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VII Simposio Internacional de Historia de los Llanos Colombo-Venezolanos

San Carlos de Austria, 25 al 28 de septiembre 2001

Consideraciones de Orden: Teórico, Metodológico e


Historiográfico Para la Investigación de la
Historia Regional y Local

Autor: Jorge N, Campos R


Coord.., de Proyectos de Investigación,
del Centro de Estudios Históricos-Sociales
del Llano Venezolano (CEHISLLAVE)
San Fernando de Apure - Venezuela
Resumen
Como es sabido, desde que comenzó a considerarse la Región como categoría de
análisis para los investigadores sociales, ésta ha tenido diferentes tratamiento
vinculadla" a los aspectos: sociales, geográficos, históricos, culturales, entre otros.
Aspados en los cuales está y estará la presencia del ser -humano. Quien es el
responsable de todos los cambios o transformaciones que en ella puedan suscitarse.
Cambios que serán estudiados por los investigadores de lo Regional y Local bajo los
principios del método histórico. Por ser éste, quien les permite “... asomarse al
pasado, con la actitud de un científico que conoce las veredas de su disciplina”, donde
la región, la localidad, la parroquia, etc., son un producto, una realidad concreta que
hay que describir y comprender. En donde se aspira descubrir la verdad referida a
hechos particulares, peculiares e irrepetibles de las localidades, buscando alcanzar el
principio de totalidad y globalidad de la sociedad, reflejada en la memoria colectiva
de los pueblos.

Palabras Claves: Región, Localidad, Totalidad, Memoria, Proceso, Cambios,


Parroquias, sociedad.

I. Algunas Consideraciones de Orden: Teóricas, Metodológicas y


Criteriológicas.

Con la intención de puntualizar y ubicarnos teórica, metodológica y


criteriológicamente en el problema planteado, iniciamos haciéndonos una pregunta,
¿Qué es la Historia?

Para algunos ya resulta obvia y hasta fuera de lugar por desenvolverse en el


medio de la disciplina. Pero para aquellos que no se desenvuelven en el oficio, quizás
en este momento estarán pensando y recordando el acostumbrado y memorístico
concepto empleado e impuesto por la Historiografía Tradicional a través de su
discurso antihistórico; donde se limita y niega el accionar cotidiano de el hombre
popular, en sus diferentes realidades temporoespaciales desconociendo su papel
protagónico en la conformación de ese producto que llamamos Historia.

Para responder o definir tal interrogante, me permito apelar al criterio de


autoridad que poseen tres (3) reconocidos Historiadores, quienes la han definidos de
la siguiente manera.

El primero de ellos es el siempre recordado y citado maestro Marc Bloch. Uno


de los fundadores de la llamada Escuela de los Annales (1929). Quien la define a
manera de síntesis teórica-metodológica como la “Ciencia de los hombres en el
tiempo” (Marc Bloch; Introducción a..., p.26). El segundo -no menos conocido- Juan
Brom; quien la definiría partiendo de su esencia misma, (la praxis investigativa),
señala que la Historia es “la indagación del pasado” (Juan Brom; Para
Comprender..., p.15), un pasado que puede contener diferentes dimensiones
temporales. Dejando de último -pero con igual importancia-, al venezolano
Historiador de lo Regional y Local el maestro Arístides Medina Rubio (1983), quien
con sus aportes para los estudios Históricos Regionales en Venezuela es de obligada
consulta. Quien define a la Historia como “... la memoria colectiva de una sociedad
cualquiera, a partir de la cual los hombres tratan de comprender y de explicar el
pasado en todas sus dimensiones y expresiones...” (Arístides Medina Rubio, “Teoría,
fuente y...,” en Cuadernos de Historia N° 2, p.5).

Con estos conceptos, por demás conocidos, es con los cuales trataré por
límites de tiempo y espacio, discernir algunas reflexiones de orden teórico,
metodológico y criteriológico a cerca de la Investigación en lo que a Historia
Regional y Local se refiere; puntualizando -ya- por las razones arriba mencionadas
que no se abordará el problema-reflexión en su totalidad, dejando el mismo “por
ahora” para futuros encuentros o seminarios académicos.

De estos conceptos se desprende, que los hechos conscientes e inconscientes


realizados por los seres humanos -en sociedad-, conforman el producto histórico tanto

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de lo Nacional, Regional, Local etc., a ser abordados metódicamente por el
historiador, durante el proceso investigativo.

