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en Colombia:
Contribución a un Estudio
sobre el Estado del Arte
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BOLETÍN SOCIOECONÓMICO N« 24 y 25 AGOSTO - DICIEMBRE de 1992
5 Coletta Youngers y John Walsh, "La 'guerra' contra las 7 Ver los comentarios a la Convención de Viena de Rosa
drogas en los Andes: una política mal encaminada" y del Olmo, Raphael Perl, Marcela López Bravo de Ruiz
Augusto Maxwell, "Una ley contradictoria", ambos en y Baldomero Cáceres, en García-Sayán, Narcotráfi-
Diego García-Sayán (Compilador), Coca, cocaína y co..., op. cit., pp. 97-152. Ligue Internationale Antipro-
narcotráñco: laberinto en los Andes, Lima: Comi- hibitionniste, "L'Antiprohibitionniste", # 1, Bruselas,
sión Andina de Juristas, 1989; Reid, op. cit.. Ver los 1989.
debates en torno del Plan Bush (Bennett) y el "Informe 8 Peter A. Lupsha, "El tráfico de drogas: México y Co-
de la Comisión de Política y Relaciones Internaciona- lombia, una perspectiva comparada"; Richard B. Craig,
les", en García-Sayán, Narcotráñco... op. cit., pp.153- "El tráfico de drogas: implicaciones para los países
224 y 241-44. suramericanos", ambos en Tokatlián y Bagley, op. cit.;
6 Gugliotta y Leen, op., cit; Penny Leraoux, In Banks we Alejandro Camino, "Coca: del uso tradicional al narco-
Trust, Garden City, New York: Doubleday-Anchor, tráfico"; Henry Oporto Castro, "Bolivia: el complejo
1984;Gustavo Gorriti, "Perú y el Plan Bush", en Gar- coca-cocaína"; Anthony Richard Henman, "Tradición
cía-Sayán, Narcotráfico... op. cit.; Randy E. Barnett, y represión: dos experiencias en América del Sur";
"Curing the Drug-Law Addiction: The Harmful Side Humberto Campodónico, "La política del avestruz",
Effects of Legal Prohibition", en Hamowy, op. cit.; todos en García-Sayán, Coca, cocaína..., op. cit.
Ethan Nadelmann, "Víctimas involuntarias: conse- 9 Juan Gabriel Tokatlián, "Seguridad y drogas: su signifi-
cuencias de las políticas de prohibición de drogas", cado en las relaciones entre Colombia y los Estados
Debate Agrario, # 7, Lima, julio-diciembre 1989; José Unidos"; del mismo autor, "Reflexiones en torno a las
Steinsleger, "Los paraísos financieros. El caso de Pa- drogas y la seguridad nacional: ¿la amenaza de la
namá", en García-Sayán, Coca, cocaína..., op, cit. intervención?", ambos en Tokatlián y Bagley, op. cit.
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el de Fabio Castillo. Su autor recopiló lo que buscando algunos elementos comunes; otra
ha sido probablemente el mayor conjunto de destinada a examinar las transformaciones
información factual sobre el narcotráfico en más importantes producidas por el descenso
Colombia. Al hacer una historia detallada del de la producción y exportación de marihuana
desarrollo del negocio, de las diferentes orga- y el auge de la cocaína; otra sobre uno de los
nizaciones regionales, de los hechos más rele- temas más agitados en todo este problema: el
vantes en los intentos de penetración en la vida de la narcoguerrilla. El autor trata de mostrar
institucional nacional y de los correlativos in- la debilidad de las bases factuales y los propó-
tentos del Estado por controlar y/o erradicar el sitos claramente políticos, diseñados para obs-
fenómeno, Castillo ocasionalmente incurre en taculizar el programa de paz del presidente
inexactitudes flagrantes, así como en aventu- Betancur, que sirvieron para acuñar el térmi-
radas imputaciones a personas cuyas relacio- no.
