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Prevención y Control de Incendios

PREVENCIÓN Y PROTECCIÓN DE INCENDIOS

Es el conjunto de medidas que se deben adoptar, con el propósito de evitar la


ocurrencia de incendios, y su control oportuno, y sus lamentables consecuencias
que afectan tanto a las personas como por sus cuantiosas pérdidas materiales.

Su objetivo es evitar el inicio de Incendios, para cuyo efecto es importante actuar


sobre dos elementos, que son:

Fuentes de Calor:
Elementos capaces de iniciar una combustión.

Fuentes Combustibles:
Elementos capaces de mantener y propagar una combustión.

Protección Contra Incendios

Es el conjunto de medidas que deben disponer las instalaciones para protegerlas


contra la acción del fuego, a través de las Protecciones Pasivas, que son las que
actúan por la sola presencia, como son los muros cortafuegos y las Protecciones
Activas, que son aquellas que se han incorporado a las instalaciones con el
propósito de optimizar en coeficiente de seguridad, como son los sistemas de
alarmas, extintores de incendios, entre otras.

Su objetivo es:

•Salvar personas
•Minimizar las pérdidas económicas producidas por el fuego.
•Permitir la continuidad de las operaciones en el menor tiempo posible

Una adecuada prevención y protección contra incendios tiene además un impacto


en la negociación de las pólizas de seguros de incendios de las empresas.

DEFINICIÓN DE COMBUSTIÓN
La etimología de combustión nos remite al vocablo latino combustio. El
concepto hace referencia al acto y resultado de quemar o de arder:
someter a la acción del fuego.
Por ejemplo: “La combustión destruyó la cabaña
en cuestión de minutos”, “Los bomberos
explicaron que la combustión se inició por las
altas temperaturas y la acción del sol sobre los
fardos”, “Un fallo en el sistema refrigerante causó
la combustión que quemó el cohete”.
Si nos centramos en la química, se llama combustión a la reacción que se
produce entre un material oxidable y el oxígeno, la cual se revela a través
de las llamas y genera la liberación de energía. Dicho de otro modo: la
combustión implica la oxidación de un elemento mediante un proceso que se
hace visible por el fuego y que incluye el desprendimiento de energía a modo
de luz y calor.
Para el desarrollo de esta reacción química, se necesita una sustancia capaz
de arder (que recibe el nombre de combustible) y una sustancia que genere
la combustión (el comburente). Por lo general el comburente es el oxígeno.
La reacción hace que los componentes del combustible se oxiden.
Un combustible, para comenzar la combustión, debe alcanzar
la temperatura de ignición. Esta temperatura supone que sus vapores
arden de manera espontánea. Una vez que el combustible llega a su
temperatura de ignición, empieza la combustión.
Es importante tener en cuenta que la energía química liberada durante la
combustión puede ser aprovechada como energía mecánica. Esa es la
clave del funcionamiento de los automóviles, por citar un caso, cuyos
motores se valen de la combustión de la gasolina (nafta) o de otro
combustible para obtener la energía que posibilita el movimiento del
vehículo.
DEFINICIÓN DE INCENDIO
Incendio (del latín incendĭum) es el fuego de grandes proporciones
que destruye aquello que no está destinado a quemarse. El
surgimiento de un incendio implica que la ocurrencia de fuego fuera de
control, con riesgo para los seres vivos, las viviendas y cualquier estructura.

Además de ello es importante tener en cuenta que hay tres elementos que
deben confluir para que finalmente se produzca ese incendio. En concreto,
nos estamos refiriendo al calor, al combustible pertinente y al oxígeno.

Por ejemplo: “Un incendio destruyó una fábrica de neumáticos en Saint


John”, “Dos personas murieron en un incendio que tuvo lugar en las
afueras de la ciudad”, “Perdimos nuestra casa y todas nuestras
pertenencias a causa de un trágico incendio”.
No menos importante es saber que los incendios pueden ser más o menos
graves, por ejemplo, en función de los materiales que los han originado o que
son los que se están quemando. Así, se dividen aquellos en los de materia
orgánica, los de líquidos, los de gases inflamables o los de metales que son
combustibles.

