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Jean-Luc Nancy

¿Por qué
obedecemos?

Traducción de Silvio Mattoni

b u Capital intelectual
Nancy. Jean-Luc
¿Por qué obedecemos? / Jean-Luc Nancy.-l a ed. - Ciudad Autònoma de
Buenos Aires: Capital Intelectual, 2016
64 p.; 1 8 x1 2 cm.

Traducción de: Silvio Mattoni.


ISBN 978-987-614-522-0

1. Ensayo Filosófico. I. Mattoni, Silvio, trad. II. Título.


CDD 190

ontaigne escribió que enseñar a un


Diseño de colección y de tapa: Javier Vera Ocampo
Diseño de interior: Ariana Jenik
Traducción: Silvio Mattoni
Coordinación: Inés Barba
M niño no es llenar un vacío, sino en­
cender un fuego. En 1987 el filósofo
francés Jacques Rancière publicó un peque­
ño libro titulado "El maestro ignorante. Cinco
Título de la edición original: Tu vas obeir! © Editions Bayaid, 2014
lecciones sobre la emancipación intelectual”.
© Jean-Luc Nanoy, 2016 Allí retoma la experiencia de Joseph Jacotot,
© Capital Intelectual, 2016
un revolucionario exiliado, que hacia 1818 co­
Capital Intelectual S.A. menzó a enseñar aquello que ignoraba y a pro­
Paraguay 1535 (1061) • Buenos Aires, Argentina clamar la igualdad de las inteligencias, en un
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gesto pedagógico, filosófico y político radical.
En las conferencias que dan origen a esta
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colección, dirigidas a grandes y chicos, la
función del maestro ignorante será entonces
Queda hecho el depósito que prevé la Ley 11723, Impreso en Argentina.
recuperar aquel gesto y proponer, en un mo­
Todos los derechos reservados. Ninguna parte de esta publicación puede
ser reproducida sin permiso escrito del editor. mento dado, un objeto singular, un pasaje un
tanto misterioso, una pregunta que se nos viene

7
encima y ante la cual hay que reaccionar. Sin
embargo, para el maestro ignorante la expe­
riencia de no entender es fundamental y en­
contrar un obstáculo sin perder la esperanza
de superarlo es decisivo, porque nos pone en
estado de desafío.
La infancia en este caso no se refiere a un Primera Parte
momento de la existencia ni a un estado psi­
cológico. Hay viejos que tienen apenas veinte
años. Se trata de un impulso de insumisión re­ El m aestro ignorante
pleto de paciencia, un amor del riesgo cargado presenta: | [H j| H j
de memorias. De allí, y de la experiencia inicia­
da hace varios años en un teatro de las afueras
de París, surgió el proyecto de esta colección.
Los temas no tienen límites, pero hay una re­
gla de juego, que consiste en que los oradores
se dirijan efectivamente a los niños, ¡no impor­
ta la edad que tengan!, en un gesto de amistad
y compromiso que atraviese las generaciones.

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Advertencia

Al Igual que en las conferencias precedentes,


me atengo a la transcripción que se hizo a
partir de la grabación. Hablé sin texto, a par­
tir de notas, y prefiero conservar ese tono, con
sus incertezas, en la publicación.
J.-L. N.

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Jean-Luc Nancy:
(llega desde el fondo del escenario, separa de­
trás de la mesa de conferencista)
Levántense.
(la audiencia está un poco sorprendida pero
la mayoría de los niños se levantan enseguida
y todo el mundo los sigue, incluso los adultos)
Siéntense.
(todos se sientan)
Ya lo ven. Se levantaron de todos modos,
al principio un número determinado, otros no
entendían muy bien. Vi niños que se levanta­
ron en las primeras filas. ¿Por qué se levanta­
ron?

Niño:
Por respeto.

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¿Vas a obedecer? Breve conferencia
Jean-Luc Nancy

J.-L. N.: que obedecían, que respetaban al conferen­


Pero hizo falta que les dijera "levántense”. cista. Esto no quiere decir que no lo respeten
No te dijiste de inmediato que ibas a levan­ moralmente.
tarte por el conferencista. En la escuela, ya Con este jueguito, estamos de inmediato
no se ponen de pie cuando llega el maestro en el núcleo del tema, la extraordinaria ambi­
o la maestra. ¿No? Ah, todavía, bueno. Que­ güedad de la obediencia. Hay que someterse
ría entrar en este jueguito para mostrarles que a una orden y hacer que esa orden ordene, al
obedecemos bastante fácilmente a una orden mismo tiempo hay que obedecer según las
enunciada por alguien que de antemano tie­ justificaciones de esa orden. Las justificacio­
ne autoridad. Sin embargo, no estamos en la nes a veces ya están dadas. Llega el señor que
escuela. El respeto siempre se dirige de algu­ da la conferencia, posee cierta autoridad, im­
na manera a quien detenta una posición de pone cierto respeto, se obedece a lo que dice.
autoridad. El conferencista tiene cierta autori­ Obviamente, esto es un tanto limitado, por­
dad, porque habla de algo que se supone que que no puedo darl bs cualquier orden. Si ahora
conoce mejor que aquellos que vienen a es­ digo que se pongan de cabeza con las piernas
cucharlo. Se supone que tiene algo que ense­ para arriba, en primer lugar no todo el mundo
ñarles. La idea del maestro, el que sabe más, puede hacerlo, y se dirán que estoy loco o que
implica una idea de autoridad. Se obedece. bromeo. Verán que esto surge de un orden ge­
Al mismo tiempo, algunos se manifestaron no neral determinado. Esa es toda la cuestión de
moviéndose de inmediato y los padres duda­ la obedienciaySío podemos decir que sea mala
ron mucho. Precisamente porque los padres en sí, pero tampoco podemos decir que sea
se dicen que se trata de una conferencia para completamente buena.^Obedecer sin saber
los niños, pero vieron que muchos niños se por qué, sin comprenderlo, sin integrarlo, sin
levantaban y entonces se dijeron que tal vez que tenga sentido para el que obedece, ¿qué
fuera mejor jugar el juego, pero no pensaban quiere decir? Por eso es que la obediencia

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Jean-Luc Nancy ¿Por qué obedecem os?

