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MANIFESTANDO

EL REINO

Juan Ballistreri . David Greco . Lucas Márquez . Guillermo Virginillo


MANIFESTANDO EL REINO
Escuela de Liderazgo de Avanzada
ballistreri@gmail.com

Edición y Corrección: Dr. Bladimiro Wojtowicz.


Dr. Luciano Menguelle.

Diseño y Diagramación: SAMMA Creativos.

©2013. Todos los derechos reservados.


Ninguna porción de este libro podrá ser reproducida, almacenada
en algún sistema de recuperación, o transmitir en cualquier forma
o por cualquier medio _ mecánicos, fotocopias, grabación u otro _
excepto por citas breves en revistas impresas, sin la autorización
previa por escrito de los autores.

Este ejemplar se terminó de imprimir en Córdoba, Argentina, en el mes


de Junio de 2013 por SAMMA Creativos - sammacreativos@gmail.com
DEDICATORIA
Quiero dedicar este libro a la generación de hombres y
mujeres que me acompañaron en la vida ministerial en Manantial de
Vida entre los años 2000 y 2005. Muchos de ellos ya no están
geográficamente cerca de nosotros, pero siguen muy presentes en
mi corazón. Otros fueron premiados antes que nosotros, siendo
recibidos en la Presencia del Señor y los demás están sembrados por
todo el mundo predicando el Evangelio que el Espíritu Santo
anuncia en este tiempo.

A lo largo de esos años, pasaron por nuestra casa personas


muy valientes y aunque esa estirpe de gente nunca faltó entre
nosotros, estos creyeron en un sueño llamado Escuela de Liderazgo
de Avanzada. Cuando comenzamos a diseñar estas escuelas,
dibujábamos algunos trazos de tiza blanca sobre un viejo pizarrón
escolar de fondo verde. Allí trazábamos la posición de las sillas, las
mesas (algo que casi nadie podía comprender) y los horarios de las
clases entre semana. Esto desafiaba abiertamente el apego de la
gente hacia el calendario romano, algo que muchos consideraban
imposible durante esos días.

El propósito de este libro es recopilar la enseñanza puntual y


determinante que recibimos durante el mes de Diciembre del año
2012. En cada una de estas páginas se refleja la visión apostólica que
Dios nos encomendó para desarrollar en nuestra congregación,
Manantial de Vida.

Vaya mi agradecimiento a todas las personas que en cada


tiempo entienden y abrazan la revelación que Dios imparte en sus
días, haciendo posible la concreción de todo lo que vemos hoy.

Gracias a nuestro Dios que nos permite vivir en estos


tiempos únicos y gloriosos.
Ap. Juan Ballistreri
Córdoba, Ciudad Redentiva
República Argentina
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4
AGRADECIMIENTOS
He tomado la iniciativa de escribir las primeras hojas de este
libro ya que alguien debía hacerlo. Pero en mi persona, represento a
todo el Liderazgo de la Fundación MANANTIAL de VIDA.
Entre las cosas que he disfrutado hacer en estos días es agradecer a
quienes hacen posible la puesta en marcha y en escena de las
ESCUELAS DE LIDERAZGO DE AVANZADA en la ciudad de
Córdoba en Argentina o en alguna otra ciudad de mi hermoso país.
Creo que nombrarlos sería una injusticia, porque no soy consciente
aunque quisiera de cada persona que se moviliza antes, durante y
después de una ELA.
Seguramente cuando cada hijo de MDV y miembro del equipo de las
ELA lean este libro, cada uno sabrá a quién me refiero.
Ruego a Dios por ellos de manera especial para que les recompense
en todo y puedan ver rápidamente esos frutos.
Agradezco de manera especial…

… A mi esposa Laura, por su apoyo y compañía incondicional en


todas las cosas que emprendemos.

…A mis hijos, Iván y Soledad, Abel y Marisa, Carolina y Claudio,


Evelyn, Samuel, y a mis nietos amados, Ian, Berenice, Giuli, Juan
Fernando, Sasha y Sarah (que viene en camino).

… A todos los que hacen posible la concreción de las Escuelas de


Liderazgo de Avanzada.

… A todos los que creyeron y siguen creyendo en este proyecto de


Reino.

… A los miles de alumnos que asistieron a nuestras Escuelas


durante estos años desde diferentes lugares del mundo.

… A los maestros que participaron en esta Escuela de Liderazgo de


Avanzada.

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Escuela de Liderazgo de Avanzada

... A mi amigo Lucas Márquez, uno de mis primeros maestros en la


Escuela bíblica, por todos los años de formación y amistad que Dios
nos permitió disfrutar.

… A mi amigo David Greco, un maestro con una claridad y lucidez


poco común en estos días.

... A mis amigos Guillermo y Vicky Virginillo por tantos años de


amistad incondicional.

...A mi amigo Bladimiro Wojtowicz, profeta y escritor, por haber


tomado estas enseñanzas y editarlas en forma de libro.

… A la gente de Manantial de Vida, por todos los años de apoyo en la


labor encomendada.

¡Gracias a Dios por este tiempo!

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MENCIONES ESPECIALES

Quiero hacer un apartado especial a los Maestros de esta


ELA. Me siento un privilegiado de ser contemporáneo de personas
como ellos. Ver el Ministerio de Cristo en ellos edificando la Iglesia
es una experiencia que creo que muchos desearán tener al oír, leer o
recordar estos años que nos tocó laborear juntos.
Si respeto el orden cronológico de cómo les conocí, debo comenzar
por:

... Lucas Márquez. Yo sólo tenía 18 años cuando le vi por primera


vez; fui alumno del Instituto Bíblico Córdoba en los años 1978 - 1979
y Lucas era profesor en aquellos años. ¡Qué tiempos maravillosos
aquellos...! Pero el hombre que podemos ver en este tiempo se
encuentra más procesado y nos ha edificado sin pausa en cada
ocasión que Dios los acercó a nuestras vidas. Por eso, solo quería
decirle al Apóstol Lucas Márquez: ¡Gracias por permanecer firme y
coherente! No es fácil por estos días encontrar a alguien a quién
hayas oído durante 35 años como es mi caso, y esperar que llegue
pronto la próxima oportunidad para volver a verte en nuestra tierra.

... A David Greco le conocí en los años 90, en el marco de los


congresos de Jóvenes en mi ciudad. Fui su chofer y lo seguiré siendo
cuantas veces pueda y me lo permita. Un maestro de nuestros días
con una claridad y lucidez poco común, como nuestro gran Dios nos
tiene acostumbrado. Amado David, gracias por estar con nosotros
en Córdoba y haberte entregado como lo hiciste. ¡Gracias!

.... A mi amigo Guillermo Virginillo y su querida esposa Vicki. Les


conocí cuando comenzaba el año 2000, en circunstancias duras y
difíciles como decimos quienes tenemos algunos años en estas filas
de la fe. Días de tristeza, duelo y cierta confusión de procederes
divinos y humanos complicados de entender filosóficamente, al
menos para mí. Pero allí, Dios nos comenzó a unir hasta hoy.
Guillermo y Vicki han participado en muchas escuelas en Córdoba,
en calidad de todo; como alumnos, consejeros y maestros pero
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Escuela de Liderazgo de Avanzada

en esta ELA, fue especial. Leo sus notas transcriptas y veo el proceso
de Dios en ellos. Guillermo y Vicki, gracias por estar y seguir
estando.

... A Bladimiro Wojtowicz, profeta y literario si lo hay. Gracias por


haber tomado las palabras, y con pluma única por mí conocida
preserva letra, espíritu y vida. ¡Gracias Bladimiro por encontrar
siempre la forma de estar con nosotros casi todos los días del año!

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ÍNDICE

Introducción (Ap. Juan Ballistreri) 11

1. “Necesidad, beneficios y riesgos de implementar una visión de


Dios” Parte 1 (Ap. Juan Ballistreri) 15

2. “El Reino de Dios” (Ap. Lucas Márquez) 25

3. “¿Sucesores o herederos?” (Ing. Guillermo Virginillo) 41

4. “Transferir la semilla, transfiere la vida”


(Ap. Lucas Márquez) 53

5. “Necesidad, beneficios y riesgos de implementar una visión de


Dios” Parte 2 (Ap. Juan Ballistreri) 69

6. “La Predestinación” (Ap. Lucas Márquez) 95

7. “Vida, entrenamiento y fruto” (Ap. Lucas Márquez) 109

8. “La persona y la obra” (Ap. Juan Ballistreri) 121

9. “Autoridad, poder y Reino” (Ap. David Greco) 133

10. “Oír correctamente: Autoridad y Poder para manifestar el


Reino” (Ap. David Greco) 145

11. “Cultura del Reino” (Ap. David Greco) 151


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INTRODUCCIÓN

C uando estaba finalizando la Escuela de Liderazgo de


Avanzada en el mes de Diciembre del año 2012, nos dimos
cuenta de que era necesario tomar los pensamientos que
Dios nos impartió durante las conferencias y plasmarlos en una obra
escrita.

La palabra que Dios nos entregó durante estos días fue


impactante, pero el ámbito en el que vivíamos era diferente. El Señor
nos había procesado durante estos años; por eso estábamos
expectantes por lo que íbamos a oír. Aunque siempre tenemos
hambre, algunas veces el Espíritu Santo provoca un nivel más
profundo por la Palabra de revelación. Todos en Manantial de Vida
esperamos las Escuelas de Liderazgo de Avanzada; pero esta la
esperábamos con una mayor intensidad. Cuando el Espíritu Santo
comenzó a hablarnos a través de cada maestro, tomamos la decisión
de hacer un libro con esos contenidos para que todos puedan
acceder a los temas que se ministraron. Un libro hace que la Palabra
impartida perdure a través de los años, multiplicando el alcance de
la revelación que recibimos como Cuerpo.

Sin duda, los alumnos que estuvieron presentes estarán de


acuerdo conmigo en que no había manera de retener y procesar todo
lo que Dios nos impartió durante esos días. Este libro lo ayudará a
profundizar en los principios eternos que le permitirán
desarrollarse en el propósito eterno de Dios para su vida. El mensaje
del Evangelio del Reino sólo es para gente valiente que se atreva a ir
un paso más allá que el promedio. Poder reunir a esas personas que
fluyen en este nivel de revelación no es común; por esta razón
considero que esta Escuela fue muy especial. Todo Reino necesita
una ecología para existir. En este libro podrá encontrar indicaciones
precisas sobre las condiciones necesarias para que ese Reino se
manifieste en nuestros días.

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Escuela de Liderazgo de Avanzada

Jesús le agradeció al Padre porque escondió los misterios del


Reino de los sabios y los entendidos para revelárselos a los
pequeñitos. El día que dejemos de ser pequeñitos, habremos
quedado fuera de la próxima revelación del Reino. Si tenemos que
tratar con gente, en el Reino no debemos actuar como jueces sino
como médicos. Donde hay médicos, siempre habrá gente. La gente
no quiere estar en los tribunales o con los jueces. Si queremos
expandir el Reino, necesitamos deshacernos del juez “religioso” que
llevamos dentro. ¡Ahora mismo debemos declararnos como médicos
del Reino!

La vida de Reino contempla una herencia y este tema no


estuvo ausente en esta Escuela. Toda herencia siempre debe contar
con la palabra “para”. El Señor nos hizo herederos para concretar un
propósito eterno y cuando nos paramos en la posición del Rey,
debemos saber cómo manifestarlo en lo natural. Todos los padres
tratamos de llevar a nuestros hijos hacia la Iglesia como un primer
nivel de instrucción, porque queremos dejarles un legado.

Durante el año 2012 nos afirmamos en la siguiente palabra


profética: “Si tienen muchas cosas para realizar, lo más probable es
que sean ineficientes, porque los hijos de Dios hacen una sola cosa
en la vida”. Nuestra única tarea en el Reino es enfocarnos en Cristo:
“Recibir la impartición de su persona, crecer en Él y manifestar esa
realidad”. Los creyentes no tenemos muchas más cosas para hacer
dentro del Reino. Pablo dijo: “Una cosa hago”. Si los hijos del Reino
nos comprometemos con esta verdad, donde todas las actividades
que realizamos se enfocan en Cristo, las congregaciones se
mantendrán alineadas con su propósito eterno.

Jesús vino a anunciar que el Reino de Dios se había acercado;


hizo las obras del Padre, sanó a los enfermos, liberó a los cautivos,
limpió a los leprosos, echó fuera demonios y resucitó a los muertos.
Podemos resumir este trabajo en esta frase: “Destruir las obras del
diablo”. Para concretar esta obra se necesita poder, porque es lo
único que nos permitirá resistir. El creyente necesita experimentar

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Introducción

el poder en sus encuentros diarios con Dios, partiendo desde lo más


simple. El poder nos permite participar y desarrollarnos en una
dimensión de gloria muy hermosa. ¡Este libro lo inspirará a vivir en
la realidad de ese poder!

Apóstol Juan Ballistreri

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Escuela de Liderazgo de Avanzada

“Siempre es más importante la Persona que la obra que podamos


realizar, porque la Persona determina las características de la obra. Nos
lleva más tiempo y más problemas llevar a la práctica la manera de
evangelizar al mundo que conocer a Cristo, la encarnación del mensaje
del Evangelio.”

“¿Cómo sabemos si estamos en condiciones de implementar una


visión de Dios? En primer lugar, porque queremos estar con Él. Nadie
puede hacer la obra de Aquél que no conoce. Esto va más allá de nuestro
cuerpo y alma; surgirá desde nuestro espíritu regenerado.”

Apóstol Juan Ballistreri

“Cuando estamos dispuestos a permitir que el Señor examine


nuestra vida, nos mostrará el diagnóstico exacto de nuestra condición y
sabremos cómo llegar desde donde estamos hasta donde Él nos quiere
llevar.”
Apóstol Lucas Márquez

“Tenemos que romper la cultura del celo y la envidia, porque en


el Cielo, la “pauta” que define todas las relaciones entre las personas es la
honra. Honrar implica desarrollar la capacidad para discernir la
identidad que Dios le entregó a cada persona porque esto nos permitirá
apreciarla en toda su dimensión.”
Apóstol David Greco

“Cuando consideramos la herencia que Dios nos quiere entregar


a través de su Reino, necesitamos entender cuál es el diseño que
estableció desde el principio para continuar edificando según el
propósito para el cual nos creó.”
Ingeniero Guillermo Virginillo

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CAPÍTULO UNO

“Necesidad, beneficios y riesgos de implementar


una visión de Dios” Parte I
Apóstol Juan Ballistreri

E stamos creyendo que todo lo que Dios nos va a revelar en


este tiempo tiene que ver con manifestar su Reino sobre la
tierra. Creemos que comienza un tiempo donde podremos
reconciliar todas las cosas, basados en Colosenses 1:20: “y por medio
de él (Cristo) reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en
la tierra como las que están en los cielos…”. Comenzaremos a ver la
manifestación progresiva del Espíritu de reconciliación en la
medida que Dios nos vaya revelando las claves para activarnos en
esta nueva impartición del Espíritu Santo. Veremos la restitución de
nuestra herencia y accederemos a la posesión de todo lo que Dios
preparó para nosotros. Habrá familias fuertes que caminarán en la
vida de la visión; esto nos proveerá una mayor claridad acerca de los
pasos que debe dar la Iglesia para tomar su lugar entre las naciones
de la Tierra. Confío en que Dios nos irá mostrando el camino.

Necesidades, beneficios y riesgos


Dentro de la manifestación del Reino de Dios, quiero tratar la
necesidad, los beneficios y los riesgos de implementar una visión, el
Señor me desafió a tratar ciertos temas prácticos. Creo que todas las
personas redimidas y regeneradas por la sangre de Cristo tienen una
visión de Dios particular y única. Cada institución creada ostenta
una visión por naturaleza propia. No tengo conflictos en aceptar que
cada ser humano tiene una visión de Dios, porque nos hizo únicos e
irrepetibles. Cuando nos unimos en matrimonio lo hacemos con una
persona que tiene una visión particular de Dios, pero a pesar de las
diferencias, pueden construir un proyecto de vida en paz. Dios nos
da hijos que son únicos, diferentes e irrepetibles. Nos pone en la

15
Escuela de Liderazgo de Avanzada

Iglesia, donde cada persona que la integra tiene una visión diferente.
Esta es la razón por la cual nos cuesta tanto alinearnos con una visión
de Dios para poder implementarla.

¿Por qué la Iglesia está ausente en una generación donde la


gente tiene tanta necesidad de oír? Dios le dará un carácter
protagónico a su Iglesia, pero debemos preguntarnos qué nos falta
aún. Un obrero de Dios debe ser aprobado, pero no porque en
alguna etapa de nuestra vida hayamos sido eficientes, debemos ser
aprobados en cada nivel de desarrollo que nos toque enfrentar.
¿Cada cuánto tiempo deberíamos presentarnos y renovarnos en lo
que Dios nos está demandando? Considero que debemos revisar
permanentemente nuestros patrones de pensamiento antes de
implementar lo que Dios nos impartió.

Implementación
La persona más pobre del mundo es la que no tiene un
sueño, pero la más frustrada es la que no sabe cómo realizarlo.
Escuché a Dios decir que la frustración que sienten sus hijos se debe
a que sus expectativas son más grandes que lo que están dispuestos
a implementar. Esa palabra la asumo para mí y se la extiendo a
usted. No estamos discutiendo acerca de la visión apostólica, sino
cómo levantar un liderazgo capaz de implementarla. Este es el único
camino para hacer viable una visión de Dios. Los asuntos
doctrinales no pueden detenernos; sólo la falta de capacidad para
implementar la visión que nos fue impartida. Recibir una visión de
Dios es un aspecto del liderazgo, pero la implementación es el otro
aspecto de la vida de sus siervos. La palabra “Sion” significa “lugar
sin ambigüedad”. Si Cristo está en nosotros, no puede haber
ambigüedades porque Él representa la visión para su Iglesia.

Palabra encarnada
Una parte de la visión debe ser audible y tangible, porque el
Reino de Dios es divino y humano al mismo tiempo. Cristo fue el
claro ejemplo de una visión implantada en una persona, porque

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Necesidad, beneficios y riesgos de implementar una visión de Dios

el “Verbo” se hizo carne. Está fuera de discusión que Dios tenga una
visión para cada uno de nosotros, pero necesitamos analizar si
tenemos la capacidad para implantarla, prosperar y progresar. El
problema surge a nivel del hombre. La implantación es la urgencia
de toda persona que se dice salva. ¿Es posible que una persona que
realmente nació de nuevo por el Espíritu Santo y fue regenerada, no
manifieste el Reino de Dios en su propia vida, aunque sea de una
manera incipiente?

Cuando el ser humano interpreta una visión de Dios,


siempre utilizará mecanismos humanos. No sé si Ezequiel vio un
águila, pero relacionó la visión que recibió con la forma de un águila,
porque cuando Dios nos habla respetará nuestras pautas culturales
para que podamos comprender el mensaje. Para que la
implementación sea una realidad, cada miembro del Cuerpo de
Cristo debe reconocer con claridad cuál es el mensaje de Dios. La
implementación de la visión romperá todos los códigos que
conocemos en el mundo empresarial. Existe una gran diferencia
entre implementar una visión en una empresa y hacerlo en el Reino.
Si la empresa aún no pasó por la Cruz, no tendrá nada para
aportarnos. Esta es la razón por la cual siempre se nos presentará
una crisis en la implantación de la visión. En el mundo no escasea la
gente con visión, pero existen muy pocos en condiciones de
implementarla adecuadamente. Esto indica que es un asunto de
revelación y necesitamos comprender en qué punto violamos los
principios para edificar el Reino de Dios.

Cristo fue el claro Riesgo cero


ejemplo de una visión No existen riesgos en recibir una
implantada en una visión de Dios. Si Él habló, no
persona, porque el tenemos nada más que decir, pero
“Verbo” se hizo carne. necesitamos recibir los mecanismos
que nos permitirán implementarla en
nuestra vida. Ese es nuestro gran desafío individual. Cuando no
tenemos claridad en la implementación de una visión, con toda
seguridad pasaremos por encima de los derechos divinos de los

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Escuela de Liderazgo de Avanzada

demás. Quizá deberíamos pasar más tiempo orando y buscando a


Dios para implementar correctamente una visión que para recibirla.
Todas las “asignaturas” en el Espíritu se aprueban por medio de la
humildad. Veremos cosas extraordinarias en este tiempo. Dios se
aseguró de colocar su Palabra y su visión en buenas manos, pero a la
hora de la implementación se manifestarán los verdaderos
conflictos. Cuando Dios le impartió a Moisés las leyes espirituales
para su pueblo, sabía que la gente no la podría implementar. ¿Cuál
fue la razón? Cuando Moisés invitó al pueblo a acercarse al monte, la
respuesta que recibió fue: “Sube tú”. En otras palabras, no les
interesó conocer los términos del pacto y, en consecuencia, mucho
menos pagar el precio para implementarlo.

Cruzar la línea
Existe una gran diferencia entre estar al pie de la montaña o
en la cima. Las serpientes pueden subir solamente hasta cierto nivel
de la montaña debido al nivel de oxígeno que necesitan para vivir y a
ese límite se lo llama la “línea de la serpiente”. El ser humano puede
sobrevivir más arriba. En la cima de la montaña no hay serpientes.
Las luchas con el diablo pueden ocurrir sólo hasta la mitad de la
montaña; pero al superar esa línea, nos encontraremos con la visión
de Dios. No podemos caminar juntos cuando no podemos juntarnos
para orar. Si no podemos estar juntos, mejor estemos separados. El
punto es el nivel de la serpiente. Nuestro desafío en el ámbito de la
vida es hacer subir al pueblo a la cima de la montaña. Jesús aceptó no
subir solo, no porque temía que le pasara algo, porque en la cima no
había riesgos, sino por la gloria que se manifestaría. Desde la línea
de la serpiente hacia abajo nos encontraremos con un pueblo
incierto e inseguro, donde todos los sueños que tenemos quedarán
distraídos entre gente que no quiere funcionar. ¡Necesitamos
negarnos a subir solos al lugar de la visión!

Rendición total
Si no nos sometemos voluntariamente al gobierno de Dios
seremos ingobernables. A la hora de implementar una visión de
Dios, ¿cuán afectados estamos por nuestra cultura política, social,

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Necesidad, beneficios y riesgos de implementar una visión de Dios

profesional o familiar? Esa es la purificación de nuestras almas que


describió Pedro, donde debemos despojarnos de todo lo que puede
infectar la implementación de una visión de Dios. Las experiencias
personales contaminarán la visión, porque todo lo que Dios nos
imparte está en nuestro espíritu desde antes de cualquier
experiencia. La visión de Dios es eterna y las personas también lo
son. Llevar adelante una visión en el Cuerpo de Cristo es muy
diferente a los paradigmas que hemos concebido en nuestras vidas y
debemos desecharlos para no adulterarla.

La visión se va a encapsular dentro de una forma humana,


pero no se puede transmitir directamente, primero debemos
“deshumanizar” todo concepto anexo para que la visión corra como
Dios la entregó. Hay una doble honra para el hombre que puede
llevar adelante una visión de Dios porque su tarea más difícil será
globalizarla. La visión indica la dirección hacia dónde nos envía
Dios y no hacia el lugar donde asumimos que nos mandó. El líder
cargará sobre sus hombros la responsabilidad de implementar la
impartición de Dios con el mismo nivel de divinidad que la
naturaleza desde donde partió esa visión. Cristo murió porque la
visión lo absorbió por completo, donde toda su humanidad fue
absorbida por lo divino.

Asumir nuestra responsabilidad


Pablo dijo: “Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros”
(Colosenses 3:5). Podemos morir al pecado, pero mantener con vida
lo terrenal en nuestra mente. La diferencia entre morir a lo terrenal y
al pecado, es que ambas cosas se absorben entre sí. El pecado es lo
que Dios desecha, pero nosotros debemos desechar lo terrenal que
pudiera existir en nuestra vida. El Cuerpo de Cristo nos está
pidiendo que muramos para que la visión pueda expresarse de la
manera más pura, porque Dios siempre va a usar vasos humanos.
Pablo dice: “… por amor del cual lo he perdido todo y lo tengo por
basura, para ganar a Cristo” (Filipenses 3:8). Para predicar
correctamente lo que vimos, debemos “desinfectarlo” de nuestra
experiencia personal.

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Escuela de Liderazgo de Avanzada

Debemos entender principios básicos y fundamentales de la


vida de fe, honrando la gracia y la visión que Dios le entregó a cada
ministro. ¿Cómo depositamos nuestras visiones individuales para
introducirlas en el concepto del Cuerpo de Cristo? ¡Implementando
una visión! Allí entran en juego los factores humanos, las
características de una persona, su temperamento o su estilo de
liderazgo y lo comparamos con nuestra experiencia, profesión,
familia, etc. El problema surge cuando nuestra vida pasa sin que
logremos implementar todo lo que Dios nos mostró.

Aprender a oír
Las palabras que Dios le habló a Abraham cuando le dijo que
“saliera de su tierra y su parentela”, no son para todos. Sólo son para
aquellos cuya tierra y parentela pudieran ser un obstáculo para el
nacimiento de una generación. Cuando recibimos una palabra de
Dios, debemos asumir que nos demandará un compromiso total. En
este punto no podemos desligarnos de la responsabilidad
individual. Si Dios nos habló personalmente, debemos asumir el
reto, sin detenernos a esperar que otros nos acompañen. Debe
despertarse en nuestro espíritu “el poder del único”. Cuando Jesús
le dijo al Padre si podía pasar esa copa de su vida, recibió como
respuesta una reafirmación de su voluntad soberana: “Debes cargar
los pecados del mundo”. Cuando Jesús respondió “sea tu
voluntad”, significa que el resto de las voluntades, incluida la suya,
no tenía la menor injerencia en el asunto. El poder del unigénito se
manifiesta en que no dependemos de la respuesta o el apoyo de
otros; Dios nos concedió la capacidad para avanzar en su poder y
autoridad.

Cuando recibimos una No necesitamos esperar a formar un


palabra de Dios, equipo de trabajo, aunque esto será
debemos asumir que de una gran ayuda. La Biblia no habla
nos demandará un de equipos, sino de un Cuerpo y
compromiso total. miembros. El problema es cuando la
palabra equipo absorbe la revelación
que recibimos; nos paralizará ante la ausencia de ese apoyo.

20
Necesidad, beneficios y riesgos de implementar una visión de Dios

Tenemos que ser fieles en implementar la visión que


recibimos en nuestra propia vida. Si esa visión es única, debemos
comenzar a implementarla. El efecto volumen se produce ante una
masa crítica llamada: “Yo te envío”. Si este universo comenzó con
uno, el nuestro también puede comenzar de la misma manera.
Debemos comenzar a demostrar por los frutos que los únicos
comprometidos con una visión despertarán a las masas. Tomé la
decisión de caminar sobre esta palabra desde Diciembre hasta
Marzo. Necesitamos incorporar este concepto para que el espíritu
de este siglo no nos abrume con esperar a ver a una gran masa
humana haciendo cosas. La clave es que cuando nos
comprometemos con la visión que Dios nos impartió, se producirá
un efecto centrípeto que comenzará en nosotros e impactará todo a
nuestro alrededor.

