esferas, mutuamente hostiles, y su sustitución por
un universo harto superior, que podría tomar cuerpo, según Marx, bajo
auspicios socialistas.
COMPLEMENTAR CON EL TEXTO DE JUAN JOSÉ SEBRELI, “EL VACILAR DE LAS
COSAS”.
SURGIMIENTO Y APOGEO DEL ESTADO DE BIENESTAR
El estado de Bienestar o estado Social es la transformación de las funciones del
estado liberal, en el sentido de introducir y ampliar progresivamente su
intervencionismo protector a los ciudadanos e un modo cada vez más
sistemático e integrado lo que altera en alguna medida también los fines del
estado.
Apareció en las primeras fechas del siglo XX, especialmente desde la segunda
guerra mundial (1945), dando lugar a una intensiva acción expansiva del
estado hasta el punto de que nos hallamos frente a un nuevo tipo de estructura
constitucional, (derechos sociales incorporados a la C.N.).
Sus raíces ideológicas son el Neoliberalismo y el Socialismo Liberal y la Doctrina
Social Católica.
El estado de Bienestar es una experiencia propia de las economías de mercado,
del sistema capitalista y regímenes políticos de la democracia pluralista
entonces puede ser considerado en relación a dos situaciones.
La acción del estado de Bienestar ha ido acompañada de una protección legal,
legitimando sus acciones y creando una ciudadanía social y consciente de
asumir la titularidad del factor ocupacional que son imprescindibles para
obtener fines y objetivos que persigue.
KEYNES: la generalización del estado de Bienestar es el conjunto de acciones
públicas tendientes a garantizar a todo ciudadano de una Nación el acceso a un
mínimo de servicios que mejore sus condiciones de vida.
El enfoque de Keynes predominó en la política económica hasta mediados de
los años 1970, todos los gobiernos aplicaron como fundamento de la política
económica el manejo de la demanda agregada y una política de gastos que
tenía múltiples funciones, como garantizar el pleno empleo, estimular el
proceso de crecimiento en las económicas de mercado y permitir el acceso a la
educación, a la sanidad, la vivienda, las pensiones y el seguro de desempleo
entre otros a la población de bajos ingresos.
Actúa en cumplimiento de una legislación que lo obliga a dar respuestas a
necesidades de orden social frente a las insuficiencias que presentaba la
sociedad liberal y capitalista. El estado liberal democrático se vio obligado a
tratar de encontrar un nuevo camino que le permitirá asegurarse su
supervivencia integrando a los sectores más desfavorecidos y potencialmente
más revolucionarios. Surge así el estado de Bienestar, sustituyendo la no
injerencia del estado liberal democrático en el campo económico y social con el
fin de asegurar y mantener un determinado nivel de vida que sea aceptado por
sus ciudadanos.
Es decir, el estado de Bienestar supone una modernización del estado liberal
manteniendo su estructura capitalista por eso se afianza con mayor en las
sociedades industrializadas. Por esto el estado de Bienestar se vincula con los
grupos de interés o de grandes organizaciones (que defienden los intereses
parciales o sectoriales de los mismos) como por ejemplo los Sindicatos,
Organizaciones no Gubernamentales (O.N.G.), Religiones. Etc.

Las características del estado de Bienestar son:


A) Organización pública e indicativa de la economía
B) Tiende a garantizar a los sectores más desfavorecidos
C) Asume cargas sociales.
El estado como regulador: realiza una intervención económica y una
planificación indicativa.
I) Aumento de la presión fiscal
II) Nacionalización
III) Aumento del gasto público
El estado como benefactor: cumple una función asistencial.
I) Prestaciones sociales
II) Distribución de la riqueza
III) Salario mínimo
IV) Pensiones
V) Seguro de desocupación
El estado como empresario: asume un papel protagónico.
I) Monopolios estables
II) Empresas públicas.
La crisis del estado de Bienestar se produce por un lado por el propio
desgaste de su extensa actividad y por la oposición de los sectores
ideológicos.
La crisis tiene factores económicos e ideológicos:
Factores económicos:
I) Crisis económica
II) “ fiscal
III) Desempleo masivo
Factores ideológicos:
I) Burocratismo
II) Excesiva reglamentación
III) Excesos de gastos no productivos, (fondo de desempleo).

El Liberalismo: es una filosofía política, fundada en el valor de la libertad


individual., uno de sus mentores fue Adam Smith.
Propone un compromiso con la libertad personal, como la no injerencia del
estado en las creencias y en la búsqueda de objetivos privados. Una política de
estricta libertad económica, (laissez faire), dejar hacer.
Una doctrina de Gobierno limitado y restringido a funciones básicas de
organización de la sociedad, la libertad, la seguridad y la justicia.
Los principios básicos del Liberalismo fueron formulados a lo largo del siglo
XVIII, y pueden resumirse así:
El individuo es la fuente de sus propios valores morales.
El proceso de comercio e intercambio entre individuos tiene tantas propiedades
de eficacia para lograr el bienestar colectivo.
El mercado es un orden espontáneo para la asignación de recursos, el
intercambio entre las naciones no solo acrecentará la riqueza mediante la
división internacional del trabajo, sino que también tenderá a reducir las
tenciones políticas y la guerra.
La política pública debería limitarse a las pocas preocupaciones comunes de los
individuos, la libertad, la seguridad, la justicia, ect.
El Neoliberalismo: cobijó la tendencia del Liberalismo Clásico, en el sentido
del renacimiento y desarrollo de las ideas Liberales Clásicas.

LA GLOBALIZACIÓN
El término "globalización" ha adquirido una fuerte carga emotiva. Algunos
consideran que la globalización es un proceso beneficioso --una clave para el
desarrollo económico futuro en el mundo-, a la vez que inevitable e irreversible.
Otros la ven con hostilidad, incluso temor, debido a que consideran que suscita
una mayor desigualdad dentro de cada país y entre los distintos países,
amenaza el empleo y las condiciones de vida y obstaculiza el progreso social.
En esta nota se analizan de manera general algunos aspectos de la
globalización y se procura identificar en qué forma los países pueden
aprovechar las ventajas de este proceso, evaluando al mismo tiempo desde una
óptica realista las posibilidades y riesgos que plantea.
