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j 1A T O M I A
H U M A N A

IDEA BOOKS, S.A.


Título de la colección
ATLAS TEMÁTICOS

Texto e ilustración
© 1996 IDEA BOOKS, S.A.

Redacción / Enrique Ferrán de los Reyes.


Médico

Ilustraciones / Enrique Ferrán de los Reyes,


Eduardo Sáiz Alonso

Fotografías y Radiologías / Hospital Clínico


de Barcelona

Diseño de la cubierta / Lluis Lladó Teixidó

Printed in Spain by
Emegé, Industria Gráfica, Barcelona

EDICIÓN 1997
Deseosos siempre de poder com placer a nuestros lectores, les
ofrecemos este Atlas de Anatomía (Cuerpo Humano), que viene
a ser un valioso complemento para todos aquellos lectores que
deseen de ampliar sus conocimientos sobre esta ciencia.

El lector hallará en este volumen que ponemos en sus manos la


descripción, no por sucinta menos completa y científicamente
rigurosa, de los grandes capítulos en que podem os dividir la
Anatomía Humana.

Sin duda, una de las más apasionantes aventuras intelectuales


que puede emprender el hombre es adentrarse en el estudio de
su propiojcuerpo. A medida que avanzamos en este campo de
co n o cim ie n to s vam os h a cien d o d e scu b rim ie n to s siem p re
interesantes y a veces sorprendentes.

C onfiam os en que este volum en hallará en el p ú b lic o en


general, y en particular entre aquellos lectores para quienes
estas páginas van a ser su primer paso hacia un más profundo
conocimiento de la materia, una buena acogida.

LO S EDITORES
El esqueleto
CONSTITUCIÓN: LOS HUESOS cia consiste en que las cavidades y galerías ca­
racterísticas del seco, que en éste aparecen va­
El examen de un hueso aislado puede condu­ cías, en el fresco están ocupadas por elemen­
cir a la reconstrucción de la totalidad del es­ tos blandos que desaparecen con el proceso de
queleto del vertebrado al cual pertenecía. Tal descomposición y secamiento (fig. 3).
estrecha relación entre los huesos y la estruc­ Conductos de Havers. Son canalículos de
tura general del cuerpo explica perfectamen­ curso rectilíneo unidos entre sí para formar
te que el conocimiento de aquéllos constitu­ galerías que atraviesan el tejido óseo.
ya la base de los estudios de anatomía y que Osteoplastos o lagunas óseas. Son cavidades
el primer paso obligado, al iniciarlos, sea el esculpidas en las laminillas óseas, de cuyo
examen y la descripción de las piezas óseas, contorno nacen en forma radiada los con-
cuyo conjunto forma el esqueleto. ductillos.
Una ligera ojeada a un esqueleto (fig. 1) nos Células óseas u osteoblastos. Son corpúscu­
indica la variada forma de los huesos que lo los celulares que se amoldan al hueco de las
integran: vemos huesos anchos, excavados o lagunas óseas y emiten prolongaciones que
planos (cabeza, cadera); largos (miembros); ingresan en los conductillos.
cortos (columna vertebral, manos, pies ). Médula ósea. Es una sustancia blanda que ocu­
Esencialmente, el esqueleto se compone de pa las cavidades del tejido óseo, el conducto
un eje central, la columna vertebral, consti­ medular y las celdillas del tejido esponjoso.
tuida por elementos semejantes y superpues­ Existen dos tipos: la médula roja (tejido espon­
tos, las vértebras. Por su extremo superior, es­ joso) y la médula amarilla (conducto medular);
te eje sostiene la cabeza y de su parte inferior ambas generan elementos sanguíneos.
sobresalen lateralmente dos piezas, anchas, Periostio. Es una lámina fibrosa, resistente,
los huesos coxales, o huesos de la cadera. extendida como una envoltura continua por
De la parte media de la columna vertebral se la superficie del hueso, interrumpida sólo a
proyectan hacia adelante unos arcos óseos, nivel de las inserciones tendinosas y de las
en número de doce, las costillas, que van a articulaciones. El periostio genera interna­
unirse por su extremo anterior a una pieza mente capas concéntricas de materia ósea y
alargada y plana, el esternón. El recinto limi­ proporciona vasos y nervios al hueso subya­
tado por la columna vertebral, las costillas y cente.
el esternón constituye el tórax. A su vez, los
huesos coxales, articulados entre sí por de­ CARTÍLAGOS
lante, y por detrás con la última pieza verte­
bral, limitan otro espacio óseo, la pelvis. El esqueleto se compone no sólo de huesos,
La descripción del esqueleto quedará com­ sino también de cartílagos. El cartílago es
pleta con la mención de las llamadas cintu­ parte integrante de muchos huesos, e incluso
ras; éstas son la cintura torácica y la pélvica. son totalmente cartilaginosos algunos ele­
La torácica, formada por la clavícula y la es­ mentos esqueléticos, como los cartílagos cos­
cápula, está situada en la parte superior y la­ tales, que se describen con el esqueleto. La
teral del tó rax; de la escápu la pende el estructura histológica del cartílago es distinta
miembro superior o torácico. En la cintura según sea su variedad: en la figura 4 se repre­
pélvica, más sencilla, hay el hueso coxal, ya senta la imagen histológica del cartílago cos­
citado, de cuyo lado pende el miembro infe­ tal (variedad hialina).
rior o pélvico.
Hemos citado las distintas partes que compo­ VARIEDADES DE TEJIDO ÓSEO
nen el esqueleto al unirse o articularse entre
sí los huesos que lo forman: la columna ver­ A simple vista, el corte de un hueso seco o
tebral, el tórax, la cabeza y las extremidades. fresco nos muestra la sustancia ósea bajo dos
Más adelante nos ocuparemos de cada uno aspectos, el tejido compacto y el esponjoso.
de los huesos que forman estos conjuntos.
COMPOSICIÓN QUÍMICA
CONSTITUCIÓN INTERNA DE LOS HUESOS
DE LOS HUESOS
Se hallan formados en un 30 % por una sus­
Veamos ahora, utilizando el microscopio, la tancia orgánica, osteína, y en un 70 % por
constitución interna de los huesos (fig. 2), pero una sustancia mineral (compuestos de fosfato
antes conviene advertir que hay que diferen­ de calcio); a su gran contenido mineral se
ciar el hueso fresco del hueso seco. La diferen­ debe su opacidad a los rayos X.

ATLAS DE AN ATO M ÍA (humana)


6
C on st it uci ón del e s q u e l e t o .
Hueso y c ar t íl ag o

Lam inillas
óseas

Conductos
de Havers

medular

Fig. 2 - Fragmento de hueso seco.

Hueso fresco
Extremidad superior

Columna'
vertebral
Osteoplastos

Extremidad
inferior

Hueso Hueso fresco


seco

Fig: 3 - Diferencia entre el hueso


seco y el +tueso fresco.

Fig. 1 - Esqueleto: vist^anterior; vista lateral.

EL ESQ UELETO
7
El e s q u e l e t o

LA CABEZA ÓSEA. CRÁNEO Y CARA se articula con todos los huesos del cráneo;
en su parte superior tiene una depresión que
En la representación gráfica de la cabeza que aloja en estado fresco una importantísima
mantiene unidos todos sus componentes, es glándula (la hipófisis). El etmoides, situado
decir, de aquella que no ha sido desarticula­ delante del esfenoides, contribuye a formar
da ni seccionada, sólo pueden verse los hue­ la pared interna de la órbita y constituye el
sos cuya unión forma la superficie externa de techo y parte de las paredes de las fosas na­
la misma; algunos únicamente asoman una sales; contiene los cornetes superiores y me­
pequeña porción; otros, ninguna. dios derechos e izquierdos, con sus meatos
El estudio especializado de los huesos, que no respectivos; de su parte media desciende una
es propio ciertamente de esta obra elemental, lámina perpendicular que se articula con el
requiere la representación de cada uno de vómer para formar el tabique óseo nasal.
ellos desarticulado y aislado; a nosotros nos La cara se divide en dos partes, llamadas
bastará con representarlos en posición y articu­ mandíbula superior e inferior, respectivamen­
lados con sus vecinos. Una sección sagital de te. La superior es un conglomerado óseo
la cabeza nos servirá para mostrar los huesos compuesto por trece huesos (todos pares, ex­
que no son visibles de otro modo. cepto uno) y que ahora sólo enumeraremos:
En la cabeza se distinguen dos partes (fig-1) nasal, unguis, pómulo o malar, maxilar supe­
bien diferenciadas: el cráneo y la cara. rior, concha o cornete inferior, vómer (impar)
El cráneo es una caja ovoide, que ocupa la y palatino. La inferior consta de un solo hue­
parte superior y posterior de la cabeza y está so: el maxilar inferior. Como hueso anejo a la
formada por ocho huesos: frontal, parietal cara hay que citar el hioides, que se describe
(par), temporal (par), occipital, esfenoides y en el texto de la lámina A/3.
etmoides. Los cuatro primeros contribuyen a
establecer extensas superficies del cráneo, CONFIGURACIÓN EXTERNA DEL CRÁNEO
muy bien delimitables externamente; del et­
moides y del esfenoides queda oculta gran Se distinguen en él tres regiones: bóveda, re­
parte, que sólo se hace visible al seccionar o gión temporal y base. La bóveda se halla li­
desarticular el cráneo. mitada interiormente a cada lado, por la lí­
He aquí unos cuantos detalles anatómicos nea temporal. La región temporal está limita­
importantes de los huesos citados. El frontal da por arriba y por detrás por la línea tempo­
forma el esqueleto de la frente convexo por ral y por abajo, por el arco cigomático. La
su parte anterior y cóncavo por la posterior, base del cráneo sólo puede examinarse si se
presenta un borde superior articular y una coloca la bóveda hacia abajo; se divide en
cara inferior con una escotadura central, la tres zonas: anterior o facial, media y occipi­
cual separa las dos porciones que constitu­ tal. De la región lateral del cráneo, parte me­
yen las bóvedas orbitarias. El parietal, articu­ dia, importa citar el arco cigomático; por de­
lado con el lado opuesto, constituye la bóve­ bajo de éste el orificio del conducto auditivo
da craneal; tiene forma cuadrilátera, su cara externo, la articulación con el maxilar infe­
interna es cóncava, y la externa, convexa, rior, la apófisis mastoidea y, muy hacia aden­
presenta dos líneas curvas (líneas tempora­ tro, la apófisis estiloides.
les). El occipital contribuye a edificar la base
del cráneo; en su parte anterior se halla el CONFIGURACIÓN INTERNA DEL CRÁNEO
agujero occipital, que en estado fresco da pa­ Se aprecian dos regiones: bóveda y base. És­
so a la médula; a cada lado de aquél se en­ ta, a su vez, se divide en tres pisos o fosas,
cuentran dos carillas ovaladas (cóndilos del sobre las que descansan el cerebro, la protu­
cráneo) que se articulan con la primera vérte­ berancia, el bulbo y el cerebelo.
bra cervical. El temporal contiene el órgano La sección sagital de la cabeza ósea (fig. 2)
del oído; en su parte externa presenta el orifi­ descubre los huesos que en la cabeza íntegra
cio del conducto auditivo, por encima del permanecen ocultos o sólo se muestran par­
cual se proyecta hacia adelante una prolon­ cialmente a través de cavidades (esfenoides,
gación ósea (apófisis cigomática) que se arti­ etmoides, palatino, vómer y concha inferior).
cula con el pómulo; en su parte inferior hay
otra form ación ósea en forma de punzón Radiografías anatómicas (fig. 3)
(anófisis estiloides), una cavidad articular pa­
ra el maxilar inferior y una eminencia mame- Con el propósito, a nivel, naturalmente, de esta
lonada (apófisis mastoides). El esfenoides en­ obra, de iniciar al lector en el conocimiento de
clavado intracranealmente como una cuña las imágenes radiográficas anatómicas, cuyo
entre los huesos vecinos, puede decirse que valor didáctico se reconoce hoy unánimemen-

A7LAS DE AN ATO M ÍA (humana)


8
La c a b e z a
ósea(l)

CRÁNEO CARA

Frontal -•*

Etmoides

Unguis

Nasal
O ccipital

M alar
Temporal

M axilar superior

M axilar inferior

Fig. 1 - Cráneo y cara, vista lateral derecha.

Fig. 3 - Radiografía del esqueleto


del cráneo.

Parietal

Temporal

Etmoides
O ccipital

Vómer

M axilar superior

Palatino
M axilar inferior

Fig. 2 - Corte medio vertical.

EL ESQ UELETO
9
El e s q u e l e t o

te, se han incorporado a estas páginas algunos lares superiores; como éstos, también presen­
de los ejemplares más representativos. ta alvéolos para la implantación de las raíces
Los huesos de la cara, que en la página pre­ de las piezas dentarias inferiores. Al ser arti­
cedente sólo se han enunciado, se prestan a culado, el maxilar inferior puede ascender o
un examen más completo en la presentación descender, aproximando o alejando su arco
frontal de la cabeza (fig. 1). El nasal, unido dentario del superior.
por su borde interno con su homónimo, for­ Las dos cavidades que separan la bóveda
ma, por debajo, el borde superior de las fo­ craneal de la cara son las órbitas, cuyo con­
sas nasales; por su borde externo se articula torno es cuadrangular. En la formación de sus
con una porción ascedente del maxilar supe­ paredes intervienen cinco huesos de la cara y
rior. El unguis forma parte de la órbita y está dos del cráneo. En el fondo de la órbita se
excavado por un canal destinado al saco la­ advierten hendiduras, escotaduras, orificios y
grimal. El pómulo o malar constituye el lími­ conductos por los cuales discurren en estado
te lateral de la cara: por su borde interno fresco tendones, arterias, venas y nervios, co­
contribuye al reborde orbitario y por fuera y mo corresponde a una región ocupada por el
por detrás se articula con un hueso del crá­ ojo, órgano de uno de los sentidos más com­
neo (temporal). El vómer (impar), situado plejos: la vista.
dentro de las fosas nasales, compone con el La cavidad central que presenta la cara, de
etmoides el tabique nasal. La concha inferior, contorno triangular y que separa los dos ma­
también contenida en las fosas nasales y xilares superiores, corresponde a la abertura
aplicada a su pared externa (maxilar supe­ anterior de las fosas nasales, que son dos: de­
rior), delimita inferiormente el meato inferior. recha e izquierda, respectivamente, separa­
Todos estos huesos, con sus pares correspon­ das por un tabique medio, formado por arri­
dientes del lado opuesto, se reúnen alrede­ ba por la lámina perpendicular del etmoides
dor de los dos maxilares superiores y consti­ y por abajo por el vómer.
tuyen la primera porción de la cara o mandí­ En la formación de sus paredes intervienen
bula superior. El maxilar superior compone siete huesos de la cara y dos del cráneo, que
por arriba parte del suelo de la órbita: por su delimitan estrechas galerías, cuya apertura
parte anterior y media circunscribe las fosas posterior desemboca en la parte posterior del
nasales; por debajo y adentro presenta una macizo facial, frente al hueso occipital. Den­
lám in a h o rizon tal que, al u nirse con la tro de las fosas nasales, a cada lado, pueden
opuesta del otro maxilar, contribuye a formar verse las conchas o cornetes inferiores; por
el paladar óseo. En la parte interior del maxi­ encima se hallan los cornetes medios y más
lar superior se halla una gran cavidad, el se­ arriba los superiores, unos y otros pertene­
no maxilar. Otras cavidades que se hallan cientes al etmoides.
dentro de los huesos del cráneo son los se­
nos frontal, esfenoidal y etmoidal. El borde EL HUESO HIOIDES (fig. 2)
inferior de cada m axilar superior describe
medio arco: al unirse en la línea media con Pequeño e independiente, no se articula con
el opuesto constituyen ambos un arco com­ ningún otro y parece suspendido en la parte
pleto. Este borde presenta una serie de pe­ anterior del cuello, entre el maxilar inferior y
queñas fosas o alvéolos, en los cuales se alo­ el primer cartílago de la laringe; tiene, como
jan las raíces de los dientes superiores. Apli­ aquél, el aspecto de herradura, con la conca­
cado a la parte posterior del maxilar superior vidad dirigida hacia atrás; consta de una par­
se halla el palatino, oculto tras la porción te media o cuerpo y dos prolongaciones desi­
trasera de la cara: es un hueso pequeño, for­ guales, llamadas astas, a cada lado, que se
mado por dos láminas soldadas en ángulo proyectan hacia atrás y arriba. En el vértice
recto; la rama horizontal continúa breve­ de las pequeñas se inserta un ligamento que,
mente la lámina ósea del m axilar superior a su vez, por el otro extremo lo hace en la
constitutiva de la bóveda del paladar. apófisis estiloides del temporal: las dos astas
La segunda porción ósea de la cara es el ma­ grandes se unen por una membrana al primer
xilar inferior, o mandíbula inferior; parecido cartílago laríngeo. En el hueso hioides se in­
a una herradura, sus dos ramas, dirigidas ha­ sertan trece músculos, entre ellos los que in­
cia atrás, se ¡ncurvan hacia arriba, y cada tegran la lengua, de la que se dice que este
una termina en una eminencia redondeada hueso forma su esqueleto. El hioides puede
(cóndilos) que se articula con el temporal considerarse como un resto atrofiado del que
(que no pertenece a la cara, sino al cráneo); en la mayoría de los demás mamíferos alcan­
su borde superior se corresponde exactamen­ za tal complejidad estructural y funcional
te con el arqueado que forman los dos maxi­ que se le llama aparato hioideo.

ATLAS DE AN ATO M ÍA (humana)


10
La c a b e z a ó s e a ( I I ).
El hues o hioides

Frontal

Parietal

Nasal

Temporal

Estenoides
ÓRBITA
Etmoides

Unguis
M alar
FOSAS NASALES

Vómer

M axilar superior

M axilar inferior

Fig. 1 - Cráneo y cara, vista anterior.

Apófisis estiloides
del hueso temporal

Ligamento estilohioideo

Fig. 2 - El hueso hioides.

EL ESQUELETO
El e s q u e l e t o
esB»iMWM^ t«5^OTB8a»aB»!nWíateKinM -i>i!!ijE - a a i ia y rv - .

COLUMNA VERTEBRAL Vértebras de la región pélvica o vértebras sa­


cro-coccígeas (fig. 4). En número de 9 ó 10,
Consiste en un eje óseo que ocupa la parte se hallan soldadas entre sí, formando dos
dorsal y central del cuerpo. Es un conjunto huesos: el sacro y el coxis. El sacro, conjunto
esencial de la armadura que forma el esquele­ de cinco vértebras soldadas, es una pirámide
to, quizá el más Importante desde el punto de de vértice inferior, que describe una concavi­
vista arquitectural, puesto que sobre esta co­ dad anterior. Lateralmente se articula con los
lumna ósea descansa la cabeza. En su parte huesos coxales. El coxis es el segmento infe­
media presta apoyo al armazón que es el tórax rior de la columna vertebral y está aplicado
y más abajo a los huesos que forman la pelvis. al vértice del sacro; en realidad, se trata de
La columna vertebral está constituida por pie­ cuatro o cinco vértebras atrofiadas. En el
zas óseas dlscales; la superposición de estos hombre constituye un rudimento de la cola
discos, en número de 33 ó 34, da lugar a una de los mamíferos.
alta columna que, desde la base del cráneo Dentro de cada región existen vértebras con
hasta las partes posterior e Inferior de la pelvis, caracteres peculiares; sólo mencionaremos
va armando sucesivamente el eje óseo del cue­ como más destacadas las que han merecido
llo, del dorso y de la región lumbar y que en la nombres propios: las dos primeras vértebras
pelvis es su parte posterior. Los discos óseos cervicales llamadas atlas y axis. El atlas, que
tienen caracteres comunes que los diferencian sostiene la cabeza, carece de cuerpo y de
de los demás huesos, lo cual permite reunidos apófisis espinosa y presenta dos carillas arti­
en un grupo con el nombre de vértebras; pero, culares que se articulan con los cóndilos del
a su vez, entre éstas se advierten diferencias se­ occipital. El axis posee un apéndice óseo se­
gún pertenezcan a la reglón del cuello (vérte­ mejante a un diente, que se eleva desde el
bras cervicales, 7), a la reglón dorsal (dorsales, cuerpo de la vértebra y se introduce en la
12), a la región lumbar (lumbares, 5), a la re­ parte posterior del arco óseo de la delantera
glón pélvica (sacro-coccígeas, 9 ó 10). del agujero vertebral del atlas, con la cual se
En toda vértebra se advierten, de delante articula. Se trata, pues, de un eje óseo alrede­
atrás, los siguientes caracteres comunes a to­ dor del cual se verifica la rotación del atlas y,
das ellas: cuerpo vertebral, o disco óseo; por tanto, de la cabeza que sobre esta vérte­
agujero, o conducto vertebral, y apófisis espi­ bra descansa.
nosa. Lateralmente se ven las apófisis trans­ La columna vertebral como conjunto (fig. 5).
versas, las cuatro apófisis articulares, las dos Examinada por su cara anterior, destaca la co­
láminas y los dos pedículos. lumna cilindrica formada por la superposición
Los caracteres propios de las vértebras que de los cuerpos vertebrales, de la que sobresa­
pertenecen a las distintas regiones son, abre­ len lateralmente las apófisis transversas. La ca­
viados, los que exponemos a continuación. ra posterior presenta en la línea media la cresta
Vértebras cervicales (fig. 1). Cuerpo alargado espinal (que justifica el nombre de espinazo
transversalmente. Agujero vertebral triangu­ con que vulgarmente se designa esta región),
lar. Apófisis espinosa corta. Apófisis transver­ compuesta por la sucesión de las apófisis espi­
sas agujereadas nosas. Lateralmente son visibles los agujeros
Vértebras dorsales (fig. 2). Cuerpo alto con que resultan de la superposición de los cuer­
carillas articulares (para las costillas). Agujero pos vertebrales, llamados por esto agujeros de
raquídeo pequeño y circular. conjunción, importantes porque establecen
Vértebras lumbares (fig. 3). Cuerpo muy de­ aberturas a lo largo del conducto raquídeo, por
sarrollado. Agujero vertebral triangular, de la­ los cuales salen los nervios de este nombre.
dos iguales. Apófisis espinosa cuadrilátera, La columna vertebral presenta unas curvadu-
horizontal, voluminosa. ras o inflexiones destinadas a aumentar su re­
Es posible clasificar una vértebra (Testut) ob­ sistencia; éstas reciben el nombre de la re­
servando la apófisis transversa o el cuerpo gión en donde se hallan localizadas: curva-
vertebral: duras cervical, dorsal, lumbar y sacra, y en
ellas se van alternando las trayectorias con­
Apófisis Si tiene agujero es una vérte- vexas con las cóncavas.
transversa bra cervical. Los discos ¡ntervertebrales, llamados también
Si no lo tiene es una vértebra meniscos, son láminas discoides biconvexas,
dorsal o lumbar. situadas entre los cuerpos de cada dos vérte­
bras, a cuyas caras se adhieren íntimamente.
Cuerpo Si hay carillas articulares es Constituyen las articulaciones fibrocartilagi-
vertebral una vértebra dorsal. Si no las nosas intervertebrales, que obran además co­
hay es una vértebra lumbar. mo amortiguadores.

ATLAS DE AN ATO M ÍA (humana)


12
L as u é r t e b r a s .
La col umna u e r t e b r a l

C O LU M N A
Apófisis / CERV IC AL

Agujero
Apófisis raquídeo
transversa

Cuerpo
vertebral

Fig. 1. - Vértebra cervical.

L C O LU M N A
DO RSAL

Fig. 2. - Vértebra dorsal.

Fig. 3 .- Vértebra lumbar.

Vista lateral izquierda

> SAC RO

Vista posterior

CO XIS

Vista anterior

Fig. 4. - Vértebras sacras y coccígeas. Fig. 5. -Colum na vertebral.

EL ESQ UELETO
13
El e s q u e l e t o

EL TÓRAX La configuración de los cartílagos costales


es análoga a la de las costillas, de las cua­
Es el espacio circunscrito por la columna les son continuación; su número es, pues,
vertebral (vértebras torácicas) en la parte también de 24, 12 a cada lado. La extremi­
posterior, por las doce costillas y sus corres­ dad interna de cada cartílago se aloja den­
pondientes cartílagos en la parte lateral y tro de las escotaduras del esternón; la ex­
por el esternón en la parte anterior. De este terna penetra en las depresiones de los ex­
conjunto de huesos ya hemos descrito la co­ tremos anteriores de las costillas. Los siete
lumna vertebral; por tanto, sólo vamos a primeros prolongan las costillas hasta el es­
ocuparnos ahora de la descripción de las ternón: los tres siguientes se insertan en el
costillas, de los cartílagos costales y del es­ cartílago situado por encima y los dos últi­
ternón. mos (que corresponden a las costillas flo­
Digamos antes, porque de esta parte no nos tantes) se pierden.entre los músculos del
ocuparemos hasta que estudiemos el miem­ abdomen.
bro superior o torácico, que en la parte su­ La cavidad torácica tiene dos aberturas, una
perior del tórax (fig. 1) se hallan los huesos superior y otra inferior. La primera, de forma
del hombro, llamados también cintura esca- elíptica, es pequeña y está orientada hacia
pular o.torácica, constituida por dos huesos abajo y adelante. Aloja los vértices de los
articulados entre sí, la clavícula, que se arti­ pulmones, y a través de ella pasan todos los
cula a su vez con el esternón, y el omóplato órganos que del cuello descienden a la ca­
a escápula, que se aplica a la cara posterior vidad torácica, o viceversa. La abertura to­
y superior del tórax; de la escápula pende el rácica inferior, muy am plia, está ocupada
miembro superior o torácico. por el músculo diafragma, que se aplica a la
Las costillas, en número de 12 por cada la­ cara interna de las seis últimas costillas; este
do, o sea 24, son huesos largos, planos y ar­ músculo, muy importante, separa la cavidad
queados; su tamaño es muy variable y a torácica de la cavidad abdominal.
partir de la primera, que es la más corta, su Al examinar lateralmente el tórax (fig. 3) se
longitud va en aumento hasta la séptima; comprueba la oblicuidad de los arcos costa­
luego disminuye gradualmente hasta la duo­ les y de los espacios que los separan. En
décima. De sus dos extremidades, la poste­ efecto, todas las costillas se inclinan ide arri­
rior se articula con dos cuerpos vertebrales ba abajo y de atrás adelante, y esta inclina­
y tiene, además, una carilla articular para la ción es tanto más notoria cuanto más infe­
apófisis transversa de la vértebra inferior; la riores sean. Los espacios intercostales si­
extremidad inferior se articula con el cartíla­ guen, naturalmente, la misma inclinación y
go costal que le corresponde (fig. 2). Las su am plitud y longitud varían de unos a
costillas son, pues, arcos óseos que se diri­ otros.
gen desde la columna vertebral hasta el es­ Por su parte interior, el tórax presenta una
ternón. Las siete primeras (costillas verdade­ prominencia formada po/ la columna verte­
ras) se articulan directam ente con aquel bral, que divide la cavidad torácica en otras
hueso mediante un corto cartílago de las dos secundarias, una para cada pulmón.
cinco últimas (costillas falsas); las tres pri­ El tórax, tal como se ha descrito, resulta ser
meras (falsas costillas propiamente tales) se un recinto en parte óseo y en parte cartilagi­
unen al cartílago costa! de la que está enci­ noso, que se ha comparado a una jaula (jau­
ma y las dos últimas (costillas flotantes), las la torácica). La constitución mixta, ósea por
más cortas, permanecen libres entre las ma­ sus partes posterior y lateral, y cartilaginosa
sas musculares. y ósea por la anterior, así como las incub a­
El esternón es un hueso plano, simétrico, ciones y disposición de las costillas, permi­
alargado, situado en la parte anterior y cen­ ten a todo el armazón torácico realizar mo­
tral del tórax, y cuya forma se ha compara­ vimientos de expansión, ascenso y descenso
do tradicionalmente con la de una espada que, siendo exiguos en la respiración nor­
romana. Puede descomponerse en tres seg­ mal (pocos milímetros hacia adelante, arriba
mentos: el superior (mango o manubrio), el y afuera), son suficientes para aumentar el
medio (cuerpo) y e I inferior (apéndice xifoi­ volumen de la caja torácica, y su capacidad
des). En el superior se hallan sendas carillas ?n más de medio litro.
laterales para articularse con las clavículas. El aumento del diámetro anteroposterior del
En los bordes del cuerpo del esternón se dis­ tórax y el descenso del diafragma, propios
tinguen siete escotaduras destinadas a alojar de la inspiración profunda, permiten que los
la extremidad interna de los siete primeros movimientos de la caja torácica sean enton­
cartílagos costales. ces más extensos.

ATLAS DE AN ATO M ÍA (humana)


14
El t ór a x.
La c in tu ra t o r á c i c a

Vértebra

Cabeza articular
para las vértebras
Hombro a cin tu ra Clavícula
escápula r
Escápula

Extremidad articular
para el cartílago

Fig. 2.- Articulaciones de una costilla

Costilla

Cartílago costal

Vértebra dorsal

Costilla flotante

Fig. 1.- Tórax, vista anterior.

Fig. 3.- Tórax, vista lateral izquierda.