Recuperar el balance
Toda visión corre el riesgo de “humanizarse”; por eso
debemos cuidar que nunca deje de ser divina, pero al mismo tiempo
no debemos “espiritualizarla” tanto que deje de ser humana. Dios se
hizo hombre, pero nosotros nunca podríamos hacernos Dios. Toda
visión refleja a Dios “haciéndose” a Sí mismo y no a nosotros
tratando de hacer la visión. El Padre se agradó de vernos como
potenciales en este tiempo porque cree en nosotros. Cuando Dios ve
que somos confiables y nos puede usar, seguirá haciéndolo en tanto
se lo permitamos. En este tiempo no nacerán hijos espirituales
escritos en un manual, sino aquellos que implementarán la visión
primero en sus propias vidas.

Desde el vientre de mi madre, Dios ya me había ungido


como predicador y a pesar de mis aciertos y errores, hasta hoy sigo
predicando el Evangelio. No podemos violar las leyes más
elementales de la vida de fe. Si Dios nos llamó para realizar una
tarea, no debemos dudar ni un minuto en hacerla. Las iglesias no nos
peleamos en las doctrinas, sino en la manera de implementar la
visión del Reino. No podemos ser efectivos en un método si primero
nuestra vida no gira coherentemente alrededor de una visión.

21
Escuela de Liderazgo de Avanzada

Las iglesias se dividen por diferencias en la implementación de una


visión. Si creemos que Dios nos dio una visión y es paternal,
debemos crear nuestra propia línea de discípulos y trabajar en la
obra para ganar nuestras naciones. Si queremos funcionar juntos en
el Cuerpo de Cristo, necesitamos entender que nuestra visión
individual debe sumarse a la visión corporativa para ser más
efectivos en la manifestación del Reino de Dios.

Impartir, no forzar
Debemos entender que hay una visión de Dios y
necesitamos poner en práctica todo lo que le habló a nuestra vida
para sumar nuestro aporte de manera efectiva y clara, sin violentar a
la gente. Los seres humanos no entendieron a Cristo cuando vino a
la Tierra porque no tenía la “forma” que esperaban. Cuando nos
comprometemos a manifestar el Reino de Dios, no debemos pensar
que no habrá problemas. Todos podemos mirar hacia arriba y
rendirnos ante el Dios majestuoso. El problema ocurre cuando Él
nos asigna a un líder con quien debemos caminar bajo los códigos de
una visión. Dios no tuvo problemas en hablar con Daniel o revelarse
a Mardoqueo, Noé, Josué, etc. Nunca tiene problemas porque es
Dios, pero por algún secreto divino, para que todos seamos uno y
manifestemos su Reino en la Tierra, le agradó usar personas
imperfectas. Esto es para que aprendamos a quedarnos con lo
divino, deshumanizando nuestra vida y la de quienes Dios nos
asignó para poder edificar algo mayor.
Dios siempre esperará nuestra manifestación a nivel
individual, pero le fastidian los pueblos cuando no entienden la
tarea asignada de un líder. Él no tuvo problemas con Cristo, el
conflicto lo tuvo Cristo con sus discípulos. Dios no tuvo problemas
con Moisés, sino Moisés con el pueblo. La experiencia no es la mejor
escuela, pero a veces llega a ser la más necia de las mejores escuelas.
No podemos pararnos a implementar una visión mundial cuando
somos incapaces de demostrar que funciona en nuestra propia casa.
Es necesario implantar la visión en nuestra vida para que esa unción
tenga un efecto. Tenemos que aprender a ser más aprobados en esta
materia.

22
Necesidad, beneficios y riesgos de implementar una visión de Dios

Un mismo criterio
El común denominador que encontramos en las reacciones
de las personas a lo largo de las Escrituras era el siguiente: “Visiones
diferentes, pero con una misma respuesta”. Las reacciones serán
siempre las mismas: “Rebelión, incredulidad, muerte, resistencia y
persecución”. El mensaje de Dios puede llegar a ser impredecible,
pero no ocurrirá lo mismo con las reacciones de las personas a la
hora de implementar una visión. Somos predecibles, pero al mismo
tiempo divinos. Dios está listo para hacer la obra con nosotros. Toda
persona que tiene una visión de Dios, aunque esté sola, morirá
viéndola implantada en su vida y quedará la cosecha pendiente para
la próxima generación. Jesús y los apóstoles del primer siglo son un
ejemplo claro de este principio. Si queremos conocer el significado
de la soledad en una visión, debemos tratar de implantarla en
nuestra vida. Allí reside la diferencia entre servir a Dios y ser un
líder que guía a otros.

Servir a Dios es parte de nuestra naturaleza, pero liderar sin


ejercer presión sobre la gente y alinearlos a todos detrás de un
mismo objetivo es un obispado, cuya gracia se debe cultivar como
resultado de una relación con el Espíritu Santo. En esta generación
necesitamos aprender a implantar. Los apóstoles sólo tendrán la
evidencia de su llamado si encuentran por lo menos a doce que
sobrevivan a la implantación de un pensamiento. Ideas y libros hay
por todos lados; el tema es implantar una visión sin imponerla. Este
es nuestro desafío como hijos de Dios. La meta debe ser implantar
una visión de Reino, sin que la persona que decidió seguirnos sienta
que le estamos imponiendo una carga imposible de sobrellevar. La
generación que logre esto, podrá tocar efectivamente al mundo. La
gente no temerá dar la vida por lo que les estamos enseñando, pero
lo harán sin perder el gozo y la alegría del servicio.

Trabajo con gozo


La visión de Dios siempre es dinámica y particular. Si se
violara alguno de estos dos principios, la obra del diablo habría
logrado su efecto sobre una generación. Entiéndase por dinámica a

23
Escuela de Liderazgo de Avanzada

la fuerza de una visión; y por particularidad, a que una visión nunca


nos haga perder la alegría de ser un uno. Sumados voluntariamente
por una vida sujeta al Espíritu, a algo más grande de lo que somos
como individuos. La nueva generación que verá el Reino de Dios
manifestado en la Tierra, será la que durante toda la semana trabajó
una Palabra y el domingo sólo recibirá la confirmación de la voz
apostólica sobre el mensaje que recibieron en privado.

La voz apostólica no tiene que “inaugurar nuestro cerebro”;


es un segundo testimonio para nuestro espíritu porque Dios
siempre debe hablar primero. La salvación nunca es efectiva si el
Espíritu Santo no trabajó en la persona. El Salmo 47:2 dice: “Un
abismo llama a otro abismo, a la voz de la cascada”. Si lo que estoy
escribiendo y lo que usted lee es de Dios, no necesita estar pensando
en otra cosa. Si estamos entre gente madura, no tiene por qué haber
conflictos, porque Dios ya nos habló antes. Sería diferente si en los
altares familiares en cada hogar de la Iglesia, los padres que oyeron a
Dios transmitieran esa convicción. Entonces aprenderían como
familias a confirmar ese mensaje por la voz de su pastor. Para que
esto sea una realidad, necesitamos cruzar la línea de la serpiente.

24
CAPÍTULO DOS

“El Reino de Dios”

Apóstol Lucas Márquez

T odo lo que conozco acerca del Reino es lo que aprendí, pero


pronto en mi vida me pude dar cuenta que todas las cosas
que aprendí, no son todas las que hay para aprender. La
naturaleza del Reino es un misterio. Pablo dice en 1 Corintios 13 que
“la carne y la sangre” no pueden heredar el Reino de Dios y “la
corrupción no heredará la incorrupción”.

Jesús estableció las condiciones preliminares para entrar al Reino:

1. Ser pequeñito
Jesús le agradeció al Padre porque escondió los misterios del
Reino de los sabios y los entendidos para revelárselos a los
pequeñitos. El día que dejemos de ser pequeñitos, habremos
quedado fuera de la próxima revelación del Reino. Desde el punto
de vista humano nadie quiere ser pequeñito. Cuando somos niños
todos nos preguntarán: “¿Qué quisieras ser cuando seas grande?”.
La respuesta más sabia que deberíamos dar es: “Cuando sea grande,
quiero volver a ser pequeñito”.

2. Ser inocentes
El mayor problema para tener acceso a la revelación del
Reino es todo el bagaje teológico que cargamos en nuestra mente por
todos los conceptos que hemos aprendido. En este caso, la
“ignorancia teológica” trabajaría a nuestro favor. Cuando Jesús
comenzó su ministerio confrontó a una religión llamada “judaísmo”
que tenía 1600 años de tradición. Esta no era una religión pagana,
porque estaba diseñada para adorar a Dios. Entonces, ¿cómo pudo
haberse transformado en el mayor problema para que la gente
25
Escuela de Liderazgo de Avanzada

entrara al Reino? Jesús ignoró todo el protocolo del judaísmo y la


concepción judía del Reino. Hoy estamos tratando de conectarnos
con el mensaje del Reino, pero debemos batallar con un cristianismo
que tiene 500 años más de tradición religiosa que el judaísmo que
enfrentó Jesús. El cristianismo tiene estructuras, paradigmas y
“vacas sagradas” que son intocables.

El problema del Reino es que cuando creemos que estamos


funcionando correctamente, en realidad no estaremos haciendo
nada. Existe una alta probabilidad de que hayamos sido trasladados
desde la naturaleza de Adán a la de Cristo, pero que aún no hayamos
sido transferidos desde la potestad de las tinieblas al Reino del
Amado Hijo. Cuando Pablo le escribió a Timoteo la primera epístola
llevaba dos años en prisión. Durante ese tiempo, las congregaciones
comenzaron a degradarse porque fueron infiltradas por las
filosofías griegas y el judaísmo fundamentalista. Entonces el pastor
Timoteo estaba enfrentando un problema que lo superaba. Pablo le
escribió diciéndole: “Como te rogué que te quedases en Éfeso,
cuando fui a Macedonia, para que mandases a algunos que no
enseñen diferente doctrina…” (1 Timoteo 1:3). Necesitamos
desarrollar una capacidad de diagnóstico que nos permita saber
cuáles son las cosas diferentes que comienzan a enquistarse en
nuestra pedagogía. Esto determinará nuestra praxis y afectará
nuestro ministerio. Estas cosas son diferentes al modelo de
economía para la Iglesia que Dios estableció en el Nuevo
Testamento.

Orar con discernimiento


En esta epístola, Pablo dice que debemos orar de acuerdo al
diseño del Reino para que “todos los hombres sean salvos y vengan
al conocimiento de la verdad”. Estas son las dos etapas del
conocimiento de Dios y describen la tarea que debemos realizar
como ministerio:

1. Que la persona sea salva


2. Que la persona acceda al pleno conocimiento de la verdad

26
El Reino de Dios

Si no se cumplen estos dos puntos, corremos el riesgo de


tener congregaciones llenas de personas salvas pero ignorantes. El
pleno conocimiento de la verdad es la revelación del Nuevo Pacto, la
economía neo-testamentaria de Dios, el Reino y la Gracia. Somos
ministros competentes de un Nuevo Pacto. Tenemos que llegar al
pleno conocimiento de la Verdad y esto se refleja en el diálogo que
tuvo Jesús con Nicodemo. La palabra Nicodemo (Necodemus) es un
término compuesto “neco, victoria y demus, pueblo”. Este nombre
estaba diseñado a la medida de este hombre, porque toda esa casta
religiosa trabajaba desde una jerarquía diseñada para alcanzar “la
victoria sobre el pueblo”. Es el formato de las congregaciones
tradicionales, donde existe un grupo dirigente y un clero que
ministra, pero el resto de la gente no tiene injerencia alguna en la
vida congregacional. Esto anuló el desarrollo de cada creyente y
mutiló su ministerio personal.

Entre maestros…
Este personaje vino a Jesús de noche para tener una
conversación de maestro a Maestro. Jesús le respondió: “¿Eres tu
maestro en Israel?”. Con esta pregunta inclinó el campo de juego a
su favor, antes de comenzar la conversación. Nicodemo comenzó
mal porque la motivación que lo llevó hasta Jesús esa noche se
concentró sólo en los milagros. El problema de la gente que no está
en el Reino es que depositó su fe en los milagros. Hay dos tipos de
personas: Las que tienen fe en los milagros y las que tienen fe para
producirlos. Cuando el milagro se va, también se va la fe basada en
el milagro. Necesitamos averiguar cuál
es nuestro nivel de fe para determinar El pleno conocimiento
si nos estamos basando en los milagros de la verdad es la
u operamos en la fe de Dios para revelación del Nuevo
producirlos. Pacto.

Agua y Espíritu
Jesús comenzó el diálogo diciendo: “Si no naces de agua y
del Espíritu, no puedes ver el Reino”. A partir de ese momento,
Nicodemo quedó fuera de la dimensión del diálogo, aunque en

27
Escuela de Liderazgo de Avanzada

su mente seguía creyendo que hablaba con Jesús. Cuando uno


comienza a ser guiado por el Espíritu a la revelación del Reino,
también se expondrá nuestra estupidez humana. Nunca sabremos
cuánta estupidez hay en nuestra mente hasta que no recibamos una
revelación clara del mensaje del Reino. Nicodemo preguntó:
“¿Cómo un hombre siendo viejo puede entrar nuevamente en el
vientre de su madre y volver a nacer?”. Una persona con dos dedos
de frente jamás habría hecho semejante pregunta; parece ser que
cuánto más brillantes sean los intelectuales de la fe ante los hombres,
más torpes se vuelven respecto al Reino de Dios.

Esta es la razón por la cual debemos aprender a ser como los


pequeñitos si queremos abrazar la revelación del Reino de Dios. El
gran obstáculo es justamente todo lo que aprendimos desde los
institutos bíblicos. Jesús volvió a parar a Nicodemo en el punto
central del tema: El Reino. Esa noche Jesús estableció dos principios:
“El Reino y el Nuevo Nacimiento”. Se limitó a mencionarlos, pero
nunca se los explicó a Nicodemo. La conversación terminó con una
sentencia que dejó abrumado al pobre escriba de la ley: “el viento
sopla... mas no sabes de dónde viene ni hacia dónde va”. Hubo un
Nicodemo que ocupó un lugar protagónico en esta historia, pero el
síndrome de este buen hombre se repite permanentemente en la
Iglesia a lo largo de todas las generaciones hasta hoy. En realidad lo
que Jesús le dijo a Nicodemo fue: “Al viento sólo lo puedes oír o
sentir; en otras palabras, el Reino nunca es un concepto acabado,
debe ser una experiencia de revelación permanente en tu espíritu”.

Podemos tomar notas hasta de los suspiros del predicador y


aún así estar fuera del Reino, porque el tema tiene que ver con
“nacer” y es “una experiencia traumática que cambiará nuestra vida
para siempre”. Debemos orar para que el Señor alumbre nuestro
entendimiento espiritual y poder entender la supereminente
grandeza de su poder. Debemos desarrollar una expectativa santa
que en algún momento algo vamos a experimentar en nuestro
espíritu y se producirá un avance en nuestra vida.

28
El Reino de Dios

Declare conmigo: “Señor, necesito volver a experimentarte para


entrar en la dimensión del Reino”.

Diferencias fundamentales
Los cuatro evangelios fueron escritos con un objetivo de
Reino; sólo Mateo y Lucas contienen la genealogía del Rey. La
diferencia entre estas dos genealogías es que la de Mateo comienza
con Abraham y la de Lucas con Adán. La diferencia entre Abraham
y Adán es que él fue creado, pero Abraham fue llamado. El Reino no
es para los creados, sino para los llamados. Desde Génesis 1 a
Génesis 11, Dios intentó trabajar con la raza creada y no pudo, por
eso abandonó definitivamente al “género de los creados”. En
Génesis 12 comienza a tratar con el “género de los llamados”. El
Reino no le pertenece al género de los creados, sino al género de los
llamados. Pablo dice que si somos de Cristo, ciertamente linaje de
Abraham somos y herederos según la promesa. Esto implica que el
género de los llamados es engendrado por el Espíritu.

Juan el Bautista tuvo el ministerio de la recomendación:


recomendó a Jesús y lo bautizó en el Jordán. Deberíamos
preguntarnos:

• ¿Por qué Jesús quería bautizarse, si Juan bautizaba para


arrepentimiento?
• ¿De qué tenía que arrepentirse Jesús?
• ¿Quién bautizó a Juan?

Cuando Jesús descendió a las aguas del Jordán, Juan le pidió


que lo bautizara a él, pero el Maestro le dijo: “Es necesario que me
bautices para que cumplamos con toda Justicia”. Lo que ocurrió en
el Jordán fue un asunto de Reino.

Semejanza de muerte
Pablo plantea el tema del bautismo en Romanos 6:5: “Porque
si fuimos plantados juntamente con Él en la semejanza de su muerte,
así también lo seremos en la de su resurrección”. No sé si alguna vez

29
Escuela de Liderazgo de Avanzada

pensamos que fuimos plantados en la semejanza de la muerte de


Jesús. Yo fui plantado juntamente con Él en la semejanza de su
muerte y también lo seré en la semejanza de su resurrección. En
realidad, en el original griego está diciendo: “Crecemos en la
semejanza de su muerte y crecemos en la semejanza de su
resurrección”. Tenemos la imagen de Jesús en el Jordán donde debía
ser sepultado porque necesitaba resucitar. Todo el ministerio del
Reino se implementa en la resurrección. Por tanto, el bautismo de
resurrección que da comienzo a su ministerio necesitaba tener una
señal de resurrección. Jesús era la resurrección antes que lo
crucificaran, por eso le dijo a Marta en Betania: “Yo soy la
resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto vivirá”
(Juan 11:25). El poder de la resurrección de Cristo; actúa
poderosamente en nosotros. En el Reino sólo opera lo que ha muerto
y resucitó con Cristo, esa es una experiencia tangible.

Cumplir la justicia
Jesús le dijo a Juan: “Deja ahora, porque así conviene que
cumplamos toda justicia. Entonces le dejó” (Mateo 3:15). Jesús no le
habló a Juan, porque ningún hombre puede cumplir la justicia de
Dios, sino porque estaba expresando al Padre, al Hijo y al Espíritu
Santo. También el bautismo fue una señal del cumplimiento de la
justicia y esto tiene que ver con el Reino. Ninguna justicia se cumplió
en las aguas del Jordán; la justicia se cumplió en la Cruz, pero este
fue sólo un anticipo. Jesús les impartió a sus discípulos la Gran
Comisión en Mateo 28 luego de resucitar y no antes; porque sin
resurrección no se podía establecer esta impartición. Era necesario
que Cristo muriera y resucitara, para que en ese poder real y regio
podamos realizar la tarea del Reino y manifestarla en estos días. La
Cultura del Reino consiste en cuidar a los demás. Somos ciudadanos
del Reino para cuidar a otros. Si no entendemos esto, nuestro
propósito aún no se nos reveló. Una de las manifestaciones del
Reino se produce a través de gente que desarrolla una vida capaz de
cuidar y nutrir a otros.

Declare conmigo: “Ya tengo la realidad del Reino dentro de mí, pero

30
El Reino de Dios

ahora veré la manifestación del Reino a través de mi vida”.

Enfoque correcto
El problema de la Iglesia en tiempos de Pablo era su
predisposición a juzgar a otros y enredarse en temas éticos. Pablo
dice en Romanos 14:1: “Recibid al débil en la fe, pero no para
contender sobre opiniones”. Romanos 14:17 dice: “… porque el
reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz y gozo en el
Espíritu Santo”. En el evangelio de Mateo vemos la expresión “el
Reino de los cielos”, pero en Marcos, Lucas y Juan figura como “el
Reino de Dios”. El Reino de Dios es tan eterno como Él mismo. El
Reino de los Cielos es un fragmento de tiempo contenido dentro del
Reino de Dios; comenzó con la Iglesia y lleva 2000 años
transcurriendo. Para los que estudian la escatología, este Reino
abarcará el milenio. Es un período de tiempo contenido dentro del
Reino eterno de Dios. Hay mucha gente en el Reino de Dios que
todavía no entró al Reino de los cielos, porque esta dimensión es sólo
para los vencedores. Desde el día que nacimos de nuevo, somos
parte del Reino de Dios, porque es eterno. El Reino de los Cielos
depende de nuestra capacidad de gestión, nuestra manera de
entender el ministerio personal y nuestra tarea para este tiempo.

Declaración: “Declaro que en mi país se levantarán congregaciones


de Reino por todos lados y yo seré un propagador del mensaje del
Reino”.

Auto preserva
Mateo 7:1-6 dice: “No juzguéis, Desde el día que
para que no seáis juzgados. Porque con nacimos de nuevo
el juicio con que juzgáis, seréis somos parte del Reino
juzgados, y con la medida con que de Dios porque es
medís, os será medido. ¿Y por qué eterno.
miras la paja que está en el ojo de tu
hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo? ¿O
cómo dirás a tu hermano: Déjame sacar la paja de tu ojo, y he aquí la
viga en el ojo tuyo? ¡Hipócrita! saca primero la viga de tu propio ojo,

31
Escuela de Liderazgo de Avanzada

y entonces verás bien para sacar la paja del ojo de tu hermano. No


deis lo santo a los perros, ni echéis vuestras perlas delante de los
cerdos, no sea que las pisoteen, y se vuelvan y os despedacen”.

El pasaje de Mateo 7 y 8 tiene que ver con cuidar a los demás,


porque en el Reino “todos cuidamos de todos”. Tenemos tantos
problemas en las congregaciones locales porque la gente trabaja y
opera desde una mentalidad eclesial y no desde el Reino. En la
medida en que el Reino nos sea revelado, tendremos menos
problemas en la gestión de nuestro llamado en la Iglesia. Cuando
operemos desde la mentalidad gubernamental del Reino, no
perderemos tiempo haciendo preguntas como las de Nicodemo. Por
su propia naturaleza, el Reino siempre operará en nosotros. Si
tuviéramos que hacer una constitución (todo Reino tiene una) y
leyéramos la antigua y la nueva ley, Jesús dijo: “Oísteis que fue
dicho: No cometerás adulterio. Pero yo os digo que cualquiera que
mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón”
(Mateo 5:27-28). Jesús derogó la constitución de Israel y escribió la
constitución del Reino. Si cumplir la vieja constitución era difícil,
¡imagínese caminar al paso de la nueva! Nadie calificaría por sí
mismo.

In fraganti
Luego continúa diciendo: “Oísteis que fue dicho a los
antiguos: No matarás; y cualquiera que matare será culpable de
juicio. Pero yo os digo que cualquiera que se enoje contra su
hermano, será culpable de juicio; y cualquiera que diga: Necio, a su
hermano, será culpable ante el concilio; y cualquiera que le diga:
Fatuo, quedará expuesto al infierno de fuego” (Mateo 5:21-22). En la
antigua constitución, para pecar había que cometer materialmente
la transgresión. Pero en la nueva, aunque no hayamos consumado el
acto, sólo por desearlo ya cometimos una transgresión. En el pasaje
de Mateo 5:48, Jesús remata este pensamiento de la siguiente
manera: “Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que
está en los cielos es perfecto”. Y aquí es donde queda fuera nuestra
carne, nuestra voluntad y todos los esfuerzos humanos.

32
El Reino de Dios

Romanos 8:2-3 dice: “Porque la ley del Espíritu de vida en


Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte.
Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la
carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a
causa del pecado, condenó al pecado en la carne…”. Si tuviéramos
que redactar una constitución para el reino de los perros,
¿estableceríamos que todo perro debería ser bilingüe? Esto sería
absurdo, porque no es compatible con la naturaleza canina. La
constitución de cualquier reino debe ser compatible con la
naturaleza de los individuos que lo componen. Lo único que nos
habilita para estar a la altura de la constitución del Reino es la vida
que Dios le impartió a nuestro espíritu. La constitución del Reino no
está basada en nuestra vida humana, sino en la vida divina que nos
fue transferida por medio del Espíritu Santo.

Los principios correctos


Tratar con gente es un asunto muy serio porque nos puede
matar. ¿Alguna vez tuvo instintos asesinos pastoreando gente?
Necesitamos aprender a tratar a la gente bajo los principios del
Reino y no por el marketing gerencial o las técnicas psicológicas de
moda. Si tratar con gente es difícil, ¡cuánto más será cuidarlos y
alimentarlos! Nuestro contacto con la gente se debe basar en los
principios del Reino. La intención de Dios es que nos cuidemos unos
a otros y nos olvidemos de nosotros mismos. Para ello debemos
renunciar a la costumbre de juzgar. Mateo 9:9-13 nos presenta un
claro ejemplo de este juicio religioso: “Pasando Jesús de allí, vio a un
hombre llamado Mateo, que estaba sentado al banco de los tributos
públicos, y le dijo: Sígueme. Y se levantó y le siguió. Y aconteció que
estando él sentado a la mesa en la casa, he aquí que muchos
publicanos y pecadores, que habían venido, se sentaron juntamente
a la mesa con Jesús y sus discípulos. Cuando vieron esto los fariseos,
dijeron a los discípulos: ¿Por qué come vuestro Maestro con los
publicanos y pecadores? Al oír esto Jesús, les dijo: Los sanos no
tienen necesidad de médico, sino los enfermos. Id, pues, y aprended
lo que significa: Misericordia quiero, y no sacrificio. Porque no he
venido a llamar a justos, sino a pecadores, al arrepentimiento”.

33
Escuela de Liderazgo de Avanzada

Agentes de restauración
En el Reino se establece que si vamos a tratar con gente, no
debemos actuar como jueces sino como médicos. Donde hay
médicos habrá gente. La gente no quiere estar en los tribunales o con
los jueces. Si queremos expandir el Reino, necesitamos deshacernos
del juez que llevamos por dentro. Ahora mismo debemos tomar
autoridad sobre el juez que llevamos por dentro y declararnos
médicos del Reino. El pasaje de Romanos 14:1 dice: “Recibid al débil
en la fe, pero no para contender sobre opiniones”. El verso 10 dice:
“Pero tú, ¿por qué juzgas a tu hermano? O tú también, ¿por qué
menosprecias a tu hermano? Porque todos compareceremos ante el
tribunal de Cristo”. El pasaje de Romanos 14:17 dice: “… porque el
Reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz y gozo en el
Espíritu Santo”. Pablo dice que mientras juzgamos a la gente, no
deberíamos olvidar que nosotros seremos juzgados en el “bema” (el
tribunal de Cristo).

Romanos 15:1-3 dice: “Así que, los que somos fuertes


debemos soportar las flaquezas de los débiles, y no agradarnos a
nosotros mismos. Cada uno de nosotros agrade a su prójimo en lo
que es bueno, para edificación. Porque ni aun Cristo se agradó a sí
mismo; antes bien, como está escrito: Los vituperios de los que te
vituperaban, cayeron sobre mí”.

Mateo 16:13-18 dice: “Viniendo Jesús a la región de Cesarea


de Filipo, preguntó a sus discípulos, diciendo: ¿Quién dicen los
hombres que es el Hijo del Hombre? Ellos dijeron: Unos, Juan el
Bautista; otros, Elías; y otros, Jeremías, o alguno de los profetas.
(Ninguno de los nombres es peyorativo. En el fondo lo están
comparando con gente grande, pero se quedaron cortos. Pedro tiene
una revelación del cielo). Él les dijo: Y vosotros, ¿quién decís que soy
yo? Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del
Dios viviente. Entonces le respondió Jesús: Bienaventurado eres,
Simón, hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi
Padre que está en los cielos. Y yo también te digo, que tú eres Pedro,
y sobre esta roca edificaré mi Iglesia; y las puertas del Hades no

34
El Reino de Dios

prevalecerán contra ella”.