La globalización ofrece grandes oportunidades de alcanzar un desarrollo
verdaderamente mundial, pero no está avanzando de manera uniforme.
Algunos países se están integrando a la economía mundial con mayor rapidez
que otros. En los países que han logrado integrarse, el crecimiento económico
es más rápido y la pobreza disminuye. Como resultado de la aplicación de
políticas de apertura al exterior, la mayor parte de los países de Asia oriental,
que se contaban entre los más pobres del mundo hace 40 años, se han
convertido en países dinámicos y prósperos. Asimismo, a medida que
mejoraron las condiciones de vida fue posible avanzar en el proceso
democrático y, en el plano económico, lograr progresos en cuestiones tales
como el medio ambiente y las condiciones de trabajo.
En los años setenta y ochenta, muchos países de América Latina y África, a
diferencia de los de Asia, aplicaron políticas orientadas hacia el sector interno y
su economía se estancó o deterioró, la pobreza se agravó y la alta inflación
pasó a ser la norma. En muchos casos, sobre todo en África, los problemas se
vieron agravados por factores externos adversos. No obstante, al modificarse
las políticas en estas regiones, el ingreso comenzó a aumentar. Actualmente se
está produciendo una importante transformación. Alentar esta transformación
--y no dar marcha atrás-- es la mejor forma de fomentar el crecimiento
económico, el desarrollo y la lucha contra la pobreza.
Las crisis desencadenadas en los mercados emergentes en los años noventa
han mostrado a las claras que las oportunidades que ofrece la globalización
tienen como contrapartida el riesgo de la volatilidad de los flujos de capital y el
riesgo de deterioro de la situación social, económica y ambiental como
consecuencia de la pobreza. Para todas las partes interesadas --en los países en
desarrollo o los países avanzados y, por supuesto, para los inversionistas-- esta
no es una razón para dar marcha atrás sino para respaldar reformas que
fortalezcan las economías y el sistema financiero mundial de modo de lograr un
crecimiento más rápido y garantizar la reducción de la pobreza.
¿Cómo se puede ayudar a los países en desarrollo, especialmente a los más
pobres, a recuperar el terreno perdido? ¿La globalización agrava la desigualdad
o puede ayudar a reducir la pobreza? ¿Se exponen inevitablemente a la
inestabilidad los países integrados a la economía mundial? Estas son algunas de
las preguntas a las que se procura responder en las secciones siguientes.
La "globalización" económica es un proceso histórico, el resultado de la
innovación humana y el progreso tecnológico. Se refiere a la creciente
integración de las economías de todo el mundo, especialmente a través del
comercio y los flujos financieros. En algunos casos este término hace alusión al
desplazamiento de personas (mano de obra) y la transferencia de
conocimientos (tecnología) a través de las fronteras internacionales. La
globalización abarca además aspectos culturales, políticos y ambientales más
amplios que no se analizan en esta nota.
En su aspecto más básico la globalización no encierra ningún misterio. El uso de
este término se utiliza comúnmente desde los años ochenta, es decir, desde
que los adelantos tecnológicos han facilitado y acelerado las transacciones
internacionales comerciales y financieras. Se refiere a la prolongación más allá
de las fronteras nacionales de las mismas fuerzas del mercado que durante
siglos han operado a todos los niveles de la actividad económica humana: en
los mercados rurales, las industrias urbanas o los centros financieros.
Los mercados promueven la eficiencia por medio de la competencia y la división
del trabajo, es decir, la especialización que permite a las personas y a las
economías centrarse en lo que mejor saben hacer. Gracias a la globalización, es
posible beneficiarse de mercados cada vez más vastos en todo el mundo y
tener mayor acceso a los flujos de capital y a la tecnología, y beneficiarse de
importaciones más baratas y mercados de exportación más amplios. Pero los
mercados no garantizan necesariamente que la mayor eficiencia beneficiará a
todos. Los países deben estar dispuestos a adoptar las políticas necesarias y, en
el caso de los países más pobres, posiblemente necesiten el respaldo de la
comunidad internacional a tal efecto.
La globalización no es un fenómeno reciente. Algunos analistas sostienen que la
economía mundial estaba tan globalizada hace 100 años como hoy. Sin
embargo, nunca antes el comercio y los servicios financieros han estado tan
desarrollados e integrados. El aspecto más sorprendente de este proceso es la
integración de los mercados financieros, que ha sido posible gracias a las
comunicaciones electrónicas modernas.
En el siglo XX hubo un crecimiento económico sin precedente, que casi
quintuplicó el PIB mundial per cápita. Sin embargo, este crecimiento no fue
regular, ya que la mayor expansión se concentró en la segunda mitad del siglo,
período de rápida expansión del comercio exterior acompañada de un proceso
de liberalización comercial y, en general un poco más tarde, de la liberalización
de las corrientes financieras. En el período entre las dos guerras mundiales, el
mundo le dio la espalda a la internacionalización --o la globalización como se la
llama actualmente-- y los países cerraron su economía y adoptaron medidas
proteccionistas y un control generalizado de los capitales. Este fue el principal
factor determinante de los devastadores resultados de ese período: el
crecimiento del ingreso per cápita se redujo a menos del 1% entre 1913 y
1950. Durante el resto del siglo, aunque la población creció a un ritmo
extraordinario, el aumento del ingreso per cápita superó el 2%, principalmente
durante la fase de expansión de que disfrutaron los países industriales después
de la guerra.
El siglo XX estuvo marcado por un notable crecimiento del nivel medio de
ingresos, pero los datos muestran a las claras que este crecimiento no estuvo
repartido de manera igualitaria. La brecha entre los países ricos y los países
pobres, y entre los sectores ricos y pobres dentro de cada país, se amplió. Para
la cuarta parte de la población mundial más rica el PIB per cápita casi se
sextuplicó durante el siglo, en tanto que para la cuarta parte más pobre no
llegó a triplicarse. Sin duda, la desigualdad de ingresos se ha agravado. Sin
embargo, cabe señalar que el PIB per cápita no explica totalmente la situación.
La globalización supone una integración cada vez mayor del comercio mundial y
los mercados financieros. Pero, ¿en qué medida han participado los países en
desarrollo en esta integración? Los esfuerzos de estos países para ponerse a la
par de las economías avanzadas han tenido resultados dispares.
