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Enseñanza e Investigación en Psicología

ISSN: 0185-1594
rbulle@uv.mx
Consejo Nacional para la Enseñanza en
Investigación en Psicología A.C.
México

Romero Palencia, Angélica; Plata Santander, Juana Vianey


ACOSO ESCOLAR EN UNIVERSIDADES
Enseñanza e Investigación en Psicología, vol. 20, núm. 3, septiembre-diciembre, 2015,
pp. 266-274
Consejo Nacional para la Enseñanza en Investigación en Psicología A.C.
Xalapa, México

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=29242800003

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Enseñanza e Investigación en Psicología Vol. 20, Nº 3: 266-274. Septiembre-diciembre, 2015

ACOSO ESCOLAR EN
ACOSO ESCOLAR EN UNIVERSIDADES
Bullying in universities

UNIVERSIDADES Angélica Romero Palencia y Juana Vianey Plata Santander

Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo1

Citación: Romero, A. y Plata, J. V. (2015). Acoso escolar en universidades. Enseñanza e Investigación en Psicología, 20(3), 266-274.

Artículo recibido el 23 de abril y aceptado el 23 de agosto de 2014.

RESUMEN

En la actualidad, las estadísticas relacionadas con el acoso escolar generan preocupación respec-
to a su exploración y medición. Los esfuerzos para su investigación han producido resultados
ambiguos y diferencias en cuanto a la prevalencia de este problema, que adopta diversas formas
en todas las edades. Por tal motivo, este estudio exploró la existencia del acoso escolar en la uni-
versidad y las características que asume. Para ello, se llevaron a cabo cuatro grupos focales, en
los que participaron 28 estudiantes universitarios de entre 18 y 25 años, en su mayoría mujeres.
Los resultados, examinados a través de un análisis de contenido por categorías, indican que el
acoso escolar en las universidades puede llegar a ser una agresión amenazante, pero es diferente
de la que se vive en otros ambientes escolares, ya que no expone o evidencia a la víctima sino
que la oculta para desgastarla y menospreciarla de manera aparentemente desapercibida.

Indicadores: Acoso; Bullying; Agresión; Estudiantes universitarios; Exploración.

ABSTRACT

Currently, statistics related to bullying generate preoccupations in relation to their exploration


and measurement. The efforts to study the problem produce ambiguous results and differences
about the prevalence of this problem, which adopts different dimensions at all ages. For that
reason, the present study explored the existence and characteristics of the bullying in univer-
sities. Four focal groups were formed, in which 28 university students participated, ranging 18
to 25 years old, in their majority women. The contributions were examined through an analysis
of content by categories. The results show that bullying in universities may become a high and
threatening aggression, but it is different of that living in other school levels, since the victim is
not exhibited, but hidden in order to wear him/her out and to scorn him/her in an apparently
unnoticed way.

Keywords: Harassment; Bullying; Aggression; University students; Exploration.

1
Área Académica de Psicología, Instituto de Ciencias de la Salud, Ex Hacienda La Concepción s/n, Carretera Pa-
chuca- Tilcuautla, 42060 Tilcuautla, Hgo., México, tel. (771)717-20-00, exts. 5104 y 4313, correos electrónicos:
aacrom@gmail.com y vianeypeaceandlove@hotmail.com.
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INTRODUCCIÓN que le define al sujeto un modo de individual-
ización autónomo en medio de un sistema social
La falta de empatía, altruismo, compasión y re- y económico signado por el riesgo y la incerti-