Es importante distinguir entre el fuego descontrolado que produce un


incendio y el fuego originado con el objetivo de quemar residuos o encender
leña. No siempre el fuego tiene consecuencias negativas o dañinas: sin
embargo, un fuego creado por el hombre con un cierto fin puede salirse de
control y derivar en un incendio.
Una vez producido el incendio, los seres vivos pueden morir no sólo por las
quemaduras, sino también por la intoxicación que produce la inhalación de
humo. Otra consecuencia fatal derivada de un incendio es el colapso de una
construcción sobre las personas.

Cuando se está siendo parte implicada en un incendio, sea del tipo que sea,
es importante no sólo mantener la calma en la medida que se pueda sino
también seguir una serie de recomendaciones. Y es que es la única manera
de que se logre salir sano y salvo de este grave incidente.

En concreto, los bomberos y demás cuerpos y fuerzas de seguridad


recomiendan dar la voz de alarma, llevar a las personas que estén en peligro
a un lugar seguro, hacer uso de un extintor en el caso de que lo hubiera,
nunca salir de la edificación que está ardiendo por los ascensores, utilizar las
escaleras de emergencia y en caso de que no se pueda salir subir a la azotea.

Asimismo también es aconsejable que si alguien se queda atrapado en una


habitación concreta, lo que deberá hacer será colocar toallas o ropa mojada
para tapar cualquier entrada de humo, taparse con un paño mojado la nariz y
la boca y colocarse al ras del suelo.

Entre las causas más habituales de los incendios, pueden nombrarse los
fallos en las instalaciones eléctricas, las pérdidas de combustible y los
accidentes con velas, cigarrillos y otras fuentes de fuego. La fuerza estatal o
civil que se dedica a combatir los incendios son los bomberos.

En sentido simbólico, un incendio es una pasión impetuosa y


vehemente: “En medio de besos y caricias, un incendio se desató entre
nosotros”, “Cuando el pueblo explota y se manifiesta en las calles, ningún
dirigente queda a salvo del incendio”.

El punto de inflamación (a veces llamado "flash point") es la temperatura mínima a la


que un material desprende vapores que, mezclados con el aire, se pueden encender en
presencia de una fuente de ignición o fuente de calor externa.

El punto de autoignición o punto de autoinflamación es una característica de los


materiales inflamables (combustible) que define las condiciones en que se inicia una
reacción de combustión en cadena, sin intervención de una fuente externa de calor, y el
proceso de combustión continua a partir de ese momento.

Límite Inferior de Inflamabilidad (LII), es la concentración mínima de gas en el aire por


debajo de la cual fuego no es posible. Límite Superior de Inflamabilidad (LSI), es la
máxima concentración de gas en el aire por encima de la cual fuego no es posible.

Llamamos combustible a cualquier sustancia tiene la capacidad de arder en presencia


de un comburente (oxígeno en la mayoría de los casos) mediante la aplicación de una
energía de activación, que puede ser una chispa. ... Como combustibles sólidos más
utilizados podemos distinguir el carbón o la madera

Inflamables Son sustancias cuyos gases y vapores forman, con el aire ambien- tal, una
mezcla que puede inflamarse en presencia de una fuente de ignición. Punto de
inflamación entre 21ºC y 55ºC.

Teoría de combustión

Por combustión se entiende el proceso mediante el cual se produce la quema de cualquier


sustancia, ya sea gaseosa, líquido o sólida. En este proceso, el combustible se oxida y
desprende calor, y, con frecuencia, luz. El oxidante no es oxígeno necesariamente, ya que
puede ser parte de un compuesto químico, como ácido nítrico, HNO3, o perclorato de
amonio, NH4ClO4, y puede quemarse nuevamente durante una serie de pasos químicos
complejos. Este oxidante puede también ser un material que no contenga oxígeno, como el
flúor. Éste se combina con el hidrógeno combustible, que libera luz y calor.

El oxígeno tiene la capacidad de combinarse con diversos elementos para producir óxidos. En
definitiva, la oxidación es la combinación del oxígeno con otra sustancia. Existen oxidaciones
que son sumamente lentas, como por ejemplo la del hierro. Cuando la oxidación es rápida se
llama combustión.

Pues bien, la combustión se refiere a las reacciones químicas que se establecen entre
cualquier compuesto y el oxígeno. A esto también se le llama reacciones de oxidación. De
este tipo de proceso se desprenden energía lumínica y calórica y se llevan a cabo
rápidamente. Cabe destacar que los organismos vivientes, para producir energía, utilizan una
combustión controlada de los azúcares.
Proceso de combustión

El material que arde, como el queroseno, es el combustible y el que hace arder, como el
oxígeno, se llama comburente.

