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CIBERBULLYING, LA VIOLENCIA SILENCIOSA

Por: Daniel Molina

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Ciberbullying
Podemos considerar el ciberbullying como un tipo de acoso escolar que se
realiza en el ámbito digital. Su silenciosa y rápida proliferación, así como el
daño que produce a las víctimas, se hace difícil su detección a tiempo.

Sin duda, las nuevas tecnologías son una fuente inagotable de información, de
ocio, de formación, y de socialización, cuando son utilizadas adecuadamente.
Pero cuando una persona con un perfil dominador y agresivo las utiliza y
encuentra a su víctima apropiada, puede hacer un uso nocivo y dañino de las
tecnologías actuales.

Normalmente quien sufre acoso en las aulas, ve como esas agresiones


continúan cuando está en casa por medio de las herramientas sociales que
proporcionan la red. Es por ello que debemos tener el conocimiento necesario
para detectar este tipo de maltrato y tratarlo a tiempo. La violencia en ninguna
de sus vertientes debe ser consentida. Como dice la famosa frase: para que
triunfe el mal sólo basta que la gente buena no haga nada.

¿Qué es el ciberacoso o ciberbullying?


El ciberacoso o ciberbullying, es un tipo de acoso y agresión que utiliza los
medios tecnológicos para llevarlos a cabo. Suele darse por teléfono o por
internet. La persona que ejerce el acoso siempre tratará de minar y socavar la
autoestima de sus víctimas, enviándole mensajes amenazantes e
intimidatorios.

Antes del uso masivo de las nuevas tecnologías, el acoso o bullying se


producían de un modo físico en los centros educativos. Pero los nuevos medios
de comunicación han servido también para que los acosadores encuentren una
vía para prolongar sus agresiones a sus víctimas, sin importar el tiempo ni el
lugar, ya que los insultos y las vejaciones viajan por la red.

Internet y las redes telefónicas han servido como nuevos medios de acoso. Por
tanto decir que, estaremos ante un caso de ciberbullying cuando un menor
daña, humilla y veja a otro mediante el uso de las redes.
Cómo se produce el Ciberbullying
El ciberacoso se amolda a las nuevas tecnologías y por tanto puede encontrar
tantas vías como nos de dichos medios. Por tanto no existe una única vía para
ejercer el acoso, y por ello es difícil de actuar ante tales agresiones con tal de
erradicarlas.

Una de las conductas más utilizadas por los ciberacosadores es intentar


humillar y difamar a sus víctimas mediante recursos tales como: las fotografías,
videos o imágenes. Pero existen muchos recursos más, como por ejemplo:

 Crear canales donde difamar y vejar a la víctima: los acosadores


pueden crear grupos o foros en los cuales los otros menores puedan
opinar negativamente de la víctima.
 Generar informaciones falsas, e incluso suplantar la identidad de la
víctima: los menores pueden llegar a hacerse pasar por su víctima, y de
ese modo mostrar informaciones y perfiles falsas, desprestigiando así la
integridad y el honor de sus víctimas. Al suplantar la identidad de la
víctima, el acosador podrá hacerle llegar spam (correos no deseados), o
hacer que desconocidos se pongan en contacto con la víctima.
 Expandir rumores falsos: gracias a eso la victima puede ser juzgada
por el resto de personas que participan en la agresión, y pueden unirse
nuevos participantes al acoso.
 Realizan amenazadas: éstas son realizadas a través de email o de
mensajería móvil normalmente.

Todos estos recursos pueden ser realizados por el acosador de manera


individual o combinándolas. Son técnicas infalibles para destruir la autoestima
de sus víctimas, y de su bienestar físico y psicológico.

Perfil del acosador


El perfil de un agresor en el ciberbullying suele ser el siguiente:

 Es frecuente que sean repetidores y de edad superior a la media de la


clase.
 Su rendimiento escolar es bajo.
 Muestran una actitud negativa hacia la escuela.
 Suelen ser más fuertes físicamente que sus víctimas.
 Muestran poca empatía hacia las víctimas.
 Presentan altos niveles de impulsividad.
 Sienten la necesidad de dominar a otros mediante el poder y la amenaza.
 Toleran mal las frustraciones.
 Les cuesta aceptar las normas sociales.
 Presentan una actitud hostil y desafiante con padres y profesores.
 Perciben escaso apoyo y supervisión parental.
 Informan de frecuentes conflictos familiares, de autoritarismo y hostilidad.
 No acatan las normas sociales.
 Tienen una opinión relativamente positiva de sí mismos: presentan una
autoestima media o incluso alta.
 Tienen un grupo pequeño de amigos (dos o tres) que les apoyan.
 Son más populares entre sus compañeros que las víctimas.

Perfil de la víctima de ciberbullying


El perfil de un agredido o víctima pasiva suele ser el siguiente:

 En su apariencia física suelen presentar algún tipo de desventaja


(complexión débil, obesidad…).
 Su rendimiento académico es superior al de los agresores y no tiene por
qué ser peor al del resto de los compañeros.
 Muestran poca asertividad, mucha timidez, inseguridad y ansiedad.
 Se sienten sobreprotegidos por sus padres y con escasa independencia.
 Suelen ser ignorados o rechazados por sus compañeros en clase.
 Tienen dificultades para imponerse y ser escuchados en el grupo de
compañeros.

Cómo afrontar el Ciberbullying


Tenemos que afrontar cualquier tipo de acoso como lo que es: un tipo de
maltrato y de agresión. Lo más efectivo es abordar la problemática de forma
combinada entre los profesionales escolares y los progenitores del menor
acosado. También deben participar profesionales del ámbito judicial y policial,
así como profesionales de la salud mental, como psicólogos y psiquiatras. La
respuesta ante este acoso debe ser contundente y ajustada a las necesidades
de la víctima.

Es importantísimo la información. Todos debemos saber que riesgos hay a


través de internet, y saber cómo podemos actuar frente a este tipo de
acoso. Es importante reconocer estas agresiones con tal de afrontarlas lo antes
posible.

Los padres y los menores deben educarse respecto a las nuevas


tecnologías. Hay que fomentar un uso responsable de internet, y no exponerse
no exponer a los menores a todos los riesgos del medio virtual. Sobretodo el
menor debe detectar el acoso, y tener la capacidad de exponérselo a sus
padres, y éstos reaccionar a tiempo.

La herramienta más efectiva es la educación, como hemos visto, pero también


debemos fomentar la prevención. Sabiendo los riesgos podemos estar alerta
ante cualquier síntoma que nos indique que nuestros hijos sean víctimas de un
acoso. No debemos subestimar el daño que produce el ciberbullying, y debe
ser tratado con rotundidad. El acoso y sus efectos se deben afrontar siempre.

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