nes con algunos narcotraficantes pueden haber En un texto publicado originalmente en
sido al menos ocasionales, indirectas y al mar- francés en 1 9 8 6 y luego en español en 1 9 8 8 , y
gen del negocio. dedicado a hacer un recorrido internacional
El celo purificador de Castillo lo lleva así del sendero de la coca, Alain Delpirou y Alain
a ver mafiosos prácticamente en todos los res- Labrousse tocan obviamente el problema co-
quicios de la vida nacional. Este sesgo reduce lombiano. Allí presentan, entre otras cosas,
relativamente el valor que de otra manera tiene una extensa documentación destinada a ilus-
el trabajo de investigación periodística del au- trar cómo en el plano internacional se configu-
tor. ró por autoridades estadinenses la teoría de la
En 1 9 8 8 el autor de este trabajo publicó narcoguerrilla, claramente destinada a involu-
25
un nuevo trabajo sobre el t e m a . Se trata de crar en el tráfico de drogas al gobierno del
una reedición ampliada del libro anterior, y en F S L N de Nicaragua. El muy conocido episo-
un intento de llevar la narración y el análisis dio del "Coca-gate", en el que se utilizó el
hasta finales del año 1987. Tres temas nuevos comercio de cocaína para recaudar fondos y
aparecen en este texto: una sección dedicada a financiar a la "Contra" nicaragüense, ilustra
un examen de la historia de las prohibiciones, esta forma de política del gobierno norteame-
ricano y muestra las contradicciones entre las
estrategias de la CÍA y la DEA.
El muy conocido episodio Daniel Pécaut, en el seguimiento que ha
del "Coca-gate", en el que se hecho de la situación colombiana a lo largo de
27
los últimos a ñ o s , se ha ocupado sistemática-
utilizó el comercio de cocaína mente del tema. Pécaut parte de un hipótesis
para recaudar fondos y según la cual la complejidad de la violencia
colombiana de los últimos se explica porque
financiar a la "Contra"
que la economía y política de la droga están en
nicaragüense, ilustra esta el centro de la creciente inextricabilidad de lo
forma de política del político y lo no político. Examina a partir de
allí el desarrollo de la actividad, y muestra
gobierno norteamericano
y muestra las contradicciones 24 Fabio Castillo, Los jinetes de la cocaína, Bogotá:
Editorial Documentos Periodísticos, 1987.
entre las estrategias de la 25 Alvaro Camacho, Droga y sociedad en Colombia: el
poder y el estigma, Cali-Bogotá: Cidse-Cerec, 1988.
CÍA y la DEA 26 Alain Delpirou y Alain Labrousse, El sendero de la
cocaína, Barcelona: Editorial Laia, 1988.
27 Daniel Pécaut, Crónica de dos decadas de política
colombiana, 1968-1988, Bogotá:Siglo X X I , 1989.
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táctico del asunto por parte de los miembros gocio. La constante acusación al gobierno co-
del cartel de Cali. lombiano por su hipocresía y su entrega a los
A finales de 1 9 8 9 el público colombiano intereses norteamericanos llama la atención,
se sorprendió con la publicación de un libro pues constituye un elemento central en la au-
30
con un título explosivo en el que su anónimo todefinición como patriotas de los traficantes,
autor se define como narcotraficante y procede quienes sí traen su dinero al país y crean em-
a presentar su alegato en favor de su actividad. pleo mientras los demás lo exportan o lo dis-
Este en verdad es un libro extraño, mezcla de frutan para ellos solos. Es igualmente llamati-
candor y astucia. Su valor fundamental reside va su autodescripción:
no tanto en la información factual, sino en el "Ante la implacable persecución
perfil que del negocio y sus titulares se elabo- que se ha desatado contra los narcotrafi-
ra. Vale la pena examinar algunas de sus afir- cantes, el hostigamiento de que han sido
maciones. La primera de ellas es el papel que victimas y la violencia que han sufrido
supuestamente desempeñan los narcotrafican- nuestras familias y nuestras propiedades,
tes norteamericanos, quienes se quedan con curiosamente, aún no me siento delin-
una porción enormemente mayoritaria del ne- cuente... No me considero delincuente,
pues yo me siento patriota, buen hijo,
buen esposo, buen padre y buen amigo...