En esta nota no se analiza en detalle el caso especial de las economías en
transición de un sistema de planificación centralizada a un sistema económico
de mercado, pero también estas economías se están integrando cada vez más a
la economía mundial. En realidad, la expresión "economía en transición" es
cada vez menos precisa. En algunos países (por ejemplo, Polonia y Hungría) la
estructura y los resultados económicos se aproximan con rapidez a los de las
economías avanzadas. Otros (como la mayoría de los países de la antigua
Unión Soviética) se ven ante problemas estructurales e institucionales a largo
plazo similares a los que se plantean en los países en desarrollo.
En el siglo XX, el ingreso medio mundial per cápita registró un fuerte aumento,
pero con considerables variaciones entre los países. Se observa claramente que
la brecha de ingresos entre los países ricos y los países pobres se ha ampliado
a lo largo de varias décadas. En la última edición de Perspectivas de la
economía mundial se analizan 42 países (que representan casi el 90% de la
población mundial) sobre los que se dispone de datos para la totalidad del siglo
XX. La conclusión a la que se llega es que el producto per cápita creció
apreciablemente, pero la distribución del ingreso entre los países muestra hoy
una mayor desigualdad que a comienzos del siglo.
Sin embargo, el ingreso no lo explica todo; una medición más amplia del
bienestar que tiene en cuenta las condiciones sociales muestra que los países
más pobres han logrado considerables avances. Por ejemplo, en algunos países
de bajo ingreso, como Sri Lanka, los indicadores sociales son extraordinarios.
En un estudio reciente se llega a la conclusión de que, si se comparan los
países utilizando los indicadores del desarrollo humano (IDH) elaborados por las
Naciones Unidas, que tienen en cuenta la educación y la esperanza de vida, el
panorama es muy diferente del que muestran los datos referidos solamente al
ingreso.
En realidad, es posible que la brecha se haya reducido. De este estudio se
infiere sorprendentemente que existe un contraste entre lo que podría
denominarse la "brecha de ingresos" y la "brecha entre los indicadores del
desarrollo humano". Actualmente, el nivel de ingresos (ajustados por la
inflación) de los países pobres es aún mucho más bajo que el de los grandes
países en 1870, y además la brecha de ingresos se ha ampliado. No obstante, a
juzgar por los indicadores del desarrollo humano, la situación de los países
pobres es hoy mucho mejor que la que existía en 1870 en los grandes países.
Esto se debe en gran medida a que los avances médicos y el mejoramiento de
las condiciones de vida han aumentado considerablemente la esperanza de
vida.
Sin embargo, aunque la brecha entre los indicadores del desarrollo humano se
ha reducido a largo plazo, son demasiadas las personas que están quedando a
la zaga. La esperanza de vida puede haber aumentado, pero para muchos la
calidad de vida no mejoró, y muchos aún se encuentran sumidos en la
indigencia. A esto se suma la propagación del SIDA por toda África en el último
decenio, que está reduciendo la esperanza de vida en muchos países.
Nuevamente es urgente aplicar políticas orientadas específicamente a combatir
la pobreza. En los países que registren un crecimiento satisfactorio y apliquen
políticas correctas cabe esperar una reducción sostenida de la pobreza, dado
que los datos recientes corroboran que existe por lo menos una
correspondencia de uno a uno entre el crecimiento y la reducción de la
pobreza. Además, si se aplican políticas orientadas firmemente a combatir la
pobreza --por ejemplo, mediante gastos sociales adecuadamente focalizados--
es mucho más probable que el crecimiento se traduzca en una reducción
mucho más rápida de la pobreza. Esta es una razón contundente para que
todos los responsables de la política económica, incluido el FMI, tengan en
cuenta de manera más explícita el objetivo de reducir la pobreza. La sucesión
de crisis financieras de los años noventa --México, Tailandia, Indonesia, Corea,
Rusia y Brasil-- llevan a pensar que algunas de ellas son el resultado directo e
inevitable de la globalización. En realidad, cabe preguntarse si, tanto en las
economías avanzadas como en las economías de mercados emergentes, la
globalización crea mayores dificultades para la gestión económica.
¿Se ve menoscabada la soberanía nacional en la formulación de las políticas
debido a la globalización?
Cabe preguntarse si una mayor integración, sobre todo en el ámbito financiero,
hace más difícil para la gestión de la actividad económica, por ejemplo, al
limitar las posibilidades de elección de las tasas y sistemas impositivos, o la
libertad de acción en la política monetaria o cambiaria. Si se supone que el
objetivo de los países es lograr un crecimiento sostenible, acompañado de baja
inflación y progreso social, la experiencia de los últimos 50 años muestra a las
claras que la globalización contribuye a la consecución de este objetivo a largo
plazo. Como hemos visto en los últimos años, la volatilidad de los flujos de
capital de corto plazo puede comprometer la estabilidad macroeconómica en el
futuro inmediato. Por lo tanto, en un mundo en que los mercados financieros
están integrados, los países verán que es cada vez más peligroso seguir
políticas que no promuevan la estabilidad financiera. Esta disciplina se aplica
también al sector privado, para el que será más difícil aumentar los salarios y
los precios si como resultado el país pierde competitividad. Existe también un
riesgo de otra naturaleza. A veces, los inversionistas -sobre todo los que operan
a corto plazo- se confían demasiado en las perspectivas de un determinado
país, que puede así seguir recibiendo flujos de capital aun cuando su política
económica se haya apartado demasiado de la disciplina necesaria. Esta
situación expone al país al riesgo de que, frente a un cambio de opinión, se
produzca un éxodo de capitales.
En resumen, la globalización no reduce la soberanía nacional. Crea fuertes
incentivos para que los países apliquen políticas económicas correctas. También
debería crear incentivos para que el sector privado evalúe cuidadosamente los
riesgos. No obstante, los flujos de inversión de corto plazo pueden ser
excesivamente inestables.