La gente como Simón no edifica nada; pero los que tienen la


naturaleza de Pedro, sí. Los primeros representan al hombre natural
que aún no tuvo un encuentro con Jesucristo. El Señor le cambió el
nombre a Simón y lo llamó Pedro, porque para edificar la Iglesia se
necesita operar en la nueva naturaleza del Reino. En el pasaje de
Mateo16:19, Jesús confirmó este principio: “Y a ti te daré las llaves
del Reino de los cielos; y todo lo que atares en la tierra será atado en
los cielos; y todo lo que desatares en la tierra será desatado en los
Cielos”.

Las llaves
En este pasaje se habla de muchas llaves, pero Pedro usó dos
que fueron clave en su ministerio, permitiéndole abrir el evangelio a
los gentiles y desatar el derramamiento del Espíritu Santo. Estas dos
llaves activaron nuevas dimensiones para la manifestación del
Reino de Dios en la Tierra. El pasaje de Mateo16:21-23 dice: “Desde
entonces comenzó Jesús a declarar a sus discípulos que le era
necesario ir a Jerusalén y padecer mucho de los ancianos, de los
principales sacerdotes y de los escribas; y ser muerto, y resucitar al
tercer día. Entonces Pedro, tomándolo aparte, comenzó a
reconvenirle, diciendo: Señor, ten compasión de ti; en ninguna
manera esto te acontezca. Pero él, volviéndose, dijo a Pedro: ¡Quítate
de delante de mí, Satanás!; me eres tropiezo, porque no pones la
mira en las cosas de Dios, sino en las de los hombres”. Jesús les
declara que va a edificar la Iglesia y
luego les dice cuál será el método que En el Reino de Dios, el
utilizaría para hacerlo. Era necesario alma queda fuera del
que fuera a Jerusalén a morir, porque es contrato.
la única forma que existe para edificar a
la Iglesia. ¿Cómo aparece Satanás en el camino hacia la edificación
de la Iglesia? A través del alma aún no negada de Pedro. En el Reino
de Dios, el alma queda fuera del contrato.

Declare conmigo: “En los próximos años, Dios nos entregará

35
Escuela de Liderazgo de Avanzada

las llaves del Reino para abrir nuevas dimensiones que aún no
fueron abiertas en nuestros países”.

Espíritu vivificado
Si aún estamos en condiciones de desilusionarnos dentro del
ministerio, es porque todavía quedan áreas donde nuestra alma
tiene capacidad de decisión. Cuando Dios sopló aliento de vida en el
hombre, se convirtió en un alma viviente. Pero cuando nacemos del
agua y del Espíritu, ya no somos un alma viviente sino un espíritu
vivificado. Entender este punto es trascendental para manifestar el
Reino. Nuestra verdadera persona no es un alma viviente, sino el
espíritu vivificado. Cuando el Señor le dijo a Pedro que si quería
participar en la edificación de la Iglesia, primero debía negarse a sí
mismo; la expresión en griego sería “niega tu alma como persona,
porque ahora eres espíritu vivificado”. No somos un alma viviente,
somos espíritu vivificado, el asiento donde mora el Espíritu de Dios.
La diferencia entre el espíritu vivificado; y el alma es que el primero
es proactivo, mientras que el alma siempre será reactiva. Antes de
funcionar, primero el alma necesita que ocurra algo. Siempre que
recibimos una buena noticia se alegrará nuestra alma. Por eso María
dijo: “Engrandece mi alma al Señor; y mi espíritu se regocija en Dios
mi Salvador” (Lucas 1:46-47).

Hasta que no aprendamos a tratar con nuestra alma en el


Reino tendremos hondos problemas para tratar con la gente en el
ministerio. La negación del alma es fundamental para la edificación
de la Iglesia. La moda de tomarse un año sabático porque estamos
cansados, es como decir elegantemente que renunciamos a nuestra
gestión personal dentro del Reino. No existe nada mejor para
exponer nuestra naturaleza humana que pastorear gente. Un
escritor dijo: “Vivir en el cielo con los santos que amamos será una
gloria, pero vivir aquí abajo con los santos que conocemos es otra
historia”. Todo el mensaje del Nuevo Pacto es “si vivimos en el
Espíritu, debemos andar por el Espíritu”. Esto implica poner
nuestra mente en el Espíritu para caminar, cantar, servir, etc, desde
esta perspectiva. Porque el Reino de los cielos es un asunto

36
El Reino de Dios

esencialmente del Espíritu. Hemos descubierto al enemigo ¡está


dentro de nosotros!

El ego herido
Mateo 7:7 dice: “¡Hipócrita! saca primero la viga de tu
propio ojo, y entonces verás bien para sacar la paja del ojo de tu
hermano”. La viga en nuestro ojo representa a nuestro “ego” herido.
En el Reino, estar herido es una violación a la constitución. No se
puede estar herido en el Reino. ¿Cómo es posible que a Pablo lo
metieran en la profundidad de una cárcel amarrado con un cepo y a
medianoche se pusiera a cantar? Eso no es natural, no es normal y
demanda un ejercicio del espíritu a un nivel muy elevado, donde
ninguna cosa que nos rodea podrá afectar nuestro mundo interior.
El ministerio es el lugar ideal para vivir amargado, manipular a la
gente o morir antes de tiempo. Necesitamos con urgencia aprender a
movernos en la dimensión del Espíritu.

Las dificultades
Mateo 7:13-14 dice: “Entrad por la puerta estrecha; porque
ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y
muchos son los que entran por ella, porque estrecha es la puerta, y
angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan”.
Muchos de nosotros hemos visto el cuadro donde aparece el camino
ancho y el camino angosto. El Señor nos dice que cuidar a los demás
y alimentarlos tiene que ver con una vida estrecha. Pero la estrechez
no viene para complicarnos la vida. No existe un campeón en
cualquier disciplina que no haya transitado por el camino estrecho.
Lionel Messi llegó a ser un dotado del fútbol porque superó una
dificultad física. El camino estrecho es para maximizar nuestro
trabajo en el cuidado de la gente. ¿Por qué menciona la puerta
primero y después el camino? Porque en el trato con la gente,
primero debemos cruzar hacia una nueva dimensión para luego
transitar la metodología o el camino del Reino. Si alguien quiere
venir a mi casa, primero debe tomar el camino correcto y luego
llegar hasta la puerta. Pero en el Reino las cosas funcionan al revés,
primero debemos cruzar la Puerta y después transitamos por

37
Escuela de Liderazgo de Avanzada

el Camino. Primero ingresamos a la dimensión del Espíritu y luego


atravesamos el proceso; el método que usemos para tratar con la
gente debe ser dirigido por Dios.

Tres pasos
Existen tres pasos que el Señor estableció para
desarrollarnos en este proceso: “Pedir, buscar y golpear”. Cuando
ministramos a la gente bajo el concepto del Reino, no podremos
hacerlo solos o como nos parezca. Debemos hacerlo según los
parámetros del Reino y pedir, buscar y golpear para que pueda
manifestarse individualmente en nuestra vida. Pedir es una oración
común donde parece que no hay respuesta de Dios. Pero si
perseveramos, entonces debemos llamar y esto nos habla de una
mayor intensidad. Cuando tenemos problemas con los líderes o con
la gente, ya no podemos navegar en “piloto automático”. Si en este
segundo paso todavía no sentimos una dirección clara, entonces
necesitamos golpear y esto significa que ya estamos encima de la
respuesta. Aunque estamos confrontando con la oposición de las
tinieblas, golpear implica estar a punto de recibir la solución cuando
se abra la puerta.

Ministros del Nuevo Pacto


Este pasaje tiene que ver con el modelo para ser ministros en
el Nuevo Pacto. Colosenses 1:24-29 dice: “Ahora me gozo en lo que
padezco por vosotros, y cumplo en mi carne lo que falta de las
aflicciones de Cristo por su cuerpo, que es la iglesia; de la cual fui
hecho ministro, según la administración de Dios que me fue dada
para con vosotros, para que anuncie cumplidamente la palabra de
Dios, el misterio que había estado oculto desde los siglos y edades,
pero que ahora ha sido manifestado a sus santos, a quienes Dios
quiso dar a conocer las riquezas de la gloria de este misterio entre los
gentiles; que es Cristo en vosotros, la esperanza de gloria, a quien
anunciamos, amonestando a todo hombre, y enseñando a todo
hombre en toda sabiduría, a fin de presentar perfecto en Cristo Jesús
a todo hombre; para lo cual también trabajo, luchando según la
potencia de él, la cual actúa poderosamente en mí”. Pablo habla de

38
El Reino de Dios

padecer y completar. Dice que nuestro ministerio tiene que ver con
dos cosas: “Completar lo que falta del padecimiento de Cristo por la
edificación de la Iglesia y completar la palabra de la revelación”.
Esto es necesario para que podamos completar la Palabra y
completar lo que falta de las aflicciones de Cristo por su Cuerpo, la
Iglesia.

Hay dos tipos de aflicciones relacionadas con la Iglesia:

1. Las aflicciones de la Cruz


Cuando Cristo murió en la Cruz, donde fue afligido y
golpeado, esa obra fue consumada. No podemos agregarle o
quitarle nada, el Señor concluyó su obra redentora en la Cruz.
Efesios 2:8-9 dice: “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe;
y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que
nadie se gloríe”. Por tanto, la obra redentora en la Cruz es una tarea
exclusivamente de Cristo, donde nosotros no tenemos participación
alguna.

2. Las aflicciones de Cristo


Cuando participamos de las aflicciones de Cristo,
completamos lo que falta para la edificación de su Cuerpo, la Iglesia.
En este tiempo se está manifestando una nueva revelación de la
Palabra del Reino. No es normal gozarse mientras padecemos. No es
común pedir por la mañana que nos vengan padecimientos para
poder gozarnos en el Señor. Necesitamos aprender a movernos en
un nivel de revelación del Reino que nos permita cuidar a la gente,
mientras aprendemos a gozarnos cuando debamos padecer. El
Reino de los cielos es justicia, paz y gozo, por eso no debemos
permitir que nadie nos robe el gozo de la Iglesia. Cuando ganamos
gente nos amarán, pero cuando comencemos a edificarlos, seguro
nos resistirán.

Mateo 16:18 dice: “Y yo también te digo que tú eres Pedro y


sobre esta roca edificaré mi Iglesia; y las puertas del Hades no
prevalecerán contra ella”. Cada vez que comencemos a edificar algo
en el Reino de Dios, las puertas del infierno se levantarán en contra

39
Escuela de Liderazgo de Avanzada

nuestra. En el Reino, el tema es que todos sean salvos y vengan al


conocimiento de la Verdad. Definitivamente somos edificadores;
por tanto, no podemos movernos en la dimensión del alma, sino en
la autoridad del Espíritu Santo.

40
CAPÍTULO TRES

“¿Sucesores o herederos?”

Ing. Guillermo Virginillo

F uimos indoctos en muchas áreas, aunque esta palabra


suene muy fuerte. Cuando estudiamos y adquirimos
conocimientos, nunca sabemos cuándo los vamos a utilizar.
Un problema que vemos hoy en la educación, es que a los docentes
se los dejó de llamar con ese título. Ahora se los define como:
“Trabajadores de la educación”. Cierta vez hablaba con una maestra
y le decía que cada vez que la llamaran trabajadora de la educación,
debía rechazar esas palabras porque estaban ofendiendo su mente y
el don redentivo que Dios le impartió para concretarlo a través de la
enseñanza. Ese mismo espíritu fue permeando las congregaciones, a
tal punto que el conocimiento muchas veces llegó a ser un conflicto
que impide formar un pueblo que conozca la Palabra de Dios.

Cuando uno estudia diferentes materias en algún curso


piensa: “En algún momento las voy a utilizar”; aunque quizá nunca
las vayamos a usar. Cuando compramos un auto viene con una
rueda de auxilio. Si debemos cambiar una rueda y el auto es nuevo,
con toda seguridad tendremos problemas con el gato, porque nunca
antes lo habíamos usado. La falta de práctica complicó un trámite
simple. Esto mismo ocurre con la palabra de Dios. Podemos conocer
muchos versículos y seguir preguntándonos: “¿Por qué en mi vida
aún no se activó este versículo? ¿Debo desecharlo o lo guardo en mi
espíritu?”.

El pasaje de Proverbios 10:14 dice: “El que es sabio atesora el


conocimiento” y Proverbios 10:17 dice: “El que atiende a la
corrección va camino a la vida; el que la rechaza se pierde”. Salomón

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Escuela de Liderazgo de Avanzada

resalta que el único camino para la sabiduría es guardar la


instrucción. Hoy es muy difícil encontrar un alumno que al llegar de
la escuela nos diga “amo a mi maestro”. Pero esto no fue siempre así.
Los que pasamos por la educación primaria hace no muchos años,
recordamos con cariño a alguna maestra que marcó nuestra vida y
quedó ligada a nosotros de alguna manera.

Necesitamos redimir esto en la formación de la Iglesia


actual. Las “Escuelas de Liderazgo de Avanzada” tienen dos
conceptos: “Uno que va hacia nuestra persona y otro a redimir la
educación de la tierra donde habitamos”. Este conocimiento que
viene por la Palabra de Dios traerá verdadera libertad a nuestras
naciones. El pasaje de Job 12:12 dice: “Entre los ancianos se halla la
sabiduría; en los muchos años, el entendimiento”. Cuando practico
tenis frente a un frontón; cada vez que le pego a la pelota puedo
predecir por dónde regresará. Esto es posible porque el muro está
quieto y es lo mismo que ocurrió con la Iglesia durante años.
Durante años estuvimos aprendiendo como si estuviéramos frente a
un frontón cuando analizábamos cada versículo de las Escrituras y
cómo implementarlo. El problema es que en la vida real no se juega
frente a un frontón y permanentemente aparecerá una realidad que
nos hará reaccionar de una forma distinta. Por eso, muchas veces el
tenista se tira al piso porque hubo una jugada que no estaba prevista.
La Iglesia tiene que acceder a este tipo de entrenamiento.

Hoy en día los equipos electrónicos también se crean con el


sistema de prueba y error. Es muy difícil romper un celular o una
computadora porque están fabricados a prueba de errores. La
Iglesia fue educada para trabajar por el método de prueba y error,
pero debe llegar el momento que aprendamos por lo que nos enseña
la Palabra. Cuando un cristiano fue impartido mediante el evangelio
de la prueba y el error, es muy probable que ante el primer error no
vuelva a congregarse.

Quiero abordar el tema de sucesores o herederos. Estas son


dos palabras similares, pero tienen un significado muy diferente. En
la Biblia no es tan fácil encontrar la palabra sucesor, pero es muy
42
¿Sucesores o Herederos?

común hallar la palabra heredero. Romanos 8:14 dice: “Porque


todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, son hijos de Dios”.
La primera condición que Dios nos pone para que podamos
empezar a entender la magnitud de su Reino es saber que somos sus
hijos. Si vamos a hablar de herencia y herederos, es importante
sentirnos parte del Reino, porque es lo que vamos a impartir.

¿Quién es heredero?
En el concepto Latino tradicional, es una realidad a la que
esperamos acceder cuando alguien muere. Algunas veces una
herencia se transformará más en un conflicto que en una bendición,
porque no se sabe para qué recibimos lo que heredamos. Pero
debemos retener la Palabra de Romanos 8:15: “Y ustedes no
recibieron un espíritu que de nuevo los esclavice al miedo, sino el
Espíritu que los adopta como hijos y les permite clamar: ¡Abba!
¡Padre!”. En primer lugar, debemos saber que el Padre nos está
reconociendo como hijos, pero también nos asegura: “Y si somos
hijos, somos herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo,
pues si ahora sufrimos con él, también tendremos parte con él en su
gloria” (Romanos 8:17). En otras palabras, si somos hijos de Dios,
somos reyes y tenemos derecho a recibir una herencia. Pero si
tenemos una herencia, es vital saber “para qué la tenemos”.

Cuando vemos el diseño de los automóviles, podemos ver


que los nuevos modelos siguen el concepto de los anteriores. En
otras palabras, los constructores buscan que el auto conserve la
genética del anterior. El auto fue
En otras palabras, si creado para transportar personas y
somos hijos de Dios, tuvo un valor de uso, pero un mínimo
somos reyes y tenemos valor de estima. Hoy en día, los autos
derecho a recibir una tienen un confort tan grande que el
herencia. valor de estima es muy superior al
valor de uso, donde no sólo queremos
transportarnos sino lucirnos. Toda esta genética está presente en
cada modelo sucesor. Si compramos un Mercedes-Benz (uno de los
primeros automóviles), podremos ver que conserva la genética del

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Escuela de Liderazgo de Avanzada

primer modelo: El auto nos debe seguir transportando.

Cuando consideramos la herencia que Dios nos quiere


entregar a través de su Reino, necesitamos entender cuál es el diseño
que estableció desde el principio para continuar edificando según el
propósito para el cual nos creó. En este punto la palabra heredero
nos confronta con pensamientos que no fueron siempre bien
tratados dentro de la Iglesia. La palabra heredero muchas veces nos
hizo apáticos, porque como ya teníamos la herencia de Dios,
asumimos que podíamos hacer con ella lo que quisiéramos. Esto fue
lo que ocurrió con el hijo pródigo cuando pidió su herencia y el
padre se la entregó. Pero este hombre no entendió que una herencia
lleva consigo un espíritu que va mucho más allá de la plata o las
riquezas que nos pueda transmitir. Una herencia nos tiene que
posicionar como sucesores de nuestro padre, porque él llegó hasta
un punto y a nosotros nos toca continuar edificando esa obra.

Dios no menciona la palabra sucesor


En todo momento Dios da por entendido que si recibimos
una herencia en el Reino, así como la recibimos de gracia, debemos
entregarla por gracia. Cuando recibimos una herencia y no sabemos
para qué, estamos metidos en un grave conflicto. Hoy la Iglesia debe
saber para qué está en la tierra y para qué Dios mandó a su Hijo a
morir por la humanidad. En este sentido se nos inculcó demasiado al
Dios de la salvación y muy poco al redentor. La diferencia entre
ambos es abismal. Necesitamos entender que cuando se nos imparte
sólo al Dios de la salvación, nos quedamos detenidos en una
estación. El Dios de la salvación, llevado a un plano muy práctico, es
como un guardavida que nos rescata del mar porque nos estamos
ahogando. Pero luego de rescatarnos nos dejará en la playa y nunca
nos llevará hasta nuestra casa.

Nos falta entender al Cristo de la redención, el que una vez


que nos salvó, se quitará las vestiduras de guardavida y se colocará
las de Maestro para “enseñarnos a caminar y manifestar nuestro
propósito en la vida”. En la congregación de Manantial de Vida

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¿Sucesores o Herederos?

siempre se declaró a Córdoba como una ciudad redentiva; no como


una ciudad de salvación. Esta es una declaración muy fuerte, porque
habla de algo que vamos a tener que ejecutar como reyes, porque ya
tenemos el uniforme y la libertad para accionar.

Así como en nuestra vida accionamos con el don redentivo,


debemos saber que estamos en una congregación diseñada para
redimir las mentes de las personas, fundamentalmente a través de
las Escuelas de Liderazgo. Muchos de los que se contactan con las
ELA, incluso luego de mantenerse al margen del proceso educativo
del Reino durante varios años, necesitan saber que en este lugar se
deben redimir las mentes. Un lugar donde el Espíritu debe ser
tratado de tal manera que la persona vuelva a pensar como un
alumno para poder aprender. Pero también un lugar donde debe
llegar el momento cuando esa acción impartida en su vida lo
transforme en un redentor para otros; el actor principal y no un actor
de reparto.

En psicología se estudia el “alter ego”, algo así como ocupar


otra posición que no es la que somos. Muchas veces decimos “voy a
mi trabajo, me pongo el uniforme de trabajador y me olvido quién
soy”. El problema es que la Palabra dice que debemos ser una sola
persona, aunque tengamos varios uniformes: “Cuando estamos en
el trabajo, en la Congregación, en nuestra casa, etc”. En todos estos
casos parece como si cada lugar hiciera de nosotros personas
diferentes. El apóstol Pablo logra meter dentro de sí mismo a Cristo
cuando dice: “He sido crucificado con Cristo, y ya no vivo yo sino
que Cristo vive en mí. Lo que ahora vivo en el cuerpo, lo vivo por la
fe en el Hijo de Dios, quien me amó y dio su vida por mí” (Gálatas
2:20).

Aquí asume el papel protagónico, el problema es que


durante muchos años la Iglesia sólo tuvo actores de reparto. Cuando
debemos manifestar al Rey que habita en nosotros, ya no hay actores
de reparto, sólo actores principales. En cuanto a la herencia, al decir
que somos reyes deberíamos preguntarnos qué herencia estamos

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Escuela de Liderazgo de Avanzada

dejando como tales. Cuando leemos las Crónicas podemos ver la


calidad de la herencia que David le dejó a Salomón para construir el
templo y la lista es impresionante. Pero no sólo le dejó riquezas,
también le impartió una instrucción: “Te dejo todo esto para que
construyas el templo del Señor”.

Toda herencia siempre debe contar con la palabra “para”. El


Señor nos hizo herederos para concretar un propósito eterno y
cuando nos paramos en la posición del Rey, debemos saber cómo
manifestarlo en lo natural. Todos los padres tratamos de llevar a
nuestros hijos hacia la Iglesia como un primer nivel de instrucción,
porque queremos dejarles un legado. Pero pocas veces nos sentamos
con ellos para decirles: “Te dejo las riquezas que me dio el Señor
para…”. Cada vez que Dios nos da algo, primero estableció para qué
nos lo quiere dar. Es precioso entender que Dios nos dejó a su Hijo y
nos hizo co-herederos junto con él. En el Antiguo Pacto, la palabra
herencia hace referencia al esperma o semilla. Pero cuando Cristo
celebró la última cena con sus discípulos, hizo lo que llamo “un
cambio de banda presidencial”. Básicamente les dijo: “Esto se los
dejo porque me voy. Son mis herederos y esto seguirá hasta donde
ustedes lo sigan”. No les dejó propiedades, oro o plata; por eso nos
costó entender la comisión. Pero nos dejó una herencia maravillosa:
“Su propia vida y a través de ella nos impartió su Espíritu”.

Cuando decimos que somos herederos de la gracia y no lo


vemos como algo físico o tangible, nos costará entender la herencia.
Ser herederos de la gracia es tener una herencia infinitamente
superior a la que David le dejó a Salomón. Nos cuesta entender
porque somos carnales; no dejamos de ser almas vivientes para ser
espíritus vivificados. Pero cuando se nos revele que nuestra
herencia es la gracia, nos vamos a sorprender porque es algo
increíblemente grande. Como padres, siempre pensamos en la
herencia que les dejaremos a nuestros hijos. Pero la mejor herencia
es que Cristo pueda pasar de generación en generación. Ahí es
donde un sucesor se transforma en una persona activa. Los
abogados separan las palabras heredero y sucesor. El actor

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¿Sucesores o Herederos?

Ricardo Fort representa a un heredero: “No hace nada, pero es


heredero”. Por eso los abogados hablan de sucesores cuando se
refieren a la continuidad de una empresa. Esto hace que un heredero
puede que no sea un sucesor. Dios quiere que seamos herederos y
sucesores; en otras palabras, que seamos activos y accionemos para
impartir.

Desde tiempos antiguos, en Europa lo más importante es


saber cuál es el título nobiliario de cada persona. Surgen grandes
conflictos entre la realeza cuando un príncipe se une a una persona
sin linaje. Inventan diversas historias para resistir esta situación
porque conocen el peso de sumar a su casa el linaje de otra casa. Ese
linaje será transmitido para gobernar la casa desde ahí en adelante.
Para los príncipes, el manejo de la política sucesoria es
importantísimo porque de ello depende la permanencia o no de la
casa en el tiempo. Entonces, si somos reyes, necesitamos
preguntarnos qué tipo de herencia estamos dejando. Proverbios
13:22 dice: “El hombre de bien deja herencia a sus nietos; las riquezas
del pecador se quedan para los justos”. La palabra nos anima a dejar
herencia y Proverbios nos dice que ésta es multi-generacional. Dios
quiere que le transmitamos a nuestra descendencia la gracia que nos
impartió. Los hijos quieren tener herencia de los padres, pero no sólo
una herencia material sino una impartición de nuestro espíritu. La
cultura del consumismo hace que sean pocas las cosas materiales de
valor que les podemos dejar a nuestros hijos.

Pero es interesante que aprendamos a sembrar en los hijos el


concepto de herencia. En la Iglesia no entendemos la dimensión de
este concepto. Pero para manifestar el Reino de Dios es necesario
que la casa paterna nos imparta el concepto de herencia. Proverbios
17:2 dice: “El siervo sabio gobernará al hijo sinvergüenza y
compartirá la herencia con los otros hermanos”. Para Dios la
herencia es tan importante que si los hijos no la tomamos, seremos
gobernados por un siervo. Dios no concibe la manifestación del rey
sin un concepto claro de lo que implica ser un heredero, un sucesor y
formar parte de un linaje.

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Escuela de Liderazgo de Avanzada

Las empresas familiares proliferaron en nuestros países y es


interesante ver los conflictos que tienen. En este sentido hemos visto
que cuando una empresa perdura más allá de la tercera generación,
es prácticamente imposible que se destruya. En el mundo, las
empresas que pasaron la tercera generación siguen siendo líderes,
porque aún sin saberlo activaron un principio espiritual (el de la
tercera y cuarta generación). El 95% de las pequeñas empresas
presentan conflictos familiares. Esto mismo ocurre en la Iglesia
donde domina el alma viviente y generalmente se presentan
conflictos tremendos. El régimen sucesorio familiar pone en serio
riesgo la unidad patrimonial y el espíritu de trascendencia; saben
que una familia que tiene el concepto adecuado de herencia,
impartirá un espíritu de trascendencia.

Noé y el arca
Cuando se desató el diluvio, Noé se embarcó sólo con su
familia. Dios nunca va a establecer un diseño eterno en la tierra sin
pensar en nuestros hijos. Usted puede pensar que sus hijos son un
desastre porque no quieren congregarse, pero sepa que Dios no nos
concibió sin la generación siguiente. El proyecto que está sobre
nuestra vida incluye a nuestros hijos. Por eso no podemos pensar en
las ELA sin contemplar la formación de los niños, porque debemos
cuidar el espíritu de trascendencia. Cada vez que analizamos la
herencia aparecerá la palabra gobierno. El Salmo 37:29 dice: “Los
justos heredarán la tierra y por siempre vivirán en ella”. Cuando el
Señor nos quiere dar el Edén por herencia en la tierra,
nos quiere entregar el gobierno de
todo. Hasta las bestias reconocerán que La herencia viene con
somos hijos de Dios. La herencia viene la autoridad delegada,
con la autoridad delegada, pero no sólo pero no sólo para
para disfrutarla sino para gobernarla disfrutarla sino para
con sabiduría. gobernarla con
sabiduría.
La forma del sucesor
Debemos distinguir la forma del sucesor. Isaías 43:1 dice:

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¿Sucesores o Herederos?