conlleva una gran ambigüedad. Para obede­ está lejos. Si no ocurre como obediencia, va
cer, para que obedecer se justifique, hace fal­ a ocurrir como castigo por la no obediencia.
ta que tenga sentido. Por otra parte, obedecer Pero sigue estando dentro de la pregunta. El
significa entender, no solamente entender la otro tono da a entender lo mismo de manera
orden sino el sentido. Obedecer viene del la­ un poco más desplazada hacia la afirmación :
tín ob audire que quiere decir aguzar el oído, “Vas a obedecer”. En ese momento, el signo
escuchar bien. No es en primer lugar ejecutar de interrogación desaparece. “Te aseguro
bien sino entender bien. Un poco por eso la que vas a obedecer y verás lo que va a pa­
pregunta de esta conferencia podría ser “¿Vas sar". Ya tienes tu cachetada o tu Playstation
a obedecer?". No es la orden misma, la orden ya fue suprimida, lo que es peor que una ca­
ya fue dada, “¿Vas a obedecer?" supone que chetada y dura más.
aquel a quien se dirige la orden no obedeció, ¿Por qué analizar esas dos maneras? Por­
es preciso volver a empezar. Me gustaría mu­ que en la primera hipótesis, cuando la frase
cho saber si un solo niño o un solo adulto aquí sigue siendo pregunta, dice: vas a terminar
-cuando fue niño o cuando se relaciona con comprendiendo que hay que obedecer. Lo
jefes- ya escuchó esta frase. “¿Vas a obede­ que implica, según el grado de desobediencia
cer?” se formula como una pregunta: “¿Es que o de enervamiento de quien manda, que to­
al fin vas a obedecer?”. Esta pregunta es una davía queda un margen. ¿Vas a terminar por
falsa pregunta, quiere decir que si no obede­ entender que es tu deber y por qué se trata de
ces viene la cachetada, la echada a la calle, el tu deber? Vas a hacer ese ejercicio de cien­
despido. Podemos pronunciar esta frase, y el cias naturales porque el ejercicio forma parte
otro la puede entender, al menos de dos ma­ de la tarea del colegio y hay que hacerlo. Lo
neras diferentes. “¿Vas a obedecer por fin?” . que remite a algo que tiene sentido. Si que­
Entonces ya estamos a punto de zarandear remos desarrollar todo el sentido, es mucho,
al otro que entiende que ese “por fin" no pero los niños saben bien que tiene sentido ir

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Jean-Luc N ancy ¿Por qu é obedecem os?

a la escuela o que no tiene ningún sentido, o o de otra manera. Hay que obedecer a perso­
algo de sentido. No supongo que haya alguien nas que mandan pero también a situaciones.
para quien todo el sentido sea ir a la escuela. Por ejemplo, le obedecemos a la lógica de la
Mientras que en la segunda manera de enten­ máquina. Cuando aprendan a manejar, no sólo
der esa no pregunta, esa afirmación que pue­ tendrán que obedecerle al instructor sino tam­
de ser un grito, afirmo en lugar del otro que va bién a la manera en que los autos están fabri­
a obedecer y que de todos modos verán quién cados, al hecho de que un cambio de marcha
es el más fuerte. Ya se vio de antemano. A se realiza de un modo determinado. Es preci­
partir de cierta edad esa frase no puede decir­ so que obedezcan porque si confunden el pe­
se más, y no solamente porque el otro enfrente dal del freno con el del acelerador, no se puede
es igual de fuerte o incluso más fuerte, aun manejar en absoluto. Tal vez no llamen a eso
cuando eso también pueda tenerse en cuenta. obedecer espontáneamente, pero se trata de
^Tenemos pues dos orientaciones para la plegarse a cierto orden de cosas. Digamos que
obediencia. La primera orientación se dirige se trata de un orden que podemos considerar
más bien al niño o a quien tiene que seguir como natural.
algo en lo cual es natural que ingrese, que « ^ l segundo tono de mando, la afirmación,
avance, que sería, el camino de la escuela, la es diferente porque la coacción, la obligación,
educación, saber comportarse en general. Esa la exigencia de sumisión del otro dominan.
orientación también puede existir para un El modelo de esa orden es la obediencia del
adulto que por ejemplo emprende una forma­ soldado. El primer artículo del reglamento del
ción para desarrollarse en otras competencias ejército, al menos tal como yo lo conocí du­
distintas a las que ha desempeñado hasta el rante mi servicio militar, decía: la obedien­
momento. También debe seguir determina­ cia constituye la fuerza principal del ejército
do camino, determinado aprendizaje y para y por ende es importante que cada superior
aprender siempre hace falta obedecer de una obtenga de sus subordinados una obediencia

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Jean-Luc N ancy ¿Por qué obedecem os?

inmediata y en todo momento. La obediencia Existe pues una obediencia natural y una
no es una nadería porque constituye la fuerza obediencia técnica, ya que siempre se opone
principal del ejército. Es entendible. Es pre­ la técnica a la naturaleza. Se trata en efecto
ciso que un ejército funcione completamente de una técnica determinada que debe funcio­
de acuerdo a las instrucciones de sus jefes, nar. La obediencia es natural cuando la per­
que sus órdenes no se discutan de ninguna sona que debe obedecer es afectada a su vez
manera. Pasa algo semejante en cierto núme­ en su vida, en sus intereses por aquello que le
ro de fábricas. En la medida en que nos rela­ dicen que haga. El que manda entonces debe
cionamos con grandes conjuntos que deben estar orientado hacia ese interés que no es
funcionar de tal o cual manera, hace falta que el suyo. Por tal motivo, resulta muy difícil ser
la coacción esté primero. En el reglamento mi­ educador, o director de colonia de vacaciones.
litar, el siguiente artículo estipulaba que no se También los médicos están obligados a hacer­
podía discutir una orden sino una vez que se se obedecer. Si alguien dice que no le gustan
había ejecutado. Si se empieza discutiendo la las inyecciones, el médico o los enfermeros
orden, todo el tejido se deshace. En este se­ son a veces un poco autoritarios para hacer
gundo caso, el objeto del acto por realizar y de que ceda una resistencia que desatiende el
la orden, el objeto de la exigencia de obede­ interés de la persona. Al mismo tiempo, hay
cer, se sitúa por fuera de la persona a la que que saber de manera precisa, delicada en qué
se manda. El soldado o el obrero deben obe­ radica verdaderamente el interés de la perso­
decer en aras de la eficacia, para que la tarea na. Es posible que a veces la resistencia de
sea realizada bien. Mientras que en el primer un niño ante la escuela, de un enfermo ante
caso, si los obligan a hacer sus deberes para ciertos tratamientos, tenga sentido para esa
el colegio, no es para que el colegio funcione, persona. En determinados casos, hay que sa­
sino que para ustedes funcionen a través del ber comprender por qué él o ella se resiste, y
colegio. Son dos cosas diferentes. si hace falta orientarlo hacia otra cosa. Mien­

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Jean-Luc N ancy ¿Por q u é obedecem os?