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conocimiento de las diferencias provoca frecuen- dumbre (Smith, 2011).
temente una conducta hostil y agresiva hacia el El acoso escolar, de manera similar, se define
medio y los pares, lo que se evidencia en el ejerci- como el conjunto de comportamientos intencio-
cio del acoso psicológico (Hernández, Fernández nales, hostiles y poco éticos que de manera fre-
y Baptista, 2010). cuente y prolongada se dirigen hacia otra persona
Actualmente, el acoso escolar ha sido inves- valiéndose de un poder real o ficticio con el fin de
tigado y medido en diversos estudios en subgru- provocar daño (Ortega, 2010). Además, el clima
pos específicos de diferentes edades y contextos afectivo del grupo sufre una importante pérdi-
(Adams y Lawrence, 2011). En estas investiga- da de actitudes prosociales, favoreciendo la fal-
ciones se ha dejado fuera el ámbito universita- ta de consideración hacia los demás (Ortega, Del
rio, a pesar de que este determina en buena parte Rey y Casas, 2013) y la consiguiente merma en
los estilos de convivencia que son fundamentales la calidad del clima educativo. Se trata, pues, de
para el individuo que se está formando profesio- un fenómeno de amplia repercusión que afecta a
nalmente. Es probable que la conducta hostil en toda la comunidad educativa y quebranta la pro-
el contexto universitario desencadene conflictos pia sensación de seguridad.
en la convivencia que impidan el desarrollo aca- Se podría suponer que, en general, el acoso es
démico y profesional de los estudiantes. una de las muchas actitudes del ser humano que
Para Namie y Namie (2004) el acoso entre genera conflicto y enfrentamiento. Si bien en la
pares es diferente de la violencia juvenil, aquella educación superior es difícil detectar tales agre-
que ocurre entre niños y adolescentes en el contex- siones debido probablemente a la aparente ima-
to escolar y que diferencia la posición entre ellos gen de madurez que proyectan los estudiantes
en un grupo, la que se define típicamente con los universitarios, es posible que este tipo de acoso,
términos “victimario” y “víctima”. A partir de los denominado bullying2, exista sin ser evidente.
estudios de Olweus (1978) (cf. también Olweus, Se explican a continuación ciertas formas de
1993), a este fenómeno se le ha definido, de una maltrato que ejemplifican algunos tipos de agre-
forma cada vez más consensuada, como el acoso sión presentes en el acoso escolar mencionadas
ejercido sobre un compañero de aula mediante un por Monks y Smith (2010) y que pueden apare-
conjunto de acciones, incluido el daño físico, ten- cer en las comunidades universitarias:
dientes a amedrentar, extorsionar, excluir y debili- • Acoso directo e indirecto: Una de las princi-
tar a la víctima en circunstancias grupales, esto es, pales formas de clasificar el maltrato o la
con la presencia de los pares como testigos. Desde agresión es diferenciando la forma de ata-
esta postura, Ortega (2010) considera que la vio- car como directa o indirecta. En un ataque
lencia entre pares resulta inaprensible dado que directo, la víctima identifica al agresor; en
presume que el sujeto racional debe ajustarse a las uno indirecto, la víctima es dañada pero ig-
demandas de la normalidad; sitúa la violencia en nora quién es el culpable.
un contexto de interacciones conflictivas, sin reco- • Acoso psicológico o verbal: A las personas no les
nocer las lógicas del poder, la construcción de sen- agrada que les digan sus defectos; así que
tido ni la historicidad de lo social. esta es una forma de agresión masiva o con-
Por tanto, el acoso que ocurre entre pares con- glomerada que comúnmente toma la for-
siste en el establecimiento de una relación par- ma de expresiones sumamente agresivas
ticular, producida y auspiciada socialmente por y constantes, o como apodos despectivos
un régimen de inseguridad que, como tal, opera que aluden a los defectos de las víctimas.
sobre el miedo como vector de agenciamiento y
tiende a la instauración de la indefensión, en con- 2
Los editores han optado por las palabras “acoso” u “hostiga-
cordancia con la sociedad global contemporánea, miento” como equivalentes en el idioma español al término bu-
llying, por lo que son las que se emplean en el presente texto.