En verdad, siendo narcotraficante, no me
siento delincuente ni pecador: a nadie he
matado ni mandado asesinar. A nadie he
robado o secuestrado: Mucho menos ex-
torsionado o chantajeado. No me he que-
dado con los ahorros de nadie. He pagado
mis deudas. No he realizado chanchullos
o negocios con el gobierno. Pago impues-
tos. Hago obras de caridad. Voy a misa.
Cumplo con mis obligaciones familiares.
Reconozco buenos salarios a mis trabaja-
dores. Hago obras sociales. Colaboro con
la política, sin exigir ni un puesto para
nadie. Creo, además en el sistema demo-
crático. Inclusive, admiro la sociedad
norteamericana. En muchos aspectos,
menos en su doble moral y en la discrimi-
nación hacia colombianos ni latinos... In-
clusive mi familia, que sabe de mis
actividades, no me ve como delincuente.
Ni mis amigos sanos. Ni con las personas
que llevó a cabo toda suerte de negocios.
Ni el cura que recibe mis limosnas. Ni el
político al que entrego mis aportes. Ni los
policías ni militares que son mis amigos...
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zados en las empresas (el capital, la violencia, debates es la discrepancia en las fuentes, ci-
el sistema de sicarios, la corrupción de apara- fras, cálculos y análisis aportados, lo cual no
tos del Estado), el sistema de redes clandesti- deja de ser paradójico si se considera, con los
nas (los enganches hacia adelante y hacia economistas, que su disciplina ha accedido a
atrás, las vinculaciones), en un bien organiza- un umbral de precisión y cientificidad que las
do arreglo expositivo y documental. demás ciencias sociales están lejos de alcan-
Si bien se trata de uno de los pocos textos zar.
que aplica una teoría sociológica sistemática Los primeros cálculos que se conocieron
al tema, justamente el apego a esta ortodoxia en el país fueron presentados por Roberto Jun-
weberiana desluce un poco la creatividad del guito y Carlos Caballero en 1 9 7 8 , y reciente-
análisis: uno de los puntos que tendría que ser mente el debate ha girado básicamente en tor-
resaltado es que no todas las organizaciones no de los estudios de Hernando José Gómez y
narcotraficantes, como organizaciones socia- Salomón Kalmanovitz, a quienes se agregan
les, actúan con los mismos patrones de racio- otros de Jesús Antonio Bejarano, Juan José
nalidad. Se sabe, por ejemplo, que existen Echavarría, Alicia Puyana, Eduardo Sarmien-
fuertes diferencias entre grupos regionales, y to y Miguel Urrutia.
que hay también sustanciales variaciones de Como consecuencia de las discrepancias
comportamiento social entre varias organiza- en las cifras, las interpretaciones sobre los
ciones. De otra parte, la racionalidad in- efectos globales también difieren.
strumental del negocio contrasta con las ex- Así, mientras algunos sostienen que tan-
presiones culturales de despilfarro y consumo to el ingreso neto de las exportaciones de droga
suntuario y conspicuo, con las prácticas vio- como su peso específico en el P B I son descen-
lentas de dominación local y con actitudes en dentes, otros consideran que ambos rubros
las que se mezclan la tradicionalidad terrate- crecen.
niente y el arribismo social de muchos trafi- Unos consideran que Colombia no es una
cantes. "narcoeconomía", y que la liquidación del ne-
gocio no tendría mayores efectos sobre la eco-
2. Los Impactos en la Economía nomía nacional, pero que los impactos del
En el terreno de lo económico los princi- negocio son más negativos que positivos, por
pales debates han girado básicamente en torno cuanto los ingresos estimulan el contrabando
de los montos de los ingresos al país y sus y la fuga de capitales, se concentran en pocas
manos, contaminan las exportaciones y dis-
efectos macroeconómicos y sectoriales. Lo
torsionan tanto los precios relativos de los
más notorio para quien se aproxima a estos
bienes predilectos de los traficantes como de
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la asignación de recursos de la economía glo-
bal.
