El aprendizaje puede acontecer aunque no se produzca un cambio en la conducta.
Aunque muchos de los primeros conductistas equiparaban el aprendizaje con los cambios en la conducta, Tolman argumentó que el aprendizaje puede tener lugar sin que se refleje en un cambio de conducta, para lo que utilizó el término aprendizaje latente para referirse a este aprendizaje no observable. El estudio de Tolman y Honzik que acabamos de describir proporciona un ejemplo de aprendizaje latente: el grupo 3 de ratas debió de aprender tanto como el grupo 1 durante los primeros diez días, aunque su conducta no reflejara tal aprendizaje (presumiblemente, el grupo 2 también debió aprender más de lo que demostraba). Tolman propuso que el reforzamiento influye más sobre la actuación que sobre el aprendizaje, ya que aumenta la probabilidad de que una conducta aprendida se ponga de manifiesto. (Como hemos dicho en el capítulo anterior, los teóricos sociocognitivos también han llegado a conclusiones similares, al proponer que el aprendizaje puede ocurrir sin que se produzca un cambio en la conducta; y que el reforzamiento lo que incrementa es la probabilidad de que las personas pongan de manifiesto lo que han aprendido).
El aprendizaje supone la formación de representaciones o asociaciones mentales
que no se reflejan en cambios conductuales visibles. De la misma manera que Tolman, que avanzó el concepto de aprendizaje latente, los psicólogos cognitivos contemporáneos consideran que el aprendizaje implica cambios mentales internos más que cambios en la conducta externa, tal y como los describen los conductistas. Por lo tanto, el aprendizaje puede tener lugar sin necesidad de que se refleje en las acciones observables del individuo (por supuesto, como se dijo en el capítulo 1, las otras personas no tienen ninguna forma de saber que se ha producido un aprendizaje hasta que pueden observar algún tipo de cambio en la conducta).
2. Actuación (conducta Tolman).
El aprendizaje tiene lugar a partir de la actuación conjunta de la asimilación y la acomodación. Cierto es que durante el aprendizaje se manifiesta de manera especial el proceso de acomodación, debido a que es entonces cuando tienen lugar los principales cambios cognitivos. Sin embargo, un acontecimiento ambiental no puede provocar la acomodación de los esquemas, a menos que dicho acontecimiento pueda relacionarse (asimilarse) previamente con estos esquemas. Por ejemplo, consideramos esta oración: D. O. Hebb propuso que el aprendizaje es el proceso de desarrollo de ajustes celulares y secuencias de fase. 3. Diferencias individuales de aprendizaje (variables internas, Tolman, 130). También debe tomarse en consideración las variables que intervienen. Como usted recordará del capítulo 3, Clark Hull incorporó las variables intervinientes en su teoría del aprendizaje, argumentando que variables como los impulsos, la fuerza de hábito o los incentivos desempeñan papeles cruciales. Sin embargo, no fue Hull quien inventó el concepto de variables intervinientes; ya en 1932 Tolman había propuesto que las variables internas del organismo (por ejemplo, conocimientos y estados fisiológicos), influyen sobre la conducta observable. De esta manera, en el trabajo de Tolman encontramos una preocupación precoz por las diferencias individuales en el proceso de aprendizaje, preocupación que ha trascendido hasta el cognitivismo contemporáneo. 4. Conductismo intencionado (Tolman, 180). La conducta es intencionada. Tolman estaba convencido de que el aprendizaje no debe considerarse como el establecimiento de conexiones entre estímulos y respuestas, sino como un proceso de aprender que ciertos sucesos conducen a otros acontecimientos (por ejemplo, que recorrer un laberinto por determinado camino produce un reforzamiento). Propuso que una vez que un organismo ha aprendido que una conducta provoca determinado resultado, ese organismo actúa para lograr dicho efecto. En otras palabras, la conducta tiende a un propósito, que es la consecución de objetivos. Dado que Tolman puso el acento en el hecho de que nuestra conducta pretende lograr objetivos, su teoría del aprendizaje suele recibir el nombre de conductismo intencionado. Edward Chace Tolman (1932, 1938, 1942, 1959) fue un importante teórico del aprendizaje durante el apogeo del conductismo, si bien su trabajo tiene un evidente aroma cognitivo. Igual que sus contemporáneos conductistas, Tolman valoraba la objetividad en la investigación, y también utilizó especies no humanas (especialmente ratas), como sujetos de su investigación. Pero, al contrario que sus contemporáneos, Tolman recurrió a fenómenos mentales internos para sus explicaciones del aprendizaje y adoptó una perspectiva del aprendizaje más holística que la mera relación entre un estímulo y una respuesta. Tolman desarrolló su perspectiva mentalista del aprendizaje utilizando algunas ingeniosas adaptaciones de las fuentes de investigación tradicionales del conductismo. Iremos viendo ejemplos de esta aproximación a medida que vayamos revisando las principales ideas de su teoría: • La conducta debería estudiarse a un nivel molar. Los primeros teóricos de la tradición conductista, como Pavlov, Watson y Thorndike, intentaron reducir la conducta a conexiones simples entre estímulos y respuestas. Por el contrario, Tolman fue inflexible en su posición de que el objeto de estudio más apropiado son las conductas más globales. Tolman argumentaba que descomponer la conducta en reflejos aislados E-R, en lugar de analizarla en su totalidad, oscurece el significado y el propósito de la conducta. 5. Huellas de memoria (Gestalt,185).
