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Introducción
Conceptos básicos
Mena
Ganga
Subproductos
Reservas
Recursos
Ley media
Ley de corte
Factor de concentración
Procesos ígneos
Plutonismo
Volcanismo
Procesos pegmatíticos
Erosión
Transporte
Sedimentación detrítica
Sedimentación química
Sedimentación orgánica
Procesos metamórficos
Lecturas recomendadas
Introducción
Conceptos básicos
El origen de los yacimientos minerales puede ser tan variado como lo son los
procesos geológicos, y prácticamente cualquier proceso geológico puede dar
origen a yacimientos minerales.
El transporte de los clastos por las aguas y el viento, y de las sales por el
agua, modifica la composición química tanto del área que sufre la erosión
como del área a la que van a parar estos productos. Además, durante el
propio transporte se producen procesos de cambio físicos y químicos,
nuevas erosiones, depósito de parte de la carga transportada, etc.
Procesos metamórficos:
Así pues, y a modo de conclusión, en cada caso han de darse unas determinadas
condiciones que permitan que se origine el yacimiento, como algo diferenciado
del conjunto rocoso, en el que uno o varios procesos geológicos han actuado de
forma diferencial con respecto al resto del área, lo que ha permitido que se
produzcan esas condiciones especiales que suponen la génesis del yacimiento.
Cubicación de reservas
Estudio de viabilidad
Lecturas recomendadas
En definitiva, todos estos estudios nos llevan a este conocimiento básico del
yacimiento que nos debe permitir establecer sus características mineras, pero que
requieren un complemento: Su valorización en términos económicos, lo que debe
permitir establecer si la explotación es viable o no desde el punto de vista
económico.
Desde este punto de vista, son dos los estudios requeridos para obtener una idea
clara de si una concentración mineral se puede considerar o no un Yacimiento
Mineral: la cubicación de sus reservas, y el estudio de su viabilidad económica.
Esta cubicación, además de por lo datos puramente geológicos, está afectada por
otros factores, como el geométrico (mayor o menor continuidad de la
mineralización el en yacimiento, que puede hacer que determinadas zonas queden
inaccesibles a la explotación), y por el tipo de minería que se pretende llevar a
cabo: no es lo mismo la explotación subterránea que la a cielo abierto, como
diferencias más acusadas. En cada caso, el planteamiento económico-minero
puede ser diferente, puesto que, por ejemplo, en la explotación a cielo abierto, a
menudo el hecho de que la explotación de una zona rica pueda obligar a
desmontar una zona con mineralización pobre puede hacer rentable la
explotación de esta zona, que en otras condiciones sería subeconómica.
Para este análisis, un dato primordial es el del plazo previsto para la explotación,
que, en términos generales, no debe ser inferior a 10 años, para obtener la
amortización completa de las inversiones. Para ello, normalmente se divide el
tonelaje de las reservas entre 10, y se obtiene un valor indicativo de la
producción anual prevista, lo que a su vez nos da el valor anual de la producción.
Por último, nos referiremos al coste de la explotación en sí, que incluye los costes
del personal, tanto implicado directamente en el proceso (los mineros), como los
necesarios para el funcionamiento administrativo de la empresa, y los costes de
explotación (consumibles, como energía eléctrica, combustible de maquinarias,
repuestos...).
Lecturas recomendadas
Introducción
De esta forma, una clasificación que es poco adecuada para los minerales, como
es la genética (el cuarzo, por ejemplo, se clasificaría en todos los grupos que se
establezcan, pues se forma en todos los ambientes geológicos posibles) sí es
adecuada para la clasificación de rocas y de yacimientos minerales, pues éstos
tienden a formarse por procesos concretos y únicos. No obstante, el problema a
menudo es identificar correctamente qué proceso es el que ha formado una roca o
un yacimiento mineral en concreto.
Por tanto, la clasificación que hemos adoptado aquí para el estudio de los
yacimientos es en general, una clasificación genética, basada en la identificación
del proceso geológico que ha dado origen a esa concentración de minerales.
Estos procesos pueden ser englobados en dos grandes grupos:
1. Procesos exógenos, esto es, todos aquellos que tienen lugar por encima de
la superficie terrestre, como consecuencia de la interacción entre las rocas
y la atmósfera y la hidrosfera.
Los procesos que tienen lugar por debajo de la superficie de nuestro planeta
tienen su origen en la liberación de su calor interno, y se manifiestan en una serie
de fenómenos, algunos de los cuales pueden observarse directamente en la
superficie, como es el caso del volcanismo.
Esta liberación del calor interno se produce de dos formas: por radiación (o
conducción) y por convección. La radiación es la liberación del calor
transmitido desde zonas calientes a zonas frías, de la misma forma que el
extremo exterior de una cuchara sumergida en un líquido caliente termina
calentándose: no implica movimiento de materia, solo transmisión del calor. En
la convección el calor se transmite en forma de movimiento de lo caliente hacia
zonas frías. Ejemplos son la convección de aire caliente que se produce desde los
radiadores de las habitaciones, y el movimiento que se produce del agua al
calentarla en un recipiente.
Todo ello nos lleva a una clasificación en que prima el criterio genético, la
relación que se establece entre el proceso geológico responsable de la formación
de la roca o mineral correspondiente y su producto final.
El proceso generador sedimentario
La erosión y el transporte
Sedimentación detrítica
Sedimentación orgánica
Volcanismo
Metasomatismo
Hidrotermalismo
Introducción
Procesos erosivos
Meteorización física
Meteorización biológica
Meteorización química
Procesos de transporte
Lecturas recomendadas
4.- La erosión y el transporte
Introducción
Dentro del ambiente exógeno, uno de los procesos más importantes que tienen
lugar, debido a la dinámica superficial del planeta, es la erosión, es decir, el
desgaste físico y químico que sufren las rocas bajo la acción de los agentes
atmosféricos. Asociado a este proceso está el de transporte de los productos de la
erosión (fragmentos de rocas, minerales, sales) por los mismos agentes que
producen los fenómenos de erosión: el agua, el viento.