Entendemos por ignición el valor de temperatura que debe presentar el sistema fisicoquímico
para que se pueda dar la combustión de manera natural. El proceso termina cuando se
consigue el equilibrio entre la energía de los compuestos que reaccionan y la de los productos
de la reacción. Con el punto de ignición se alcanza la temperatura de inflamación, activado
por la energía de una chispa o por la llama de un fósforo.

El carbono y el hidrógeno, hidrocarburos, son elementos que entran en combustión más


fácilmente. El heptano, propano y el metano, entre otros, son sustancias que se utilizan como
combustibles, es decir, como fuentes de calor proporcionados por la combustión. En síntesis,
la combustión se produce cuando convergen los siguientes factores:

 El combustible, es decir, el material que arde, carbón, madera, plástico.

 El comburente, el material que hacer arder, oxígeno.

 La temperatura de inflamación, la temperatura más baja a la cual el material inicia la


combustión para seguir ardiendo.

Cuando el proceso de combustión se acelera, por ejemplo, aumentando la temperatura se


produce una explosión. Existen ciertas situaciones en las que se produce combustión sin
necesidad de un calentamiento exterior, como es el caso de los cuerpos fácilmente oxidables,
en su mayoría malos conductores del calor.

La energía emanada por la combustión es aprovechada en los procesos industriales para


obtener fuerza motriz e iluminación -entre otros- así como productos oxidados específicos y
eliminación de residuos.

Sustancias como el carbón bituminoso conducen mal el calor pero se oxidan muy rápido. Las
mismas, aumentan y acumulan el calor lentamente y puede llegar a la temperatura de
inflamación e incendiarse espontáneamente ocasionando desastres. La combustión
espontánea puede darse en almacenes, barcos y depósitos donde se acumulen materiales
como algodón, hulla o aceite.

Los combustibles son, en su mayoría, de origen orgánico y su valor depende de la proporción


de carbono e hidrógeno que contienen en su composición química. El valor principal de un
combustible radica en su capacidad de liberar calor durante la combustión. Igualmente, hay
combustibles sólidos, líquidos y gaseosos que pueden ser naturales y artificiales.

Por orden de potencial calorífico, los combustibles sólidos más comunes son el carbón, el
coque, la madera, el bagazo, la caña de azúcar y la turba. Entre los líquidos se encuentran el
petróleo crudo y sus derivados como la gasolina, el alcohol, el aceite y la bencina. Los
combustibles gaseosos más utilizados son el gas natural, mezcla de metano, etano, propano
y butano, el acetileno que se utiliza en el soplete y el hidrógeno, empleado para impulsar
vehículos espaciales.

Existen ciertas situaciones en las que se produce combustión sin necesidad de un


calentamiento exterior, como es el caso de los cuerpos fácilmente oxidables, en su mayoría
malos conductores del calor.

Por su parte, los productos de la combustión difieren según el tipo de combustible que se
use, y varían también si la combustión es completa o incompleta. En la combustión completa
se produce: vapor de agua, dióxido de carbono y energía calórica. En cambio, si la
combustión es incompleta, se produce monóxido de carbono.