La comunidad internacional está respondiendo a las dimensiones mundiales de
la crisis mediante un esfuerzo continuo por fortalecer la arquitectura del
sistema monetario y financiero internacional. El objetivo básico es lograr que
los mercados funcionen con más transparencia, equidad y eficiencia. Al FMI le
cabe un papel central en este proceso, que se analiza con más detalle en otras
hojas informativas
Las instituciones nacionales e internacionales, que inevitablemente están
influenciadas por las diferencias culturales, desempeñan un papel importante
en el proceso de globalización. Posiblemente lo mejor es dejar que un analista
externo nos exponga sus reflexiones sobre el papel de las instituciones:". . .
Que el surgimiento de mercados de productos básicos y de mercados
financieros altamente integrados esté acompañado de tensiones comerciales y
problemas de estabilidad financiera no debería ser una sorpresa... La sorpresa
es que estos problemas no sean incluso más graves hoy, cuando la integración
ha alcanzado un grado tan alto.
"Una posible explicación [para esta sorpresa] es la función estabilizadora de las
instituciones creadas en el intervalo. En el ámbito nacional, cabe mencionar los
mecanismos de protección social y financiera, y a nivel internacional, la OMC, el
FMI y el Comité de Basilea de Supervisión Bancaria. Estas instituciones quizás
estén lejos de ser perfectas, pero es mejor que existan, a juzgar por la
correlación histórica entre el grado de integración, por una parte, y la cantidad
de litigios comerciales y el nivel de inestabilidad financiera, por la otra".
COMPLEMENTAR CON EL LIBRO “LA ARGENTINA Y LA SEGUNDA MUERTE DE
ARISTOTELES”, DE CARLOS ZAFFORE.-
FORMAS HISTORICAS DE GOBIERNO
Platón, filosofó griego señala que hay necesariamente tantos caracteres de
hombres como especies de gobierno, por que la forma de gobierno en los
estados no procede de las encinas o rocas sino de las costumbres que la
componen y de la dirección que este conjunto de costumbres imprime a todo lo
demás.
Para Platón las formas de gobierno son:
a) Monarquía: es el gobierno de uno solo.
b) Aristocracia: gobierno de pocos.
c) Democracia: es el gobierno de la multitud.
De la monarquía nace el reinado y la tiranía
Del gobierno de pocos nace la aristocracia y la oligarquía.
Del gobierno de la multitud nace la Democracia, es la que se puede mandar
según las leyes.
Aristóteles, filosofó griego: adopta en líneas generales la clasificación de
Platón pero la desarrolla en base a un doble criterio: cuantitativo o estructural y
cualitativo o teleológico.
Distingue entre formas de gobierno puras e impuras: las puras
cuantitativamente son:
A) Monarquía: gobierno de uno solo
B) Aristocracia: gobierno de pocos
C) Democracia: gobierno de muchos
Cualitativamente tiene en vista el bien general.
El mal ejercicio de esas formas de gobierno que el denomina puras podría
hacerlas degenerar en las llamadas formas impuras, estas tienen en vista el
interés de los gobernantes, y se encuentran viciadas en su base, no siendo más
que corrupción de las formas de gobierno puras.
Estas formas de gobierno impuras son:
A) Tiranía: es una monarquía cuyo solo fin es el interés del monarca.
B) Oligarquía: es el que tiene en cuenta solo el interés de los ricos
C) Demagogia: solo tiene en cuenta el interés de los pobres.
Pero ninguna de estas formas de gobierno tiene en cuenta el interés general
Maquiavelo, político, escritor autor de “el príncipe” habla de una división
bipartita que subyace en la oposición entre el príncipe y el pueblo.
Polibio, filosofó griego, señala tres formas de gobierno:
A) Real: es gobernada más por la razón que por miedo y la violencia.
B) Aristocrático es aquella donde se escogen a los más justos y prudentes
para que manden.
C) Democrático: es aquella donde el sentimiento que prevalece es el de la
mayoría.
Montesquie, filosofó político y sociólogo francés autor del “espíritu de las leyes”
divide a los gobiernos en Monarquía Repúblicas y Despotismo.
El gobierno Republicano: es aquel en el cual el pueblo en conjunto o solo una
parte de el tiene el poder soberano.
El gobierno Monárquico: es aquel en el cual uno solo gobierna pero sujeto a
leyes fijas y establecidas.
El despotismo: es aquel en el cual uno solo gobierna, pero sin sujeción a la ley
y a reglas, lo hace todo según su voluntad y capricho.
Montesquie asigna a cada forma de gobierno un sentimiento que le da
estabilidad a los gobiernos.
I-La monarquía se funda en el honor
II-El despotismo se funda en el miedo
III- La republica aristocrática se funda en la moderación
IV- La democracia se funda en la virtud.
Rousseau Jean Jacques distingue la democracia, la aristocracia y la
monarquía
El soberano puede confiar el depósito del gobierno a todo el pueblo o a su
mayoría esta es la democracia.
O puede reducir o limitar el gobierno depositándolo en manos de los menos, de
manera que resulten más ciudadanos que magistrados, esta es la aristocracia.
O puede concentrar el gobierno en un magistrado único de quien los demás
reciben el poder, esta es la monarquía.
La Constitución Nacional que es nuestra ley fundamental en su artículo 1: La
Nación Argentina adopta para su gobierno la forma Representativa,
Republicana y Federal.
A) Representativa: es por que los que gobiernan son los representantes del
pueblo.
B) Republicana: por que dichos representantes son elegidos por el pueblo a
través del sufragio y por que rige un sistema tripartito integrado por el P.E. P.L.
P.J, y adopta una constitución escrita.
C) Federal: los estados provinciales conservan su autonomía a pesar de estar
reunidos bajo un gobierno común que es el gobierno nacional.
Los tres poderes P.E. P.L. P.J. se controlan unos a otros para garantizar la
descentralización del poder.
FORMAS DEMOCRÁTICAS DE GOBIERNO
La palabra democracia apareció por primera vez en Grecia, DEMOS significa
pueblo, KRATOS significa gobierno, esto es gobierno del pueblo.
El concepto de democracia se remota a la forma de gobierno que utilizaban en
Atenas y en otras ciudades griegas mediante el cual todos los ciudadanos
excepto los esclavos y los extranjeros, podían elegir a sus gobernantes por un
período de tiempo determinado.
Democracia designaba más una concepción política defendida por un partido
que un determinado tipo de organización de estado.