“Pero ahora, así dice el Señor, el que te creó, Jacob, el que te


formó…”. Somos creados y formados por la mano de Dios. “No
temas Israel porque yo te redimí” (aquí Dios actúa como formador).
Formador es el que sabe empezar algo. Cuando el Señor nos revela y
nos muestra los principios de gobierno en cada ELA, actúa como un
formador dentro de este principio. Se planteó que de nada sirve una
visión sin la implementación. Jeremías 51:19 dice: “La porción de
Jacob no es como aquéllos; su Dios es el creador de todas las cosas.
Su nombre es el Señor Todopoderoso; Israel es la tribu de su
heredad”. Necesitamos un formador y un sucesor, alguien que nos
forme y alguien que continúe lo que comenzamos, porque para todo
necesitamos sucesores. En la herencia de Dios somos sucesores y
actores principales. Cristo no está físicamente presente en la tierra
pero estamos nosotros, aunque nos cuesta mucho creerlo.

Isaías 65:9 dice: “De Jacob sacaré descendientes, y de Judá, a


los que poseerán mis montañas. Las heredarán mis elegidos, y allí
morarán mis siervos”. La frase “herederos de mis montes” implica
una función de gobierno. El Señor tomó un heredero y lo estableció
en el monte, un lugar de gobierno. Dios piensa que la herencia que
nos está dejando es para gobernar. Aquí es donde se manifiesta el
Reino y necesitamos “entender de una vez por todas que ya no
somos uno más, porque Dios siempre verá en nosotros a alguien
llamado a gobernar”. El sucesor es aquel que precede de alguien y
está en posición de gobierno para seguir actuando. Romanos 4:13
dice: “En efecto, no fue mediante la ley como Abraham y su
descendencia recibieron la promesa de que él sería heredero del
mundo, sino mediante la fe, la cual se le tomó en cuenta como
justicia”.

El linaje
Debemos incorporar el concepto de linaje, porque está muy
unido al de heredero. La carta a los Gálatas dice que cuando el
heredero es niño, en nada difiere del esclavo. Una de las cosas que
tratamos de impartir en las mentes de biblioteca en lugares como las
ELA, es que la gente se anime a madurar. Una cosa es que nuestro

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Escuela de Liderazgo de Avanzada

espíritu se mantenga como un niño dispuesto a recibir las cosas del


Reino, pero nos hemos negado a actuar con madurez. Cuando
actuamos como niños descontrolados, el Señor dice que somos
como esclavos. Necesitamos trabajar mucho con estos conceptos,
porque el apóstol Lucas Márquez nos impartió que necesitamos ser
niños, pero creo que debemos aprender a ser adultos. Aquí vemos
un conflicto aparente y de eso se tratan las ELA. El resto que nos falta
para entender, debemos buscarlo directamente en el corazón de
Dios. Solo por revelación nos podemos abrir a estos pensamientos.

El pasaje de Juan 8:31-44 describe una confrontación entre


los judíos y Jesús. “Jesús se dirigió entonces a los judíos que habían
creído en él, y les dijo: Si se mantienen fieles a mis enseñanzas, serán
realmente mis discípulos; y conocerán la verdad, y la verdad los
hará libres. Nosotros somos descendientes de Abraham, le
contestaron, y nunca hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo puedes
decir que seremos liberados? Ciertamente les aseguro que todo el
que peca es esclavo del pecado, respondió Jesús. Ahora bien, el
esclavo no se queda para siempre en la familia; pero el hijo sí se
queda en ella para siempre. Así que si el Hijo los libera, serán
ustedes verdaderamente libres. Yo sé que ustedes son
descendientes de Abraham. Sin embargo, procuran matarme
porque no está en sus planes aceptar mi palabra. Yo hablo de lo que
he visto en presencia del Padre; así también ustedes, hagan lo que
del Padre han escuchado. Nuestro padre es Abraham, replicaron. Si
fueran hijos de Abraham, harían lo mismo que él hizo”.

“Ustedes, en cambio, quieren matarme, ¡a mí, que les he


expuesto la verdad que he recibido de parte de Dios! Abraham
jamás haría tal cosa. Las obras de ustedes son como las de su padre.
Nosotros no somos hijos nacidos de prostitución, le reclamaron. Un
solo Padre tenemos, y es Dios mismo. Si Dios fuera su Padre, les
contestó Jesús, ustedes me amarían, porque yo he venido de Dios y
aquí me tienen. No he venido por mi propia cuenta, sino que él me
envió. ¿Por qué no entienden mi modo de hablar? Porque no pueden
aceptar mi palabra. Ustedes son de su padre, el diablo, cuyos deseos

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¿Sucesores o Herederos?

quieren cumplir. Desde el principio éste ha sido un asesino, y no se


mantiene en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando miente,
expresa su propia naturaleza, porque es un mentiroso. ¡Es el padre
de la mentira!”. Gracia y verdad nunca pueden ir separadas. Como
hijos, nacimos para quedarnos en la casa de Papá para siempre y
reinar con Él. El linaje tiene que ver con nuestra casa, nuestra
primera raíz.

Hechos 7:13 dice: “En la segunda, José se dio a conocer a sus


hermanos y el faraón supo del origen de José”. Dios le abrió los ojos
al Faraón para que conociera el linaje de José. Entendió que cuando
venimos del linaje de Dios estamos para salvar la tierra. Tenemos
que entender que somos linaje de Dios y en el lugar donde nos
ponga, será para reinar junto con los poderosos de la tierra.

1 Pedro 2:9 dice: “Pero ustedes son linaje escogido, real


sacerdocio, nación santa, pueblo que pertenece a Dios, para que
proclamen las obras maravillosas de aquel que los llamó de las
tinieblas a su luz admirable”.

Apocalipsis 5:9 dice: “Y entonaban este nuevo cántico:


Digno eres de recibir el rollo escrito y de romper sus sellos, porque
fuiste sacrificado, y con tu sangre compraste para Dios gente de toda
raza, lengua, pueblo y nación”.

Cambalache (estado de desorden y caos absoluto)


Cuando aprendí la letra de este tango me di cuenta que a
veces hay profetas en la tierra que nunca pisaron la Iglesia. Enrique
Santos Discépolo escribió este tango en el año 1935. A principios del
Siglo XX no había baños y en esos años se repartían Biblias gratis en
una sociedad que se declaraba 98% católica. A las personas que
recibían esas Biblias les gustaba el papel, entonces las ponían en el
baño. En esta mañana quiero redimir el concepto de que no somos
parte del linaje del cambalache, somos parte del Reino de Dios. La
Palabra debe volverse una herencia en nuestras vidas. Muchos
hermanos se sembraron sin conocernos para que alguien nos

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Escuela de Liderazgo de Avanzada

entregara una Biblia. Necesitamos estudiar e inquirir para que nos


sea revelado el Reino que queremos manifestar. No debemos usar
más la Palabra para lo vil, porque Dios nos redimió de todo linaje
para que podamos gozarnos en su presencia.

52
CAPÍTULO CUATRO

“Transferir la semilla, transfiere la vida”

Apóstol Lucas Márquez

J esús dijo que la dinámica de transferir el conocimiento de su


Palabra se compara a un sembrador que salió a sembrar. Este
no es el concepto griego de impartir conceptos teóricos, sino
que al impartir la semilla se transfiere vida. Se requiere que el oyente
sea buena tierra para que se produzca el efecto deseado. Debemos
tener una capacidad de diagnóstico para avanzar en su propósito.

Génesis 13:14-18 dice: “Después de que Lot se separó de


Abram, el Señor le dijo: Abram, levanta la vista desde el lugar donde
estás, y mira hacia el norte y hacia el sur, hacia el este y hacia el oeste.
Yo te daré a ti y a tu descendencia, para siempre, toda la tierra que
abarca tu mirada. Multiplicaré tu descendencia como el polvo de la
tierra. Si alguien puede contar el polvo de la tierra, también podrá
contar tus descendientes. ¡Ve y recorre el país a lo largo y a lo ancho,
porque a ti te lo daré! Entonces Abram levantó su campamento y se
fue a vivir cerca de Hebrón, junto al encinar de Mamré. Allí erigió un
altar al Señor”.

El Antiguo Testamento contiene sombras y figuras que en el


Nuevo Pacto se transformaron en realidades. Israel se dedicó a
matar filisteos y amurallar ciudades; esto no significa que vaya a
aparecer un filisteo en el patio de nuestra casa. Todas las cosas que
en el Antiguo Pacto fueron externas, bajo el Nuevo Pacto son una
realidad interior. Las verdaderas batallas hoy se pelean en el alma y
el espíritu. Creo que hoy nos involucramos en una tarea gigantesca
sin tener crédito en muchas cosas; es decir, nuestro depósito de
revelación. En la mayoría de los retos nos quedamos cortos porque

53
Escuela de Liderazgo de Avanzada

no tenemos el “plus interno” requerido para afrontar la dimensión


de la tarea. Todas las batallas se ganan o se pierden en nuestro
corazón. Cualquier victoria que queramos alcanzar en el Reino, en
primer lugar debemos concretarla en nuestro ser interior.

Todas las batallas de Israel fueron motivadas por el dominio


de un pequeño espacio de tierra. Si miramos el mapa de Israel, es
más pequeño que la provincia de Córdoba y nos cuesta entender
cómo Dios pudo armar tanto escándalo, cuando Él creó los planetas,
las galaxias y todo el universo. ¿Por qué Dios pelea tanto por esa
extensión de tierra tan pequeña? Moisés, Josué y los profetas de la
restauración consagraron sus vidas peleando por un minúsculo
pedazo de tierra. Israel no tiene industria petrolera, pero está
rodeado de naciones árabes que flotan sobre yacimientos de
petróleo impresionantes. Pero lo que para ellos fue la conquista de
Canaán, para nosotros implica ganar a Cristo y este es el punto en
cuestión.

Hechos 17:28 dice: “… puesto que en él vivimos, nos


movemos y existimos. Como algunos de sus propios poetas griegos
han dicho: De él somos descendientes”. La tierra es de Cristo y
podemos resumir el negocio del Reino en invertir nuestras vidas
para ganarlo a Él.

Filipenses 3:8-9 dice: “Es más, todo lo considero pérdida por


razón del incomparable valor de conocer a Cristo Jesús, mi Señor.
Por él lo he perdido todo, y lo tengo por estiércol, a fin de ganar a
Cristo y encontrarme unido a él. No quiero mi propia justicia que
procede de la ley, sino la que se obtiene mediante la fe en Cristo, la
justicia que procede de Dios, basada en la fe”. Hay un Cristo al cual
accedemos gratuitamente, pero hay otro que debemos ganar. Uno lo
recibimos como un regalo, pero al otro lo necesitamos conquistar.
Cristo es nuestro, pero tenemos que ganarlo. Hay una dimensión de
Cristo en el Reino que debemos ganar.

Filipenses 3:12 dice: “No es que ya lo haya conseguido todo,

54
Transferir la Semilla, Transfiere la Vida

o que ya sea perfecto. Sin embargo, sigo adelante esperando


alcanzar aquello para lo cual Cristo Jesús me alcanzó a mí”. Cristo es
el objetivo más importante en la vida del Reino. La mayor conquista
en el Reino no es material sino espiritual. Si tenemos a Cristo, lo
tenemos todo, porque estamos completos en Aquel que es la cabeza
de todo principado y potestad. Necesitamos recibir una revelación
de la dimensión de Cristo como Rey.

Filipenses 3:10 dice: “Lo he perdido todo a fin de conocer a


Cristo, experimentar el poder que se manifestó en su resurrección,
participar en sus sufrimientos y llegar a ser semejante a él en su
muerte”.

Colosenses 2:6-7 dice: “Por eso, de la manera que recibieron


a Cristo Jesús como Señor, vivan ahora en él, arraigados y edificados
en él, confirmados en la fe como se les enseñó y llenos de gratitud”.

Si vivimos en Rosario, no podemos andar por las calles de


Córdoba; es preciso encontrarnos físicamente en esta ciudad para
transitar por sus calles. Al vivir en esta dimensión llamada Cristo
podemos andar en Él. No vivimos en una nación determinada,
vivimos en Cristo. En el Reino nuestras realidades son intangibles y
espirituales.

1 Corintios 10:1-4 dice: “No quiero que desconozcan,


hermanos, que nuestros antepasados estuvieron todos bajo la nube
y que todos atravesaron el mar. Todos
ellos fueron bautizados en la nube y en En el Reino nuestras
el mar para unirse a Moisés. Todos realidades son
también comieron el mismo alimento intangibles y
espiritual y tomaron la misma bebida espirituales.
espiritual, pues bebían de la roca
espiritual que los acompañaba, y la roca era Cristo”. Pablo señala
que el verdadero alimento que comemos no forma parte de nuestro
almuerzo; es espiritual y es el Cristo resucitado que nos fue
impartido como vida.

55
Escuela de Liderazgo de Avanzada

Efesios 3:17-19 dice: “… para que por fe Cristo habite en sus


corazones. Y pido que, arraigados y cimentados en amor, puedan
comprender, junto con todos los santos, cuán ancho y largo, alto y
profundo es el amor de Cristo; en fin, que conozcan ese amor que
sobrepasa nuestro conocimiento, para que sean llenos de la plenitud
de Dios”. Esto afirma que nuestra bendición es ilimitada. Dios le dijo
a Abraham y a Moisés que la tierra donde los introducía era buena y
ancha. Tenemos la tendencia de llamar bueno a cualquier cosa, pero
cuando Dios dice que algo es bueno, describe una realidad que no
admite discusión.

Declaración: “Los próximos años seremos introducidos en


una realidad buena y ancha. ¡Viviremos en un esfera de amplitud y
riquezas ilimitadas!”

La incredulidad nos puede llevar a achicar la medida en la


que disfrutamos a Cristo. Juan 1:15-16 dice: “Juan dio testimonio de
él, y a voz en cuello proclamó: Éste es aquel de quien yo decía: El que
viene después de mí es superior a mí, porque existía antes que yo. De
su plenitud todos hemos recibido gracia sobre gracia…”.

Plenitud significa infinito


Cuando nos paramos en la orilla del océano tenemos una
imagen de lo que significa la plenitud. Podemos sacar agua del
océano con una cuchara o un vaso y no lo afectaremos en lo más
mínimo. El océano es una representación de la plenitud. Nosotros
determinamos la medida en la que disfrutaremos a Cristo. Los
israelitas disfrutaron a Cristo en tres medidas:
1. El maná
2. El cordero
3. La tierra
Cuando salieron de Egipto comieron el Cordero y con la
sangre pintaron los dinteles de las puertas de sus casas. Esa es una
medida de disfrutar a Cristo. El Cordero nos sirve para Egipto, pero
no para entrar en la tierra prometida.

56
Transferir la Semilla, Transfiere la Vida

La meta no es el Cordero, sino la tierra prometida. Cuando


predicamos salvación para que la gente sea librada del infierno, les
enseñamos a las personas a disfrutar del Cordero. En el desierto
disfrutaron el maná y esto fue bueno dentro de ese contexto. El maná
representa el alma, el órgano que empleamos para expresarnos,
pero nuestra verdadera persona es espíritu. Lo único que nos
capacita para negar el alma es un espíritu vivificado con Cristo,
donde nuestro espíritu se integró al Espíritu Santo.

1 Corintios 6:17 dice: “Pero el que se une al Señor se hace uno


con él en espíritu”. Cuando Pablo le escribió a Timoteo, le dijo que el
Señor estuviera con su espíritu.

Mateo 28:19-20 dice: “Por tanto, vayan y hagan discípulos


de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del
Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a obedecer todo lo que les he
mandado a ustedes. Y les aseguro que estaré con ustedes siempre,
hasta el fin del mundo”. El Señor está en el aire, habita en nuestro
espíritu. Debemos negar nuestra alma como persona, pero no como
órgano. El alma es un órgano que nos permite expresar y manifestar
lo que está ocurriendo en nuestro espíritu. Pero no somos alma,
somos espíritu vivificado. La palabra maná significa: “¿Qué es
esto?”. Caleb y Josué vivieron en medio de una generación rebelde.
Pablo dice que comían del alimento espiritual y esto tiene que ver
con la revelación. Dos millones de personas se levantaban todas las
mañanas, recogían el maná en sus canastos y lo comían. Pero nunca
se les reveló que el maná y la Roca que los seguía eran una
representación material de Cristo. Pero Josué y Caleb tenían otro
espíritu y se les reveló que al alimentarse, estaban comiendo y
bebiendo a Cristo. Años más tarde pudieron declarar que estaban
tan fuertes como el primer día, porque supieron disfrutar del
alimento y la bebida espiritual verdaderas.

Declaración: “El alimento y la bebida espiritual nos


sostendrán fuertes mientras atravesamos el día de la batalla”.
El maná es bueno pero no es la meta, el objetivo final es la tierra.

57
Escuela de Liderazgo de Avanzada

El maná es bueno pero no es la meta, el objetivo final es la


tierra.

Filipenses 3:13-14 dice: “Hermanos, no pienso que yo mismo


lo haya logrado ya. Más bien, una cosa hago: olvidando lo que queda
atrás y esforzándome por alcanzar lo que está delante, sigo
avanzando hacia la meta para ganar el premio que Dios ofrece
mediante su llamamiento celestial en Cristo Jesús”.

Cantares 2:12-15 dice: “Sus ojos parecen palomas posadas


junto a los arroyos, bañadas en leche, montadas como joyas. Sus
mejillas son como lechos de bálsamo, como cultivos de aromáticas
hierbas. Sus labios son azucenas por las que fluye mirra. Sus brazos
son barras de oro montadas sobre topacios. Su cuerpo es pulido
marfil incrustado de zafiros. Sus piernas son pilares de mármol que
descansan sobre bases de oro puro. Su porte es como el del Líbano,
esbelto como sus cedros”. Este pasaje habla de la mujer sunamita
que quería conquistar al rey.

La primera figura con la que se compara al rey es: “Como las


yeguas de los carros de Faraón”. Las yeguas eran egipcias y esto
quiere decir que mucha gente está buscando al Señor a través de
procesos humanos. Esta es la forma que nos enseñó la religión, atada
a los sistemas psicológicos y a los libros de autoayuda. Es imposible
conectar a la tierra con nuestros sistemas, usando los procesos de las
yeguas del Faraón. La segunda figura es una paloma. Esta es mejor
que una yegua, pero aún tiene voluntad propia. La tercera es el lirio
y aquí estamos más encaminados, porque esta flor no tiene voluntad
propia. La cuarta es la comparación de la mujer con una columna en
el templo. Aunque no tiene voluntad, está en el templo y lo sostiene.
¡Somos columnas y baluartes de la verdad!

El Reino
En el Reino necesitamos columnas que renuncien a su
opinión personal, porque no tienen peculiaridad. La opinión es una
manifestación de nuestro yo. Tengo la plena convicción de que

58
Transferir la Semilla, Transfiere la Vida

al Reino sólo entrarán los muertos. Pablo habla de dos tipos de “yo”:
el que vive en Cristo y el que está muerto en Cristo.

Gálatas 2:20 dice: “He sido crucificado con Cristo, y ya no


vivo yo sino que Cristo vive en mí. Lo que ahora vivo en el cuerpo, lo
vivo por la fe en el Hijo de Dios, quien me amó y dio su vida por mí”.
Pablo habla de un yo natural crucificado y otro que está crucificado
con Cristo. En un momento, Pedro le dijo: “Tú eres el Cristo” y esta
fue una revelación. Pero en otro momento, le dijo: “No vayas a
Jerusalén” y esta fue sólo una opinión. Nosotros pensamos de la
misma manera. Aunque caminamos en la revelación, gran parte del
día nos movemos sólo en las opiniones; entonces oscilamos y somos
híbridos en todo lo que emprendemos.

Ezequiel 20:40-42 dice: “Porque en mi monte santo, el monte


elevado de Israel, me adorará todo el pueblo de Israel; todos los que
habitan en el país. Yo, el Señor, lo afirmo. Allí los recibiré, y exigiré
sus ofrendas y sus primicias, junto con todo lo que quieran
dedicarme. Cuando yo los saque a ustedes y los reúna de todas las
naciones y pueblos donde estarán esparcidos, en presencia de las
naciones los recibiré como incienso agradable y les manifestaré mi
santidad. Y cuando yo los lleve a la tierra de Israel, al país que con la
mano en alto había jurado a sus antepasados que les daría, entonces
reconocerán que yo soy el Señor”. Dios les entregó una tierra alta.
Canaán está situado entre los 600 y los 1300 metros de altura y tiene
mar a ambos lados, el Mar Mediterráneo y el Mar Muerto. Los mares
tipifican las aguas de la muerte. Es una
tierra elevada, como una figura del En el Reino nuestras
Cristo resucitado y ascendido. realidades son
Dios hace cinco cosas con Israel en las intangibles y
alturas: espirituales.
1. Me servirán
2. Los aceptaré
3. Demandaré vuestras ofrendas
4. Demandaré las primicias de vuestros dones
5. Los aceptaré como incienso agradable

59
Escuela de Liderazgo de Avanzada

Todos los dones y el ministerio quíntuple (apóstoles,


profetas, maestros, pastores y evangelistas), fueron impartidos en el
Cristo ascendido.

Efesios 4:8 dice: “Por esto dice: Cuando ascendió a lo alto, se


llevó consigo a los cautivos y dio dones a los hombres”. Cada vez
que operamos en alguna gracia o don, esa es la manifestación del
poder de Cristo en los lugares donde hay necesidad. No podemos
presumir de conocer al Cristo del Reino, desconociendo el poder de
su resurrección.

Filipenses 3:10 dice: “Lo he perdido todo a fin de conocer a


Cristo, experimentar el poder que se manifestó en su resurrección,
participar en sus sufrimientos y llegar a ser semejante a él en su
muerte”. La resurrección define la eficacia de todo lo que hacemos.
Dios llevó a Israel hacia Canaán, una tierra asentada sobre las aguas
de la muerte.

Deuteronomio 8:7-10 dice: “Porque el Señor tu Dios te


conduce a una tierra buena: tierra de arroyos y de fuentes de agua,
con manantiales que fluyen en los valles y en las colinas; tierra de
trigo y de cebada; de viñas, higueras y granados; de miel y de
olivares; tierra donde no escaseará el pan y donde nada te faltará;
tierra donde las rocas son de hierro y de cuyas colinas sacarás cobre.
Cuando hayas comido y estés satisfecho, alabarás al Señor tu Dios
por la tierra buena que te habrá dado”.

Deuteronomio 11:11-12 dice: “En cambio, la tierra que van a


poseer es tierra de montañas y de valles, regada por la lluvia del
cielo. El Señor su Dios es quien la cuida; los ojos del Señor su Dios
están sobre ella todo el año, de principio a fin”.
La tierra es buena porque tiene agua:

1. Manantiales: Definen el origen del agua.


2. Fuentes: Define donde se almacena el agua.
3. Arroyos: Definen los canales por donde fluye el agua.

60
Transferir la Semilla, Transfiere la Vida

Los manantiales, las fuentes y los arroyos describen la dinámica del


Espíritu Santo dentro de nosotros.

Juan 4:13-14 dice: “Todo el que beba de esta agua volverá a


tener sed, respondió Jesús, pero el que beba del agua que yo le daré,
no volverá a tener sed jamás, sino que dentro de él esa agua se
convertirá en un manantial del que brotará vida eterna”. La fuente
está dentro de nosotros.

Juan 7:37 dice: “En el último día, el más solemne de la fiesta,


Jesús se puso de pie y exclamó: ¡Si alguno tiene sed, que venga a mí y
beba! De aquel que cree en mí, como dice la Escritura, brotarán ríos
de agua viva”. Cuando la gente había abandonado toda la dinámica
de la religión y volvían vacíos a sus casas, Jesús se puso en pie y dijo:
El que tenga sed venga a Mí y beba. La historia del hombre comienza
ante un río que se reparte en cuatro brazos. Esto tiene que ver con el
mover del Espíritu, porque Dios puso al hombre frente a un río.

Ezequiel 47:1 dice: “El hombre me trajo de vuelta a la entrada


del templo, y vi que brotaba agua por debajo del umbral, en
dirección al oriente, que es hacia donde da la fachada del templo. El
agua corría por la parte baja del lado derecho del templo, al sur del
altar”.

Ezequiel 47:2 dice: “Luego el hombre me sacó por la puerta


del norte, y me hizo dar la vuelta por fuera, hasta la puerta exterior
que mira hacia el oriente; y vi que las aguas fluían del lado sur”.

Ezequiel 47:8 dice: “Estas aguas fluyen hacia la región


oriental, descienden hasta el Arabá, y van a dar al Mar Muerto.
Cuando desembocan en ese mar, las aguas se vuelven dulces”.

Ezequiel 47:9 dice: “Por donde corra este río, todo ser
viviente que en él se mueva vivirá. Habrá peces en abundancia
porque el agua de este río transformará el agua salada en agua dulce,
y todo lo que se mueva en sus aguas vivirá”.

61
Escuela de Liderazgo de Avanzada

Es muy probable que todos los que asisten a los seminarios y


conferencias de formación esperen recibir los cuatro puntos que les
permitan tener una “mega congregación”. Pero en realidad no
existen esos puntos; el crecimiento sólo será posible por medio de la
manifestación de la vida de Dios dentro de cada creyente. Cuando
está presente la vida de Dios, todo es posible y todo lo bueno va a
ocurrir, nada sucederá fuera de esta realidad. El Reino supone una
clase de vida, por eso Jesús le dijo a Nicodemo que debía nacer de
agua y del Espíritu.

Génesis
Dios formó al hombre del polvo de la tierra y sopló en él
aliento de vida. La palabra aliento significa “soplo de Dios”. Cuando
el soplo de Dios fue transferido a la nariz del hombre, se transformó
en el “espíritu humano”. Dios se llama aliento, pero cuando se vacía
dentro del hombre se llama “espíritu humano”. Dios puso el espíritu
humano dentro del hombre para que éste pueda contenerlo y
transformarse en su habitación. Dios quiere vivir en el hombre para
que sea la expresión y la manifestación de su Espíritu. Por esta razón
el Reino de los cielos es semejante a un sembrador que salió a
sembrar la semilla.

Jesús se identificó a sí mismo como la “semilla” y dijo:


“Ciertamente les aseguro que si el grano de trigo no cae en tierra y
muere, se queda solo. Pero si muere, produce mucho fruto” (Juan
12:24). Él fue sembrado en nuestro espíritu como una semilla para
poder formarse dentro de nosotros y transformarnos en el canal
correcto para representar a Dios. Somos reyes para expresarlo y
sacerdotes para manifestarlo. Este es el negocio de Dios. La co-
inherencia describe en fenómeno donde dos elementos o cosas
pueden existir juntas. En otras palabras, cómo una cosa puede
existir en la otra.