Métodos

Los expertos lo saben mejor que nadie, pero probablemente esta información te ayude a saber
cómo podemos afrontar los primeros indicios de un incendio.
Para que un incendio se inicie o se mantenga activo hace falta que coexistan cuatro factores:
Combustible, Comburente (aire), Energía y Reacción en Cadena (radicales libres). Si se
elimina o disminuye uno de estos factores, el fuego se extinguirá. Según el factor que se
pretenda eliminar o disminuir a la hora de apagar el fuego el procedimiento o método de
extinción es:
Eliminación del combustible
El fuego necesita para su mantenimiento de nuevo combustible que alimente las llamas. Si el
combustible es eliminado de las proximidades de la zona donde está el incendio, éste se
extingue al carecer de la sustancia que lo alimenta.
Esto puede conseguirse:
 Directamente cortando el flujo a la zona de fuego de gases o líquidos, o bien quitando
sólidos o recipientes que contengan líquidos o gases, de las proximidades de la zona
de fuego.
 Refrigerando los combustibles alrededor de la zona de fuego, algo que puede hacerse
con un extintor cuyo componente principal sea el agua.
Este método es el ideal para la extinción de incendios de gases ya que si puedes cortar el
suministro de gas se apagará el fuego. Debes conocer todas las válvulas que hay para poder
localizarlas rápidamente y cerrar la más cercana a la fuga.
También se usa en los incendios forestales, a través de cortafuegos o zonas sin vegetación
que evitan que el fuego pueda propagarse.
Sofocación o eliminación del oxígeno
La combustión se alimenta de grandes cantidades de oxígeno; precisa, por tanto, de la
afluencia de oxígeno fresco a la zona de fuego.
Esto puede evitarse:
 Eliminando el contacto combustible-aire cubriendo el combustible con un material
incombustible (manta ignífuga, arena, espuma, polvo, tapa de sartén, etc.)
 Evitando que el oxígeno fresco pase a la zona de fuego cerrando puertas y ventanas.
 Otra forma es desplazando el aire que rodea el incendio. Esto es lo que hace el CO2
ya que pesa más que el aire y lo sustituye al proyectarlo sobre la base de las llamas.
Se consigue el mismo efecto pero con menor efectividad proyectando agua sobre el
fuego, que al evaporarse disminuirá la concentración de oxígeno (más efectivo si es
pulverizada).
Enfriamiento
Es el método más habitual. De la energía o calor que se desprende en la combustión, parte se
disipa en el ambiente y parte inflama nuevos materiales combustibles haciendo que el
incendio se propague. Por ello, es necesario eliminar esta energía cuanto antes, lo que puede
hacerse arrojando sobre el fuego sustancias que por descomposición o cambio de estado
absorban energía o enfríen los materiales. El agua, o su mezcla con aditivos, es prácticamente
el único agente capaz de enfriar notablemente el fuego, sobre todo si se emplea pulverizada.
Inhibición
Las reacciones de combustión progresan a nivel atómico por un mecanismo de radicales
libres. Si los radicales libres formados son neutralizados la reacción se detiene. Se puede
eliminar si se proyecta sobre la base de las llamas alguna sustancia que separe físicamente
esos radicales, como los polvos extintores que llevan los extintores portátiles que son de
obligatoria instalación en edificios, establecimientos públicos, empresas...

El triángulo del fuego representa los elementos necesarios para que se


produzca la combustión. Es necesario que se encuentren presentes los
tres lados del triángulo para que un combustible comience a arder. Por
este motivo el triángulo es de gran utilidad para explicar como podemos
extinguir un fuego eliminando uno de los lados del triángulo.
Triángulo del fuego

Como podemos ver en la fotografía los lados que componen el triángulo


del fuego son:

 El combustible: se trata del elemento principal de la combustión,


puede encontrarse en estado sólido, líquido o gaseoso.

 El comburente: el comburente principal en la mayoría de los casos


es el oxígeno.
 La energía de activación: es la energía necesaria para iniciar la
combustión, puede ser una chispa, una fuente de calor, una
corriente eléctrica, etc.

Si eliminamos de la combustión cualquiera de los lados del triángulo el


fuego se apagará.

El triángulo del fuego nos indica que elementos son necesarios para que
se inicie la reacción de combustión. Actualmente se ha descubierto que
para que se mantenga la combustión es necesario un cuarto elemento, la
reacción en cadena.

Al incluir la reacción en cadena en el esquema del triángulo del fuego


obtenemos el tetraedro del fuego.

Tetraedro del fuego


El principio básico del tetraedro del fuego es el mismo que el del triángulo
del fuego, todos los lados del tetraedro son necesarios para que la
combustión se mantenga ya que si eliminamos cualquiera de los lados el
fuego se apaga.

La reacción en cadena de la combustión desprende calor que es


transmitido al combustible realimentándolo y continuando la combustión.