Debido a la escasa proporción de habitantes que formaban el pueblo griego, se
explicaba la posibilidad de una democracia directa, es decir la existencia de una
asamblea del pueblo de la que formaban parte todos los ciudadanos.
Esa asamblea era el símbolo del gobierno popular.
La democracia actualmente se basa en ciertos principios para establecer la
forma de gobierno que debe regir una comunidad:
a) Participación Popular: es la forma de ejercer la voluntad del pueblo en
forma directa o a través de sus representantes elegidos por el voto.
b) Voluntad de la Mayoría: las decisiones del PL. a través de normas o leyes
que dicta son adoptadas por la voluntad de la mayoría de los miembros
que la componen, entendida por mayoría, en forma general, la voluntad
de más del 50% de sus integrantes.
c) Respeto por las Minorías : si bien se ha establecido la mayoría absoluta
para dar validez a las decisiones de gobierno, se ha tratado de proteger
el respeto de otras ideas y creencias que no son compartidas por la
mayoría por ejemplo, el aumento de nº de senadores de 2 a 3 senadores
por provincias, uno de ellos representa al partido político que le sigue en
números de votos al que obtuvo la mayoría.
d) Pluralismo Político: la existencia de partidos políticos que permitan verter
opiniones diversas en el gobierno. El art. 38 de la C. N. las considera
instituciones fundamentales del sistema democrático.
e) Derechos Humanos: respeto a los derechos del hombre, manifestado a
través de numerosas declaraciones y convenciones internacionales
incorporadas a nuestra constitución nacional, la misma les otorga
jerarquía constitucional, es decir jerarquía superior a las leyes e igual a
la C.N.

SISTEMA PARLAMENTARIO:
Surgió por primera vez en Inglaterra a partir de la segunda mitad del siglo XVII,
es un sistema de colaboración de los poderes, especialmente entre el P.E. y el
Parlamento.
Se basa en la distinción y no separación absoluta de los poderes.
Sus características son: un P.E. dual, es decir integrado por un presidente o jefe
de estado, y un Primer Ministro o jefe de gobierno. Y un Gabinete.
El gabinete debe contar con el apoyo del Parlamento por eso este puede obligar
al Primer Ministro a renunciar dándole un voto de desconfianza, (moción de
censura).
A su vez el P.E. puede disolver al Parlamento y determinar inmediatamente la
necesidad de convocar a elecciones generales, de manera que el pueblo
ciudadano dirima el conflicto a través del sufragio. El P.E. entonces tiene el
derecho de disolución.
Los miembros del gabinete son miembros del Parlamento,2 es decir surgen y
son elegidos entre los miembros del Parlamento, por esta razón entre el
Parlamento y el P.E. Se logra una relación de equilibrio.
El presidente o jefe de gobierno: a) No posee un poder propio
b) Cumple un papel simbólico y de
influencia psicosocial en la población.
c) Es irresponsable políticamente ante el
pueblo.
El Jefe de Gobierno o Primer Ministro: a) Desempeña funciones ejecutivas,
preside y dirige el gabinete Ministerial.
b) Este y los miembros del
gabinete son por el Parlamento.
c) El Primer Ministro y los
miembros del gabinete son responsables ante el Parlamento.

d) El gabinete debe contar con


el apoyo del Parlamento.
Después de la segunda guerra mundial los Sistemas Parlamentarios
introdujeron un mecanismo para evitar inestabilidad en el Gabinete a través del
voto de censura constructiva: este exige que la censura de un Gabinete esté
acompañada de la propuesta de un candidato para ocupar la jefatura del
Gabinete.
SISTEMA PRESIDENCIALISTA
Surgió por primera vez en los E.E.U.U. en 1787. Sus características son:
a) Separación de poderes P.E. P.L. P.J.
b) El P.E. es unipersonal y elegido popularmente en forma directa o
indirecta.
c) Irresponsabilidad política de los ministros
d) Periodicidad en la función
e) Existe una separación, equilibrio, autonomía e independencia entre los
P.E. P.J. P.L.
f) La relación que existe entre ellos es de coordinación, por eso se dice que
la separación de poderes es rígida.
El Poder Ejecutivo: tiene a su cargo la conducción del estado en armónica
relación con los otros poderes. El impulso de la activad política deviene del
presidente. No depende del congreso. El presidente y el vicepresidente son
elegidos por el pueblo, a través del sufragio universa, por lo tanto ambos
están investidos con la representatividad que emana de los ciudadanos y
por lo tanto solo responden de su gestión ante el pueblo.
Dura cuatro años en su cargo y puede ser reelecto sucesivamente una vez.
Es jefe de Gobierno y jefe de estado, es elegido directamente por la Nación
mediante el sufragio, también promulga las leyes.
Dirige la política interna y externa de la Nación.
Nombra a sus asesores sin interferencia de los otros poderes.
Es jefe de las fuerzas armadas.
La C.N. establece una división de poderes, Poder Legislativo Poder Judicial y
Poder Ejecutivo.
Actualmente tiene más atribuciones :
a) Posibilidad de legislar: mediante los decretos de necesidad y urgencia
(excepcionalmente la doctrina lo admite en casos de urgencia
gravísimas).
b) Delegación legislativa: esta reconocida en la C.N. a través de la fórmula
genérica.
c) Veto y Promulgación Parcial de las Leyes: la C.N. admite que el
Presidente después de vetar parcialmente una ley sancionada por el
congreso puede promulgar las partes no vetadas.
El Poder Legislativo o Congreso: esta compuesto por dos cámaras, una
cámara baja o de diputados y una cámara alta o de senadores.
El órgano Legislativo aprueba las leyes pero no tiene injerencia directa en el
Gobierno Nacional. La cooperación con el E. es muy puntual y sin implicar
dependencia alguna.
La cámara de senadores se integra por tres senadores por provincia o
distrito (dos por la mayoría y uno por la minoría), elegidos directamente por
el pueblo, la cámara de diputados esta integrada por representantes
elegidos directamente por el pueblo a simple pluralidad de sufragios.
El Congreso a través de la cámara de diputados tiene la iniciativa de la
elaboración de las leyes, para luego remitirlas a la cámara de senadores
para su tratamiento y revisión.
El Poder Judicial:
Esta compuesto por una Corte Suprema de Justicia, y por los demás
tribunales inferiores.