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Es más común que el maltrato físico, sobre En las primeras investigaciones sobre el aco-
todo entre los jóvenes. En la actualidad, en- so se consideraba que disminuía constantemente
tre mayor es la edad de los mismos, más su- con la edad y que los varones eran más acosado-
til es el tipo de agresión que llevan a cabo. res y más víctimas que las mujeres (Prieto y Ca-
•Acoso relacional: Muchos casos de maltrato son rrillo, 2009). Otras investigaciones confirmaron
considerados como maltrato “relacional” por- que el maltrato físico disminuía con la edad, pero
que rompe las relaciones sociales entre las que otras formas de maltrato aumentaban, con
víctimas y sus pares. Aunque desde el nivel un considerable impacto entre las edades de 11 y
preescolar puede aparecer este tipo de agresión 15 años (Salmivalli, 2010). Finalmente, otro con-
(especialmente entre las niñas), se hace más junto de trabajos mostraron que conforme mayor
frecuente y dañino durante la pubertad, porque era la edad, el acoso estaba más lleno de matices
es cuando los adolescentes adquieren la mayor y complejidades que el observado en los niños y
parte de sus habilidades sociales y cuando la adolescentes (Adams y Lawrence, 2011).
aprobación de sus pares es esencial. Luego, en Por otra parte, Namie y Namie (2004) afir-
la adultez, la persona buscará otras formas de man que la intimidación o acoso psicológico
aprobación y gratificación que lo harán sentir- puede considerarse como una incivilidad intensi-
se aceptado y útil. Conforme mayor es la indi- ficada que tiene que ver con diversas esferas, tales
ferencia y la insensibilidad de un grupo o una como la familia, el contexto social y escolar y la
comunidad, mayor será el sentimiento de re- cultura. Este mismo autor recomienda no adop-
chazo que experimente la persona. Sin duda tar la tendencia a explicar el acoso en función de
alguna, este tipo de agresión comunitaria tiene aspectos de personalidad, sino considerando el
efectos más deletéreos por la exclusión social y propio contexto, es decir, los factores sociales y
el aislamiento que implica. culturales en que se manifiesta.
Para Benites (2012), la comprensión del acoso
El fenómeno del acoso escolar se evidencia también depende de las condiciones sociales, eco-
en cada vez más comunidades y en distintas eda- nómicas y culturales de determinada población, ya
des. Según Adams y Lawrence (2011), conforme que cada una considera ciertos tipos de conviven-
mayor es la edad, la causa del acoso es más com- cia y genera un estándar de normalidad propio del
pleja y más llena de matices. estilo de comunicación entre sus integrantes.
La definición del acoso se ha venido desarro- En fin, las causas del fenómeno de acoso o
llando durante los últimos treinta años para incluir acoso escolar son múltiples y complejas, de manera
una gama crecientemente amplia de conductas de que su detección, diferenciación y análisis servirán
victimización, por lo que se han variado las prácticas en la presente investigación para facilitar la iden-
para medirlo. Una consecuencia de lo anterior es la tificación de los posibles motivos desencadenantes
diversidad de estimaciones de su prevalencia, lo que en una comunidad universitaria mexicana. Como
ha hecho difícil evaluar la naturaleza y el grado de la lo indican los estudios sobre el tema, es proba-
Acoso escolar en universidades

comparabilidad del fenómeno (Benites, 2012). En ble que en esta comunidad priven ciertos factores,
efecto, en la actualidad las estadísticas relacionadas como la exclusión social o la exposición al hosti-
con el acoso generan preocupación respecto a su ex- gamiento a través de los medios de comunicación
ploración y medida. Los investigadores han luchado (como las redes sociales); sin embargo, es probable
para medir este problema, facilitar comparaciones que en este medio también se carezca de ciertos
y estimar exactamente su prevalencia; sin embar- factores protectores y preventivos que podrían mi-
go, incluso los más recientes esfuerzos han produ- tigar los efectos del acoso, como grupos de ayuda o
cido resultados ambiguos y mostrado diferencias profesionales dispuestos a identificar un problema
considerables de dicha prevalencia; así, los índices como este y a disminuirlo en caso de que exista.
de acoso se diferencian dramáticamente en diversas Más allá de lo normativo y pedagógico, una
muestras, lo que refleja la imprecisión de las medi- convivencia escolar sana implica la capacidad para
das (Benites, 2012). comprender el punto de vista del otro y considerar

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que este debe ser respetado, logrando así solida- antisocial, cuyas consecuencias suelen provocar la
ridad, tolerancia y comprensión entre los miem- exclusión social de sus víctimas y el ingreso del mis-
bros que componen ese ámbito (Sánchez y Cerezo, mo en la delincuencia temprana, o por lo menos al