Para el hecho puntual de la investigación Histórica de lo Regional y Local,


vista como una de las tantas especialidades de la disciplina ciencia. Arístides Medina
Rubio (1983) señala que:

La investigación histórica a escala regional y local, (...) debe efectuarse


según las orientaciones del método histórico, el cual opera a su vez con las
pautas generales del método científico, incluyendo desde luego las
particularidades técnicas y procedimientos (...). (Arístides Medina Rubio;
Ob. cit., p. 20)

propios de la disciplina, recurriendo metódicamente y sin prejuicios o celos


profesionales al auxilio de otras disciplinas o especialidades; que muy bien podrían
ayudar a comprender el hecho-fenómeno o proceso estudiado en su totalidad. Pero
siempre manteniendo el sentido histórico y el fin de nuestra profesión.

Con las cuales se podrán investigar “...los mecanismos que vinculan la


dinámica de las estructuras...” (Pierre Vilar; 1982:47) sociohistóricas presentes en las
diferentes realidades temporoespaciales y plurisocietales. Sean estos de Larga,
mediana o corta duración.

Por lo cual el investigador, partiendo de los principios del método histórico,


tomará como delimitante espacial las categorías de orden Nacional, Estadal,
Regional, Municipal, Local, entre otras. Teniendo el cuidado de abordar el problema;
en cualquiera de sus delimitantes espaciales con una visión de totalidad (criterio
metodológico), manteniendo con ello la Unidad esencial del proceso histórico. Para
tratar de captar tanto: objetiva como críticamente las acciones dialécticas que se
generan en el seno propio de la realidad espacial -en concreto-. Como por igual,
aquellas que se realizan tanto en su entorno como contorno, influyendo en cierta
medida en la conformación o no de los procesos sociohistóricos.

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Para ello, es necesario recordar un aspecto metódico propio de la carpintería
del oficio de historiador formulado por Carrera Damas, quien a manera de
advertencia, indicaría que la Unidad Esencial del Proceso Histórico “... en la práctica
de la investigación (...) puede perderse de vista, con consecuencias muy graves”
(Carrera Damas Germán, “La Historia Regional”, p.29), para el historiador o
investigador. Quien verá impedido y limitado la comprensión, de los procesos
sociohistórico sean estos Nacionales, Regionales o Locales.

Pues para su comprensión, el investigador debe de estar consciente que:

Ningún fenómeno puede estudiarse sin conocer su historia completa en una


Unidad espacio-tiempo, [Cursivas Nuestras] sin considerar las causas que lo
originan y los elementos que concurren a producirlo como consecuencia de
un proceso de desarrollo interno, de las influencias exógenas y de los
fenómenos que con él coexisten (Brito Figueroa Federico; Historia
Económica y,. Tomo I; 1979, p. 10)

Durante el proceso investigativo, a escala Regional y Local, el historiador no


debe caer en la excesiva, viciosa y simplista descripción del espacio, -nada más- pues,
le restaría importancia y relevancia al estudio. Todo lo contrario, debe profundizar en
sus análisis buscando con ello penetrar en las raíces del contexto Sociohistórico
Regional del espacio estudiado.

Considerando que dentro de un espacio Regional, existen pequeñas Unidades


Espaciales (microespacios), cada una de ellas con identidades históricas propias, que
estarían representando -por decirlo de algún modo-, el nivel estructural de la
Dinámica Sociohistórica Espacial de la Región. Conllevando con ello, a la Unidad y
Compactación teórica del espacio a través del proceso de interrelación: Económica,
Social, Política, Religiosa, Cultural, etc., que se puedan establecer directa e
indirectamente entre ellas, por el contacto diario y dialéctico de sus habitantes.
Imbricándose a la gran amalgama Geonacional.

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Pero será, durante este proceso de interrelación y asimilación espacio-
territorial (Praxis), donde se podrá captar las diversidades y particularidades; sean
éstas de la Región como por igual de las pequeñas entidades geohistóricas que la
componen (municipios, parroquias, caseríos, etc.,). Quienes en conjunto conformarán
la realidad histórica concreta de la Región, por estar bajo la inherencia -aceptémoslo
o no- del poder económico capitalista diferencialmente establecido en la zona; quien
determinaría “...los flujos de intercambios internos y externos, que contribuirán a
dibujar con la mayor precisión los verdaderos límites de la región” (Medina Rubio
Arístides, “Introducción a...”, en Historia Para..., p.30) sujeta a estudio. Generando
con ello constantes cambios producto de la dinámica espacial. Por ser la Región, la:

...expresión de períodos históricos, de sistemas económicos y sociales


proyectados en espacios geográficos (...) con determinados usos del suelo,
explotación de recursos naturales, habilitación de vías de comunicación y
medios de transporte (...) aunque simultáneamente es frecuente encontrar
en los espacios más aislados anacronismos espaciales (Pedro Cunill Grau, La
Región Histórica..., 1994, p.43)

Lo que origina en el contexto geohistórico desventajas socioeconómicas muy


determinantes para la vida y desarrollo de esos espacios.