tras que en la obediencia técnica, el resultado relaciona con ese algo más. Un soldado puede
esperado está en otro sitio. En el ejército, por relacionarse con el objetivo de la guerra como
ejemplo, está en la guerra. Actualmente ya no un asunto personal. Alguien que ejecuta tal
estamos en una época en que podamos hablar o cual tarea técnica puede pensar que eso
de la guerra en el antiguo sentido de la pa­ vale la pena, desea que eso funcione. Pero no
labra, una guerra legítima entre los Estados. siempre ocurre, la obediencia técnica no es lo
¿Qué justifica ese combate en última instan­ mismo que el hecho de aprender en la escue­
cia? Tal vez no lo que dicen los jefes. Tal vez la lo que hay que saber para vivir como una
existan entonces razones para resistirse a la persona completa, independiente en nuestra
guerra. En la primera de las guerras llamadas sociedad.
mundiales, desde 1914 hasta 1918 en Europa, En principio, pareciera que los problemas
un determinado número de soldados se rebe­ sólo se plantean en el segundo caso, el de la
laron contra lo que les hacían hacer cuando obediencia técnica. Por lo tanto, les estaría di­
descubrieron el horror que era. Fueron fusi­ ciendo que la escuela es natural, que hay que
lados por no haberse plegado al principio de aprender en la escuela la limpieza, la buena
obediencia que constituye la fuerza principal educación, el código vial, la ley del Estado
de los ejércitos, y también para dar el ejemplo en el que viven, las leyes que sobrepasan los
a los demás. Actualmente, con toda la pers­ Estados, etc. ¿Por qué hay que ser educado?
pectiva, es muy difícil simplemente justificar Aunque algunos estén dispuestos a decir que
esa guerra y tal vez ninguna guerra. De una no ven para nada el porqué, de hecho percibi­
sola vez, la obediencia nos conduce hasta un mos la razón bastante rápido. Es el funciona­
extremo, hasta la cuestión de saber lo que es miento de nuestras relaciones entre nosotros,
una guerra justa. La obediencia técnica remi­ mientras que el funcionamiento de una obra
te a algo más que la persona que debe obe­ en construcción en la cual yo trabajo no de­
decer. Se trata de saber cómo la persona se pende forzosamente de mi propio interés. Pero

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Jean-Luc N ancy
¿Por qué obedecemos?

si bien esto parece evidente, de todos modos


a entender nada porque no hablaba, la gol­
hay que aclarar enseguida el término “natural"
peaba, es todo, o le mostraba los dientes. Eso
que elegí un poco a propósito. Tal vez algunos
no se llama obediencia sino adiestramiento y
de ustedes pensaron que la escuela no era tan
apunta a formar reflejos. Cuando se exige obe­
natural. Lo natural es una muy mala idea. No
diencia, siempre podemos preguntarnos si se
existe en el mundo humano una naturaleza
trata solamente de fabricar reflejos o de algo
propia. Un árbol tiene una naturaleza propia,
más. Por ejemplo: la tarea de ciencias natura­
y además, siempre que no sea un árbol que
les está indicada en el libro de texto. Hacer de
sea en exceso el resultado de selecciones, de
inmediato la tarea durante toda su vida estu­
injertos. En la naturaleza, no existe verdadera
diantil no produce forzosamente a los mejores
obediencia sino más bien adiestramiento. Un
alumnos, los que más éxito tendrán, si lo que
animal adiestrado por un hombre no obede­
se han forjado son sencillamente reflejos. Du­
ce, aun cuando por supuesto digamos que un
rante mucho tiempo, en la escuela y en la so­
perro le obedece a su dueño. Muy a menudo
ciedad, obligaban a todo el mundo a escribir
decimos que este gato nunca obedece. En
con la mano derecha. Los zurdos no debían
general, los gatos por otra parte no obedecen.
escribir con la mano izquierda, escribir con la
Verán que no tiene mucho sentido decir que
mano derecha se consideraba como una regla
los perros obedecen mientras que los gatos no
natural. Tal vez sea cierto que las dos mitades
obedecen. Son especies animales que tienen
del cuerpo y del cerebro no son completamen­
comportamientos diferentes. Entre los anima­
te equivalentes, así como tenemos el corazón
les existe el adiestramiento. Una madre perra
a la izquierda y el hígado a la derecha, pero la
les da golpes a sus crías, los adiestra para que
manera de considerar esa clase de cosas se
no coman en su plato. Conocí a una perra que
ha transformado. Hoy ya no contrariamos a
vivía con una de sus hijas y que toda la vida
los zurdos. Seguramente algunos de ustedes
le impidió que comiera de su plato. No le daba
son zurdos. En un momento determinado nos

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Jean-Luc N ancy ¿Por q u é obedecemos?

dimos cuenta de que lo que habíamos hecho se ha olvidado, y muy tempranamente uste­
durante mucho tiempo, desde la Edad M e­ des escriben con teclados.
dia, no estaba bien. Eso quiere decir que la No existe una sociedad natural ni una cul­
mano derecha no es el órgano natural para tura natural. La cultura designa el conjunto
escribir, así como tampoco es tan natural de la lengua, las costumbres, los hábitos, las
escribir de izquierda a derecha. La escritu­ leyes, las religiones, los juegos, los deportes.
ra de derecha a izquierda, como en el árabe, Cada cultura, cada sociedad tiene sus parti­
puede requerir o favorecer otro uso de las cularidades y se transforma con el correr del
manos. Hay algo relativo allí, lo que parece tiempo. ¿Qué podemos observar dentro de
natural no es completamente natural. Po­ esas sociedades? Observamos que numero­
demos extender esto a todo lo que ustedes sas transformaciones de esas sociedades se
hacen en la escuela. En la escuela es natu­ deben a desobediencias. ¿Cómo se suprimió
ral aprender el uso de la lengua, las mate­ poco a poco la imposición de la mano de­
máticas. Pero no podemos estar seguros de recha? Porque algunas personas, maestros,
que un determinado nivel de matemáticas, educadores empezaron a resistirse, desobe­
tal como se enseña hasta el final del cole­ decieron. No conozco la historia exacta, pero
gio, sea forzosamente necesario para todo el tal vez empezó con escuelas un tanto espe­
mundo en nuestra sociedad. Aun dentro de ciales. Algunas desobediencias o indiscipli­
lo que consideramos como natural, muchos nas a veces son muy fecundas, corresponden
elementos son relativos, son códigos, mane­ a una invención. Numerosas invenciones se
ras, hábitos. La manera de escribir por ejem­ relacionan con indisciplinas, con maneras
plo. Cuando aprendí a escribir, había que de no seguir lo que estaba presente en el or­
escribir siguiendo líneas, se enseñaba que den general. En la Francia del Renacimien­
tal letra debía subir hasta la segunda línea y to, Bernard Palissy fue un grandísimo crea­
luego volver a bajar. Actualmente, todo eso dor de cerámicas. Era un loco manso que,