El e s q u e l e t o

El MIEMBRO SUPERIOR vación redondeada para el cóndilo del hú­


O TORÁCICO mero. Por su lado interno tiene las dos cari­
llas articulares que se corresponden con las
En la extremidad superior (fig. 1) se distin­ facetas articulares del cúbito. La extremidad
guen dos partes esenciales: el hombro, for­ inferior, ancha y plana, se articula con la fi­
mado por dos huesos que, a modo de raíz, la superior de dos huesecillos de la mano.
unen el m iembro superior al tórax, y el La posición correcta, llamada anatómica,
miembro torácico, compuesto por el brazo, para la descripción de los huesos de la ex­
el antebrazo y la mano. tremidad superior es la de extensión, con la
Huesos del hombro. Este primer segmento palma de la mano dirigida hacia adelante.
del miembro superior está constituido por Pero conviene añadir que cuando la parte
dos huesos: la clavícula y el omóplato o es­ superior del radio gira alrededor del cóndilo
cápula. humeral, y la parte inferior, alrededor de la
La clavícula es un hueso largo aplanado, en cabeza del cúbito formando una equis am­
forma de que se interpone transversal­ bos huesos, se produce un movimiento de
mente como un arco que apoya su extremi­ rotación que coloca la palma de la mano
dad interna en el mango del esternón y la mirando hacia atrás. En la primera posición,
externa, en la escápula. se dice que el antebrazo se halla en prona­
El omóplato es un hueso ancho, triangular; ción, en la segunda, en supinación.
su cara anterior, lisa, se adosa a la parte Huesos de la mano (fig. 2). La mano está
posterior y superior del tórax (de cuyo es­ formada por tres grupos de huesos: carpo,
queleto se halla separado por planos mus­ metacarpo y dedos.
culares). Su cara posterior está dividida en El carpo lo componen ocho huesecillos
dos zonas desiguales por una cresta ósea agrupados en dos filas; tienen formas irre­
(espina d el om óplato). El ángulo anterior, gulares pero en todos se advierten seis ca­
romo, está ocupado por una cavidad articu­ ras; una de ellas corresponde al dorso, otra
lar (cavidad glenoidea) para el húmero, y de a la palma de la mano y las restantes sirven
su parte superior sobresale un gran apéndi­ para articularse entre sí. La fila superior
ce en forma de pico de cuervo (apófisis co- comprende escafoitíes, semilunar, piram i­
racoides), en el cual se insertan importantes dal y pisiform e. Los dos primeros se articu­
músculos del brazo lan con el radio y forman la articulación de
Huesos del brazo. Un solo hueso forma su la muñeca. En la fila inferior hay el trape­
esqueleto, el húmero. Como todos los hue­ cio, el trapezoides, el hueso grande y el
sos largos, tiene un cuerpo (diáfisis) y dos ganchoso, que se articulan por arriba con
extremidades (epífisis). La extremidad supe­ los de la fila superior y por abajo, con los
rior (cabeza del húmero), esférica, se articu­ del metacarpo.
la con la cavidad articular (cavidad glenoi­ El metacarpo forma el esqueleto de la palma
dea) de la escápula; la extremidad inferior, de la mano y está constituido por cinco
aplanada de delante atrás, tiene una em i­ huesos largos que se disponen como el vari­
nencia redondeada (cóndilo) por fuera y lla je de un abanico abierto; se designan
una polea (tróclea) por dentro, que se arti­ simplemente con los nombres de primero,
culan con los dos huesos del antebrazo. segundo, tercero, cuarto y quinto metacar-
Huesos del antebrazo. Son el cubito (inter­ pianos. El primero, que corresponde al pul­
no) y el radio (externo), huesos largos colo­ gar, se articula con el trapecio; los demás lo
cados paralelamente y articulados por arriba hacen con los restantes huesos de la segun­
con el húmero, y también entre sí. da fila del carpo y también entre sí.
El cúbito es más voluminoso por su extremi­ Los dedos son los apéndices más movibles
dad superior, que recuerda a una llave in­ de la mano, y siguen la dirección de los me-
glesa abierta: en esta abertura, que es una tacarpianos. Se designan con los nombres
cavidad articular (cavidad sigmoidea), enca­ de pulgar, índice, medio, anular y meñique.
ja la tróclea del húmero. Su extremidad in­ El esqueleto de cada dedo está formado por
ferior, adelgazada (cabeza del cúbito), se re­ tres huesos (excepto el pulgar, que sólo tie­
laciona con un pequeño hueso de la mano. ne dos), que de arriba abajo se llaman falan­
Por su lado externo tiene, en su parte infe­ ge, falangina y falangeta, articulados entre
rior y en la superior, sendas caras articula­ sí. La extremidad superior de cada falange
das para el radio. se articula con el correspondiente metacar-
El radio, al revés que el cúbito, tiene la par­ piano; la extremidad inferior de la falangeta
te inferior más gruesa que la superior, en cu­ está contorneada por un reborde en forma
ya extremidad articular presenta una exca­ de herradura.

ATLAS DE AN ATO M ÍA (humana)


16
Ei m ie mb ro s u p e r i o r
o t or ác ic o

HO M BR O

Omóplato
BRAZO

Piramidal

Semilunar

Escafoides

Trapecio
Trapezoides

H . grande

H . ganchoso

Metacarpianos

M ETACARPO
ANTEBRAZO

Cúbito
DEDOS

Fig. 1.- Miembro superior. Pronación. Supinación. Fig. 2.- Mano. (Cara palmar).

EL ESQ UELETO
17
El e s q u e l e t o

El MIEMBRO INFERIOR O PÉLVICO nosa (maléolo externo), y, en su parte ex­


terna, otra carilla articular para la extremi­
Como en el miembro superior, advertimos dad Inferior del peroné.
en el inferior (fig. 1) dos partes fundamen­ El peroné es un hueso delgado situado en
tales: la cadera, o cintura pélvica, formada la parte externa de la pierna, paralelo a la
por un solo hueso, el coxal, y el miembro tibia y algo detrás de ésta. Su extremidad
Inferior propiamente dicho, compuesto por superior (cabeza del peroné) presenta en su
el muslo, la pierna y el pie. parte interna una ca rilla articular para la
Hueso de la cadera (véase fig. 1 de A/8). Es que posee la tibia a este nivel. Su extremi­
el co xal o ilía c o , de forma cu ad rilátera dad inferior, alargada, forma el maléolo ex­
muy irregular, estrangulada en su parte me­ terno, y por su parte interna se articula con
dia por dos escotaduras. Centrada en este la tibia y con un hueso del pie.
punto por su parte externa se halla una La rótula completa el esqueleto de la pier­
gran cavidad articular (cavidad cotlloldea) na; es un hueso corto, plano , de forma
para el fémur, por encima de la cual se ex­ triangular, con los vértices redondeados,
tiende una extensa superficie ósea (ilíaco) que se articula por su parte posterior con
y por debajo un orificio triangular (orificio los cóndilos del fémur.
obturador) que separa una porción angular, Huesos del pie (fig. 2). Como la mano, el
anterior (pubis) de otra tuberosa, posterior pie está formado por tres grupos de huesos:
(isquion). Por su parte interna, el coxal pre­ tarso, metatarso y dedos.
senta en la parte posterior una cara articu­ El tarso lo componen siete huesos cortos
lar (cara auricular) para el sacro y otra en muy irregulares dispuestos en dos filas. El
el pubis, que se corresponde con la del astrágalo y el calcáneo forman la primera
otro coxal (sínfisis púbica). fila. El escafoides, el cuboides y las tres cu­
Hueso del muslo. Es el fémur, hueso largo, ñas, la segunda fila.
asim étrico, que está colocado siguiendo El astrágalo está encajado por su parte su­
una dirección oblicua, es decir, que, en un perior en el arco que tiene por pilares los
esqueleto montado, los dos fémures apro­ dos maléolos y por bóveda la cara inferior
ximan sus extremidades inferiores. La supe­ de la tibia. Su cara inferior se articula con
rior presenta una cabeza esférica (cabeza el calcáneo, y la anterior con el escafoides.
del fémur) que se articula con el coxal y El calcáneo es el hueso del talón que des­
que se une al cuerpo del fémur por un cor­ cansa directamente en el suelo; su cara an­
to y oblicuo tallo óseo (cuello del fémur). terior se articu la con el cuboides; en la
En la parte externa de éste se encuentran posterior se inserta un robusto tendón, el
dos prominentes eminencias (trocánter ma­ tendón de Aquiles. El cuboides tiene una
yor y trocánter menor), en las que se inser­ cara superior que forma parte del dorso del
tan potentes m úsculos. De la extremidad pie; su cara posterior se articula con el cal­
inferior se separan, a cada lado, sendas cáneo y la anterior, con los últimos meta-
masas óseas, redondeadas (cóndilos del fé­ tarsianos; por su cara interna lo hace con
mur). el escafoides y la tercera cuña
Huesos de la pierna. Como en el antebra­ El escafoides ocupa la parte interna del
zo, dos huesos forman el esqueleto de la pie, al lado del cuboides, y se articula por
pierna: la tibia y el peroné, a los que hay detrás con la cabeza del astrágalo y, por
que añadir la rótula. delante, con las tres cuñas.
La tibia es un hueso largo situado en la Las cuñas, llamadas así por su forma, son
parte Interna de la pierna. Como la extre­ tres huesos enclavados entre los tres prime­
midad inferior del fémur, con la que se ar­ ros metatarslanos y el escafoides.
ticula, la extremidad superior de la tibia El metatarso consta de cin co huesos lar­
posee dos tuberosidades, cuya parte supe­ gos, cuya extremidad posterior se articula
rior o articu lar está excavada, formando con alguno de los huesos del tarso (cuñas
dos cavidades (cavidades glenoideas) que o cuboides); la extremidad anterior lo ha­
se articulan con los cóndilos del fémur. En ce con la extremidad posterior del primer
la parte anterior, entre ambas tuberosida­ hueso que forma el esqueleto de cada de­
des, se halla una eminencia ósea en la cual do.
se insertan músculos de la región anterior Los d e d o s, p rim ero , segund o, tercero ,
de la pierna, y en su parte externa, una ca­ cuarto y quinto, están constituidos por: fa­
rilla articular para el peroné. La extremidad lange, falangina y falangeta, excepto el de­
Inferior de la tibia, por su parte interna, do grueso, que sólo tiene la primera y la
prolonga hacia abajo una apófisis volumi­ última.

ATLAS DE AN ATO M ÍA (humana)


18
El mi embro i n f e ri o r
o péluico
M U SLO

Calcáneo

Astrágalo

Escafoides

Cuboides

1a, 2a y 3a cuñas

Falanges

Falanginas
qEDOS

Falangelas

Fig. 1.- Miembro inferior. Fig. 2.- Pie.

F.L FSQ U ELETO


19
El e s q u e l e t o

LA PELVIS los planos musculomembranosos que for­


man el periné o suelo de la pelvis, también
Al estudiar el esqueleto del miembro infe­ conocido con el nombre de diafragma pélvi­
rior, o pelviano, hemos descrito el hueso co­ co.
xal, al que también se conoce por hueso de El contorno del hueso coxal presenta nume­
la cadera o cintura pelviana. De modo que rosas escotaduras grandes y pequeñas, tanto
este hueso aislado forma el primer segmento en su borde anterior como en el posterior;
del miembro inferior, pero, articulado por estas escotaduras (a veces convertidas en
delante (pubis) con el otro coxal y por detrás orificios por medio de ligamentos) dan paso
con el sacro, contribuye a formar un cintu­ a tendones, músculos, vasos y nervios. El
rón óseo, el cual limita interiormente una borde anterior forma un ángulo obtuso muy
excavación o cavidad que sostiene las visce­ abierto que por arriba cierra una cinta fibro­
ras abdominales: a este cinturón óseo se le sa (arco-crural), inserta en los extremos del
llama pelvis (fig. 1). mismo, de lo cual resulta circunscrito un es­
Así, pues, la pelvis está formada por los dos pacio triangular que se localiza precisamen­
huesos coxales, el sacro y el coxis, y se halla te en la unión del abdomen con el muslo y
situada en la parte inferior del tronco, que que exteriormente se corresponde con el
corresponde aproximadamente a la parte pliegue de la ingle; esta región es importante
media del cuerpo. porque en ella se establece comunicación
Conformación de la pelvis. Para el estudio entre el abdomen y la parte superior del
de la pelvis consideraremos sucesivamente muslo.
la superficie externa, la interna y las abertu­ En la pelvis, además de discurrir por su inte­
ras o estrechos superior e inferior. rior importantes nervios, así como vasos ar­
En la superficie externa, que describiremos teriales y venosos que se dirigen a las extre­
contorneando la pelvis desde su parte media midades o que proceden de ellas, halla alo­
anterior hasta la media posterior, hallaremos jamiento y sostén gran parte de la masa in­
estos elementos: sinfisis púbica, ramas púbi- testinal, especialmente la porción terminal
cas (horizontal y descendente), agujero ob­ del tubo digestivo y el último tramo del apa­
turador, cavidad cotiloidea, fosas ilíacas ex­ rato urogenital y, en la mujer, la totalidad
ternas por arriba, el isquion por abajo y la del aparato reproductor.
parte posterior del sacro y del coxis. Por la función que la pelvis femenina de­
Por su parte interna, la pelvis es un amplio sempeña durante el embarazo y el parto,
recinto cerrado en sus partes posterior y me­ son muy importantes determinados caracte­
dia por el sacro; a cada lado, por las superfi­ res específicos, tales como planos de incli­
cies óseas que corresponden a las regiones nación, diámetros y ejes de los estrechos. En
ilíacas (fosas ilíacas internas) y por delante y efecto, las cavidades pelvianas forman un
a los lados se halla abierto (abertura que en canal curvado por el que deben deslizarse y
estado fresco cierra la pared abdominal). En girar, así como atravesar los estrechos, sin
su parte inferior se encuentran el isquion y impedimentos ni fricciones violentas, la ca­
las ramas pubianas. beza y el cuerpo del feto durante el parto.
En su parte media, la cavidad pelviana pre­ La reducción de uno o más diámetros o la
senta un estrechamiento anular horizontal, deformación pelviana suponen serias difi­
el cual delimita por arriba una cavidad gran­ cultades para el alumbramiento, razón por
de y, por abajo, otra más pequeña. A este la cual es de suma trascendencia para el
óvalo irregular que angosta la parte media parto que la pelvis esté normalmente confi­
de la pelvis se le llama estrecho superior; a gurada.
la cavidad superior, pelvis mayor, y a la ca­ De todo ello se deduce que, aunque su for­
vidad inferior, pelvis menor ma sea la misma en ambos sexos, han de
Existe también un estrecho inferior, formado existir apreciables diferencias entre la pelvis
por una línea irregularmente circular que re­ de la mujer y la del hombre, como puede
sulta de unir imaginariamente la parte infe­ verse en las representadas en las figs. 2 y 3
rior de la sinfisis púbica, el borde inferior de que reproducen tipos extremos, puesto que
las ramas isquiopubianas, con el isquion y el pocas pelvis son tan típicamente masculinas
coxis. o femeninas. Pese a ello hay que tener en
Aclararemos seguidamente que el estrecho cuenta que la pelvis y el sacro (véase la dife­
superior corresponde a la abertura superior rencia entre los dos sacros) ostentan el máxi­
de la pelvis, ampliamente abierta, y el estre­ mo valor en la escala que se utiliza en la
cho inferior, a la abertura inferior, ésta cerra­ identificación de huesos, para la determina­
da, cuando existen las partes blandas, por ción del sexo.

ATLAS DE AN ATO M ÍA (humana)


20
,a

¡F crural

Cavidadcol¡lo¡dea

Agujero obturador

fem enina.

m ascu lina.

EL f s Q u e l e t o
Las articulaciones

En los huesos que hemos examinado se ha Hay muchos tipos de diartrosis, o géneros,
señalado de manera especial las relaciones según sean los elementos articulares. Si se
que mantenían entre sí por medio de las su­ atiende a la morfología de las superficies que
perficies articulares, que constituyen una par­ se articulan, hallaremos las que adoptan la
te de la articulación. Ahora completaremos forma de cabeza por una parte y cavidad por
el conocimiento de ésta mediante el estudio otra, o bien de superficies cóncavas y conve­
de los elementos no óseos, sino blandos, que xas que se corresponden recíprocamente, o
intervienen en la estructura de toda articula­ de polea (tróclea) por un lado y cresta por
ción. otro, de cilindro óseo por uno y de anillo os-
En anatomía, el nombre de articulación se teofibroso por otro y finalmente de caras pla­
otorga al conjunto de partes duras y blandas nas por ambos lados. Tales adaptaciones arti­
que establecen una conexión entre dos o culares permiten la realización de variados y
más huesos inmediatos. Ahora bien, articula­ extensos movimientos. Entre las diartrosis
ción no significa necesariamente movilidad, más movibles merece citarse la del codo, en
la conexión ósea tanto puede permitir movi­ la cual se producen movimientos de desliza­
mientos fáciles, amplios y variados como miento, rotación, flexión, extensión y trasla­
asegurar todo lo contrario: la inmovilidad; ción (del radio, que determina los de prona­
más absoluta entre los huesos vecinos. La va­ ción y de supinación). Las partes constituyen­
riedad de movimientos articulares depende tes de una articulación movible o diartrosis
de la estructura de las superficies articulares. son: las superficies articulares; el cartílago
A cada articulación corresponden unas deter­ que las recubre; los medios de unión y los de
minadas funciones y, por tanto, posee estruc­ deslizamiento.
turas muy especializadas. No obstante, cabe Las superficies articulares de los huesos veci­
hallar en ellas elementos y características nos ya se ha visto que pueden tener formas
funcionales comunes. En toda articulación muy variadas. El cartílago que las recubre se
hay que considerar superficies óseas articula- 1 caracteriza por su solidez y gran flexibilidad.
res, partes blandas interpuestas entre aquéllas Dentro de la articulación puede haber otros
y otras colocadas a su alrededor. cartílagos y fibrocartílagos; por su gran varie­
Atendiendo a la dinámica nula, media o am­ dad no es posible elegir ninguno como tipo
plia, las articulaciones se han clasificado en para una descripción generalizada. Para te­
inmóviles o sinartrosis, semimovibles o an- ner una idea de ellos, cabe destacar los fibro­
fiartrosis y movibles o diartrosis. cartílagos propios de las superficies cóncavas
Sinartrosis (fig. 1), localizadas en los huesos de algunas diartrosis (hombro), a las cuales
del cráneo y los de la cara: los huesos que­ se adapta como un rodete (rodete anular) y
dan unidos mediante membranas fibrosas o cuyo objeto es aumentar la profundidad y ex­
cartilaginosas. Las primeras, llamadas sutu­ tensión de la cavidad. Otro fibrocartílago,
ras, aparecen como líneas sinuosas, por lo bastante citado en los partes facultativos de
general dentadas, en la bóveda craneal. Las las lesiones que suelen padecer los jugadores
segundas articulan huesos endocraneales. del fútbol, es el de los meniscos o fibrocartí­
Anfiartrosis (fig. 2), también denominadas se- lagos interarticulares, que en ciertas articula­
miarticulaciones. De ellas, las auténticas sólo ciones (rodilla) cubren las superficies articu­
se encuentran en la columna vertebral; exis­ lares contiguas.
ten caras articulares, pero entre las mismas se Los medios de unión, o ligamentos (fig. 4),
interpone un cartílago que se adhiere fuerte­ son cintas y cordones fibrosos muy resisten­
mente a las superficies óseas y el movimiento tes; pueden estar fuera de la articulación (li­
articular se reduce a cortos desplazamientos gamentos periféricos), como el ligamento
laterales. capsular o cápsula (fig. 5), o bien dentro de
Diartrosis (fig. 3): en éstas se dan las condi­ ella (ligamentos interóseos). Los medios de
ciones óptimas, tanto por parte de los huesos deslizamiento (sinoviales) (fig. 6) son mem­
como por la de los elementos blandos articu­ branas tan finas y adherentes que es imposi­
lares, para obtener los mejores resultados en ble separarlas de los ligamentos, cuya cara
cuanto a la amplitud de movimientos y a la interna tapizan. Por su parte articular segre­
facilidad de su realización, así como a la se­ gan una sustancia viscosa, como clara de
guridad y solidez que una articulación tan huevo, la sinovia, que lubrifica las superficies
movible exige. en contacto, lo cual facilita su deslizamiento.

ATLAS DE AN ATO M ÍA (humana)


22
C l as if i ca ci ón .
Elementos articulares

TIPOS
Suturas craneales

Disco invertebral

Fig. 1 - Sinartrosis.

Fig. 2 - Anfiartrosis.

i \
Supinación
Pronación

Fig. 3 - Diartrosis.

MEDIOS DE UNIÓN Y DE DESLIZAMIENTO

Fig. 4 - Ligamentos. Fig. 5 - Cápsula. Fig. 6 - Sinovia

LAS A R T IC U L
21
El sistem a
muscular

El músculo es un órgano que, bajo el efecto sensitivos (haz neuro-muscular) y otros moto­
de un estímulo, puede disminuir su longitud: res (placa motriz terminal) (fig. 3).
o sea, es capaz de contraerse bruscamente El tendón es de naturaleza fibrosa; por un ex­
para luego recuperar sus dimensiones. Existen tremo se une al cuerpo muscular y por otro a
dos clases de músculos: los que se contraen un hueso, a un cartílago o a un membrana fi­
por Intervención de la voluntad, los músculos brosa. El músculo y el tendón (fig. 4) se unen
voluntarios o de la vida animal, que constitu­ por continuidad de la cubierta conjuntiva
yen unidades aislables de variadas formas, de que envuelve el cuerpo muscular con los ele­
cuyos acoplamientos resulta una gruesa capa mentos conjuntivos del mismo tendón. Las fi­
carnosa que se dispone alrededor de los hue­ bras musculares adhieren sus extremos a pe­
sos; son los órganos activos de la locomo­ queñas depresiones que presenta el tendón.
ción. En la otra clase se reúnen los que son Los tendones poseen, como los músculos,
totalmente independientes de la voluntad, los nervios motores y sensitivos, cuyos filetes se
músculos de la vida vegetativa u orgánica y arborizan dentro de pequeños cuerpos fusi­
forman membranas en los aparatos digestivo, formes (corpúsculos m usculotendinosos de
circulatorio, respiratorio, etc. Por esto tam­ Golgi) (fig. 5).
bién se les denomina músculos viscerales. Los músculos se hallan envueltos por mem­
Desde el punto de vista anatómico, los mús­ branas, las aponeurosis o fascias, que evitan
culos voluntarios se componen de fibras desviaciones y roturas durante su contracción
musculares en que se destacan con claridad y se disponen como manguitos que desempe­
unas características estrías: por esto se les lla­ ñan el cometido de una media elástica.
ma músculos de fibra estriada (fig. 1), o sim­
plemente músculos estriados. Los de la vida
vegetativa constan de fibras fusiformes sin es­
trías y, a éstos, se les aplica el nombre de El número de músculos del cuerpo humano
músculos de fibra lisa o músculos lisos. rebasa los 400 (50 % de la masa del cuerpo).
En cada músculo hay que distinguir una parte Se clasifican tradicionalmente según un mé­
contráctil, roja (fig. 2), el músculo propiamen­ todo topográfico que prescinde de su fisiolo­
te dicho, y otra no contráctil, blanca y muy gía para atender sólo a su situación en el es­
resistente, el tendón. El músculo está consti­ queleto (TESTUT); de esta manera se llegan a
tuido fundamentalmente por elementos cilin­ describir hasta siete grupos. Vamos a exponer
droides alargados: son las fibras musculares, sucintamente los planos más superficiales de
provistas de numerosos núcleos. Una mem­ estos grupos musculares, cuya complejísima
brana fina y transparente, el miolema o sarco- acción nos veremos obligados a sintetizar.
lema, cubre la fibra muscular. Las fibras mus­
culares contienen una sustancia protoplasmá- Grupo I. Músculos de la cabeza (figura 6). Se
tica (sarcoplasma) y unos elementos filifor­ clasifican en músculos de la mímica y mús­
mes, las fibrillas musculares, que se extienden culos masticadores. Los primeros son cutáne­
de extremo a extremo, paralelas al eje de la os, delgados, con inserción en la piel y ac­
fibra muscular: a ellas se deben las estrías ción sobre ella; se suelen dividir en dos gru­
longitudinales; cada fibrilla se compone de pos: uno formado por un solo músculo, que
discos superpuestos cuya yuxtaposición origi­ se extiende desde el occipital al frontal, y
na, a su vez, las estrías transversales. otro, más numeroso, formado por varios que
Las fibras musculares se albergan entre las se distribuyen alrededor de la cavidad orbita­
mallas de un armazón de tejido conjuntivo, ria, de la nariz y de la boca. A su acción se
dispuestas como tabiques que se dividen y deben los siguientes movimientos: elevación
subdlviden para formar departamentos cada de las cejas, arrugamiento de la piel frontal,
vez más pequeños. Por este armazón discu­ cierre o apertura de los ojos y la boca, dilata­
rren los vasos y los nervios; las fibras conjun­ ción transversal de la hendidura bucal (sonri­
tivas convergen en los extremos para formar sa) y tantos otros que son causa de la cam­
los tendones. biante expresión facial humana. Los mastica­
En el músculo existe una rica vascularización dores, en número par, situados en la parte la­
e inervación, Indispensable para su intensa teral del cráneo y de la cara, elevan el maxi­
actividad funcional. Las fibras musculares lar inferior y mantienen aplicados ambos
poseen microdispositivos especiales, unos bordes alveolares.

A T LA S D E A N A T O M ÍA (hum ana)
Músc ul os de fibra e s t r i a d a (I).
Mú sc ul os de la c a b e z a y del cuello

Occipital

Fig. 3 - Placa motriz terminal.

Trapecio

Estemocleidomastoideo

Fig. 1 - Músculo estriado;


corte histológico.

Fig. 7 - Músculos de la parte pos­


terior y superior del tronco.

Fig. 2 - Esquema de un
músculo seccionado y de
su tendón.

Frontal

O rbicular p.

Piramidal

Transverso

Cigomático men
Elevador ala n.

Elevador I. s.
Cigomático may.
Canino
Fig. 4 - Unión de la fibra
Buccinador
muscular con las fibras O rbicular I.
tendinosas.
Triangular I. Borla de la b.

Angular del
Cuadrado
omóplato
Trapecio
Estemocleidomastoideo
Escaleno p.

Fig. 5 - Corpúsculo mus-


culotendinoso.

Fig. 6 - Músculos del cráneo, de la cara y del cuello: plano superficial.

EL SISTEMA MUSCULAR
25
El s i s t e m a m u s c u l a r

Grupo II. M úsculos del cuello. Dispuestos si­ atrás y hacen girar el húmero; 2.®, los del
métricamente alrededor de la columna ver­ brazo, que se disponen unos en la región an­
tebral, los de la parte posterior corresponden terior (que doblan el antebrazo sobre el bra­
a la nuca. Los músculos anteriores y laterales zo) y otros en la posterior (que extienden el
flexionan la cabeza y la dirigen a uno y otro antebrazo sobre el brazo); 3.®, los del ante­
lado. brazo, que se disponen alrededor del cúbito
y del radio y forman: la región anterior, que
Grupo III. M úsculos de la nuca y de la re­ comprende aquellos que colocan el brazo
gión posterior del tronco. Incluye músculos en pronación, flexionan los dedos o doblan
anchos que se disponen a cada lado de la la mano sobre el antebrazo, la región exter­
columna vertebral. Su función es variada y na, donde actúan como extensores de la ma­
comprende las acciones de trepar, dirigir el no o colocan el antebrazo en supinación, y
brazo hacia atrás y hacia abajo y elevar o la región posterior, cuyos músculos trabajan
descender las costillas. La reglón lumbar está como extensores de los dedos; 4.®, los de la
ocupada por una extensa lámina aponeuróti- mano, en la que se consideran la región pal­
ca romboidal que se extiende hasta el sacro mar externa, que contiene los que accionan
y que, en realidad, es un gran tendón que el pulgar; la reglón palmar interna, que agru­
contiene fibras procedentes de diversos mús­ pa aquellos que movilizan el meñique, y la
culos. Los de la nuca, situados en un plano región palmar media, que comprende los
más profundo, acostumbran a ser cortos, fle­ que mueven las falanges de los demás de­
xionan, inclinan o giran a un lado u otro la dos.
cabeza.
Grupo VII. M úsculos del miembro inferior.
Grupo IV. Músculos del tórax. Se distinguen 1.-, los de la pelvis: en el grupo más superfi­
los íntegramente torácicos, cuyas dos inser­ cial y posterior se hallan los tres grandes
ciones son costales, de aquellos que por un músculos de la reglón de las nalgas, que en­
extremo se insertan en el tórax y por otro, en derezan la pelvis y comunican al fémur mo­
algún hueso de la cintura escapular. Los pri­ vimientos de rotación; 2.®, los del muslo, que
meros intervienen en la función respiratoria; se distribuyen en una región anteroexterna y
los segundos mueven el brazo y el muñón entre ello s figuran los más robustos del
del hombro. miembro inferior, que extienden la pierna;
otros doblan la pierna y el muslo y otros cru­
Grupo V. Músculos del abdomen. Este grupo zan ambas extremidades; en la región poste-
comprende los que cierran la cavidad abdo­ rointerna figuran los que doblan la pierna,
minal. Pueden ser largos o anchos. Los pri­ aproximan el muslo hacia adentro y comuni­
meros se extienden longitudinalmente a ca­ can al fémur un movimiento de rotación; 3.®,
da lado de la línea media del abdomen y es­ los de la pierna, que se agrupan en tres regio­
tán separados por una porción aponeurótica nes: anterior, en la cual se hallan los que do­
llamada línea blanca. Los anchos son unos blan el pie sobre la pierna, lo aproximan a la
planos musculares que ocupan la parte ante­ línea media y extienden los dedos; la externa
rior y lateral del abdomen, cuyas paredes reúne aquellos que extienden el pie y dirigen
contribuyen a formar. Su función estriba en su cara plantar hacia afuera, y la región pos­
doblar el tórax y comprimir las visceras ab­ terior, donde se encuentran los de la pantorri­
dominales. Son importantes las aponeurosis lla, esenciales para la marcha y el salto y ex­
inferiores, que se insertan en el hueso coxal, tensores del pie (otros más profundos doblan
especialm ente las inserciones iliopúbicas la pierna y los dedos del pie); 4.®, los del pie,
que corresponden a la ingle, en la que se en­ que se distribuyen en varias regiones: una
cuentran los orificios que establecen comu­ para el dorso del pie y tres para la cara plan­
nicación entre la cavidad abdominal y las tar. La primera está formada por un solo mús­
regiones vecinas (conducto inguinal, arco culo, el que extiende los dedos. La plantar
crural). comprende todos aquellos que se distribuyen
por las partes interna, externa y media (que
Grupo VI. M úsculos del miembro superior. corresponden, excepto los de la región dor­
Pertenecen a este grupo aquellos que fijan sal, a la división admitida para la mano de
sus dos in sercio n es en el esqueleto del estos músculos); los hay que actúan sobre el
miembro superior; figuran en é l: 1.°, los dedo gordo, otros sobre el dedo pequeño y
músculos del hombro, que se extienden des­ otros sobre los demás dedos, en los cuales
de la clavícula y el omóplato al húmero: ele­ flexionan la primera falange y extienden la
van el brazo, lo dirigen adelante y hacia segunda.

ATLAS DE AN ATO M ÍA (humana)


26
Músculo de fi bra e s t r i a d a ( II ).
M u s c u l a t u r a s u p e r f i c i a l del cuer po

Aponeurosis epicraneal Occipital

Esternocleidomastoideo

Trapecio
Infraespinoso
Deltoides

Porción larga del tríceps'braquial


Vasto externo
Frontal del brazo

O rbicular de los párpados


Gran dorsal
O rbicular de los labios

Esternocleidomastoideo Vasto interno del brazo

Anconeo

Gran pectoral

Bíceps braquial

Interóseos dorsales
de la mano

Glúteo mediano

Bíceps crural

Semitendinoso

Semimembranoso

poplíteo

Soleo

Gemelo
Adductor mediano
del muslo Peroneo lateral corto
Gemelo

Flexor Tendón de Aquiles


Adductor mayor del dedo gordo
del muslo

Ligamento anular del tarso


Gemelo interno

Vasto interno del muslo VISTA POSTERIOR


Tibia ant.