El aprendizaje se ajusta a la ley de la Prägnanz. Según los psicólogos de la Gestalt,
el aprendizaje supone la formación de huellas de memoria. Dichas huellas están sujetas a la ley de Prägnanz, de manera que con el paso del tiempo tienden a tornarse más simples, más concisas, y más completas. Por ejemplo, después de ver objetos más o menos irregulares como los que se muestran en la figura 8.9, las personas tienden a recordarlos más adelante como «un círculo» y «un cuadrado». Por citar otro ejemplo más, recurriremos al estudio de Tversky (1981), quien pidió a sus sujetos que estudiaran una serie de mapas y los dibujaran después de memoria. Las distorsiones en las reproducciones se adecuaban a la ley de la Prägnanz: las líneas curvas e irregulares se convertían en rectas, las líneas inclinadas se enderezaban en dirección norte-sur y este-oeste, y las leyendas se colocaban mejor alineadas de lo que estaban en el mapa original. 6. Insight (Reestructuración mental y … súbito para la resolución de problemas) (Gestalt, 185) La resolución de problemas supone la reestructuración y el descubrimiento súbito (insight). Como dijimos en el capítulo 4, Thorndike (1898) describía la solución de problemas (lo que hacían sus gatos en sus jaulas de laberintos), como un proceso de ensayo y error. Los psicólogos de la Gestalt plantearon una idea muy distinta para explicar cómo los organismos resuelven problemas. Por ejemplo, Köhler (1925) sugirió que la solución de problemas exige la combinación y recombinación mental de los elementos de un problema, hasta que aparece una estructura que lo resuelve. Describió numerosas observaciones de la manera en que los chimpancés resuelven problemas mediante lo que él consideraba una manipulación mental de la situación. En una de ellas, un chimpancé llamado Sultán se enfrentó con un dilema: se había colocado fuera de su jaula una fruta que él no podía alcanzar. Anteriormente Sultán había conseguido utilizar un palo para alcanzar fruta, pero en esta ocasión el único palo que había dentro de la jaula era demasiado corto. Fuera de la caja había un palo más largo, pero que también estaba fuera de su alcance. Así pues, se presentó la siguiente escena: Sultán intenta coger la fruta con el más pequeño de los dos palos. No tiene éxito, y lo intenta con un trozo de cable que lanza entre los barrotes, pero también en vano. Entonces mira alrededor (en el transcurso de estas pruebas siempre había pausas muy largas durante las cuales los animales escudriñaban a su alrededor). Repentinamente, agarra el palo pequeño, se dirige a los barrotes cercanos al palo largo, lo alcanza con él, los compara, y se dirige con el palo largo al otro lado de la jaula donde está la fruta, que esta vez sí puede alcanzar. Desde el momento en que sus ojos se posaron sobre el palo largo, su proceder se transformó en un todo coherente... (Köhler, 1925, p. 180). 7. Esquema, estructuras cognitivas (Piaget, 188 operaciones). El conocimiento puede describirse en términos de estructuras que van cambiando a lo largo del desarrollo. Piaget propuso el concepto de esquema como la estructura básica mediante la que se representa el conocimiento del individuo. Si bien esta noción resulta relativamente abstracta, puede definirse a grandes rasgos como una unidad mental que representa una categoría de acciones o pensamientos similares. Por ejemplo, un niño puede tener un esquema para agarrar, y utilizarlo con todos los objetos, tanto un biberón como un patito de plástico. Un adolescente puede tener ciertos esquemas relacionados con el pensamiento lógico, que pueden aplicarse a diferentes temas sociales, políticos o morales. A medida que los niños se desarrollan, aparecen esquemas nuevos, mientras que los esquemas existentes se ponen en práctica repetidamente, a veces se modifican y, en ocasiones, se coordinan entre sí para formar estructuras cognitivas. Buena parte de la teoría de Piaget está dedicada al desarrollo de las estructuras cognitivas que gobiernan el razonamiento lógico, y que Piaget denominó operaciones.