1. Los de carácter físico, ligados a cambios de temperatura, o de estado físico del agua
(cristalización de hielo en grietas),
2. Los de tipo químico (disolución de minerales, hidrólisis de éstos, cristalización de
sales)
3. Los de tipo biológico (acción de determinados
microorganismos, como las bacterias, líquenes, o de
las raíces de plantas).
Como resultado, las rocas de la superficie terrestre,
formadas en determinadas condiciones de presión y
temperatura, al quedar sometidas a otras muy
diferentes reaccionan con el entorno, lo que induce a
un desequilibrio. Esto da lugar a su fragmentación y
a la salida de determinados componentes químicos,
desde su casi totalidad (si se produce su disolución),
a la lixiviación o lavado de determinados
componentes, que deja un residuo insoluble
enriquecido en determinados elementos o compuestos.
Meteorización física
Meteorización química
Las rocas, al estar formadas por minerales, son sensibles al ataque de los agentes
químicos existentes en la superficie de la Tierra. Por tanto, las posibilidades de la
meteorización química son tan variadas como puedan ser las relaciones que se
establezcan entre las propiedades del mineral y la naturaleza del medio ambiente
en el que se encuentre. Hay minerales solubles en agua, otros en ácidos débiles,
otros en ácidos fuertes, otros tienen tendencia a incorporar agua a su estructura,
algunos se ven afectados por la luz o por el calor solar, etc. Sin embargo, en lo
que se refiere a sus efectos, son en su mayor parte de tres tipos: disolución,
hidrólisis y oxidación, sin olvidar otros que pueden ser localmente importantes,
como la descomposición térmica.
No hay que olvidar que este proceso implica la disolución de algunos de los
componentes de la roca, pero no de otros, es decir, arrastra (o lixivia) a unos
componentes, los más lábiles, y concentra relativamente a otros en el residuo. En
cada caso, dependiendo de la concentración del mineral que se disuelve, los
cambios serán más o menos importantes.
Na2O>CaO>FeO>MgO>K2O>SiO2>Al2O3
Como hemos visto, son muchos los mecanismos que actúan de forma coordinada
para producir la meteorización. Cada uno precisa de unas condiciones más o
menos importantes para actuar, en forma de una serie de factores condicionantes:
el clima, la litología, la topografía, la actividad biológica, el tiempo de actuación
y los procesos de transporte.
Procesos de transporte
Paleosuelos
Lateritas y bauxitas
Gossans
Lecturas recomendadas
Regolitos y suelos
Por su parte, recibe el nombre de suelo este mismo conjunto cuando aparece
estructurado, es decir, dividido en una serie de bandas u horizontes, que se
originan durante la evolución geológica y biológica del regolito.
El suelo se utiliza con fines agrícolas, ganaderos y como reserva forestal; son
muy importantes las modificaciones debidas al uso urbano de éste. Las
actividades industriales, urbanas, agrícolas y ganaderas implican la existencia de
residuos tóxicos o desechos peligrosos para los suelos y el agua. Los
responsables de las explotaciones industriales, ganaderas y agrarias deben
asegurar un tratamiento de desechos en los lugares adecuados a fin de degradar
en el menor grado posible su valor ecológico y permitir su utilización posterior.
Los suelos zonales son suelos maduros, en cuya evolución juega un papel
primordial el clima, con el que se encuentran en equilibrio. Es por ello que su
distribución geográfica suele presentar un carácter regional, en respuesta a la
distribución de la vegetación y las regiones climáticas. Pertenecen a esta
categoría, entre otros:
Paleosuelos
Lateritas y bauxitas
Los minerales que forman las bauxitas son bohemita, diasporo y gibsita, a
menudo acompañados de hidróxidos de hierro, óxidos de hierro y titanio
(hematites, rutilo), y minerales arcillosos, fundamentalmente caolinita. Al igual
que en las lateritas, estos minerales se asocian en agregados terrosos y
crustiformes, así como bandeados, brechoides, pisolíticos. Suelen presentar
coloraciones claras, a menudo con tonalidades rojizas, debidas a la presencia de
hidróxidos de hierro.
Las bauxitas se explotan para la extracción metalúrgica del aluminio, del que son
la única mena. Los principales yacimientos de bauxitas se localizan en Australia,
Brasil, Guayana, Surinam.
Gossans
Algunos ejemplos de este tipo son los yacimientos de granate de la zona del
Hoyazo de Níjar, en Almería, en la que la alteración generalizada de la roca que
los contiene permite la explotación de este mineral, o algunos yacimientos de
feldespato sobre rocas ígneas fuertemente alteradas, en las que el clima favorece
la destrucción del resto de los minerales de éstas, pero no del feldespato, o los
yacimientos de caolín que se originan sobre este mismo tipo de rocas cuando la
destrucción de los feldespatos es el fenómeno predominante.
Al igual que en todos los casos que hemos visto hasta ahora, el grado de
evolución del proceso tiene un triple control: el litológico (el tipo de roca, que
favorece o no la meteorización que la afecta) el climático (los climas más
templados y húmedos son los que más favorecen este tipo de procesos), y el
tiempo (los monumentos más antiguos están más degradados que los más
recientes, a igualdad de los demás factores). A este se une, como ya hemos
referido, el factor implicado en la contaminación urbana, que favorece
especialmente los fenómenos químicos (disolución, hidrólisis...).
Uranio
Lecturas recomendadas
6.- Rocas y yacimientos
sedimentarios detríticos
La sedimentación detrítica tiene lugar, como
ya hemos indicado, como consecuencia de la
pérdida de energía del medio de transporte,
que hace que este se interrumpa, con lo que las
partículas físicas que son arrastradas tienden a
depositarse por decantación. Se originan así
los sedimentos, y a partir de éstos, y mediante
el proceso de diagénesis, las rocas
sedimentarias detríticas. Entre ambas, rocas
y sedimentos, las más comunes son las arenas
y areniscas y las rocas arcillosas (lutitas o pelitas). Además, a menudo estos
materiales contienen minerales de interés minero, que se depositan
conjuntamente con el resto de la roca (caso de los yacimientos de tipo placer), o
se introducen en la misma aprovechando su
alta porosidad y permeabilidad (caso del agua, del petróleo, del gas natural).