Flexor I. de los d.

Ligamento anular
del tarso

Fig. 1 - Músculos superficiales de la cabeza, tronco y extremidades.

EL SISTEMA MUSCULAR
27
El s i s t e m a m u s c u l a r

MÚSCULOS DE FIBRA ESTRIADA nos órganos en cuya estructura intervienen


los músculos de fibra lisa (fig. 3).
Además de los que hemos visto en las pági­
nas anteriores, y que se reúnen en el grupo Arterias y venas. Las fibras musculares lisas
de los músculos de la locomoción, existen forman aquí una capa (túnica media) que se
otros músculos, también de fibra estriada, dispone circularmente. Alcanza mayor espe­
que, por ser parte de órganos o de sistemas sor en las arterias, y su contracción o dilata­
distintos, se estudian en otros capítulos de la ción influye en el calibre de estos vasos.
anatomía. Vamos a exponer algunos de ellos Bronquios. Los haces musculares se dispo­
cuyas funciones son realmente importantes nen debajo de las piezas cartilaginosas de
(fig. 1). los conductos bronquiales y se organizan
predominantemente como fascículos circula­
Músculos del ojo. Situados en la órbita, por res que se extienden a modo de una capa
fuera del globo ocular (músculos extrínse­ continua.
cos), son los factores de su movilidad. Esófago. En él, las fibras musculares adoptan
M úsculos del oído. Son el del martillo y el dos direcciones: las más internas son circu­
del estribo, que actúan sobre la cadena de lares, y las externas, longitudinales.
huesecillos en la fase de la transmisión me­ Estómago. Muy importantes, por la motilidad
cánica de la onda sonora que desarrolla este órgano, sus fibras muscu­
El corazón. Se le define como músculo hue­ lares se distribuyen en tres planos: superfi­
co. Aclarem os en seguida que sus fibras cial, de fibras longitudinales; medio, de fibras
musculares, aunque estriadas, pertenecen a circulares, y profundo, de fibras oblicuas.
un tipo especial, el miocardio.
M úsculos de la faringe, que contribuyen a Conductos excretores del hígado (colédoco)
formar un ancho conducto musculomembra- y d el páncreas (canal de W irsung). Estos
noso que interviene muy principalmente en conductos poseen, en su parte term inal,
la deglución. unos fascículos anulares de fibras lisas (esfín­
M ú scu los de la lengua. Grupo numeroso teres) que regulan la excreción de la bilis y
que, desde puntos diversos, convergen en la del jugo pancreático, respectivamente, en el
cavidad bucal donde constituyen la masa duodeno (ampolla de Vater)
carnosa de la lengua, a la que movilizan en M úsculos erectores del pelo. Se encuentran
sus variadas funciones (masticación, deglu­ diminutos músculos agrupados en haces ci­
ción, locución). lindricos, localizados alrededor de los folí­
Músculos de la laringe, que relacionan entre culos pilosos.
sí los cartílagos que la forman y participan Vejiga urinaria. Posee tres capas concéntri­
de modo indirecto o directo (cuerdas voca­ cas de fibras: las de la externa son longitudi­
les) en la fonación. nales; en la media, más gruesas, se hallan al­
Diafragma. M úsculo ancho, dispuesto en rededor de la uretra (esfínter vesical interno)
forma de bóveda; separa la cavidad torácica y las de la interna vuelven a ser longitudina­
de la abdominal y toma parte en los movi­ les.
mientos respiratorios. Recto. Tiene una capa superficial de fibras
Periné. Estos músculos cierran la pelvis por longitudinales y otra profunda de circulares,
su parte inferior y constituyen un dispositivo que en las proximidades del ano se hace
diafragmático (diafragma pélvico ); guardan más gruesa y genera un anillo muscular fes-
estrecha relación con el aparato genitourina­ fínter interno).
rio y con la región anal. Útero. En la casi totalidad de su espesor está
formado por la túnica muscular (músculo
MÚSCULOS DE FIBRA LISA uterino), que se compone de tres capas de fi­
bras: en la externa son longitudinales; en la
Su característica es que funcionan de mane­ media, muy gruesa, se hallan dispuestas en
ra totalmente libre de la influencia de la vo­ todas direcciones, y las de la interna son cir­
luntad: su contracción se verifica con lenti­ culares y longitudinales.
tud, y del mismo modo recuperan sus d i­ Iris y músculo ciliar (intrínsecos del ojo). El
mensiones. La independencia de su activi­ iris consta de fibras radiales y circulares que
dad ya advierte que se hallan situados preci­ permiten la contracción y dilatación de la
samente en aquellos aparatos y sistemas so­ pupila. El músculo ciliar rectifica la curvatu­
bre cuya función el hombre no tiene domi­ ra del cristalino. Tanto la regulación de la
nio alguno, es decir, sobre las visceras, vasos luz como la acomodación son funciones au­
y conductos. A continuación citamos algu­ tomáticas.

ATLAS DE AN ATO M ÍA (humana)


*8
moción. Músc ulos de fibra lisa ( mú sc ul os u i s c e r a l e s )
Mú sc ul os de fibra e s t r i a d a de función a j e n a a la l oc o­

Fig. 1.- Músculos estriados anexos a distintos órganos y aparatos. Fig. 3.- Órganos en cuya constitución interviene la fibra lisa (músculos viscerales).
Sistema
circulatorio
CORAZÓN Y PERICARDIO ya extremidad libre se prolonga con unas del­
gadas cuerdas tendinosas que se Insertan en
El estudio de los órganos destinados a la circu­ los bordes libres de las válvulas mitral y tricús­
lación de la sangre, linfa y quilo, comprende pide. Las válvulas cardíacas están formadas por
dos partes: la que se ocupa del aparato circula­ membranas delgadas, flexibles, que regulan el
torio sanguíneo (corazón, arterias, venas y ca­ curso de la sangre, unas de la aurícula al ven­
pilares) y la que trata del sistema linfático (gan­ trículo, otras de éste a los troncos vasculares.
glios y vasos), abarcando los vasos quilíferos. En un corazón que nos muestre por encima el
plano que contiene los orificios citados (fig. 3),
APARATO CIRCULATORIO SANGUÍNEO podemos ver la disposición de las válvulas: tri­
cúspide formada por tres de ellas; la mitral
El corazón es un músculo hueco que actúa co­ constituida por sólo dos. Cada válvula tiene un
mo una bomba aspirante-lmpelente: por aspi­ borde adherido al contorno del orificio auricu-
ración introduce en sus cavidades la sangre loventricular y otro libre, que flota dentro de la
procedente de las venas y por impulsión la en­ cavidad ventricular y en el cual se insertan unas
vía, a través de las arterias, a todas las redes ca­ cuerdas tendinosas que por su otro extremo se
pilares. Está compuesto por dos partes: la masa unen a los músculos papilares. Los orificios de
contráctil, o miocardio, y las membranas que las arterias pulmonar y aórtica presentan tres
lo envuelven por su parte externa, pericardio, o válvulas sigmoideas cada uno, que consisten en
lo tapizan por su parte interna, endocardio. repliegues membranosos, semejantes a nidos
El miocardio está formado por fibras muscula­ de paloma, suspendidos de la pared del vaso.
res; su imagen histológica (figura 1) muestra En las válvulas mitral y tricúspide (fig. 5) la
que, aun perteneciendo al tipo estriado, pre­ apertura se debe al aumento de la presión in-
senta caracteres diferenciales, entre los que traauricular y a la tracción de los pilares; el cie­
destacan su cortedad, que es mononuclear, y rre, al incrementarse la presión intraventricular,
su ramificación, que confiere al conjunto el as­ que adosa fuertemente los bordes flotantes de
pecto de mallas de una red. ambas y al abombarse hacia la aurícula, pro­
El examen interno del corazón (figura 2) permi­ ducen aquél. La tensión de las cuerdas tendi­
te distinguir cuatro cavidades: las dos superio­ nosas y la contracción de los músculos papila­
res, más pequeñas, las aurículas, y las inferio­ res contienen en sus justos límites el abomba­
res, los ventrículos. Un tabique separa las cavi­ miento. La intervención de las válvulas sigmoi­
dades de la derecha de las de la izquierda, y deas es simplemente pasiva: la presión de la
sólo existe comunicación entre aurícula y ven­ corriente sanguínea ascendente las pliega y
trículo por medio de los orificios auriculoven- arrima a las paredes de las arterias; luego, al
triculares. Se admite por todo ello que existe cesar la tensión intraventricular, el peso de la
un corazón derecho (venoso) y otro Izquierdo columna de sangre inyectada a los vasos gravi­
(arterial), totalmente Incomunicados . ta sobre sus cavidades, que tienen forma de ni­
He aquí las características de cada cavidad:. do y, al rellenarlas, sus bordes vuelven a ado­
Aurícula derecha, en la cual se hallan los orifi­ sarse, cerrándose la abertura.
cios de las venas cava superior y cava inferior; Endocardio y pericardio. El endocardio es
el orificio aurlculoventricular derecho, ocupa­ una membrana (endotelio) que tapiza las ca­
do por la válvula tricúspide, que cierra o abre vidades, válvulas y cuerdas tendinosas y se
la comunicación entre ambas cavidades. continúa con la túnica interna de los grandes
Ventrículo derecho. Vemos en él, además de la vasos. El pericardio (fig. 4) es un saco fibrose-
válvula tricúspide, el orificio de la arteria pulmo­ roso (1), que envuelve el corazón y la parte
nar, donde se albergan las válvulas sigmoideas. inicial de los grandes vasos; consta de una
Aurícula izquierda, que presenta los cuatro orifi­ cubierta externa, el pericardio fibroso, y una
cios de las venas pulmonares y el orificio aurícu- membrana Interna, el pericardio seroso. La
lo ventricular izquierdo, con su válvula mitral, base del pericardio fibroso se adhiere al dia­
que cierra o abre el paso entre ambas cavidades . fragma; su vértice, abierto, abraza los grandes
Ventrículo izquierdo. Contiene la válvula mi­
tral y el orificio de la arteria aorta, con sus vál­ (Continuación en la TARJETA D/2)
vulas sigmoideas.
Las paredes ventriculares proyectan hacia el (1) En el texto de la lámina H 4, en el cual se
centro de la cavidad pequeños mamelones describe el peritoneo, se expone la constitu­
musculares (músculos papilares o pilares), cu­ ción de las membranas serosas.

ATLAS DE AN ATO M ÍA (humana)


30
El c o r a z ó n

Fig. 1.- Músculo cardíaco


(corte histológico).

V. CAVA superior

VEN AS PULM.
A . AORTA izqdas.
A . PULM O N AR
Aurícula izqda.

O rif. de lá a. pulmonar O rif. de la aorta (V.


(V. sigmoidea) sigmoideas)

Aurícula derecha V álvula mitral

V. CAVA inferior

Válvula sigmoidea de la
a. pulmonar
Ventrículo izquierdo

Endocardio

Miocardio

Válvula tricúspide Ventrículo derecho

Fig. 2.- Estructura interna del corazón.

Válvula sigmoidea de la aorta

■Válvula tricúspide

' Válvula mitral


Fig. 3 O rificios auriculoventriculares y arteriales con
sus válvulas.

Valvas

Cuerdas tendinosas-

Músculos paiplares

Hoja Válvula mitral


parietal Abierta Cerrada
Hoja
visceral

Corazón

Pericardio '
i
Diafragma Válvula sigmoidea

Fig. 4.- Corazón envuelto por el pericardio. Fig. 5.- Apertura y cierre de la válvula mitral (A) y de
una válvula sigmoidea (B).

EL APARATO CIRCULATORIO
3T^
S i s t e m a ci rcu lat or io

CIRCULACIÓN INTRACARDÍACA ventrículo izquierdo, la arteria aorta y sus ra­


mificaciones, los capilares de todos los pa-
La explicación de la circulación sanguínea, rénquimas y el sistema venoso, que la de­
utilizando un esquema que muestre la llegada vuelve al corazón.
de una masa de sangre aislada que vaya discu­
rriendo por cada una de las cavidades, orifi­ AUTOMATISMO CARDÍACO
cios y vasos, completará con una visión de
conjunto la relación anatómica y funcional El músculo cardíaco es de fibra muscular es­
que mantienen entre sí las distintas partes del triada de caracteres propios (miocardio) que lo
corazón y que hemos examinado por separado diferencian de las fibras del músculo somáti­
(fig. 1). Llega la masa de sangre venosa por las co. Pero, además, en el corazón hay fibras
venas cava superior e inferior (1) y fluye direc­ musculares especializadas en la conducción
tamente a la aurícula derecha, que se llena to­ de impulsos (fig. 3), es decir, el sistema de
talmente (2); se contrae la aurícula y se abre la conducción, el cual comprende dos nodulos y
válvula tricúspide y la sangre desciende a tra­ un fascículo. El nodulo sinoauricular fusifor­
vés de ella al ventrículo derecho hasta llenarlo me, de fibras cardíacas especializadas, que se
(3); éste se contrae y la sangre es impelida a continúan con las fibras musculares de la aurí­
través de las válvulas sigmoideas a la arteria cula y se hallan inervadas por otras autóno­
pulmonar, que la conduce a los pulmones, dis­ mas; también está rodeado de células ganglio-
tribuyéndola su rama derecha al pulmón dere­ nares parasimpáticas. Situado en el punto de
cho y su rama izquierda al izquierdo (4); en unión de la vena cava superior y la aurícula,
ambos se realiza su oxigenación y, convertida por ser el más importante generador de impul­
en arterial, la sangre ingresa en las venas pul­ sos, recibe el nombre de marcador del paso o
monares (5), que la retornan al corazón, con­ marcapasos. El otro nodulo, el auriculoventri-
cretamente a la aurícula izquierda (6), la cual, cular, compuesto asimismo de una red de fi­
una vez repleta, se contrae y la inyecta a través bras cardíacas especializadas, que se continú­
de la válvula mitral al ventrículo izquierdo (7); an con otras auriculares musculares, está loca­
cuando éste está lleno, se contrae a su vez e lizado en la aurícula derecha. Su inervación
impulsa la sangre a través de las válvulas sig­ también se debe a fibras nerviosas autónomas.
moideas a la arteria aorta (8). El funcionamien­ El fascículo aurlculocentricular se bifurca en
to de las cavidades, válvulas y vasos es simul­ dos ramas, que descienden cabalgando sobre
táneo y las fases de contracción y dilatación se el tabique interventricular y terminan subdivi-
producen al mismo tiempo en el corazón dere­ diéndose cada una para formar sendas redes
cho y en el izquierdo de modo sincrónico. (de Purkinje), que se distribuyen por ambos
ventrículos. Aparte este sistema autorregula­
CIRCUITOS CIRCULATORIOS (fig. 2) dor, el corazón se encuentra sometido a la ac­
ción aceleradora del sistema simpático y a la
Son dos: uno, seguido por la sangre que del frenadora del parasimpático.
corazón derecho va a los pulmones y retorna
al corazón izquierdo; otro, recorrido por ELECTROCARDIOGRAMA (fig. 4)
aquélla, que del corazón izquierdo se dirige
por el sistema arterial a todos los parénqui- La contracción cardíaca se acompaña de va­
mas y luego, por el sistema venoso, reingresa riaciones del potencial eléctrico que, al pro­
en el corazón derecho. El primero constituye pagarse en todas direcciones, llegan a la su­
la circulación menor (de la que ya en 1553 perficie del cuerpo, en donde reproducen el
Miguel Servet tuvo clara intuición) y se reali­ ritmo de los diversos tiempos de la contrac­
za entre el ventrículo derecho, la arteria pul­ ción cardíaca, que se pueden detectar con el
monar, los capilares pulmonares y las venas electrocardiógrafo; el registro sobre una cin­
pulmonares, que desembocan en la aurícula ta, de la marcha de la excitación del cora­
izquierda. El segundo circuito constituye la zón, es el electrocardiograma, de uso muy
circulación mayor, en la cual intervienen el frecuente en las exploraciones clínicas.

(Continuación de la TARJETA D /l)


vasos. El pericardio seroso, doble saco sin abertura, que envuelve el corazón sin contenerlo, es­
tá formado por dos hojas muy delgadas: la externa corresponde al pericardio fibroso, la interna
se extiende sobre la superficie del miocardio y se dispone como un manguito sobre los troncos
arteriales. El pericardio fibroso es una envoltura protectora; el seroso (que contiene un líquido
viscoso) facilita los movimientos cardíacos.

ATLAS DE. AN ATO


32 M ÍA (humana)
La ci rcul aci ón í n t r a c a r d í a c a .
Ci rcui tos ci r cu l at or i os

Contracción de la a . d .:
descenso de la sangre a!
ventrículo derecho Contracción de la v. d.:
Impulsión de la sangre a la
arteria pulmonar

Conducción de la sangre oxi­ Repleción de la aurícula izquierda Contracción de la a. i.: Contracción de la v. i.:
genada por las venas pulmo­ descenso de la sangre al impulsión de la sangre a la
nares ventrículo izquierdo arteria aorta

Fig. 1.- Fases aisladas y sucesivas de la circulación Íntracardíaca.

Nodulo

Nódulo A : V:

Red de
Pqrkinje

Fig. 3.- Sistema de conducción.

Fig. 2.- Circuitos circulatorios. Procedencia y distribución de la sangre.

EL APARATO C IR C U LA TO R IO
33
S i s t e m a ci rcul at or io

ARTERIAS, VENAS Y CAPILARES irriga la región plantar en donde forma un ar­


co (arco dorsal) del cual nacen las arterias
A los conductos membranosos por los cuales para los dedos.
circula la sangre se les llama vasos sanguíne­ El sistema venoso (fig. 5) lo forman el sistema
os y son las arterias, los capilares y las venas. de venas que corresponde a la arteria pulmo­
Las arterias conducen la sangre a los órganos nar, constituido por las venas pulmonares,
donde forman capilares de los que se origi­ que nacen en los pulmones y desembocan
nan las venas, que devuelven la sangre al co­ en el corazón, y el sistema de venas que co­
razón. Las arterias se componen de una túni­ rresponde a la arteria aorta: venas cardíacas
ca externa conjuntiva, de otra media, muscu­ (coronarias y otras), vena cava superior, for­
lar, y de otra interna, endotelial. Las venas mada por dos troncos (braquiocefálicos, de­
sólo tienen una túnica externa de fibras mus­ recho e izquierdo). Cada uno recibe afluentes
culares y elásticas y otra interna endotelial. de la cabeza (intracraneales, cara, etc., del
Los capilares son vasos finísimos formados cuello (yugular y otras), del tórax (pericardio,
sencillamente por células endoteliales solda­ esófago, mediastino, pulmones), del raquis y
das entre sí; por repetidas divisiones y anas­ del miembro inferior: en éste, las venas pro­
tomosis de estos vasos, se forman las redes fundas de la mano, antebrazo y brazo siguen
capilares. el trayecto de las arterias y reciben sus mis­
El sistema arterial (fig. 2) consta de: el siste­ mos nombres; luego se reúnen en una sola
ma de la arteria pulmonar, que nace del ven­ vena (axilar, subclavia). Las venas superficia­
trículo derecho y se divide en dos ramas (pul­ les de la mano y antebrazo acaban constitu­
monares derecha e izquierda); y el sistema de yendo tres ramos (cubital, radial, mediana) y
la arteria aorta, que se divide en las siguien­ dos en el brazo (basílica, cefálica). Todas
tes partes: 1o el cayado de la aorta, en el cual ellas desembocan directa o indirectamente
nacen las arterias que irrigan el corazón (co­ en el tronco (braquiocefálico) originario de la
ronarias) y las que se dirigen a la cabeza (ca­ vena cava superior, que, a su vez, lo hace en
rótidas) (T), al hueco axilar (subclavia (1), axi­ la aurícula derecha.
lar), al brazo (humeral), al antebrazo (radial, Venas del miembro inferior. Las venas pro­
cubital) y que en la mano forman unos arcos fundas del pie siguen el trayecto de las arte­
(arcos palmares), de los que nacen las arte­ rias, las superficiales componen en la región
rias para los dedos (digitales y colaterales de plantar una red venosa y en la dorsal, un ar­
los dedos), 2.a la aorta torácica, de la cual co venoso cuyos extremos (dorsal externa y
parten las arterias que se distribuyen por el dorsal interna), al llegar a la pierna, dan dos
tórax (pulmón, pleura, pericardio, esófago, ramos ascendentes (safena externa y safena
intercostales); 3.a la aorta abdominal, de la interna), desembocando cada una en otra
que nacen arterias para el diafragma; y un más profunda (poplítea, femoral); la más infe­
tronco (tronco celíaco), que da las arterias rior (poplítea) resulta de la unión de ramos
para el hígado (hepática), el bazo (esplénica), profundos (tibiales, tibioperoneas) y luego se
el estómago (estomáquica), el intestino (me- continúa con un tronco (femoral), que a su
sentérica), el riñón (capsulares, renales), los vez lo hace con una rama (ilíaca externa), la
genitales (espermática, uteroovárica) el intes­ cual, uniéndose a otra (ilíaca interna) crea
tino grueso (mesentérica). una de las dos ramas (ilíacas primitivas dere­
Las ramas terminales de la aorta empiezan a cha e izquierda), cuya unión origina la vena
partir de una primera bifurcación (ilíacas pri­ cava inferior, gran tronco venoso que ascien­
mitivas derecha e izquierda), a la que sigue de por el abdomen, atraviesa el diafragma y
una segunda bifurcación (ilíaca interna, ilíaca desemboca en la aurícula derecha. Este tron­
externa); la interna, de ramas intra y extrapél- co recibe venas de la pelvis, cuya distribu­
vicas (para la vejiga, recto, músculos y geni­ ción es análoga a la de las arterias; asimismo
tales); la externa da una rama ascendente ingresan en él las venas del abdomen, unas
(epigástrica) y se continúa por el muslo (fe­ parietales y otras viscerales (capsulares, rena­
moral, poplítea) y la pierna (tibial anterior y les, porta, suprahepáticas, esperm áticas o
tibioperonea); una de ellas (tibial anterior) uteroováricas).
termina irrigando el dorso del pie (pedia),
otra (tibioperonea) da dos ramas (peronea, ti­ (1) En el lado derecho, éstas nacen de un
bial posterior); la más interna, al llegar al pie, tronco común: tronco braquiocefálico.

ATLAS DE AN ATO M ÍA (humana)


34
A rt er ias, u e n a s y c ap i l a r e s .
Los u a s o s m á s i m p o r t a n t e s

Tejido conjuntivo

Carótida externa Tejido muscular


Carótida
interna,

Carótida Tejido elástico


primitiva
Subclavia

Tronco
branquio- Fig. 1.- Sección de una arteria.
cefálico
Esplénica

Aorta torácica
Aorta descendente
Mesentérica superior

Cubital

Mesentérica inferior
Fig. 4.- Sección de una vena.
Ilíaca primitiva
Arco palmar

Ilíaca interna

Femoral común

Subclavia derecha

Cava superior

Corazón venoso
Cava inferior
Hepática
Gástricas

Arterias digitales

Fig. 2.- Principales arterias. Meseraica mayor

Ilíaca primitiva

Ilíaca externa

Femoral profunda'

Safena externa

Capilares

Fig. 3.- Capilares sanguíneos. Fig. 5.- Principales venas.

EL APARATO C IR C U LA TO R IO
35
S is t e m a ci rcu lat or io

VASOS Y GANGLIOS LINFÁTICOS en donde convergen: el conducto torácico y


la gran vena linfática.
Los vasos linfáticos (fig. 1) son conductos por El conducto torácico nace en la cisterna de
cuyo interior circula la linfa desde su lugar Pecquet, desde cuya extremidad superior se
de procedencia hasta el sistema venoso, en prolonga hacia arriba y a la izquierda, pene­
donde desemboca. Se originan en el seno de tra en el tórax y en la parte superior de éste se
los tejidos, por conductillos semejantes a los encorva hacia adelante para desembocar en
capilares sanguíneos, aunque son mucho la vena subclavia izquierda. Tanto la cisterna
más gruesos y de aspecto nudoso. A los capi­ de Pecquet como el conducto torácico reci­
lares siguen los vasos colectores, y a éstos, ben la linfa procedente de un territorio que se
los troncos linfáticos. Los vasos linfáticos se circunscribe a la parte izquierda del cuerpo.
distribuyen en planos superficiales y profun­ La gran vena linfática, mucho más corta, está
dos, por la cabeza, cuello, tronco y miem­ situada en el lado derecho del cuerpo y de­
bros, así como en las visceras describiendo semboca entre las venas yugular interna y
un trayecto paralelo entre sí, con pocas anas­ subclavia derecha. En ella confluyen todos
tomosis, excepto en algunos puntos (palma los vasos linfáticos que no son tributarios del
de la mano, planta del pie). conducto torácico y que pertenecen a un te­
Los vasos quilíferos son capilares linfáticos rritorio circunscrito a la derecha.
que parten de las vellosidades intestinales,
desde las que se extienden por el mesenterio EL BAZO (fig. 4 y 5)
(repliegue del peritoneo que une el intestino
delgado a la columna vertebral) para ir a de­ Es un órgano ovoideo, de color rojo oscuro.
sembocar en un reservorio, la cisterna de Su cara anterior, excavada, da paso a los vasos
Pecquet. y nervios esplénicos (hilio); sus extremidades
Ganglios linfáticos (fig. 2). El trayecto de los redondeadas reciben el nombre de cabeza del
vasos linfáticos se halla interrumpido por ma­ bazo la superior, y de cola del bazo la inferior.
sas globulosas, los ganglios linfáticos. De for­ Anatómicamente, presenta dos envolturas; la
ma y volumen muy variables, reciben por un más externa es una serosa dependiente del pe­
polo los vasos aferentes y emiten por el ritoneo, la interna es de naturaleza fibrosa, y
opuesto (hilio) los vasos eferentes y pueden de ella parten hacia el interior numerosas pro­
ser superficiales o profundos. longaciones laminares, a modo de tabiques,
La sección de un ganglio muestra una cápsu­ que se cruzan y anastomosan en todos senti­
la que envuelve una masa periférica (sustan­ dos, formando celdillas que se hallan repletas
cia cortical), que alberga en su centro otra del tejido propio del bazo, compuesto, a su
(sustancia medular), entre cuyas anfractuosi­ vez, de pulpa roja y pulpa blanca. La pulpa
dades circula la linfa. roja está constituida por senos venosos y una
Los ganglios se distribuyen como un conjun­ red de fibras reticuladas, tapizadas por células
to continuo (fig. 3); existen en la axila, ingle, fagocitarias (sistema reticuloendotelial). El ba­
flexura del codo, parte posterior de la rodilla, zo se compone en gran parte de tejido linfáti­
partes laterales del cuello, mediastino, pelvis co: la pulpa blanca que rodea la roja está for­
y abdomen (en donde se hallan repartidos en mada por folículos linfáticos.
¡a mayoría de las visceras), etc. En cada gan­ Este órgano, situado profundamente en la
glio desembocan los vasos linfáticos aferen­ parte superior del abdomen, en el hipocon­
tes, que desde los territorios en donde nacen drio izquierdo, realiza tres funciones impor­
se van extendiendo hasta llegar al grupo del tantes: por el tejido linfoideo, genera glóbu­
cual son tributarios; de cada ganglio, a su los blancos, por la acción de las células fago­
vez, salen los vasos eferentes, acompañados citarias (macrófagos), destruye los hematíes
de los sanguíneos, y pueden ir a desembocar envejecidos, y, gracias a la red vascular, es
en los grupos cercanos; en cualquier caso se capaz de dilatarse enormemente, actuando
dirigen siempre hacia los grandes colectores, como un reservorio de sangre.

A TLA S D E A N A T O M ÍA (hum ana)


Uasos y ganglios.
El b a zo

linfático.

Fig. 2.- Ganglio linfático seccionado.

Fig. 4.- El bazo.

Fig. 5.- Topografía del bazo.