El ritmo de desarrollo cognitivo está controlado en cierta medida por la maduración.
Un aspecto singular de la teoría de Piaget es su afirmación de que el progreso que realizan los niños a lo largo de las cuatro etapas está limitado por la maduración — esto es, por cambios fisiológicos genéticamente controlados—. Piaget consideraba que un requisito necesario para poder pasar de una etapa a otra es que se produzcan ciertos cambios neurológicos que permitan el desarrollo de estructuras cognitivas más complejas. Debido a las limitaciones fisiológicas, resulta virtualmente imposible que un niño de dos años muestre el tipo de pensamiento lógico característico de las operaciones concretas, o que un niño de siete años resuelva adecuadamente problemas formales. Muchas de las ideas de Piaget están presentes en el cognitivismo contemporáneo. La noción de que el conocimiento está estructurado y organizado, ya estaba presente tanto en el trabajo de Piaget como en el de Tolman y en el de los psicólogos de la Gestalt. La propuesta de Piaget de que para que se produzca un aprendizaje, el individuo debe ser capaz de asimilar la nueva información en sus estructuras cognitivas, también constituye un elemento esencial de las teorías contemporáneas del aprendizaje; en otras palabras, es necesario que las nuevas experiencias se solapen con el conocimiento previo. Muchos teóricos que estudian la motivación consideran que las ideas o percepciones conflictivas provocan, en efecto, una incomodidad mental (desequilibrio), que motiva a los aprendices a buscar algo que les permita solucionar la discrepancia (véase el capítulo 16). Por último, si bien muchos psicólogos cuestionan la idea de que el desarrollo cognitivo evoluciona mediante etapas diferentes (Flavell y otros, 1993; Kuhn, 2001b; Rosser, 1994; Siegler y Ellis, 1996), los análisis piagetianos sobre cómo piensan los niños en relación con diferentes tareas y problemas han promovido numerosos estudios acerca el desarrollo del conocimiento. De esta manera, si bien no todas las ideas de Piaget han podido verificarse empíricamente, su teoría continúa teniendo una gran influencia tanto sobre los conceptos como sobre la metodología de investigación de la psicología cognitiva. Al mismo tiempo que Piaget realizaba su investigación, otra figura importante de la Psicología desarrollaba sus propias ideas sobre los factores que facilitan el desarrollo cognitivo. A continuación vamos a revisar las ideas de Lev Vygotsky. 8. 9. Acomodación (Piaget, 189). • El proceso mediante el que las personas interactúan con el entorno es constante. De acuerdo con Piaget, las personas interactúan con su entorno mediante procesos inmutables (que él denominó funciones), conocidos como asimilación y acomodación. Mediante la asimilación, una persona interactúa con un objeto o acontecimiento de manera coherente con alguno de los esquemas que posee. Por ejemplo, el bebé que ve los pendientes tan brillantes de su mamá, puede asimilarlos a su esquema de agarrar, y tirar de ellos de la misma manera que hace con el biberón. Un niño de 2.° curso de primaria que ha construido un esquema que le permite juntar dos manzanas y tres manzanas para tener cinco manzanas, puede aplicar este mismo esquema a una situación en la que hay 2 € y 3 €. En la acomodación, una persona puede modificar un esquema que ya posee o construir uno nuevo que le permita explicar algo que no conocía. Por ejemplo, un niño que acaba de aprender a gatear debe modificar su estilo cuando llega al borde de una escalera. Un niño que llama «insecto» a una araña, quizá revise su concepto cuando aprenda que los insectos tienen seis patas, pero que las arañas tienen ocho. La asimilación y la acomodación son procesos complementarias: la asimilación supone modificar la percepción que una persona tiene de su entorno para que se ajuste a sus esquemas, mientras que la acomodación supone modificar un esquema para que se ajuste al entorno. De acuerdo con Piaget, ambos procesos van de la mano, de manera que las personas interpretan los acontecimientos nuevos a partir del conocimiento que ya tienen (asimilación), pero también modifican su conocimiento como resultado de tales acontecimientos (acomodación). El aprendizaje tiene lugar a partir de la actuación conjunta de la asimilación y la acomodación. Cierto es que durante el aprendizaje se manifiesta de manera especial el proceso de acomodación, debido a que es entonces cuando tienen lugar