Las de tamaño superior a 4 micras suelen ser granos minerales, entre los cuales los
más comunes son los de cuarzo, seguidos de los de feldespatos, así como
fragmentos líticos. En el detalle, en lo que se refiere a la naturaleza de los granos
minerales, las posibilidades son prácticamente ilimitadas: granos de otros silicatos
(micas, piroxeno, anfíbol...), de óxidos (magnetita, ilmenita, cromita...), incluso de
metales nativos, como el oro; estos granos viajan arrastrados por el agua o viento,
en suspensión o como carga en fondo, y al disminuir la energía del medio de
transporte se depositan casi de inmediato (proceso físico: decantación). A estas
partículas las llamamos clastos.
Las de tamaño inferior a 4 micras suelen corresponder a minerales de la arcilla, y en
este caso el transporte se produce en suspensión coloidal, lo que hace que puedan
seguir siendo transportados incluso mediante aguas no agitadas. El depósito en este
caso se produce por el proceso físico-químico de floculación, que puede tener lugar
de forma conjunta y simultánea al depósito físico de las partículas, o con
posterioridad, en zonas tranquilas. En el primer caso se origina la matriz de las rocas
detríticas, es decir, la componente intergranular fina, arcillosa, de los
conglomerados y arenas o areniscas, mientras que en el segundo se da origen a las
rocas arcillosas (lutitas, pelitas).
El principal carácter diferenciador de los sedimentos y rocas sedimentarias es
su tamaño de grano. En concreto, la escala más utilizada es la de Wenworth, que
diferencia entre las variedades gruesas, de diámetro superior a 2 mm (gravas,
conglomerados, pudingas, brechas), las de grano intermedio (arenas y areniscas),
de diámetro comprendido entre 2 mm y 64 mm, y las de grano fino, entre 64 y 4
mm, y que corresponden a los limos y limolitas (ver figura)
Todas estas diferencias nos llevan a establecer las posibles aplicaciones de cada
uno de estos tipos litológicos:
Determinados minerales de interés económico que componen las rocas son muy
resistentes a la meteorización física y química, pero a menudo en estas rocas no
resulta rentable su explotación minera. Esto es debido a dos factores: su baja ley
en la misma, y la necesidad de realizar una explotación completa de la roca,
incluyendo además un proceso de concentración a menudo problemático. En los
yacimientos de tipo placer se produce de forma natural la separación y
concentración de estos minerales en sedimentos no consolidados, lo que abarata
muy considerablemente su aprovechamiento minero.
Por otra parte, como en el caso anterior tenemos por un lado los placeres en
sedimentos recientes, de sistemas fluviales o de playas, y por otro, los
llamados paleoplaceres, rocas sedimentarias de origen fluvial o costero que
pueden contener concentraciones detríticas del mineral o minerales de interés
minero. Los primeros se explotarán en superficie, mediante arranque y carga
directos, mientras que los segundos necesitarán una minería de mayor coste, ya
sea a cielo abierto o subterránea.
K dp -nV
V = - ---- x ----- , y por tanto K= - -------
n dL d p/dL
donde:
v = q/A= velocidad del fluido o flujo a través de unidad de área medida en
cm/sg o en cm3 x seg-1 x cm-2
K = permeabilidad
N = viscosidad medida en centiposises (1 poise= 1 g x cm-1 x seg-1)
dp/dL = gradiente de presión del fluido en la dirección del
movimiento, en atmósferas/cm3.
Rocas carbonatadas
Calizas
Dolomías
Otras
Diatomitas
Fosforitas
Lecturas recomendadas
Rocas carbonatadas
Calizas
Las calizas son rocas originadas por un proceso de sedimentación directa. Esta
sedimentación puede tener diversos orígenes, si bien la más común es la
denominada precipitación bioquímica: el carbonato cálcico se fija (en general, en
forma de aragonito) en las conchas o esqueletos de determinados organismos, ya
sean macroscópicos (lamelibranquios, braquiópodos, gasterópodos...) (ver)
microscópicos (foraminíferos) (ver), o nanoscópicos (cocolitos) (ver) y a su
muerte, estas conchas o esqueletos se acumulan, originando un sedimento
carbonatado. El aragonito, inestable en condiciones atmosféricas, se va
transformando en calcita, y la disolución parcial y reprecipitación del carbonato
cementa la roca, dando origen a las calizas. Otra forma de depósito es la fijación
del carbonato sobre elementos extraños, como granos de cuarzo, o pequeños
fragmentos de fósiles, dando origen a los oolitos (calizas oolíticas). También las
algas fijan este compuesto, dando origen a mallas de algas o estromatolitos, que
si se fragmentan y ruedan originan los pisolitos (calizas pisolíticas). Todas estas
posibilidades dan origen a los diversos tipos de calizas.
Otra aplicación directa es como roca marmórea, para construcción: la mayor parte
de lo que los marmolistas llaman mármoles no son tales rocas metamórficas, sino
calizas poco o nada recristalizadas; tienen menor calidad que los mármoles
auténticos, si bien mayor variabilidad textural, y por tanto, mayor variedad y
vistosidad (rojo alicante, negro marquina, etc.).
Una aplicación a resaltar, por su importancia creciente, es su utilización como lecho
de procesos de combustión de carbón rico en azufre, ya que evita la movilización de
éste mediante la formación de CaSO4 (anhidrita).
Otra aplicación común es como árido, sobre todo para la subbase de carreteras.
Ello hace que bajo la acción del agua, ya sea superficial o subterránea, las
formaciones de calizas desarrollen los denominados procesos kársticos, que
implican la formación de cuevas y cavernas, formas de disolución (lapiaces y
cárcavas) o de hundimiento superficial (dolinas), etc., así como la forma de
relieve más característico, el torcal. Además, en estas formaciones kársticas se
puede acumular agua en grandes volúmenes: son excelentes acuíferos
subterráneos, aunque también son formaciones poco adecuadas para almacenar
aguas superficiales, que suelen infiltrarse con gran facilidad a través de
sumideros, dolinas, etc.
Dolomías
Las dolomías se originan como consecuencia de procesos postsedimentarios: las
calizas, formadas por los procesos antes descritos, pueden ponerse en contacto
con aguas enriquecidas en magnesio, lo que da origen al proceso llamado de
dolomitización:
Las dolomías, a diferencia de las calizas, no son solubles en agua, lo que impide
el desarrollo de los procesos kársticos sobre ellas. Si tienen una cierta capacidad
de almacenamiento de fluidos, relacionada con la porosidad secundaria que
desarrollan durante el proceso de dolomitización.