Sus miembros son inamovibles mientras dure su buena conducta.
EL SISTEMA SEMIPRESIDENCIALISTA:
Es un sistema híbrido y esta formado por elementos de los dos sistemas
anteriores, aunque en la realidad predomina el sistema Parlamentario o
Presidencialista.
Ejemplo de estado Semipresidencialista podríamos mencionar a Francia.
SISTEMAS ELECTORALES
Se denomina Sistema Electoral a los distintos métodos utilizados para el
cómputo de los votos y la elección de los candidatos. Carlos Fayt.
Consiste en designar el modo de distribución y adjudicación de los cargos en
función de los resultados electorales. Jellinek.
1) Se clasifican en Sistemas Mayoritarios: que a su vez pueden ser de:
a) Mayoría Absoluta
b) Mayoría Relativa y,
2) Sistemas Minoritarios: que a su vez pueden ser de:
a) Empíricos o no Proporcionales
b) Proporcionales
Mediante los Sistemas Mayoritarios se otorgan todas las bancas a un solo
partido político que resultará el más votado por el pueblo. Pero estos Sistemas
presentan el inconveniente de no dar representación a las minorías.
Según el número de votos que alcance el partido más votado se pueden dar
dos formas:
M. Absoluta: se requiere que el partido más votado obtenga más de la mitad de
los votos, es decir la mitad más uno de los sufragios válidos emitidos. Ejemplo
el “Ballottage”
M. Relativa: acá gana el partido que obtenga más votos, aunque no haya
obtenido la mitad más uno de los votos.
Ej.: se deben elegir 100 bancas, hay 4 partidos políticos, al Partido A, por tener
mayor números de votos se le adjudica la totalidad de los cargaos, mientras
que los restantes partidos se quedan sin representación.
PARTIDO A------------- 3.000 VOTOS
PARTIDO B…………. 2.500 “
PARTIDO C……….......2.000 “
PARTIDO D…………...1.500 “
TOTAL DE VOTOS 9.0000 VOTOS
Mientras que en los S. Minoritarios, tratan de que las minorías tengan
representación, para eso aplican diversos procedimientos que se concentran en
dos grandes grupos: dentro de los Empíricos o no Proporcionales esta el:
Voto Limitado: cada elector vota un número de candidatos inferior al total de
los cargos a cubrir resultando electos los candidatos que obtienen mayoría
relativa.
Ej.: Se deben elegir 6 Diputados, y hay 3 partidos políticos, entonces la Ley
asigna 4 diputados al P A, que obtuvo la simple mayoría, y 2 diputados al P B,
que es la primer minoría, es decir que le sigue en números de votos al partido
A, quedando excluido el P.C.

Partido A…………5.000 Votos adjudican 4 Diputados


Partido B………….4.000 “ 2 “
Partido C………….2.000 “ excluido.

BOLILLA III:
CONCEPTO DE PODER
Poder: es la capacidad de un individuo para lograr que otro haga lo que la
primera desea, por cualquier medio.
Para Weber poder es la posibilidad que una persona o un número de personas
realicen su propia voluntad, en una acción comunal, incluso contra la
resistencia de otros que participan en la acción.
Es la posibilidad que un actor posee de imponer su voluntad a otra, aún contra
la resistencia de esta.
El poder se impone, determina la conducta humana, y consiste en una simple
realización de actos externos por parte de los sometidos.
PODER COMO DIMENSIÓN CONSTITUTIVA DE LA POLÍTICA
El poder concebido como relación de mando y obediencia, constituye un
elemento esencial de la política, no hay política sin poder, pero el poder político
sólo es una especie del género poder. En este sentido cabe hablar de poder
social, poder religioso, poder militar, poder económico etc.
El poder político corresponde solamente a la actividad política en sentido
material restringido. Al referirnos al poder político aludimos a la relación
interhumana de mando y obediencia, que tiene lugar en el ámbito del sistema
político, es decir la relación interhumana que tiene como eje central a la
comunidad perfecta, en nuestro tiempo, el Estado.
Es evidente que no puede ser concebido el Estado al margen de la política y del
poder, además siguiendo a Jellinek uno de los elementos del Estado es el
poder.
La organización del poder en el Estado, esta depositado en el conjunto de
órganos o individuos investidos de autoridad a los fines del cumplimiento de la
actividad funcional del Estado. El gobierno materializa el poder en el Estado
teniendo a su cargo la dirección jurídica y política, el poder de que se encuentra
investido es poder de autoridad por que la dominación en el Estado moderno
tiene por fundamento el supuesto de la dominación legal, de carácter racional,
basada en la creencia en la legalidad del ordenamiento jurídico vigente.
MOVIMIENTOS SOCIALES:
Un movimiento social puede entenderse como la agrupación informal de
individuos y/u organizaciones dedicadas a cuestiones político-sociales que tiene
como finalidad el cambio social. Los movimientos sociales como estructuras de
cambio social tienen su origen en las crisis de las organizaciones de izquierda
socialdemócrata y del socialismo real, principalmente partidos políticos y
sindicatos. Surgen como modos de organización de colectivos,
fundamentalmente marginales, que luchan dentro de un campo político más o
menos concreto.
Algunos ejemplos de estos movimientos son el movimiento feminista, el
movimiento ecologista, el movimiento obrero, el movimiento pacifista o
antimilitarista, o, más reciente en su surgimiento, el movimiento okupa y el
movimiento antiglobalización.
La mayor parte de los autores coinciden en señalar que este término apareció
en Alemania hacia los años '70 con la formación de los grupos de acción cívica.
Los movimientos sociales rara vez confluyen en un partido político, su labor se
basa bien en presionar al poder político mediante reivindicaciones concretas o
en crear alternativas. Estas alternativas o reivindicaciones se convierten en su
principal identidad, sin tener que llegar a plasmar un ideario completo.
Son el equivalente a acción afirmativa o grupo de presión. Tienen las
características de carácter de permanencia y con un número de personas
representativo, con relación a los que sufren o ignoran el problema. Su
recuerdo histórico es muy antiguo, por ejemplo, los Comuneros de Castilla. Son
algunas veces el nacimiento de una idea con líderes carismáticos memorables y
su génesis puede derivar hacia un movimiento o iniciar una revuelta o, más
contundentemente, una revolución, como la Revolución Mexicana y asimismo la
eventual plataforma para un partido hacia el poder, opción que parece un
rodeo innecesario.
