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Desconozco porqué los deportistas le llaman La Zona, pero una vez que entras es difícil
olvidar lo que se siente; es un estado donde te vuelves uno mismo con la acción. Es una
especie de «overclocking» para la sinapsis cerebral y tu instinto se vuelve
exageradamente más rápido que tu Yo consciente. Dejas de tomar acciones porque tu
cuerpo lo empieza a hacer por ti. Son tan buenas las decisiones que toma que llega un
punto en el que dejas de pensar en lo que haces y aunque sea difícil de creer, las
ejecuciones realizadas resultan perfectas.
Aprendí que dicho estado mental también ocurre para actividades que no son deporte o
artísticas —o sexuales—. Parece ser que uno puede entrar en La Zona mientras escribe
un cuento de la misma forma que un deportista lo hace cuando su cuerpo toma control
en un partido. Creo que no es lo mismo que catarsis, pero probablemente son
fenómenos que ocurren en paralelo.
Durante tu estancia en La Zona, el tiempo transcurrirá más lento y puede llegar a ser
completamente imperceptible. Este es un fenómeno bien documentado por Mihály
Csíkszentmihályi, en 1975, y sucede porque te vuelves uno mismo con la acción. El
tiempo lo medimos por los eventos que van ocurriendo, pero en ese estado no hay
eventos, simplemente fluyes en sincronía con el juego.
Los músicos también experimentan esta distorsión temporal, sobretodo durante una
presentación en vivo. Cuando una banda hace conexión tocando una canción, la
concentración de los músicos se encuentra por encima de lo normal. Durante ese
momento la canción se convierte en el único universo que importa y en el único tiempo
que fluye.
“Cuando un concierto es tan intenso que no recuerdas lo que hiciste, entonces fue un
buen concierto.” —Foals @ Royal Albert Hall.
Lo ridículo es que ya conocía bastante ese estado mental de la época cuando practicaba
Frontenis hace 7 años y aunque me había ocurrido algunas noches mientras programaba
y creo que mientras escribía, pero jamás se me pasó por la mente que era lo mismo hasta
ahora.
Asociaba ese fenómeno con alguna inyección de adrenalina del cerebro, un éxtasis por
la intensa actividad física o algo parecido de tipo fisiológico. Algo como El Muro que
los maratonistas experimentan en una carrera de larga distancia, que es un efecto mental
y físico. Leí más sobre el tema y me di cuenta de dos cosas: primero que el fenómeno
tiene ese nombre —así es, no lo conocía— y segundo que es un estado más psicológico
que fisiológico, más cognitivo.
En la película The Social Network se muestra como los programadores se pueden aislar
en medio de una fiesta o en la oficina para trabajar súper concentrados. Se le conoce
como: Wired In.
Ese estado de concentración es real, también le suelen llamar «estar en Hack Mode» y
otras veces como «operar en software time». Dudo mucho que alguien pueda hacerlo en
una fiesta con mucho ruido y distracciones, sin embargo sí sucede y es común que pase
en horarios nocturnos.
La semana pasada estuve tratando de “activar” el estado mientras programaba. Hice
algunos ejercicios, experimentos y hasta donde sé, estos son los pasos y
requerimientos para entrar en La Zona mientras trabajas:
Para entrar en La Zona tu cerebro debe estar inundado de dopamina y serotonina. Siento
que me traiciono en muchos niveles si menciono la frase “Actitud positiva”. No es que
debas sentirte hipócritamente feliz, pero debes tener cierta paz mental o de otra forma el
más mínimo síntoma de depresión o “pensamiento negativo” te arrancará la
concentración. Para lograr esto en horario de oficina tienes dos opciones:
Lo del café es en realidad malo y no tan efectivo. Principalmente porque para alcanzar
el estado mental que queremos necesitas tener control. Usar drogas es exactamente lo
contrario. Además, cuando el efecto de la cafeína pasa, tus niveles de dopamina caen de
golpe y recuperarte será difícil.