Otros, en cambio,afirman que esa "nar-
coeconomía" ha sido fundamental para soste-
ner la economía nacional, y que si no hubiera
sido por ella se habría presentado una crisis
cambiaría y las medidas de ajuste habrían sido
tan drásticas como las de otros países latinoa-
35
mericanos. De las posiciones de los primeros
se deduce que el narcotráfico es una especie de
excrecencia en el país y que su liquidación
tendría efectos benéficos para la economía
nacional. De los otros se deduce la inextrica-
bilidad del narcotráfico y el conjunto de la
economía y por lo mismo la casi imposibili-
dad de su eliminación.
Probablemente Echavarría tiene una
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buena dosis de razón cuando afirma que en
propiables y objeto de reforma agraria. Se
este terreno, "estamos hablando de ciencia
puede presumir que algunos terratenientes de
ficción, ya que el resultado depende funda-
esas regiones, o bien vendieron sus tierras ante
mentalmente de los precios escogidos en el
la imposibilidad de competir en inversiones
cálculo. Las diferencias en ventas son extraor-
con los narcos (quienes habían incrementado
dinariamente elevadas como consecuencia de
los usos de tecnologías y variedades pecuarias
los enormes diferenciales de precios a lo largo
modernas, monopolizado las técnicas agrop-
de la cadena... Tampoco se sabe, entonces,
ecuarias de los vecindarios, y encarecido el
cuántos dólares llegan al país para ser destina-
precio de la mano de obra), con lo cual éstos
dos al contrabando, a la compra de propieda-
3
acrecentaban sus dominios, o bien sostuvieron
des rurales, o a otros fines".
el ritmo, con el consiguiente incremento de sus
Ahora bien, cualquiera que sea la dimen-
niveles de renta, e hicieron menos expropia-
sión real de la macroeconomía asociada con el
bles sus tierras. Y se supone también que las
narcotráfico, sus incidencias regionales y sec-
acciones de " limpiezas" se han traducido en
toriales no son despreciables. El ejemplo de
una reducción de la presión sobre la tierra, ya
la cuestión agraria sirve para ilustrar esta si-
que que los campesinos que sobreviven mi-
tuación: si bien el comportamiento de la eco-
gran a los centros poblados.
nomía agropecuaria ha respondido en lo fun-
En lo relativo a la construcción, las cifras
damental a variables de orden
35 Salomón Kalmanovitz, "La economía del tráfico de
macroeconómico, no deja de ser cierto que en cocaína", en Cien días vistos por Cinep, No. 6, junio
alguna medida las inversiones del narcotráfico de 1989.
36 Echavarría, art. cit., p. 5.
han d e s e m p e ñ a d o u n p a p e l c o n t r a r - 37 Hernando Gómez Buendía, Libardo Sarmiento Anzola
37
reformista. Aparentemente los narcotrafi- y Carlos Moreno Ospina, "Impacto del conflicto arma-
do y del narcotráfico sobre la producción agropecuaria
cantes controlan cerca del 4 . 3 % de las tierras en Colombia. 1980-1988", Bogotá: Instituto de Estu-
agrícolas del país ( 3 % del total del área rural dios Liberales-Misión de Estudios del Sector Agrope-
cuario, febrero de 1989; Libardo Sarmiento y Carlos
colombiana), y con los mecanismos de la Ospina, "Narcotráfico y sector agropecuario en Co-
cuantiosa inversión de capitales y la organiza- lombia", Economía Colombiana, # 226-227, febrero-
marzo de 1990; Alejandro Reyes, "La violencia y la
ción de grupos armados han frenado la posibi- expansión territorial del narcotráfico", art. cit.
lidad de que sus tierras sean consideradas ex- 38 Sarmiento y Ospina, art. cit.
