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Nancy FRASER, Escalas de justicia. 2009

Article · July 2009


DOI: 10.5565/rev/enrahonar.322

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Martha Palacio Avendaño


Universitat Oberta de Catalunya
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Ressenyes Enrahonar 42, 2009 241

FRASER, Nancy (2008).


Escalas de justicia.
Traducción de Antoni Martínez Riu
Barcelona: Herder, 294 p.

Hace un par de años fue publicado ¿Redis- Herder en el otoño de 2008, desarrolla
tribución o reconocimiento?, un texto en el de manera sistemática en qué consiste la
que Nancy Fraser y Axel Honneth man- tercera dimensión y aplica el análisis a los
tienen un contrapunto sobre cómo abor- envites de un mundo en globalización.
dar los problemas de la política de la iden- Lo que significa considerar el asunto de la
tidad y las desigualdades económicas representación política al interior de una
desde una fundamentación de la teoría comunidad política delimitada y asumir la
crítica. Nueve años antes, había sido complejidad de pensarla en circunstan-
publicado Iustitia Interrupta. Reflexiones cias que difícilmente pueden ser abor-
críticas desde la posición «postsocialista», dadas en el marco de una «justicia
una obra en la que Nancy Fraser presen- doméstica».
ta su enfoque para dirimir las falsas antí- Para N. Fraser nuestra era presenta un
tesis entre el paradigma de la justicia dis- cambio en «la gramática de la justicia»;
tributiva y la justicia de la política de la la comprensión del qué de la justicia
identidad. Como resultado de ello pro- (redistribución, reconocimiento, repre-
puso que «no puede haber reconoci- sentación), del quién y el cómo de la
miento sin redistribución ni redistribu- misma se ve alterada, en parte, por la mul-
ción sin reconocimiento». En conjunto, tiplicación de arenas discursivas en las que
los dos textos afirman la perspectiva dua- las formas de reivindicación de la justicia
lista de la teoría de la justicia de Nancy social han hecho «estallar» el marco habi-
Fraser como herramienta de análisis para tual con el que podían ser abordadas.
indagar los aspectos culturales encubiertos Al afirmar que «no hay redistribución
tras las políticas económicas y los aspectos ni reconocimiento sin representación»
económicos que esconden las políticas (p. 49), se propone pensar la justicia de
culturales orientadas al reconocimiento. la mano de una política del enmarque
Es cierto, sin embargo, que en el contra- guiada por procedimientos democráticos.
punto con A. Honneth llega a esbozar La política del enmarque da cuenta
algunas ideas sobre la dimensión política de la idea contenida en Escalas de justi-
de la justicia, pero ésta aún queda ceñida cia, que a diferencia de las esferas de dis-
al carácter programático de su perspecti- tribución de que hablara M. Walzer, remi-
va dualista. No será hasta el año 20041 te a los marcos que limitan y hacen
cuando N. Fraser comience a desarrollar posible configuraciones y ordenamientos
el tema de los obstáculos políticos a la políticos que establecen las pautas para
paridad participativa, para plantear lo que reconocer una voz política, para su con-
constituye su tercera dimensión de la jus- formación y su ejercicio. No es que
ticia: la representación política. a N. Fraser no le interese la redistribu-
Su último libro, Escalas de justicia, ción de bienes, pero ésta se articula sobre
publicado en castellano por la editorial los límites de la pertenencia o no perte-