Clasificación de los extintores

Tipos de extintores por tipo de fuego


En las etiquetas de los extintores podemos ver siempre de que tipo de extintor es, esas letras
pueden ser A,B,C y D. Hacer referencia al tipo de fuego que puede sofocar el extintor. Aquí
tienes información de los tipos extintores según las clases y los tipos de fuego.
En resumen los tipos de extintores según los tipos de fuegos son:
 Clase A: para tipos de fuegos con combustibles sólidos como madera,
cartón, plástico, etc.
 Clase B: tipo de fuego donde el combustible es líquido por ejemplo
aceite, gasolina o pintura.
 Clase C: fuegos donde el combustible son gases como el butano,
propano o gas ciudad.
 Clase F: tipos de fuegos derivados de aceites y grasas (vegetales o
animales) en cocinas, y almacenamiento de aceites.
 Clase D: son los más raros, el combustible es un metal, los metales que
arden son magnesio, sodio o aluminio en polvo.
Lo normal es que cualquier extintor con el que nos encontremos sea del tipo A,B,C y F es
decir sirve para apagar fuegos de sólidos, líquidos, aceites en cocinas y gas.

Tipos de extintores según el agente


extintor que utiliza
De Agua: apropiados para fuegos de tipo A siempre en lugares donde no hay electricidad.
Recordad que el agua no sirve para fuegos de combustibles líquidos como la gasolina o el
aceite ya que al ser más densa que estos líquidos el combustible se situaría encima del agua
y no extinguiríamos el incendio.
De Agua Pulverizada: son ideales para apagar fuegos de tipo A y apropiados para fuegos de
tipo B. No deben usarse nunca en presencia de corriente eléctrica pues el agua podría
provocar una electrocución. Este tipo de extintores es bueno fuera de las casas donde no
existe riesgo eléctrico, por ejemplo jardines, barbacoas, etc.

De Espuma: Ideales para fuegos de tipo A y B, todos hemos visto alguna vez a los bomberos
en algún simulacro rociar con espuma. Al igual que el anterior es peligroso en presencia de
electricidad.
De Polvo: es el tipo más común y usado en cualquier edificio. Es indicado para fuegos de tipo
A, B y C y al ser de polvo evita el riesgo eléctrico. Es el más recomendable para casas,
oficinas o cualquier edificio.
De CO2:El CO2 es un gas y por tanto no conduce la electricidad. Este tipo de extintores son
aptos para fuegos de tipo A, B y C. Suelen ser usados donde existen elementos donde el
extintor puede causar más daño que el fuego. Por ejemplo si usamos un extintor standar en un
lugar donde el valor de los materiales es muy alto (un laboratorio por ejemplo con máquinas
muy caras) podríamos estropear con la espuma o el polvo máquinas muy valiosas, eso lo
evitamos con este tipo de extintores ya que al ser un gas no daña los equipos.

Tipos de extintores por tamaño


Lo normal es que encontremos en el mercado extintores de polvo de tamaños desde 1 Kg
hasta 25 y 50 Kg.
 Los más grandes siempre van acompañados de un carro o ruedas para poder moverlo
rápidamente, los más habituales son los extintores de polvo de 25kg y extintores de co2 de
10kg.
 Los extintores de co2 sin embargo suelen ser de 2kg y de 5kg.
 Los extintores de espuma que se utilizan actualmente son los extintores de 6kg.

Tipos de extintores por tipo de establecimiento


 En una vivienda recomendamos el aerosol extintor de espuma Extpray, lo ideal seria tener un
extintor de espuma para la cocina y un extintor de 2kg de co2 para fuegos electricos.
 En un local comercial lo habitual para 100m2 serían dos extintores de polvo o espuma de
6kg y un extintor co2 de 2kg para el cuadro eléctrico.
 Para una industria instalaremos extintores de 6kg de polvo así como carros extintores de
25kg en el almacen, para cuadros eléctricos de mayor tamaño recomendamos extintores de
5kg co2

Tipos de detectores

Hay muchos tipos de detectores de incendios, éstos pueden


predecir el fuego generado en los ambientes. Situaciones
diferentes pueden inducir fuegos por causas diferentes. Por lo
tanto, los cambios en los entornos son diferentes también.

Los detectores de incendios están diseñados para detectar


cambios ambientales definidos como el calor y el humo. Por lo
tanto, es necesario seleccionar diferentes detectores de incendios
para diferentes situaciones. A continuación, los más populares:

Detectores de humo.

El Detector de humo es adecuado para la situación de mucho


humo, poco calor y llama producida en la etapa inicial del fuego.
Las siguientes propiedades deben utilizar detectores de humo de
tipo spot:

 Restaurantes, hoteles, edificios escolares, oficina,


dormitorio, oficina, etc.
 Sala de informática, sala de comunicaciones, salón de cine
o televisión
 Escaleras, pasarelas, ascensor, sala de máquinas, etc.
 Biblioteca, archivos, etc.
 El lugar donde hay peligro de incendio eléctrico.
 Se puede producir humo negro.
 Hay una gran cantidad de polvo, retención de niebla de
agua.
 Se pueden producir vapor y niebla de aceite.
 En circunstancias normales hay retención de humo.