Quienes al estar muy alejados del centro de poder: Regional, o Nacional; en


los cuales se toman principalmente las decisiones, para luego imponérselas a éstos
pequeños espacios que gradualmente e históricamente marchan con ritmo de vida
diferencialmente contrarios a los grandes Centros Urbanos. Podríamos citar como
elocuentes ejemplos los pueblos que conforman la llamada región llanera venezolana
y colombiana, cada uno de ellos con Identidad propia.

Lo que implicaría, que el investigador, a pesar de partir del criterio metódico


de Unidad y Totalidad, tiene que lograr captar las especificidades locales y
regionales, logrando comprender el espacio “... con criterio de síntesis y una visión de
conjunto...” (Brito Figueroa Federico; Ob. cit., p.14)

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Manteniendo presente, tal como señala Pedro Cunill Grau (1994) que “... cada
una de las regiones venezolanas se van a proyectar en forma cambiante, negativa o
positivamente, en espacio diferenciales a través de su evolución histórica” (Pedro
Cunill Grau, “La geografía histórica” en Cuadernos de..., p.41). En las cuales “...
transcurre la existencia social o realidad del hombre, expresada simultáneamente en
las dimensiones de transcurso, espacio e intensidad...” (Pedro Pablo Olivares;
1996:2).

Una intensidad y realidad vivida societalmete por el ser humano, claro está,
muy distintas entre sí. Quien

...envuelve una cantidad infinita de hilos, de hechos diarios del devenir


social, que se constituyen como partículas de un todo. En esa red, los
hechos históricos se conforman gracias la (sic) existencia de correlaciones e
intereses objetivas que los distinguen y permiten su reconocimiento, tales
que se manifiestan en la cotidianidad. (Vargas Arenas Iraida; 1990:75)

La cual, deberá ser captada por el historiador, más aún para el que se dedica a
historiar lo regional y local, no descartando durante el proceso de búsqueda y análisis
crítico, ningún hecho-fenómeno-proceso, objetos o individuos que le permitan
reconstruir la realidad histórica; por insignificantes que éstos o éstas pueda parecer.

He aquí, durante ésta etapa que el historiador deberá actual como un alfarero,
encargado de organizar y dar forma a diferentes espacios con características iguales o
parecidas que puedan componer o modelar geohistóricamente el fenómeno Regional-
territorial; en el cual, también tendrá que actuar como un carpintero, a la hora de
destramar toda una realidad sociohistórica producto de las relaciones internas o
externas que puedan concertarse y concretarse en la Región.

Para ello, y bajo esta dualidad, no sólo se contentará con avizorar el pasado -
tan solo- para registrarlo; si no que “...tiene que reivindicar a las masas, a las
colectividades, a las localidades, que quedaron al margen de los grandes procesos...”

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(Luís Rafael García; 1997:7) usualmente marginados de las investigaciones y
producciones historiográficas de la Historia tradicional.

Pero ello no significa que el historiador de los Regional o Local e inclusive el


de lo Nacional, se convierta “... en una (sic) cazador de hechos historiables, por la
sencilla razón de que los cazadores suelen ser embusteros, pero (...) tampoco deberá
ser un paciente pescador de tales hechos” (Carrera Damas Germán, Aviso a los...,
p.104), por tanto, en el ejercicio metódico de su oficio tendrá que “... aprender a
reconocerlos” (Ibídem, p.105) de todo un gran conjunto de hechos y factores que
puedan desviar su atención.

Con estos señalamientos, y bajos los postulados del método histórico, me


permito formular nuevamente otras interrogantes:

 ¿Cómo se han desarrollado los estudios Históricos Regionales en


Venezuela?
 ¿Han ocurrido cambios de perspectiva en los estudios históricos
regionales a consecuencias de la tan nombrada crisis paradigmática?

Para con ellas, introducirme en la Segunda y última parte del problema


planteado en éste VII Simposio de Historia Internacional de los Llanos Colombo-
Venezolano.

II. Los Estudios Históricos Regionales en Venezuela. Una Visión de Síntesis


Historiográfica Proyectiva y Retrospectiva.