los principales cambios cognitivos. Sin embargo, un acontecimiento ambiental no puede provocar la acomodación de los esquemas, a menos que dicho acontecimiento pueda relacionarse (asimilarse) previamente con estos esquemas. Por ejemplo, consideramos esta oración: D. O. Hebb propuso que el aprendizaje es el proceso de desarrollo de ajustes celulares y secuencias de fase. 10. Equilibrio, desequilibrio y equilibración (Piaget, 190). Las personas están intrínsecamente motivadas para intentar encontrar sentido al mundo que les rodea. De acuerdo con Piaget, las personas se encuentran a veces en un estado de equilibrio; así pueden explicar cómodamente sucesos novedosos a partir de los esquemas de los que disponen. Pero este equilibrio no se mantiene de manera indefinida, debido a que las personas a veces se encuentran con acontecimientos que no pueden explicar adecuadamente a partir de su comprensión actual del mundo. Esos acontecimientos inexplicables provocan un desequilibrio, un «estado de incomodidad mental». Solamente cuando los esquemas se sustituyen, se reorganizan o se integran mejor (en otras palabras, mediante la acomodación), se llega a poder comprender y explicar lo que previamente había sido un fenómeno desconcertante. La transición desde el equilibrio al desequilibrio y otra vez al equilibrio, se conoce como equilibración —un proceso que promueve niveles cada vez más complejos de pensamiento y conocimiento. 11. Pensamiento simbólico, (Piaget). La primera etapa, denominada sensoriomotora, abarca desde el nacimiento hasta los dos años de edad (la edad exacta de cada etapa puede variar de un niño a otro). Su mayor parte se caracteriza por esquemas basados en la conducta y en la percepción, más que en esquemas internos y mentales a los que podríamos denominar «pensamiento». De acuerdo con Piaget, los bebés todavía no poseen esquemas que les permitan pensar sobre otros objetos que no sean los que se encuentran directamente ante ellos; en otras palabras, «lo que está fuera de la vista está fuera de la mente». Hacia el final de esta etapa, sin embargo, aparece el pensamiento simbólico —esto es, la capacidad para representar mediante símbolos mentales e internos objetos y acontecimientos externos—, lo que constituye el inicio del auténtico pensamiento tal y como lo definió Piaget. 12.Conocimiento previo (Piaget). A menos que usted sepa quién era D. O. Hebb y que esté familiarizado con los conceptos de ajuste celular y secuencia de fase, aprenderá muy poco de esta oración. La asimilación casi siempre es una condición necesaria para que se produzca la acomodación: es necesario poder relacionar una experiencia nueva con lo que ya se sabe, para poder aprender de ella. La necesidad de que exista cierto solapamiento entre el conocimiento previo y el material que se tiene que aprender, no sólo es un importante principio de la teoría de Piaget, sino también de las perspectivas contemporáneas del aprendizaje. La propuesta de Piaget de que para que se produzca un aprendizaje, el individuo debe ser capaz de asimilar la nueva información en sus estructuras cognitivas, también constituye un elemento esencial de las teorías contemporáneas del aprendizaje; en otras palabras, es necesario que las nuevas experiencias se solapen con el conocimiento previo 13. Perspectiva sociocultural del desarrollo cognitivo, Vygotsky. 194. Piaget propuso que los niños van desarrollando a lo largo del tiempo esquemas cada vez más avanzados e integrados, gracias a los procesos de asimilación y acomodación. Desde la perspectiva piagetiana, por lo tanto, el aprendizaje es una empresa fundamentalmente individual; los niños tienen que hacer por sí mismos la mayor parte del trabajo. Por el contrario, Vygotsky estaba convencido de que son los adultos quienes promueven el aprendizaje y el desarrollo de los niños de una manera intencional y sistemática: lo hacen implicando constantemente a los niños en actividades significativas e interesantes, y ayudándoles a dominar esas actividades. Debido a que Vygotsky destacó la importancia de la sociedad y la cultura para la promoción del desarrollo cognitivo, su teoría suele denominarse también perspectiva sociocultural. Podemos resumir sus ideas a partir de algunos de sus postulados principales: • Los procesos mentales complejos tienen su origen en actividades sociales; a medida que los niños se desarrollan, van interiorizando progresivamente tales procesos hasta que pueden utilizarlos