EL SISTEM A C IR C U LA TO R IO LIN FÁ TIC O


37
El aparato
de la respiración
EL APARATO DE LA RESPIRACIÓN costodiafragmático). Entre ambas hojas existe
una cavidad virtual que contiene una pequeña
Consta de una parte conductora del aire y de cantidad de líquido seroso.
otra respiratoria (fig. 1). La porción conductora
empieza en la nariz y accesoriamente en la bo­ LA LARINGE COMO ÓRGANO DE
ca y sigue con la cavidad nasal, faringe, larin­ LA FONACIÓN (fig. 3)
ge, tráquea y bronquios. La parte respiratoria
(fig. 2) la constituyen los pulmones, con su Se ha mencionado la laringe como parte del
membrana envolvente, la pleura. La faringe se conducto aerífero, pero además es un aparato
describirá con el aparato digestivo; la laringe fonador. Consta de las siguientes piezas cartila­
examinaremos como aparato fonador. ginosas, articuladas y unidas por ligamentos y
La tráquea se extiende desde la laringe al ori­ movidas por músculos tiroides, cricoides, arite-
gen de los bronquios: es un conducto com­ noides y epiglotis. El cartílago tiroides, situado
puesto de anillos en forma de C, con la conve­ inmediatamente debajo del hueso hioides, es
xidad dirigida hacia adelante; por tanto, el ancho, prominente por delante (bocado de
conducto traqueal sólo es cilindrico por su par­ Adán) y abierto por detrás, en donde presenta
te anterior y plano por la posterior, que está cu­ cuatro astas: las dos superiores se unen al hioi­
bierta por una membrana. des y las inferiores se articulan con el cricoi­
Los bronquios son los dos conductos, derecho des: este cartílago, parecido a una sortija de se­
e izquierdo, que nacen de la bifurcación de la llo, presenta la placa orientada hacia atrás.
tráquea, cuya configuración anular reproducen. Otros dos pequeños cartílagos, los aritenoides,
Después de un corto trayecto, penetran en los se ubican en la parte superior y posterior del
pulmones respectivos, acompañados de vasos cricoides y, por tanto, no son visibles en una
y nervios; descienden oblicuamente, mientras proyección anterior de la laringe. La epiglotis
disminuye su calibre y se ramifican para formar es una lámina ovalada, emplazada detrás del
los árboles bronquiales derecho e izquierdo. tiroides, por encima del orificio superior de la
Cada bronquio, cualquiera que sea su calibre, laringe, sobre el cual desciende, a modo de
va acompañado de una rama de la arteria pul­ opérculo, en el acto de la deglución.
monar. Las venas siguen un curso inverso. El examen de la parte posterior del trozo ante­
Los pulmones consisten en dos sacos esponjo­ rior de una laringe cortada frontalmente permi­
sos, elásticos y cónicos, situados en la cavidad te ver la porción más importante del conducto
torácica. Descansan sobre el diafragma y están laríngeo en relación con la función fonética: la
separados entre sí por un espacio que aloja a glotis, hendidura de amplitud muy variable, li­
otros órganos torácicos (mediastino). Su volu­ mitada por cuatro repliegues, dos a cada lado,
men varía durante los movimientos de inspira­ las cuerdas vocales. De ellas, las inferiores son
ción o espiración y su capacidad es de unos las verdaderas cuerdas vocales, en cuyo espe­
tres litros y medio. El pulmón derecho presenta sor se aloja un haz muscular (del músculo tiro-
tres lóbulos separados por dos cisuras y el iz­ aritenoideo), llamado haz de la cuerda vocal',
quierdo, dos lóbulos separados por una cisura. su acción proporciona a esta cuerda la posibili­
Por su cara interna, que corresponde al me­ dad de experimentar una especialísima tensión
diastino, cada pulmón ofrece un orificio, el hi- que distingue de todas las demás a esta bien
lio, que da paso al pedículo pulmonar, haz de llamada «lengüeta viva», cuya vibración, trans­
todos los conductos, vasos y nervios que en­ mitida a la columna de aire espirada, produce
tran en el pulmón o salen de él. la voz. La laringe se une por el tiroides al hioi­
des (membrana tirohioidea) y por el cricoides,
LAS PLEURAS a la tráquea; otras membranas y ligamentos
mantienen relacionadas las distintas piezas por
Son dos sacos serosos, sin abertura, indepen­ las superficies articulares. Los músculos intrín­
dientes, de membrana deslizante, que recu­ secamente laríngeos movilizan los cartílagos,
bren los pulmones. Cada pleura se compone tensan las cuerdas vocales, constriñen o dilatan
de dos hojas: la visceral y la parietal. La prime­ la glotis o deprimen la epiglotis. Los movimien­
ra se adhiere intimamente al pulmón; la segun­ tos básicos para la producción del sonido son
da tapiza las paredes del tórax por arriba cubre los de aproximación o separación de las cuer­
el pulmón; por abajo, el diafragma, excepto su das vocales, así como los de tensión, que se
centro; por dentro tapiza la cara mediastínica y deben a delicados desplazamientos basculares
por fuera, la cara interna de las costillas (seno de los cartílagos laríngeos.

ATLAS DE AN ATO M ÍA (humana)


38
Lar inge, t r á q u e a , bronqui os, p ul mones.
L as p le u ra s

Hioides

Nariz
Cartílago tiroides
Boca

Laringe

Tráquea
Cartílago cricoides -
Bronquios

Tráquea
Pulmones

Epiglotis'

Fig. 1.- Vías aéreas.


Cuerda vocal sup.

Hioides
Cuerda vocal inf.

Laringe

Tráquea

Bronquio derecho
Sección frontal

Lóbulo Bronquio izquierdo


I loja
superior
parietal

I lo ja
vise eral

Lóbulo
medio

Sección ateral
Fig. 3.- La laringe.

Lóbulo
inferior

Pleura diafragmática
Sáculo alveolar

Fig. 2.- El aparato respiratorio.

EL APARATO DE LA RESPIRACIÓN Y DE LA FONACIÓN


T9
El a p a r a t o de la r e s pi r a ci ó n

RELACIÓN CARDIOPULMONAR verifica el intercambio gaseoso: son los lobu-


lillos pulmonares (fig. 2), de forma piramidal;
Antes de iniciar el estudio de las relaciones los que se disponen en la periferia del pul­
existentes entre el corazón y los pulmones, y món presentan en la cara externa de éste sus
para evitar la confusión que puede originar la bases, y dirigen sus vértices hacia el interior
identidad nominal de los grandes troncos arte­ del mismo. Atraviesa el vértice de cada lobu-
riales (arteria pulmonar y arteria aorta), convie­ lillo un conducto bronquial, del cual parece
ne aclarar que la arteria pulmonar, pese a que pender como una fruta de su tallo : es el
contiene sangre venosa, recibe el nombre de bronquiolo supralobulillar, que se continúa
arteria por su funcionalismo ya que conduce la dentro del lobuIiIlo, formando allí el bron­
sangre fuera del corazón, como hacen todas quiolo intralobulillar, que se ramifica, y cada
las arterias. Del mismo modo, las venas pul­ rama terminal desemboca en un conjunto de
monares, aun conteniendo sangre arterial, reci­ tres a seis vejigas lobuladas; a estos conjun­
ben su nombre porque convergen hacia el co­ tos se les llama acinus, y a las vejigas, infun-
razón, como ocurre con todas las venas. díbulos. Éstos presentan, por fuera, unas abo­
El aparato respiratorio y el circulatorio presen­ lladuras que recuerdan las celdillas o alvéo­
tan estrechas relaciones (figura 1). Cada pul­ los con su opérculo de un panal de abejas, y
món está unido al corazón por el pedículo pul­ debido a esta semejanza han recibido el
monar. Hemos visto asimismo que de cada nombre de alvéolos. Resultaba imprescindi­
ventrículo del corazón nacen dos gruesas arte­ ble esta prolija descripción para llegar al ele­
rias: la pulmonar y la aorta. La primera se diri­ mento fundamental del pulmón, el alvéolo
ge hacia arriba y, después de un breve trayec­ pulmonar, cuya pared es una finísima mem­
to, se bifurca, dando una rama derecha y otra brana que «separa el aire de la sangre» (Sou­
izquierda, que atraviesan el hilio correspon­ la) y constituye precisamente el punto de ín­
diente y penetran en el pulmón respectivo. tima unión entre el aparato respiratorio, re­
Puede, pues, decirse que «la arteria pulmonar presentado asimismo por la pared alveolar, y
une el ventrículo derecho con los pulmones» el aparato circulatorio, representado por la
(Soula), y se ramifica profusamente en ambos. red capilar (fig. 3), que lo envuelve, en la
Por otro lado, de las redes capilares de los ló­ cual termina una ramificación de la arteria
bulos y de las últimas ramificaciones bronquia­ pulmonar acompañante del bronquiolo intra­
les nacen venitas que convergen y se dirigen lobulillar. Las venas que siguen a estos capi­
hacia el hilio pulmonar, donde se unen para lares discurren por las paredes interlobulilla-
formar vasos cada vez más gruesos y menos res y se dirigen a la periferia del lobulillo, pa­
numerosos, hasta quedar reducidos, en defini­ ra formar las venas pulmonares.
tiva, a dos troncos para cada pulmón; de aquí
se dirigen a la aurícula izquierda, en cuya pa­ LOS MOVIMIENTOS RESPIRATORIOS
red superior desembocan. En el espacio acana­
lado comprendido entre los troncos venosos y Las dos fases de la función respiratoria, la ven­
los arteriales pulmonares se alojan, a un lado y tilación pulmonar y la respiración celular per­
a otro, los bronquios derecho e izquierdo, que tenecen a la fisiología, pero el examen de la In­
al llegar al hilio respectivo penetran en el pul­ tervención física de algunos de los órganos
món, lugar en que se subdividen siguiendo las descritos hasta aquí puede ser interesante des­
ramificaciones de la arteria pulmonar. de el punto de vista de la mecánica respirato­
Esta relación anatómica tan estrecha entre los ria. La ventilación pulmonar se realiza median­
pulmones y el corazón se explica porque, si te movimientos inspiratorios espiratorios (figura
bien la ventilación pulmonar se realiza en 4). Intervienen en ambos actos la caja torácica,
aquellos órganos, una parte ajena al intercam­ el diafragma, los músculos intercostales y la
bio gaseoso, el importante tránsito ininterrum­ pleura. El tórax realiza movimientos alternos;
pido de la sangre por los capilares pulmonares, durante la inspiración se produce el aumento
está a cargo del corazón. de los diámetros intratorácicos, en modo espe­
cial por la acción del diafragma. Al agrandarse
CONSTITUCIÓN ANATÓMICA el espacio intratorácico, los pulmones descien­
DE LOS PULMONES den, se dilatan y aspiran el aire. La espiración
es un acto pasivo debido a la elasticidad del
Los pulmones están formados por saquitos pulmón y a la relajación del diafragma que, al
membranosos en cuyas delgadas paredes se recuperar la forma abovedada, reduce la cavi­
ramifican los vasos a través de los cuales se dad torácica y expulsa el aire.

ATLAS DE AN ATO M ÍA (humana)


40
Relaci ón c a rd iop ul mon ar .
Const it uci ón a n a t ó m i c a de los pul mone s

Pulmones

Infundíbulo

Alvéolo

Fig. 2.- Esquema del lobulillo pulmonar.

Ramificaciones
A . pulmonar
bronquiales
y vasculares

Corazón

Fig. 1.- Relación entre el aparato respiratorio y el circulatorio.

M úsculos intercostales ext.

Arteria bronquial

Arteria pulmonar

alveolar
ESPIRACIÓ N

Red capilar Músculos


perialveolar intercostales
Conducto alveolar
ext.
Venas
pulmonares Alvéolo

Sáculo alveolar
seccionado
Diafragma

INSPIRACIÓN

Fig. 4.- Mecánica respiratoria. Acción del diafragma y de


Fig. 3.- Capilarización perialveolar de arteriolas los músculos intercostales. Inspiración. Espiración.
y vénulas.

EL APARATO DE LA RESPIRACIÓ N
41
El aparato
digestiuo
TUBO DIGESTIVO. BOCA. FARINGE sí y que se deben a las variaciones que mues­
tran la corona y la raíz. Estos son: corona cor­
El aparato digestivo (fig. 1) se compone del tu­ tada a bisel, raíz única (incisivos, 8); corona
bo digestivo propiamente dicho y de varios ór­ puntiaguda, raíz única (caninos o colmillos, 4);
ganos glandulares, que vierten en él sus secre­ corona ancha, con dos mamelones o cúspides,
ciones o jugos digestivos, y a los cuales se les raíz única (premolares, 8); corona con cuatro
da el nombre de glándulas anejas o simple­ cúspides, raíz múltiple (molares 12).
mente de anejos del tubo digestivo. Este se ex­ En cuanto a su configuración interna (fig. 4), el
tiende desde la boca hasta el ano y alcanza corte de un diente permite distinguir una parte
una longitud de diez a doce metros. Compren­ periférica, muy dura, la dentina o marfil. A ras
de las siguientes porciones: boca, faringe, esó­ de la corona la dentina está cubierta por es­
fago, estómago, intestino delgado, intestino malte y a nivel de la raíz por el cemento. En el
grueso y ano. centro de la pieza dentaria se advierte una ca­
La boca (fig. 2) es, pues, la porción inicial, que vidad que contiene la pulpa dentaria, materia
sólo se convierte en una cavidad real cuando blanda en la cual se distribuyen arterias, venas,
desciende el maxilar inferior: se descubren en­ linfáticos y nervios que penetran por unos orifi­
tonces, en su interior, bordeados por los labios, cios que horadan el vértice de la raíz.
una serie de órganos: encías, dientes, lengua, Inmediatamente detrás de la boca se halla la
bóveda palatina o paladar, velo del paladar, faringe (fig. 5), segunda porción del tubo diges­
úvula, unos repliegues llamados pilares, amíg­ tivo, que consiste en un conducto musculo-
dalas e istmo de las fauces. membranoso, parecido a un embudo, abierto
El paladar, o techo de la boca, se compone de por delante, y cuyo techo corresponde al occi­
paladar duro y paladar blando, o velo del pala­ pital. Por su parte anterior y superior comunica
dar. Este, de naturaleza fibromuscular, movible con las fosas nasales y la boca; su extremo in­
y contráctil, presenta en la parte media de su ferior desemboca por delante en el conducto
borde libre la úvula o campanilla y se continúa respiratorio y por su región posterior continúa
lateralmente, a cada lado, con los dos pilares, la vía digestiva al prolongarse con el esófago.
anterior y posterior, entre los cuales se alojan Éste, anatómicamente está constituido por un
las amígdalas, órganos linfoideos en forma de armazón fibroso envuelto por una capa mus­
almendra. Los dos pilares anteriores foman un cular de diez músculos, de los cuales unos ac­
arco que circunscribe el istmo de las fauces, túan como constrictores, y otros como eleva­
orificio que comunica con la faringe. Las encí­ dores. Algunos de ellos se insertan en el hueso
as son los bordes alveolares, recubiertos por la hioides y en los cartílagos laríngeos, por cuya
mucosa bucal. razón su desplazamiento, especialmente el as­
En el suelo de la boca hay la lengua, órgano censo o descenso durante la deglución, conlle­
musculoso, cubierto por una mucosa, que inter­ va el de la laringe.
viene en la masticación, deglución y locución. Atendiendo a su funcionamiento, la faringe se
En ella reside además, el sentido del gusto. ha de considerar como un conducto mixto,
Los dientes (fig. 3), elementos duros de color destinado al paso del bolo alimenticio por un
blanco brillante, están implantados en los alvé­ lado y del aire para la respiración, por el otro;
olos de los maxilares. El número de dientes va­ constituye, por tanto, una encrucijada en don­
ría con la edad: hasta los siete u ocho años lle­ de se entrecruzan la vía digestiva y la respirato­
gan a 20 (10 para cada mandíbula): son los ria (fig. 6).
dientes de la primera dentición o dientes de le­ En el acto de la deglución, el bolo alimenticio,
che. En el adulto su número asciende a 32 (16 al comprimirlo la lengua contra el paladar, se
para cada mandíbula): son los dientes perma­ desliza por las fauces; para evitar su desviación
nentes, o de la segunda dentición. Todos ellos hacia las fosas nasales, la elevación del velo
poseen (fig. 4): corona o cuerpo, parte que so­ del paladar ocluye la parte posterior de éstas.
bresale del alvéolo; raíz, parte implantada en El bolo es dirigido hacia abajo y para impedir
el alvéolo, y cuello, que separa la corona de la que se desvíe hacia el conducto aéreo se efec­
raíz. Aparte de estos caracteres comunes, exis­ túa el retroceso de la lengua y el descenso de
ten otros particulares que los diferencian entre la epiglotis, que cierra la laringe.

ATLAS DE AN ATO M ÍA (humana)


42
El tubo di gesti uo (I).
Boca, f ar inge

Labio superior

Glándula
salival

Boca. Caninos

Faringe
Bóveda
palatina

Esófago

Hígado

Intestino Fig. 2.- Boca y órganos que aloja.


grueso

Premolares

Intestino
delgado Fig. 3.- Bóveda palatina ósea:
Esmalte
arcos dentarios y dientes.
Marfil
Cavidad central
Ano
Fig. 1.- El aparato digestivo. Cuello
Periostio
alveolar Raíz

Vasos

Fig. 4.- Corte longitudinal


de un diente.

Bolo alimenticio.

la faringe

Ep'tglotis

Laringe

Fig. 5.- Faringe Fig. 6.- La deglución: confluencia de las vías


respiratoria y digestiva.

EL APARATO D IG ESTIV O
43
El a p a r a t o di gest iuo

ESÓFAGO. ESTÓMAGO. INTESTINO (gran epiplón). El extremo terminal del yeyu­


DELGADO noíleon, situado en la fosa ilíaca derecha, se
abre perpendlcularmente en el ciego.
El esófago (figura 1A) es como un conducto El estómago y el Intestino delgado dejan de
musculomembranoso de 24 a 28 cm de longi­ ser exclusivamente conductos de tránsito pa­
tud, cuyo extremo superior es continuación de ra ser, además, órganos especialmente dedi­
la faringe y el inferior desemboca en el estó­ cados a actuar mecánica y químicamente so­
mago por medio de un orificio, llamado car­ bre la masa alimenticia. La acción mecánica
dias. Consta de la porción cervical, ubicada estriba en producir ondas contráctiles anula­
en la parte inferior del cuello; la porción me­ res que avanzan hacia el píloro y hacen pro­
dia o torácica, que recorre el tórax de arriba gresar el contenido alimenticio (movimientos
abajo; la porción diafragmática, la cual atra­ peristálticos). La acción química consiste en
viesa el músculo diafragma, y la porción ab­ la secreción del jugo gástrico, que actúa se­
dominal, que ocupa un corto espacio del ab­ lectivamente sobre los alimentos y los con­
domen. Sigue regularmente todas las inflexio­ vierte en qulmo. Tal acción, muy importante
nes de la columna vertebral y tiene forma ci­ en el estómago, no deja de serlo en el intesti­
lindrica, aplanada, con estrechamientos y seg­ no delgado, donde los alimentos experimen­
mentos ensanchados, éstos, sobre todo, en la tan además la acción mecánica de los movi­
parte inferior. mientos peristálticos y la acción química de
El estómago (fig. 1 B), órgano sacciforme, no es los jugos secretados por las propias paredes
un simple conducto de paso, como la faringe intestinales o por glándulas vecinas. Por ello
y el esófago, sino uno mucho más complejo, interesa conocer la estructura íntima del estó­
que retiene los alimentos, sobre los que actúa mago y la del intestino delgado.
mecánica y químicamente. Su imagen radioló­ Constitución anatómica (fig. 2). El estómago
gica recuerda la de una J, y en ella se destacan está constituido por cuatro túnicas superpues­
estas partes: cuerpo, formado por la unión de tas: túnica serosa, dependencia del peritoneo,
la pared anterior con la posterior; bordes, de­ túnica muscular, que comprende una capa de
recho e izquierdo, llamados también pequeña fibras longitudinales, otra de fibras circulares y
y gran curvadura, y las extremidades (grande y una tercera de fibras en s; túnica submucosa,
pequeña tuberosidad) que corresponden, la o celular, formada por fascículos conjuntivos
superior al orificio de entrada o cardias, que por los cuales discurren vasos y nervios; túni­
ya se ha indicado comunica con el esófago, y ca mucosa, que tapiza la superficie interna del
la inferior al dé salida, píloro, que se abre en estómago y se dispone en repliegues ondula­
el duodeno, y está provisto de una válvula y dos (fig. 3), paralelos al eje mayor del órgano;
de un esfínter. en el espesor de esta túnica se hallan las glán­
El intestino delgado (fig. 1C) es también un dulas gástricas, de las que existen dos tipos:
conducto musculomembranoso, cilindrico, fúndicas y pilórícas (fig. 4), a las cuales corres­
que se extiende desde el estómago al intestino ponde la secreción del moco lubrificante y del
grueso y puede medir hasta siete metros. Se jugo gástrico (pepsina y ácido clorhídrico),
divide en dos partes: duodeno y yeyunoíleon. que actúan sobre los alimentos.
El duodeno (fig. 1D) (llamado así porque mide El Intestino delgado (fig. 5), seccionado a lo
unos 12 traveses de dedo), es la porción ini­ largo, muestra macroscópicamente repliegues
cial del intestino delgado, en donde desembo­ y orificios de las glándulas. En cuanto a su
ca el estómago, en forma de C, en cuya con­ constitución microscópica (fig. 6), se compone
cavidad se aloja la cabeza del páncreas. de las mismas túnicas que el estómago. En la
El yeyunoíleon (fig. 1E) va desde el duodeno al túnica mucosa se hallan glándulas especiales
intestino grueso. Ocupa la mayor parte del ab­ que segregan el jugo intestinal (glánulas de
domen Inferior, a cuya pared posterior está ad­ Lieberküh).
herido por un repliegue del peritoneo (mesen- Elemento característico del intestino delgado
terio) que le permite ejecutar amplios movi­ es la vellosidad intestinal (fig. 7), pequeños
mientos: al abrir el abdomen se aprecian las apéndices que interiormente contienen una
circunvoluciones o asas del yeyunoíleon, a red capilar dispuesta alrededor de un vaso lin­
cuya gran movilidad se deben sus cambios de fático o quilífero, que es el origen de los linfá­
forma y orientación. Por su parte anterior se ticos intestinales, y que externamente está re­
halla cubierto por un gran repliegue peritoneal vestida por un epitelio.

ATLAS DE AN ATO M ÍA (humana)


44
El tubo di gesti uo ( II ).
Es óf ago, e st ó m a g o , i n t es ti n o delgado (o gegunoíleon)

Glándulas gástr
Muscula
mucosa
Mucosa

Submucosa
M uscular

Fig. 2.- Fragmento de estómago


con sus túnicas

Pliegues de la
mucosa gástrica

Esófago

Fig. 3.- Estómago, corte longitudinal

Fondo

Tuberosidad
mayor

Cardias

Estómago

Curvatura
Curvatura menor
'mayor
Gástrica Pilórica
Fig. 4.- Glándulas gástricas. Fig. 5.- Intestino delgado,
Duoder Píloro
abierto longitudinalmente.

.Tuberosidad
menor
Vellosidad int.

Pliegues de fa m.

Mucos;
Intestino delgado o yeyunoíleon

Muscular.

Fig. 6.- Corte longitudinal


del intestino delgado:
capas que lo forman. "

Capilares
V. linfático sanguíneos

Glándula
intestinal

Muscular
serosa

Fig. 1.- El tubo digestivo: esófago, estómago, intestino delgado. Fig. 7.- Vellosidades intestinales:
representación esquemática.

EL APARATO D IG ESTIV O
45
El a p a r a t o di gesti uo

INTESTINO GRUESO (CIEGO, COLON, dencias intestinales que se atrofian durante el


RECTO) período fetal.
En el interior del ciego se distinguen entre tas
El segmento terminal del tubo digestivo alcanza cavidades amputares y los pliegues falciformes,
hasta 7 cm de diámetro (intestino delgado, 25- la apertura del conducto apendiculary, por en­
30 mm); su longitud llega hasta 1,40 a 1,70 m. cima, la válvula fleocecal, elevación ovalada,
El intestino grueso aparece como un conducto que consta de un pliegue superior y otro infe­
de considerable grosor (fig, 1), que constituye rior entre los cuales se abre una hendidura a
un marco dentro del cual se halla el paquete modo de ojal: esta válvula regula el paso de
intestinal. Se origina en la fosa ilíaca derecha, materias sólidas, líquidas y gaseosas del intesti­
desde donde asciende verticalmente y se intro­ no delgado al grueso, al tiempo que impide su
duce debajo del hígado, para dirigirse enton­ retorno.
ces, transversalmente, hacia la izquierda y lle­ El colon. Sus cambios de dirección dan nom­
gar a la zona inferior del bazo; y a partir de bre a sus tramos: colon ascendente, continua­
aquí desciende hasta ocupar la fosa ilíaca iz­ ción del ciego, que termina debajo del hígado
quierda, que recorre oblicuamente para intro­ (codo hepático) y se prolonga con el colon
ducirse en la pequeña pelvis, en cuyo interior, transverso, el cual se dirige transversalmente
adosado al sacro, termina abriéndose al exte­ hacia la parte inferior del bazo, en cuyo punto
rior en la reglón perineal. El intestino grueso se tuerce en ángulo recto (codo esplénico) para
considera formado por tres partes o porciones: continuarse con el colon descendente, que se
ciego, la más corta; colon en el centro, la más dirige hacia abajo y se prolonga con el colon
larga, y recto, que termina en el orificio anal. ileopélvico (fig. 4), también llamado colon ilía­
Externamente presenta tres elementos anatómi­ co, S ilíaca del colon o asa sigmoidea. El tra­
cos característicos: abolladuras, con los surcos yecto de este último segmento, a diferencia de
que las limitan, apéndices epiploicos y fajas o sus precedentes, no es rectilíneo sino flexuoso;
cintas longitudinales. ocupa en su origen la fosa ilíaca izquierda y,
Las fajas son cintas de 1 cm de ancho, en nú­ después de formar un asa de concavidad supe­
mero de tres, que nacen formando una T inver­ rior, se introduce en la pequeña pelvis para
tida en la parte posterior del ciego, para dirigir­ continuarse con el recto.
se hacia arriba: una pasa a ser anterior, y las El recto. Su denominación se debe a que su
otras dos, laterales, para desaparecer en la par­ trayecto deja de ser flexuoso para hacerse más
te final del colon descendente. Las abolladuras rectilíneo. Mide de 12 a 14 cm y está aplicado
o haustros son eminencias redondeadas o se­ a la columna sacrococcígea, a la cual rebasa
paradas por surcos transversales, muy desarro­ en su parte inferior (ampolla rectal). Carece de
lladas en el ciego y colon; el recto carece de abolladuras, pero ostenta unos surcos transver­
ellas. Los apéndices epiploicos son prolonga­ sales que Interiormente corresponden a tres
ciones adiposas peritoneales con un pedículo pliegues (válvulas rectales, que a pesar de su
adherido al borde de la cinta. Internamente, el nombre no se pueden considerar como tales).
intestino grueso ofrece unas formaciones am­ Hacia su parte interior hay unos repliegues ver­
putares separadas por pliegues falciformes (fig. ticales, las válvulas semilunares, que limitan
2), orientados en sentido perpendicular al eje, unos nichos curvados de concavidad superior,
que corresponden respectivamente a las abo­ dispuestas en círculo. El recto se abre al exte­
lladuras y a los surcos externos. rior en la región perineal posterior, delante del
El ciego (fig. 3) es la parte del intestino grueso coxis, por el orificio anal.
que, como un fondo de saco, está situado por Constitución anatómica (fig. 5). El intestino
debajo de la desembocadura del yeyunoíleon, grueso se compone de cuatro túnicas concén­
que lo aborda en ángulo recto. Descansa sobre tricas: túnica serosa, dependencia peritoneal;
la fosa ilíaca derecha y presenta muy desarro­ túnica muscular, con fibras longitudinales y cir­
lladas tas abolladuras. En la Intersección de las culares; túnica submucosa y túnica mucosa.
fajas musculares nace el apéndice vermicular, En el apéndice tiene especial Importancia la
cilindroide y flexuoso, con una cavidad central estructura linfoidea, compuesta de folículos ce­
muy estrecha, recubierta por una mucosa muy rrados que alcanzan su máximo desarrollo du­
rica en tejido linfoide. Es un resto de depen­ rante la juventud (fig. 6).

ATLAS DE AN ATO M ÍA (humana)


46
El tubo di gesti uo ( I I I ) .
I n t e s t i n o grues o (ciego, colon, rect o)

Colon transverso

Fajas o cintas

Pliegues
falciformes

Fig. 2.- Ángulo colicohepático:


configuración interna.

Abolladura

Colon ileopélvico

Fig. 5.- Corte histológico del colon.


Fig. 1.- El tubo digestivo: intestino grueso.

Válvula ileocecal

Colon
Porción terminal del ileopélvico Fig. 6.- Corte
intestino delgado
histológico del
apéndice cecal

Fig. 3.- Sección del ciego.

Fig. 4.- Colon ileopélvico y


recto seccionados.

EL APARATO D IG ESTIV O
47
El a p a r a t o di gesti uo

ANEJOS AL TUBO DIGESTIVO se drena a través de venas (suprahepáticas), las


cuales, a su vez, desaguan en la vena cava in­
Forman parte del aparato digestivo unos órga­ ferior. Los capilares biliares forman conducti-
nos glandulares, dispuestos en distintos puntos llos a los que siguen conductos ¡ntrahepáticos,
de su trayecto, en los cuales desembocan sus y éstos finalmente terminan en dos ramas, los
canales excretores, por los que vierten los lí­ conductos biliares derecho e izquierdo, que
quidos que complementan la acción de los ex­ emergen del hígado.
cretados en ciertos tramos por el propio tubo Aparato excretor de la bilis (fig. 3). De la unión
digestivo (estómago, intestino delgado). Estas de los conductos biliares derecho e izquierdo
glándulas anejas son las salivales, el hígado y nace el conducto hepático. La vesícula biliares
el páncreas. un receptáculo membranoso, piriforme, situa­
Glándulas salivales (fig. 1). Las más volumino­ do en la casa inferior del hígado, por debajo de
sas forman tres grupos de dos pares cada uno: cuyo borde anterior asoma su extremidad más
parótidas, submaxilares y sublinguales. La pa­ voluminosa (fondo); el resto del cuerpo se con­
rótida es la mayor; se alberga en el espacio tinúa con el cuello, y éste, a su vez, se prolon­
comprendido entre el arco cigomático y el án­ ga con el conducto cístico, el cual se une al
gulo del maxilar inferior, muy próxima al con­ conducto hepático para formar el colédoco,
ducto auditivo externo. Unos canalículos reco­ continuación, a la vez, del hepático y del císti­
gen la saliva secretada y la vierten en un gran co; y que es el último tramo de las vías biliares;
conducto (de Stenon), que discurre bajo la mu­ sigue una dirección descendente y desemboca
cosa bucal de la mejilla y se abre detrás del se­ en la tercera porción del duodeno (ampolla de
gundo molar. La glándula submaxilar ocupa la Vater).
región suprahioidea, entre el maxilar inferior y El hígado es un órgano muy vascular, que reci­
el hioides; los canales colectores convergen en be grandes vasos (arteria hepática, vena porta)
un sólo conducto (de Warton), que se abre a y emite otros (venas suprahepáticas) que termi­
cada lado del frenillo de la lengua. La glándula nan en la vena cava inferior. Entre las funcio­
sublingual está en el suelo de la boca, a nivel nes que realiza, son muy importantes la pro­
de la punta de la lengua; el conducto excretor ducción de bilis (necesaria para la digestión de
desemboca muy cerca del de la submaxilar. las grasas), el almacenamiento del glucógeno y
El hígado (fig. 2). Es un órgano voluminoso, li­ su transformación en glucosa. Interviene ade­
so, que ocupa la totalidad del hipocondrio de­ más en los siguientes procesos: síntesis de las
recho, parte del epigastrio y llega al hipocon­ proteínas, metabolismo intermediario, coagula­
drio izquierdo: es la glándula de mayor volu­ ción sanguínea, reserva de vitaminas y desinto­
men del cuerpo. En él se distinguen la cara dia- xicación sanguínea.
fragmática y la cara visceral. La primera, con­ El páncreas (fig. 4) es una glándula alargada
vexa y lisa, se adapta a la cara cóncava del que aloja su extremidad derecha en el asa duo­
diafragma y está dividida por un ligamento denal y extiende su extremidad izquierda por
(suspensorio) en dos lóbulos, derecho, grande, detrás del estómago, hasta el bázo. Es, a la vez,
e izquierdo, mucho más pequeño. La cara vis­ una glándula de secreción externa (exocrina) e
ceral es cóncava y hendida por tres surcos que interna (endocrina). Su porción exocrina está
dibujan una H; el transversal es el hilio del hí­ formada por células glandulares cuya secre­
gado y por él pasan venas, arterias y conductos ción (jugo pancreático) se vierte én canalículos
biliares. Toda la viscera está envuelta por una que desembocan en un largo conducto (de
cápsula fibrosa (cápsula de Glisson), que por Wirsung), el cual se bifurca antes de emerger
su parte adherente envía tabiques conjuntivos del páncreas, dando un conducto accesorio;
al interior. una vez libre, se une al colédoco, y ambos
Constitución anatómica. Las láminas conjunti­ perforan el duodeno y se abren en una peque­
vas, muy tenues, procedentes de la cápsula de ña cavidad (ampolla de Vater). El jugo pancreá­
Glisson, limitan espacios ovalados, los lobuli- tico contiene enzimas que actúan sobre las
llos hepáticos, que representan la unidad es­ proteínas, grasas e hidrocarbonados.
tructural del hígado. En el lobulillo hepático se Como glándula endocrina, el páncreas se com­
reúnen, formando una complicada estructura, pone de los llamados islotes de Langerhans
células hepáticas, vasos sanguíneos y capilares (fig. 5), formados por cordones celulares y ca­
biliares, en los cuales las células hepáticas, ela- pilares sanguíneos, en los cuales las células
boradoras de la bilis, vierten su secreción. Las descargan una importante hormona, la insuli­
células reciben sangre arterial (de la arteria he­ na, necesaria para llevar a cabo el metabolis­
pática) y sangre venosa (de la vena porta), que mo de los hidratos de carbono.