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2011). Asimismo, autores como Benites (2012) acoso en otro nivel: el laboral (mobbing), ejercido por
consideran las actitudes como parte fundamental el futuro profesionista (Ortega, 2010).
de la convivencia; cuando estas existen, se crea una Monks y Smith (2010) identificaron varios
relación entre las palabras y los actos que genera tipos y grados de agresión, la que examinaron en
un estilo de comunicación entre las personas acor- los varios niveles de edad, concluyendo que apa-
de a su entorno. Esas actitudes, de ser negativas, se rece en todas las edades y en diversos grados. Esto
pueden convertir en prejuicios, es decir, en califica- justifica el porqué de la posible existencia del aco-
tivos nocivos que se formulan sin sustento alguno so en las universidades.
sobre un grupo o sus miembros. Las evaluaciones Salmivalli (2010) explica, de forma general,
negativas que distinguen a los prejuicios pueden algunos probables acontecimientos que accionan
surgir de asociaciones emocionales, de la necesidad al acoso escolar:
de justificar el comportamiento o de creencias da- • La víctima puede haberse convertido en el
ñinas llamadas estereotipos (Benites, 2012), lo que foco de atención del grupo, acaparando con
deriva en la discriminación. ello el interés del posible agresor. Se con-
Las actitudes prejuiciosas son la fuente de la sidera que la mayoría de los agresores son
conducta discriminatoria. Los sentimientos de emocionalmente inmaduros y anhelan la
superioridad moral van de la mano con la bruta- atención de los demás.
lidad hacia aquellos que se perciben como infe- • La víctima recibe demostraciones de afecto, res-
riores (Carbajal, 2013). El acosar o agredir a una peto y confianza por parte de sus compañeros.
persona teniendo como base los prejuicios gene- En cuanto el agresor deja de ser el centro de
ra un tipo de violencia que ocurre específicamen- atención y se percata de esos reconocimien-
te entre pares. La expresión “entre pares” permite tos, inmediatamente es invadido por los sen-
suponer una variedad importante de clases de pa- timientos de desagrado y comienza el plan de
res, pero diversas perspectivas psicológicas, socio- sabotaje. Para el agresor, la víctima está cayendo
lógicas y de las ciencias de la educación le han en una actitud de incompetencia, negligencia o
dado un significado preciso en el desarrollo del ilegalidad y hará todo lo posible para compro-
individuo. Así, se entiende la expresión “entre pa- barlo. La mayoría de los agresores no aceptan
res” como el conjunto de relaciones y de interac- la realidad de que otras personas haga el traba-
ciones entre sujetos pertenecientes a una misma jo mejor que ellos, así que piensan y opinan de
categoría social, entre quienes no existe una dife- un modo que alimenta su negación.
rencia de posición estructural de poder; se trata, • La víctima obtiene reconocimientos oficiales por
pues, de relaciones simétricas horizontales (Orte- los logros alcanzados, lo que al agresor le genera
ga et al., 2013). El ejemplo más claro de esta ex- un sentimiento inicial de desagrado que pron-
presión son los compañeros de clase. to se convierte en odio, por lo que la víctima se
Al acto de agredir o ser agredido se le considera vuelve un enemigo que debe ser destruido.
comúnmente como un “rito de paso” que conduce a
un acto violento que recibe poca atención de parte En conclusión, las consecuencias de este fenó-
de los maestros y demás integrantes de la sociedad meno social llevan a experimentar desprotección,
(Prieto y Carrillo, 2009). Algunas investigaciones mientras que en adolescentes y adultos llevan al
sugieren que, como resultado de la experiencia de desamparo, e incluso en cualquier persona sin im-
ser agredido, algunas víctimas posteriormente se portar su edad pueden llegar a afecciones mentales
convierten en agresores, otras ven afectado su des- y psicosomáticas que son altamente graves.
empeño académico y otras más responden de un Sin duda alguna, es fundamental identifi-
modo dramático (Smith, 2011). Por el contrario, en car los elementos mencionados anteriormente,
lo que se refiere al agresor, su rol afianza su conducta ya que posiblemente no solo son ignorados por