sin depender de las personas que les rodean. Vygotsky propuso que muchos procesos de pensamiento tienen sus raíces en las interacciones sociales (conversaciones, argumentos, etc.) que se establecen entre los niños y otras personas. A medida que los niños discuten con los demás sobre los objetos y los acontecimientos, van incorporando de manera progresiva a su propio pensamiento la forma en que los demás interpretan el mundo a través del lenguaje, y comienzan a utilizar las palabras, conceptos, símbolos y otras representaciones —en esencia, las herramientas cognitivas— características de su cultura. El proceso mediante el cual las actividades sociales se convierten en actividades mentales internas, se denomina internalización. Pero no todos los procesos mentales se originan en las interacciones entre niños y adultos; algunos también proceden de las interacciones que los niños establecen con sus propios compañeros. Por ejemplo, los niños suelen discutir entre ellos sobre diferentes temas —la mejor manera de realizar una actividad, a qué juego, quién hizo qué a quién, etc. De acuerdo con Vygotsky, estos argumentos ayudan a los niños a descubrir que suele haber diferentes puntos de vista relativos a la misma situación o al mismo problema. Llega un momento en que los niños pueden analizar el proceso de «argumentación», lo que les permite interpretar dicha situación desde diferentes ángulos. • Durante los primeros años de vida, el pensamiento y el lenguaje se van haciendo cada vez más interdependientes. Desde nuestra perspectiva adulta solemos considerar que el pensamiento está estrechamente vinculado al lenguaje. Solemos pensar en un objeto determinado recurriendo a las palabras relativas al mismo que nos proporciona nuestro lenguaje. Por ejemplo, cuando pensamos sobre los animales domésticos, inmediatamente aparecen en nuestra cabeza palabras como perro y gato. Por otra parte, cada vez que hablamos con los demás solemos expresar también nuestro pensamiento; como se suele decir, estamos «pensando en voz alta». Vygotsky propuso que, en contraste con lo que ocurre con los adultos, el pensamiento y el lenguaje suponen funciones completamente independientes para los niños. Durante los primeros años de vida, el pensamiento se produce de manera independiente del lenguaje, y cuando éste aparece, suele utilizarse fundamentalmente como un medio de comunicación y no tanto como un mecanismo del pensamiento. Pero, en algún momento, en torno a los dos años de edad, el pensamiento y el lenguaje comienzan a entrelazarse: los niños empiezan a expresar su pensamiento cuando hablan y, también, a pensar con palabras. Cuándo se combina el lenguaje con el pensamiento, empezamos a hablar para nosotros mismos, lo que se conoce también como habla privada. Llega un momento en que este tipo de habla evoluciona a un habla interna: los niños «se hablan» a sí mismos, pero ahora lo hacen mentalmente y no en voz alta. Según Vygotsky, tanto el habla privada como el habla interna sirven al mismo propósito: cuando se hablan así mismos, los niños están aprendiendo a dirigir su propia conducta de una manera similar a como lo habían hecho antes los adultos cuando les ayudaban. Por lo tanto, el habla privada y el habla interna son casos específicos de un proceso de interiorización: los niños interiorizan progresivamente las instrucciones que inicialmente habían recibido de las personas que había a su alrededor, hasta que son capaces de dirigirse a sí mismos. Los estudios más recientes apoyan las hipótesis de Vygotsky respecto a la evolución y el papel del habla privada y del habla interna. La frecuencia del habla privada audible disminuye a lo largo de los años de preescolar, si bien dicha disminución va acompañada de un incremento de los susurros y de los movimientos labiales silenciosos, lo que aparentemente refleja la transición hacia el habla interna (Bivens y Berk, 1990; Owens, 1996). Es más, el habla privada aumenta cuando los niños realizan tareas muy difíciles (Berk, 1994; Schimmoeller, 1998). • Tanto a través de las conversaciones informales como de la escolaridad formal, los adultos transmiten a los niños las diversas maneras en las que su cultura interpreta y responde al mundo. A lo largo de su interacción con los niños, los adultos comparten el significado que ellos mismos atribuyen a los objetos, acontecimientos y, de manera general, a la experiencia humana. En este proceso transforman, o median, en las