Juan 17:9-10 y 22-25 dice: “Ruego por ellos. No ruego por el


mundo, sino por los que me has dado, porque son tuyos. Todo lo que
yo tengo es tuyo y todo lo que tú tienes es mío; y por medio de ellos

62
Transferir la Semilla, Transfiere la Vida

he sido glorificado… Yo les he dado la gloria que me diste, para que


sean uno, así como nosotros somos uno: yo en ellos y tú en mí.
Permite que alcancen la perfección en la unidad, y así el mundo
reconozca que tú me enviaste y que los has amado a ellos tal como
me has amado a mí. Padre, quiero que los que me has dado estén
conmigo donde yo estoy. Que vean mi gloria, la gloria que me has
dado porque me amaste desde antes de la creación del mundo.
Padre justo, aunque el mundo no te conoce, yo sí te conozco y éstos
reconocen que tú me enviaste”.

“Como Jesús vivía por el Padre,


todos los que comieran de Él también vivirían por Él;
esto describe lo que llamo co-inherencia”

En el Reino debemos abandonar el concepto de Iglesia como


una organización y asumir el concepto de un “organismo vivo”.
Todo lo que ocurre en el Reino es orgánico, no es organizacional
porque la organización no tiene nada que ver con el Reino. Todo lo
orgánico está vivo, sólo lo que está dentro de nosotros es nuestra
vida; nada de lo que está fuera puede serlo. Por definición, la vida
siempre debe ser interna.

Colosenses 3:4 dice: “Cuando Cristo, vuestra vida, se


manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con él en
gloria”. El Reino no puede ser manifestado si Cristo no es
manifestado a través de nuestra vida.
El Reino no puede ser A veces esperamos que ocurra
manifestado si Cristo algo en el aire, pero la manifestación
no es manifestado a del Reino es de adentro hacia afuera.
través de nuestra vida. Jesús manifestó el Reino en algunas
A veces esperamos que cosas. Por ejemplo, cuando declaró:
ocurra algo en el aire, “Si Yo echo fuera demonios, es
pero la manifestación porque el Reino ha llegado a
del Reino es de adentro vosotros”. En esos días, la plenitud de
hacia afuera. la manifestación era echar fuera
demonios.

63
Escuela de Liderazgo de Avanzada

Colosenses 1:13 dice: “Él nos libró del dominio de la


oscuridad y nos trasladó al Reino de su amado Hijo…”. Cada vez
que desechamos alguna obra del diablo de nuestra vida,
inmediatamente se manifestará el Reino. Cada vez que por el
Espíritu hacemos morir las obras de la carne, el Reino se manifiesta
en nuestra vida, en nuestra casa y en nuestra ciudad. Los Fariseos le
preguntaron a Jesús: “Señor, ¿cuándo vendrá el Reino?”. El Reino no
vendría de la manera como lo esperaban los Fariseos. Tenemos una
manera muy religiosa de esperar el Reino, por eso necesitamos
bajarnos urgente de esa nube de fantasía. El Reino no vendrá con
advertencias, ni lo hará de una manera que podamos verlo. Jesús les
dijo: “El Reino ya está entre vosotros”.

Declaración: “Si el Rey está en nosotros, entonces el Reino


habita en nuestro ser”.

Cuando el Reino se manifieste en plenitud en la tierra, se


cumplirá lo que dijo el apóstol Pablo: “… porque fue sometida a la
frustración (vanidad). Esto no sucedió por su propia voluntad, sino
por la del que así lo dispuso…” (Romanos 8:20). La tierra fue creada
para darle propósito a la gente del Reino, pero por más de 2000 años
le estuvo entregando sus riquezas a la gente sin propósito. La
manifestación de la tierra depende de nuestra manifestación, así que
no le podemos facturar nuestra frustración a otra persona.

Hebreos 4:12 dice: “Ciertamente, la palabra de Dios es viva y


poderosa, y más cortante que cualquier espada de dos filos. Penetra
hasta lo más profundo del alma y del espíritu, hasta la médula de los
huesos, y juzga los pensamientos y las intenciones del corazón”.

Romanos 12:1 dice: “Por lo tanto, hermanos, tomando en


cuenta la misericordia de Dios, les ruego que cada uno de ustedes,
en adoración espiritual, ofrezca su cuerpo como sacrificio vivo,
santo y agradable a Dios. No se amolden al mundo actual, sino sean
transformados mediante la renovación de su mente. Así podrán
comprobar cuál es la voluntad de Dios, buena, agradable y

64
Transferir la Semilla, Transfiere la Vida

perfecta”. El apóstol Pablo habla de la renovación de la mente como


condición ineludible para tener una vida compatible con la Iglesia.
El problema es que las experiencias del alma se parecen mucho a las
del Espíritu. En el Antiguo Pacto, los sacrificios estaban muertos;
pero en el Nuevo Pacto, ¡los sacrificios están vivos! Este sacrificio es
para poder funcionar en la vida de la Iglesia.

Hoy en algunos lugares vemos mucha manipulación


almática, pero nunca debemos manipular a las personas. El Reino de
los cielos es un negocio familiar porque nuestro Papá es el dueño de
todo. Jesús dijo que si buscamos y priorizamos el Reino en nuestra
vida, todas las demás cosas vendrán por añadidura. El Reino nunca
nos empobrecerá; cambiará nuestra mentalidad de pobreza para
sacarnos de cualquier estado de estancamiento. El Reino del cual
somos ciudadanos tiene el poder para añadirnos todo lo que nos
haga falta. La tierra es buena porque tiene agua; una representación
de la dinámica del Espíritu Santo dentro de nuestro ser. Jesús le dijo
a la mujer samaritana: “De tu interior correrán ríos de agua viva…”.
No existen los métodos ungidos, sino hombres revestidos por la
gracia de Dios. Establecemos el poder y la gloria de Dios porque
formamos parte de un Reino eterno.

Juan 7:37-38 dice: “En el último día, el más solemne de la


fiesta, Jesús se puso de pie y exclamó: ¡Si alguno tiene sed, que venga
a mí y beba! De aquel que cree en mí, como dice la Escritura, brotarán
ríos de agua viva”.

Apocalipsis 22:2 dice: “… y corría por el centro de la calle


principal de la ciudad. A cada lado del río estaba el árbol de la vida,
que produce doce cosechas al año, una por mes; y las hojas del árbol
son para la salud de las naciones”.

Salmo 1:1-3 dice: “Dichoso el hombre que no sigue el consejo


de los malvados, ni se detiene en la senda de los pecadores ni cultiva
la amistad de los blasfemos, sino que en la ley del Señor se deleita, y
día y noche medita en ella. Es como el árbol plantado a la orilla de

65
Escuela de Liderazgo de Avanzada

un río que, cuando llega su tiempo, da fruto y sus hojas jamás se


marchitan. ¡Todo cuanto hace prospera!”. Se refiere al hombre de la
ley que medita en ella día y noche; pero hoy la corriente está dentro
de nosotros. El río fluirá con aguas salutíferas y todo lo que toquen
cobrará vida. La única forma de que los ríos puedan correr
velozmente, es estando rodeados por montes y valles. Los arroyos
no pueden correr en un terreno plano; debe haber montes y valles.
Los montes son nuestras experiencias en el Cristo resucitado,
ascendido y glorioso. Pero en los valles nos identificamos con Él en
su muerte y su resurrección. En nuestro ministerio en el Reino
siempre habrá montes y valles.

2 Corintios 6:8-10 dice: “… por honra y por deshonra, por


mala y por buena fama; veraces, pero tenidos por engañadores;
conocidos, pero tenidos por desconocidos; como moribundos, pero
aún con vida; golpeados, pero no muertos; aparentemente tristes,
pero siempre alegres; pobres en apariencia, pero enriqueciendo a
muchos; como si no tuviéramos nada, pero poseyéndolo todo”.
Honra: monte y Deshonra: valle; Conocidos: monte y Desconocidos:
valle; Entristecidos: valle y Siempre gozosos: monte. Estos montes y
valles hacen que los arroyos del Espíritu puedan fluir correctamente
en nuestra vida. Cuando estemos en medio de un valle, necesitamos
abrir nuestros oídos porque el arroyo espiritual viene bajando para
hacernos fértiles y refrescar nuestra sequedad.

Filipenses 4:11: “No digo esto porque esté necesitado, pues


he aprendido a estar satisfecho en cualquier situación en que me
encuentre”. Los valles representan las experiencias de la Cruz; no
hay Reino sin pasar por la Cruz. Los montes son las experiencias en
el Cristo resucitado, la Cruz y el poder de la resurrección siempre
estarán actuando en nosotros.

La tierra es buena porque tiene alimentos


Deuteronomio 8:7-10: “Porque el Señor tu Dios te conduce a
una tierra buena: tierra de arroyos y de fuentes de agua, con
manantiales que fluyen en los valles y en las colinas; tierra de trigo

66
Transferir la Semilla, Transfiere la Vida

y de cebada; de viñas, higueras y granados; de miel y de olivares;


tierra donde no escaseará el pan y donde nada te faltará; tierra
donde las rocas son de hierro y de cuyas colinas sacarás cobre.
Cuando hayas comido y estés satisfecho, alabarás al Señor tu Dios
por la tierra buena que te habrá dado”. En el Antiguo Pacto todas las
bendiciones eran materiales. Cuando el sacerdote bendecía al
pueblo, las bendiciones eran terrenales: tierra, esclavos, oro, plata,
hijos o salud.

1 Corintios 1:30 dice: “Pero gracias a él ustedes están unidos


a Cristo Jesús, a quien Dios ha hecho nuestra sabiduría, es decir,
nuestra justificación, santificación y redención”. Tenemos sabiduría
para resolver asuntos materiales y espirituales. En el Nuevo Pacto
fuimos enriquecidos con toda bendición espiritual en Cristo Jesús.

Efesios 1:3-7 dice: “Alabado sea Dios, Padre de nuestro


Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en las regiones celestiales
con toda bendición espiritual en Cristo. Dios nos escogió en él antes
de la creación del mundo, para que seamos santos y sin mancha
delante de él. En amor nos predestinó para ser adoptados como hijos
suyos por medio de Jesucristo, según el buen propósito de su
voluntad, para alabanza de su gloriosa gracia, que nos concedió en
su Amado. En él tenemos la redención mediante su sangre, el
perdón de nuestros pecados, conforme a las riquezas de la gracia”.
Este pasaje menciona seis bendiciones espirituales que podemos
resumir en dos líneas principales: filiación y predestinación.

Entre todas las bendiciones que Dios nos prometió, las


menos importantes son las materiales, porque si entregó a su propio
Hijo por nosotros, ¡cómo no nos dará todas las demás cosas! Las
bendiciones espirituales tienen que emocionarnos más que las
materiales. Fuimos enriquecidos con toda bendición espiritual en
los lugares celestiales en Cristo Jesús. Debemos ser entrenados para
emocionarnos más por las cosas espirituales que por las materiales.
La verdadera bendición es intangible porque estamos completos en
Él.

67
Escuela de Liderazgo de Avanzada

Juan 12:24 dice: “Ciertamente les aseguro que si el grano de


trigo no cae en tierra y muere, se queda solo. Pero si muere, produce
mucho fruto”. Jesús se comparó con el trigo y la cebada. El trigo
representa al Cristo que muere y se multiplica. La cebada era el
primer grano que brotaba en Israel y representa la resurrección.

Levítico 23:10 dice: “… que les dijera a los israelitas: Cuando


ustedes hayan entrado en la tierra que les voy a dar, y sieguen la
mies, deberán llevar al sacerdote una gavilla de las primeras espigas
que cosechen”. El trigo representa al Cristo limitado y la cebada
representa la vivencia del Cristo ilimitado. Jesús vivió estas dos
etapas porque tenía la limitación de su madre, sus hermanos, sus
discípulos y los Fariseos; pero al mismo tiempo podía levantar sus
manos y detener una tempestad en medio del mar. Jesús estaba
limitado por el tiempo. En este tiempo vamos a experimentar tanto
lo limitado como lo ilimitado. Experimentaremos a Cristo como
trigo “limitado” y como cebada “ilimitado”.

Juan 6:7-9 dice: “Ni con el salario de ocho meses podríamos


comprar suficiente pan para darle un pedazo a cada uno, respondió
Felipe. Otro de sus discípulos, Andrés, que era hermano de Simón
Pedro, le dijo: Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de
cebada y dos pescados, pero ¿qué es esto para tanta gente?”. Cuando
experimentamos a Cristo como cebada, con cinco panes podremos
alimentar a quince mil personas. Debemos aprender a vivir dentro
del Reino, caminando en lo limitado y en lo ilimitado de Dios. Todos
estamos limitados por nuestras propias debilidades. En el Reino
tenemos una vida compatible con esos dos mundos. Estamos
entrenados y preparados para vivir tanto en lo limitado como en lo
ilimitado.

68
CAPÍTULO CINCO

“Necesidad, beneficios y riesgos de implementar


una visión de Dios” Parte II
Apóstol Juan Ballistreri

E vangelización: Es clave comprender que si todos vivimos en


la revelación de Dios respecto a la implementación de lo que
el Espíritu Santo nos impartió, veremos personas
literalmente rescatadas de las tinieblas y trasladadas al Reino de
Dios. La evangelización tiene que ver con alcanzar a los que no
conocen al Señor, pero bajo una dinámica donde “no nos perdamos”
mientras salvamos a otros. Creo que cuando hablamos de ganar y
consolidar personas, deberíamos concentrarnos en no
“desconsolidarnos” mientras ganamos a otros. Este no es un aspecto
de importancia relativa. A veces no nos damos cuenta de que la
dinámica de la manifestación del Reino tiene sus riesgos. Los débiles
mencionados en la Palabra no son tales porque oran poco; son los
que a pesar de tener una experiencia con Dios, no continuaron
retroalimentándose del Cuerpo. Si así como damos no aprendemos
a recibir y fortalecernos en el Señor, llegará el momento cuando
todos los que ministramos estarán bien, menos nosotros mismos.

Para nosotros es clave capturar la mecánica de la


implementación de la tarea de manifestar el Reino, porque esto será
clave para nuestras vidas. Dios nos rodeó con la gente correcta, pero
a veces no entendemos de manera corporativa lo que Él quiere hacer
en nuestra generación. Esta idea de un liderazgo jerárquico y eclesial
es muy dañina a la hora de ver la manifestación de la visión de Dios
sobre la tierra. Desde el momento que consideramos al liderazgo
como una jerarquía, se desactivará todo lo que Dios quiere hacer en
nuestra generación. Todos tenemos una tendencia almática a
jerarquizar la fe. Considero que esta será mi tarea puntual e incisiva

69
Escuela de Liderazgo de Avanzada

con los pastores y líderes durante los próximos años dentro de la


Iglesia.

Si como Cuerpo entendemos y asumimos esta


responsabilidad, podremos liderar a hombres y mujeres dentro de
la Iglesia con las diferentes gracias que vemos en los ministros que
nos edifican. El problema es que muchas veces estas imparticiones
no se logran capitalizar porque la gente no asume su
responsabilidad en la concreción de la obra del Señor en la tierra.
Todas las congregaciones serían más efectivas si contaran con
personas que discipulen con el mismo nivel de revelación que los
apóstoles, profetas y maestros de nuestro tiempo. Toda
congregación normal debe producir estas gracias del Espíritu y
moverse en la revelación de la Palabra. Mirar para atrás no tiene
sentido, porque sólo podremos cambiar las cosas que vendrán.
Necesitamos involucrarnos en la reconciliación de todas las cosas,
porque en Cristo esto ya es una realidad. La Palabra que se está
predicando en las naciones prioriza la importancia de reunir todas
las cosas en Cristo.

Durante el año 2012 nos afirmamos en la siguiente palabra


profética: “Si tienen muchas cosas para realizar, lo más probable es
que sean ineficientes, porque los hijos de Dios hacen una sola cosa en
la vida”. Nuestra única tarea en el Reino es enfocarnos en Cristo:
“Recibir la impartición de su persona, crecer en Él y manifestar esa
realidad”. Los creyentes no tenemos muchas más cosas para hacer.
Pablo dijo: “Una cosa hago”. Si los pastores y los líderes nos
comprometemos con esta verdad, donde todas las actividades que
realizamos se enfoquen en Cristo, las congregaciones se
mantendrán enfocadas en su propósito eterno. Si al final del día
hicimos muchas cosas, pero no cosechamos la paz que esas cosas
debían producir para mejorar y maximizar la vida de Cristo en
nosotros y en otros; esas actividades no nacieron en el corazón de
Dios.
Esto demuestra los graves errores que solemos cometer a la
hora de implementar una visión del Reino. Cada escuela debe

70
Necesidad, beneficios y riesgos de implementar una visión de Dios

complementar y crear un mayor nivel de entendimiento sobre lo que


sucedió en nuestras vidas a lo largo del año. ¿Cuánto tiempo
dedicamos a evaluar las cosas que nos sucedieron? La Palabra nos
evalúa y vamos entendiendo que hay cosas que debemos cambiar,
porque la revelación viene para producir un efecto en nuestras
vidas. Necesitamos considerar cuánto del contenido de nuestra
agenda está marcado por la revelación de Dios, especialmente los
que tenemos la responsabilidad de implementar la visión del Reino
en la tierra. Es tiempo de trabajar hasta que la revelación de la
Palabra marque nuestra agenda.

Hay un libro en la Biblia que me absorbió durante meses.


¿Cuáles son los parámetros que emplea Dios para evaluar la vida de
una persona y determinar que está habilitada para manifestar su
Reino? Ningún ser humano tiene este atributo, porque su
evaluación nunca será el 100% precisa; este es un derecho absoluto y
privativo de Dios. Tiempo atrás prediqué un mensaje titulado “El
gran debate cósmico”, donde se describe el trato que Dios tuvo con
Satanás en algún momento de la eternidad. También enfaticé sobre
la importancia de entender el libro de Job porque encierra una
revelación poderosa. Considero que este libro es una ventana al
mundo espiritual que explica por qué Dios rescató a un hombre
como Job y lo incluyó en las Escrituras. Este personaje está allí como
una revelación preservada y reservada por Dios.

Job es un hombre intemporal, nadie


La Palabra nos evalúa
sabe decir con exactitud cuándo
y vamos entendiendo
existió. Los teólogos creen que Job
que hay cosas que
llegó a ser como Melquisedec, en el
debemos cambiar...
sentido que era un hombre atemporal
que aparece en las crónicas bíblicas, pero nadie puede afirmar
cuándo vivió. Creo que el libro de Job está reservado para
generaciones que están entendiendo que fueron llamadas por Dios
para manifestar su Reino. Este libro trata la historia de un hombre
que logró aprobar una de las materias más poderosas que se pueden
presentar en la vida: El misterio del sufrimiento. Job trató con uno

71
Escuela de Liderazgo de Avanzada

de los misterios más profundos del Reino de Dios: “¿Por qué los
justos tienen que sufrir?”. Si por medio de la revelación, una persona
logra desentrañar la razón por la cual los justos tienen que sufrir,
habrá logrado resolver uno de los asuntos más fundamentales en su
vida: el misterio del sufrimiento.

Ante una situación crítica, la gente siempre se preguntará


por qué los justos deben sufrir, mientras pareciera que los impíos
nunca sufren. Job logró resolver en su vida este gran dilema. En
primer lugar debemos tener en claro que sufrimiento no es lo mismo
que dolor o padecimiento y debemos aprender a descubrir la
diferencia. Esto sería más sencillo si como generación lográramos
entender correctamente la historia de Job desde la óptica del Reino.
El testimonio de Job figura en la Biblia para mostrarnos cómo pudo
ser lo que muchos de nosotros queremos “llegar a ser”. Las personas
luchan por llegar a ser santos, puros, perfectos y gobernar sus
destinos. Pero desde el capítulo uno de su libro, vemos que Job ya
había logrado todas esas cosas. En otras palabras, Job había logrado
permanecer en su destino, gobernar su entorno y mantenerse lleno
de la vida de Dios para llegar a ser perfecto. En otras palabras, aún si
lográramos alcanzar un cierto nivel de la vida del Reino, no
estaríamos más allá del capítulo uno del libro de Job.

¿Por qué Dios permite que el libro de Job desde el primer


capítulo sea lo que para algunos representaría el final de un proceso?
Todos queremos que se diga de nosotros que somos perfectos,
tenemos un buen testimonio y estamos rodeados de riquezas. Job
tuvo todo eso en el capítulo uno de su libro. Sin embargo, existen 41
capítulos más. Parece que para Dios las cosas que aparentan estar
terminadas, ni siquiera comenzaron a ocurrir. La pregunta sería,
¿por qué en el capítulo uno de Job aparece Satanás? No quiero tocar
este tema desde un punto de vista doctrinal, me concentraré en las
claves para implementar una verdad revelada en nuestro espíritu.
Estoy hablando de una mentalidad pragmática, donde las personas
que sirven a Dios pueden manifestar una verdad revelada en su
espíritu en el plano natural. ¿Cuál es el común denominador entre

72
Necesidad, beneficios y riesgos de implementar una visión de Dios

Job y Satanás que los lleva a figurar en el capítulo uno? Es una


cuestión muy sencilla; tanto Job como Satanás eran perfectos.
Satanás, como Luzbel, habitaba en la presencia de Dios y era
perfecto; era el obrero que todos quisiéramos tener en nuestras
congregaciones. ¿Quién no quisiera tener un diácono como Luzbel?
Dios lo tuvo y dice que era perfecto. Estoy usando esta imagen para
resaltar que aún cuando todos puedan creer que somos el cristiano
perfecto sobre la tierra, puede que Dios piense lo contrario.

Aunque Satanás era perfecto en todos sus caminos, fue


expulsado del Reino de Dios y desterrado a vivir en el espacio y el
tiempo sobre la tierra. Aún cuando era perfecto, no tuvo la
capacidad para implementar los diseños de Dios. Una de las
actividades de Satanás era ponerle el sello a los diseños de Dios y
autorizaba su aplicación fuera del ámbito del Reino (Ezequiel 28:12).
La palabra sello es “chatam” y significa autorizar algo, como ponerle
una estampilla a una carta para que llegue al destino correcto.
Cuando Satanás fue expulsado, podemos ver el tremendo poder que
tenía porque arrastró a la tercera parte de los ángeles detrás de sí.
Este ser se echó a perder dentro del mismo “equipo ministerial”
creado por Dios. Cuando tenemos diez colaboradores y la tercera
parte nos abandona, significa que Dios todavía está tratando con
una generación que necesita entender que no se trata sólo de ser
santos, puros y conocer su posición en Cristo. Tiene que ver con una
parte de nuestra vida que Dios dejó para que nosotros la activemos
correctamente a la hora de implementar lo que nos impartió. No
somos robots o autómatas; fuimos creados a imagen y semejanza de
Dios. Ser perfectos puede ser sólo el capítulo uno de nuestra vida en
el Reino.

En el capítulo uno, Job no está entrando en un proceso para


prosperar económicamente; tenía una mentalidad sacerdotal
impresionante. El texto original dice que estaba atento al día del
cumpleaños de sus hijos y si ese día cometían un error, daba
ofrendas para tener la familia perfecta. Cualquiera de nosotros
podría haber dicho: “Señor, gracias por tener a Job en mi

73
Escuela de Liderazgo de Avanzada

congregación”. Era perfecto, tenía influencia y gobernaba, porque


tenía todo bajo control. Pero Dios dijo: “Todavía no empecé con este
hombre”. Una cosa es ser un hombre bueno, pero manifestar el
Reino es una cosa diferente. ¿Por qué Satanás aparece en el libro de
Job? Porque ambos se encontraban en las mismas condiciones:
“Eran perfectos”. Luego que Satanás recorriera toda la tierra le dijo a
Dios: “Acá tienes un hombre perfecto, igual que yo. Lo rodeaste de
tu bendición, igual que a mí. ¡Cómo no va a ser un creyente ejemplar
con todo lo que le diste!”.

La gente suele preguntarse para qué existe el diablo y cuál es


la razón de los aguijones. Cuando Dios le contesta a Satanás, sus
palabras fueron: “Te voy a mostrar la diferencia entre tú y un ser
humano para que veas que un hombre puede hacer las cosas que tú
no pudiste lograr”. Dios estaba demostrando que Job era capaz de
implementar el propósito eterno que pesaba sobre su vida y su casa.
Dios está creyendo que somos las personas indicadas para
manifestar su propósito en la tierra. Él no se presenta para discutir
con nosotros acerca de la salvación, sino para enseñarnos porque
confía en nosotros. En este mismo momento existe un gran debate
cósmico, pero no en cuanto a la fe y la salvación, sino en nuestra
capacidad para implementar la revelación que Dios nos impartió a
cada uno de nosotros.

Sufrimiento
No existe otro camino para resolver el tema del sufrimiento
que la revelación del Espíritu Santo; nunca podremos hacerlo desde
la información acerca de las Escrituras. Sólo desarrollando un
pensamiento claro acerca del sufrimiento, podremos entender una
visión o una estrategia para ganar almas y consolidarlas, sin que esta
tarea se convierta en una tortura. No podemos comenzar el mes de
Enero preguntándonos cómo hacer para ganar almas y terminar el
año peleados con todo el mundo. Esto ocurre porque tratamos de
aplicar la revelación de Dios desde un punto de vista humano;
entonces Él no puede usarnos para concretar este proceso.

74
Necesidad, beneficios y riesgos de implementar una visión de Dios

En nuestra congregación estamos hablando de trabajar


como Cuerpo para ganar y consolidar personas. Para lograrlo
establecimos metas claras porque queremos ver la manifestación del
Reino, no sólo en números y resultados, sino en personas que operen
como miembros funcionales del Cuerpo de Cristo. En los procesos
hay cosas que parecen muy elementales, pero son fundamentales.
Conectar a una persona, entregarle literatura, visitarla, tomar
testimonios, pegar la calcomanía en la puerta, enseñarle acerca de la
ofrenda, las sanidades, la importancia de los encuentros y
demostrarle que ya es bendita. Todos comienzan bien, pero a los tres
meses cada discípulo está tratando de realizar la tarea como mejor le
parece. Algunos funcionan en el proceso, otros no y los demás optan
por adaptarlo. La gente inmadura actuará de la misma manera en
todos los ámbitos de la vida.

Algunas personas demoran cuatro años para entender lo


que el pastor está predicando, pero cuando lo entienden quieren
implementar en un mes todo lo que no entendieron en cuatro años.
También existen otros que en cuatro años no entendieron nada y
dirán: “Esto no es de Dios”. Este es el comienzo de una serie de
situaciones que no tienen que ver con los métodos sino con la
práctica. Si la Iglesia va a manifestar el Reino en la tierra, cuando nos
comprometamos en una labor que Dios nos ordenó realizar (más
aún si somos líderes), no depende de usar el método o el tono de voz
adecuados, sino del espíritu que nos ubique correctamente en lo que
Él quiere manifestar en nuestro tiempo. Dios le entregó una vara a
Moisés, pero ese mismo elemento le impidió entrar en la tierra
prometida. Si usamos inadecuadamente algo que viene de Dios, se
convertirá en una herramienta que retrasará la manifestación de un
diseño del Reino en nuestra generación. El arca era algo espléndido
porque salvó a Noé y a sus hijos del diluvio. Pero estos mismos hijos
después se convirtieron en una maldición, porque Noé tuvo visión
para construir el arca, pero cuando se bajó no tuvo la habilidad para
implementar la vida de Dios sobre la tierra.