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comunidades universitarias sino también por la En esta muestra en la que predominaron las mujeres
sociedad en general. Por tanto se requiere cono- (68%), cinco cursaban primer semestre, cinco el terce-
cer las características, composición y alcances de ro, ocho el quinto, seis el séptimo y cuatro el noveno.
dicho fenómeno para comprender a profundidad
el comportamiento del acoso escolar en comuni- Procedimiento
dades no exploradas aún, como la universitaria.
La carencia de estudios sobre el acoso esco- Se realizaron cuatro grupos focales, con una du-
lar en el contexto universitario motivó la presente ración aproximada de entre 90 y 120 minutos,
investigación, cuya finalidad consistió en explorar constituidos entre cuatro y nueve integrantes.
e indagar la existencia y las razones de los com- Durante cada sesión del grupo focal se proporcio-
portamientos de agresión, violencia o acoso en el nó a los participantes información sobre aspectos
contexto estudiantil, así como el comportamien- tales como su libertad de expresión y derecho de
to en grupo. Se exploró asimismo la posibilidad asistencia; de igual manera, cada uno de los par-
de que dicho fenómeno sea un factor causante de ticipantes firmó una carta de consentimiento in-
bajo desempeño y poco aporte intelectual de los formado que avalara y permitiera la posibilidad
estudiantes durante su formación profesional. de videograbar sus aportes.
Cada videograbación fue trascrita para que,
MÉTODO con la ayuda de un analizador cualitativo de textos
Participantes Atlas. Ti (versión 6.0), se realizara la exploración
de las aportaciones obtenidas en los ya menciona-
Se contó con 28 participantes voluntarios, con un dos grupos focales mediante el análisis de conte-
promedio de edad de 21 años, estudiantes de las ca- nido por categorías que se muestra en la Tabla 1.
rreras que ofrece el Instituto de Ciencias de la Salud
de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo: RESULTADOS
tres estudiantes de Medicina, seis de Psicología, cua-
tro de Enfermería, cinco de Nutrición, cinco de Far- Se identificó que la existencia de acoso escolar tiene
macia y cinco de Gerontología. Además de la carrera, relación con algunos aspectos de convivencia deter-
se consideraron otros aspectos, como el semestre que minados por el contexto social. Entre estos rasgos,
cursaban y el sexo de los participantes con la finali- la mayoría de los participantes consideró la existen-
dad de obtener información confiable y significativa. cia de agresión en la convivencia cotidiana, y a gran

Tabla 1. Categorías de análisis obtenidas.


Dimensiones a explorar Categoría de análisis Indicadores

Acoso y agresión Existencia o ausencia
No
Acoso escolar en universidades

Psicológica
Características Críticas, burlas (bromas y apodos), exceso
Verbal
de la agresión de actividades injustificadas, aislamiento
Relacional
Dinámica Entre pares Agresión entre compañeros de clase
de agresión Maestro-alumno Agresión por parte del docente
Temporalidad Constante, repetitiva, sutil y desesperante, cotidiana
Abuso de poder Competencia, supremacía
Características
Perturbación de la integridad personal perturbación
del acoso Intencionalidad
de la ideología e inconformidad
Indefensión Conformismo, inseguridad
Consecuencias Psicológicas Inseguridad, duda de sí mismo, vulnerabilidad
Académicas Bajo desempeño escolar, poco profesionalismo
y poca competitividad

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parte no le causó extrañeza que ocurriera, pero afir- física. Este tipo de agresión puede ser puramente
mó que generaba incomodidad y conformismo. psicológica o verbal; es constante, repetitiva, sutil
La agresión que aparece en las aulas universita- y desesperante.

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rias está enfocada en la competencia y la necesidad Se identificó como posible objetivo del aco-
de supremacía en relación al aprendizaje y al cono- so la perturbación de la integridad personal y de
cimiento, y se desarrolla en dos tipos de convivencia: la ideología en cuanto al nivel de conocimientos
la primera, considerada previamente en el marco de adquiridos. Las principales manifestaciones fue-
referencia, es la que se genera entre pares, asociada ron en forma de críticas y burlas en la forma de
a los intereses personales, como la venganza sobre bromas y apodos.
algo o el desquite por algo, o como un ataque para Finalmente, se identificaron consecuencias
conseguir algo. La segunda, emergente, con muy tanto psicológicas como las relacionadas con la
alta frecuencia, es la convivencia entre maestros y inseguridad, las dudas sobre sí mismo, la vulne-
alumnos, que está asociada a la incapacidad y al des- rabilidad y el daño emocional, además de que di-
control de la enseñanza en los grupos, que genera en chas agresiones desencadenan consecuencias de
la mayoría de los casos un sentimiento de hostilidad tipo académico, relacionadas con un bajo desem-
hacia uno o varios alumnos por parte del docente. peño escolar, el poco profesionalismo y la poca
En ambos casos, el tipo de agresión predomi- competitividad.
nante es la psicológica descartando totalmente la Tales resultados se resumen en la Tabla 2.