Además de las calizas, hay otra serie de rocas que son producto de la
acumulación de minerales que los organismos incorporan a sus conchas o piezas
esqueletales. Entre ellos tenemos las diatomitas y las fosforitas.
Diatomitas
Frústulas de diatomeas
Sus aplicaciones están relacionadas con sus propiedades físicas: baja densidad,
alta porosidad, alta capacidad absorbente (que aumenta al calcinar la roca), baja
conductividad térmica, alto punto de fusión (entre 1.400 y 1.700ªC), y moderado
poder abrasivo. Así, sus aplicaciones concretas son las siguientes: Como filtros y
clarificadores de grandes volúmenes de líquidos; en procesos químicos y
metalúrgicos; en la producción de alimentos, productos farmacéuticos, etc.; como
carga, aislante, absorbente, aditivo en cementos, fuente de sílice reactiva, entre
otras.
En cuanto a producción, en España existen yacimientos de diatomitas
relativamente importantes, en especial en el Sur y Sudeste de la península, en
formaciones marinas o continentales terciarias, en concreto en la Cuenca del
Guadalquivir y en la zona Prebética manchega (Sierra de Alcaraz, Albacete). Las
únicas en actividad en la actualidad son las de Albacete, con una producción
anual de unas 75.000 t.
Fosforitas
Las fosforitas son rocas que contienen al menos un 20% de P 2O5, en forma de
flourapatito criptocristalino ("colofana"), que suelen aparecer como capas de
espesor variable, de aspecto semejante al de muchas capas de calizas fosilíferas o
pisolíticas, aunque con colores más oscuros.
Su origen es aún objeto de debate, pero parece evidente que se forman bajo las
siguientes condiciones: 1) presencia de surgencias (upwellings) de aguas frías
ricas en fósforo inorgánico disuelto (DIP en inglés); y 2) presencia de una
plataforma marina, somera y con aguas cálidas, en la que se produce la
acumulación del fosfato orgánico. El fósforo, un nutriente esencial, dispara la
formación del fitoplancton, el cual a su vez, al ser la base de la cadena trófica
marina, multiplica la vida de organismos superiores (p.ej., peces). Tanto el
fitoplancton como los peces al morir van a parar al fondo de la plataforma,
sufriendo sus partes orgánicas una degradación que supone la acumulación de sus
esqueletos. El continuo reflujo de fósforo por las surgencias produce una
continua transformación de estos esqueletos en hidroxi- y flúor-apatito. También
pueden formarse como consecuencia de procesos diagenéticos de
reemplazamiento de calizas por el apatito, por sustitución del anión carbonato por
el fosfato.
Evaporitas marinas
Evaporitas lacustres
Sulfato sódico
Arcillas fibrosas
Yacimientos de azufre
Evaporitas y halocinesis o
diapirismo
Yacimientos de hierro
Yacimientos de manganeso
Lecturas recomendadas
Las rocas evaporíticas son las principales rocas químicas, es decir, formadas por
precipitación química directa de los componentes minerales. Suelen formarse a
partir del agua de mar, si bien también existen evaporitas continentales, formadas
en lagos salados, o en regiones desérticas que se inundan esporádicamente.
Evaporitas marinas
La salinidad media del agua del mar es del orden de 3.5%, valor que es
relativamente homogéneo en términos de grandes océanos. Este valor se hace
mayor es determinados casos, alcanzando valores de incluso el 30%.
Para que se pueda producir la concentración de las sales que lleve a la saturación,
debe darse un mecanismo que favorezca la evaporación del agua en volúmenes
reducidos, y sin comunicación con el mar que renueve el agua de concentración
normal. Esto se produce en un tipo determinado de medios sedimentarios: las
albuferas, en las que existe un brazo de mar individualizado del mismo por una
barra de arena, que permite ocasionalmente el paso del agua, pero la aísla durante
largos periodos de tiempo. En estas condiciones, y bajo una fuerte insolación, el
agua se evapora, aumentando progresivamente la concentración en sales, hasta
que durante una tormenta o una pleamar especialmente intensa vuelve a
introducir agua de mar en la
cuenca, reiniciando el proceso.
Sobre este modelo general, en cada cuenca concreta suele darse un predominio de
unos u otros minerales: en algunos casos será el yeso (a menudo acompañado de
anhidrita) el mineral mayoritario, lo que permite su explotación, en otros, el
cloruro sódico (halita), y en otros, los cloruros de potasio y magnesio [silvina
(KCl), carnalita (KMgCl3 · 6 H2O), polihalita (K2Ca2Mg(SO4)4 · 2 H2O, como
más importantes].
Este último tipo constituye los yacimientos de este grupo de mayor valor
económico, los denominados yacimientos potásicos, de los que se extraen las
sales potásicas o "potasas", para su uso como fertilizante. Para que se formen este
tipo de yacimientos, se requieren condiciones geológicas y climáticas muy
extremas: cuencas relativamente profundas, de ambiente marino confinado, y
sometidas a condiciones climáticas de gran aridez.
En cuanto a las aplicaciones de este tipo de rocas, son tan variadas como su
propia naturaleza: las ricas en yeso se explotan para obtener material de
construcción (la escayola, obtenida por calcinación del yeso), las ricas en halita,
para obtener cloruro sódico, para su empleo industrial en la obtención de cloro y
sus derivados, y sosa y sus derivados, así como para la industria alimentaria,
mientras que las sales potásicas se explotan para obtener fertilizantes, como ya se
ha expresado, y para fabricación de jabones, vidrios especiales, cerámicas.
Evaporitas lacustres
Los lagos contienen por lo general aguas dulces, pero en ocasiones pueden llegar
a contener aguas ricas en sales, que pueden ser distintas a las que encontramos en
el mar, al menos cuantitativamente. En concreto, tres son los tipos de yacimientos
minerales que pueden formarse a partir de las aguas de lagos salinos
intracontinentales: depósitos de sales sulfatadas sódicas (thenardita, glauberita) o
magnésicas (epsomita), depósitos de carbonatos alcalinos (trona, natron), y
depósitos de arcillas especiales (sepiolita, palygorskita). De ellos tienen
importancia sobre todo los de sulfato sódico y arcillas especiales.