En ésta última parte, incursionaré puntual y referencialmente en el objeto y


sujeto de estudio del Historiador de lo Regional y Local -la Región-en sí misma.

Definida por uno, de sus arduo investigadores; el Dr. Germán Cardozo Galué
(1983)

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...como un área con características históricas comunes, producto: uno, de
la lenta gestación y fraguado de vínculos económicos y socioculturales
entre los paisajes humanos que la componen; y dos, del predominio e
influencia de una ciudad que actúa como centro jerarquizante. (Germán
Cardozo Galué, Maracaibo y su..., 1983, p.33)

Dinamizadora de la realidad sociohistórica geoespacial. De quien muchos


historiadores partiendo de un difícil proceso de reflexión y revisión crítica teórica-
metodológica, la han considerado en sus discusiones académicas, durante los últimos
años del culminado siglo XX, al igual que a comienzos del presente siglo.

Desde que la categoría -Región Histórica- hiciese eco en los asistentes del II
Encuentro de Historia de América Latina y el Caribe celebrado en la ciudad de
Caracas el año de 1977, bajo la intervención de Germán Cardozo Galué y Rutilio
Ortega, quienes al presentar el “Anteproyecto Para la Creación del Centro de
Estudios Históricos de la Facultad de Humanidades y Educación de la Universidad
del Zulia” en su justificación destacaron, que:

El ritmo histórico no es uno mismo en todo el país. Cada región de


Venezuela, aunque participe en el todo nacional, tiene su propio ritmo de
movimiento histórico y en cada una de nuestras regiones lo nacional se
particulariza y adquiere caracteres específicos (Germán Cardozo Galué y
Rutilio Ortega, 1997:283)

En ésta cita, por demás muy descriptiva se resalta esa autonomía y


particularidad que posee cada región, particularidades regionales que hemos venido
destacando a lo largo de mi intervención y que ustedes, los estudiosos de lo Regional
y lo Local podrían muy bien evidenciar en el espacio mismo, esos que son y serán
objetos-sujeto de futuras investigaciones.

Sería entonces, a partir de esa intervención, que en Venezuela se comenzaría a


pensar en las investigaciones de lo Regional y Local como una especialidad más de la
disciplina Histórica. Prueba de ello han sido los diferentes Coloquios, Encuentros,
Talleres, Congreso, Simposios; que se han realizado, contando gradualmente, de
menos a más, con una amplia participación, no solamente de historiadores

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“Disidentes” como diría en reiteradas ocasiones el maestro Federico Brito Figueroa,
sino por igual de otros profesionales tales como: Geógrafos, Antropólogos,
Sociólogos, Ingenieros, entre otros, quienes han entendido la importancia de lo
regional y local para el logro reivindicativo de los pueblos marginados y olvidados.
Sí, se pidiera un ejemplo reciente, -ni ustedes- -ni yo-dudaríamos en señalar a éste
VII Simposio Internacional de Historia de los Llanos Colombo-Venezolanos, en
donde se ha permitido continuar con la discusión regional al incluirla como uno de
los temas del evento.

Para quien desee tener un registro más detallado de las diferentes actividades
mencionadas, para: Llevar una cronología de los mismos, evaluar críticamente cómo
han sido considerados por los investigadores los diferentes espacios tanto de lo
Regional y Local en Venezuela, los criterios teórico-metodológicos que han seguido,
las influencias de orden teórico-metodológico en la formación de los investigadores
de los microespacios, entre otros aspectos; bastaría por una parte: a) Revisar la
publicación de algunas de las Memorias que han sido editada por la Revista de
Historia y Ciencias Sociales “Tierra Firme” fundada en (1983); b) Efectuar un arqueo
heurística en bibliotecas públicas o privadas al igual que en librerías; y, c) Revisar los
proyectos de investigaciones efectuados por estudiantes de: Pregrado y Postgrado en
algunas de las Universidades del país: UCV, LUZ, UNELLEZ, ULA, Pedagógico de
Caracas (IPC), Pedagógico de Maracay (IUPEMAR) entre otras, donde se forman los
futuros investigadores de la Historia y las Ciencias Sociales.

Pero, ¿De qué manera el estudio por lo Regional y Local llegó a tener interés
en el medio científico historiográfico venezolano? ¿Quiénes fueron sus iniciadores?,
y hoy día ¿Acaso es de gran importancia los estudios regionales y locales?

Para responder éstas nuevas interrogantes, -considero- que merecen mayor


profundidad, por su complejidad e importancia para estudios básicamente de índole
Historiográfica de lo Regional o Local, con toda la rigurosidad que esta demanda.