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Jean-Luc N ancy ¿Por qué obedecemos?

para calentar sus hornos y hacer cocinar sus que penetra en los secretos, los arcanos de los
cerámicas, quemó los muebles de su casa. programas informáticos y que tiene ideas de
La señora Palissy y los niños no estaban muy juegos. ¡Todos los fanáticos de la consola van
contentos. Pero ese comportamiento aberran­ a volver a casa y les dirán a sus padres que
te, que se resiste a un determinado número están inventando! Pero la invención se ve, se
de obligaciones naturales, evidentes, corres­ siente, se muestra. No existe un criterio sim­
pondió a una creación. Aquel que no hace sus ple.
deberes y juega a la Playstation puede corres­ Esto nos remite al que manda. Debe saber,
ponder a dos casos. O bien lo hace porque se sentir a qué responde esa desobediencia.
ha forjado reflejos distintos de los reflejos es­ Puede corresponder a una creación o a
colares, es como un idiota que ya no puede otra cosa. Desobedecemos porque estamos
despegarse de su consola. Sabemos que un preocupados por otra cosa, tenemos otra
poco nos idiotizamos ahí adentro, pero a pe­ cosa que pensar, que encontrar. Esa otra
sar de todo seguimos, es terrible porque eso cosa puede librarse de un problema, llegar a
puede crear una adicción de la que ya no se comprender lo que se quiere hacer en la vida.
puede salir. Lo importante no es que desobe­ Es totalmente comprensible que se resista
dezcamos al orden escolar y social, sino que a la escuela, a todas esas obligaciones.
obedecemos de manera aún más terrible a la Por principio, la escuela no es más que
consola. También podemos imaginar un caso un gran marco que acarrea obligación y
donde el que permanece en su consola in­ requiere obediencia. Por lo tanto, podemos
venta cosas. Existen inventores de juegos, de sustraernos a esas obligaciones porque
programas informáticos que crearon entrando carecemos de medios para encontrar allí
allí profundamente. Los dos casos son muy di­ nuestro lugar y un sentido. La desobediencia
ferentes-. el que se idiotiza al obedecer a una entonces puede ser aquello mediante lo cual
forma de impulso mecánico y el que inventa, buscamos ese sentido. Desde que existe

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Jean-Luc N ancy ¿Por qué obedecem os?

la escuela, existió hacerse Ja rata.1 Esta la escuela y no quiero saber nada de lo que
expresión hoy ya no se usa tanto, porque puede caerme encima después, aun así es
nuestra cultura es tan urbana que ustedes preciso que un sentido flote en el horizonte.
no saben lo que es un matorral... Hacerse la Ahora bien, si pasamos a la obediencia
rata quiere decir ir a pasear por los campos técnica es otra cosa. Estoy obligado a obede­
en lugar de ir a la escuela, y paseando por los cer a algo que no forma parte de un proceso
campos se pueden aprender muchas cosas. relativamente normal, mientras que pueden
Hacerse la rata muestra en verdad que la ver que los adultos han ido a la escuela antes
escuela siempre impulsó a desobedecer al que ustedes. Pero no todo el mundo va, tam­
menos un poco porque la desobediencia poco todo el mundo pasa por el secundario.
/puede ser el camino del descubrimiento, de Actualmente la sociedad está hecha de tal
I la invención antes que de la repetición de modo que nos obliga a que todos pensemos
lo que ya está adquirido. A l mismo tiempo, que hay que tener el título del secundario,
. de todos modos hay que repetir lo que ya pero ya no es lo que era. Terminamos un se­
está adquirido. Cuando desobedezco, en cundario para decir que todo el mundo debe
un momento determinado, es preciso que hacerlo. Todos ustedes terminarán su secun­
sea capaz de preguntarme lo que hago. dario, la cuestión se plantea más bien en otra
Si no hago más que desobedecer, eso
parte o más allá. A pesar de todo, la escuela
siempre da placer, pero, ¿qué hago con ese
parece algo normal o evidente, mientras que
placer? No digo que podamos responder
las obligaciones que tengo como conduc­
a esta pregunta, lo que estoy tratando de
tor de un auto o como ciclista obedecen al
contar es incluso absurdo. Si nunca voy a
hecho de que es preciso regular el tránsito.
Pero, ¿son naturales o necesarios los autos?
1 Expresión que en francés se dice faire ¡'école buissonnière, que significa justamente
faltar a clases a escondidas, pero literalmente podría -iocirse ’ asistir a la escuela del Para nada. Estamos en un punto de nuestra
matorral", de allí la explicación subsiguiente del autor (N <leiT !
sociedad en que podemos decir que la utili­

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Jean-Luc Nancy ¿Por qué obedecemos?

dad es evidente con respecto a las distancias civil. La desobediencia civil, en el ámbito de
por recorrer y al tiempo, pero ese sistema es la sociedad organizada, significa una desobe­
fabricado por todo un conjunto de cosas. Ese diencia que corresponde a la civilidad, al he­
conjunto está creando como mínimo embote­ cho de ser un miembro responsable de la so­
llamientos, y cómo máximo muertes, y entre ciedad. Porque soy miembro responsable de
ambos polos una enorme polución. Esto no la sociedad, tal vez deba desobedecer aquí o
quiere decir que ya no haya que respetar las allá no según mi juicio personal, sino según lo
normas, en cuyo caso atropello a personas y que puede llevarme a descubrir una reflexión
me reviento yo mismo, pero detrás de los de­ común. Por ejemplo, el uso de los cinturones
beres de obedecer a las normas de tránsito de seguridad se hizo obligatorio mientras que
existe otro deber mucho más importante, el antes no lo era. Cuando yo tenía veinticinco
de pensar y actuar sin considerar que el auto años, no era obligatorio. Cuando el cinturón
es la naturaleza. Este ejemplo es muy impor­ se volvió obligatorio, una determinada canti­
tante en nuestra sociedad y al mismo tiempo dad de personas en Francia dijeron que iban a
limitado con respecto a otras cosas sobre las desobedecer porque no soportaban tener que
cuales podemos interrogarnos. Obedecemos atarse dentro de sus autos. Algunos recibieron
a muy numerosas obligaciones en nuestra so­ multas. Todo un movimiento de fondo terminó
ciedad, nosotros los adultos al igual que us­ mostrando que sin el cinturón de seguridad
tedes los niños y sin duda más que ustedes. estábamos expuestos a lesiones más graves.
Ustedes todavía no manejan, todavía no con­ El uso del cinturón de seguridad se volvió un
trolan sus finanzas, no son responsables jurí­ reflejo. Pero a partir de ese reflejo ya no nos re­
dicamente. Muchas cosas no son evidentes, montamos a todos los problemas que plantea
la obediencia no siempre es evidente. Por eso el auto y que hace un momento recordaba.
es que Thoreau inventó en Norteamérica en La desobediencia civil puede llegar muy le­
el siglo XIX la expresión de desobediencia jos, podemos decidir negarnos a combatir si

