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Bases Fisiológicas
Psic. Yañez Pereyra·Jueves, 6 de diciembre de 2018
Definitivamente cuando estamos expuestos ante situaciones que para nosotros es de
riesgo o peligro, llegamos a experimentar ciertas sensaciones y reacciones como
coloquialmente conocemos como las famosas “ñañaras” o lo que en su momento le
sucedía al mítico personaje del Chavo del 8, la famosa garrotera.
El miedo es una de las emociones más primitivas que existen, se encargaba de
maximizar las posibilidades de supervivencia de nuestros antepasados puesto que les
permitía responder frente a las amenazas
El cerebro humano es un órgano profundamente complejo. Más de 100 millones de
células nerviosas forman una intrincada red de comunicaciones que son el punto de
partida de todo lo que sentimos, pensamos y hacemos. Algunas de estas comunicaciones
conducen al pensamiento y a la acción conscientes, mientras que otras producen
respuestas autónomas.
La respuesta autónoma del miedo, es decir, la que no activamos de manera consciente,
surge mucho antes de que nuestra razón haya podido decidir nada al respecto. Son
muchas las áreas cerebrales relacionadas con el miedo. Estas son las más importantes:
Tálamo: decide dónde enviar datos sensoriales entrantes (de ojos, oídos, boca,
piel)
Córtex sensorial: interpreta los datos sensoriales.
Hipocampo: almacena y recupera recuerdos conscientes; procesa conjuntos de
estímulos para establecer el contexto.
Amígdala: decodifica las emociones; petermina la posible amenaza; Almacena
recuerdos de las emociones y del miedo.
Hipotálamo: activa la respuesta de "lucha o huida".
Los principales efectos fisiológicos ante el miedo que lleva a cabo el sistema nervioso
simpático son:
Ahora bien ya que paso el evento que nos causo cierta sensación incomoda, si
percibimos solución a la situación se reactiva el sistema nervioso parasimpático, el cual
llevará a contrarrestar las acciones emprendidas por su confidente:
Los ojos aumentarán su líquido lacrimal, lo que provocará un lloro ineludible
El corazón empezará a latir más despacio y la presión arterial disminuirá, lo que
puede ocasionar mareos y desmayos.
La respiración pulmonar se ralentizará en un intento para normalizarla, lo que
conlleva a una desagradable sensación de ahogo.
Los intestinos y la vejiga se vacían para promover, si es el caso, una huida más
acelerada, lo que puede comportar a padecer una micción incontrolada.
Finalmente, la tensión muscular se pierde de golpe, motivo por el cual surge
rigidez y flojera en las rodillas.
El rechazo social
La muerte y el peligro
Los animales
El tratamiento médico
El estrés psiquiátrico
El miedo a lo desconocido
Tipos de miedo
Valorando estos factores podríamos una clasificación que discrimine el nivel de
afectación del miedo en cada persona y en determinada situación, destacando los tipos
de miedo más estudiados y tratados a día de hoy, encontramos la siguiente distribución:
Miedo físico
Miedo social
Miedo metafísico