Procura leer todos los días, ir a museos seguido, jugar juegos de mesa y leer opiniones
de otras personas; para entrar en flujo mientras realizas una actividad cognitiva, tu
cerebro debe estar tan entrenado para pensar que lo pueda hacer inconscientemente.
Debes ser capaz de cuestionar ideas y situaciones sin siquiera quererlo. El problema es
que si ves televisión seguido —y me refiero a una o dos veces por semana— va a ser
más difícil que lo logres.
Si dependes del trabajo en equipo sumamente activo y colaborativo, tal vez esta guía no
es para ti. No te desanimes, según los estudios de Csíkszentmihályi existen técnicas para
lograr entrar en La Zona en grupo. Básicamente, cada miembro lo hace de forma
independiente, aunque desconozco los detalles.
Este paso es muy literal: necesitas aislarte mentalmente. Vas a fastidiar a muchos
cuando te hablen y no les contestes, pero es la única forma de entrar en flujo con tu
trabajo y obtener buenos resultados en tareas que requieren cierto grado de creatividad.
A mi me funciona usar audífonos que obstruyen el ruido externo, pero si puedes, busca
trabajar solo. No se requiere aislamiento total, pero un lugar donde tengas privacidad
ayudará bastante a tu concentración.
Ahora, poner música para trabajar tiene ventajas y desventajas, ya que cada que termina
una canción se produce una pausa que te puede desconcentrar, pero depende de cada
uno. Tampoco trates de usar música clásica, neoclásica, barroca, romántica o de
complejidad semejante. Si usas melodías complejas, acabarás concentrándote en la
música más que en la actividad que quieres ejecutar. Prueba escuchar música con
percusiones claras y melodías simples, le darán cierto ritmo a tu mente.
Nota: Muchos creen que la técnica de Pomodoro es buena para concentrarte. No sé; tal
vez sí, pero no si quieres entrar en La Zona. La idea de entrar en este complicado estado
es fusionar tu acción con tu propia identidad. La técnica de Pomodoro, en cambio,
consiste en que le pases el control a un reloj, de esta forma tus acciones se vuelven
mecánicas y periódicas.
Una vez que te sientes bien físicamente, que tu mente está entrenada para pensar sin dar
la orden y que tu lugar de trabajo tiene cierto balance, estás listo para empezar los pasos
hacia el estado deseado.
Trabaja en lo simple. Empieza por desmembrar los problemas a los que te vas a
enfrentar y trata de separar los difíciles de los fáciles. Empieza por lo fácil, de esta
forma te familiarizarás con el proyecto en general. No importa si llevas meses
trabajando en esto, todos los días necesitarás mínimo la primera hora para cargar el
panorama en tu “memoria de acceso aleatorio”.
5. Olvídate de La Zona
1. Entrar en La Zona es muy parecido a bailar. Quiero aclarar que estoy lejos de ser
un buen bailarín, pero lo poco que he aprendido es que al igual que con la
música, debes dejar de pensar en los pasos de baile y en cambio debes sentir la
música y dejarte llevar. Cuando menos te das cuenta, estás bailando como
damisela de rancho. Y cuando te das demasiado cuenta de ello, pierdes el ritmo.
Es exactamente lo mismo.
2. La segunda analogía tiene más significado por el concepto de concentración
mental. El Frontenis con «bola rápida» es un deporte que consiste en una cancha
de 30 x 10 x 10 metros de área y una pelota pequeña. El área efectiva de juego
es más del triple que una cancha de Tenis y sin embargo la pelota es más
pequeña y endiabladamente más rápida. Si pretendes seguir la pelota con la
mirada, jamás la vas a alcanzar. El ojo humano simplemente no puede seguir la
trayectoria de un objeto tan pequeño y rápido. Lo que necesitas hacer es no ver
la pelota. Necesitas ver el panorama completo y seguir la pelota usando la visión
periférica. Es totalmente inconsciente, pero aun cuando no la ves directamente,
siempre sabes dónde está y nunca la pierdes de vista.