1. Su conferencia «Reframing Justice», en el marco de las «Spinoza Lectures» en 2004,


constituye el primer trabajo en que aborda sistemáticamente la dimensión política de
la justicia. Esta conferencia ha sido reelaborada para la edición de Escalas de justicia.
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nencia; esto es, del establecimiento del to capítulo lleva por título «Justicia anor-
marco como proceso de inclusión y exclu- mal», una expresión que le sirve a Fraser
sión, y éste no puede ser interpretado más para describir la irrupción de interpreta-
que como una relación causal entre la ciones discursivas alternativas que quie-
definición de una estructura básica y bran la interpretación hegemónica sobre
el bienestar de los individuos. Pero, si la lo que debe entenderse por justicia: qué
estructura básica no reconoce la interde- debe distribuirse, entre quiénes y cómo
pendencia económica, difícilmente podrá establecer los límites. Este capítulo, alu-
responder al bienestar de sus individuos. sivo al quiebre de un discurso hegemóni-
De ahí que Escalas juegue con la metáfo- co, en último término caracteriza lo que
ra topográfica para plantear una política vendría a ser la función de los contra
del enmarque, un esquema conceptual públicos dentro de una sociedad civil,
para comprender cómo se trazan los mar- ahora trasladados a un marco transnacio-
cos de la representación política y cómo nal. Con este capítulo Fraser, además,
pueden ser dislocados y reconstruidos en hace un homenaje a Richard Rorty al usar
medio de la pluralidad de arenas discur- la expresión «justicia anormal», que erige
sivas nacionales y transnacionales. sobre la distinción del neopragmatista
Nancy Fraser apuesta en esta obra por entre discursos normales y anormales
contar con una herramienta explicativa y apuntados en La filosofía y el espejo de la
normativa que permita comprender las naturaleza.
demandas de justicia social en un nuevo El capítulo quinto, «Transnacionali-
espacio político, que con Richard Falk zación de la esfera pública: sobre la legi-
denomina poswestfaliano. timidad y eficacia de la opinión pública
A desarrollar esta herramienta, N. Fra- en un mundo poswestfaliano» es, por una
ser dedicará al menos los primeros cinco parte, una revisión de la idea de esfera
capítulos, en los que se concentra la expli- pública en discusión con J. Habermas en
cación del diseño de una política del la que se aprecia el cambio de acento de la
enmarque. En los dos primeros apunta el propia N. Fraser respecto a ¿Qué tiene de
contexto en el cual y para el cual ha sido crítica la teoría crítica? de 1990 y Repen-
pensada, define en qué consiste el nuevo sar la esfera publica de 1997. Pero por otra,
espacio político. En el tercero, sopesa las complementa la situación descrita en el
limitaciones de los enfoques de justicia capítulo anterior. Si el capítulo cuarto se
ligados al marco territorial del Estado, al ocupa de cómo los contra públicos podrían
dar por supuesto el quién de la justicia, rediseñar la acción política transnacional,
y las insuficiencias de los esquemas inter- no será hasta el capítulo quinto cuando
nacionalistas y cosmopolitas. Para Fraser el principio crítico normativo de todos
el debate sobre qué era lo que debía ser los sujetos, que se superpone al de to-
distribuido ha dado paso al de entre quié- dos los afectados, busque responder a la
nes existen relaciones de justicia, pero las pregunta «¿paridad participativa entre
preguntas sobre cómo definir el marco quiénes?». La propuesta de este principio
de pertenencia y los procesos de toma de constituye la fuerza de la política del
decisiones en relación a estos quiénes, aún enmarque; al preguntar ¿quiénes están
quedan abiertas. sujetos a qué estructura social de «gober-
Los capítulos cuarto y quinto son el nación»?, abre la puerta a un proceso dialó-
lugar en que pivota la obra. Al examinar gico en el que las reivindicaciones prueban
la multiplicación de arenas discursivas en su legitimidad y pueden ser enmarcadas
un mundo en globalización traza con adecuadamente.
detalle su nueva teoría de la justicia para Los capítulos siguientes resultan com-
tiempos «anormales». En efecto, el cuar- plementarios para ampliar la visión sobre
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la justicia en un mundo en globalización. La propuesta de esta nueva obra de


El sexto capítulo, por su parte, aplicará el N. Fraser puede resultar interesante al
esquema de la justicia en tres dimensio- menos en dos sentidos: en primer lugar,
nes para leer la historia del movimiento su apuesta por una revisión de su teoría
feminista de la segunda ola. De esta mane- sobre la justicia que introduce la dimen-
ra, la reconstrucción histórica del movi- sión política de la representación y com-
miento social en relación a las circuns- pleta la tríada que ha de superar la pers-
tancias políticas de los últimos cincuenta pectiva dualista, que definía el horizonte
años permite comprenderlo como una de sus primeros trabajos; y, en segundo
acción colectiva para ir completando cada lugar, al ofrecer un enfoque crítico e inter-
uno de los retos exigidos por las tres pretativo sobre la justicia, incita a pensar
dimensiones de la justicia y apuntar entre los desafíos políticos del presente.
las tareas que aún le quedan pendientes: En el nuevo espacio político pos-
¿qué rol ha de jugar en un espacio políti- westfaliano, Nancy Fraser se ha planteado
co poswestfaliano? El movimiento femi- cómo abordar la idea de todos los afecta-
nista es pues uno de esos lugares clave dos, los niveles de exigencias de las rei-
desde el cual y para el cual pensar la polí- vindicaciones, las formas adoptadas por
tica del enmarque. éstas; en suma, analizar los límites y las
El séptimo y octavo capítulo cons- posibilidades de una esfera pública trans-
tituyen formas de pensar con Michel nacional. De esta forma, su nuevo enfo-
Foucault y Hannah Arendt, aunque más que de la justicia estaría apuntando no
allá de ellos, los rasgos de las sociedades sólo a las causas de nuevas formas de
de nuestro tiempo. Así, en el séptimo injusticia, sino también al contexto en el
capítulo acomete «historizar» a Foucault que es posible hallar formas de respues-
en el panorama de una flexibilización de ta. Habrá que considerar si las respuestas
la «gobernabilidad», al apuntar las carac- que surjan son afirmativas o transforma-
terísticas de una configuración social doras de las condiciones de injusticia, si
postfordista; mientras en el octavo, al bus- los expedientes de regulación de empleo
car dónde podrían hallarse en la actuali- deben enmarcarse como problemas de
dad amenazas de totalitarismo, nos topa- justicia doméstica o ser pensados en la
mos con la política internacional del escala de una economía globalizada. Estas
segundo G. Bush. El capítulo noveno y y otras preguntas quedan abiertas para
último está dedicado a una entrevista con probar la efectividad de una política del
Vicki Bell y Kate Nash, profesoras de enmarque.
Sociología del Goldsmiths College de la
Universidad de Londres, en la que pasa Martha Palacio Avendaño
revista a la historia de su política del Universitat de Barcelona
enmarque. marpave@gmail.com

KOL- AKOWSKI, L. (2007).


Por qué tengo razón en todo
Barcelona: Melusina, 347 p.
El mite de la revolució i la construcció de passat, fins que la mort d’Stalin va per-
la Unió Soviètica va encisar bona part de metre el coneixement de la tragèdia del
la intel·lectualitat europea i americana pobre rus i dels seus veïns. Llavors va arri-
entre els anys trenta i seixanta del segle bar el moment de fer el camí de tornada,

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