Podemos tener la magna tarea de edificar el mayor templo

75
Escuela de Liderazgo de Avanzada

del mundo, pero lo que demoramos 120 años en edificar, nos dará
hijos que después se burlarán de nosotros. No fallaron en los
mecanismos que Dios les impartió; fracasaron en su
implementación. Por eso es vital que los hijos que vayamos a
engendrar después de este tiempo de transformación de la Iglesia,
tengan la genética de la Palabra y manifiesten la vida de Cristo.
Entonces se volverán facilitadores para que la obra de Dios se pueda
expresar en la tierra. Para lograr el propósito con el cual Dios sembró
a Job en la tierra, lo introdujo en un proceso que duró 41 capítulos.
Con esto no digo que a nosotros nos va a pasar lo mismo que a Job,
porque todo eso fue absorbido por Cristo en la Cruz.

Sólo estoy dando un ejemplo de la perspectiva desde la cual


nos observa Dios. No nos ve por lo que somos ahora, sino por lo que
vamos a terminar manifestando en esta vida. Para ello tenemos un
seguro: “Dios tiene pensamientos de bien y no de mal para
nosotros”. Job tuvo que soportar a sus amigos durante 41 capítulos.
El trabajo con gente nos parecerá un sufrimiento insoportable hasta
que nuestros ojos se abran y podamos declarar: “¡Ahora mis ojos te
ven!”. Trabajar en las casas con las personas, llevarlas al encuentro,
al pre encuentro, a las clases de crecimiento y al CEMAD, se puede
transformar en una tragedia. El problema no es que no entendamos
el proceso; todo comenzará a embarrarse cuando tratemos de
implementarlo desde nuestra mentalidad carnal.

Job tuvo que demostrar tres cosas:


1. Demostró algo que lo distinguía de Satanás. Aunque ambos
estaban en igualdad de condiciones porque eran perfectos y Dios les
había dado lo mejor, Job se diferenciaría por vencer el orgullo.
Satanás no pudo con el orgullo. Esto es lo que se espera de una
generación que manifestará el Reino.

2. Demostró que estaba muerto a su nivel de orgullo, por la manera


como respondió.

3. Demostró el valor de una relación con Dios. Job no tenía una

76
Necesidad, beneficios y riesgos de implementar una visión de Dios

Biblia, no tenía un pastor, nunca se congregó y no tenía doctrina. Su


problema no era pertenecer a una denominación específica.

La razón por la cual en una generación se detiene el poder de


la implementación de algo que Dios quiere hacer, no se encuentra en
su origen o en su línea familiar; se llama orgullo. Satanás no tenía ni
siquiera un padre a quién echarle la culpa. Desde que el hombre
cayó en el Edén, todos inventamos enemigos para evadir nuestra
responsabilidad individual. Pero Satanás ni siquiera podía decir:
“El problema es que nací pobre”. No podía echarle la culpa a nadie.
Un día su corazón se llenó de orgullo y comenzó su caída definitiva;
esa es la diferencia. Cuando el mundo espiritual comienza a intuir
que esta verdad del Reino se va revelando a nuestra vida,
conoceremos el significado de hacer retroceder a las huestes
espirituales de maldad. Hasta que no se huela que estamos
seriamente comprometidos con el evangelio del Reino, no ocurrirá
nada sobrenatural en nuestro entorno. Esta es la razón por la cual
Job maldijo tres cosas (en este caso implica renunciar), para
convertirse de un hombre perfecto y recto, en alguien rendido a los
pies de Dios.

1. Maldijo el día de su nacimiento


Es interesante preguntarnos por qué un hombre que no era
judío, se transformó en un protagonista vital en la historia de Israel.
El pueblo judío tradicionalmente había “comprado” la historia del
nacimiento cuando declaraban
La razón por la cual en “¡hijos de Abraham somos!”.
una generación se Maldecir el día de nuestro nacimiento
detiene el poder de la significa anularlo como un hecho
implementación de histórico que marcaría nuestro poder
algo que Dios quiere para implementar una visión de Dios
hacer, no se encuentra en la tierra. ¿Cómo se pasa de ser un
en su origen o en su buen creyente a ser efectivos en la
línea familiar; se llama implementación de la visión del
orgullo. Reino? En el libro de Job el término
maldecir se usa en el sentido de

77
Escuela de Liderazgo de Avanzada

“renunciar a creer que nuestra vida comenzó el día de nuestro


nacimiento”. ¿Cómo podremos entender algo tan básico en la fe y el
Reino como la predestinación, si nuestro nacimiento natural aún
tiene poder sobre nuestras decisiones? Podemos ser perfectos y
gobernar como Job, llamar la atención del diablo y aún así no
calificar según los estándares de Dios. Una de las cosas
determinantes en la vida del Reino es saber que ya estábamos en
Dios desde antes de nacer. ¿Cómo evitar los sufrimientos en la vida?
Saliendo rápidamente de nuestro punto de partida, donde creemos
que comenzamos a vivir. Pero esto es un asunto que sólo podremos
comprender por revelación del Espíritu Santo.

2. Maldijo la razón por la cual continuaba con vida


Aunque Job nunca tuvo contacto con una teología, una
denominación, una filosofía cristiana o integró una congregación,
fue sometido a la presión espiritual por revelación para que se
manifestara el depósito de gloria que Dios estableció en su vida. Por
eso este libro está ausente en la historia de los hombres en la Biblia y
solamente se lo menciona dos veces. La vida de Job nos enseña que
podemos tener un excelente concepto ante los ojos de las personas,
pero necesitamos entender que nuestra vida no comenzó el día que
nacimos sino en Dios. Nosotros determinamos si va a durar 41
capítulos o terminará en un día, porque de esto se trata la redención.
Cuando estamos en Cristo comprendemos que nuestra vida no
comienza el día que nacimos. Necesitamos dejar de respetar tanto
esa fecha y comenzar a celebrar el día de nuestro nuevo nacimiento
en el Reino de Dios. Los judíos siempre citan a Abraham, pero nunca
a Job porque jamás entendieron el Reino de Dios. Nacer en Cristo se
opone al pensamiento judío, porque ellos asumían que por haber
nacido como integrantes del linaje de Abraham ya eran hijos de
Dios. Desde este concepto concluyo que la paternidad espiritual
sólo se nos revelará cuando desechemos la idea de reducirla a la
relación con un apóstol que nos entrega una credencial, nos brinda
su cobertura o nos manda un bosquejo semanal que debemos
predicar.

78
Necesidad, beneficios y riesgos de implementar una visión de Dios

Paternidad
Asumimos la paternidad cuando definimos en nuestra vida
que no nacimos en un lugar y un tiempo determinado, certificado
por una partida y un documento de identidad. Nuestro nacimiento
ocurrió en la eternidad porque fuimos diseñados desde antes de la
fundación del mundo. No podemos ser predestinados para realizar
algo que no existía; estamos en condiciones de asumir la
predestinación porque ya existíamos en la eternidad dentro de la
mente de Dios.

Nacimiento
Nuestro nacimiento fue un requerimiento físico necesario
para ingresar en el plano natural, pero no perteneció a los diseños
eternos de Dios. Es más fácil morir a la carne si podemos anular en
nuestra proyección mental el día de nuestro nacimiento. Job lo hizo
y renunció al día de su nacimiento y a seguir viviendo bajo esa
realidad. Con esto estaba diciendo: “Todo lo que viví, todo lo que
alcancé por medio de este nacimiento, no me sirve”. En los capítulos
31, 32 y 33, Job maldice (renuncia) el hecho de haber seguido
viviendo atado al plano natural.

Para resolver este proceso necesitó 41 capítulos. Pero en el


capítulo 42, se le abrieron sus ojos espirituales y decretó: “Yo de
oídas te había oído”. Aunque nos hayamos esforzado por
capacitarnos en la Palabra escuchando todos los mensajes que
pudimos, sólo logramos conocer a Dios “de oídas”. Pero cuando
morimos a esta antigua naturaleza, nuestros ojos espirituales son
abiertos a la realidad del Reino y podemos entender el poder de la
predestinación sobre nuestra vida.

Cuando esto sucede en nuestras vidas quedamos


depositados en el Reino. Lo único que no se duplicó en la vida de Job
fueron los hijos, pero Dios multiplicó el resto de las cosas. Si
podemos ver con los ojos del Espíritu, la productividad de nuestra
vida siempre será mayor a la que teníamos antes, porque
sencillamente se abrieron nuestros ojos espirituales.

79
Escuela de Liderazgo de Avanzada

¿Cuál es la diferencia entre Satanás y un creyente


posicionalmente salvo?
La única diferencia es que un hijo de Dios que asumió
responsablemente su salvación, supo tratar con el orgullo en su
vida. ¿Cómo se desarrolla el orgullo? Nadie dice “a partir de hoy
seré orgulloso”. El orgullo es un componente de la naturaleza
humana caída. ¿Cuándo se manifiesta el orgullo? El verdadero
orgullo sólo se manifestará cuando comience a expresarse una
visión de Dios para una generación a través de sus hijos. El orgullo
no viene por tener muchos bienes materiales; es algo inefable que no
se puede expresar. En su máxima expresión se manifestará cuando
una palabra comience a revelarse en nuestra vida. No existe nada
mejor para conocer a una persona que darle una cuota de poder.
Creo que Dios tiene algo con cada uno de nosotros y comenzará a
hacerlo pronto. Podremos darnos cuenta que nos estamos
transformando en esa clase de persona, porque al ser expuestos al
poder comenzarán a manifestarse los niveles de orgullo en nuestras
vidas.

Orgullo
El orgullo es la parte de nuestra naturaleza humana que debe
ser absorbida por la naturaleza divina de la nueva criatura en Cristo.
Cuando comenzamos a entender la edificación del Cuerpo de
Cristo, nos encontraremos con la siguiente realidad: “… para
llevarlo a cabo cuando se cumpliera el tiempo: reunir en él todas las
cosas, tanto las del cielo como las de la tierra. En Cristo también
fuimos hechos herederos, pues fuimos predestinados según el plan
de aquel que hace todas las cosas conforme al designio de su
voluntad, a fin de que nosotros, que ya hemos puesto nuestra
esperanza en Cristo, seamos para alabanza de su gloria. En él
también ustedes, cuando oyeron el mensaje de la verdad, el
evangelio que les trajo la salvación, y lo creyeron, fueron marcados
con el sello que es el Espíritu Santo prometido” (Efesios 1:10-13).

Sello
La salvación establece un sello sobre nuestra vida que testifica que

80
Necesidad, beneficios y riesgos de implementar una visión de Dios

somos hijos de Dios. Pero también existe otro sello que viene por
medio de la plenitud de la vida del Espíritu en nosotros y nos
habilita para reunir todas las cosas en Dios. El Reino se trata de
reunir todas las cosas en Cristo. ¿Cómo podemos saber que el Reino
de Dios se está manifestando? Porque las cosas que tocamos y las
que nos rodean tienen un sólo atributo: “Todo es del Señor”. Esta es
la manifestación del sello del Espíritu Santo sobre nuestra vida. Dios
estableció el sello del Espíritu que nos lleva a hacer la obra para la
cual fuimos llamados.

Efesios 4:10-13 dice: “El que descendió es el mismo que


ascendió por encima de todos los cielos, para llenarlo todo. Él mismo
constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas;
y a otros, pastores y maestros, a fin de capacitar al pueblo de Dios
para la obra de servicio, para edificar el Cuerpo de Cristo. De este
modo, todos llegaremos a la unidad de la fe y del conocimiento del
Hijo de Dios, a una humanidad perfecta que se conforme a la plena
estatura de Cristo”. ¿Qué tipo de personas convocará Dios para
capacitar a los santos y edificar el Cuerpo de Cristo? Son los hombres
y mujeres que a la hora de tener una visión de Dios y aplicarla, no
matarán a nadie a lo largo del camino. El tema de edificar el Cuerpo
debe provocarnos gozo en el Señor para ser felices a la hora de
concretar nuestro propósito eterno.

El siervo y el líder
Necesitamos establecer las diferencias entre un siervo de
Dios y un líder, porque ambos términos no significan lo mismo a la
hora de implementar la visión del Reino. Un siervo es alguien que
hace cosas, porque eso significa servir. Cada vez que lo envían a
hacer algo, responderá sin cuestionar. El servicio es una tarea que
todos realizamos porque la vida y el amor de Dios están depositados
en cada uno de nosotros. Bajo este concepto, todos somos siervos de
Dios. Cuando las personas recién reciben a Cristo son serviciales
porque fueron impactados por la vida de Dios y los tendremos listos
para servir en todo. El servicio tiene que ver con la respuesta de un
corazón ante la manifestación del amor de Dios en una persona.

81
Escuela de Liderazgo de Avanzada

¿Dónde surge la diferencia?


Nuestros seminarios de formación se llaman “Escuelas de
liderazgo” porque el líder tiene una responsabilidad extra a las de
un siervo. Aparte de servir, se compromete a guiar a otros para que
aprendan a desarrollar una tarea. La razón fundamental por la cual
realizamos las escuelas de entrenamiento es para aprender a servir a
Dios y disfrutar entrenando a otros a hacer lo mismo. Cuando la
gente no comprende que fue llamada a liderar a otros, se sentirá
muy cómoda y contenta con el lugar que ocupa dentro de la
congregación. No se quieren involucrar demasiado con las personas
porque no quieren complicaciones en su ritmo de vida. Pero nuestro
gran desafío es capacitar a otros para edificar el Cuerpo. Esto
implica un aspecto de nuestra vida que necesitamos considerar a la
hora de implementar una visión de Dios y es creernos nuestros
propios conceptos errados. Por eso antes de implementar la visión
del Reino y entrenar a otros, Dios necesita detenernos para tratar con
la manera de pensar en nuestra generación.

Liderazgo
El liderazgo tiene que ver con asumir el compromiso de
llevar a otras personas a cumplir el objetivo por el cual Dios los
llamó. Esto implica ser parte de una congregación con objetivos
claros que sabe dónde quiere depositar todo el poder que descansa
dentro de su gente. Este poder latente es la vida de Cristo que
descansa dentro de cada hijo de Dios. Todas las personas sirven
porque aman a Dios. Pero si se quedan en este nivel, buscarán una
congregación donde puedan servir a Dios, pero sin comprometerse
directamente con las personas para llevar adelante un proyecto de
Reino. Sin embargo esto es imprescindible para ver la
transformación de nuestras ciudades y naciones, llegando al
conocimiento de Dios.

Liderar
Liderar tiene que ver con “ayudar a otros”, pero sin violar
las leyes elementales de la gracia. ¿Cómo manifestar la gloria de
Dios sin obrar como Moisés? Este es el gran tema que trata la carta a

82
Necesidad, beneficios y riesgos de implementar una visión de Dios

aprender a liderar un grupo de discipulado o pastorear una


congregación sin exigirles que “se esfuercen y sean valientes”.
Desde la vida del Reino, estoy determinado a ver la transformación
del mundo por el Espíritu Santo revelado en la vida de las personas
y no por el conocimiento intelectual de las Escrituras. La revelación
de la Palabra de Dios debe marcar nuestra agenda de trabajo.
Cuando nos encontramos con la revelación del Espíritu Santo sobre
un tema, será imposible regresar a las prácticas y costumbres
religiosas.

Necesitamos crucificar cada pensamiento afincado en una


práctica religiosa, porque esto impide la manifestación del poder
restaurador del Reino de Dios. El problema que tenemos hoy en
nuestras congregaciones, es que existe una mezcla donde el líder
que predica combina la ley y la gracia. Entonces es imposible
cosechar resultados en la gracia de Dios, edificando al hombre del
Nuevo Pacto, si continúan moviéndose bajo la ley. Estamos
caminando en un punto de quiebre donde todo se está separando
por causa de la revelación que Dios está trayendo al Cuerpo de
Cristo para “edificar una Iglesia competente según los términos del
Nuevo Pacto”. Nuestras congregaciones están repletas de gente
buena y justa, pero están en el capítulo uno del libro de Job. Sus ojos
espirituales siguen cerrados a la realidad del Reino de Dios.
Entonces, frente a cualquier circunstancia de sufrimiento, es más
fácil creer que nacimos en la ciudad equivocada. Debemos
renunciar a eso porque nacimos en la
familia, la ciudad y la nación que Dios
Necesitamos crucificar
determinó. La gente de revelación no se cada pensamiento
congrega donde puede o donde le afincado en una
parece, sino en el lugar donde el práctica religiosa,
Espíritu Santo los plantó. Nuestro porque esto impide la
problema no es dónde nacimos manifestación del
físicamente; esta sólo fue una poder restaurador del
circunstancia necesaria para ingresar al Reino de Dios.
mundo.

83
Escuela de Liderazgo de Avanzada

Job decretó que todo lo que recibió en su nacimiento debía


morir para que sus ojos espirituales se pudieran abrir para ver a
Dios. Podemos oír mensajes de revelación todos los domingos y
nunca caminar en la revelación del Espíritu Santo. Cuando Job
renunció a su herencia natural, sus ojos comenzaron a ver la
grandeza de Dios. Muchos líderes predican y ministran temas en la
Palabra que después les ocasionan serios problemas cuando quieren
avanzar en el propósito de Dios. Entonces se producirá una realidad
dual, donde verán la manifestación de la gloria de Dios, pero al
mismo tiempo se verán enredados en discusiones estériles y sin
sentido. Cuando las personas actúan infantilmente, siempre se
producirán resultados graves. Debemos aprender a invertir nuestro
tiempo de calidad para resolver estos asuntos. Nuestra generación
de líderes y colaboradores no se puede enredar en discusiones
infantiles, como ocurría en la Iglesia de Corinto. Durante los últimos
20 años la Iglesia ponderó la manifestación de talentos como el canto
y el baile, sin pesar el fundamento escritural de esas prácticas.
Entonces el espíritu de este siglo se introdujo abiertamente dentro
de la Iglesia con la anuencia de los líderes que contemplaban
impasibles este fenómeno.

En la década de 1990 se afirmaba que si teníamos buena


música en las congregaciones, el mundo se iba a salvar. Yo creí en ese
paradigma de Iglesia. Esta es la razón por la cual la gente está más
motivada por grabar un CD de música que por escribir un libro para
enriquecer el pensamiento del pueblo cristiano. Si hacemos una
lectura sincera de la cultura del mundo, no podemos creer que el
destino de las naciones pueda quedar en manos de gente que sólo
sabe cantar y danzar. Al hablarles de estudiar un libro de revelación,
estas mismas personas tendrán una reacción alérgica. Conozco
líderes que muestran a sus hijos como trofeos diciendo “mi hijo es
líder de alabanza o mi hijo es músico”. No quiero ser irónico, pero
cuando la Iglesia comienza a revelar lo que pasa en el mundo, a
manera de autocrítica debería asumir que “no todos los cristianos
viven la vida del Reino”.

84
Necesidad, beneficios y riesgos de implementar una visión de Dios

La vida del Reino


La vida del Reino no es una cultura más en la sociedad, es
una contracultura que se opone al statu quo establecido. Si el mundo
nos muestra que los jóvenes son talentosos porque saben bailar y
cantar, debemos levantar una generación que no bostece mientras le
hablan del libro de Job y digan: “Tengo que salir de esta situación”.
A Job le llevó 41 capítulos dejar de ser un hombre bueno para
convertirse en un hombre de Reino. Este proceso le permitió
desarrollar una teología clara acerca del sufrimiento. Si aprendemos
a caminar por encima del sufrimiento, terminaremos en el capítulo
42 viendo con nuestros ojos lo que Dios estableció sobre nuestra
vida. Eso no se puede lograr cantando y bailando, sino
desarrollando el entendimiento profundo de la vida en Cristo.

En el mundo, la música y la voz se asumen como señales de


talento. Pero en todas las congregaciones del mundo, los pastores
siempre tienen problemas con los músicos. Repentinamente el
músico empezó a notar que la congregación le quedaba chica
porque el Espíritu Santo lo proyectaba a las naciones. Como el
tabernáculo de David se relaciona con la adoración, aún hay gente
que cree que adorar es cantar y mostrar júbilo implica saltar o bailar.
Mientras en nuestras congregaciones sólo existan músicos, estamos
lejos de ver la manifestación real y concreta del Reino de Dios. En el
Nuevo Pacto no hay músicos, sólo siervos que tienen el ministerio
de la Palabra y lo pueden trasmitir a través de la música o las
canciones

¿Por qué las personas entran en períodos de sufrimiento


profundo? Porque se encuentran en el capítulo uno del libro de Job.
Pero hay una generación que asumió el desafío de entrar en un
proceso. En las congregaciones todavía hay gente que respeta al
pastor por el cargo que ocupa, pero no respeta al hermano que está a
su lado. Todavía hay gente que ofrenda y diezma donde cree que le
van a transferir una unción o gente que pide una ofrenda a cambio
de una oración. Con este tipo de mentalidad es imposible pensar en
gobernar las naciones. Cuando estas personas tratan de

85
Escuela de Liderazgo de Avanzada

implementar la visión, comenzarán a surgir estos espíritus


inmundos que entorpecerán su trabajo.

Por eso algo tan glorioso como predicar el Evangelio de


Jesucristo se transforma en un problema dentro de nuestras
congregaciones. Las personas que trabajan en este nivel nunca
experimentaron una revelación concreta de la realidad espiritual.
Muchos se preguntarán: “¿Por qué en la congregación debemos
trabajar con un método de crecimiento?”. Porque es básico y
elemental para medir el grado de capacidad que tenemos para
gobernar nuestros entornos. Jesús les dijo a los discípulos que fueran
de a dos. Esto no requiere demasiadas explicaciones, pero aún así la
gente continúa cuestionándolo. Cuando Bernabé, Saulo y Juan
Marcos decidieron comenzar el viaje misionero discutieron,
entonces de tres quedó uno sólo. El mensaje del Espíritu Santo fue
“apartadme a Saulo y a Bernabé”, escogió a dos y no a tres personas.
Pero a la hora de implementar la visión fueron tres y fracasaron. Esto
mismo nos sucede permanentemente y nos preguntamos, “¿Por qué
aún existen personas como Juan Marcos que retroceden en el
Reino?”. La respuesta dio lugar a toda una teología para tratar de
explicar las causas por las cuales los líderes abandonan la visión.
Pero la respuesta es más simple de lo que pensamos: “Deben ir de
dos en dos”.

¿Dónde está la dificultad?


A la hora de implementar la visión, ni siquiera podremos
decir cuánto es “uno más uno”, porque existe un bloqueo emocional
que nos impide implementar la visión. Se manifestará cualquier
resabio de las tinieblas que haya quedado escondido dentro de
nuestro ser a la hora de accionar en la visión. Con los años aprendí a
humillarme para poder oír correctamente a la gente con visión.
Como generación no tenemos un sólo modelo en el mundo en el cual
se haya implementado la visión del Reino de una manera masiva,
sin violar los términos del Nuevo Pacto. El desafío del liderazgo del
Siglo XXI se reduce a implementar la visión del Reino sin imponerla
por la fuerza. El apóstol Pablo declaró: “A éstos Dios se propuso dar

86
Necesidad, beneficios y riesgos de implementar una visión de Dios

a conocer cuál es la gloriosa riqueza de este misterio entre las


naciones, que es Cristo en ustedes, la esperanza de gloria”
(Colosenses 1:27). Esta es la línea que debe marcar nuestro mensaje.
Necesitamos aprender a implantar la visión del Reino en el mundo,
sin violar los términos de la constitución del Nuevo Pacto. Hoy más
que nunca tenemos el desafío de evangelizar según el fundamento
de Romanos 5:1: “En consecuencia, ya que hemos sido justificados
mediante la fe, tenemos paz con Dios por medio de nuestro Señor
Jesucristo”.

Este no es un desafío limitado a los líderes de la Iglesia, se


hace extensivo a todo el Cuerpo de Cristo. Si como padres
necesitamos llamar a nuestros hijos para que nos visiten y para
lograr nuestro objetivo debemos recurrir a la manipulación
sentimental, no calificamos para movernos en los niveles de
autoridad del Reino de Dios. La manipulación es sumamente
perversa porque refleja el intento del hombre por manifestar la
autoridad de gobierno, pero dejando a Dios fuera de la ecuación. En
nuestra congregación trabajan varias personas y cuando no
cumplen, les reclamo porque no avisaron que iban a faltar. ¡Hasta
me veo tentado de echarlos! Pero el Espíritu Santo siempre me dice:
“Juan, tu desafío es que antes de irte de esta tierra, debes inspirar a
tus obreros con la visión del Reino de tal manera que decidan
voluntariamente entrar a trabajar a las 6 de la mañana, en lugar de
hacerlo a las 8”. Pero bajo ningún concepto podremos lograr este
objetivo obrando por imposición. Algún día las personas que asisten
a nuestras congregaciones reflejarán tal nivel de gobierno del
Espíritu Santo en sus vidas que no habrá nada que pueda impedir su
avance. Yo creía equivocadamente que cuando tuviéramos un local
propio podríamos consolidar mejor a la gente. Cuando
inauguramos el local propio trasladamos las 150 sillas que teníamos
en el local anterior. La gente colaboró en esta tarea, pero cuando las
volvimos a contar en el local nuevo sólo había 130 sillas. ¡Alguien se
había robado veinte sillas durante la mudanza!

En lugar de llevarlas al local, algunos “hermanos” se las

87
Escuela de Liderazgo de Avanzada

llevaron para sus casas. Cuando iba a visitar a algunos miembros


que dejaron de congregarse, con sorpresa veía las sillas que antes
estaban en el local, porque un hermano “desconfiado” las había
marcado por debajo con un trazo rojo. En ese momento me llené de
ira y le reclamé al Señor que les pagara conforme a lo que habían
hecho. Pero con el correr de los años no ocurrió nada de lo que yo le
había pedido al Señor. Eso me enseñó que el error no estaba en la
gente, sino en su incapacidad para implementar la visión. No
supimos discernir que eran personas atadas por las tinieblas. Nunca
podremos lograr nada hasta que las personas no hagan uso pleno de
la inteligencia espiritual que Dios depositó dentro de su espíritu.

La inteligencia espiritual mencionada en Efesios es un


soporte para nuestra vida. Si Dios nos está dando una Palabra,
debemos poder implementarla sazonada con sabiduría. La
implementación debe quedar libre de todo rastro de cultura
humana, para que sólo se manifieste la cultura del Reino de Dios en
nuestras vidas. Entonces las personas querrán congregarse porque
quieren hacerlo y no por temor a que les impongan un castigo. La
gente querrá oír a sus líderes porque reconocen que fueron
asignados a ellos. Si caminamos en la verdad del Nuevo Pacto que
nos revela a Cristo, en siete años más podremos ver esta realidad en
nuestras congregaciones. Aunque hoy tengamos que achicar los
números porque los resultados no son lo que esperamos, no
podemos permitir que se achique el peso del fruto del Espíritu en la
vida de las personas. Dentro de cada fruto existen miles de semillas
de vida que impactarán a multitudes de personas cuando existan las
condiciones adecuadas.