ATLAS DE AN ATO M ÍA (humana)


48
ñ n e j o s del tubo di gestíuo
(glándulas s a l í u a r e s , hígado, p á n c r e a s )

G lándula parótida

Glándula sublingual
Glándula submaxilar

Fig. 1.- Glándulas salivales.

Lóbulo Ligamento Lóbulo


derecho coronario izquierdo

Conducto
hepático

Colédoco

Estómago

Vesícula biliar

Páncreas
Fig. 2.- Hígado.

Duodeno

Fig. 3.- Desembocadura de las vías biliar y


pancreática en el duodeno.

Cuerpo

Islotes de
Langerhans

Fig. 4.- Páncreas. Fig. 5.- Corte histológico del páncreas.

EL APARATO D IG ESTIV O
49
El aparato
urogenital

ÓRGANOS URINARIOS completo (fig. 1 C), se observa su disposición


general, desde su origen en el corpúsculo de
El aparato urinario consta de dos partes, la se­ Malpighi hasta su terminación en un orificio de
cretora (riñones) y la excretora (cálices, pelvis la papila.
renal, uréteres, vejiga urinaria y uretra). Los ór­ Aparato excreto r d el riñón. Empieza con
ganos pares de este conjunto se hallan situados unos pequeños colectores, los cálices, cuya
en la región lumbar, a cada lado de la columna abertura superior abraza el contorno de la
vertebral, y entre ambos discurren los grandes papila y la inferior se une a la pelvis renal, en
vasos abdominales, la vena cava inferior a la la que desemboca; reservorio membranoso
derecha y la aorta a la izquierda. La vejiga y la semejante a un embudo, cuyo cuello se con­
uretra se alojan en la pelvis. tinúa con el uréter, tubo membranoso que se
Los riñones (fig. 1 A). En número de dos, tienen extiende hasta la vejiga, a la que aborda por
forma de habichuela; su borde cóncavo es, en su parte posteroinferior. La vejiga urinaria
su parte media, una hendidura que conduce a (fig. 2), receptáculo musculomembranoso, re­
una cavidad, el seno del riñón o hilio. Externa­ cibe la orina y la retiene hasta el momento
mente es terso y liso; su extremidad superior o de la micción. Está situada en la cavidad pél­
polo renal sostiene un órgano totalmente ajeno vica y descansa en el pubis. Su capacidad es
a la función renal, la glándula o cápsula supra­ de 250 g. Exteriormente presenta paredes li­
rrenal. Forman el riñón una cubierta fibrosa, el sas; en su parte posterior se encuentra la de­
tejido propio y un tejido de relleno sostén, el sembocadura de los uréteres. En el hombre
estroma conjuntivo. En un corte de riñón se se relaciona especialmente con las vesículas
distinguen dos sustancias distintas: una central seminales y con la próstata, que pertenecen
o medular, de color rojo, y otra periférica o al aparato reproductor. Internamente, sus pa­
cortical, más pálida. La medular está constitui­ redes tienen aspecto areolar; y en su parte in­
da por espacios a los que el corte confiere as­ ferior hay los orificios de la desembocadura
pecto triangular, las pirámides de Malpighi, cu­ de los uréteres y en el centro, el orificio pos­
yo vértice truncado se dirige hacia el seno del terior de la uretra conducto fibromuscular;
riñón, en donde asoma como un mamelón o como permite el paso de la orina desde la
papila; su cúspide (área cribosa) presenta unos vejiga al exterior; en el hombre, además, da
poros, que son los orificios terminales de los paso al líquido seminal. Hay que diferenciar
tubos uriníferos rectos, los cuales forman la es­ la uretra masculina, conducto urogenital, de
tructura interna de la pirámide de Malpighi. De la femenina, exclusivamente urinario: la ure­
la sustancia cortical, una parte se dispone co­ tra masculina mide 20 cm, nace en el cuello
mo pequeñas pirámides (de Ferrein), cuya base de la vejiga, atraviesa la próstata y el diafrag­
descansa en la pirámide de Malphighi y con­ ma pélvico, ingresa en el pene y termina
tiene prolongaciones de los tubos uriníferos (meato) en el glande. La uretra femenina mi­
rectos, procedentes de aquélla; otra parte de la de 4 cm, se origina en el cuello vesical, atra­
sustancia cortical (laberinto) se interpone entre viesa el diafragma pélvico y se abre (meato)
cada dos de estas pequeñas pirámides y en ella en el vestíbulo entre el clítoris y el orificio
se aloja un apelotonamiento de tubos urinífe­ vaginal. En la parte superior de ambas ure­
ros contorneados, entre los que se distinguen tras, próximo al cuello vesical, se halla el es­
unas granulaciones, los corpúsculos de Mal­ fínter liso de la uretra; por fuera de éste existe
pighi. La sustancia cortical se extiende hasta el el esfínter estriado. El primero ocluye el orifi­
seno renal, en donde aparece entre papila y cio que establece comunicación entre vejiga
papila (columnas de Bertin). y uretra y favorece la acumulación- de orina;
El corpúsculo de Malpighi (fig. 1 B) está forma­ el segundo cierra la uretra posterior y prolon­
do por una cubierta (cápsula de Bowman) que ga la resistencia a la micción más allá de la
aloja un ovillo vascular (glomérulo). La cápsu­ acción del esfínter liso.
la, esférica, tiene un polo vascular y uno urina­ El riñón, por ser el principal aparato de la de­
rio. El glomérulo es un ovillo de capilares cuyo puración sanguínea, está ricamente vasculari-
extremo aferente procede de una arteriola que zado por la arteria renal, de cuyas ramificacio­
penetra por el polo vascular; el extremo eferen­ nes terminales proceden las arteriolas aferentes
te emerge por el mismo polo, y acaba por unir­ de los glomérulos; de la capilarización reticu­
se a una red capilar. lar consecutiva nacen las venas que, engrosán­
En el esquema, muestra de un tubo urinífero dose progresivamente, forman la vena renal.

ATLAS DE AN ATO M ÍA (humana)


50
Los ór ga nos
ur i na ri os

Cápsula suprarrenal

Pirámide

Papila
C áliz

S. cortical
S. medular

Arteriolas

Riñón izquierdo seccionado


Riñón derecho
Aorta
Cava inferior
Uréter izquierdo
Uréter derecho

Fig. 1 A.- Los riñones y sus conductos excretores.


(Pelvis renal y porción inicial de los uréteres).
Capilares
glomeru lares

Cápsula de
Bowman

Fig. 1 B.- Corpúsculo


de Malpighi.

Glomérulo

Fig.-1 C.- Nefrona

EL APARATO U R O G EN ITA L
51
* El a p a r a t o ur oge ni tal

ÓRGANOS GENITALES MASCULINOS Pene. Órgano masculino de la cópula, se


considera en él un cuerpo que por su extre­
Se componen de estas partes: órgano glandu­ midad posterior (raíz) se halla inserto en las
lar, vías genitales, glándulas anejas y órgano ramas pubianas. La porción libre, recubierta
copulador. Atendiendo a su funcionalismo, por. la piel, termina por su extremidad ante­
es decir, a la producción, almacenamiento, rior en una eminencia conoide, el glande, en
conducción y expulsión de los productos se­ cuyo vértice se abre el meato urinario. Alre­
xuales que elabora, podría decirse que el dedor del glande se dispone un repliegue te­
aparato reproductor masculino se inicia en el gumentario, el prepucio.
exterior, se introduce en la cavidad pélvica y Constitución anatómica. Intervienen en su
se hace otra vez externo (figura 1 y 2). De es­ constitución las formaciones eréctiles y las
te modo pueden describirse como porción cubiertas. Pertenecen al primer grupo los
externa los testículos y parte de las vías que cuerpos cavernosos y el cuerpo esponjoso.
en ellos se inician; el conducto deferente, Los primeros son cilindricos, adosados entre
que luego se hace interno, las vesículas semi­ sí como los cañones de un fusil; por detrás se
nales, los conductos eyaculadores y la uretra, separan y adhieren firmemente a las ramas is-
cuya porción terminal se proyecta al exterior quiopubianas (raíz del pene); por delante se
envuelta por formaciones eréctiles y tegu­ introducen bajo el glande. El cuerpo espon­
mentarias, que forman el pene debajo del joso, impar, se sitúa entre ambos cavernosos;
cual se halla la bolsa que contiene los testí­ por delante forma el glande y por detrás se
culos. Como órganos complementarios hay engruesa (bulbo), alojándose entre las porcio­
que añadir las glándulas anexas, la próstata y nes posteriores de aquéllos (raíz del pene).
las glándulas de Cowper. En casi toda su extensión está atravesado por
Testículos. Son las glándulas distintivas del la uretra. Los cuerpos cavernosos y el espon­
aparato sexual masculino. El testículo mide joso están revestidos por una envoltura resis­
de 40 a 45 mm de longitud; tiene la forma de tente (albugínea), de cuya parte interna se
un ovoide, y en su parte posterior presenta desprenden numerosos tabiques que se en­
un cuerpo alargado, el epidídimo, que se le trecruzan y originan pequeñas celdas llama­
adosa estrechamente desde su polo superior das areolas. La habilitación del pene para su
(cabeza) al polo inferior (cola). cometido sexual (erección) está determinada
Constitución anatómica. Están constituidos mecánicamente, primero, por la afluencia de
por una cubierta fibrosa (albugínea), de la sangre arterial, y, después, por su estanca­
que se desprenden llaminillas que tabican la miento en las areolas por el efecto secunda­
masa interna o núcleo central, pulpa semi­ rio de la compresión de las venas, que obsta­
fluida de conductlllos muy finos (conducti- culiza el drenaje, a través de éstas, de la san­
llos seminíferos), cuya luz se halla tapizada gre acumulada en las areolas. El pene tiene
por el epitelio productor de los espermato­ unas cubiertas concéntricas, de las que algu­
zoides. A esta porción generadora del con- nas son continuación de las cubiertas testicu-
ductillo siguen los secretores, que desembo­ lares, las cuales, exterlormente, forman una
can en el interior del epidídimo, en un colec­ sola bolsa, pero que un tabique interno sub-
tor común, el conducto epididimario, que se divide en dos: la cubierta más externa, es de­
inicia en la cabeza y termina en la cola, de la cir, la piel, se llama escroto.
que emerge constituyendo el conducto defe­ Glándulas anexas. La próstata. Es un órgano
rente; a este nivel se le reúnen dos haces de glandular, impar y medio situado bajo la veji­
vasos, nervios y linfáticos, con los que forma ga urinaria y atravesado por la uretra. Tiene
un solo paquete que, envuelto en una cubier­ forma conoidea; la base se adosa a la de la
ta fibrosa, recibe el nombre de cordón esper- vejiga urinaria y el vértice se prolonga con la
mátlco, el cual atraviesa el conducto ingui­ uretra. El corte transversal muestra una cu­
nal, se introduce en la cavidad pelviana y bierta externa, tabiques radiados que conver­
allí, disociándose de sus acompañantes, des­ gen hacia un núcleo central, y que delimitan
cribe una curva para llegar a la cara posterior espacios en los que se acumulan los elemen­
de la vejiga; en este punto recibe el cuello de tos glandulares, cuyos conductos desembo­
la vesícula seminal, sacos membranosos o re­ can en la uretra prostática. El núcleo central
servónos aplicados a la pared vesical. De la está atravesado por los conductos eyaculado-
unión del conducto deferente y el cuello de res y por la uretra. Las glándulas de Cowper,
la vesícula nace el canal eyaculador, que pe­ pares, del tamaño de un guisante, se locali­
netra en el espesor de la próstata y se abre en zan detrás del bulbo de la uretra, en la que
la uretra prostática. se abre su conducto excretor.

ATLAS DE AN ATO M ÍA (humana)


52
Los ór ga no s
g e n i t a l e s m as c u l i n o s

Vesícula
seminal

Vejiga

Corte histológico del Epitelio germinal


testículo

Uretra

Conducto deferente Bulbo


uretral
Próstata
Pene
Cuerpos cavernosos

Epidfdimo Cuerpo esponjoso


de la uretra

Testículo
Glande

Escroto

Fig. 1.- Representación frontal.

Vesícula
seminal

Conducto
eyaculador
Uretra
Recto
Cuerpos
cavernosos Bulbo
uretral
Pene
Ano
deferente

Glande
Epidfdimo

Testículo

Fig. 2.- Sección sagital media.

FL APARATO U R O G EN ITA L
53
El a p a r a t o ur oge ni tal

ÓRGANOS GENITALES FEMENINOS otra inferior que se prolonga con el cuello


(cérvix), alrededor del cual se inserta al orifi­
Los genitales internos femeninos constan de cio superior de la vagina.
estos órganos: ovarios, trompas uterinas (for­ Interiormente el útero presenta una cavidad,
maciones pares), útero y vagina (formaciones amplia en el fondo (en donde se hallan los
impares); los externos se designan con el orificios de la desembocadura de las trom­
nombre de vulva. Los ovarios, trompas y úte­ pas), más estrecha hacia el istmo, en donde
ro se hallan en la cavidad pélvica; la vagina se sitúa el orificio inferior del cuello.
está situada en parte de aquélla y en parte Constitución anatómica. Tiene el útero tres
del periné, y la vulva, por delante y debajo túnicas: dependencia del peritoneo; muscu­
del pubis (fig. 1 y 2). lar, constituida por fibras lisas (músculo uteri­
Ovario. Los ovarios son los órganos esencia­ no), dispuestas en tres capas de fibras longi­
les del aparato sexual femenino. De forma tudinales, transversales y entrecruzadas (capa
comparable a una almendra, su longitud es plexiforme) y, finalmente, la mucosa (endo-
de 4 cm. La extremidad externa está cubierta metrio), que reviste toda la superficie interna
por la trompa uterina; la interna, unida al del órgano.
útero por un ligamento. Ligamentos del útero. Se dividen en laterales,
Constitución anatómica. El ovario está for­ anteriores y posteriores. Los primeros están
mado por la sustancia medular, integrada formados por hojas perifonéales, que cubren
por vasos, fibras conjuntivas y musculares el útero por sus dos caras y al llegar a cada
y la sustancia cortical, que envuelve com­ uno de sus bordes se sueldan y forman sen­
pletamente la medular. En aquélla se en­ dos tabiques (ligamentos anchos, derecho e
cuentran los elementos esenciales del ova­ izquierdo) que van a insertarse en las paredes
rio, los folículos de Graaf, en diversos esta­ laterales de la pelvis. Los ligamentos anterio­
dios de desarrollo, que contienen el óvulo. res son dos cordones fibrosos (ligamentos re­
Por encima de la sustancia cortical se ex­ dondos derecho e izquierdo) que, desde la
tiende una capa ep itelial. Además, en el parte superior y lateral del útero, y bajo los
ovario existen células especializadas en la ligamentos anchos, describen una curva, pe­
producción de hormonas sexuales (glándu­ netran por su orificio interno en el conducto
la intersticial). inguinal respectivo y, al salir, se desflecan en
La trompa uterina o de Falopio, se compone unos filamentos que se pierden bajo los tegu-
de dos conductos extendidos transversalmen­ menos del pubis.
te, desde la extremidad externa del ovario La vagina. Es un conducto cilindrico muscu-
hasta la parte superior del útero. Mide de 10 lomembranoso muy extensible; su orificio su­
a 12 cm. El extremo externo, que correspon­ perior abraza el cuello uterino y el inferior se
de al ovario, adopta la forma de un embudo abre en la vulva. Su dirección es oblicua de
incurvado, y la circunferencia de su abertura arriba abajo y de atrás adelante, y el recto,
aparece festoneada por unas franjas dentella­ por detrás; su superficie interna está surcada
das con aspecto de corola, en cuyo centro se por pliegues transversales.
sitúa un orificio (orificio abdominal) que se Organos genitales externos. Su conjunto reci­
abre, cerca del ovario, en plena cavidad peri- be el nombre de vulva. Forman parte de ella,
toneal; la franja más larga se adhiere como li­ externamente, los labios mayores, pliegues
gamento al ovario. Al pabellón le sigue el tegumentarios prolongados, dirigidos de ade­
cuerpo de la trompa, que se estrecha progre­ lante atrás, la conjunción de los cuales deli­
sivamente hasta llegar al útero, cuya pared mita una hendidura alargada. Si se separan
atraviesa para desembocar en su interior (ori­ los labios mayores quedan al descubierto los
ficio uterino). Internamente presenta unos labios menores, pliegues cutáneos más pe­
pliegues longitudinales que se extienden en­ queños que, a su vez, cubren un espacio
tre ambos orificios. (vestíbulo) en el que desembocan la uretra y
El útero o matriz es un órgano muscular, hue­ la vagina. En el vértice del vestíbulo se sitúa
co, periforme, aplanado de delante atrás, con un órgano medio, eréctil, el clítoris, com­
el polo más abultado dirigido hacia arriba. puesto por dos pequeños cuerpos cavernosos
Ocupa la parte media de la cavidad pélvica, fijados por su parte posterior a las ramas ¡s-
entre la vejiga y el recto, y su dirección es quiopubianas. Bajo los labios menores existe
oblicua de arriba abajo y de delante atrás; ló otra formación eréctil (bulbos vaginales).
forman un cuerpo y un cuello, separados por Glándulas anexas, uretrales y vulvo vagina­
un estrechamiento (istmo). El cuerpo tiene les. Vierten secreciones lubrificantes en los
una extremidad superior (fondo del útero) y tramos respectivos.

ATLAS DE AN ATO M IA (humana)


54
Los ór ganos
genitales femeninos

Trompa de
Falopio
Ovario

Pabellón de
la trdmpa

Cavidad uterina

Vejiga urinaria

Ligamento ancho

Ligamento redondo

Clítoris Labio mayor

O rificio uretral

O rificio vaginal

Trompa de Falopio
Ovario
Útero

Vejiga urinaria

Vagina

Uretra

Clítoris

O rificio uretral

Labio menor

O rificio vaginal

Labio

Corte histológico del ovario


Fig. 2.- Sección sagital media.

EL APARATO U RO G EN ITA L
55
El peritoneo

MEMBRANAS SEROSAS rior del abdomen. Los repliegues perifonéa­


les extendidos entre la cavidad y órganos
Las serosas son sacos cerrados compuestos que no pertenecen al tubo digestivo se lla­
de dos paredes, entre las cuales queda una man ligamentos (duodenohepático, falcifor-
cavidad virtual ocupada por un líquido lu­ me, e tc .); los pliegues peritoneales que
brificante. Su misión al deslizarse una pa­ unen una viscera con otra, epiplones (epi-
red sobre otra, es la de suavizar el frota­ plones gastrohepático, gastroesplénico,
miento de las superficies de los órganos etc.). Un gran espacio intraperitoneal, lla­
que recubren. La pared de las serosas, sin mado gran cavidad, se extiende desde el
dejar de ser continua, consta de dos hojas, diafragma hasta el diafragma pélvico. Den­
la parietal y la visceral. La primera tapiza la tro de esta cavidad pende un gran repliegue
superficie continente, es fibrosa, resistente peritoneal (epiplón mayor), que desde el es­
y fortalece las paredes de las cavidades que tómago llega al pubis para ascender luego y
alojan las visceras. La segunda reviste el ór­ adherirse al colon transverso. La gran cavi­
gano movible o contenido, es fina y trans­ dad comunica a través de un orificio (hiato
parente y se adhiere a toda la viscera, ex­ de W inslow ), que se fragua entre dos re­
cepto en los puntos de entrada o salida de pliegues peritoneales (epiplón gastrohepáti­
vasos y nervios; las llamadas serosas verda­ co y ligamento hepatorrenal), con otra pe­
deras constan de dos tejidos fundamentales, queña cavidad, llamada transcavidad de los
el epitelial y el conjuntivo. En este grupo se epiplones, que se extiende desde la parte
reúnen las denominadas serosas esplácni- posteroinferior del hígado hasta la porción
cas: el pericardio, las pleuras, el peritoneo, inferior del epiplón mayor. La disposición
la aracnoides y la vaginal testicular. del peritoneo en la cavidad pélvica es dis­
El peritoneo es una membrana serosa que tinta en uno y otro sexo; en efecto, en el
tapiza la cara interna de toda la cavidad hombre el peritoneo, al llegar a la vejiga
abdominal (figs. 1 A y 1 B) y se extiende urinaria, cubre su parte superior y al reba­
por la superficie externa de las visceras que sarla hacia atrás forma un fondo de saco
contiene. Como todas las serosas, puede (fondo de saco vesicorrectal); luego el peri­
compararse «a un saco sin abertura, que toneo se extiende por encima del recto y se
envuelve las visceras sin contenerlas en su continúa con el mesocoion ilcopélvico que
cavidad» (Bichat). La parte de la serosa que se adhiere a la cara anterior del sacro. En la
tapiza la pared abdominal se llama perito­ mujer, el peritoneo, después de extenderse
neo parietal, la que cubre las visceras, peri­ sobre la vejiga urinaria, se refleja en la mi­
toneo visceral. La cavidad peritoneal, debi­ tad superior del útero (fondo de saco vesi-
do a la apretada disposición de las visceras, couterino), cubre su polo superior, descien­
se reduce a un espacio casi capilar, ocupa­ de por detrás y constituye el fondo de saco
do por una delgada película de líquido se­ rectovaginal, a nivel de los bordes laterales
roso. En el hombre es realmente un saco del útero; las hojas peritoneales que lo tapi­
cerrado totalmente; no así en la mujer (fig. zan por su parte anterior y posterior se
2), puesto que las trompas uterinas se abren unen para establecer a cada lado una sola
por el lado del pabellón en la cavidad peri­ hoja, que va a insertarse en las paredes la­
toneal y por su extremo interno, en el úte­ terales pélvicas derecha e izquierda: son
ro, que se continúa con la vagina, la cual los ligamentos anchos ya descritos. Por la
desemboca en la vulva. Entre las funciones parte posterior del útero, el peritoneo forma
que realiza el peritoneo está la de adherir otros pliegues que unen aquél al sacro, los
las visceras a la pared abdominopelviana llamados ligamentos uterosacros; a partir de
por pliegues formados por dos hojas sero­ este punto, el peritoneo se dispone sobre el
sas. Estos repliegues reciben distintos nom­ recto y el colon del mismo modo que en el
bres según se relacionen o no con el apara­ hombre. Aparte de los pliegues (mesos, li­
to digestivo (fig. 3): el repliegue peritoneal gamentos, epiplones), son importantes otras
que une el intestino delgado a la columna formaciones que resultan de la fiel y com­
lumbar se llam a m esenterio; m esocoion pleja adaptación del peritoneo a los relie­
descendente, o m esocoion transverso, el ves y huecos que forman las visceras (hia­
que une uno u otro colon a la pared poste­ tos, fositas y recesos).

ATLAS DE AN ATO M ÍA (humana)


56
Disposición
g en e ra l

O rificio del pabellón


de la trompa

O rificio del
útero \

O rificio externo
de la vagina

Estómago

Colon
■transverso
Fig. 2.- Comunicación entre la cavidad peritoneal y el
■Intestino conducto tubouterovaginal.
delgado

Ligamento S.
Útero
Peritoneo
Epiplón
gastrohepático

Transcavrdad
Vejiga tirirú
de los
epiplon.es —

Meso-

Mesenterio

Fig. 1 A.- Peritoneo en la mujer. Corte sagital medio.

Epiplón
mayor

Cavidad
abdominal

Duodeno
Fig. 3.- Elementos peritoneales.

Colon Riñones
descendente

Colon Intestino
ascendente delgado H ígado ■

Bazo

Ovario
Vesícula
biliar

Estómago

Peritoneo ■

Fig. 4.- Corte horizontal del peritoneo y relación


Fig. 1 B.- Revestimiento peritoneal de la parte posterior del abdomen. con las visceras que se hallan en este nivel. (Del
Garner, modificado).

EL PERITO N EO
57
El sistem a neruíoso
(cerebroespinal)
El sistema nervioso aparece claramente di­ madre, la más superficial, de naturaleza fi­
vidido en dos partes: sistema nervioso cen­ brosa y también la más gruesa y resistente;
tral y sistema nervioso periférico. El prime­ la aracnoides es una serosa situada en la
ro tiene la forma de un largo tallo, con un parte media, y la más profunda es la piama-
engrasamiento en su extremo superior, y se d re , m em brana c e lu lo v a s c u la r, que se
halla alojado en el conducto óseo craneo- adapta inmediatamente a la superficie ex­
rraquídeo: se designa con el nombre de eje terna del órgano que recubre. Las meninges
cerebro espina l o neuroeje (fig. 1). Como tienen una porción craneal y otra raquídea
luego veremos, todo el neuroeje está prote­ que llega hasta la parte media del conducto
gido por unas cubiertas membranosas, las sacro: en la parte craneal su aspecto es el
meninges. El sistema nervioso periférico es­ de una esfera hueca; en el conducto raquí­
tá constituido por cordones nerviosos, ner­ deo semeja un cilindro hueco que se ex­
vios, que parten del neuroeje y se ramifican tiende desde el bulbo hasta el extremo ter­
por todos los sistemas y aparatos. minal de la médula, al que rebasa (fondo
Los centros nerviosos constan de sustancia de saco dural), formando una vaina que en­
gris y sustancia blanca. La primera procede vuelve el extremo agudizado medular (filo
de la reunión de células y de fibras nervio­ terminal). La duramadre tapiza la caja cra­
sas; las células, llamadas neuronas (fig. 2), neal ósea y establece tabiques sobre el ce­
son corpúsculos provistos de numerosas rebelo, entre los dos hemisferios cerebrales
expansiones protoplasmáticas ramificadas y cerebelosos, y también sobre la hipófisis
(dendritas) y una prolongación alargada en la porción raq u ídea. La aracn o id es,
(cilin d ro e je ), que se relacionan con ele­ comparable por su delgadez a una tela de
mentos procedentes de cé lu la s vecin as. araña, es una serosa con su hoja parietal re­
Son unidades independientes, que actúan lacionada con la duramadre y su hoja vis­
como centros receptores de impresiones ceral, con la cara externa de la piamadre.
periféricas, como centros emisores de estí­ Ésta contiene los vasos destinados al encé­
mulos motores y como centros elaborado- falo y a la médula (membrana nutricia): cu­
res de fenómenos psíquicos: constituyen el bre directamente la masa encefálica y des­
elem ento fundam ental del n euro eje. La ciende al fondo de todos los surcos del ce­
sustancia blanca (fig. 3) consiste en una rebro y del cerebelo; en la médula forma
asociación de fibras que son continuación una cubierta cilin d rica, que se adapta de
del cilindroeje. Además de estos elementos modo directo a la sustancia nerviosa.
fundam entales existen la neu roglia , que Entre la aracnoides y la piamadre existe un
sirve para el aislamiento y la formación de espacio que se extiende por toda la altura
cicatrices, y la microglia, conjunto de célu­ del centro nervioso, subdividido por trabé-
las fagocitarias. Ambas sustancias — gris y culas que limitan un sistema de cavidades
blanca— se distribuyen diversam ente en (espacios aracnoides). La piamadre presenta
los centros nerviosos, como se indica en la en el cerebro láminas y cordones vascula­
fig. 4. En el encéfalo, la sustancia gris, si­ res (tela coroidea y plexo coroideo) que in­
tuada periféricamente, constituye la corte­ tervienen en la génesis del líquido cefalo­
za cerebral. rraquídeo.
El sistema nervioso central lo componen, En los textos de enseñanza superior se des­
como se ha dicho, un largo tallo, la médu­ cribe el neuroeje de abajo arriba, termina­
la, y un abultamiento voluminoso en su ex­ do por el cerebro, porque este órgano es el
tremidad superior, el encéfalo, unidos por punto de reunión de los haces que discu­
un corto segmento intermedio, el bulbo ra­ rren por el eje nervioso y que en tales tex­
quídeo. La masa encefálica se divide en tres tos se estudian sim ultáneam ente con la
partes: cerebro, cerebelo e istmo del encé­ morfología externa de los tramos que los
falo. El neuroeje está formado por: cerebro, contienen. Como éste no es el caso de la
istmo del encéfalo, cerebelo, bulbo raquí­ presente obra, iniciarem os la exposición
deo y médula. del neuroeje por el cerebro y la iremos
Las meninges (fig. 5) son cubiertas concén­ completando con la de los órganos que or­
tricas, de tejido no nervioso, que envuelven denadam ente, de arriba abajo, se vayan
el neuroeje. Estas membranas son la dura­ descubriendo.

ATLAS DE AN ATO M ÍA (humana)


58
El s i s t e m a n e ru ios o c e n t ra l (I).
N e u r o e j e , m e n in ge s

Neuroglia

\
% '•' Sección Extremidad
“ . .' . transversal inferior de la
V> , vV • duramadre

Fig. 1.- Neuroeje. Fig. 3.- Fibras nerviosas Fig. 5.- Cubiertas membranosas o meninges.
(sustancia blanca de la
médula).

><
Fig. 4.- Situación de las sustancias blanca y gris a distintos niveles del neuroeje.