Se explotan para la extracción del sulfato sódico puro, que se emplea sobre todo
en la fabricación de detergente sólido, en sustitución de los fosfatos, que
producen efectos medioambientales indeseados (eutrofización). También, en la
fabricación del papel kraft, y de vidrios especiales.
Las principales áreas de explotación de estos yacimientos son los lagos salinos
del Norte-Centro de EE.UU. y Sur-Centro de Canadá (el Gran Lago Salado, de
Salt Lake City, Utah, como más importante), el Lago Searles. En España existen
también importantes yacimientos de este tipo, intercalados en los sedimentos
terciarios de las cuencas de Madrid (los más importantes: Villaconejos, M. y
Villarrubia de Santiago, Toledo) y del Ebro (Alcandrade-Arrúbal, La Rioja y San
Adrián, Navarra).
Producción española
El otro tipo de yacimientos que pueden formarse en este tipo de cuencas son los
de arcillas especiales, fibrosas (sepiolita-palygorskita). En concreto, se señala
que la palygorskita es característica de ambientes marinos, mientras que la
sepiolita lo es de ambientes continentales. El origen estaría en la precipitación
química directa de este mineral en medios evaporíticos atípicos
(fundamentalmente pantanos de regiones áridas) caracterizados por la escasez de
aniones cloruro y sulfato y la abundancia de cationes, especialmente Mg. Suelen
constituir masas lentejonares, de espesor y continuidad lateral variable,
intercaladas entre materiales detrítico-carbonatados, a menudo directamente
relacionados con secuencias evaporíticas típicas.
Yacimientos de azufre
Este proceso es, por tanto, el responsable de que las evaporitas, a pesar de tratarse
de rocas sedimentarias, a menudo formando parte de series sedimentarias de
regiones muy poco afectadas por deformación tectónica, no se encuentren
constituyendo capas horizontales, perfectamente interestratificadas en las series
originales, sino formando estas estructuras, de morfologías más o menos
complejas, y que incluso pueden mostrar actividad a escala de observación
directa, como es el caso, por ejemplo, del diapiro de Cardona (Barcelona), en el
que se registran ascensos anuales de 5 a 10 mm.
Yacimientos de hierro
Hidrocarburos naturales
Gas natural
El carbón
Composición y propiedades
Origen
Carbonización o coalificación
Lecturas recomendadas
9.- Recursos energéticos de origen orgánico
Se incluyen aquí fundamentalmente el carbón y los hidrocarburos naturales
(petróleo y gas), que se forman no como consecuencia de la acumulación de los
restos inorgánicos de organismos (sedimentación bioquímica, que hemos visto en
el Tema 7), sino de la acumulación, degradación y evolución de los propios restos
orgánicos de estos organismos. La principal diferencia entre los tipos señalados
es que el carbón se forma fundamentalmente a partir de restos de vegetales
superiores (hojas, tallos, troncos...), mientras que petróleo y gas se forman a
partir de microorganismos (plancton, algas, bacterias...).
Hidrocarburos naturales
El petróleo y el gas natural, los hidrocarburos fósiles, están constituidos casi
exclusivamente por hidrocarburos, es decir, compuestos orgánicos, más o menos
complejos, de Carbono e Hidrógeno, mezclados en proporciones diversas entre
sí, y con otros compuestos químicos: su composición elemental se muestra en la
Tabla 1.
Carbono 85-95 85
Hidrógeno 5-15 13
Gas Natural
Como comparación, una hulla presenta un poder calorífico entre 5.600 y 8.000
cal/gr, con lo que, a efectos de poder calorífico:
Las Arenas asfálticas son rocas sedimentarias de tipo arenas gruesas, bien
clasificadas, porosas y permeables, consolidadas o no, que contienen productos
petrolíferos pesados, en las que el bitumen representa del orden del 18 al 20% en
peso de la roca. Su viscosidad es muy elevada, por lo que no pueden ser
recuperados por medios tradicionales. Desde el punto de vista geoquímico, están
formadas fundamentalmente por asfaltenos y productos complejos ricos en
nitrógeno, azufre, oxígeno, frente a productos saturados y ligeros.
El carbón
El carbón es una roca sedimentaria combustible con más del 50% en peso y más
del 70% en volumen de materia carbonosa, formada por compactación y
maduración de restos vegetales superiores, como consecuencia de la evolución de
esta materia orgánica de origen vegetal que se acumula en determinadas cuencas
sedimentarias.
Composición y propiedades
Dentro de la composición química del carbón se debe diferenciar entre los datos
correspondientes a la estructura química del carbón, y los correspondientes a su
composición elemental. Así mismo, es necesario diferenciar aquellos datos
relacionados con la medida de algunos parámetros de importancia tecnológica.
Otros parámetros de gran importancia en la actualidad son los referidos al
contenido en elementos menores que puedan liberarse durante el proceso de
combustión, y que pueden tener efectos nocivos para la salud humana o del
medio ambiente.
La proporción de volátiles viene dada por la pérdida de peso de una muestra seca
por calentamiento a temperaturas entre 875 y 1050ºC fuera del contacto
con el aire.
Origen:
Otra cuestión importante en cuanto al origen del carbón es la edad de las series
sedimentarias en que aparece: las plantas vasculares aparecen en el Silúrico, y
pueblan la superficie de La Tierra en el Devónico. Ello implica que los
yacimientos más antiguos de carbón conocidos sean de edad Devónica.
Posteriormente, se dan yacimientos de carbón de todas las edades, pero hay
períodos especialmente favorables:
Carbonización o Coalificación
Hace más de 100 años se enunciaba la llamada regla de Hill, según la cual a
medida que se profundiza en una explotación de carbón, el contenido en volátiles
disminuye. Esta idea simple es la base conceptual en la que se apoya la evolución
de la materia orgánica durante el enterramiento subsiguiente a la sedimentación.
Es un proceso esencialmente físico-químico, con participación biológica en las
primeras etapas, que se conoce con el nombre de carbonización o coalificación.