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Jean-Luc N ancy ¿Por qué obedecem os?

tenemos buenas razones para considerar que en un momento dado cuando durante siglos
tal guerra no es justa o que tal disposición del no lo hicimos? Porque algo en la sociedad, en
orden social no es buena. Piensen en el he­ el clima general de la relación con las formas,
cho muy simple e impresionante de que los pasa a través de determinados artistas y hace
grandes fundadores de religión, o de filosofía surgir otra manera de pintar, de dibujar, de
en el sentido de un sistema de pensamiento, componer música. A menudo las obras que
la mayoría del tiempo fueron grandes desobe­ surgen son recibidas con indignación por el
dientes. Sócrates, a quien se considera como público. Existieron famosas batallas como la
el padre de la filosofía, desobedece a las leyes batalla de Hernani cuando se representó la
de su ciudad, Atenas. Jesús desobedece a un obra de Víctor Hugo, porque no respetaba
determinado orden de la religión a la que per­ todo un conjunto de reglas del teatro. Cada
tenece, la religión judía. Buda desobedece a la uno de los que acabo de nombrar fue reci­
religión y a la sociedad en la cual vive. Maho- bido en su época como un personaje escan­
ma desobedece a un orden social, a las relacio­ daloso al que condenó una gran parte de la
nes establecidas entre tribus. Lutero, el gran opinión pública.
reformador de la Iglesia cristiana, desobedece No los estoy invitando a que sean Sócrates,
a la Iglesia católica a la que pertenece. Algu­ Jesús o Mahoma, porque eso no se inventa.
nos científicos tampoco obedecieron a los há­ Uno no puede decirse un buen día que va a
bitos de sus disciplinas. Los grandes artistas ser revolucionario. Cuando uno se lo dice, tie­
a menudo son grandes desobedientes. Pero ne en cambio las mayores posibilidades de no
en cada uno de esos casos no se trata de un serlo en absoluto. Los revolucionarios pueden
caprichito. Ustedes han oído hablar de los im­ ser orgullosos pero no son vanidosos. En un
presionistas. No se trata de una persona que momento determinado, algo empieza a cua­
un día decidió pintar con manchitas, no deli­ jar y se entiende que hay algo que hacer, y
mitar más las formas. ¿Por qué ocurriría eso ese algo no puede permanecer dentro de los

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Jean-Luc N ancy ¿Por qué obedecem os?

límites trazados por la obediencia de todo el creación, una obediencia que tiene sentido.
mundo en la sociedad. A esto es a lo que lle­ Es algo que no se da de manera evidente, re­
gamos cuando consideramos el segundo sen­ quiere mucha atención a lo que hacemos, a lo
tido de la obediencia. Una vez más, no es una que somos, a lo que verdaderamente está vivo
decisión de una sola persona lo que puede o a lo que simplemente está muerto.
llevar a eso. Es el sentimiento, el sentido, el
pensamiento de que obedecemos a algo más
importante. ¿Cómo distinguir ese sentimiento
de una idea delirante? No existen reglas, cri­
terios ni maneras de distinguirlo. Podría decir
que me voy a detener ahí para que luego po­
damos discutir. Una gran desobediencia, en la
cual siempre habría que estar en condiciones
de pensar, no puede realizarse sino con el sen­
tido de una obediencia aún mayor. Obedece­
mos a algo más fuerte que a su vez no es una
aberración distinta de aquella de la que quere­
mos escapar. El mayor ejemplo de obediencia
completa que conocemos es la obediencia re­
ligiosa. En todas las grandes religiones, exis­
ten principios a los cuales debemos obedecer.
Pero en el interior de cada religión, hay que
distinguir la obediencia que consiste en hacer
lo que está prescripto por reflejo y la obedien­
cia regida por una relación de invención, de

36 37
Segunda parte
Preguntas/Respuestas
Los niños, ¿tienen más derechos o de­
beres?
La cuestión del derecho de los niños es rela­
tivamente nueva. Tal vez no hace ni siquiera
cincuenta años que hablamos de los derechos
de los niños. Durante mucho tiempo, el niño
fue considerado como enteramente sometido
a deberes, al deber de hacerse adulto, sin ser
todavía una persona plena y completamente.
Eso cambió. ¿Por qué? Porque la sociedad se
imaginaba su orden general de derechos y de
deberes como un orden sólido, pero esa socie­
dad cada vez estuvo menos segura de ese or­
den. Ustedes se darán cuenta de que estamos
en una sociedad que no está muy segura de lo
que son esos derechos y esos deberes. En una

43
Jean-Luc Nancy ¿Por qué obedecem os?

sociedad muy antigua aun los mismos adul­ es una disciplina muy dura, como un deter­
tos no tenían todos los mismos derechos. Los minado número de actividades que requieren
nobles, las personas del clero tenían derechos de los adultos mucha disciplina y obediencia,
diferentes que los del resto del pueblo. Hemos como la danza o la música. Los deberes y los
llegado a considerar que los niños tienen de­ derechos no dependen de lo mismo, no tene­
rechos, que un niño no puede ser tratado de mos derechos como contrapartida de nuestros
cualquier modo. Actualmente, en general ya deberes. Siempre hay que examinar a qué res­
no se permite el castigo corporal en la escuela. ponden los deberes, adonde apuntan. Si el ob­
En las familias, no sé cu;íl es la media gene­ jetivo es volverse un súper atleta y si también
ral de chirlos, pero seguramente ya no es la quieres eso, tendrás muchos más deberes que
que había hace cincuenta años. El sistema de derechos. Todo estará subordinado a ese fin.
obligaciones y de derechos en el cual el adulto Los derechos son límites que se imponen a los
sabe lo que está bien y lo hace aplicar ya no deberes. Ocurrieron abusos en la formación
existe íntegramente. Lo cual no quiere decir de algunos deportistas, por ejemplo. Hace al­
que un adulto no se suponga en principio que gunos años, hubo todo un movimiento de pro­
sabe lo que está bien para los niños puestos testa en la Ópera de París a propósito de la
bajo su autoridad, ya sea un padre, un profe­ manera en que eran tratados los alumnos de
sor, un entrenador deportivo. No podemos res­ danza, los jovencísimos bailarines y bailarinas
ponder a tu pregunta en términos de más o de sometidos a una disciplina física y moral te­
menos. Para el niño, exteriormente hay más rrible. Un conjunto de adultos dijeron que la
deberes porque es preciso ir a la escuela, obe­ situación no era admisible. Esas coacciones
decer a los padres. Pero un adulto que quiere tampoco sirven adecuadamente para el ob­
convertirse en deportista también debe obe­ jetivo de formar buenos bailarines y además
decer a un entrenador. Los jugadores de un causan daño a la personalidad de esos niños.
equipo de fútbol deben obedecer. El deporte Existen numerosos casos de ese tipo en la for­