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Pero por ser uno más de los que se embriaga con Clío, no puedo resistir la tentación
de aproximarme aunque sea a, grosso modo a tal problema.

Por tal, la primera interrogante -ya- fue respondida, en párrafos anteriores. La


segunda la ubicamos temporalmente en la sexta década del extinto siglo XX. Donde
encontramos la participación de un primer equipo -por demás- con todos los méritos
académicos-profesionales efectuando la reconstrucción de las Unidades Básicas de
Producción en algunos espacios venezolanos. Un equipo conformado por: Federico
Brito Figueroa, Eduardo Arcila Farías, Ramón Tovary D.F. Maza Zabala. Quienes
utilizaron durante la investigación “... sin duda (...) el microanálisis” (Medina Rubio
Arístides, Sobre la Memoria..., p.479), herramienta propia de los estudios regionales
y locales. El segundo grupo, estaría conformado por el famoso equipo zuliano (1970);
encabezado por Germán Cardozo Galué, quienes darían el impulso necesario a ésta
disciplina, tomando como objeto de estudio su espacio referencial inmediato, la hoy,
llamada Región Zuliana. Quienes llamaron la atención aquella tarde de 1977 (ya
reseñada), con su intervención.

Pero sería en el año 1984, a pesar de todos los esfuerzos realizados por sus
iniciadores, que ésta disciplina durante el IV Coloquio de Historia Regional y Local
efectuado por segunda vez en Maracaibo tomaría el impulso irreversible. Logrando
integrar, a todo un conjunto de profesionales en diferentes disciplinas e inclusive no
profesionales, pero que los vinculaban un mismo fin. La búsqueda incansable de
conocer las raíces propias de su medio, sea éste geográfico o histórico, la “matria”
como la calificaría el mexicano Luís González.

Quedando demostrado, lo que muy acertadamente acota Germán Carrera


Damas (1998) con relación a la Historia, que ésta “... debe ser concebida como la
Ciencia Social integral, (...) en una perspectiva espacial y temporal, obedeciendo al
concepto de tiempo histórico...” (Germán Carrera Damas, Sobre la Formación...,
1998, p.9).

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Pero dentro de ésta integralidad, cada uno de los partícipes debe ser
cuidadoso, tal como señala Arístides Medina Rubio (1983). Al advertirnos que la “...
historia regional no debe confundirse con historia local, aun cuando ambas
mantengan una estrecha relación” (Arístides Medina Rubio, “Teoría, Fuentes y...”, en
Cuadernos de..., p.7). Por el hecho de que “mientras esta última se agota en las
localidades y quizás en las parroquias (...) la primera (...) supera los límites y criterios
de una comarca, llegando incluso a veces a rebasar los propios límites de un país”
(ídem).

Por último, a manera de conclusión, por haber insinuado la necesidad del


sometimiento de los estudios históricos de lo regional y lo local a una revisión crítica
historiográfica; comenzaremos señalando que la concepción historiográfica, es “... un
proceso de activa asimilación de valores de variada procedencia, en una visión del
pasado que, apegándose a métodos y técnicas, conforman un producto cultural que
llamamos historia” (Carrera Damas Germán, Historia de la..., p.519). En sus
diferentes instancias espaciales: Nacional, Regional, Local, etc.

Donde ocurre todo un conjunto de acciones, por demás cotidianas, que


generan una variedad de símbolos colectivos, que podrían ser reconocidos “... si las
investigaciones regionales permiten conocer las historias de lo cotidiano,
fundamentalmente la vida de la gente común” (Vargas Arenas, Iraida (1999),
Arqueología, Ciencia y..., 1999, p.278). Y es aquí, donde considero que los
investigadores de lo Regional y Local, hoy más que nunca están privilegiados.

Por tanto, comparto el criterio de Iraida Vargas Arena (1999), al señalar que

las investigaciones históricas regionales deben develar la manera cómo han


operado los mecanismos de opresión y las ideologías que los encubren y
legitiman, propiciar el conocimiento sobre el papel que han jugado los
distintos grupos sociales regionales en la estructuración de la nación, como
un todo diverso al mismo tiempo que integrado (Ibídem, p.279)

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“En el cual surgen nuevos espacios, y nuevos sujetos como protagonistas
históricos, que hoy día están recobrando el rol protagónico que les fue negado, al ser
excluido o poco nombrados en las producciones historiográficas de corte
tradicionalista oficial” (Jorge N, Campos R, 1999:17).

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