Este es el último paso para entrar a flujo, debes dejarte llevar por la acción y no tratar de
enfocarte en ella, sino en el panorama completo. Si tu mente está bien entrenada para
pensar y no tienes preocupaciones externas, no será tan difícil lograrlo.
¿Funcionó?
Para los deportes, necesitas cierto nivel de dominio y maestría en ciertas técnicas que te
permitan jugar con predicciones de manual, sólo entonces puedes empezar a
aprovecharte de los estados de alta concentración. Si no tienes habilidad no funcionará y
sólo te producirá ansiedad y frustración.
Para el trabajo es igual, necesitas dominar la actividad que haces. La Zona no es algo
que puedes alcanzar siendo primerizo y aun cuando llevas años estudiando hay un
obstáculo por superar. “Entrenamos” la mente para procesar información de forma
lógica y mecánica, no de manera instintiva como lo hace un atleta. No me
malinterpreten, el razonamiento siempre es lógico-matemático, pero es otra cosa
totalmente lograr ese razonamiento en forma de flujo. Es por eso lo del “pequeño reto”
de hacer todo con la mente, que seguro hará que más de uno se frustre por la
complejidad.
Matt Danzico
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La pregunta es si una investigación de este tipo podría no sólo develar los secretos de
una vida armoniosa, sino también arrojar luz sobre una serie de misteriosas
enfermedades en el mundo.
Historias relacionadas
"Lo que estamos tratando de hacer es rastrear los cambios en las redes del cerebro
mientras la persona se mueve entre estos dos modos de atención "
El escáner rastrea el flujo sanguíneo dentro de la cabeza de los monjes mientras éstos
meditan dentro de las paredes de la máquina, las que reproducen el eco de un ritmo
musical cuando la máquina está en funciones.
El doctor Josipovic, quien también oficia de monje budista, dice que espera averiguar
cómo algunos meditadores consiguen un estado de "no dualidad" o de "unicidad" con el
mundo, una especie de conciencia unificadora entre la persona y su medio.
"El estudio de la meditación, particularmente en los últimos diez años o algo así, se
mostrado muy prometedora porque apunta a la habilidad del cerebro de cambiar y
optimizarse de una manera en que no creíamos posible".
Cuando alguien se relaja hasta un estado de "unicidad", las redes neurológicas en los
practicantes avanzados cambian en la medida en que se rebaja la pared entre la persona
y el ambiente en que se desenvuelve, dice Josipovic.
Y esta reorganización del cerebro puede conducir a que algunos meditadores afirmen
estar en profunda armonía con el ambiente que los rodea.
Cambio de atención
Dice que el cerebro parece estar organizado en dos sistemas de redes: la red extrínseca y
la intrínseca o establecida.
La parte extrínseca del cerebro se activa cuando el individuo acomete tareas externas,
tales como hacer deportes o servirse una taza de café.
La parte intrínseca o establecida aflora cuando la gente reflexiona en asuntos que los
involucran a ellos mismos y sus emociones.
Sin embargo, estas redes está raramente activas en forma plena al mismo tiempo. Y
como en un balancín, cuando una adquiere preeminencia, la otra baja, y viceversa.
El tejido neurológico les permite a los individuos concentrarse más fácilmente en una
tarea a la vez, sin ser consumido por distracciones, tales como el soñar despierto.
"Lo que estamos tratando de hacer es rastrear los cambios en las redes del cerebro
mientras la persona se mueve entre estos dos modos de atención", dice el doctor
Josipovic.
Y el doctor Josipovic cree que esta habilidad de manejar ambos sistemas de redes al
mismo tiempo puede conducir a los monjes a experimentar un armónico sentimiento de
"unicidad" con el medio que nos rodea.
Autorreflexión
Sin embargo, los científicos descubrieron en la década pasada que esta sección del
cerebro se hincha de actividad cuando el sujeto piensa en sí mismo.