Tabla 2. Antecedentes y consecuencias del acoso según las aportaciones de los grupos focales (n = 28).
Propósito Consecuencias Frec.
Efectos de la agresión Incomodidad 21
en la convivencia
Conformismo 23
cotidiana
Competencia 20
Objeto de la agresión
Necesidad de supremacía en relación al aprendizaje y al conocimiento 19
Venganza sobre algo o el desquite 12
Objetivo Ataque para conseguir algo 15
Incapacidad y descontrol de la enseñanza en los grupos 25
Acoso psicológico 14
Acoso verbal 13
Acoso constante 27
Acoso repetitivo 28
Tipo de agresión
Acoso sutil 28
Acoso desesperante 24
Integridad personal 18
Ideología
Críticas 20
Manifestaciones Bromas 26
Apodos 19
Psicológicas 25
Inseguridad 27
Dudas sobre sí mismo 25
Consecuencias
Vulnerabilidad 26
Daño emocional 22
De tipo académico 28
Bajo desempeño escolar 27
Efectos Poco profesionalismo 21
Poca competitividad 26

271
DISCUSIÓN Para Ortega et al. (2013), cuando la convi-
vencia es adecuada, puede ser conceptuada como
En un ambiente diseñado para educar es normal un modo de vivir en relación o en interrelación
que ocurran problemas y conflictos en los que se con otros, donde se respetan y consideran las ca-
encuentren involucradas personas o grupos de racterísticas y diferencias individuales de las per-
diferente edad, sexo, condición social, roles, fun- sonas involucradas, independientemente de sus
ciones y demás, quienes deben convivir durante roles y funciones. Se aprende y se enseña convi-
muchas horas y plazos indefinidos (Ortega et al., viendo cotidianamente. El acoso escolar es una
2013); no obstante, cuando este tipo de compli- forma de relación interpersonal problemática ad-
caciones se vuelven constantes y repetitivos hacia quirida, desarrollada y mantenida en razón de la
una persona, la dinámica se convierte en un pro- interacción de una serie de factores (personales,
blema individual, educacional y social. familiares, sociales, contextuales etc.), no un tras-
A partir de los resultados obtenidos en este torno ni una patología (Sandoval et al., 2011).
estudio, es posible ver que la existencia del acoso Por tanto, ante el desconocimiento o indiferen-
también puede ocurrir en ambientes universita- cia (no hacer nada por impedir o acciones hosti-
rios y que tiene relación con aspectos de convi- les que contribuyan al acoso), es necesario realizar
vencia determinados por el contexto social. un análisis psicosocial del propio sistema de nor-
Sandoval et al. (2011) afirman que el fenóme- mas, valores, sentimientos y comportamientos de
no acoso escolar tiende a estar conformado por tres todas las personas implicadas en tales acciones de
partes: la intención, la repetición o temporalidad y maltrato y de violencia. Ya Olweus (1993) con-
el desequilibrio de comunicación o abuso de po- sidera que la agresión siempre está acompañada
der. En este caso, la agresión en el presente estudio por una intencionalidad, lo que diferencia la ver-
está enfocada en la competencia y la necesidad de dadera agresión de aquellos comportamientos,
supremacía en relación al aprendizaje y al conoci- que de forma involuntaria, provocan algún tipo
miento, la cual se genera entre pares, está asociada de efecto perjudicial en los demás.
a los intereses personales, es constante y repetiti- La convivencia entre maestros y alumnos se
va a través del tiempo y tiene la intención expre- caracteriza en muchas ocasiones por la incapaci-
sa de menoscabar la integridad del agredido. Rojas dad y el descontrol de la enseñanza en los grupos,
(2013) señala que el acoso consiste en agresiones lo que trae consigo, según Olweus (1993), el des-
graves, dañinas, perjudiciales, que pueden tener equilibrio del poder entre la víctima y su agresor.
una incidencia y permanencia durante un tiempo El dominio necesario de la situación por el maes-
suficiente para generar daños, los que pueden ser tro se acompaña de la indefensión creciente en
morales, sociales, psicológicos y físicos en la vícti- las víctimas a medida que ocurren los episodios
ma, sin importar el sexo ni la edad escolar. violentos. La combinación de ambos aspectos ge-
Otro aspecto de suma importancia detectado nera una dinámica de dominio-sumisión que no
en el análisis se refiere a la convivencia, es decir, a requiere necesariamente de la presencia física del
Acoso escolar en universidades

los patrones y reglas implícitas y explícitas en el am- agresor, sino que permanece bajo su influencia en
biente escolar que facilitan o dificultan las dinámi- cualquier momento.
cas de violencia. Así, los participantes consideraban En este estudio se determinó que el tipo de
que había entre ellos una agresión constante en su agresión predominante es la psicológica (des-
convivencia cotidiana que no les causaba extrañe- cartando totalmente la agresión física) ya sea
za, pero que provocaba un estado de incomodidad y puramente relacional o verbal, pero constante, re-
conformismo. Para el Observatorio sobre Violencia petitiva, sutil y desesperante, confirmando una
y Convivencia en la Escuela (2011), si un clima de vez más lo que mencionan Ortega et al. (2013)
inseguridad y temor en los estudiantes es contante, cuando consideran el acoso psicológico como
contribuye de alguna manera a que la percepción de un problema o fenómeno peculiar, característico
normalidad y naturalidad del acoso escolar se afiance y propio de los jóvenes, que consiste en agresio-
más y aumente la actitud de indiferencia ante aquél. nes, insultos e intimidaciones con un sentido de