Detector de calor.

El detector de calor es conveniente para la situación del fuego


que se convierte rápidamente en donde se produce mucho calor.
Las propiedades siguientes deben utilizar detectores de calor:

 La humedad relativa suele ser superior al 95 %.


 Fuego sin humo.
 Hay mucho polvo.
 En circunstancias normales hay retención de humo y vapor.
 Cocina, sala de calderas, sala de generadores, taller de
secado, etc.
 Habitación para fumadores, etc.
 Otros lugares como salas y lugares públicos donde el
detector de humo no es adecuado para la instalación.

Detector de llamas.

Detector de llama es adecuado para la situación de rápido


desarrollo de incendios donde la radiación de llama fuerte se
produce y con poco humo, el calor. Las siguientes propiedades
deben utilizar detectores de llama:

 En lugares donde puedan presentarse llamas abiertas en


interiores o exteriores.
 Adecuados para incendios por gas o líquidos sin humo.
 En incendios que contienen carbono con gran cantidad de
humo.
 En almacenes industriales, hangares, instalaciones
químicas, refinerías de petróleo, salas de máquinas.
 Centrales eléctricas, almacenes de maderas o túneles
subterráneos.
 En líquidos inflamables, donde se podría producir incendios
por líquidos en una atmósfera explosiva.

Detector de gas combustible.

Los detectores de gas combustible se seleccionarán para la


situación en que se utilice, produzca o acumule gas inflamable o
vapor líquido. Las siguientes propiedades deben utilizar
detectores de llama.

 Donde se utilice gas de gas natural o LP, emanación de


gases tóxicos y explosivos de diferente composición:
butano, metano, gas natural y demás gases de combustión.
 También pueden detectar el humo procedente de un
incendio por los gases que desprende la combustión.
 Ahora bien, dado que los gases tienen diferentes
densidades, es vital saber dónde colocar estos detectores
para que la activación de la alarma sea efectiva. Para la
detección de gases como el butano o el propano, los
sensores deben colocarse en paredes sin obstáculos ni
corrientes de aire y a un máximo de 30 cm del suelo. En
caso de gases ligeros, como el gas natural hay que
instalarlos a 30 cm del techo y siempre a otros 30 cm de
cualquier esquina.
 En cualquier caso, todo detector de gas debe colocarse a
una distancia de entre 1 y 3 metros del foco a cubrir y nunca
cerca de fuentes de calor directo (hornos, fuegos de cocina,
estufas, etc.). Hay que evitar obstáculos, como muebles o
tabiques que bloqueen la detección del gas. Por último, los
sistemas de detección deben estar alejados de las puertas,
ventanas o rejillas de ventilación que provoquen corrientes
de aire y puedan mover el gas en dirección contraria a la
situación del detector.
 Gasolineras y proveedores de gas, almacenaje de tanques
de gas licuado de petróleo
 Otros lugares donde se pueden esparcir gases o vapores
combustibles se pueden combinar con los detectores de
flama.

Detector de monóxido de carbono.


Los detectores de monóxido de carbono son fundamentales en el
hogar, el monóxido de carbono se encuentra en el humo de la
combustión, como lo es el expulsado por automóviles y camiones,
estufas, fogones de gas y sistemas de calefacción.

 Los detectores de monóxido de carbono son dispositivos


que se deben de instalar en cada hogar, el monóxido de
carbono puede liberarse a través de la calefacción y equipos
de refrigeración defectuosos.
 Es inodoro e indetectable a los seres humanos. Sin un
detector de monóxido de carbono se puede enfermar o morir
sin saber que estuvo en peligro.
 Se debe utilizar una combinación de detector de humo,
detector de calor y detector de llama (mismo o diferente
tipo).
 Lo ideal es mantenerlos a pocos pies del suelo para que
suenen antes de que el gas alcance el espacio normal de
respiración. Dado que el horno tiene el mayor potencial para
liberar monóxido de carbono, un detector debe colocarse en
las proximidades de las fuentes que lo lleguen a generar.

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