EL SISTEMA NERVIOSO (cerebroespinal)


59
El s i s t e m a n er ui os o ( c e r e b r o e s p i n a l )

El cerebro, masa ovoidea de eje anteropos- posterior, y a cada lado, la sección de los
terior cuyo polo más grueso está colocado pedúnculos cerebrales.
hacia atrás, constituye la parte superior y En la cara inferior de cada hemisferio se
anterior del encéfalo. El considerable volu­ distingue la parte interna de la cisura de S il­
men que alcanza en el hombre es uno de vio y los lóbulos orbitarios y temporoocci-
los distintivos más característicos de la ra­ pital, con las correspondientes circunvolu­
za humana. Situado en la caja craneal (fig. ciones.
1), la ocupa casi en su totalidad. La parte Interiormente el encéfalo presenta unas ca­
superior, muy convexa, se relaciona con la vidades irregulares simétricas llamadas ven­
bóveda craneal; la parte inferior (base) des­ trículos (fig. 4), llenos de líquido cefalorra­
cansa, por la mitad anterior, en las fosas quídeo o cerebroespinal, que se extienden
anterior y media de la base del cráneo y a distintos órganos vecinos y que se desig­
por detrás sobre el cerebelo. En la línea nan con números y también con nombres
media de ia convexidad se observa un sur­ referidos a su situación.
co profundo, la cisura in terh em isférica , Los ventrículos laterales (1-11), en número
que divide el cerebro en dos mitades late­ par, son cada uno una cavidad grande cur­
rales, los hemisferios cerebrales (fig. 2) uni­ vada, que ocupa un hem isferio cerebral;
dos en su parte media por una lámina hori­ ambos se extienden desde el lóbulo frontal
zontal, el cuerpo calloso. Las extremidades al occipital; una prolongación inferior se di­
más prominentes de los hemisferios son los rige al lóbulo temporal. Comunican con el
polos frontal y occipital, respectivamente. ventrículo medio o III ventrículo, hendidura
La corteza cerebral presenta numerosas entre los dos tálamos, que se relaciona con
prominencias alargadas, sinuosas, las cir­ los dos ventrículos laterales y se prolonga
cu nvolu ciones, separadas por surcos pro­ hacia atrás y abajo con un delgado conduc­
fundos, las cisuras. to, el acueducto de Silvio, por el que se une
La significación de estos pliegues pudiera al ventrículo bulbocerebeloso o IV ventrícu­
explicarse por la necesidad que tiene un lo. Este es una cavidad romboidea, situada
contenido blando (sustancia gris), que ha entre el cerebro, el bulbo y la protuberan­
experimentado filogénicamente un desarro­ cia; se continúa directamente por arriba con
llo progresivo de adaptarse a un continente el acueducto de Silvio y por abajo con el
(el cráneo) que lo hace en mucha menor conducto del epéndimo. Dentro de los ven­
proporción, io cual sólo puede efectuarse a trículos se observan estructuras vasculares
expensas de la parte más maleable, que ha de la duramadre que ya se han citado con el
de encogerse y plegarse sobre sí misma. nombre de telas y plexos coroldeos, al des­
En la cara externa del cerebro (fig. 1), don­ cribir las meninges. Actualmente se aprove­
de se hallan la mayor parte de los centros cha la disposición de estas cavidades ence­
corticales motores o sensitivos, se encuen­ fálicas para hacer exámenes (ventriculogra-
tran la cisura de Silvio, la de Rolando y la fía, neum oencefalografía) mediante la in­
perp en d icu la r externa, que limitan cinco yección de gas, con lo que se obtienen imá­
lóbulos: frontal, occipital, temporal, parie­ genes radiográficas útiles para la localiza­
tal y de la ínsula. Examinado por su cara in­ ción de tumores o de procesos expansivos o
ferior (fig. 3) presenta la parte interna de la retráctiles del encéfalo.
cisura de Silvio aparentemente prolongada El líquido cefalorraquídeo o cerebroespinal
hacia atrás por una hendidura (de Bichat), es incoloro, claro, alcalino, comparable al
que determina un importante desnivel entre plasma, pobre en proteínas y contiene sales
la porción anterior y la posterior; en la pri­ y linfocitos. Su cantidad llega a los 100-150
mera se halla la cinta olfatoria, que nace c.c. y está contenido en los espacios suba-
por dos raíces posteriores y que termina por racnoideos del cráneo, en los ventrículos y
delante en el bulbo olfatorio. Los dos he­ en el raquis; se forma en los plexos coroi-
misferios se hallan unidos por las llamadas deos y circula por la superficie cerebral. Su
formaciones interhemisféricas: cuerpo ca­ drenaje se efectúa a través de las vellosida­
lloso y quiasma óptico, lámina cuadrangu- des aracnoideas a los senos venosos crane­
lar, de cuyos ángulos anteriores parten los ales. El estudio de las características hidro­
n ervio s ó p tico s, y de los posteriores, las dinám icas (presión) y de su composición
cintas ópticas; el espacio perforado anterior química y celular constituye un valioso mé­
da paso a vasos arteriales y venosos: el ut- todo para el diagnóstico de muchos trastor­
ber cinereum ; del tallo pituitario pende la nos neurológicos. También se procede a in­
hipófisis, importantísima glándula, los tu­ yectar anestésicos en los espacios aracnoi-
bérculos mamilares y el espacio perforado deos para la anestesia medular.

ATLAS DE AN ATO M ÍA (humana)


60
El s i s t e m a n er ui os o c e n t r a l ( II ).
El e n c é f a l o . (H) Cer ebro

Circunvoluciones
Cisura de Rolando

Surcos

Cisura
perpendicular ext.

Cisura de Silvio

Fig. 1.- Cerebro alojado en la caja craneal.

Izquierdo Cuerpo calloso


(Polo frontal)
Nervio

Quiosma óptico
Derecho

Tubérculo mamilar
Cuerpo
calloso Pedúnculo cerebral

Protuberancia anular
Bulbo raquídeo

Cerebelo

(Polo occipital)

Fig. 2.- Hemisferios cerebrales (parte superior). Fig. 3.- Encéfalo (cara inferior)

Ventrículos laterales (1

Ventrículo medio (3)

Acueducto de Silvio

Cuarto ventrículo

Fig. 4.- Ventrículos.

EL SISTEMA NERVIOSO (cerebroespinal)


61
El s i s t e m a neru ios o ( c e r e b r o e s p i n a l )

La sección del cerebro por la cisura inter­ segmentada, a la que por su semejanza con
hemisférica (fig. 1) muestra: el cuerpo ca­ un gusano se la ha llamado vermis. A cada
lloso, lámina de sustancia blanca extendi­ lado del mismo se disponen los hemisferios
da transversalmente de uno a otro hemisfe­ o lóbulos cerebelosos, separados por delan­
rio, que en un corte sagital aparece como te y por detrás por sendas escotaduras: de
la sección de una bóveda; el septum luci- la anterior sobresalen seis robustos cordo­
dum, tabique transparente que separa las nes, los pedúnculos cerebelosos superiores,
porciones frontales de ambos ventrículos medios e inferiores, que ponen en comuni­
laterales; el tálamo, en número par, forma­ cación los demás componentes del eje con
do por dos núcleos de sustancia gris, situa­ el cerebelo. Por su parte exterior (fig. 4 B)
dos a cada lado del III ventrículo: contiene éste presenta unos surcos curvilíneos regu­
múltiples núcleos y fibras y realiza las fun­ lares y concéntricos que le confieren una
ciones de un importante centro sensitivo; característica segmentación; por su parte
el hipotálamo, parte anterior del III ventrí­ interior (fig. 4 C) muestra la sustancia gris
culo, relacionada con funciones viscerales; distribuida periféricamente. También se ha­
la hipófisis, importantísima glándula de se­ lla formando inclusiones centrales. La sus­
creción interna; la glándula pineal o epífi­ tancia blanca se dispone en el centro y di­
sis, también con función probablemente buja ramificaciones cuyo aspecto arbores­
endocrina; los pedúnculos cerebrales, que cente le ha valido el nombre de «árbol de
ponen en relación todos los departamentos la vida».
del neuroeje con la parte más noble del El bulbo raquídeo o médula oblongada (fig.
en céfalo ; los tu b ércu los cu ad rigém inos, 6) une la médula espinal con el istmo y el
cuatro semiesferas de sustancia gris rela­ cerebro. Situado en el canal craneorraquí-
cionadas con las vías ópticas y las auditi­ deo (fig. 3), es un cilindro aplanado de de­
vas; el acueducto de Silvio, conducto an­ lante atrás, de reducido tamaño (12 a 15
gosto y corto que une los ventrículos III y mm), lo cual no obsta para que reúna fi­
IV. bras procedentes de los siguientes órganos:
El istmo del encéfalo (fig. 2) es una porción médula, cerebelo, cerebro y nervios bulba-
de la masa encefálica que une entre sí el res, y sea uno de los segmentos más impor­
cerebro, el cerebelo y el bulbo; por su parte tantes del neuroeje. La protuberancia anu­
anterior se apoya sobre el canal basilar (fig. lar es el lím ite superior y el entrecruza-
3). Visto por delante aparece como un an­ miento de las pirámides el límite inferior.
cho y grueso cordón aplanado: es la protu­ Su cara anterior presenta un surco medio,
berancia anular o puente de Varolio, tendi­ interrumpido en su tercio inferior por el
do entre los dos hemisferios cerebelosos. entrecruzamiento de unos cortos haces ex­
Prolongados lateralmente sus extremos, for­ tendidos oblicuam ente de derecha a iz ­
man los ped ú n cu los cereb eloso s m edios. quierda, el entrecruzamiento de las pirámi­
Otras prolongaciones superiores constitu­ des. A cada lado de este surco aparecen
yen los pedúnculos cerebrales. Visto por su dos cordones blancos, lim itados lateral­
cara posterior aparece bastante más a c ci­ mente por otros dos surcos, derecho e Iz­
dentado: dos prolongaciones, los pedúncu­ quierdo. De la parte superior de cada cor­
los cerebelosos superiores, limitan un espa­ dón, y de la inferior de cada surco lateral,
cio en forma de V invertida. Por encima se nacen los filetes que forman el VI y XII par,
observan cuatro eminencias redondeadas, respectivam ente. Por su cara posterior y
los tubérculos cuadrigéminos. Existen otros superior se observa una hendidura en for­
pedúnculos cerebelosos inferiores, que se ma de V, cuyo fondo forma la mitad del IV
describen con el cerebelo. ventrículo; la otra mitad, también en forma
El istmo del encéfalo da paso a las vías ner­ de V, pero invertida, se dispone por enci­
viosas que establecen conexiones con los ma: corresponde a la protuberancia y entre
distintos centros nerviosos. ambas limitan un espacio romboideo en
El cerebelo (fig. 4), órgano impar simétrico, cuyo fondo se albergan formaciones ner­
forma el ségmento inferior posterior de la viosas diversas. Lateralmente se distinguen
masa encefálica. Situado en la base del crá­ un par de surcos de dirección vertical, de
neo (fig. 5), detrás de la protuberancia, por los que emergen los pares craneales VII y
encima del bulbo está totalmente cubierto VIII.
por el lóbulo occipital. Se compone de una El bulbo raquídeo contiene centros nervio­
parte media y dos laterales. Por su parte su­ sos de los que dependen funciones tan im­
perior (fig. 4 A), la primera se presenta bajo portantes como la respiración y la circula­
la forma de una em inencia prominente y ción.

ATLAS DE AN ATO M ÍA (humana)


62
El s i s t e m a n er ui os o c e n tr a l ( I I I ) . El e n c é f a l o .
(B) Itsmo del e n c é f a l o , ce r eb e lo , bulbo r aquí deo

Polo anterior Cuerpo calloso

Glándula pineal o epífisis


Talante óptico

H ipota lamo

Glándula pituitaria o hipófisis

Acueducto de Silvio
Polo posterior
Pedúnculos Protuberancia
cerebrales
Fig. 1.- Sección media del cerebro (hemisferi

Tubérculos
cuadrigéminos

Cuarto ventrículo

Fig. 3.- Topografía craneana del istmo


del encéfalo y del bulbo raquídeo.

Cara posterior

Fig. 2.- Istmo del encéfalo.

Cara superior Vista lateral izquierda Sección sagital media

Fig. 4 .- Cerebelo.

Fig. 5.- Topografía craneana del cerebelo.

Surco medio Cuarto


anterior ventrículo

Raíces de los últimos


pares craneales

posterior
Fig. 7.- Intercomunicaciones entre el bulbo, protube­
Fig. 6.- Bulbo raquídeo. rancia, cerebelo y cerebro.

EL SISTEMA NERVIOSO (cerebroespinal)


63
El s i s t e m a n e ru ios o ( ce r eb r o e s p i n a l )

La médula es un cordón nervioso, alarga­ nervios raquídeos. La cara posterior presen­


do, contenido dentro del conducto raquí­ ta el surco medio posterior, a cada lado del
deo (fig. 1), del cual sólo ocupa los dos ter­ cual, por su parte externa, se ven las raíces
cios superiores, y separado de sus paredes posteriores de los nervios raquídeos; entre
óseas por una distancia de 3 a 8 mm; tiene el surco medio posterior y el nacimiento de
la forma de un tallo cilin d rico , aplanado las raíces se halla el cordón posterior. El
de delante atrás con dos engrasamientos, cordón lateral se halla entre las raíces ante­
el ce rv ica l, del que emergen los nervios riores y las posteriores.
que se dirigen al miembro superior, y el Un corte transversal de la médula permite
lumbar, del que nacen los nervios que se observar su conformación interna (fig. 4).
dirigen al miembro inferior. Por su parte Ante todo se nota la diferenciación entre
superior se continúa directamente con el las sustancias gris y blanca. La primera se
bulbo, y su límite convencional está situa­ dispone centralmente, como las alas exten­
do en un plano que pasa por la articula­ didas de una mariposa: las superficies ala­
ción del atlas con los cóndilos del occipi­ res anteriores se llaman astas anteriores y
tal; por su parte inferior termina en un co­ las alares posteriores, astas posteriores y es­
no (cono terminal), cuyo vértice se prolon­ tán unidas por un segmento transversal, la
ga con un filamento (filum terminal) que, com isura gris. La sustancia blanca rodea
envuelto por las cubiertas meníngeas, se por completo a la gris y forma externamen­
inserta en la base del coxis. El filum termi­ te los cordones anteriores, posteriores y la­
nal ocupa la parte media de un haz forma­ terales.
do por los últimos nervios raquídeos que De la médula espinal nacen dos tipos de fi­
desde el engrasamiento lumbar de la mé­ bras rad iculares: las anteriores al unirse,
dula descienden verticalm ente hacia los constituyen un tronco radicular anterior, y
o rificios sacros de em ergencia. Esta por­ las posteriores, que también se reúnen en
ción medular, con el haz de nervios raquí­ un solo fascículo, el tronco radicular poste­
deos, recuerda el modo de im plantación rior. Este tronco contiene unas masas ovoi­
de las crines en la cola de un caballo: por deas, los ganglios espinales, que se alojan
su semejanza a ésta, se la denomina «cola precisamente en el agujero de conjunción,
de caballo» (fig. 2). junto con el tronco radicular anterior; al sa­
La médula sigue las inflexiones de la co­ lir de este orificio se fusionan ambos tron­
lumna vertebral y presenta una curvadura cos y forman el nervio raquídeo. (El conjun­
cervical de convexidad anterior y otra dor­ to de los nervios raquídeos se estudia en el
sal, inversa. La sección transversal permite texto de la lámina I/6).
ver el conducto raquídeo y en su centro, la La sustancia gris se compone de fibras y de
cara superior de la médula seccionada (fig. célu la s nervio sas; las fibras, constituidas
3). El espacio que existe entre ella y la pa­ por cilindroejes, forman un retículo, no un
red interna del conducto raquídeo lo ocu­ plexo, porque jamás se anastomosan. Las
pan las m eninges, dispuestas, de dentro células son neuronas multipolares que al­
afuera, del siguiente modo: piamadre (ad­ canzan tamaños gigantescos y de las cuales
herida a la superficie externa de la médu­ existen tres tipos que se agrupan en el asta
la), aracnoides y duramadre. La aracnoides anterior, en la posterior y en la comisura.
(serosa) está formada por dos hojas separa­ La sustancia blanca está representada por
das por el espacio subdural. Entre la dura­ los cordones anterior, lateral y posterior y
madre y las paredes óseas existe otro es­ consta de fibras con mielina, de grosor va­
pacio, el epidural, que contiene plexos ve­ riab le , separadas por delgados tabiques
nosos. Entre las aracnoides y la piamadre compuestos por haces. A pesar de su cons­
se aloja el líquido cefalorraquídeo. La mé­ titución idéntica, las fibras son funcional­
dula queda fija en el interior del conducto mente distintas, pues la misión de unas es
raquídeo mediante unos ligamentos que la conducir la sensibilidad y la de las otras, la
unen a la piamadre en toda su altura y por motilidad. Las fibras se agrupan en sistemas
abajo a la base del coxis (ligamento co ccí­ autónomos, lo cual permite sistematizar en
geo). cada cordón diversos haces constituyentes
Conformación externa de la médula. Pre­ (fig. 5). La médula, por la sustancia gris, es
senta, por su parte anterior, el surco medio un complicado centro elaborador de refle­
anterior que separa los llamados cordones jos; por la sustancia blanca (cordones ante­
anteriores de la médula, por fuera de los riores, posteriores y laterales), es un con­
cuales emergen las raíces anteriores de los ductor de corrientes sensitivas y motoras.

ATLAS DE AN ATO M ÍA (humana)


64
S is t e m a n e ru ios o c en t ra l (IU).
La médul a

Límite superior
(articulación del C . raquídeo
occipital con el
atlas) Duramadre

Aracnoides

Engrasamiento
cervical
(branquial) Médula Piamadre

Apófisis
transversal

Apófisis
espinosa

Engrasamiento Fig. 3.- Sección transversal de la médula envuelta por las meninges, dentro
lumbar
del conducto raquídeo.
(abdominal)

Astas ant.

Raíz post.
(sensitiva)

Ganglio
espinal

Cono
terminal
Cono
raquídeo
terminal
inferior
(2.'1vértebra
lumbar)
Fig. 4.- Fragmento de médula: aspectos de su conforma­
ción interior y exterior.

de

raquídeos
Cola de
Fílum
terminal

Sacro

Coxis

Fig. 1.- Médula espinal alojada en el con- Fig. 2.- Porción terminal inferior Fig. 5.- Sistematización de los tres cordo-
ducto raquídeo. de la médula (cola de caballo). nes medulares: vista anterior.

EL SISTEM A N ERVIO SO (cerebroespinal)


65
El s i s t e m a n er uí os o ( ce r e b r o e sp i n a l )

El sistema nervioso periférico está constitui­ tituye el cilindroeje, que emana de una cé­
do por los nervios (fig. 1), cordones forma­ lula nerviosa (prolongación protoplasmáti-
dos por cientos de miles de fibras nerviosas ca). Las fibras de Remak no difieren en nada
envueltas por tejido conectivo. Los nervios esencial de las mielínicas y sólo se distin­
desempeñan una doble función: conducen guen de ellas porque estos nervios forman
a los centros nerviosos las impresiones reci­ verdaderos plexos. Así, pues, de hecho, el
bidas en la periferia o bien transportan a nervio es un paquete de fibras nerviosas con
ella las incitaciones motrices o secretorias y sin mielina, adosadas unas a otras y uni­
elaboradas por aquéllos. Esta doble función das por tejido conjuntivo; el que rodea cada
permite clasificarlos en nervios centrífugos fibra nerviosa se llama endoneuro; el que
o sensitivos y nervios centrípetos o moto­ envuelve los fascículos formados por la aso­
res. Dicha división, si bien muy importante ciación de fibras nerviosas se denomina pe-
en los estudios de fisiología y de clín ica, no rineuro. El tejido con ju ntivo , además de
lo es tanto en anatom ía, puesto que no proteger las fibras nerviosas y dar consisten­
existe diferencia en el aspecto externo de cia al tronco nervioso, le proporciona los
unos a otros y, además, casi siempre el ner­ vasos sanguíneos. Los engrosam ientos o
vio contiene fibras sensitivas y motoras, es ganglios que suelen percibirse en el trayecto
decir, que se trata de un nervio mixto. de los nervios se distinguen en que poseen
Desde el punto de vista estrictamente ana­ fibras y células nerviosas. Se encuentran in­
tómico tiene más valor la sistematización distintamente en los nervios cerebroespina­
en nervios que proceden del neuroeje y se les y en los simpáticos. La terminación de
distribuyen por los órganos de la vida de re­ los nervios en el seno de los territorios que
lación (sistema nervioso de la vida animal o ponen en relación con los centros nerviosos
de relación) y en nervios que nacen de las se efectúa libremente entre los elementos
cadenas ganglionares situadas a cada lado celulares, o bien mediante microaparatos de
de la columna vertebral (sistema nervioso gran complejidad, como los táctiles.
de la vida vegetativa), que estudiaremos Desde el punto de vista descriptivo, los ner­
más adelante con el nombre de sistema au­ vios se dividen en nervios craneales, ner­
tónomo. vios raquídeos y nervios del sistema nervio­
Respecto a esta clasificación, que aún sigue so autónomo.
manteniéndose hoy, conviene advertir que Los nervios craneales (fig. 3) nacen por pa­
no es de un rigor absoluto puesto que la res simétricos del encéfalo o del bulbo y,
inervación del sistema autónomo no se re­ después de atravesar las cubiertas del encé­
duce de un modo estricto a las visceras y, falo, emergen atravesando la pared ósea
por otro lado, también existen nervios de por orificios osteofibrosos de la base del
procedencia neuroaxial que extienden su cráneo. Existen 12 pares de ellos, en los
acción a alguna viscera, por ejem plo, el cuales cabe distinguir su origen aparente,
neumogástrico. que se refiere a la superficie externa desde
Los nervios nacen del encéfalo y de la mé­ la que se proyectan y al origen real que co­
dula a distintas alturas (fig. 1) y tanto unos rresponde al núcleo de sustancia gris intra-
como otros atraviesan conductos óseos; en cerebral del cual nacen.
su trayecto se dividen en ramas más o me­ Los nervios craneales salen del cráneo o
nos numerosas que, como las arterias, son entran en él según sean motores, sensitivos
de dos tipos, colaterales y term inales. En o sensoriales y son: cuatro pares para los
ellos se dan con frecuencia las anastomosis, órganos de los sentidos: el nervio olfatorio,
pero, en los nervios, tales uniones se han el nervio óptico, el nervio auditivo, el ner­
de considerar como un simple adosamiento vio glosofaríngeo (del gusto), el nervio tri­
de dos ramas de distinto origen. gém ino (sensibilidad de la cabeza y de la
En cuanto a su estructura (fig. 2), los ner­ c a ra ); los tres nervios motores o culares
vios ofrecen el aspecto de cordones de co­ (m otor o cu la r externo, m otor ocu la r c o ­
lor blanco brillante y de grosor variable; es­ mún, nervio patético), a los que se debe la
tán formados, como ya se ha dicho, por fi­ motilidad del globo ocular; el nervio facial
bras nerviosas, dispuestas paralelamente al o de la m ím ica; el nervio hipogloso, del
eje y m ezcladas con elementos conjunti­ que depende la motilidad de la lengua; el
vos. La fibra nerviosa puede estar rodeada nervio vago o neumogástrico, que se distri­
de una sustancia grasa, la m ielina (fibras buye por los siguientes órganos: laringe, fa­
mielínicas). Las que no lo están se llaman ringe, corazón, pulmones, estómago e híga­
fibras de Remak. do, y, finalmente, el nervio espinal (acceso­
La parte central de la fibra nerviosa la cons­ rio del vago).

ATLAS DE AN ATO M ÍA (humana)


66
S i s t e m a neru ios o p er if é ri c o (I).
Los n erui os c r a n e a l e s

Fibras m ielínicas

Vasos

Fibra m ielínica

Fibra amielínica

Fig. 2.- Esquema de la constitución


un nervio.

Fig. 1 Origen de los nervios


craneales y raquídeos.
Olfativo (I par.)

Óptico (II par.)

Motor oc.
común (III par.)

Patético
(IV par.)

Néumogástrico
(vago) (X par.)

Espinal fl£l par.)

Hipogloso (XII par.)

Fig. 3.- Encéfalo (cara inferior). Origen de los nervios craneales.

EL SISTEM A N ERVIO SO (cerebroespinal)


67
El s i s t e m a n e ru ios o ( ce r eb r o e s p i n a l )
«Wto««s:a»=aaaaii®Zi.iKi>a(ai«sssg5ii ■'■~THrTntr “ir‘TdHliffl"^~ 3 0 -- - r - j» »

Los nervios raquídeos o espinales (fig. 1) na­ los músculos de ambas regiones. Sus ramas
cen, por pares, a cada lado de la médula es­ terminales hacen lo propio con el muñón
pinal, atraviesan los agujeros de conjunción del hombro, y de la porción axilar se des­
y se distribuyen por los órganos que Inervan. prenden tres ramas que llegan a la mano
Contienen fibras sensitivas y motoras: son, (m ú sculo cutáneo, m ediano, cu bital, ra­
pues, nervios mixtos. Hay 31 pares de ellos. dial), en donde se ram ifican para dar las
Los nervios raquídeos se dividen en cervica­ colaterales de la palma y de los dedos.
les (8 a cada lado), dorsales (12), lumbares (Nervios intercostales. — Las ramas anterio­
(5), sacros (5) y coccígeos (1). Nacen de dos res de los nervios dorsales no forman ple­
raíces (fig. 2); las anteriores son motoras, las xos, sino que se distribuyen por los espa­
posteriores, sensitivas. Como en los nervios cios intercostales.)
craneales, hay que distinguir su origen exter­ El plexo lumbar (C). — Es el conjunto de ra­
no, que es el punto de emergencia de la mé­ mificaciones anastomosadas procedentes de
dula, y su origen real, que es el de su naci­ las ramas anteriores de los cuatro primeros
miento en las astas medulares. Las fibras de pares lumbares (figura 3C), de aspecto trian­
la raíz anterior se reúnen en un haz, el tron­ gular, cuya base descansa sobre los cuerpos
co radicular anterior; las de la raíz posterior vertebrales de la región lumbar y su vértice
forman el tronco radicular posterior. Después se dirige hacia la cresta del ilíaco. Está situa­
de atravesar la duramadre (conducto dura!) do profundamente entre los cuerpos verte­
penetran en el agujero de conjunción y a la brales y las apófisis transversas de la región
salida se unen para formar un tronco único. lumbar; da ramos colaterales para las pare­
La raíz posterior presenta un pequeño abulta- des abdominales, los genitales y la región
miento ovoideo, el ganglio raquídeo o espi­ glútea y un ramo que llega a la rodilla; de las
nal, que se halla dentro del agujero de con­ ramas term inales, una de ellas inerva los
junción. A la salida de éste, los nervios raquí­ músculos de la cara anterior del muslo (ner­
deos se dividen y dan dos ramas: la posterior vio crural) y da ramificaciones para la rodilla,
o dorsal, que mantiene su independencia en garganta del pie y raíz del dedo grueso.
todo su trayecto y termina en la piel y en los El plexo sacro (D). — Es el entrecruzamiento
músculos dorsales; la rama anterior se subdi- de las ramas anteriores del último par lumbar
vide, uniéndose y entrelazándose para for­ con los cuatro primeros pares sacros (fig.
mar plexos. 3D); tiene la forma de un vasto triángulo con
Existen cinco plexos (fig. 3), que enumera­ la base aplicada a la línea que une imagina­
dos de arriba abajo son los siguientes: cer­ riamente el último agujero de conjunción al
vical, braquial, lumbar, sacro y sacrococcí- cuarto agujero sacro y cuyo vértice corres­
geo, a los que hay que añadir los nervios ponde a una gran escotadura del borde infe­
intercostales que no forman plexos. rior del hueso ilíaco. Se halla muy al interior
El plexo cervical (A). — Está formado por el de la pequeña pelvis. Sus ramas colaterales
entrecruzam iento de los cuatro primeros se distribuyen por los órganos pelvianos y el
nervios cervicales (fig. 3A), de lo cual resul­ perineo; un ramo terminal (nervio ciático
tan formados tres arcos nerviosos que se su­ mayor) desciende por la parte posterior del
perponen en sentido vertical. Se halla a la muslo hasta la rodilla, en donde se bifurca en
altura del músculo esternocleidomastoideo. dos ramos (ciático ploplíteo externo y ciático
Da ramas superficiales y profundas para la ploplíteo interno), que dan colaterales para
piel y los músculos, respectivamente, y dos los músculos y la piel de la pierna. Los ramos
ramas descendentes, una de ellas de excep­ terminales (músculo cutáneo, tibial anteror)
cional importancia, que desciende hasta el llegan a la garganta del pie y se distribuyen
diafragma, bordeando el pulmón y el cora­ en ramas que inervan el dorso del pie y los
zón (nervio frénico). dedos. El nervio tibial posterior recorre la
El p lexo braquial (B). — Está constituido parte posterior de la pierna y da ramas termi­
por el entrecruzamiento de los cuatro últi­ nales (plantares interna y externa) para esta
mos nervios cervicales y el primero dorsal región pedia.
(fig. 3B). Es de constitución intrincada, irre­ El plexo sacrococcígeo (E). — Está formado
gular y variable, que puede esquematizarse por la anastomosis entre los dos últimos
como un triángulo de vértice truncado; nervios sacros y el nervio coccígeo (fig. 3E).
ocupa el hueco axilar y su base correspon­ Presenta dos asas superpuestas delante de
de a la hilera de agujeros de conjunción la porción terminal del sacro y del coxis.
que dan salida a los ramos iniciales. Se ha­ De ellas nacen las ramas que se distribuyen
lla a nivel de la clavícula y se divide en ra­ por los m úsaculos y la piel de la región
mas anteriores y posteriores, que inervan coccígea.

ATLAS DE ANATOMÍA (humana)


68
S i s t e m a ne ru ios o p eri f éri co ( I I ).
Los n er ui os r a quí de os

Plexo
cervical (A)

Plexo
braquial (B)

Nervios
intercostales

Radial Médula

M úsculo cutáneo

Mediano

Cubital

Plexo .lumbar (C)

Plexo sacro (D)

Obturador

Plexo sacrococcígeno (E)

Crural

Fig. 1.- Origen de los nervios


raquídeos.

Ciático mayor

Astas
posteriores Ciático
poplíteo ext.
/ R a íz Ciático
' posterior poplíteo int.

y Ganglio
/ raquídeo

Tibial anterior

Tibial posterior

Nervio
simpático

Nervio
raquídeo

Ganglio
simpático

Fig. 2.- Corte de la médula a nivel del origen de un nervio ra- Fig. 3.- Distribución de los pares raquídeos. Plexos raquídeos,
quídeo.