272
humillación sutil por uno o todos los integrantes dice antes, pareciera que la dinámica del acoso va
del grupo; este tipo de agresiones que los jóvenes transformándose a lo largo del desarrollo de los
se infligen entre sí son de gran variedad y moda- individuos, que en etapas más avanzadas se refi-

Enseñanza e Investigación en Psicología Vol. 20, Nº 3, septiembre-diciembre, 2015


lidad, a diferencia del acoso escolar que sufren los na al adoptar la forma de agresiones sútiles en el
niños, que es más directo y físico en el cual es más medio universitario y que se afianzan más tarde
fácil de detectar al agresor. en el terreno laboral.
Dentro de los objetivos del acoso escolar en En conclusión, el acoso escolar en las uni-
los universitarios están las perturbaciones en la versidades, a pesar de que puede llegar a ser una
integridad y la ideología en forma de críticas, agresión frecuente y amenazante, es muy diferen-
burlas (bromas y apodos). Así, este tipo de aco- te a la que se vive en los ambientes escolares bás-
so escolar también tiene algunas semejanzas con icos en cuanto que no se expone o evidencia a la
el acoso laboral o mobbing, pues está acompaña- víctima, sino que se le oculta para desgastarla, fa-
do por una comunicación hostil con falta de éti- stidiarla o menospreciarla sin que los victimarios
ca que empuja a la víctima a la desesperanza e consideren que le están haciendo daño. Así, se
indefensión (Rojas, 2013). De esta forma, pa- podría decir que la existencia de acoso escolar en
recería que el acoso escolar en las universidades universitarios se caracteriza por una convivencia
es una violencia que tiene algunas característic- señalada por la ausencia de respeto, discrimina-
as del acoso tradicional, y otras del laboral. Si el ción y prejuicios, con consecuencias psicológicas
acoso tradicional aparece como una agresión in- (personales y relacionales) y académicas. Por tan-
tencional que solo considera a los menores que to, se recomienda continuar la investigación con
son pares o iguales, el laboral adopta la forma de un análisis psicosocial de los sistemas de normas,
la agresión por supremacía entre subordinados y valores y comportamientos de todas las personas
sus jefes o superiores, como es el caso del acoso involucradas en esta dinámica y con grupos más
en los estudiantes universitarios, adultos jóvenes amplios, para que, con base en ello, se tenga una
involucrados en una agresión sutil y emascarada mejor panorámica de este fenómeno y puedan
ya sea entre pares o por parte de un superior (el diseñarse estrategias eficaces que disminuyan su
maestro) a un subordinado (alumno). Como se incidencia.

REFERENCIAS

Adams, F.D. y Lawrence, G.J. (2011). Bullying victims: The effects last into college. American Secondary Edu-
cation, 40(1), Fall, 4-11.
Benites, M. (2012). La convivencia escolar: una estrategia de intervención en bullying. En L. Benites, J. Carozzo,
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conceptuales (pp. 75-104). Lima: Observatorio sobre Violencia y Convivencia en la Escuela.
Carbajal, P. (2013). Convivencia democrática en las escuelas. Apuntes para una reconceptualización. Revista
Iberoamericana de Evaluación Educativa, 6(2), 13-35.
Hernández, S., Fernández, C. y Baptista, L. (2010). Metodología de la investigación. México: McGraw-Hill.
Monks, C.P. y Smith, P.K. (2010). Definitions of bullying: Age differences in understanding of the term and
the role of experience. British Journal of Developmental Psychology, 24(4), 801-821.
Namie, G. y Namie, R. (2004). Workplace bullying: How to address America’s silent epidemic. Employee Rights
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Observatorio sobre Violencia y Convivencia en la Escuela. (2011). Impacto social de la violencia escolar. In-
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Acoso escolar en universidades

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