44 45
Jean-Luc N ancy ¿Por qué obedecem os?

mación de los atletas, sin dudas más de los podemos elegir obedecer, y tal vez no haya
que conocemos. Allí también es preciso saber una obediencia buena sino cuando la elegi­
apreciar lo que constituye un derecho, dónde mos. Pero siempre hay un breve intervalo.
poner un límite. No tienes derecho a hablar Aun cuando elijo obedecer, obedezco, me so­
en clase, es normal. No tienes derecho a gritar meto. Elegir obedecer quiere decir que, aun
en los pasillos de la escuela. Tienes derecho sometiéndose, la elección sigue estando pre­
a gritar en la calle. Pero, ¿qué quiere decir el sente. Tal vez nunca podamos saberlo verda­
derecho de gritar en la calle? Puedes gritar pi­ deramente. Usted dice que yo elegí obedecer,
diendo auxilio o porque te sientes mal, pero pero no es tan seguro. Elegí, me dije que Gil­
gritar por gritar es un derecho idiota. Cuando berte tenía razón, que en unas conferencias
se piensa bien en ello, existen algunas mane­ para niños hay que hablar de la obediencia,
ras de reivindicar derechos idiotas. que es una cuestión importante en la vida de
un niño. El hecho de decirme que Gilberte
¿Por qué eligió este tema? tiene razón ya limita mi elección. Por otra par­
No elegí, obedecí. Gilberte Tsai me llamó y me te, Gilberte es una amiga. Eso también, ese
dijo que había que tratar el tema de la obe­ dato limita la elección. Si le digo que ella me
diencia en las conférencias breves: “Quiero molesta, se va a enojar y no quiero que eso
que tú lo hagas”. Obedecí, de hecho no que­ pase. Como resultado, la parte de elección no
ría algo así. Gilberte me impuso un deber de es nula sino limitada. Finalmente la cuestión
conciencia porque ella pensó que había que consiste en saber lo que soy yo. La elección
hablar de la obediencia. es mi elección, mientras que le obedezco al
otro. Si digo que elegí obedecer, se trata de
Y usted eligió obedecer. “m i” obediencia. Pero, ¿qué es ese “yo”? A c ­
Sí, porque hubiese podido resistirme a Gilber­ tualmente, tenemos demasiada tendencia a
te. En efecto, podemos recordar esa fórmula: pensar que el "yo” es muy importante. El "yo”

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Jean-Luc N ancy ¿Por qué obedecem os?

se sitúa más bien del lado de los derechos, mandarlas. Ellas no estaban contentas para
una gran cantidad de derechos y todo lo que nada y tenían razón.
lo constriñe no está bien visto. No digo que
el "yo" no exista, pero de todos modos no hay ¿Estamos obligados a obedecer a nues­
que creer demasiado en él. tros padres?
¡Sí! No, uno está obligado a obedecer a sus
¿Estamos obligados a obedecer a los que padres en la medida en que sus padres son
son más grandes que nosotros? padres. Los padres a su vez están obligados
¡Ah, claro que no! Eso depende de lo que a ser padres. ¿Qué quiere decir ser un padre?
ordenen. Uno no es forzosamente un padre porque sea
un padre biológico o jurídico para un niño
Pero un niño de ocho años está obligado a adoptado o reconocido. Un padre puede de­
obedecer a un niño de diez años. finirse, por otra parte no tiene mucho que ver
Tienes razón en plantearte la cuestión, porque con el parentesco biológico; él se declara res­
es algo que los más grandes usan a menudo. ponsable. Esto quiere decir que está allí para
En el colegio, no hay nada mejor que pasar a permitirle al niño convertirse en un adulto. Ser
quinto, porque en quinto se tendrá abajo a los padre es un trabajo muy raro. Hay que aceptar
más chicos que uno para mandar. Como si em­ estar presente para que algún otro, el niño, se
irre son los adultos quienes retan a los niños, convierta a su vez en una persona que hace
tendemos a hacer que recaiga la cualidad de su vida. Es algo muy peculiar. Estás obligado
adulto en los niños de mayor edad. Lo cual a obedecer a tus padres en la medida en que
también se produce en el seno de una misma hacen ese trabajo. M e dirás que en tu opinión
lamilla. Te lo puedo confesar. Soy el mayor de no hacen lo que hace falta para que te con­
cinco hijos y mis hermanas menores recuer­ viertas en adulto. Si tienes un punto de des­
dan que yo creía poder asumir el derecho de acuerdo con tus padres, es tu derecho y un

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Jean-Luc Nancy ¿Por qu é obedecem os?

poco tu deber explicárselos. Y ahí ya hay una no podrás jugar. Si la amenaza se toma más
obediencia distinta que la obediencia a tus grave, se vuelve entonces desproporcionada
padres. Tienes el deber de tratar de compren­ y sobre todo hace olvidar completamente de
der. También es posible que para determina­ qué se trata. En lugar de la amenaza, sería
das cuestiones lleguen usted os a una incom­ mejor entonces que hubiese una manera de
prensión. En la medida en cine tus padres no hacer comprender.
te ordenen que te pases dos veces al día un
cepillo de diente.1; con alambres de púa por la ¿Por qué uno siempre está obligado a es­
boca, más vale lava; te los dientes. cuchar a sus padres?
Acabo de decirlo de varias maneras. Uno no
A veces somos amenazados para obe­ siempre está obligado. Uno está obligado a
decer. escuchar en el sentido de obedecer. Se dice
Sí, es lo que decía: "¡Vas a obedecer!", y si también escuchar para obedecer. Uno no está
no obedeces, recibirás una cachetada o te pri­ obligado a ejecutar todo lo que es ordenado
varán de algo. Todo es siempre muy comple­ por los padres, en cambio uno está obligado
jo, muy delicado. En cuanto so exige la obe­ a hacer todo para comprender por qué. Si no
diencia, eso significa que no fue inmediata. El comprendemos en absoluto, tenemos derecho
niño que al volver a su casa hace los deberes, a pedir una explicación. Es cierto que a ve­
ordena bien todo, prepara su cartuchera, su ces la explicación es inaccesible para un niño
mochila, nunca recibe amenazas. Tampoco es de ocho años, por ejemplo. Tus padres te di­
forzosamente un niño ideal. La amenaza es la cen que debes ser aplicado en la escuela, de
parte de fuerza que hace falta para lograr que lo contrario no te vas a recibir. Es muy difícil
se acepte la obediencia. Esa fuerza siempre de comprender, de alguna manera es incom­
es inevitable, pero también debe ser legítima, prensible. Es preciso que esas cosas más bien
debe tener sentido. Si no haces tus deberes, se basen en cierta confianza. Aun cuando no