Todo líder es una persona consciente que fue llamado a guiar


a otros a desarrollarse dentro de una visión de Dios sin
coaccionarlos. Jesús les repetía constantemente a sus discípulos: “Yo
me voy”. No existe cosa peor que estar bajo la cobertura de un líder
que permanentemente nos amenaza con irse de nuestro lado. ¡Pero
llegó el día cuando Jesús cumplió sus palabras y se fue! ¿Qué ocurrió
con las ovejas? Jesús les había dicho con anticipación que “herirían

88
Necesidad, beneficios y riesgos de implementar una visión de Dios

al pastor y se dispersarían las ovejas” (Marcos 14:27). Esto no se trata


de gobierno humano sino del gobierno divino. ¿Cuál es la diferencia
entre los hombres y mujeres bíblicos con nosotros? La Biblia es una
colección de fotos que retratan diferentes escenarios, donde en un
momento determinado vemos a un hombre cometiendo un error y
en la siguiente imagen aparecerá glorificando a Dios. Muy pocas
personas saben que los hechos retratados en el libro de Job se
remontarían a 2000 años antes de Cristo.

Entre el capítulo 1 y el 42 de Job


No importa cuánto tiempo pasó entre ambos extremos,
porque a Dios sólo le importó que quedaran retratadas todas las
escenas necesarias para enseñarnos una lección de Reino. El valor de
este relato es que la persona que ayer no calificaba, luego de
atravesar el proceso de formación de su carácter califica para
representar a Dios en toda su plenitud entre los hombres. Si
ponemos dedicación, podemos leer los 42 capítulos del libro de Job
en unas dos horas y media. El problema es que no tenemos una
mentalidad fotográfica, sino una concepción “cinematográfica” de
la historia. Todos los recursos tecnológicos actuales que nos
permiten comunicarnos favorecen esta realidad. Podemos hacer
retroceder una película cuantas veces queramos para repasar las
escenas que más nos impactaron. Pero en el Reino de Dios las cosas
no son así.

La imagen de un hombre caído hoy será reemplazada por


otra de la misma persona arrepentida y caminando en su propósito
eterno. Dios nunca retrocede para “repasar” las escenas truculentas
de nuestro pasado. La mentalidad cinematográfica que nos permite
regresar a los errores de nuestro pasado opera como un abortivo
para nuestro propósito en el Reino. Quizá hoy Dios nos permita ver
a una persona en su peor estado, pero mañana puede cambiar su
vida por medio de un acto de fe. Si tenemos una mentalidad de
película, será muy difícil soltar las historias pasadas de las personas
porque siempre tendremos la posibilidad de recordar su pasado.
Las fotos pasan de una visión a otra y este es el camino para

89
Escuela de Liderazgo de Avanzada

redimirnos en el Reino. En una imagen podemos estar ante un


asesino y en la siguiente aparece Dios ungiéndolo como rey de una
nación escogida, como si nada hubiera ocurrido.

Cierta vez me encontraba predicando en un Congreso y un


amigo mío recibió un mensaje de texto que decía: “Tu nieto tiene
fiebre de 40°”. Su rostro cambió dramáticamente porque sabía que la
situación no era sencilla. ¿Sabe por qué mi amigo reaccionó de esa
manera? Porque los abuelos no están entrenados para enfrentar a los
60 o 70 años la realidad de que su nieto tenga 40° de temperatura.
Ellos estaban listos para enfrentar ese tipo de situaciones cuando
eran padres, pero no como abuelos. Cuando eran padres sabían qué
debían hacer con un niño con fiebre alta, pero como abuelos ya se
olvidaron de eso. La edad no les permite reaccionar con la velocidad
suficiente ante esa situación; entonces no pueden aportar una
solución sino agregar otra preocupación más. La escena del hijo con
temperatura elevada fue parte de su pasado, pero no integra el
escenario de su presente.

Cuando perdemos la mentalidad fotográfica no somos


capaces de asumir que la persona que nos traicionó ayer, hoy puede
ser el escogido para salvar nuestra vida. Podremos aceptar los
cambios en las personas mientras mantengamos una mentalidad
fotográfica. Pero con una mentalidad cinematográfica volveremos
permanentemente a las escenas donde fuimos traicionados y jamás
podremos perdonarlas. Podemos creer más en Jesús que un judío,
porque tenemos fotografías de su vida. Pero los judíos lo vieron en
forma de película: estaban a su lado, sabían qué comía, cómo olía,
cómo vivía, quiénes eran sus parientes, etc. Las “mentalidades
cinematográficas” son abortivas. No podemos pasar el día
observando lo que hacen las personas.

Consolidar no se trata de estar pendiente de las personas


durante las 24 horas del día, sino de impartirles la vida del Espíritu
que habita en nosotros. Debemos confiar en la vida de Jesús, porque
Él mismo declaró: “Les conviene que me vaya porque, si no lo hago,

90
Necesidad, beneficios y riesgos de implementar una visión de Dios

el Consolador no vendrá a ustedes; en cambio, si me voy, se lo


enviaré a ustedes” (Juan 16:7). Jesús no les dejó un mensaje de texto o
un e-mail con el instructivo de lo que debían hacer ante cada
problema de la vida, les dejó al Espíritu Santo. Todos los discípulos
quedaron activados y conectados con la verdadera Fuente de
autoridad y poder, ¡porque el dueño de la obra es Dios!

Como líderes tendremos que planificar, organizar, dirigir y


supervisar la implementación de la visión del Reino, pero sólo
debemos hacerlo por amor y nunca por imposición. Sólo podremos
concebir a la mente empresarial en la Iglesia si primero pasó por la
Cruz de Cristo. ¿En qué se diferencia el desafío de un pastor al de un
empresario? El pastor tiene que planificar, organizar y dirigir desde
una voluntad sometida a la vida del Espíritu Santo. Si logramos
alcanzar resultados, pero no se evidencia la alegría y el gozo del
Espíritu, debemos volver a intentarlo desde la vida que Cristo nos
impartió. Esto no es otra cosa que arrepentirse por haber cometido
un error. El servicio no modifica nada, pero el liderazgo sí, porque
está comprometido con el cumplimiento de un objetivo. Ser siervos
y líderes no nos otorga una licencia para violar los términos de la
Palabra. Por eso Pablo declaró sobre sí mismo: “Pablo, siervo de
Dios y apóstol de Jesucristo…” (Tito 1:1). La definición correcta de
todo líder es “apóstol (función asignada) y siervo (actitud
correcta)”, no hay lugar para la controversia. Servimos, pero a la vez
asumimos el desafío de guiar a alguien en los caminos del Reino. En
las Escrituras gobernar nunca tiene que
ver con mandar o dar órdenes con una Como líderes
perspectiva militar, sino con la idea de tendremos que
un restaurante. La gente se dejará planificar, organizar,
gobernar por el alimento que le dirigir y supervisar la
servimos. Por eso en la Iglesia se habla implementación de la
de un pastor, mientras que en una visión del Reino, pero
fábrica se habla de dueño o encargado. sólo debemos hacerlo
El pastor gobernará el pasto (alimento por amor y nunca por
de la Palabra) y el apóstol gobernará imposición.
desde el fundamento de las Escrituras.

91
Escuela de Liderazgo de Avanzada

Diferencias entre un apóstol y un pastor


Si el líder me está brindando pasto será un pastor. ¿Cómo
saber cuándo nos habla un apóstol y no un pastor? Porque el
mensaje pastoral tiene que ver con la circunstancia y la necesidad
inmediata del individuo; entonces con pasto resuelve el problema.
Pero cuando estamos ante un líder que echa fundamentos para
edificar un futuro, está hablando un apóstol. El apóstol siempre
gobernará desde el fundamento que establece, mientras el pastor
gobernará desde el pasto que entrega. La gente se sujetará a un líder
dependiendo del tipo de alimento que le ofrezca. El gobierno en la
vida de la Iglesia se ejerce alimentando a otros y no imponiéndoles
cosas.

Obispado
El pasaje de 1 Timoteo 3:1 dice: “Se dice, y es verdad, que si
alguno desea ser obispo, a noble función aspira…”. La palabra
obispado describe a la persona que “manda a los meseros”, como
alguien que trabaja en un gran restaurante, pero de comida
espiritual. El apóstol es aquel que mete la cuchara en la olla para
probar la comida y asegurarse que los cocineros sigan la receta
correcta, porque están preparando la comida que alimentará al
pueblo de Dios. En otras palabras, gobernamos por medio de la
comida que le proveemos al pueblo. Nunca debemos pedirle a un
apóstol o un pastor que tomen decisiones militares, porque vamos a
matar sus llamados. El apóstol Pablo declaró: “Aunque como
apóstoles de Cristo hubiéramos podido ser exigentes con ustedes,
los tratamos con delicadeza. Como una madre que amamanta y
cuida a sus hijos, así nosotros, por el cariño que les tenemos, nos
deleitamos en compartir con ustedes no sólo el evangelio de Dios
sino también nuestra vida” (1 Tesalonicenses 2:7-8).

Aquí no dice que Pablo se presentó con una espada para


cortarle la cabeza al que no cumplía con los requerimientos de la
visión apostólica. Se presentó como una madre que amamanta a sus
hijos. En otras palabras, se presentó con el alimento adecuado que
necesitaba la congregación de Tesalónica. Cuando un apóstol ve que

92
Necesidad, beneficios y riesgos de implementar una visión de Dios

los miembros de su congregación no responden al alimento que les


está entregando, debe recogerlo y volverlo a preparar de la manera
correcta. La cobertura nunca será efectiva si se ejerce desde un
paradigma militar. En lo personal, creo que los militares, como toda
persona que funciona dentro de estructuras muy ajustadas a las
jerarquías, tienen serios problemas para entender la vida dentro de
la Iglesia.

Le doy gracias a Dios porque nunca fui empleado de nadie.


Desde los 14 años trabajé por mi cuenta armando y desarmando
autos, pero nunca bajo la autoridad de un jefe. A los 16 años comencé
a pintar autos trabajando por mi cuenta y estas experiencias me
ayudaron mucho. A veces la gente que no comprende la mentalidad
apostólica me dice: “No entiendo cómo no tomas una determinación
definitiva sobre este asunto”. Es simple, las determinaciones en el
Reino siempre se toman por medio de la alimentación. Jesús dijo:
“Yo soy el pan que descendió del cielo” (Juan 6:33). El rey vino en
forma de pan. El pasaje de Juan 6:51 dice: “… Si alguno come de este
pan, vivirá para siempre. Este pan es mi carne, que daré para que el
mundo viva”. Un líder no puede pedirle al apóstol que le dé
autoridad, porque ella depende de la calidad de su alimentación. Si
la gente no responde el mensaje del apóstol, debe meterse en la
cocina y averiguar qué tipo de ingredientes están usando los
cocineros (pastores) para preparar los alimentos.

Cuando una persona se va de la congregación, siempre


regreso a mi cocina. Cuando una persona me dice que ya no sirve
para ser un líder, empiezo a analizar los libros que leo. ¿Siempre
encuentro algo que funciona mal? A veces sí y realizo las
correcciones que considero pertinentes. Pero en otras ocasiones
pruebo el alimento y sabe como siempre, “como lo hacía mi mamá”.
Entonces sigo cocinando, porque aunque se abran 1000 restaurantes
más, sigo fiel al estilo de cocina al que Dios me llamó. Cuando los
líderes imitan lo que hacen los demás para tener los mismos
resultados, pondrán en duda la calidad de la impartición que
recibieron y terminarán perdiendo el gusto a la comida. Debemos

93
Escuela de Liderazgo de Avanzada

ser fieles al llamado que Dios nos hizo. Si el Señor nos llamó a
ministrar la Palabra por la música, tenemos que asegurarnos que no
sólo guste; debe ser el alimento correcto.

Las personas no permanecerán en el Señor por comer de


nuestros libros o nuestras ideas hermosas, sino cuando coman la
vida de Cristo en nosotros. Cuando la gente se apartaba de Jesús, les
dijo a sus discípulos: “Ustedes pueden irse, pero Yo soy la
panadería. La gente me sigue porque soy la panadería y siempre
tengo listo el alimento que necesitan”. Los obispos y los apóstoles
son alimentadores de la congregación. Conmoveremos el poder
político, porque cuando la gente tenga hambre y sed de justicia, no
mirarán a los políticos porque la comida que les brindaremos es la
justicia que están demandando. Tendremos respuesta para cada
una de las necesidades de las personas. La gente vendrá a la Iglesia
porque tienen hambre de Dios y comerán de nosotros.

El gobierno de la Iglesia
La Iglesia se gobierna por medio de la alimentación. Si
alimentamos el estómago de la gente, se quedarán con nosotros
mientras les llenemos el estómago. Si alimentamos el espíritu de la
gente, seguirán con nosotros hasta la muerte por causa del propósito
de Dios. Es imposible gobernar una visión de Dios sin hacerlo por
medio de la alimentación. Cuando la multitud tuvo hambre en el
Monte, Jesús les dijo a sus discípulos: “Denles ustedes mismos de
comer…” (Marcos 6:37). La vida de la Iglesia tiene que ver con servir
las mesas, por eso el primer conflicto no fue por un endemoniado
sino por comida. El conflicto más grande que tenemos hoy es gente
con hambre en el mundo, mientras los líderes se debaten por cosas
que no tienen sentido. Nuestro mayor desafío como líderes es
preparar un mensaje estratégico donde Dios nos revele el pan y la
comida para esta generación.

94
CAPÍTULO SEIS

“La predestinación”

Apóstol Lucas Márquez

L a Palabra que el Espíritu Santo está soltando en estos días


nos gobierna a todos. En el Reino se gobierna por la Palabra y
por una impartición del Espíritu Santo. El problema de
ministrar en el ámbito del Nuevo Pacto es que la Palabra es
asistémica. El pasaje de Isaías 28:10 dice: “Porque mandamiento tras
mandamiento, mandato sobre mandato, renglón tras renglón, línea
sobre línea, un poquito allí, otro poquito allá…”. La Nueva Versión
Internacional lo expresa de la siguiente manera: “Niños que repiten:
a-b-c-ch-d, a-e-i-o-u, un poquito aquí, un poquito allá…”. Entonces
el Espíritu Santo le reveló algo a Moisés, otro poco a Abraham, a
Pablo, a Pedro, a Judas, a Santiago, a Juan Ballistreri, a Lucas
Márquez y al resto de los ministros del Nuevo Pacto. Cuando
leemos las Escrituras, las vemos salpicadas de revelación.
Necesitamos recrear y ordenar todos los escenarios; por eso muchas
veces no es sencillo soltar un tema del Nuevo Pacto. El Señor nos
tiene que enseñar a predicar la Palabra desde la perspectiva del
Nuevo Pacto por medio de la revelación del Espíritu Santo.

Romanos 8:28-32 dice: “Ahora bien, sabemos que Dios


dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman, los que han
sido llamados de acuerdo con su propósito. Porque a los que Dios
conoció de antemano, también los predestinó a ser transformados
según la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre
muchos hermanos. A los que predestinó, también los llamó; a los
que llamó, también los justificó; y a los que justificó, también los
glorificó. ¿Qué diremos frente a esto? Si Dios está de nuestra parte,
¿quién puede estar en contra nuestra? El que no escatimó ni a su

95
Escuela de Liderazgo de Avanzada

propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no habrá
de darnos generosamente, junto con él, todas las cosas?”. Este pasaje
refleja el conocimiento anticipado que Dios tiene de todas las cosas.

El proceso de salvación está integrado por cinco estaciones:

1. Conocimiento anticipado
2. La predestinación
3. El llamamiento
4. La justificación
5. La glorificación

El día que una persona se encuentra con Dios, recién tomará


conciencia de que lo salvó. Pero Dios estuvo trabajando en la vida de
esa persona desde antes de la fundación del mundo. En el pasaje de
Juan 6:44-45, Jesús dijo: “Nadie puede venir a mí si no lo atrae el
Padre que me envió, y yo lo resucitaré en el día final. En los profetas
está escrito: A todos los instruirá Dios. En efecto, todo el que escucha
al Padre y aprende de él, viene a mí”. Siempre me pregunté cómo es
posible que alguien que nunca pisó una congregación y nunca tuvo
contacto con el Cuerpo de Cristo, se encuentre bajo un proceso de
discipulado impartido directamente por el Padre. Esta es la razón
por la cual oramos. Dios está trabajando en millones de personas
que no conocemos ni sabemos sus nombres, pero Él les está
enseñando para provocar una respuesta en sus mentes y en sus
espíritus hacia el Reino. Dios trabaja en las personas y las prepara
para el día cuando nos conectemos con ellas.

Romanos 8:28-29 dice: “Ahora bien, sabemos que Dios


dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman, los que han
sido llamados de acuerdo con su propósito. Porque a los que Dios
conoció de antemano, también los predestinó a ser transformados
según la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre
muchos hermanos”. Saber implica tener la convicción plena acerca
de un asunto. En este caso, “todas las cosas” representan la unión
armoniosa de las personas y las circunstancias trabajando juntas

96
La Predestinación

para el propósito de Dios. En otras palabras, es todo lo bueno y lo


malo trabajando favorablemente en las personas llamadas para el
propósito del Reino. Aunque este término es muy amplio, en el
verso 29 Pablo menciona la centralidad del propósito:
“Conformarnos a la imagen del Hijo”. El propósito eterno de Dios es
conformar a cada uno de sus hijos a la imagen del Primogénito, para
que Él tenga una expresión de su Reino en todas las naciones de la
tierra. La palabra conformación viene de prototipo o forma. Tiene
que ver con la capacidad para conformarse a un molde.

En la salvación existen dos aspectos que no requieren de


nosotros costo alguno. Primero, la salvación es gratis y no debemos
hacer nada más que creer. Efesios 2:8-9 dice: “Porque por gracia
ustedes han sido salvados mediante la fe; esto no procede de
ustedes, sino que es el regalo de Dios, no por obras, para que nadie se
jacte”. Segundo, la justificación tampoco tiene un costo. Cuando
Pablo citó a Abraham dijo: “…Creyó Abraham a Dios, y le fue
contado por justicia” (Romanos 4:3). Si leemos el pasaje de Génesis,
podemos darnos cuenta que en el diálogo que Abraham sostuvo con
Dios, nunca se tocó el tema del pecado. Cuando habla de la
justificación se refiere a recuperar el propósito. Abraham creyó,
aunque su cuerpo ya no tenía fuerzas para procrear, que Dios
levantaría una descendencia a través de su vida. Creyó por fe en el
propósito y por esta causa, Dios lo declaró justo.

En este tiempo Dios trabajará intensamente en nosotros para


conformarnos a la imagen de su Hijo para poder tener una expresión
de su Reino en cada nación. Los dos pasos preliminares, la salvación
y la justificación, no tienen costo alguno para nosotros. Pero para ser
conformados a la imagen del Hijo, Dios demanda que nos
involucremos en un proceso y esto no nos gusta. El pasaje de
Romanos 8:17-20 dice: “Y si somos hijos, somos herederos;
herederos de Dios y coherederos con Cristo, pues si ahora sufrimos
con él, también tendremos parte con él en su gloria. De hecho,
considero que en nada se comparan los sufrimientos actuales con la
gloria que habrá de revelarse en nosotros. La creación aguarda con

97
Escuela de Liderazgo de Avanzada

ansiedad la revelación de los hijos de Dios, porque fue sometida a la


frustración. Esto no sucedió por su propia voluntad, sino por la del
que así lo dispuso. Pero queda la firme esperanza…”. Seguramente
nadie pide padecimientos, porque a la carne humana no le gusta
padecer. Los padecimientos y las aflicciones representan el costo de
ser conformados a la imagen del Hijo. Todas las cosas, personas y
circunstancias trabajan para conformarnos a la imagen de Cristo,
porque esa es la voluntad soberana de Dios. Cuando el diablo nos
vea en cada estación de ese proceso, se confundirá pensando que
somos Cristo.

Todas las semillas son feas y al ingresar al proceso de


germinación comenzarán a morir. Cuando se entierra una semilla
de clavel, tiene que morir para que pueda nacer una flor hermosa.
Las aflicciones y las presiones no están diseñadas para matarnos,
sino para sacar lo mejor de nosotros. Por causa del Reino, todo lo
mejor de nosotros comenzará a manifestarse. La flor es la
glorificación de la semilla. Cuando estemos atravesando las
tormentas de la vida en un escenario intimidante, viviendo cosas
que jamás pensamos, debemos recordar que todas las cosas están
trabajando en nuestra vida para un propósito sublime:
“Conformarnos a la imagen de Cristo, para que Él sea el
Primogénito entre muchos hermanos”. Este es el único camino para
conocer los planes y propósitos que Dios tiene para nuestra vida.
Todo el entrenamiento que recibimos dentro de la Iglesia tiene el
propósito de “expresar a Cristo como la manifestación del Reino”.

Cuando estamos atravesando dificultades, presiones y todo


tipo de situaciones adversas, muchas veces no sabemos cómo orar.
Los momentos difíciles son esas situaciones que hacen que todo se
derrumbe en un día y nuestra capacidad para resolver se quedará
sin respuestas. El pasaje de Romanos 8:26-27 dice: “Así mismo, en
nuestra debilidad el Espíritu acude a ayudarnos. No sabemos qué
pedir, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos
que no pueden expresarse con palabras. Y Dios, que examina los
corazones, sabe cuál es la intención del Espíritu, porque el Espíritu

98
La Predestinación

intercede por los creyentes conforme a la voluntad de Dios”. Es


difícil aceptar que no sabemos cómo orar cuando estamos sometidos
a la presión que opera para conformarnos a la imagen de Cristo.

Esto nos obliga a aprender a orar bajo el formato del Reino,


donde el Cristo que vive en nosotros ora al Cristo que está a la
diestra del Padre. Hay más de cien versículos en el Nuevo Pacto que
nos aseguran que Cristo está a la diestra del Padre y otros tantos que
nos aseguran que Él vive dentro de nosotros. Cristo habita en las dos
partes. Objetivamente está a la diestra del Padre pero
subjetivamente, a través del Espíritu Santo, llega hacia nuestra vida
y vive en nosotros. En nosotros, la subjetividad de Cristo es positiva.

La presencia real de Cristo


Debemos experimentar esta realidad todos los días: “…
Cristo en vosotros, la esperanza de gloria” (Colosenses 1:27).
Cuando atravesamos problemas, presiones o aflicciones, muchas
veces no sabemos orar como conviene. La carne, nuestra parte
humana, no puede leer el Reino. Nuestra mente es incapaz de leer
que Dios se está valiendo de situaciones para conformarnos a la
imagen de Cristo. La conformación a la imagen de Cristo
demandará ciertas cosas para las cuales no estamos preparados. En
las horas preliminares a la crucifixión, Jesús estaba orando en
Getsemaní bajo una fuerte presión y declaró: “… Padre, si quieres,
pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya”
(Lucas 22:42).
Es difícil aceptar que
Las Escrituras afirman que de no sabemos cómo orar
sus sienes caían gotas de sangre. Los cuando estamos
expertos dicen que cuando una sometidos a la presión
persona está bajo una presión extrema, que opera para
revientan los vasos sanguíneos conformarnos a la
superficiales de su piel. El Cristo imagen de Cristo.
hombre estaba en ese estado de presión
extrema, sin embargo prefirió hacer la voluntad del Padre. Jesús
sabe orar en medio de las crisis. Podía negociar la copa, pero nunca

99
Escuela de Liderazgo de Avanzada

la voluntad de Dios. La copa amarga es el problema que estamos


atravesando ahora, pero bajo ningún concepto podemos negociar la
voluntad de Dios. Si perseveramos, aunque no sepamos orar como
conviene, el Espíritu Santo va a interceder por nosotros con gemidos
indecibles. En el futuro tendremos que enfrentar toda clase de crisis,
pero aunque no sepamos orar como conviene, el Espíritu Santo
intercederá por nosotros con gemidos indecibles.

Cuando atravesamos un problema que supera nuestra


capacidad de reacción, lo único que nos saldrá naturalmente es
llorar. En el pasaje de Romanos 8:26, el Señor dice: “… qué hemos de
pedir como conviene, no lo sabemos…”. Quizá en medio de las crisis
nuestros amigos se presenten para acompañarnos, pero es posible
que oren peor que nosotros. Nadie puede orar mejor que nosotros,
porque nos conocemos como nadie más. Cuando atravesamos
presiones en el ministerio, nos volvemos monótonos y todas
nuestras respuestas serán cortas. El libro de Hebreos 2:12 dice: “…
Anunciaré a mis hermanos tu nombre, en medio de la congregación
te alabaré”. Esta frase denota que Cristo asiste a nuestros servicios y
está adorando en algún lugar entre los hermanos.

¿Cómo adora el Señor?


Cantando en nuestro cantar, adorando en nuestra adoración,
bendiciendo a través de nuestras bendiciones. Cuando cantamos en
el Espíritu, Él canta a través de nuestro cantar. Cuando oramos en el
Espíritu, Él ora en nuestras oraciones y cuando bendecimos, Él
bendice a través de nosotros. Somos el canal de la expresión de Dios
y cuando Pablo dice que el Espíritu Santo intercede por nosotros con
gemidos indecibles, implica que cuando estamos abatidos y
gimiendo no estamos solos en la batalla. El Espíritu Santo intercede
a través de nuestro gemir con gemidos indecibles. El gemido del
Espíritu Santo es la manera de bajar hasta nuestro nivel,
identificándose con nosotros para meterse en nuestro mundo. En
determinados momentos, esto puede salvarnos la vida. Debemos
determinarnos a no gemir solos nunca más y ser conscientes que
nuestro gemido es el gemir del Espíritu Santo. ¿Cuál es la diferencia

100
La Predestinación

entre mi gemido y el del Espíritu Santo? Nosotros gemimos


ignorando el propósito y el Espíritu Santo lo hace conociendo la
plenitud de nuestro propósito. El pasaje de Romanos 8:27 afirma
este concepto: “… porque conforme a la voluntad de Dios intercede
por los santos”.

Conformados a la imagen de Cristo


Si el Espíritu Santo gime e intercede por nosotros con
gemidos indecibles, no tenemos dudas que el Padre responderá la
oración. El Padre ordenará el escenario completo, toda nuestra
naturaleza y confianza en nosotros mismos, lo que creemos que
somos. No dejará lugar a la autosuficiencia, porque todos nuestros
patrones de conducta comenzarán a ser tratados por Dios para que
seamos conformados a la imagen de su Hijo. Entonces podremos
expresar al Reino a través de nuestra vida. El gran negocio de Dios es
que una vez que se impartió en nosotros puede trabajar en nuestra
naturaleza humana. Así podrá expresarse a través de nuestra vida
como Rey y ser el Primogénito entre muchos hermanos. En otras
palabras, Dios nunca escatimará recursos para conformar a sus
hijos a su imagen. Todas las circunstancias que nos rodean a lo largo
de nuestra vida están diseñadas con asombrosa precisión por el
Padre para poder trabajar en nuestro carácter y conformarnos a la
imagen de su Hijo.