El sistema de redes establecido salió a la luz en 2001, cuando el doctor Marcus Raichle,
un neurólogo de la Escuela de Medicina de la Universidad de Washington, en el estado
estadounidense de Misouri, comenzó a utilizar el escáner con cerebros de individuos a
los que no se les daba ninguna tarea que realizar.
Los pacientes se aburrían rápidamente y Raichle notó que una segunda red neuronal se
agitaba con actividad, cosa que confundió al científico.
Otros científicos propusieron la idea de que los individuos estaban pensando en ellos
mismos.
El doctor Raichle dice que quienes estudian la red establecida pueden llegar a descubrir
los secretos de algunos trastornos psicológicos como el Alzheimer, la depresión o el
autismo.
Dice que su investigación, que pronto verá la luz, se dedicará por el momento a explicar
las implicaiones neurológicas de la "unicidad" y tranquilidad; aunque, claro está,
mejorar nuestro entendimiento del Alzheimer o del autismo, mientras se recorre el
camino, no deja de ser un bienvenido complemento.
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Tuitéalo
"Desde el lunes empezaré una nueva vida, empezaré a ir al gimnasio, a hacer yoga,
y a leer por las noches...." —cada uno de nosotros se traza periódicamente algunas
metas y no las alcanza, y las posterga al mes siguiente, o a dentro de dos meses
o incluso para el año que viene.
A veces sí ocurre que empezamos a hacer lo que nos habíamos planeado pero luego de,
por ejemplo, haber entrenado 3 veces por semana varias horas al día repentinamente
lo dejamos todo de lado para siempre o al menos por un periodo considerable de tiempo
¿por qué ocurre eso? Porque la carga es demasiado grande, porque nos sentimos
cansados y aún no estamos acostumbrados.
La esencia de este método está en que la persona ejecute determinada tarea cada
día a la misma hora durante un minuto. Un minuto es muy poco tiempo y eso quiero
decir que cualquiera puede hacerlo y la pereza no se interpondrá en su camino. Esas
mismas tareas que no querías hacer durante media hora y para las cuales normalmente
encuentras alguna excusa podrán ser fácilmente ejecutadas durante 60 cortos segundos.
Saltar la cuerda, hacer flexiones de pecho, ejercitar un poco los músculos de los ojos,
hacer algo de yoga, leer un libro en otro idioma — no es nada dificil cuando sabemos
que sólo ejecutaremos esa tarea durante un minuto: por el contrario, es motivo
de alegría y satisfacción. Y es precisamente dando pequeños pasos que puedes
alcanzar resultados que seguramente ni te imaginabas.
Es también muy importante el hecho de que vencerás a esa vocecita en tu interior que
te repite que no podrás hacerlo, dejarás de lado el sentimiento de culpa, impotencia
y disfrutarás de la agradable sensación del deber cumplido. Una vez inspirado, seguro
y motivado podrás aumentar el tiempo a cinco minutos (siempre de a poco) y así
sucesivamente. Luego, casi sin darte cuenta lograrás pasar media hora o más tiempo
haciendo lo que siempre habías querido hacer ¡el progreso será evidente!
Puede que a nosotros los occidentales nos parezca que este método japonés
no es efectivo porque nos han enseñado que no es posible obtener buenos resultados sin
una cantidad enorme de esfuerzo, pero también es cierto que proyectos maratónicos que
exigen gran cantidad de energía y esfuerzo pueden acabar por hacer que la persona
se derrumbe y no obtener resultado alguno. El método Kaizen es útil para todos
y puede ser adaptado a cualquier esfera de la vida. Los japoneses, por ejemplo, usan
la estrategia del crecimiento gradual y constante para mejorar la gestión de procesos.
Ahora sólo queda saber qué quieres y empezar a usar el método Kaizen. Recuerda, hasta
el camino más largo comienza con un sólo paso, y no tiene nada de malo en que sea
corto.