Es una forma instantánea y continuada de insertarse en el ámbito político, con
inicialmente poco esfuerzo organizativo, sin pertenecer a él, pero sí con fuerza
de cambio político, como la restauración de la democracia perdida en
regímenes autoritarios. Su análisis incluye su objetivo, el tipo de clientela y es
interesante el desarrollo de su proceso organizativo. El impacto en la sociedad
es desde meramente presencial, como una fuerza de choque perturbador, o
hasta resultar muy definitorio, como grupos fuertes de interés y presión hacia el
poder instituido. Deben cuidar su progreso organizativo para ser eficaces y
continuar perseverando y merecerse el honor de coartífices de eventos
democráticos en las instituciones u otros más modestos, como la información
de los ciudadanos.
La vocación de los movimientos sociales es muy grande por su diversidad, por
sus muchos objetivos, desde su auge en los años 1960. Su prestigio también es
grande. Es una de las vías lógicas de participación ciudadana. No son
Fundaciones sociales u Organizaciones no gubernamentales (ONGs), que son
unidades asistenciales. Tampoco son Partidos políticos, cuyo fin es alcanzar el
poder.
El más paradigmático del Movimiento Nacional Popular fue generalmente el
movimiento obrero, probablemente debido más a su significación simbólica que
a su fuerza estructural. Pero en diferentes períodos este liderazgo fue
cuestionado por la idea de que los obreros urbanos estaban obligados a
comprometerse y habían perdido su impulso revolucionario, por lo que otros
movimientos, como los campesinos o las vanguardias estudiantiles, eran
llamados a asumir el liderazgo revolucionario.
Así, las características principales de este MS, fueron en primer lugar, la
combinación de una dimensión simbólica muy fuerte que clamaba un cambio
social global y una dimensión de demandas muy concretas. Esto significa la
asunción implícita o explícita de la orientación revolucionaria aun cuando los
movimientos concretos fueran muy "reformistas". En segundo lugar, la
referencia al Estado como el interlocutor de las demandas sociales y como el
locus de poder sobre la sociedad.
CONCEPTO DE LO QUE ES PÚBLICO Y DE LO QUE ES ESTATAL
Fin de lo público- estatal y revitalización de lo público - social
Una tendencia de la vida contemporánea es la redefinición de los espacios
privados y del ámbito estatal. A raíz de los procesos de reforma del Estado, los
límites de su actividad son objeto de re- delimitación. En este caso, el Estado
no se identifica como otrora en cuanta institución análoga a lo público. Al ser
depurado en sus atribuciones, se reconoce que lo público es el lugar de los
ciudadanos y la sociedad.
Lo público no es ya la reivindicación indivisible e invisible del Estado, es decir,
no es lugar exclusivo de lo estatal, sino la franja que define por qué es
institución común a todos, por qué representa a la sociedad y por qué es el
responsable de coordinar los esfuerzos públicos y privados.
Lo público pertenece a los ciudadanos, a sus organizaciones y a sus
capacidades de realización. Por tanto, lo público del E2stado debe situarse por
el modo en que los ciudadanos participan en los asuntos de interés común. Lo
público es un espacio en el que convergen la iniciativa de los particulares, de
los grupos organizados y las capacidades del Estado para contribuir al logro del
bien público.
Lo público se invoca para evitar que el Estado obre sin límites, con propensión a
burocratizar la economía y a sobre administrar la sociedad. El contenido público
del Estado no es equivalente a su coacción ni al ejercicio legítimo al uso de la
fuerza física.
Lo público del Estado deviene por la capacidad que tiene para asegurar a la
sociedad instituciones que dan cauce a la participación y la representación de
sus grupos, a la forma en que fomenta el espíritu público en favor de la nación,
en su compromiso para erradicar privilegios estamentales o corporativos y en
su aptitud para conjugar libertades, democracia y bienestar social.
Lo público es una condición de la vida contemporánea, no faceta instrumental
del Estado. Sin vida pública no es posible la vigencia de la democracia moderna
y aun posmoderna. Sin vida pública, los individuos son considerados súbditos,
no ciudadanos y el grado de institucionalización de los asuntos públicos y
políticos es precario. La mejor manera de asegurar la institucionalidad de lo
público es a partir de que el Estado sea entendido como la organización más
importante de la sociedad, pero sin incurrir en las tentaciones que lo erigen
como el principio y fin de la vida pública.
En la vida pública el Estado es el centro que dirige, coordina y suma los
esfuerzos la sociedad. Esto no significa que tiene capacidades autárquicas, sino
visión para integrar lo diverso, lo heterogéneo y lo contradictorio en favor del
bien público. El Estado es una institución que organiza iniciativas, recursos y
capacidades para crear las condiciones óptimas que permitan a las fuerzas
emprendedoras de la vida pública, desarrollar sus potencias con alcance
emprendedor, multiplicador y productivo.
De este modo, lo público - estatal no es funcional para la vida social porque da
cabida a prácticas administrativas y burocráticas que anulan, adormecen,
desalientan y bloquean a las energías privadas y colectivas. Lo público- estatal
es una postura en favor del Estado mecenas, es decir, del Estado que dispensa
beneficios, favores clientelares y auspicia la reproducción de ventajas
corporativas en desventaja de la equidad pública. Lo público - estatal se refiere
a que el Estado guía sus acciones inspirado en la máxima de que el fin justifica
los medios.
Esta situación es nociva para la vida pública, dado que para el Estado, los
medios y los fines tienen justificación axiológica relacionada con su capacidad
financiera, las necesidades sociales, los imperativos políticos, las condiciones de
su sobrevivencia y la calidad final de sus acciones. El fin justifica los medios no
es una máxima sin contexto y referencia públicos. Responde a los mismos y en
ese sentido, lo público del Estado tiene que configurarse como un sitio
equitativo de costos y beneficios.