situaciones que van encontrando los niños. Los significados se transmiten mediante diversos mecanismos, lo que incluye el lenguaje en su versión hablada, escrita, etc., los símbolos, las matemáticas, el arte, la música, la literatura, etc. 14. Herramientas cognitivas, Vygotsky, 194. Los procesos mentales complejos tienen su origen en actividades sociales; a medida que los niños se desarrollan, van interiorizando progresivamente tales procesos hasta que pueden utilizarlos sin depender de las personas que les rodean. Vygotsky propuso que muchos procesos de pensamiento tienen sus raíces en las interacciones sociales (conversaciones, argumentos, etc.) que se establecen entre los niños y otras personas. A medida que los niños discuten con los demás sobre los objetos y los acontecimientos, van incorporando de manera progresiva a su propio pensamiento la forma en que los demás interpretan el mundo a través del lenguaje, y comienzan a utilizar las palabras, conceptos, símbolos y otras representaciones —en esencia, las herramientas cognitivas— características de su cultura. El proceso mediante el cual las actividades sociales se convierten en actividades mentales internas, se denomina internalización. Pero no todos los procesos mentales se originan en las interacciones entre niños y adultos; algunos también proceden de las interacciones que los niños establecen con sus propios compañeros. Por ejemplo, los niños suelen discutir entre ellos sobre diferentes temas —la mejor manera de realizar una actividad, a qué juego, quién hizo qué a quién, etc. De acuerdo con Vygotsky, estos argumentos ayudan a los niños a descubrir que suele haber diferentes puntos de vista relativos a la misma situación o al mismo problema. Llega un momento en que los niños pueden analizar el proceso de «argumentación», lo que les permite interpretar dicha situación desde diferentes ángulos. 15. Habla privada o interna (Vygotsky 194). Vygotsky propuso que, en contraste con lo que ocurre con los adultos, el pensamiento y el lenguaje suponen funciones completamente independientes para los niños. Durante los primeros años de vida, el pensamiento se produce de manera independiente del lenguaje, y cuando éste aparece, suele utilizarse fundamentalmente como un medio de comunicación y no tanto como un mecanismo del pensamiento. Pero, en algún momento, en torno a los dos años de edad, el pensamiento y el lenguaje comienzan a entrelazarse: los niños empiezan a expresar su pensamiento cuando hablan y, también, a pensar con palabras. Cuándo se combina el lenguaje con el pensamiento, empezamos a hablar para nosotros mismos, lo que se conoce también como habla privada. Llega un momento en que este tipo de habla evoluciona a un habla interna: los niños «se hablan» a sí mismos, pero ahora lo hacen mentalmente y no en voz alta. Según Vygotsky, tanto el habla privada como el habla interna sirven al mismo propósito: cuando se hablan así mismos, los niños están aprendiendo a dirigir su propia conducta de una manera similar a como lo habían hecho antes los adultos cuando les ayudaban. Por lo tanto, el habla privada y el habla interna son casos específicos de un proceso de interiorización: los niños interiorizan progresivamente las instrucciones que inicialmente habían recibido de las personas que había a su alrededor, hasta que son capaces de dirigirse a sí mismos. Los estudios más recientes apoyan las hipótesis de Vygotsky respecto a la evolución y el papel del habla privada y del habla interna. La frecuencia del habla privada audible disminuye a lo largo de los años de preescolar, si bien dicha disminución va acompañada de un incremento de los susurros y de los movimientos labiales silenciosos, lo que aparentemente refleja la transición hacia el habla interna (Bivens y Berk, 1990; Owens, 1996). Es más, el habla privada aumenta cuando los niños realizan tareas muy difíciles (Berk, 1994; Schimmoeller, 1998). 