Los factores que influyen en este proceso son: temperatura, presión y tiempo. Los
dos primeros están relacionados con el enterramiento y con el gradiente
geotérmico: en condiciones normales un enterramiento produce un aumento de
presión debido al peso de los sedimentos suprayacentes, y un aumento de
temperatura del orden de 33ºC/Km (gradiente geotérmico medio), si bien en
zonas concretas este gradiente puede ser mucho más alto.
El proceso magmático
Rocas plutónicas
Granito
Sienita
Diorita y gabro
Peridotita
Rocas subvolcánicas
Yacimientos metálicos de
origen ortomagmático
Lecturas recomendadas
El proceso magmático
Es un hecho de observación que existe una gran variedad de magmas, que dan
origen a la gran variedad de rocas ígneas que se pueden reconocer en el planeta.
También es posible observar cómo en términos generales los magmas (y por
consiguiente, las rocas formadas a partir de éstos) se asocian con situaciones
geodinámicas concretas, es decir, que en situaciones geológicas equivalentes
solemos encontrar los mismos tipos de rocas ígneas. De ello se deriva la
conclusión de que la formación de los magmas está íntimamente relacionada con
el marco geodinámico que se produce en los diversos ambientes derivados de la
tectónica de placas.
Ahora bien ¿qué es un magma, y cómo y porqué se forma? Como definición
básica, un magma es un fundido, que en general está formado por una fase
líquida mayoritaria, a la que acompaña una fase sólida (cristales o fragmentos de
rocas) y otra gaseosa, y que se encuentra a temperaturas entre 1.500 y 800ºC. La
fase líquida suele estar formada por silicatos fundidos con proporciones muy
variables de cationes: Mg, Fe, Ca, Na, K... Magmas menos comunes son los
formados por carbonatos (magmas carbonatíticos), o los formados por sulfuros
(magmas sulfurados).
Por otra parte, durante el ascenso se producen una serie de procesos que cambian
la composición del magma, y que se conocen con el nombre genérico
de diferenciación. Los principales mecanismos de diferenciación son los
siguientes:
Por otra parte, la composición del magma impone restricciones a este secuencia,
de forma que si éste es pobre en sílice y rico en Mg, Fe, Ca (magmas máficos)
solamente cristalizarán los primeros términos de las dos series (olivino, piroxeno,
plagioclasa cálcica), mientras que en los magmas más ricos en sílice y pobres en
Mg y Fe (magmas félsicos) se formarán esos minerales durante los primeros
estadios de la cristalización magmática, pero reaccionarán con el fundido
sucesivamente para dar términos más evolucionados de la serie, y la roca
finalmente estará formada por cuarzo, feldespato potásico, plagioclasa sódica y
biotita. En las rocas formadas a partir de magmas de composición intermedia
encontraremos, por tanto, plagioclasa intermedia, anfíbol y piroxeno como
minerales característicos (ver figura).
Rocas plutónicas
Las texturas de las rocas plutónicas son granudas o granulares de grano medio a
grueso, con peculiaridades propias de cada tipo de roca, como vemos a
continuación. Si quieres ver algunas texturas propias de rocas plutónicas
pulsa aquí.
De entre la variedad de rocas plutónicas existentes, destacaremos para su
descripción detallada las más comunes, o aquellas de más común aplicación
industrial: granito, sienita, diorita, gabro y peridotita.
Granito
Sienita
Diorita y gabro
La diorita y el gabro son rocas con importantes semejanzas tanto desde el punto
de vista geológico como industrial. Desde el punto de vista geológico constituyen
las rocas gabroídicas, y su diferenciación mutua solamente se puede realizar
mediante microscopía petrográfica, si bien con frecuencia las dioritas son de
tonalidades más claras que los gabros. Desde el punto de vista industrial
corresponde al grupo de los granitos oscuros, muy apreciados en el arte
funerario.
En el campo, los gabros suelen aparecer, como los granitos, formando macizos
intrusivos de cierta importancia. No desarrollan las formas más típicas del
berrocal, debido a que suelen presentar una mayor densidad de fracturación, y su
alteración superficial suele ser más rápida que la de los granitoides. También es
normal que presenten una aureola de metamorfismo de contacto.
El principal problema que suelen presentar estas rocas es que sus afloramientos
suelen estar afectados por una fracturación relativamente densa, que dificulta su
explotación industrial.
Peridotita
Las texturas son variables, en función del tipo de peridotita: las hay formadas por
acumulación de cristales en cámaras magmáticas, que desarrollan las llamadas
texturas cumulíticas, en las que uno de los minerales (fundamentalmente el
olivino) aparece formado el armazón general de la roca, con otros minerales
(clinopiroxeno) intergranulares. En otros casos la textura es holocristalina equi- o
ligeramente inequigranular, hipidiomorfa, con piroxeno subidiomorfo y olivino
xenomorfo.
Una constante en este tipo de rocas es que suelen estar serpentinizadas: el olivino
es un mineral muy inestable en las condiciones de la superficie del planeta,
tendiendo a transformarse en serpentina. Esto transforma a estas rocas, en mayor
o menor grado, en serpentinitas, que veremos en el capítulo de rocas
metamórficas.
Rocas subvolcánicas
La textura de las rocas subvolcánicas puede ser muy variada. La más frecuente
es la textura porfídica de matriz microcristalina, que indica una presencia de
fenocristales en el magma, y una cristalización rápida pero no tanto como la de
una roca volcánica, en la que la matriz suele ser vítrea o criptocristalina. Otras
texturas que pueden presentar son:
Granofídica: es típica de rocas subvolcánicas silíceas, félsicas, equivalentes a los
granitos en sentido estricto. Es una textura holocristalina hipidiomorfa
inequigranular (o incluso porfídica) formada por cristales mayores de plagioclasa
con cuarzo y feldespato potásico intergranulares que desarrollan intercrecimientos
gráficos. La roca subvolcánica de composición granítica y textura granofídica recibe
el nombre de granófido.
Dolerítica: es característica de rocas subvolcánicas máficas, equivalentes al gabro.