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Jean-Luc Nancy ¿Por qué obedecem os?

llegues a entenderlo porque es algo demasia­ a escondidas, nadie podía ver la luz. Una
do lejano, demasiado abstracto, debes hacer noche, oigo que alguien sube los escalones
todo lo que puedas pata comprenderlo. Si hacia mi habitación. Me precipité para vol­
no comprendes para nada, sería posible que ver a poner el libro en la pequeña biblioteca.
sea algo que no tiene sentido para ti. Al decir Como estaba muy alto, me agarré e hice que
“para ti", vuelvo a la cuestión de saber qué es se desplome toda la biblioteca. Estaba atra­
el “yo”. Un niño no está solo frente a sus pa­ pado, no podía decir que no estaba leyen­
dres, ve un poco cómo suceden las cosas con do, estaba tapado de libros. Fui castigado,
los demás a su alrededor. Si ningún otro padre pero en el fondo lo que hacía estaba bien,
se comporta así, entonces uno puede no sola­ porque leía los cuentos y relatos extraídos de
mente pedir una explicación a los padres o a la Eneida. Mi desobediencia estaba justifi­
otras personas, al maestro, a otros adultos. cada. Mientras que otras veces desobedecí
por comer frutas confitadas de una caja que
¿Acaso usted desobedeció? no había que tocar porque estaba reserva­
¡Oh, si! ¿Quieres que te cuente una desobe­ da para una circunstancia determinada.
diencia? Desobedecí como todos los niños. Cuando preguntaron quién había comido las
¿Cómo puedes hacerme esa pregunta? M e frutas confitadas, dije que ciertamente no
hice la rata, por ejemplo. A veces uno des­ había sido yo. A menudo nosotros mismos
obedece por una buena causa. Se me ocu­ sabemos bastante bien cuándo se justifica
rre un recuerdo de desobediencia muy hu­ nuestra desobediencia.
millante pero interesante. A los ocho años,
no tenía permiso para leer una vez que me ¿Acaso nuestra hermana menor tiene
había acostado a la noche, pero mi cuarto derecho a damos órdenes?
estaba encima del piso donde estaban mis ¡Es al revés que hace un rato! ¿Qué edad tie­
padres, mis hermanos y hermanas. Yo leía ne tu hermanita?

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Jean-Luc N ancy ¿Por qué obedecem os?

Siete años. un ejemplo de obediencia técnica que ac­


Eso depende de a qué le llamas dar una or­ tualmente es inmensa en nuestra sociedad.
den. Entre niños en principio no se deben También para los adultos existen una can­
dar órdenes, pueden realizarse pedidos, se tidad de prescripciones médicas sobre las
pueden tener exigencias. Todas esas cues­ cuales a veces podemos dudar, pero es muy
tiones son demasiado generales, habría que complicado. Tal vez no exista una verdad
tener un ejemplo preciso. Si tu hermanita única y absoluta. Si verdaderamente los es­
tiene la costumbre de darte órdenes todo el pecialistas consideran que hay que hacer
tiempo, en efecto eso no anda muy bien. Y tal operación para que tu dentición se forme
tú, ¿no se las das? bien, no lo puedes juzgar. Sólo puedes juzgar
que esa operación no te gusta para nada. En
Eso depende. general, las operaciones no gustan. Ya sa­
Entonces hay que ver ahí cómo actúas. bes, yo tuve una muy grave operación del co­
razón. Algunos amigos me decían que debía
Debido a mis dientes, debo ir al hospital negarme, que eran estupideces de médicos.
y nunca me preguntaron mi opinión para Me decían que yo estaba enfermo porque es­
saber si yo quería todos esos aparatos. taba demasiado nervioso. Eso no tenía sen­
¿Acaso puedo desobedecer? tido, las personas reaccionaban así porque
¿Sacarte los aparatos? no querían que el sistema médico impusie­
ra cada vez más cosas. Esa cuestión es muy
No, negarme a pasar por la operación complicada. Actualmente, en el lado opuesto
prevista. al de los niños, el sistema médico les impone
No digo que no puedas negarte, pero no disposiciones a personas viejas para prolon­
puedo responderte porque no sé de qué se gar sus vidas. No siempre resulta evidente
trata. No eres la única en esa situación. Es que eso sea lo mejor que se puede hacer,

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Jean-Luc Nancy ¿Por qué obedecem os?

pero un médico no está para hacer morir a la Esto coincide con lo que decía hace un rato, la
gente. Es una gran regla a la que obedece un cuestión es demasiado general, habría que to­
médico. Una persona adulta siempre tiene mar un caso más preciso. Tus padres te dicen
derecho a negarse a tal o cual tratamiento, que hagas tus deberes, por ejemplo.
arriesgándose a cosas muy graves, a morir.
Pero un niño no está en posición de poner en Esa no es la cuestión. Doy un ejemplo:
juego su propia voluntad, que por otra parte cuando le dicen que no a mi hermanita,
es más un miedo que una voluntad. Puedes ella va a hacer de todo para que al cabo
preguntarles a tus padres si recabaron todas de un momento le digan que sí. ¿Por qué
las mejores opiniones posibles. se siente obligada a desobedecer cuando
le dijeron que no?
¿Por qué, cuando nuestros padres dicen No es lo mismo, cuando le dicen que no, ella
que no, nos sentimos obligados a des­ hace de todo para que le digan que sí. No
obedecer? desobedece, ella exige lo que le niegan. No es
¿Obligados por qué? para nada similar, ella no desobedece, quie­
re forzar a los otros a obedecerle. En efecto,
Cuando nos dicen que no, vamos avdesobe cuando nos dan una orden sin que estemos
decer porque no queremos escuchar. Pero, de antemano dentro de un contexto, en un
¿por qué nos sentimos entonces obligados ambiente en el cual sabemos que las órde­
a desobedecer? nes son legítimas, empezamos retrocediendo
Planteas la cuestión de otra obediencia, obe­ un poco ante cada orden. Subes al subte y la
deces a otra cosa, a otra fuerza. Incluso vas a gente dice que hay que correrse. Esa es la
decir que es más fuerte que tú. reacción. A veces aquel al que le dicen que se
corra habría podido hacerlo porque queda un
Sí, un poco. sitio vacío en el medio. Es normal resistirse.