16.Nivel actual de desarrollo y nivel potencial de desarrollo (Vygostky 195). Los niños pueden realizar tareas más difíciles cuando reciben la ayuda de personas cognitivamente más competentes que ellos. Vygotsky distinguió dos tipos de capacidad que los niños pueden poner de manifiesto en un momento concreto de su desarrollo. El nivel actual de desarrollo de un niño es el límite máximo de una tarea que es capaz de realizar de manera independiente, sin ayuda de nadie. El nivel potencial de desarrollo es el límite superior de una tarea que pueden realizar con la ayuda de una persona más competente. Vygotsky sugirió que para captar el auténtico nivel de desarrollo cognitivo de un niño, deberíamos evaluar sus capacidades tanto de manera individual como cuando recibe ayuda de otra persona. Lo normal es que los niños puedan realizar tareas más difíciles cuando reciben ayuda de los adultos que cuando las hacen individualmente. Por ejemplo, cuando los niños aprenden a utilizar un bate de béisbol, lo hacen mejor cuando un adulto les ayuda en el movimiento de balanceo. Los niños también son capaces de tocar piezas más difíciles al piano cuando un adulto les ayuda a localizar las notas en el teclado. Los estudiantes pueden resolver problemas matemáticos más difíciles cuando su profesor les ayuda a identificar los componentes cruciales del problema, y les enseña estrategias fructíferas para resolverlo. Asimismo, los estudiantes son capaces de leer en grupo fragmentos más complejos que cuando lo hacen solos en casa (Burron y Claybaugh, 1992). 17. Zona de desarrollo próximo, (Vygotsky) Las tareas difíciles promueven un desarrollo cognitivo máximo. El conjunto de tareas que los niños todavía no pueden hacer por sí mismos, pero sí con la ayuda de otras personas más competentes, recibe el nombre de zona de desarrollo próximo (ZDP). La zona de desarrollo próximo incluye las capacidades de aprendizaje y de resolución de problemas que están a punto de empezar a desarrollarse en el niño. Evidentemente, la ZDP de un niño va cambiando a lo largo del tiempo; a medida que domina ciertas tareas, aparecen otras más complicadas y que presentan nuevos desafíos. Vygotsky defendía que los niños aprenden muy poco cuando realizan las tareas de manera independiente. Por el contrario, su desarrollo avanza más cuando intentan resolver problemas que sólo pueden solucionar en colaboración con alguien más competente —esto es, cuando se enfrentan a tareas que están dentro de su zona de desarrollo próximo—. En pocas palabras, son los desafíos de la vida, más que el éxito fácil, lo que promueve el desarrollo cognitivo.
18. Andamiaje (Vygoysky).
Por último, tanto los teóricos como los educadores han prestado gran atención a los tipos de ayuda que pueden contribuir a que los alumnos consigan realizar tareas de cierta dificultad. El término andamiaje suele utilizarse para expresar esta idea: los adultos y otros compañeros más competentes proporcionan ayuda y estructuración sistemática que permite a los alumnos realizar tareas que se encuentran dentro de su zona de desarrollo próximo. Por ejemplo, un profesor podría: • Trabajar con sus alumnos para realizar un plan que les permita enfrentarse a una nueva tarea. • Demostrar su propia forma de solucionar una tarea, de tal forma que los alumnos puedan imitarlo con facilidad. • Dividir una tarea complicada en otras tareas más pequeñas y sencillas. • Proporcionar una estructura o esquema que explique de qué manera podría resolverse la tarea. • Plantear preguntas que ayuden a los estudiantes a pensar de manera apropiada sobre la tarea. • Mantener la atención de los estudiantes centrada sobre los aspectos relevantes de la tarea. • Motivar a los estudiantes para realizar la tarea. • Recordar a los alumnos cuál es su objetivo al realizar la tarea (por ejemplo, qué apariencia tendrá la solución de un problema). • Proporcionar una retroalimentación frecuente sobre el progreso de los estudiantes. (Gallimore y Tharp, 1990; Good, McCaslin y Reys, 1992; Lajoie y Derry, 1993; Merrill y otros, 1996; Rogoff, 1990; Rosenshine y Meister, 1992; Wood, Bruner y Ross, 1976). A medida que los alumnos son cada vez más capaces de realizar las tareas, el andamiaje se hace desaparecer progresivamente, hasta que llega el momento en que los alumnos realizan por sí mismos las tareas. Las teorías que hemos examinado hasta el momento —la de Tolman, la de los psicólogos de la Gestalt, la de Piaget y la de Vygotsky— exhalan desde su raíz un claro aroma cognitivo. Pero, más o menos al mismo tiempo, otros teóricos que habían comenzado su andadura con la mejor de sus intenciones conductistas, encontraron cada vez más difícil explicar los resultados de sus investigaciones recurriendo exclusivamente a principios basados en estímulos y respuestas. Vamos a describir a continuación el trabajo de los teóricos del aprendizaje verbal, que contribuyeron a allanar el camino para conseguir la amplia aceptación de las perspectivas cognitivas del aprendizaje.