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dad de la información económica sobre los Esta movilidad vertical involucra tam-
impactos del narcotráfico, y de que ésta no bién a quienes han incrementado sus ingresos
aporta bases realistas para conclusiones más o a partir del comercio y los servicios demanda-
menos precisas, los comentarios anteriores dos u ofrecidos por los narcos y por tanto han
pueden dar una medida aproximada de su experimentado alguna forma de ascenso so-
magnitud e importancia. Sin embargo, éstas se cial, y que a los ojos de buena parte de la
comprende mejor al examinar otros impactos población pueden confundirse con otros que
de la actividad. han hecho fortunas en actividades completa-
3. Los Impactos en la Sociedad y mente independientes del negocio de la droga.
la Cultura Parecería que una experiencia histórica global
Aunque no haya mucho acuerdo sobre de limitaciones en la movilidad social se tra-
cifras concretas, parece claro que el narcotrá- duce en que c u a l q u i e r a que pueda ex-
fico ha desarrollado una tensión entre patrones
de acumulación salvaje de capital y un reper- 39 Osear Borrero, "La finca raíz y la economía subterrá-
nea", Camacol, seminario "Economía ilegal, café y
torio de valores culturales propios de sectores construcción", Bogotá, 8 de noviembre de 1989. Cita-
sociales que no se avienen a reconocer plena- do por Kalmanovitz, "La economía del narcotráfico en
Colombia", art. cit.
mente los nuevos aires del cambio social. En 40 Fabio Giraldo Isaza, "Narcotráfico y construcción",
la base de esta contradicción entre economía Economía Colombiana, # 226-227, febrero-marzo de
1989.
y cultura parecería estar el desarrollo de una 41 Camacho, Droga y sociedad en Colombia, op. cit.
nueva fracción burguesa que simultáneamente 42 Mario Arango, El impacto del narcotráfico..., op cit.
Ver la carta de los hermanos Rodríguez Orejuela al
reta y apuntala una estructura de dominación alcalde de Cali en Semana, # 4 4 0 , 9 a 16 de octubre de
clasista global. Al lado de la política ambigua 1990, p. 20.
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perimentar cambios ascendentes más o menos cias y los diferentes, apuntalaron nuestra su-
drásticos en sus condiciones de vida se gana el puesta configuración como nación y una es-
estigma de ser mafioso. tructura particular de dominación buscan rati-
La movilidad vertical se acompaña con ficar su vigencia, a pesar de tantos y tantos
otra de carácter horizontal que afecta a cam- síntomas de su obsolescencia.
pesinos desplazados de sus tierras, a viejos Los narcotraficantes han sido aceptados
terratenientes reciclados como rentistas, a bus- o repudiados socialmente a partir de que en-
cadores de fortuna en zonas de cultivo de coca, carnan valores, aspiraciones, odios, temores y
a oficiales y ex-oficiales de las fuerzas arma- envidias de buena parte de la población.
das que encuentran sustento én el negocio de Dejar de ser pobre en un golpe de suerte
la violencia y la protección. o audacia, poder recorrer las calles de las ciu-
La doble movilidad ha generado apetitos dades en brillantes y costosísimos automóv-
y resentimientos frente a barreras sociales, iles, acompañarse de reinas y ex-reinas de
mayores esfuerzos para el logro y mayores belleza, lograr que personajes de la intelectua-
resistencias y condenas. Los ya viejos califica- lidad, el clero, la política, la farándula y el
tivos de "clase emergente" y "clase sumergen- capital les soliciten sus favores, todo eso con-
te" siguen describiendo un proceso complejo trasta con la arrogancia, la arbitrariedad, y la
de cambio social que no deja de tener efectos facilidad para ordenar asesinatos y/o actos te-
contradictorios. Y con ello también se ha exa- rroristas.
cerbado una profunda ambigüedad ética en Todo lo anterior da la impresión de que
nuestra sociedad; no se trata solamente de que se mueven en una sociedad moderna y favore-
se hayan afianzado nuevos valores asociados cen su desarrollo, pero al mismo tiempo reve-
con el éxito, la temeridad y la muerte ni que el lan sus predilecciones por lo tradicional no
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machismo se haya salido de m a d r e : se trata sólo en sus deseos de poseer tierras, su admi-
también de que viejas concepciones sobre el ración por los caballos y otras simbologías
ordenamiento jerárquico de la sociedad, los campesinas, sino por los métodos de gestión y
credos religiosos y las verdades sempiternas competencia, caracterizados fundamental-
que negaron la existencia social de las diferen-
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NARCOTRÁFICO Y SOCIEDAD EN COLOMBIA
rización.