Es una textura holocristalina, hipidiomorfa, inequigranular, en general de grano
fino-medio, formada por un entramado de plagioclasa idiomorfa con piroxeno
xenomorfo intersticial. La roca subvolcánica de composición gabroídica y textura
dolerita recibe el nombre de diabasa o dolerita. Pulse aquípara ver una
reconstrucción 3D de una textura dolerítica o aquí para ver un ejemplo de Almadén.
Ofítica: aparece en el mismo tipo de rocas que la anterior, y es holocristalina con
tendencia panidiomorfa, inequigranular a porfídica, de grano medio-fino, formada
por grandes cristales de piroxeno que engloban pequeños microlitos de plagioclasa.
La roca subvolcánica de composición gabroídica y textura ofítica recibe el nombre
de ofita. Pulse aquí para ver un ejemplo.
Su aplicación industrial suele ser limitada, debido sobre todo al escaso volumen
que presentan. Ocasionalmente pueden servir para la obtención de áridos, o, muy
excepcionalmente (cuando aparecen en grandes masas con escasa fracturación,
circunstancias ambas poco comunes en este tipo de roca), como roca ornamental.
Los minerales metálicos acompañan, como hemos visto, a las rocas intrusivas
como minerales minoritarios, en forma de óxidos o de sulfuros,
fundamentalmente, que cristalizan a la vez que el resto de componentes
silicatados de la roca. En el detalle, pertenecen a varios subtipos (ver figura):
Fenómenos volcánicos
Variabilidad composicional
Estructuras volcánicas
Lecturas recomendadas
Páginas web relacionadas con volcanismo
Fenómenos volcánicos
Variabilidad composicional
El mayor o menor contenido en sílice (es decir, que el magma sea de tendencia
félsica o máfica) condiciona su viscosidad: los magmas félsicos son siempre más
viscosos que los máficos, debido a que en ellos se originan minerales de estructura
más compleja que en los básicos. A su vez, los magmas menos viscosos suelen dar
origen a erupciones tranquilas, con flujo de lava continuo, no acompañado de
emisiones violentas, mientras que los más viscosos suelen dar lugar a erupciones
mucho más violentas, debido a la dificultad del magma para fluir produce
interrupciones del flujo de la lava que se resuelven de forma explosiva.
El contenido en volátiles también condiciona la violencia de las erupciones. Los
magmas ricos en volátiles dan origen a procesos eruptivos violentos, debido a que
su liberación provoca este tipo de fenómenos. Las rocas resultantes de estos
procesos suelen ser muy vesiculares, tipo pómez.
En definitiva, estos dos factores controlan la mayor o menor explosividad del
volcanismo, que se traduce en la formación de distintos tipos texturales: rocas
compactas, resultado de la cristalización delavas, y rocas fragmentarias
(piroclásticas), resultado de la acumulación de material explosivo (ver
figura). Por otra parte, la propia composición del magma da origen a distintas
litologías, formadas por asociaciones minerales diferentes, lo que permite una
clasificación de las rocas volcánicas equivalente a la de las rocas plutónicas.
Estructuras volcánicas
En los edificios volcánicos podemos encontrar toda una gama de estructuras, que
resultan características de determinados ambientes o procesos. Entre ellas
podemos destacar las siguientes:
Las rocas porfídicas, al tratarse de rocas compactas, aunque a menudo afectadas por
disyunciones más o menos regulares, no suelen tener otra aplicación que como árido
de machaqueo. En concreto, algunos basaltos son excelente materia prima para
áridos especiales, como el balasto de ferrocarril.
Las rocas de tipo piedra pómez de naturaleza silícea son materia prima para la
industria cementera, ya que por su naturaleza vítrea y su composición reaccionan
con la cal para dar compuestos con propiedades hidráulicas: son los denominados
cementos puzolánicos o puzolanas. También tienen aplicaciones menores en la
industria textil, para el lavado a la piedra de prendas vaqueras, y en la higiene
doméstica.
La obsidiana es una piedra semipreciosa, apreciada para la elaboración de objetos
decorativos.
La perlita es un vidrio volcánico parcialmente hidratado, rico en sílice, que es
susceptible de ser tratado por expansión. Este material ya tratado tiene varias
aplicaciones en construcción: árido ligero en hormigones, aislante acústico, aislante
criogénico. También se utiliza en procesos de filtrado y en suelos artificiales, para
horticultura.
Los yacimientos de tipo Kuroko (o tipo Huelva, ya que la Faja Pirítica Ibérica es
la mayor concentración mundial de este tipo de mineralizaciones) son
concentraciones sedimentarias (o volcano-sedimentarias, como se denominan
preferentemente) de sulfuros polimetálicos, por lo general dominados por pirita, a
la que suelen acompañar otros como calcopirita, esfalerita y galena. Además es
frecuente que contengan ciertos valores de metales preciosos (Au, Ag) que
añaden interés económico a su explotación minera.
Óxidos de Manganeso
Skarn
Greissen
Pórfidos cupríferos
Mineralizaciones epitermales de
metales preciosos
Manifestaciones superficiales
Energía geotérmica
Lecturas recomendadas
Desde el punto de vista textural son rocas granudas de grano muy grueso: se han
descrito cristales de moscovita de hasta 10 m de longitud en estas rocas, y de
feldespato potásico de varios m3.
Yacimientos hidrotermales
Pórfidos cupríferos
Los pórfidos cupríferos son yacimientos de gran tonelaje (106-109 t) y bajas leyes
de cobre (0.2-c.2%Cu). Aparte del cobre estos yacimientos pueden presentar
cantidades variables de molibdeno y/o metales preciosos (Au+Ag), susceptibles
de ser recuperados económicamente. Se asocian a rocas intrusivas generalmente
félsicas de composición granodiorítica, aunque los pórfidos del Pacífico oriental
(desarrollados en arcos de islas) suelen asociarse a facies intermedias (intrusivos
dioríticos). Presentan un modelo zonal (figura 1) de alteración hidrotermal con un
núcleo de alteración potásica(feldespato K, biotita, que grada hacia fuera hacia
una alteración fílica (= cuarzo-sericítica). En su zona periférica encontramos
facies argílicas (intermedia o avanzada) y propilítica (con clorita, epidota,
calcita). La secuencia de alteración (figura 2) es la siguiente: 1) formación de las
zonas de alteración potásica y propilítica; 2) desarrollo de la alteración fílica
(hacia fuera y arriba); y 3) formación de facies de alteración argílica en la parte
superior del sistema. Esta última puede ser avanzada, implicando la presencia de
minerales tales como caolinita y alunita. Se reconoce un solape temporal y
espacial en esta secuencia. De 1 a 3 la participación de aguas meteóricas en el
sistema hidrotermal es cada vez más importante. De hecho, la parte superior del
sistema hidrotermal entra de lleno en el campo epitermal (alteración argílica
avanzada), y en la misma pueden formarse mineralizaciones auríferas, en un
ambiente más superficial (desde unos 2 Km. de profundidad hasta la superficie).