19. Aprendizaje en serie, corpa ap. En serie, aprendizaje verbal,
Elementos. (p.198). Una derivación del movimiento conductista fue la extensión de sus principios básicos a una conducta tan singularmente humana como el lenguaje. Durante la primera mitad del siglo xx (especialmente entre los años treinta y los sesenta), muchos investigadores intentaron estudiar la conducta verbal y el aprendizaje de material verbal mediante la aplicación de una aproximación estímulo-respuesta. El resultado de este programa de investigación se conoce como aprendizaje verbal. En el corazón de la investigación sobre el aprendizaje verbal se encuentran dos tareas de aprendizaje, el aprendizaje en serie y el aprendizaje de pares asociados, que se pueden analizar fácilmente en términos de una perspectiva estímulo- respuesta. El aprendizaje en serie requiere aprender una secuencia de elementos en un orden determinado; el alfabeto, los días de semana o los nueve planetas de nuestro sistema solar son algunos ejemplos de este tipo de aprendizaje. Los teóricos del aprendizaje verbal explicaban de esta manera el aprendizaje en serie: el primer elemento de la lista se convierte en un estímulo ante el cual el segundo elemento se aprende cómo una respuesta al mismo; éste, a su vez, actúa como estímulo cuya respuesta sería el tercer elemento, y así sucesivamente. El aprendizaje de pares asociados consiste en aprender parejas de elementos. Dos ejemplos podrían ser aprender palabras en una lengua extranjera y sus equivalentes en español (por ejemplo, car significa «coche»), o aprender las capitales de los países. Los teóricos del aprendizaje verbal describieron los pares asociados como asociaciones entre estímulos y respuestas: el primer elemento de cada par es el estímulo, mientras que el segundo es la respuesta. Progresivamente, las investigaciones sobre aprendizaje verbal empezaron a producir resultados que no podían explicarse con facilidad en términos de asociaciones entre estímulos respuestas, por lo que los teóricos de esta perspectiva comenzaron a introducir diversos fenómenos mentales en su discusión de los procesos de aprendizaje. En este apartado describiré algunos principios generales de aprendizaje que proceden de la investigación sobre el aprendizaje verbal. Algunos de sus descubrimientos son relativamente fáciles de explicar desde una perspectiva conductista, si bien hay otros cuyo esclarecimiento resulta mucho más problemático. • El aprendizaje en serie se caracteriza por un patrón determinado. Durante una tarea de aprendizaje en serie suele observarse una curva de aprendizaje en serie: los primeros elementos de la lista y los últimos se aprenden con más rapidez y facilidad que los elementos de en medio (Hall, y 1971; McCrary y Hunter, 1953; Roediger y Crowder, 1976). Si trasladamos a un gráfico la velocidad con la que se aprenden los diversos elementos de una lista, obtendríamos algo parecido a la figura 8.11. 20. Sobreaprendizaje (Aprendizaje verbal), 198. El material sobreaprendido se recuerda posteriormente con mayor facilidad. ¿Qué ocurre cuando usted aprende perfectamente una información, pero todavía continúa estudiándola más? Este proceso se denomina sobreaprendizaje, y consiste en aprender la materia que se desea dominar y, a partir de ahí, seguir practicándola, lo que permite recordar la información con mucha más seguridad en un momento posterior (Krueger, 1929; Underwood, 1954). Por ejemplo, Krueger (1929) encontró que sobreaprender una lista de palabras mejoraba el recuerdo, incluso, un mes después de la sesión de aprendizaje. Como usted recordará del capítulo 3, muchos de los primeros conductistas destacaron la importancia de la práctica para el aprendizaje, presumiblemente, porque fortalecía las conexiones entre estímulos y respuestas. • La práctica distribuida suele ser más eficaz que la práctica masiva. Imagine que usted ha estudiado para hacer un examen. Usted estima que necesitará 6 horas para dominar la materia. ¿Hará mejor el examen si estudia de un tirón las 6 horas o, si por el contrario, divide su tiempo de estudio en pequeños fragmentos, digamos en seis sesiones de una hora? indica que la práctica distribuida, esto es, dividir el tiempo de estudio en varias sesiones, suele producir un mejor aprendizaje que la práctica masiva, en la que dedicamos todo el tiempo seguido a la misma materia (Glenberg, 1976; Underwood, 1961; Underwood, Kapelak y Malmi, 1976). De esta manera, estudiar para un examen a lo largo de unas cuantas sesiones breves probablemente sea más efectivo que una única sesión maratoniana. Es más, cuanto más separadas estén las sesiones entre sí, mejor será que el recuerdo a largo plazo (Bahrick, Bahrick, Bahrick, y Bahrick, 1993). Desde una perspectiva conductista, la práctica masiva provoca fatiga, y lo que llevaría al aprendiz a dar respuestas inapropiadas.