EL SISTEM A N ERVIO SO (cerebroespinal)


69
El s i s t e m a n e ru ios o (ui sce ra l)

El sistema vegetativo o sistema nervioso vis­ les, cuatro lumbares y cuatro sacros. El sim­
ceral es el conjunto de nervios cuyo funcio­ pático no es, en modo alguno, un sistema
namiento regula las actividades viscerales Independiente: hay que señalar la existen­
de modo autom ático e In v o lu n ta rio . Su cia de numerosas fibras que establecen co­
nombre Indica a las claras que su radio de municación con los nervios raquídeos, que,
acción se extiende al territorio visceral, cu­ por tal razón, han recibido el nombre de ra­
ya actividad escapa de la regulación volun­ mos comunicantes. Las fibras salen por las
taria, aunque, como ya se ha dicho en pági­ raíces anteriores de los nervios raquídeos,
nas anteriores, este sistema nervioso no se pasan, por los ramos comunicantes blan­
reduce exclusivamente a inervar las visce­ cos, a los ganglios que forman la cadena
ras, sino que también lo hace a otros órga­ ganglionar p aravertebral; algunas fibras
nos, por ejemplo, la túnica muscular de las reingresan por los ramos comunicantes gri­
arterias (acción vasoconstrictora y vasodila­ ses en el nervio raquídeo, desde el que se
tadora), el iris (iridodilatación) y las glándu­ extienden por sus ramificaciones a inervar
las sudoríparas (acción secretora). vasos, glándulas sudoríparas y músculos
El sistema nervioso autónomo se diferencia horripiladores, situados en la demarcación
fundamentalmente del sistema nervioso ce­ de tal nervio. Otras fibras siguen una direc­
rebroespinal por la existencia en el trayecto ción ascendente, remontan la cadena de
de las vías nerviosas de una estación gan- ganglios cervicales y, en este punto, las fi­
glionar situada fuera del sistema nervioso bras posganglionares ingresan en los ner­
central y que actúa como centro efector; vios raquídeos, como las que antes hemos
puede, pues, decirse que los órganos cuyo d escrito , o bien se in d iv id u a liza n como
funcionamiento no depende del control de nervios Independientes y se dirigen a iner­
nuestra voluntad reciben su inervación cen­ var distintos órganos (glándulas lagrimales,
trífuga de un centro ajeno al sistema ner­ glándulas salivares, iris, músculo ciliar, pul­
vioso central. Por tanto, en esta vía de iner­ mones, corazón). Las fibras preganglionares
vación autónoma hay un tramo formado discurren por el tronco simpático e Ingresan
por fibras preganglionares, que van desde en el ganglio celíaco o en los mesentéricos,
el encéfalo o la médula al ganglio, y un se­ punto de partida de fibras que inervan estó­
gundo tramo, formado por las fibras pos- mago, hígado, bazo, intestino y vejiga uri­
ganglionares que emerge del ganglio y ter­ naria. La cápsula suprarrenal recibe un ra­
mina en los músculos o glándulas a los que mo directo.
va destinado. El sistema nervioso parasimpático (fig. 2) no
El sistema nervioso autónomo se divide en tiene individualidad anatómica: sus centros
dos unidades bien diferenciadas anatómica se hallan, unos en el encéfalo y otros en la
y fisiológicamente: el sistema nervioso sim­ región sacra. Al carecer de independencia
pático y el parasimpático; ambos participan anatómica, las fibras, desde los centros en­
en la inervación de la mayoría de las visce­ cefálicos, se unen a ciertos nervios cranea­
ras que reciben la Influencia antagónica de les (neum ogástrico, m otor ocula r común,
uno u otro, de tal modo que a la estimula­ facial, glosofaríngeo); las de origen pélvico
ción del simpático se opone la inhibición utilizan el nervio pélvico. Estas fibras se re­
del parasimpático. parten del siguiente modo: las que se distri­
El sistema nervioso sim pático (fig. 1) está buyen formando parte del motor ocular co­
representado anatómicamente por las cade­ mún (II par), Inervan el músculo esfínter de
nas nerviosas (cadena simpática) y por los la pupila y el músculo ciliar; las que se in­
ganglios. Las cadenas están situadas a cada corporan al nervio facial (Vil par), inervan
lado de la columna vertebral y se extienden las glándulas lagrimales y salivales; las que
desde la primera vértebra cervical a la últi­ se unen al vago o neumogástrico (X par),
ma sacra. Los ganglios simpáticos (llamados llegan al corazón, bronquios, estómago, in­
centrales, para diferenciarlos de los otros si­ testino delgado, hígado, páncreas, riñones
tuados fuera de la cadena ganglionar) son y primer tramo del colon. El nervio pélvico
de volumen variable, de forma muy Irregu­ conduce fibras parasimpátlcas que se distri­
lar (de oliva, piramidal, triangular bifurca­ buyen por el colon, recto, ano y aparato ge-
dos). Su número no coincide con el de los nitourinano.
segmentos óseos de la columna vertebral: El centro regulador de la actividad funcio­
en la región cervical se reducen a tres gan­ nal del sistema nervioso autónomo reside
glios voluminosos, diez y once son dorsa­ en la región hipotalámica.

ATLAS DE AN ATO M ÍA (humana)


70
El s i s t e m a s i mpá ti co
y el p a r a s i m p á t i c o

Glándula
salival

Glándula
lacrimal
delgado Región
torácica
Médula
suprarrenal

Colon
Corazón

Vejiga

Pulmón

Gónadas
Estómago,
intestino

Fig. 1.- Sistema nervioso simpático.

Colon

Vejiga
urinaria

Fig. 2.- Sistema nervioso parasimpático.

EL SISTEMA N ERVIO SO (visceral)


71
Los sentidos

LOS SENTIDOS sensibilidad que son comunes a todas las par­


tes del cuerpo y ajenos a la conciencia (sensibi­
El hombre ignoró, durante mucho tiempo, el lidad muscular, ósea, articular; sensibilidad es­
funcionamiento y la utilidad de la mayoría de pacial de los conductos semicirculares, etc.).
sus visceras o fantaseó sobre ellas; en cambio,
muy tempranamente descubrió con toda natu­ SENTIDO DEL OLFATO
ralidad la relación existente entre la percep­
ción de fenómenos externos y determinados Se halla localizado en las paredes de las fosas
órganos o zonas de su propio cuerpo, que po­ nasales (fig. 1), situadas en la parte media del
día diferenciar y localizar no menos natural­ conglomerado óseo de la cara, por encima de
mente. Aprendió que debía aguzar la vista o el la cavidad bucal que aloja la lengua, órgano
oído cuando se trataba de percibir con claridad del gusto; entre ambos sentidos existe estrecha
una imagen o un sonido; utilizaba la lengua o relación, como tendremos ocasión de ver. Re­
la nariz cuando indagaba, por el sabor o el vestidas por sus partes blandas, las fosas nasa­
olor, las posibilidades comestibles de algún ha­ les se completan por delante con la nariz, for­
llazgo aparentemente apetitoso; acercaba su mada por los huesos nasales, los cartílagos y
cuerpo al fuego o al sol cuando le atería el frío, un revestimiento muscular y cutáneo. En la
y buscaba la sombra o se zambullía en el agua parte baja la nariz presenta dos orificios, las
cuando le agobiaba el calor, y también supo ventanas, que comunican directamente con
evitar con cuidado cualquier contingencia que las fosas nasales: éstas son dos, derecha e iz­
sabía que le produciría dolor. Así pues, desde quierda, separadas por el tabique nasal, que
tiempo inmemorial quedaron bien diferencia­ consta de dos huesos, la lámina vertical del et­
das cinco clases de sensaciones: táctiles, visua­ moides por arriba y el vómer por abajo. La par­
les, gustativas, olfativas y auditivas, que con el te anterior la completa el cartílago nasal. Las
tiempo fueron llamados sentidos corporales y fosas nasales se proyectan hacia atrás, en don­
cuya percepción se atribuyó a la actividad es­ de forman la porción superior de la faringe.
pecífica de cinco clases de receptores designa­ Cada fosa nasal es un estrecho corredor, de cu­
dos con el nombre de órganos de los sentidos. ya pared externa se desprenden tres láminas
Más tarde, la ciencia admitió como fisiológica óseas, los cornetes superior, medio e inferior,
esta división. que limitan tres espacios, los meatos superior,
Los órganos de los sentidos son: las fosas nasa­ medio e inferior, respectivamente.
les, que perciben los olores: es el sentido del En las fosas nasales desemboca el canal nasal,
olfato; la piel, que percibe las sensaciones de que en estado fresco, aloja el conducto lagri­
tacto, calor, frío y dolor: es el sentido del tacto; mal. Toda la superficie de las cavidades nasales
la lengua, que percibe los sabores: es el sentido se halla tapizada por una mucosa, la pituitaria,
del gusto; el ojo, que percibe la luz: es el senti­ de color rosado y consistencia muy frágil, que
do de la vista, y el oído, que percibe los soni­ recubre la concha y meatos.
dos: es el sentido de la audición. Cada uno de En las fosas nasales hay que considerar la zona
estos órganos está especializado en la percep­ respiratoria, acondicionada para calentar y hu­
ción de una sola clase de sensaciones, para la medecer el aire respirado, y una región olfato­
cual posee receptores específicos. Por la impor­ ria, limitada al comete superior y tercio supe­
tancia de los fenómenos psíquicos que los rior del tabique nasal; el epitelio, que reviste es­
acompañan, pertenecen al ámbito de la fisiolo­ ta zona, contiene las células olfativas periféri­
gía de la corteza cerebral, en donde se elabo­ cas, células nerviosas que son los auténticos
ran las sensaciones, es decir, los fenómenos de elementos sensoriales de la pituitaria, la reu­
conciencia que se agregan a los reflejos naci­ nión de cuyas fibras (neuroejes) constituyen los
dos de una excitación de los receptores senso­ nervios olfatorios, atraviesan la lámina cribosa
riales. Cada departamento sensorial tiene su del etmoides y establecen conexión con las cé­
zona cerebral correspondiente, y una lesión en lulas olfativas (mitrales) del bulbo olfatorio (fig.
ellos puede provocar la pérdida de la sensación 2), pequeña masa ovoidea de sustancia gris que
de que se trate. Así, pues, la destrucción del descansa sobre la lámina cribosa y que se pro­
área sensitiva visual produce indefectiblemente longa hacia atrás con la cintilla olfatoria, cuyas
la ceguera, aunque se conserven íntegros el cuatro raíces alcanzan por distintos trayectos la
globo ocular y el nervio óptico; lo mismo acon­ corteza cerebral. En la figura 3 se presenta un
tece con todos los demás sentidos. Aparte de esquema del trayecto de las vías olfatorias y su
los cinco citados, existen otros fenómenos de la distribución por las zonas cerebrales.

ATLAS DE AN ATO M ÍA (humana)


72
El
ol fato

Bulbo
Frontal
C intilla olfatoria

Esfenoides

Ramificaciones del
nervio olfatorio

Meato superior
superior
Cornete
medio

Meato
medio

Vestíbulo
de la nariz
Cornete
inferior

Meato
inferior

M axilar
O rificio faríngeo superior
de la trompa de
Eustaquio

Faringe

Fig. 1.- Fosas nasales.

Bulbo olfatorio
Neuronas multipolares
Lámina cribosa
del etmoides C élula olfativa bipolar
Circunvolución intralímbica
Células de sostén Cuerpo calloso
Nervio olfatorio Tálamo

Células

Epitelio
olfatorio

Núcleo amigdaloide

Hipocampo

Fig. 2.- Bulbo olfatorio. Fig. 3.- Vías olfatorias.

LOS SEN TIDO S


73
Los s en t id os

SENTIDO DEL GUSTO abultada, unida a un corto pedículo. Las pa­


pilas fungiformes, en número de 150 a 200,
Los receptores que son impresionados por se distribuyen preferentemente por los bor­
los sabores se hallan esparcidos por la su­ des y la punta de la lengua.
perficie externa de la lengua (fig. 1). Ésta se Las papilas foliadas, constituidas por plie­
halla situada en el suelo de la cavidad bu­ gues verticales de la mucosa, separados por
cal, donde, además de ser el órgano esen­ surcos más o menos profundos, poco nume­
cial del gusto, desempeña otras importantes rosas, son rudimentarias y se hallan en el
funciones pues intervienen la masticación y borde de la lengua próximas a la base.
la deglución de los alimentos y, sobre todo, Las papilas caliciform es están formadas por
en la articulación de los sonidos. Este órga­ un mamelón central, rodeado por una for­
no tiene un armazón osteofibroso, el esque­ m ación anular. El mamelón es la papila,
leto de la lengua, formado por el hueso propiamente dicha, y entre ella y el anillo
hioides y unas láminas fibrosas en las cua­ que la rodea existe un surco o fosa, de mo­
les se insertan los músculos que, a su vez, do que la papila parece contenida dentro
por su otro extremo se insertan en el maxi­ de un cáliz: de ahí el nombre de papila ca­
lar inferior, en la apófisis estiloides y en el liciforme. Son las más voluminosas y tam­
armazón fibroso de la faringe. Estos múscu­ bién las más importantes por su estructura y
los constituyen los elementos básicos de la funciones. Las papilas caliciformes, en nú­
lengua, no sólo porque prestan a este órga­ mero de 9 a 11, sólo se encuentran en la
no su peculiar consistencia y la movilidad cara dorsal de la lengua, agrupadas en dos
necesaria para realizar sus funciones, sino series lineales que, desde ambos bordes li­
también por su número, que llega a dieci­ bres, convergen en su parte posterior y di­
siete. Este co nsiderable grupo m uscular bujan la llamada V lingual.
adopta la forma de un cono con el vértice Todas las papilas linguales son órganos sen­
(punta de la lengua) dirigido hacia adelante. sitivos, pero conviene hacer una importante
Tiene una porción anterior o bucal y otra distinción entre ellos: las papilas filiformes
posterior (base de la lengua), recubierta por sólo contienen corpúsculos táctiles y térmi­
una m ucosa, continuación de la mucosa cos; las otras son las propiamente gustati­
bucofaríngea, que la tapiza totalmente; su vas gracias a la presencia de unos peculia­
espesor es variable, y su coloración, nor­ res microrreceptores, los bulbos, botones o
malmente rosada, se altera y adquiere tona­ corpúsculos gustativos, órganos específicos
lidades blancuzcas o amarillentas en el co­ del gusto, situados en la capa epitelial de la
mienzo o en el curso de ciertas enfermeda­ lengua.
des. En la superficie libre de la mucosa lin­ El aspecto de los botones gustativos recuer­
gual se advierten unas pequeñas elevacio­ da bastante el de una botella con el cuerpo
nes que han recibido el nombre de papilas abombado, hundido en la parte profunda
linguales (fig. 2), visibles con una lupa e in­ del epitelio (corion), y el cuello que se pro­
cluso a simple vista. De formas variadas, se longa por las capas superficiales epiteliales
han designado con distintos nombres. para abrirse en la superficie libre de la mu­
Las papilas filiformes son las más numero­ cosa por un orificio, el po lo gustativo, al
sas; esparcidas por la superficie de la len­ cual asoma un pincelito de apéndices fili­
gua, le comunican el aspecto afelpado ca­ formes, las pestañas gustativas. Los bulbos
racterístico de este órgano. Vistas con lupa, del gusto sólo se encuentran en las papilas
aparecen como menudos apéndices c ilin ­ caliciformes y en las fungiformes; por tanto
dricos o cónicos, con un remate formado el sentido del gusto reside precisamente en
por un pincel de prolongaciones filiformes las regiones donde se hallan aquellas papi­
que le confieren una apariencia de corola las, o sea en los bordes de la lengua y en
(papilas coroliformes). Estas papilas ocupan otros dos tercios anteriores de su cara dorsal
el dorso de la lengua y se disponen en filas y en la región de la V lingual.
paralelas que siguen una dirección oblicua En la figura 3 se muestra la distribución de
desde la línea media al borde de la lengua. las vías gustativas, desde los receptores del
Las papilas fungiformes, llamadas así por su gusto hasta su entrada en el bulbo, su distri­
gran semejanza con un hongo, son de color bución encefálica y su llegada a la corteza
rojizo, sobresalen por su extremidad libre, cerebral.

ATLAS DE AN ATO M ÍA (humana)


74
El
gusto

Velo del paladar

Extendidas

Prolongaciones filiformes

Faringe

Amígdala

Epiglotis
Replegadas

Papilas
fungiformes

Papilas
gorah formes-
Papilas filiformes

Lengua, >.
cara superior

Fig. 1.- Lengua exteriorizada: cara superior.

Cabeza

Corteza cerebral
Papila fungiforme

Mamelón
central

Surco

Núcleos del
tracto solitario

Papilas caliciformes

Fig. 2.- Papilas gustativas. Fig. 3.- Vías gustativas.

LOS SEN TIDO S


75
Los s en t id os

SEN TIDO DEL TACTO la profunda es la dermis reticular y está en


relación con el tejido celular subcutáneo, la
El tacto proporciona sensaciones de distinta superficial es la dermis papilar y se relaciona
naturaleza: táctiles, térmicas y dolorosas, y con la epidermis. La dermis papilar contiene
se halla repartido por todo el tegumento ex­ las llamadas papilas dérmicas, eminencias
terno o piel y asimismo en las mucosas ex­ pequeñas, casi siempre cónicas perpendicu­
ternas. lares a la superficie de la dermis, y pueden
Hay que añadir a las citadas la sensibilidad ser de dos clases: vasculares y nerviosas.
propia de músculos, tendones y ligamentos y En la piel se alojan tres clases de órganos,
las resultantes de modificaciones de los ór­ llamados anejos de la piel, que son las glán­
ganos Internos. dulas sudoríparas, las glándulas sebáceas,
Las modalidades de las sensaciones táctiles y las uñas y los pelos.
térmicas, aparte de la naturaleza del excitan­ Los nervios de la piel terminan en los cor­
te, se deben a la estimulación de receptores púsculos sensitivos que a continuación va­
específicos para cada una de estas sensacio­ mos a exponer.
nes, que se hallan extendidos por toda la su­ Los corpúsculos táctiles se pueden dividir en
perficie cutánea, donde ocupan zonas distin­ órganos de la sensibilidad a la presión (cutá­
tas perfectamente delim itadas (puntos de nea y profunda) y órganos de la sensibilidad
presión, de calor, de frío), cuya excitación táctil propiamente tal; los primeros son los
origina precisamente la sensación corres­ llamados corpúsculos de Pacini (fig. 2), órga­
pondiente y no otra. nos de naturaleza conjuntiva, ovoideos, opa­
La piel es, por tanto, además de la envoltura linos, formados por láminas concéntricas, en
general del cuerpo que protege los órganos cuyo interior se arboriza una fibra nerviosa.
subyacentes y que desempeña funciones Se hallan en el tejido celular subcutáneo y
muy Importantes, el soporte de estos micro- también en las articulaciones y en el mesen-
rreceptores táctiles que en su espesor se ha­ terio.
llan alojados. Será, pues, provechoso cono­ Los corpúsculos de Meissner (fig. 3), de for­
cer la constitución de la piel antes de exami­ ma elipsoidal, están constituidos asimismo
nar la estructura y el em plazam iento de por tejido conjuntivo; exteriormente este
aquéllos; el sistema tegumentario o piel re­ corpúsculo muestra un tubo nervioso que
cubre todo el cuerpo y el interior de las describe un trayecto en espiral para introdu­
aberturas naturales, en donde cam bia su cirse finalmente en su interior, donde se ra­
configuración para constituir las mucosas. mifica entre las células intersticiales nervio­
En ella hay que considerar una cara externa sas. Se encuentran en la cima de las papilas
libre o superficial y otra adherente o profun­ dérmicas.
da, la cual se une a los órganos subyacentes Los órganos de la sen sibilid ad térmica se
mediante una capa de tejido conjuntivo que clasifican en los receptores sensibles al frío,
engloba lóbulos de grasa (tejido celular sub­ los corpúsculos de Krause (fig. 4), y los re­
cutáneo). ceptores sensibles al calor, los corpúsculos
Constitución anatómica (fig. 1). La piel se de Ruffini. Los corpúsculos de Krause, de
compone de dos capas superpuestas: una forma esférica, están formados, como todos,
capa profunda, la dermis o corion, y una ca­ por una envoltura conjuntiva que engloba
pa superficial, la epidermis, formada por cé­ una masa de células, entre las que se ramifi­
lulas epiteliales (células epidérmicas), cuya ca profusamente la fibra nerviosa, formando
forma y propiedades biológicas se modifican una red inextricable. Se hallan en toda la
a medida que se hacen superficiales. Se divi­ dermis. Los corpúsculos de Ruffinj (fig. 5) di­
de en dos capas, la capa profunda de M al­ fieren notablemente, en cuanto a su forma,
pighi y la capa superficial o capa córnea. La de todos los demás: son órganos fusiformes,
capa de Malpighi descansa sobre otra de cé­ con ramificaciones trabadas y aspecto irre­
lulas (capa basilar o generatriz) en continua gular; constan de células y fibras conectivas
actividad: de ella derivan todas las otras cé­ y elásticas, que envuelven las divisiones y
lulas epidérm icas. En las células de la de subdivisiones de la fibra nerviosa. Se en­
Malpighi se acumula el pigmento que con­ cuentran en el tejido celular subcutáneo.
fiere color a la piel. La capa córnea se com­ Los órganos de la sensibilidad dolorosa (fig.
pone de células laminares, las más superfi­ 6), receptores específicos para el dolor, no
ciales de las cuales, deformadas e inútiles, se adoptan formas diferenciadas de modo parti­
desprenden de la epidermis como elementos cular, sino que son simplemente terminacio­
muertos (descamación fisiológica). nes nerviosas libres que se arborizan en los
La dermis o capa profunda ofrece dos caras: intersticios del epitelio cutáneo..

ATLAS DE AN ATO M ÍA (humana)


' 76
t ac to
EiIH

Fig. 2.- Corpúsculo de Pacini.

M úsculo erector

Bulbo piloso

Capa de Pacini

Fig. 1.- Piel: fragmento esquematizado. Fig. 6.- Terminaciones


nerviosas libres.
Corteza cerebral

Tálamo

Fig. 5.- Corpúsculo de Ruffini.


Receptores
Fig. 4.- Corpúsculo de Krause. cutáneos y
propio-
ceptores

Tracto
espinotalámico

Dolor, temperatura
Fig. 7.- Vías de la sensibilidad somestésica.

LOS SEN TIDO S


77
Los s en t id o s

SEN TIDO DE LA VISTA (El ojo y sus anejos) lar, es una membrana circular, tendida verti­
calmente como un diafragma en el círculo
El sentido de la vista nos proporciona las sen­ formado por la unión de la córnea con la
saciones de luz y de color y su órgano esen­ esclerótica, delante del cristalino. Presenta
cial es el globo ocular, órgano par, simétrico, un orificio central, la pupila, de diámetro
alojado en las órbitas; en unión de otros ór­ cambiante, que destaca por su color negro
ganos diversos forma el aparato visual, cuyo del resto del iris, cuya tonalidad varía con
estudio comprende el examen del globo ocu­ los individuos. Entre las capas que forman el
lar (fig. 1), y asimismo, el de los citados órga­ iris existe una de fibras musculares lisas, de
nos, llamados anejos del ojo. las cuales unas se disponen circularmente, y
El globo ocular tiene la forma de una esfera constituyen el esfínter pupilar, otras son ra­
irregular, debido a que está constituido por diadas, y forman el músculo dilatador de la
los segmentos de dos esferas de diámetro de­ pupila.
sigual, de los cuales el anterior es el más pe­ La retina es la túnica interna del ojo, de na­
queño. En esta esfera se describen dos polos, turaleza nerviosa. Como las demás, es un
uno anterior y otro posterior; un ecuador, que segmento de esfera hueca con una cara ex­
la divide en dos hemisferios, anterior y poste­ terna aplicada a la coroides y una cara in­
rior, respectivamente; un meridiano horizon­ terna que se amolda a uno de los medios
tal, otro vertical y una serie indefinida de me­ transparentes (humor vitreo). En la retina se
ridianos oblicuos. Anatómicamente se halla distinguen tres zonas: la posterior, o porción
formado por tres túnicas concéntricas, las coroidea, la media, o porción ciliar, y la an­
membranas envolventes, y por unos medios terior, o porción irídea. La porción coroidea
líquidos o sólidos, los medios transparentes y (retina propiamente dicha) se extiende des­
refringentes. Las membranas envolventes son de el nervio óptico hasta la ora serrata: en
tres: túnica externa, de naturaleza fibrosa, tú­ su parte posterior se observa la papila, que
nica media, vascular y muscular, y túnica in­ corresponde al punto de expansión del ner­
terna, nerviosa. vio (punto ciego) y la m ácula, o mancha
La túnica externa consta de una porción pos­ amarilla, punto de mayor agudeza visual. La
terior, la esclerótica, y otra anterior, la córnea porción ciliar es una delgada película que
(que corresponden a los dos segmentos de ha perdido sus elementos esenciales, y se
esfera desiguales a los que nos hemos referi­ extiende desde la ora serrata a los procesos
do); la esclerótica, gruesa y resistente, de co­ ciliares.
lor blanco, es un segmento de esfera hueco Finalmente, la porción irídea, continuación
que en su parte anterior presenta una ancha de la anterior, más reducida y rudimentaria,
abertura en donde encaja la córnea y por su termina revistiendo la cara posterior del iris
parte posterior está atravesada por el nervio transparente.
óptico. La superficie interna, cóncava, se co­ Constitución anatómica de la retina (fig. 2).
rresponde en toda su extensión con la túnica Se trata, en realidad, de una expansión del
media, que, a su vez, está compuesta de tres nervio óptico, y en ella se combinan los
partes: posterior, la coroides propiamente di­ elementos propiamente nerviosos con los
cha; media o zona ciliar, y anterior, el iris. La que forman el armazón que los sostiene; se
coroides es un segmento de esfera con una aprecian en ella diez capas, que sim plifica­
abertura posterior que da paso al nervio ópti­ remos en nuestra d escrip ció n . Esen cia l­
co; su límite anterior constituye un anillo fes­ mente se compone de una capa externa,
toneado llamado ora serrata, que separa esta pigmentaria y otra capa interna, nerviosa.
porción coroidea posterior de la media o zo­ La primera está formada por células poligo­
na ciliar, que consta de: el músculo ciliar, por nales pigmentarias, adheridas por su base a
delante, y los procesos ciliares, por detrás. El la coroides. La segunda, o capa nerviosa,
músculo ciliar es parecido a un anillo apla­ está constituida a su vez por tres zonas: la
nado, y en un corte meridiano, la sección primera contiene las células visuales, los
aparece como un triángulo, está formado por conos y los bastoncillos; por debajo de ella
fibras musculares lisas, unas circulares, otras se halla la segunda zona con las células bi­
radiadas. Los procesos ciliares son unos re­ polares, o neuronas intermedias, a las que
pliegues de configuración piram idal, muy sigue la tercera zona, la de las células gan-
alargados, dispuestos meridianamente, por glionares, de las que parten las fibras que
detrás del músculo ciliar, como una corona formarán el nervio óptico. Tanto los conos
(cuerpo ciliar), alrededor del iris; están cons­ como los bastoncillos, células epiteliales
tituidos por paquetes de vasos capilares. diferenciadas, alargadas, dispuestas en hi­
El iris, segmento anterior de la túnica vascu­ leras, como las estacas de una empalizada,

ATLAS DE AN ATO M IA (humana)


78
La ui sta (I).
El globo ocul ar

Humor recto süp.

Párpado

Conjuntiva

Córnea

Pupila

Cámara ant.

Cristalino
Humor acuoso

Nervio óplico Iris

Párpado
Inferior

Cámara post.
Procesos
Esclerótica recto inf. ciliares

Fig. 1.- O jo; sección media sagital.

Células pigmentadas

I Neurona Capa de los conos y


bastones

Células horizontales
Células bipolares
Células amacrinas

Células ganglionares

3.- Neurona
Fibras del nervio óptico

Fig. 2.- Retina; corte histológico.

LOS SEN TIDO S


79
Los s en t id o s

son los elementos Impresionables de la reti­ epitelio que tapiza la cara posterior de la
na, especializados en la recepción de la pared capsular anterior; las células de este
energía luminosa. Los bastones poseen una epitelio se van prolongando a partir de un
materia colorante sensible a la luz, llamada punto para formar las fibras del cristalino.
púrpura retiniana o rodopsina. Ambos ele­ Esta lente se mantiene en posición median­
mentos emiten unas prolongaciones que se te un aparato suspensorio membranoso lla­
ponen en comunicación con las neuronas mado zónula o zona de Zinn (fig. 2), inte­
bipolares de la segunda zona que, a su vez, grado por fibras que siguen una dirección
actúan como intermediarias con las de la meridiana y que se extienden desde la ora
capa siguiente. En la segunda zona se en­ serrata y los procesos ciliares hasta el ecua­
cuentran, además, neuronas horizontales o dor del cristalino.
transversales, que asocian varias células de El cuerpo vitreo (fig. 1) es una masa trans­
la primera capa, y también se halla un tipo parente, esferoide, situada entre el cristali­
especial de célula nerviosa, carente de c i­ no y la retina; consta de una membrana
lindroeje (célula amacrina). La tercera capa (hialoides) y un contenido gelatinoso (hu­
es de grandes células ganglionares, multi- mor vitreo), algo más denso que la clara de
polares, cuyas dendritas están en conexión huevo, dispuesto en forma de gajos y atra­
con la prolongación de las neuronas de la vesado en su parte central por un conducto
capa intermedia: sus cilindroejes forman las (conducto hialoideo).
fibras de cuya agrupación nacerá el nervio Entre la córnea y el cristalino existe un es­
óptico. Completan este conjunto de células pacio, que el iris divide en dos partes; la si­
nerviosas las células de neuroglia, elemen­ tuada entre la córnea y el iris es la cámara
tos de sostén, análogos a los que se hallan anterior (fig. 1), y la comprendida entre el
en el cerebro. La estructura de la retina se iris y el cristalino, la cámara posterior. Am­
halla profundamente modificada en la man­ bas están llenas de humor acuoso, líquido
cha am arilla, de modo que algunas capas incoloro transparente, que emana del cuer­
han desaparecido y otras adelgazan de tal po ciliar y que, a través de la pupila, circu­
manera que los rayos luminosos llegan a las la de la cámara posterior a la anterior, de la
células visuales de un modo más directo y cual emerge por conductillos que lo drenan
nítido: así resulta que su sensibilidad es hacia las venas.
150 veces mayor que a nivel de las regio­ El cristalino interviene en el acto de enfocar
nes más anteriores de la retina. Por esto se los objetos que se miran, es decir, acomoda
ha llegado a decir que «la mirada fija siem­ el ojo para la visión lejana (se aplana) o
pre la imagen sobre la fóvea». (Soula). próxima (se abomba) (fig. 3). Este mecanis­
Los medios transparentes y refringentes del mo es absolutamente involuntario e incons­
ojo (fig. 1). Constituyen el aparato de re­ ciente y ocurre con la intervención indirec­
fracción del ojo y comprenden la córnea, el ta del m úsculo c ilia r que, al contraerse,
humor acuoso, el cristalino y el cuerpo vi­ atrae la coroides hacia adelante, con lo que
treo. se re laja el ligam ento suspensorio, que
De ellos ya se ha descrito la córnea; los mantiene tirante y aplanado el cristalino, y
otros tres, de los que nos ocupamos segui­ entonces se aumenta la convexidad de sus
damente, se sitúan en el espacio interior curvaturas.
circunscrito por las tres túnicas opacas. En la figura 4 se representan las vías ópti­
El crista lin o es una lente biconvexa que cas, que se inician en los receptores visua­
constituye el más importante de los medios les retiñíanos; siguen los nervios ópticos, el
transparentes y está situado inmediatamen­ quiasma óptico (en dónde se cruzan la mi­
te detrás de la pupila, entre el humor acuo­ tad de las fibras de un lado con las del
so por delante y el cuerpo vitreo por detrás. opuesto), e ingresan por las cintillas ópticas
Consta de dos caras convexas, cuya unión en el tálamo, desde el cual se irradian ha­
determina una circu nferen cia o ecuador cia la corteza del lóbulo occipital (cisura
que está en relación con las fibras de una calcarina), donde reside el centro de la v i­
membrana elástica que lo sostiene. Su natu­ sión. En la figura 5 se exponen las anorma­
raleza elástica hace que si bien se deforma lidades del globo o cular o del cristalino
fácilmente, puede recobrar rápidamente su causantes de algunos defectos del ojo y el
forma primitiva. En su constitución intervie­ mecanismo de su corrección mediante len­
nen una envoltura elástica o cápsula y un tes convergentes o divergentes.