Existen grandes provincias metalogénicas de pórfidos cupríferos, entre las que
resaltan las de la cadena andina (Chile - Perú principalmente, destacando el
yacimiento de Chuquicamata) y la del SO de los Estados Unidos. Dado que los
pórfidos son de emplazamiento somero (epizona), es raro encontrar yacimientos
más antiguos que mesozoicos, y de hecho, la mayoría de estos yacimientos son
de edad cenozoica. La razón es simple y radica en la efectividad de los procesos
erosivos, que habrían desmantelado los de mayor antigüedad.
Hasta ahora se han descrito los principales tipos de rocas y yacimientos que se
originan como consecuencia de la actividad tardimagmática. Además otros dos
fenómenos que pueden tener este mismo origen: las alteraciones de origen
endógeno y las manifestaciones de actividad tardimagmática más o menos
reciente.
Las manifestaciones superficiales pueden ser muy variadas: desde las más
conocidas y espectaculares, como los geysers, o las emanaciones de gases en el
entorno de edificios volcánicos recientes (fumarolas, solfataras), a las fuentes
termales.
Las manifestaciones subterráneas corresponden a la denominada energía
geotérmica, contenida en los acuíferos localizados a profundidades inferiores a
unos 2.500-3.000 m. con aguas a temperaturas por encima de los 150ºC, que
pueden ser explotados comercialmente para la obtención de energía eléctrica. La
elevada temperatura a la que se encuentra este agua está en relación con la
presencia de un foco de calor activo, relacionado normalmente con esta actividad
tardimagmática.
13.- Metamorfismo y yacimientos minerales
Serpentinita
Neis
Corindón
Grafito
Asbestos
Lecturas recomendadas
La serpentinita, por sus caracteres mecánicos (sobre todo, por su baja dureza) se
agrupa con los mármoles ("mármol verde"). Sus aplicaciones son similares:
revestimientos, elementos auxiliares (columnas, zócalos), etc.
Las aplicaciones del granate están relacionadas con sus propiedades de: dureza y
densidad relativamente altas, resistencia química, y no toxicidad, que permiten
que tenga cinco campos principales de aplicación: abrasivo para eliminación de
óxidos sobre superficies metálicas (decapar), revestimientos abrasivos, filtrado de
aguas, corte por chorro de agua, y pulido.
Los principales países productores de grafito son China, Corea del Sur e India.
En España se explota o se ha explotado hasta fecha reciente en Gadamur y
Puente del Arzobispo (Toledo).
Preexploración
Exploración
Evaluación
Teledetección
Geología
Geoquímica
Geofísica
Calicatas
Sondeos mecánicos
Interpretación de resultados
Lecturas recomendadas
Para ello dispone de una serie de herramientas y técnicas básicas, que son las que
vamos a sintetizar a continuación.
Como objetivos generales de cada una de estas etapas se pueden fijar los
siguientes:
Para cumplir con cada uno de estos objetivos disponemos de una serie de
herramientas, unas para aplicar en campo y otras en gabinete.
Recopilación de información
Es una de las técnicas preliminares, de bajo coste, que puede llevarse a cabo en la
propia oficina, si bien en algunos casos supone ciertos desplazamientos, para
localizar la información en fuentes externas (bibliotecas, bases de datos…).
Consiste básicamente en recopilar toda la información disponible sobre el tipo de
yacimiento prospectado (características geológicas, volúmenes de reservas
esperables, características geométricas…), así como sobre la geología de la zona
de estudio y de su historial minero (tipo de explotaciones mineras que han
existido, volumen de producciones, causas del cierre de las explotaciones…).
Toda esta información nos debe permitir establecer el modelo concreto de
yacimiento a prospectar y las condiciones bajo las que debe llevarse a cabo el
proceso de prospección.
En esta fase resulta muy útil contar con el apoyo de mapas metalogenéticos que
muestren no solo la localización (y tipología) de yacimientos, sino también las
relaciones entre ellos y su entorno. En este sentido, resulta muy útil la
representación gráfica en éstos de metalotectos o provincias metalogenéticas.
Teledetección
Geoquímica
Geofísica
Calicatas
Sondeos mecánicos
Los sondeos son una herramienta vital la investigación minera, que nos permite
confirmar o desmentir nuestras interpretaciones, ya que esta técnica permite
obtener muestras del subsuelo a profundidades variables. Su principal problema
deriva de su representatividad, pues no hay que olvidar que estas muestras
constituyen, en el mejor de los casos (sondeos con recuperación de testigo
continuo) un cilindro de roca de algunos centímetros de diámetro, que puede no
haberse recuperado completamente (ha podido haber pérdidas durante la
perforación o la extracción), y que puede haber cortado la mineralización en un
punto excepcionalmente pobre o excepcionalmente rico. No obstante, son la
información más valiosa de que se dispone sobre la mineralización mientras no
se llegue hasta ella mediante labores mineras.
Los sondeos mecánicos son un mundo muy complejo, en el que existe toda una
gama de posibilidades, tanto en cuanto al método de perforación (percusión,
rotación, rotopercusión), como en lo que se refiere al diámetro de trabajo (desde
diámetros métricos a milimétricos), en cuanto al rango de profundidades
alcanzables (que puede llegar a ser de miles de metros en los sondeos
petrolíferos), en cuanto al sistema de extracción del material cortado
(recuperación de testigo continuo, arrastre por el agua de perforación, o por aire
comprimido). Todo ello hace que la realización de sondeos mecánicos sea una
etapa especialmente importante dentro del proceso de investigación minera, y
requiera la toma de decisiones más detallada y problemática.
Interpretación de resultados