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Jean-Luc N ancy ¿Por qué obedecem os?

La resistencia a la obediencia es una cosa Mi hermanita nunca me obedece, ¿qué


mínima. No habría obediencia sin una posi­ puedo hacer para que me obedezca?
ble resistencia. La resistencia no cede sino ¿Por qué quieres que te obedezca?
cuando existió la posibilidad de comprender
verdaderamente la cosa. Lo cual no quiere Porque sí.
decir que se comprenda de manera intelec­ ¡Pero qué bien! ¿Cuál es tu autoridad? ¿Qué
tual, sino que se penetre en la cosa. No se le ordenas, por ejemplo? Hay que ser claro. En
trata simplemente de someterse tampoco. A principio, no tienes que hacer obedecer a tu
veces, comprendemos que las órdenes tam­ hermanita. Eres un poco grande, puede ser
bién tienen sentido. Si el que da la orden no que tu hermanita no se dé cuenta de algunas
es completamente delirante, debe haber pues cosas y en tal caso puedes decirle que no to­
algo por detrás. Hacemos lo que pide y al mis­ que los fósforos, por ejemplo. ¿No es así?
mo tiempo intentamos comprender. Por qué
tu hermanita quiere que le obedezcan abso­ Por ejemplo, quiero que ella recoja algo
lutamente es un problema más complicado. pero ella nunca lo hace.
Al menos para determinadas cosas, ella sólo Te dedicas a un ejercicio ilegítimo de autori­
se reconoce a sí misma como autoridad. ¿Qué dad que no tienes derecho a asumir. Porque te
quiere decir reconocer una autoridad? Reco­ gusta decirle a tu hermana que recoja cosas.
nocer la autoridad de la policía, por ejemplo.
Eso también depende de la policía o del ofi­ Es sólo para que ella sea gentil, pero no
cial de policía. No se trata de saber si su cara quiere nunca.
nos gusta o no, sino de lo que ordena, de la ¿Qué quiere decir que ella sería gentil? Que
manera en que lo hace. sea gentil en el sentido de obediente. Quiere

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Jean-Luc Nancy ¿Por qué obedecem os?

decir que sientes placer poniéndote en el lu­ ¿Y una persona que no tiene ningún
gar de los padres, de los jefes. derecho o ningún deber?
¿O? No es algo separable. Si tomas a alguien
Cuando mi hermano menor le dice algo, afuera de toda sociedad, entonces puedes
ella lo hace, pero cuando soy yo, no. decir que tiene todos los derechos y ningún
Lo que resulta muy interesante en esta dis­ deber. Pero, ¿en base a qué se va a regular?
cusión, a diferencia de las otras conferencias, En base a su propia supervivencia. Tomemos
es que apunta de inmediato a lo particular: mi todas las historias de Robinson Crusoe. En to­
hermanita, mi hermano menor. Ustedes están das esas historias, verás que la persona debe
insertos en relaciones donde la cuestión de sa­ darse obligaciones por sí misma para hacer
ber quién manda y quién obedece casi siempre esto o aquello. Se vuelve alguien que casi no
está presente, más o menos intensa, canden­ tiene ningún derecho pero que tampoco está
te. Sigue siendo una pregunta: ¿quién manda, sometido a deberes. Los deberes son morales,
quién obedece?, ¿por qué hay autoridad?, ¿qué él está sometido a necesidades como comer,
sentido tiene? Pero no tiene sentido de parte como arreglárselas. No vemos cómo imaginar
de un hermano mayor que le ordene a su her­ eso excepto como una vida bastante misera­
manita. Ni para ti ni tampoco para tu hermano ble. La historia de Robinson supone además
menor. Pienso que será preciso reconsiderar otra cosa que olvidamos la mayor parte del
todo el problema en un consejo de familia. tiempo. Por supuesto, está solo en una isla,
pero, ¿qué tiene consigo? Recoge cajas arro­
¿Existen personas que no tienen ningún jadas por el mar en donde encuentra herra­
derecho o ningún deber? mientas. Sin eso, Robinson no lograría gran
No. Para imaginar a alguien sin ningún dere­ cosa. Todos esos objetos que le llegan de la
cho y ningún deber, hay que imaginar a al­ sociedad, de la civilización, han pasado por
guien afuera de toda sociedad. una cantidad de sucesiones de derechos, de

60 61
Jean-Luc Nancy

deberes, de elaboración. Ningún derecho o


ningún deber, en cierto sentido esto no quiere
decir nada. ¿Conoces la historia de los niños
ÍNDICE
lobos? En otra época, se llamó niños lobos a
niños que se descubrieron abandonados en la
naturaleza y que sobrevivieron, uno de ellos en
Primera parte:
Francia a comienzos del siglo XIX, varios en la
El maestro ignorante presenta
India. Se dice que sobrevivieron gracias a los
lobos. Es un poco la historia de Mowgli en El
libio de la selva. Pero Mowgli es una ficción. Y
Segunda parte:
la verdadera historia de los niños lobos mues­
Preguntas / Respuestas
tra que un niño que no es educado por huma­
nos, si no aprendió la comunicación con los
humanos, es incapaz de volverse un hombre.
No se convierte en un hombre. Puedes leer un
libro al respecto, El ruño salvaje, escrito por
el médico Itard, con el que François Truffaut
hizo un filme. Ese médico había encontrado al
niño, quiso hacer que se volviera humano y no
lo logró. Un animal no tiene derechos ni debe­
res hasta cierto punto, porque hoy justamente
hablamos de los derechos de los animales.

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OTROS TÍTULOS
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¿QUÉ SIGNIFICA PARTIR?

ALAIN BADIOU
LO FINITO Y LO INFINITO

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¡QUÉ EMOCIÓN! ¿QUÉ EMOCIÓN?

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DIFERENCIA DE SEXOS

PHILIPPE DESCOLA
DIVERSIDAD DE NATURALEZAS,
DIVERSIDAD DE CULTURAS

¿Por qué obedecemos? se imprimió en agosto de


2016 en Buenos Aires Print, Presidente Sarmiento
459, Lanús, Provincia de Buenos Aires, Argentina.

H D Capital intelectual

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