Pero si bien la política Con la administración Gaviria se ha pre-
sentado un verdadero revolcón en el trata-
contra el terrorismo miento del problema. A partir de la reiteración
ha tenido un éxito indudable, de que el principal problema para el país era el
no se puede generalizar narcoterrorismo, y de que mediante medidas
puramente policiales y militares había sido
a las relativas al tráfico imposible reducir la actividad, el gobierno
transformó su política de guerra frontal en una
del narcotráfico, la que se ha desatado en su de apaciguamiento, y medidas judiciales por
contra no es menos preocupante. En efecto, lo las cuales algunos de los principales narcotra-
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que fue una cierta tolerancia inicial, se convir- ficantes se entregaron a la justicia, a cambio
tió, luego de que el nivel de la confrontación de que se garantizara su no extradición y de
ascendiera como consecuencia de la escalada que les fueran respetados sus derechos huma-
de magnicidios, en una política que privilegió nos. La coincidencia de estos decretos con la
el tratamiento violento por parte de los orga- prohibición de extraditar colombianos que es-
nismos de seguridad del Estado, los que en tableció la nueva Constitución, hicieron posi-
muchas ocasiones han sobrepasado los marcos ble que estas medidas fructificaran.
de su propia legalidad y actuado violentamen- En el campo específico del tráfico, Gavi-
te. En el combate contra el narcotráfico se han ria ha seguido insistiendo en el carácter inter-
mezclado masacres, torturas y limpiezas, y nacional del problema, ha ratificado que la
con frecuencia los desbordamientos de las au- demanda está en la base del negocio y que
toridades han tenido como consecuencia estí- Colombia no ha recibido la reciprocidad me-
mulos a una guerra sucia en la que las víctimas recida por sus gestiones de interdicción y per-
han sido personas inocentes. secución de los traficantes. Pero a diferencia
Las políticas estatales no han tenido con- de Barco, quien no sólo no hacía énfasis en la
tinuidad: durante la administración Barco, al distinción, sino que buscaba ante todo ayuda
lado de medidas tendientes a facilitar la repa- internacional, Gaviria ha reclamado como
triación de los capitales del narcotráfico a tra- prioritaria una política internacional de reduc-
vés de amnistías fiscales, se redujeron las po- ción de aranceles y correspondencia comer-
sibilidades de inserción en la sociedad al cial, que resarza al país de sus esfuerzos. Esta
considerarlos enemigos de la humanidad. Y al ha sido esencialmente la posición oficial del
tiempo con estas condenas radicales se abrie- actual gobierno, que tuvo su principal foro de
ron espacios más o menos subrepticios para expresión en el Encuentro de Cartagena de
posibles negociaciones, aunque algunas de 1990.
ellas pudieran responder a intereses puramente Pero si bien la política contra el terroris-
personales de altos dignatarios gubernamenta- mo ha tenido un éxito indudable, no se puede
les. Paralelamente con la reiteración del dis- generalizar a las relativas al tráfico. Con la
curso democrático se dieron tolerancias y entrega de algunos capos de Medellín no se
complicidades con los excesos militares, aun- redujeron las exportaciones, y antes bien, se
que su jurisdicción penal sobre civiles hubiera fragmentaron las organizaciones exportado-
sido anulada. La política del presidente Barco ras. Se configura así un fenómeno del mayor
fue, así, contradictoria, ambigua y paradójica, interés: si se trataba, como se ha insistido, de
pero tuvo como saldo final la inevitable pola- unos carteles con alto grado de control interno
y de precios del producto en los mercados
47 Decretos 3030, 303 y 2054 de 1990. internacionales, no se entiende bien cómo al
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