Con la recuperación de lo público, el Estado ratifica su importancia de que
gobierna para todos y que la equidad social es producto de su respeto por el
espacio de lo público. En consecuencia, lo público - social corresponde a la
reivindicación de los lugares públicos en favor de los ciudadanos y sus
agrupaciones. Implica que el Estado devuelve a la sociedad derechos, iniciativas
y le reconoce diversas opciones para emprender tareas de interés común. Lo
público - social rompe con el viejo monopolio que el Estado ejercía sobre
algunas ramas de la economía y postula que en la atención de las mismas
pueden tener cabida con sentido de responsabilidad pública, los agentes del
mercado.
Lo público- social implica que el Estado da trato de ciudadano a los gobernados
y que la sociedad moderna más que ser una sociedad civil, es considerada una
sociedad de ciudadanos. La sociedad de ciudadanos delibera, participa, disiente
y acepta compromisos públicos. Exige acceso a la información pública,
demanda eficacia y defiende los espacios que considera son de ventajas
públicas. Demanda al Estado capacidad de gobierno para evitar la exclusión
individual o grupal y reclama para sí aquellos lugares que conjuntan al mercado
económico, el mercado político y el mercado electoral. Invoca la importancia del
mercado no como adverso al Estado, sino como ágora de realización,
competencia, opiniones, preferencias y selección de opciones.
La sociedad de ciudadanos no acepta que el Estado realice todo, sino que lo
considera útil y justo en la medida en que le garantiza el desarrollo de sus
actividades, le respeta sus espacios de acción y no constituye para ella una
carga perniciosa en términos fiscales y productivos. Es un tipo de sociedad que
concibe al Estado como institución respetuosa de la vida privada y pública y
que, por lo mismo, no aspira a realizar lo que los ciudadanos y sus
organizaciones son capaces de llevar a cabo.
En consecuencia, lo público- social es la clave para ubicar el tránsito de lo que
significa vivir como súbdito y lo que significa vivir como ciudadano. Es también
la demostración de que el Estado es más público y que en esa medida tanto el
gobierno como la Administración Pública, son instituciones abiertas a los
procesos de corresponsabilidad, la rendición de cuentas y al balance de los
pesos y contrapesos en favor de la vida en común.
CONCEPTO DE CIUDADANÍA
Por ciudadanía Marshall entiende, plena pertenencia a una comunidad, donde
pertenencia implica participación de los individuos en la determinación de las
condiciones de su propia asociación. La ciudadanía es un status que garantiza a
los individuos iguales derechos y deber2es, libertades y restricciones, poderes y
responsabilidades.
En efecto la ciudadanía, es la condición o estado por medio del cual una
persona goza y ejercita los derechos políticos, o sea interviene con su voto en
la formación del gobierno de su país.
La palabra ciudadano proviene de los vocablos latinos civitas (ciudad) y civis
(el que habita la ciudad), y por lo tanto, en Roma denominábase así al natural o
vecino de una ciudad. Ciudadano era, entonces quien tenía los derechos de la
ciudad, o sea la ciudadanía, término éste que a su vez, representaba la
oposición al extranjero (no ciudadano).
La ciudadanía era un estado o condición jurídica del hombre respecto de la
ciudad a la que pertenecía, por medio del cual era uno de sus miembros y,
como tal, gozaba de todos los derechos civiles y políticos, en cambio, los no
ciudadanos o extranjeros se encontraban privados de la ciudadanía, aún
cuando luego les fue reconocido el derecho de naturalizarse y convertirse en
ciudadanos.

CONCEPTOS DE MORALIDAD ETICIDAD Y LEGALIDAD


Puede suceder que la autoridad y el poder no recaigan sobre una misma
persona o institución. A veces quien tiene el poder no posee la autoridad para
hacerlo, y a la inversa, quien posee autoridad no tiene el poder.
Por ejemplo, puede suceder que quien esté a cargo de la jefatura de la
oficina no sea el más idóneo ni el mejor formado para ese cargo, pero
ha sido designado según las normas y los procedimientos establecidos en esa
organización, vigentes para el ejercicio de la función de jefe, en este caso la
función es legal pero no legítima, en cambio, puede ocurrir que entre los
empleados de esa repartición exista uno que sea reconocido por sus pares por
sus cualidades e idoneidad para desempeñar esas funciones, esta persona, es
reconocida como autoridad, posee legitimidad ante sus compañeros, pero su
función no esta legalizada, es decir no ha sido designada según los
procedimientos instituidos para ocupar dicho cargo.
LEGALIDAD: es lo ajustado a la ley, y por ello lo lícito, lo permitido o lo exigible
en el derecho positivo.
LEGITIMIDAD: de lo que es conforme a las leyes. Lo cierto, genuino y
verdadero en cualquier línea.
CONCEPTO DE ETICA
Etimológicamente ética deriva del vocablo griego ethos que significa
costumbre, se dice que la ética nace en Grecia, Gómez Robledo “La ética es la
filosofía práctica, pero no es práctica porque contenga una serie de preceptos
concretos sobre la conducta humana, no porque sea una casuística sobre que
es hoy más o menos lo que entendemos por moral sino porque siendo tan
especulativa como la primera su especulación tiene por objeto la actividad del
hombre enderezada a la realización de valores morales o dicho de otro modo a
la consecución del bien específicamente humano”.
La palabra ética significa algo muy parecido a moral, sin embargo tienen
diferencias Moral se refiere al conjunto de los principios de conductas que
hemos adquirido por asimilación de las costumbres y valores de nuestro
ambiente, es decir la familia, la escuela, la iglesia, etc. También se refieren a
las normas que se nos imponen en esos ambientes, con base en la autoridad,
no la autoridad legal, sino precisamente la moral: que son los imperativos de
nuestros padre2s, sacerdotes etc. Que recibimos pasivamente y sin
cuestionamiento antes de adquirir el uso de razón, Ética en cambio se refiere al
intento de llevar esas normas de conducta y esos principios de comportamiento
a una aceptación consciente, basada en el ejercicio de nuestra razón.
En relación al contenido, ética y moral son más bien coincidentes: ambas se
refieren a cuestiones de valor, es decir a lo que consideramos bueno o malo, lo
que debemos aprobar, alabar y lo que debemos reprobar o condenar. Ambas se
refieren a lo que debe ser, es decir discriminan entre acciones aceptables e
inaceptables.

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