ATLAS DE AN ATO M ÍA (humana)


80
La
uí sta (I I )

Conjuniva
Cuerpo vitreo Cristalino

Cámara
anterior

Córnea

Iris
Humor
acuoso

Cámara
posterior

Esclerótica Fig. 2.- Aparato suspensorio del cristalino.

Fig. 1.- Medios transparentes y refringentes del ojo.

O jo normal.
Enfoque para
la visión próxima

Músculo ciliar

MIC IPIA
(coi edad de vista)

Visión de objetos Visión de objetos


próximos lejanos

Fig. 3.- Proceso de la acomodación. A) Porexcesiva


longitud del diámetro

.orrección

Quiasma a) Por poca longitud


del diámetro anterjpf
posterior
Tracto óptico

Radiación óptica

Corrección

j-óbulo occipital

Fig. 4.- Vías ópticas. Fig. 5.- Algunos defectos del ojo con sus oportunas correcciones.

LOS SEN TIDO S


81
Los s en t id o s

Anejos del ojo Aparato lagrimal (fig. 3)


Los órganos dispuestos alrededor del globo Lubrifica constantemente la conjuntiva con
ocular forman parte del aparato visual, ya las lágrimas; consta de un órgano secretor,
que, de un modo u otro, están relacionados la glándula lagrimal, y las vías lagrimales,
con su función. que conducen el excedente de las lágrimas
En la zona cutánea de la región orbitaria a las fosas nasales. Alojada en una fosita si­
(fig. 1) hallamos primero las cejas, eminen­ tuada en la parte externa del techo de la ór­
cias arqueadas que corresponden al borde bita, la glándula lagrimal se compone de
superior de las órbitas. La piel está provista una porción superior, orbitaria, y otra infe­
de pelos implantados oblicuamente: su fun­ rior, palpebral; los conducidlos excretores
ción es desviar hacia las sienes el sudor o se abren en el fondo del saco conjuntival
el agua de lluvia que resbala de la frente. superior. Las vías lagrimales se inician en
Los párpados son dos pliegues musculot'i- los puntos lagrimales, a los que siguen los
brosos, movibles en sentido ascendente y conductos lagrimales, el saco lagrimal y el
descendente, situados delante del globo conducto nasal. Los primeros son dos pe­
ocular. Son en número de dos, uno superior queños orificios situados en la parte más in­
y otro inferior por ojo. Cada párpado pre­ terna del borde libre de cada párpado. Los
senta una cara anterior, cutánea, y una ca­ conductos lagrimales son prolongación de
pa posterior, recubierta por una mucosa los puntos lagrimales y, por tanto, hay un
(cara conjuntiva!). Una parte del párpado se conducto lagrimal superior y otro inferior
continúa con la piel vecina; la otra forma que, después de una pequeña acodadura,
un borde libre; los dos bordes libres se ha­ convergen y se abren por un orificio común
llan separados cuando el ojo está abierto, en el saco lagrim al, pequeño reservorio
limitando un espacio alargado transversal­ membranoso, de forma cilindroide, que se
mente, la abertura palpebral. La parte más amolda al canal lácrimo nasal, labrado en
interna de cada borde libre contiene en su el unguis: su extremidad superior se dispo­
interior unos conductos que se estudiarán ne en forma de fondo de saco, el resto si­
con el aparato lagrimal; en el resto del bor­ gue una dirección descendente y se conti­
de se implantan unos pelos curvados, rígi­ núa sin límites precisos con el conducto na­
dos y sedosos, las pestañas, que tienen por sal, que desemboca en el meato inferior.
misión proteger el ojo contra la introduc­
ción de cuerpos extraños flotantes en el ai­ Músculos de la órbita (fig. 4)
re. También se les llama músculos extrínsecos
Entre las capas que forman el párpado figu­ para diferenciarlos de los contenidos en el
ran unas láminas fibrosas, los tarsos, consi­ globo ocular (músculos ciliar, dllatador y es­
deradas como el esqueleto de los párpados, fínter de la pupila). Los músculos del ojo se
y una capa de fibras musculares estriadas agrupan por pares: cuatro músculos rectos y
(músculo elevador del párpado). dos oblicuos. Los rectos se insertan por den­
La conjuntiva (fig. 2) es una membrana mu­ tro en el vértice de la órbita, desde donde se
cosa que tapiza el dorso de los párpados y dirigen a insertarse en los puntos del contor­
la zona anterior del ojo, es decir, une el no ecuatorial de la esclerótica que corres­
globo ocular a los párpados, de ahí su nom­ ponden a su denominación: son el recto su­
bre. Esta mucosa se extiende desde el borde perior, el inferior, el interno y el externo. Los
libre de cada párpado hasta el ecuador del oblicuos, así llamados porque rodean trans­
globo ocular, en donde se refleja sobre sí versalmente la esfera ocular, son dos: el ma­
misma y cubre la cara anterior de éste hasta yor se extiende desde el vértice de la órbita a
el centro de la córnea, en cuyo lugar se une la pared interna, en donde se refleja para in­
al epitelio corneal. Así dispuesta, la conjun­ sertarse en el hemisferio posterior; el menor
tiva forma un saco (saco conjuntival) cuya se inserta en la pared interna de la órbita y
abertura corresponde a la hendidura palpe­ en el hemisferio posterior. Los músculos del
bral; las paredes se hallan estrechamente ojo sólo comunican a éste movimientos de
adosadas una a otra, de lo que resulta que rotación alrededor de un eje siempre fijo: a
el espacio comprendido entre ambas es en los rectos se deben los movimientos hacia
realidad capilar. En el ángulo interno del arriba, hacia abajo y a los lados; a los mús­
ojo, la conjuntiva forma un repliegue (semi­ culos oblicuos, los desplazamientos que diri­
lunar) sobre el que se aplica la carúncula gen la córnea hacia afuera y abajo o hacia
lagrimal. afuera y adentro.

ATLAS DE AN ATO M ÍA (humana)


82
La u is ta ( I I I ) .
Los a n e j o s del ojo

Fondo de saco sup.

Párpado sup. Conjuntiva ocular

Conjuntiva
Ángulo Ángulo int. palpebral
ext.
Párpado

Pestañas

Párpado ¡nf.

Fig. 1 Cejas, párpados y pestañas.

■ondo de saco ¡nf.

Fig. 2.- Conjuntiva.

Elevador párpado

Recto

Recto

Glándula
lagrimal

Conductos
excretores

Fig. 4.- Músculos extrínsecos del ojo.

Saco
lagrimal

Desembocadura en las
fosas nasales

Fig. 3.- Aparato lagrimal.

LO S SEN TIDO S
83
Los s en t id o s

SEN TID O DEL O ÍD O dal, el caracol óseo. Los conductos semicir­


culares y el caracol óseo, con sus compo­
Es el sentido que nos permite percibir los so­ nentes membranosos que luego veremos,
nidos. El aparato destinado a recibirlos y ser constituyen dos aparatos: el vestibular y el
impresionado por ellos reside en sendos hue­ coclear, que funcionalmente nada tienen en
sos laterales del cráneo, los temporales. Se común. El primero interviene en los reflejos
divide en tres segmentos: oído externo, oído posturales, de la estación normal y de la
medio y oído Interno, o laberinto (fig. 1). equilibración, y el segundo, en la audición.
El oído externo está constituido por el pabe­ El caracol óseo, también llamado cóclea por
llón de la oreja, lámina cartilaginosa en for­ su semejanza con la concha del caracol vul­
ma de concha, con repligues curvilíneos en gar, consta de un núcleo óseo o columnita
la superficie cóncava y un orificio central central (colum ela), alrededor del cual se
que se continúa con el conducto auditivo arrolla en espiral un tubo cónico (lámina de
externo, cuya parte más externa es cartilagi­ los contornos), cuyo vértice, que correspon­
nosa y ósea la más interna. de al del caracol, está cerrado y cuya base
El oído medio es una cavidad ósea, estrecha está abierta. Interiormente este tubo está re­
y alta, cu ya pared externa presenta una corrido por una lámina que describe un tra­
membrana fibrosa delgada y transparente, de yecto espiral (lámina espiral) (fig. 4), adosa­
forma circular, abombada hacia adentro, el da a la columela por un borde, mientras el
tímpano, que separa el conducto auditivo ex­ otro queda libre y, por tanto, no entra en
terno de la caja del tímpano; la pared interna contacto con la pared interna del tubo: de
ósea separa el oído medio, o caja del tímpa­ este modo la parte interna del caracol se ha­
no, del oído interno, y presenta dos orificios lla dividid a en dos rampas, una superior
o ventanas, la ventana oval y la redonda, que (rampa vestibular), que se abre en el vestíbu­
ponen en comunicación la caja del tímpano lo, y otra inferior (rampa timpánica), que ter­
con el oído interno. La pared anterior ofrece mina en la ventana redonda. Al borde libre
un orificio que corresponde a la abertura in­ de la lámina espiral se aplica, desde la base
terna de un conducto en forma de trompa al vértice, un conducto membranoso, el con­
que hace comunicar el oído medio con la fa­ ducto coclear o caracol membranoso (fig. 5),
ringe: es la trompa de Eustaquio (fig. 2). En la que no es cilindrico, sino prismático triangu­
caja del tímpano se aloja la cadena de hue­ lar y ocupa precisam ente el espacio que
secillos del oído, extendida transversalmente existe entre el borde libre de la lámina espi­
desde el tímpano a la ventana oval: estos ral y la pared del tubo óseo.
huesecillos, en número de tres, se llaman La descripción de la parte interna del cara­
martillo, yunque y estribo y están suspendi­ col membranoso se completará con la del
dos por ligamentos a las paredes de la caja y órgano de Corti.
unidos entre sí por articulaciones que les Hemos visto que el órgano del oído se com­
prestan gran movilidad. La parte del martillo pone efectivamente, de fuera adentro, de una
que corresponde al mango está englobada en parte receptora del sonido, el pabellón de la
la membrana del tímpano; la base del estribo oreja y el conducto auditivo externo: de una
se aplica a la membrana de la ventana oval. parte transmisora formada por la cadena de
En estos dos huesecillos se insertan dos mús­ huesecillos, y de una parte receptora, el oído
culos, llamados del martillo y del estribo, a interno, constituida por el caracol óseo y el
los que movilizan. membranoso. La parte receptora recibe y en­
El oído interno (fig. 3) contiene la parte esen­ cauza la onda sonora sobre el tímpano (fase
cial, constituida por una serie de cavidades aérea), que transmite la vibración a la cadena
que forman un complejo conjunto, designado de huesecillos y a la membrana de la venta­
con el nombre de laberinto óseo, dentro de na oval (fase mecánica); sobre ésta se apoya
las cuales se alojan, en estado fresco, otros la base del estribo y todos los movimientos
elementos blandos y membranosos, el labe­ oscilatorios de la cadena de huesecillos se
rinto membranoso. Entre las paredes de am­ manifiestan por variaciones de la presión de
bos laberintos se encuentra un líquido, la pe- la perilinfa primero, y de la endolinfa des­
rilinfa; asimismo, en el interior del laberinto pués (fig. 6). En la figura 7 se muestra la coo­
membranoso hay otro líquido, la endolinfa. peración de los músculos: el martillo distien­
El laberinto óseo consta de una cámara cen­ de la membrana timpánica y produce un au­
tral: el vestíbulo óseo, que se relaciona por mento de la presión en el líquido laberíntico;
detrás con unas galerías curvilíneas, los con­ el músculo del estribo afloja la membrana
ductos semicirculares óseos, y por su parte timpánica y disminuye la presión dentro del
anterior con otra galería de trayecto helicoi­ laberinto («músculo que escucha»).

ATLAS DE AN ATO M ÍA (humana)


84
El oído (I). Oído e x t e r n o , oído medio,
oído interno, ór ga no s que a l o j a n

O ÍD O EXTERNO O ÍD O M ED IO O ÍD O INTERNO
Pabellón del oído

Fig. 1.- Sección media transversal del aparato auditivo. Fig. 2.- Trompa de Eustaquio.

Conducto sem icircular


membranoso (Aparato
vestibular)
Conducto
sem icircular
Vestíbulo
óseo
membranoso
"Vestíbulo óseo

Caracol óseo Caracol


membranoso
(Conducto coclear)

Laberinto óseo Laberinto membranoso

Fig. 3.- Oído interno.

Martillo

Estribo

Cadena de huesecillos del oído

Fig. 5.- Caracol


membranoso.

Fig. 6.- Efecto del desplazamiento de la cadena de hueseci- Fig. 7.- Acción del músculo del martillo (A) y del músculo del
líos sobre el caracol membranoso. estribo (B).

LOS SEN TIDO S


85
Los s en t id o s

El oído interno es la parte esencial del órga­ blar del laberinto. Ahora vamos a comple­
no del oído, pues contiene el aparato ner­ tar su descripción. Se trata de unas galerías
vioso terminal, muy complejo, llamado ór­ labradas en el espesor del hueso, situadas
gano de Corti (fig. 1), que se aloja en el ca­ detrás del vestíbulo, que se designan por su
racol membranoso. Observado éste en cor­ situación con los nombres de canal sem i­
te transversal, adopta la forma prismática circular posterior, canal sem icircular supe­
triangular, con el vértice aplicado al borde rio r y canal se m ic irc u la r extern o . Cada
de la lámma espiral y la base a la pared ex­ conducto puede describirse como un tubo
terna del caracol. Pueden estudiarse en él curvado en forma de arco de círculo, cuyos
las siguientes partes: membrana de Reiss- extremos, uno de ellos ensanchado en for­
ner, membrana basilar y ligamento espiral, ma de ampolla, desembocan en el vestíbu­
que forman las tres paredes del prisma. So­ lo óseo.
bre la membrana basilar descansa la parte Los conductos sem icirculares membrano­
más importante o compleja, constituida por sos, en el interior de los canales semicircu­
los siguientes elementos: unos arcos de dos lares óseos, se orientan naturalmente, como
piezas o pilares unidos por su parte supe­ aquéllos; existe un conducto sem icircular
rior, que limitan un espacio triangular: tales superior, otro posterior y otro lateral, de
arcos se extienden a lo largo de toda la modo que están contenidos en planos per­
membrana basilar y construyen una galería pendiculares entre sí, es decir, que están
helicoidal (túnel de Corti o rampa coclear). orientados según las tres dimensiones del
Flanqueando los pilares se hallan unas cé­ espacio (fig. 4). Cada conducto semicircular
lulas ciliadas (corpúsculos acústicos) que se membranoso tiene la misma configuración
apoyan en un armazón formado por células y longitud del tubo óseo que lo alberga, y
de sostén. El órgano de Corti está cubierto sus extremos desembocan por sendos orifi­
por una membrana dispuesta como una cios en el utrículo-, una de las extremidades
marquesina (membrana tectoria). presenta una dilatación ampular que coin­
En la figura 2 se muestra el trayecto de las cide con la ósea, en el punto donde desem­
vías auditivas. Se inician en las células c i­ boca en el utrículo. Dentro de éste se en­
liadas del órgano de Corti. Se continúan cuentra la mácula (fig. 5), que consiste en
con el nervio coclear y el auditivo y se ex­ un engrosamiento formado por células neu-
tienden hasta los centros bulbares (núcleos roepiteliales ciliadas, recubiertas por una
cocleares) y cerebrales (tálamo). membrana gelatinosa sembrada de cristales
Al describir el oído interno se ha precisado de carbonato cálcico (otolitos); la mácula
que lo forman un compartimiento central, es excitable por la acción de la gravedad.
el vestíbulo (fig. 3), que com unica por su En el sáculo se alberga la cresta acústica
parte anterior con el caracol, destinado a la (fig. 5), relieve formado por células ciliadas
audición, y por su parte posterior, con tres contenidas en una masa gelatinosa; del ex­
galerías en forma de arco, los canales semi­ tremo inferior de las células nacen prolon­
circulares, que, con su componente mem­ gaciones que forman las fibras nerviosas.
branoso, constituyen el aparato vestibular, Como la mancha acústica, la cresta acústi­
el cual consta de: utrículo, sáculo y co n ­ ca corresponde a las divisiones terminales
ductos sem icirculares membranosos. El utrí­ del nervio vestibular.
culo es una vesícula aplanada contenida en El aparato vestibular es el punto de partida
el vestíbulo óseo. Por su parte superior reci­ de sensaciones que proporcionan informa­
be las dos extremidades de cada uno de los ción constante sobre la posición en el espa­
arcos que forman los conductos semicircu­ cio de la cabeza y del cuerpo que, junto
lares. El sáculo, otra vesícula situada bajo con las impresiones visuales y táctiles, dan
el utrículo, está unido por su parte inferior a conocer las variaciones de situación que
a la porción inicial del conducto coclear y experimenta el cuerpo y desencadena reac­
por su parte superior se prolonga con un es­ ciones automáticas, que tienden al mante­
trecho conducto (conducto endolinfático), nimiento del equilibrio (fig. 6), en colabora­
que también com unica con el utrículo y ción con la contracción sinérgica de los
que, en su porción terminal, se sitúa bajo la músculos antagonistas.
duramadre cerebral. Es un órgano rudimen­ Las vías vestibulares nacen de distintas par­
tario. tes del vestíbulo membranoso, desde donde
Los conductos semicirculares membranosos convergen para formar el ramo vestibular
se encuentran dentro de los conductos se­ del nervio auditivo, y terminan en el bulbo
micirculares óseos, que sólo citamos al ha­ (núcleos vestibulares) y en el cerebelo.

ATLAS DE AN ATO M ÍA (humana)


86
El oído ( II ). El órgano de Corti.
El equilibrio

Membrana Rampa
de Reissner vestibular

Conducto
coclear
Centros
Rampa geniculares
media

Membrana Lóbulo
lectoría! temporal

Células
ciliadas

Órgano
de Corti
Rampa
Membrana timpánica
Núcleos
basilar
cocleares
Fig. 1.- El órgano de Corti y su emplazamiento en el caracol óseo. Fig. 2.- Vías auditivas.

EL EQ U ILIBR IO

Conducto
endolinfático

Conducto
Conducto
semicircul
sem icircular
ext.
sup.

Utrículo

Conducto Sáculo
sem icircular post.
Fig. 4.- Emplazamiento craneal de
los canales semicirculares

- Músculos
Conducto espinales
coclear
- Músculo
psoasilíaco
Masa
gelatinosa - Músculo
glúteo

■Músculo
Capa cuádriceps í.
gelatinosa

- Músculo
C él. sóleo
Cilios- sensoriales

Cél.
de soporte
Fibras Fig. 6.- Estación nonmal. Grupos muscula-
nerviosas res que contribuyen a su mantenimiento.

Fig. 5.- Mácula, cresta acusica: corte esquemático.

lo s Se n t i d o s
87
Sistema humoral
o endocrino

Es el conjunto de glándulas especializadas en — Las glándulas paratiroides regulan la concen­


la elaboración de sustancias que se vierten en tración del calcio en la sangre (aumento o dis­
la sangre o que actúan directamente sobre los minución de la calcemia).
centros nerviosos. ^ El páncreas es una glándula exocrina y endo­
Estas secreciones se componen de cuerpos quí­ crina. Como exocrina fue descrita al tratar
micos definidos, cuya reunión constituye la se­ concretamente de los anejos del aparato di­
creción interna propia de cada glándula y que gestivo. Conocemos, pues, su forma y situa­
recibe el nombre de hormona. Existe una rela­ ción y añadiremos ahora que entre las células
ción muy estrecha entre el sistema humoral y productoras del jugo pancreático existen los
el nervioso, de modo que los impulsos nervio­ ilamados islotes de Langerhans, formados por
sos y la función hormonal no representan me­ acúmulos de células ricamente irrigadas por
canismos diferentes, sino que bien puede ha­ capilares que reciben las hormonas elabora­
blarse de una acción única neurohormonal das por aquéllas. El páncreas interviene en la
(correlación neurohormonal). Las hormonas se regulación de la glucosa en la sangre (gluce­
transforman en la sangre, a la que proporcio­ mia) mediante dos hormonas: la insulina, que
nan cualidades especiales que hacen reaccio­ disminuye su nivel, y el glucagon, que tiende
nar de modo diverso al sistema nervioso, que a aumentarlo.
es, en definitiva, el que actúa sobre el tejido Las cápsulas suprarrenales son dos órganos de
terminal (Marañón). En algún caso (hipófisis y forma piramidal que se encuentran aplicados
quizás otros), la hormona actúa directamente sobre cada uno de los polos superiores renales.
sobre los centros nerviosos (neurocrinia). Con­ Al corte se distinguen dos partes bien diferen­
viene añadir que también existen hormonas ciadas, la corteza y la médula. La primera se
elaboradas por órganos no especializados o di­ halla formada por tres capas de células que se
fusos (neuroglia, conjuntivo), y también por es­ disponen concéntricamente y que segregan
tructuras no permanentes (placenta, cuerpo lú­ hormonas de distintas clases. La médula, a su
teo). Dejando aparte la verosímil, pero no de­ vez, consta de cordones celulares, vasos veno­
mostrada actividad endocrina de algunos órga­ sos y fibras nerviosas. Las hormonas segrega­
nos que luego citaremos, exponemos a conti­ das son la adrenalina y la noradrenalina por
nuación las glándulas consideradas hoy como parte de la médula; la corteza elabora la aldos-
de secreción interna. terona y la cortisona. Las primeras actúan so­
-La hipófisis o glándula pituitaria es un órgano bre el metabolismo de los glúcidos y sobre las
ovoideo situado en una depresión del esfenoi- visceras en acción comparable al estímulo del
des (silla turca), bajo el encéfalo; está unida al simpático; las segundas regulan el metabolis­
cerebro mediante un tallo (tallo pituitario). Se mo del sodio y del potasio.
divide en dos porciones: un segmento anterior Hormonas sexuales. El testículo y el ovario
(adenohipófisis) y otro posterior (neurohipófi- contienen, entre los componentes celulares
sis). Se admite además que la parte intermedia que producen los gametos, otras agrupaciones,
entre ambos segmentos constituye una tercera llamadas células intersticiales, especializadas
porción (lóbulo intermedio). La hipófisis segre­ en la secreción de hormonas masculinas y fe­
ga una hormona (somatotropa) que estimula el meninas, respectivamente, que entran en acti­
crecimiento del cuerpo y otras dos (gonadotro- vidad al iniciarse la pubertad, y obran favore­
pas) que estimulan la actividad de las glándu­ ciendo el desarrollo sexual y los caracteres típi­
las sexuales. Es, además, un centro de cone­ cos de cada sexo.
xión entre los sistemas nervioso y endocrino. La acción endocrina de la epífisis es discutida:
El tiroides es un órgano voluminoso, situado algunos descartan su actividad endocrina, otros
bajo la laringe, delante de la tráquea. Está for­ defienden su intervención hormonal basándose
mado por dos lóbulos unidos en su parte infe­ en datos histológicos, clínicos y experimentales.
rior por un istmo, del cual nace un tercer lóbu­ Es un reducido órgano situado en la entrada del
lo muy delgado. El tiroides estimula la activi­ ventrículo medio, que a partir de la pubertad se
dad metabólica general, influye en la morfogé­ hace inactivo. En cuanto al timo, existe discor­
nesis y en el crecimiento e interviene en los in­ dancia en los resultados experimentales respec­
tercambios minerales (calcio, fósforo). to a su función endocrina, si bien últimamente
- Las paratiroides, en número de cuatro, del ta­ se habla de un factor humoral tímico. Está situa­
maño de un grano de trigo, están situadas en la do entre el cuello y el tórax y alcanza su mayor
parte posterior del tiroides cerca de sus bordes. desarrollo en la adolescencia.

ATLAS DE AN ATO M ÍA (humana)


88
L a s gl ándulas de
s e c r e c i ó n i n te rn a

Hipófisis Tiroides

Epífisis Paratiroides

Páncreas

Ovario
Cápsulas suprarrenales

Testículo

Emplazamiento de las distintas glándulas endocrinas.

LOS SENTIDOS
89
CUADRO
DE MATERIAS
E ÍNDICE
EL ESQUELETO El tubo digestivo (III). Intestino
Constitución del esqueleto. grueso (ciego, colon, recto)..................................F/3
Hueso y cartílago.....................................................A/1 Anejos del tubo digestivo (glándulas
La cabeza ósea (I)................................................... A/2 salivares, hígado, páncreas)................................ F74
La cabeza ósea (II). El hueso hioides A/3
Las vértebras. La columna vertebral................ A/4 EL APARATO UROGENITAL
El tórax. La cintura torácica................................A/5 Los órganos urinarios............................................G/1
El miembro superior o torácico........................ A/6 Los órganos genitales masculinos...................G/2
El miembro inferior o pélvico............................A/7 Los órganos genitales femeninos......................G/3
La pelvis. La cintura pélvica...............................A/8
EL PERITONEO
LAS ARTICULACIONES Disposición general................................................H/1
Clasificación. Elementos articulares................ B/1
EL SISTEMA NERVIOSO
EL SISTEMA MUSCULAR Sistema nervioso central (I). Neuroeje,
Músculos de fibra estriada. Músculos meninges........................................................................1/1
de la cabeza y del cuello..................................... C/l Sistema nervioso central (II). El encéfalo.
Musculatura superficial del cuerpo................ C/2 (A). Cerebro.................................................................. 1/2
Músculos de fibra estriada de función Sistema nervioso central (III). El encéfalo
ajena a la locomoción. Músculos (B). Istmo del encéfalo, cerebelo, bulbo
de fibra lisa (músculos viscerales).................... C/3 raquídeo........................................................................1/3
Sistema nervioso central (IV). La médula 1/4
EL SISTEMA CIRCULATORIO Sistema nervioso periférico (I).
El corazón.................................................................. D/1 Los nervios craneales.............................................. 1/5
La circulación ¡ntracardíaca. Circuitos El sistema nervioso periférico (II).
circulatorios.............................................................. D/2 Los nervios raquídeos.............................................. 1/6
Las arterias, las venas y los capilares. El sistema simpático y el parasimpático..........1/7
Los vasos más importantes..................................D/3
Vasos y glanglios. El bazo...................................D/4 LOS SENTIDOS
El olfato......................................................................... J/1
EL APARATO DE LA RESPIRACIÓN Y El gusto...........................................................................J/2
DE LA FONACIÓN El tacto...........................................................................J/3
Laringe. Tráquea. Bronquios. La vista (I). El globo ocular..................................J/4
Pulmones. Las pleuras............................................E/1 La vista (II)................................................................... .J/5
Relación cardiopulmonar. La vista (III). Los anejos del ojo............................J/6
Constitución anatómica de los pulmones E/2 El oído (I). Oído externo. Oído medio.
Oído interno. Órganos que alojan.................... J/7
EL APARATO DIGESTIVO El oído (II). El ógano de Corti. El equilibrio ...J/8
El tubo digestivo (I). Boca, faringe.................... F/1
El tubo digesbvo (II). Esófago. Estómago. SISTEMA HUMORAL O ENDOCRINO
Intestino delgado (o yeyunoíleon).................... F/2 Las glándulas de secreción interna..................K/1
SERIE A SERIEC

A/1 El esqueleto C/1 El aparato urogenital


A/2 » G/2 » »
A/3 » G/3 » »
A/4 »
A/5 SERIE H
A/6 »
A/7 » H/1 El peritoneo
A/8 »
SERIE I
SERIE B
1/1 El sistema nervioso
B/1 Las articulaciones (cerebroespinal)
I/2 El sistema nervioso
SERIE C (cerebroespinal)
I/3 El sistema nervioso
C/1 El sistema muscular (cerebroespinal)
C/2 » » I/4 El sistema nervioso
03 » » (cerebroespinal)
I/5 El sistema nervioso
SERIE D (cerebroespinal)
I/6 El sistema nervioso
D/l El sistema circulatorio (cerebroespinal)
D/2 » » I/7 El sistema nervioso
D/3 » » (cerebroespinal)
D/4 » » linfático
SERIE)
SERIE E
l/l Los sentidos
E/1 El aparato de la respiración 1/2 »
y de la fonación. J/3 »
E/2 El aparato de la respiración 1/4 »
y de la fonación. J/5 »
J/6 »
SERIE F J/7 »
1/8 »
F/1 El aparato digestivo
F/2 SERIE K
F/3 » „
F/4 » „ K/1 Sistema humoral o endrocrino
A T L A S
T E M Á T I C O S
R E L A C I Ó N D E T Í T U L O S

Atlas de Matemáticas (Análisis + Ejercicios)


Atlas de Matemáticas (Álgebra + Geometría)
Atlas de Física
Atlas de Química
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Atlas de Zoología (Vertebrados)
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