El apóstol Pablo afirma lo siguiente: “Gracias a mis cadenas,


ahora más que nunca la mayoría de los hermanos, confiados en el
Señor, se han atrevido a anunciar sin temor la palabra de Dios”
(Filipenses 1:14). Las prisiones que tuvo que padecer se
transformaron en un catalizador para que los discípulos que había
formado predicaran el Evangelio del Reino con más fervor. Todas
las circunstancias por las que debemos atravesar suman para la
concreción de nuestro propósito eterno en el Reino. Quizá no
podamos comprender muchas de las cosas que nos ocurrirán, pero
nos basta con entender que para los que amamos a Dios, todas las
cosas, personas y circunstancias trabajarán para conformar a Cristo
en nosotros.

101
Escuela de Liderazgo de Avanzada

Necesitamos activar nuestra sabiduría espiritual para entender que


el Señor está buscando algo más valioso en nuestra vida. Todos los
problemas siempre serán temporales porque el Señor nos librará de
todas las aflicciones. Pero mientras permanezcan en nuestra vida
serán las herramientas que utilizará para tratar nuestro carácter y
anular la confianza ciega en nosotros mismos. Este es el único
camino para ser conformados a la imagen del Primogénito.

En el pasaje de Mateo 25 encontramos dos parábolas del


Reino y en Mateo 13 hay siete parábolas del Reino. Las parábolas son
historias o ejemplos que Jesús diseñaba para esconder los misterios
del Reino. Las parábolas revelaban cosas escondidas desde la
fundación del mundo. El pasaje de Mateo 13:35 dice: “Hablaré por
medio de parábolas; revelaré cosas que han estado ocultas desde la
creación del mundo”. Cuando capturamos las palabras como
códigos de revelación, experimentaremos un avance impresionante
en la revelación y la naturaleza del Reino. El pasaje de Mateo 13:45-
46 dice: “También se parece el Reino de los cielos a un comerciante
que andaba buscando perlas finas. Cuando encontró una de gran
valor, fue y vendió todo lo que tenía y la compró”. Esta parábola es
un ejemplo de la revelación de los misterios del Reino.

Mateo 25:1-13 dice: “El Reino de los cielos será entonces


como diez jóvenes solteras que tomaron sus lámparas y salieron a
recibir al novio. Cinco de ellas eran insensatas y cinco prudentes. Las
insensatas llevaron sus lámparas, pero no se abastecieron de aceite.
En cambio, las prudentes llevaron vasijas de aceite junto con sus
lámparas. Y como el novio tardaba en llegar, a todas les dio sueño y
se durmieron. A medianoche se oyó un grito: '¡Ahí viene el novio!
¡Salgan a recibirlo!' Entonces todas las jóvenes se despertaron y se
pusieron a preparar sus lámparas. Las insensatas dijeron a las
prudentes: 'Dennos un poco de su aceite porque nuestras lámparas
se están apagando'. “No, respondieron éstas, porque así no va a
alcanzar ni para nosotras ni para ustedes. Es mejor que vayan a los
que venden aceite, y compren para ustedes mismas”. Pero mientras
iban a comprar el aceite llegó el novio, y las jóvenes que estaban

102
La Predestinación

preparadas entraron con él al banquete de bodas. Y se cerró la


puerta. Después llegaron también las otras. '¡Señor! ¡Señor!',
suplicaban. ¡Ábrenos la puerta! '¡No, no las conozco!', respondió él.
Por tanto, agregó Jesús, manténganse despiertos porque no saben ni
el día ni la hora”.

La segunda parábola se encuentra en Mateo 25:14-30: “El


Reino de los cielos será también como un hombre que, al emprender
un viaje, llamó a sus siervos y les encargó sus bienes. A uno le dio
cinco mil monedas de oro, a otro dos mil y a otro sólo mil, a cada uno
según su capacidad. Luego se fue de viaje. El que había recibido las
cinco mil fue en seguida y negoció con ellas y ganó otras cinco mil.
Así mismo, el que recibió dos mil ganó otras dos mil. Pero el que
había recibido mil fue, cavó un hoyo en la tierra y escondió el dinero
de su señor. Después de mucho tiempo volvió el señor de aquellos
siervos y arregló cuentas con ellos. El que había recibido las cinco
mil monedas llegó con las otras cinco mil. 'Señor, dijo, usted me
encargó cinco mil monedas. Mire, he ganado otras cinco mil'. Su
señor le respondió: '¡Hiciste bien, siervo bueno y fiel! En lo poco has
sido fiel; te pondré a cargo de mucho más. ¡Ven a compartir la
felicidad de tu señor!'”.

“Llegó también el que recibió dos mil monedas. 'Señor,


informó, usted me encargó dos mil monedas. Mire, he ganado otras
dos mil'. Su señor le respondió: '¡Hiciste bien, siervo bueno y fiel!
Has sido fiel en lo poco; te pondré a cargo de mucho más. ¡Ven a
compartir la felicidad de tu señor!' Después llegó el que había
recibido sólo mil monedas. 'Señor, explicó, yo sabía que usted es un
hombre duro, que cosecha donde no ha sembrado y recoge donde
no ha esparcido. Así que tuve miedo, y fui y escondí su dinero en la
tierra. Mire, aquí tiene lo que es suyo'. Pero su señor le contestó:
'¡Siervo malo y perezoso! ¿Así que sabías que cosecho donde no he
sembrado y recojo donde no he esparcido? Pues debías haber
depositado mi dinero en el banco, para que a mi regreso lo hubiera
recibido con intereses. Quítenle las mil monedas y dénselas al que
tiene las diez mil. Porque a todo el que tiene, se le dará más, y tendrá

103
Escuela de Liderazgo de Avanzada

en abundancia. Al que no tiene se le quitará hasta lo que tiene. Y a ese


siervo inútil échenlo afuera, a la oscuridad, donde habrá llanto y
rechinar de dientes'”.

En el pasaje de Mateo 23, Jesús denuncia al sistema religioso


corrupto del judaísmo. En Mateo 24 habla de las señales del fin y en
Mateo 25 concluye con el pensamiento del Reino, mencionando
estas dos extrañas parábolas del Reino. En primer lugar, las
parábolas tienen que ver con las vírgenes que esperan al esposo.
Segundo, con el Señor que regresa para pedirles cuenta a sus siervos
porque espera resultados. La enseñanza es que disfrutaremos a
Cristo en dos aspectos, primero como el Esposo amante y segundo
como un Señor severo que viene esperando resultados. La palabra
esposo refleja ternura y amor. El Reino de los cielos siempre se
relaciona con una Boda, porque es un romance universal. En esta
parábola hay una complejidad porque habla de diez vírgenes; al leer
el relato nos damos cuenta de que no existen diferencias entre las
diez.

Las diez son vírgenes y esto nos habla de pureza extrema.


Las diez tienen lámparas con aceite y mientras esperaban al esposo,
cabecearon y se durmieron. Pero en el verso cuatro surge la
diferencia entre ambos grupos: “… las prudentes llevaron vasijas de
aceite junto con sus lámparas”. Las lámparas llenas representan el
espíritu de cada una de ellas. El pasaje de Proverbios 20:27 dice: “El
espíritu humano es la lámpara del Señor, pues escudriña lo más
recóndito del ser”. Aunque siempre tuvimos aceite en nuestra
lámpara, existen áreas de nuestra vida donde no permitimos que
permeara a la vasija, una representación de nuestra alma. Pablo dijo:
“¿Quién te distingue de los demás? ¿Qué tienes que no hayas
recibido? Y si lo recibiste, ¿por qué presumes como si no te lo
hubieran dado?” (1 Corintios 4:7). Por causa del Reino,
comenzaremos a llenar nuestra vasija (alma) con aceite y nuestras
emociones, la parte almática de nuestro ser, estarán sujetas al
Espíritu Santo.

104
La Predestinación

emociones, experimentará muchos altibajos producto de la necedad


del alma para tratar con los asuntos del Espíritu. Las vírgenes fatuas
no tuvieron acceso a la boda, porque este es un derecho o premio que
sólo pueden ganar las vírgenes prudentes. Las imprudentes fueron
arrojadas a las tinieblas de afuera, allí no dice que fueron a parar al
infierno. Aunque hoy no entendamos todas las cosas, podemos
darnos cuenta que existen ciertos procesos que no terminaremos de
concluir a lo largo de nuestra vida. Pero concluiremos estos procesos
después de morir, porque la muerte no resuelve todas las cosas.
Pablo dice en Romanos 14:10: “… Porque todos compareceremos
ante el tribunal de Cristo”.

Tendremos que dar cuenta de nuestra obra y todo lo que


edificamos con madera, heno y hojarasca se quemará, pero lo que
edificamos con oro, plata y piedras preciosas, será purificado por el
fuego. En el Reino tenemos que trabajar para ganar la recompensa
completa. El pasaje de 1 Corintios 9:24 dice: “… corran, pues, de tal
modo que lo obtengan”. En la parábola de los talentos el Señor “les
entregó sus bienes” a sus siervos. Esta palabra me impresionó.
Debemos darle gracias al Señor, porque aún sin entender todas las
cosas, sabemos que Él nos entregó los bienes del Reino para
administrarlos y multiplicarlos. Mientras estos recursos se
encuentran en las manos de Dios son sus “bienes”, pero cuando
cambian a las nuestras se llaman “talentos”. Todos los dones,
habilidades y talentos son los bienes de Dios en nuestra vida.
La neurociencia afirma que al nacer
todos contamos con cinco habilidades Debemos darle gracias
que al combinarse entre sí producen un al Señor, porque aún
sin entender todas las
núcleo que nos hace únicos e
cosas, sabemos que Él
irrepetibles. En esta manifestación del
nos entregó los bienes
Reino habrá un avivamiento de los
del Reino para
dones y habilidades para hacer
administrarlos y
negocios. Esto nos permitirá penetrar
multiplicarlos.
mercados para ejecutar ideas que
manifestarán el Reino de Dios en la tierra. Estamos a punto de
experimentar ríos de abundancia financiera en el Cuerpo de Cristo.

105
Escuela de Liderazgo de Avanzada

Surgirá en la Iglesia una generación de jóvenes competentes, llenos


de gracia y con mentalidad de Reino que serán capaces de penetrar
los mercados para hacer grandes negocios. Dios nos está abriendo
un mundo nuevo para hacer todo tipo de negocios proféticos.
Recibiremos la habilidad para provocar la abundancia y salir de las
deudas antes del tiempo esperado. Saldremos de la insuficiencia
financiera y entraremos en la abundancia sin límites para la gloria de
Dios.

Las personas que vienen de la pobreza están programadas


con tres paradigmas diferentes: verbal, referencial y experimental.
El lenguaje de los pobres es: no hay, no tenemos y no podemos
conseguirlo. Debemos creer que el Rey nos entregó sus bienes para
hacer grandes negocios en el mercado. En Dios estamos
enriquecidos sin importar nuestro pasado, porque comenzamos
una vida nueva de abundancia sin límites para su gloria. El Padre
nos sacará de la dependencia laboral para llevarnos hacia un trabajo
inteligente y estratégico. Entonces podremos ser guerreros
financieros para el Reino de Dios. El segundo paradigma del pobre
viene de los modelos que recibió: padre pobre, casa pobre, escuela
pobre, ropa pobre, entorno pobre, etc. Cuando no conocemos otra
forma de vida, estaremos condenados a repetir el mismo paradigma
con nuestra descendencia.

El tercer paradigma del pobre surge de las experiencias de


una vida de pobreza. Entonces no festejaremos los cumpleaños, nos
costará hacer regalos, no saldremos de vacaciones, etc. Cuando
comenzamos a recibir la revelación del Reino, es como si no
estuviéramos homologados mentalmente para funcionar con este
tipo de mensajes. El Reino de los cielos tiene el poder para añadirnos
todo lo que haga falta, porque Dios nos va a prosperar grandemente.
Necesitamos ser permeados por un discurso de fe, aunque nos
tengan que repetir los principios del Reino una y otra vez hasta ser
procesados en nuestro ser interior. Esto provocará la transformación
necesaria para poder caminar por un paradigma de abundancia.

106
La Predestinación

El siervo a quien el Señor le entregó cinco talentos, negoció


con ellos y le entregó diez: “Su Señor le respondió: '¡Hiciste bien,
siervo bueno y fiel! En lo poco has sido fiel; te pondré a cargo de
mucho más. ¡Ven a compartir la felicidad de tu Señor!'” (Mateo
25:21). El Reino se edifica negociando correctamente los bienes que
Dios depositó en nuestras manos, por eso no debemos tener miedo
de negociar. Todas las parábolas de Mateo 13 se refieren al mercado;
el problema es que los llamados “padres de la Iglesia” nos
divorciaron del mercado. La Iglesia fue diseñada para operar dentro
del mercado. Nacimos para negociar. Un bebé nace y maneja el
negocio llorando; por eso llora y obtiene leche. Cuando caminamos
con Dios nunca habrá límites; todo lo que podamos alcanzar
quedará opacado por lo que vamos a lograr en el próximo nivel.

Los únicos límites que Dios reconoce son los que nosotros
establecemos. El siervo inútil que enterró el talento que recibió tuvo
que trabajar para hacerlo. Hay gente que trabaja más para el fracaso
que para el éxito. Necesitamos transformar nuestra manera de
pensar para que el Señor pueda ubicarnos donde está la abundancia.
No tenemos que vivir para administrar el don de otro sino el
nuestro. Muchas de las personas que forman parte de la Iglesia
pertenecen al grupo de un talento; es más fácil deprimirse porque
sentimos que tenemos pocos recursos. La mayoría de la gente que
llegará a nuestras congregaciones cree que recibieron pocos
recursos de Dios. Si logramos activar la productividad de los que
recibieron un talento, ganaremos las naciones en poco tiempo
porque Dios nos dará la gracia y la unción para hacerlo.

107
108
CAPÍTULO SIETE

“Vida, entrenamiento y fruto”

Apóstol Lucas Márquez

E En el Reino siempre nos preparamos para enfrentar lo peor,


pero esperamos que ocurra lo mejor. El pasaje de 1 Timoteo
4:7-8 dice: “Rechaza las leyendas profanas y otros mitos
semejantes. Más bien, ejercítate en la piedad, pues aunque el
ejercicio físico trae algún provecho, la piedad es útil para todo, ya
que incluye una promesa no sólo para la vida presente sino también
para la venidera”. Pablo pasó dos años en prisión en una cárcel
romana. Durante ese tiempo la Iglesia comenzó a degradarse
rápidamente por las infiltraciones de la filosofía griega y el
fundamentalismo judío. Dentro de este contexto surgen la primera y
segunda carta a Timoteo, mientras ministraba como pastor en la
congregación de Éfeso. Allí también se habían infiltrado líderes que
enseñaban una doctrina diferente a la del apóstol. Pablo le pidió a
Timoteo lo siguiente: “Al partir para Macedonia, te encargué que
permanecieras en Éfeso y les ordenaras a algunos supuestos
maestros que dejen de enseñar doctrinas falsas y de prestar atención
a leyendas y genealogías interminables. Esas cosas provocan
controversias en vez de llevar adelante la obra de Dios que es por la
fe” (1 Timoteo 1:3-4). Aquí el término ordenar o mandar es
“paraggello” e implica un decreto real.

El decreto de un rey no se puede modificar y se debe ejecutar


exactamente como lo mandó; no existe lugar para la creatividad. La
labor de Timoteo se equiparaba a vacunar a la congregación contra
los pensamientos diferentes a la “economía” neo-testamentaria de
Dios. Necesitamos que el Espíritu Santo desarrolle en nosotros una
capacidad de diagnóstico para saber las cosas que debemos

109
Escuela de Liderazgo de Avanzada

desechar de nuestra vida. El consejo que Pablo le confirió a Timoteo


fue: “Ejercítate para la piedad”. No podemos realizar ninguna tarea
espiritual sin tener la vida apropiada y contar con el entrenamiento
adecuado.

La palabra vida en griego tiene cuatro definiciones:

1. Vida biológica (Bios)


2. Vida del alma o anímica (suché)
3. Estilo de vida desordenado (anastrofe)
4. Vida increada (la vida de Dios)

Esta es la vida eterna (Zoe) que nos fue impartida según Juan
3:16. El pasaje de Juan 17:3 afirma: “Y ésta es la vida eterna: que te
conozcan a ti, el único Dios verdadero y a Jesucristo, a quien tú has
enviado”. Cuando leemos las Escrituras podemos darnos cuenta de
que la única vida que Dios considera es la vida Zoe; nuestra vida
humana, natural y finita no es considerada como vida. Por eso la
Biblia afirma que estábamos muertos en delitos y pecados, pero Él
nos dio vida. Toda clase de vida tiene dos elementos básicos: el
conocimiento de esa vida y la capacidad para gestionar ese
conocimiento. Por ejemplo: cuando un pájaro sale del huevo, conoce
la vida de los pájaros y tiene habilidad para gerenciar ese
conocimiento. El pájaro sabe cómo debe volar desde su nacimiento.
En otras palabras, nace conociendo y con la capacidad para
implementar ese conocimiento. Cuando Dios nos transfirió la vida
Zoe, recibimos el conocimiento y la habilidad divina para
desarrollar la tarea espiritual.

El Nuevo Pacto tiene que ver con el desarrollo del


conocimiento y las habilidades que Dios nos impartió. El pasaje de
Jeremías 31:33-34 dice: “Éste es el pacto que después de aquel
tiempo haré con el pueblo de Israel, afirma el Señor: Pondré mi ley
en su mente y la escribiré en su corazón. Yo seré su Dios, y ellos serán
mi pueblo. Ya no tendrá nadie que enseñar a su prójimo, ni dirá
nadie a su hermano: '¡Conoce al Señor!', porque todos, desde el más

110
Vida, Entrenamiento y Fruto

pequeño hasta el más grande, me conocerán, afirma el Señor. Yo les


perdonaré su iniquidad, y nunca más me acordaré de sus pecados”.
El pasaje de Ezequiel 36:27 dice: “Infundiré mi Espíritu en ustedes, y
haré que sigan mis preceptos y obedezcan mis leyes”. El pasaje de 1
Juan 2:27 dice: “Pero la unción que vosotros recibisteis de él
permanece en vosotros, y no tenéis necesidad de que nadie os
enseñe; así como la unción misma os enseña todas las cosas, y es
verdadera, y no es mentira…”.

Cuanto menor sea nuestro desarrollo espiritual, mayor


necesidad tendremos de recibir enseñanza y supervisión
permanente. Esto no tiene que ver con la cantidad de años que
llevamos formando parte del Cuerpo de Cristo, sino con el nivel de
desarrollo en la vida del Espíritu. Necesitamos desarrollarnos,
crecer y entrenarnos para manifestar esta vida. Por ejemplo, quizá
no hablemos inglés pero tenemos la capacidad para hacerlo. Si aún
no lo hicimos, es porque nunca fuimos entrenados para ello. Sin
embargo, una mascota jamás podría lograr esto porque no tiene la
clase de vida compatible para desarrollar esa tarea. Tenemos la vida
de Dios para realizar ciertas tareas, pero no contamos con el
entrenamiento para operar en esa vida. En los próximos años
necesitamos entrenarnos en los principios del Nuevo Pacto. Este
entrenamiento en la vida del Espíritu nos permitirá realizar la tarea
espiritual para que el Reino de Dios venga a la tierra.

2 Timoteo 2:1-2 dice: “Así que tú, hijo mío, fortalécete por la
gracia que tenemos en Cristo Jesús. Lo que me has oído decir en
presencia de muchos testigos, encomiéndalo a creyentes dignos de
confianza, que a su vez estén capacitados para enseñar a otros”. En
el pasaje de Josué 1 Dios le dijo “esfuérzate y sé valiente”. Pero en el
Nuevo Pacto Pablo le dijo a Timoteo que se “esforzara en la gracia” y
esto hace toda la diferencia. Dentro de las congregaciones, el
conocimiento suele ser teórico; pero el entrenamiento está basado en
las capacidades de la vida. Cuando hablamos de conocer y ser
entrenados no estamos hablando de un concepto teórico, porque en
el Reino todo se aprende realizando la tarea. Frente a los retos reales

111
Escuela de Liderazgo de Avanzada

que surgen de la visión del Reino, aprendemos todas las cosas por
medio de la práctica. Cuando accedemos a ciertos escenarios
preparados por Dios, la vida Zoe se desarrollará y crecerá para que
podamos aprender. Debemos consagrarnos de nuevo al Señor para
ser entrenados en esta nueva vida.

Hay cuatro cosas que considero elementales para el


desarrollo y el entrenamiento de la vida del Espíritu en nosotros.

Primero: “Desarrollar una relación de comunión adecuada


con el Señor”
En el Reino no tenemos relación, sino comunión y unidad
con Dios. El pasaje de Juan 17:21-22 dice: “… para que todos sean
uno. Padre, así como tú estás en mí y yo en ti, permite que ellos
también estén en nosotros, para que el mundo crea que tú me has
enviado. Yo les he dado la gloria que me diste, para que sean uno, así
como nosotros somos uno…”. La relación y la unidad son dos
realidades diferentes. ¿Cómo pueden estas dos realidades llegar a
ser una sola? Esto es un misterio, porque son realidades que se
deben revelar a nuestro espíritu. El pasaje de Éxodo 21:1-6 dice:
“Éstas son las leyes que tú les expondrás: Si alguien compra un
esclavo hebreo, éste le servirá durante seis años, pero en el séptimo
año recobrará su libertad sin pagar nada a cambio. Si el esclavo llega
soltero, soltero se irá. Si llega casado, su esposa se irá con él. Si el amo
le da mujer al esclavo, como ella es propiedad del amo, serán
también del amo los hijos o hijas
En el Reino no tenemos que el esclavo tenga con ella.
relación, sino
Así que el esclavo se irá solo. Si el
comunión y unidad
esclavo llega a declarar: 'Yo no quiero
con Dios
La relación y la unidad recobrar mi libertad, pues les tengo
son dos realidades cariño a mi amo, a mi mujer y a mis
diferentes. ¿Cómo hijos', el amo lo hará comparecer ante
pueden estas dos los jueces, luego lo llevará a una
realidades llegar a ser puerta, o al marco de una puerta, y allí
una sola? Esto es un le horadará la oreja con un punzón.
misterio... Así el esclavo se quedará de por vida

112
Vida, Entrenamiento y Fruto

El principio para todos en el Reino es que aunque somos


hijos de Dios, también somos sus siervos. Recibimos una Esposa que
es la Iglesia y recibimos hijos. Tenemos muchos motivos para estar
agradecidos con el Señor, porque todo lo que tenemos lo recibimos
de Él. Esta es la razón por la cual no tiene sentido alejarnos de su
comunión íntima, porque andar solos por la vida es nuestro peor
negocio. Dios está perforando nuestros oídos espirituales para que
podamos oír como los sabios. La Palabra de revelación es la “lezna”
de Dios que perfora nuestros oídos para oír con la actitud correcta. El
pasaje de Isaías 50:4-5 dice: “El Señor omnipotente me ha concedido
tener una lengua instruida, para sostener con mi palabra al fatigado.
Todas las mañanas me despierta, y también me despierta el oído,
para que escuche como los discípulos. El Señor omnipotente me ha
abierto los oídos, y no he sido rebelde ni me he vuelto atrás”.

Peter Clarke declaró: “Tenemos dos problemas; uno es


ignorar los conceptos, y el otro la incapacidad para gerenciar ese
concepto cuando lo oímos”. Pero aquí dice el Señor que nos dará
oídos para oír como los sabios. En otras palabras, se activará la
inteligencia espiritual y todo lo que Dios nos suelte tendrá un efecto
productivo en nuestra vida. Cuando Jesús resucitó pasó cuarenta
días en resurrección. No hay registro alguno de bosquejos o temas
que les haya enseñado a los discípulos. A simple vista pareciera que
no hizo nada, solo dice que enseñó acerca del Reino de Dios. Lo
único que hizo Jesús durante cuarenta días fue aparecer y
desaparecer. Se les apareció a sus discípulos y les dijo: “Paz a
vosotros”. Luego se apareció a dos hombres que iban caminando a
Emaús y estaban tristes porque habían matado al Señor. Cuando
llegaron a su casa lo invitaron a quedarse a pasar la noche. En ese
momento le pidieron a Jesús que tomara el pan para bendecirlo y
cuando lo reconocieron, desapareció delante de sus ojos.

A través de esta experiencia puedo entender dos cosas.


Primero que Jesús se quedó cuarenta días apareciendo y
desapareciendo para entrenarlos en la resurrección; para
introducirlos en la dimensión del Espíritu. Toda la visión de Cristo

113
Escuela de Liderazgo de Avanzada

sensitiva porque trataba de activar el Espíritu. El pasaje de Lucas


24:32 dice: “Se decían el uno al otro: ¿No ardía nuestro corazón
mientras conversaba con nosotros en el camino y nos explicaba las
Escrituras?”. Dios va a trabajar con nosotros durante los próximos
tres años para provocar una apertura del mundo espiritual como
nunca antes. Tendremos una revelación impresionante acerca de las
realidades espirituales. A los discípulos les ocurrieron tres cosas que
nos pasarán en este tiempo: “Les abrió las Escrituras, los ojos y el
entendimiento”.

Segundo: “Ser examinados por la luz del Señor”


Salmos 36:9 dice: “Porque en ti está la fuente de la vida, y en
tu luz podemos ver la luz”.

1 Juan 1:9 dice: “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y


justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda
maldad”.

Hechos 9:3 dice: “En el viaje sucedió que, al acercarse a


Damasco, una luz del cielo relampagueó de repente a su alrededor”.

A veces creemos que solo Pablo vio el resplandor de la gloria


del Señor, pero no es así. Cuando Jesús comenzó su ministerio se fue
hacia Galilea de los gentiles. El pasaje de Mateo 4:15-16 dice: “Tierra
de Zabulón y tierra de Neftalí, camino del mar, al otro lado del
Jordán, Galilea de los gentiles; el pueblo que habitaba en la
oscuridad ha visto una gran luz; sobre los que vivían en densas
tinieblas la luz ha resplandecido”. No es posible que la gente deje las
barcas y las redes con las que trabajaron toda su vida, a menos que
un resplandor los impresione y los rodee. El resplandor de su gloria
también se reflejará a través de nuestra vida cada vez que nos
movamos en la dimensión del Espíritu. Ese resplandor acompañará
nuestra gestión y algo va a ocurrir en cualquier lugar donde nos
encontremos. La situación que ocurrió con Pablo no es un caso
único, se repetirá vez tras vez cuando los cielos se abran y la
revelación se active en nuestra vida. Debemos prepararnos para

114
Vida, Entrenamiento y Fruto

operar bajo un resplandor de gloria.

2 Corintios 3:18 dice: “Así, todos nosotros, que con el rostro


descubierto reflejamos como en un espejo la gloria del Señor, somos
transformados a su semejanza con más y más gloria por la acción del
Señor, que es el Espíritu”. Mientras mayor sea la intensidad de la luz
que contemplamos, peores nos vamos a ver. Estamos entrando en
un nivel donde vamos a ser examinados en la presencia de Dios por
causa del desarrollo de su vida en nosotros. Qué bueno es poder
tener ese tiempo de oración en secreto con el Señor, porque en su
presencia seremos examinados. Aunque el resultado siempre será el
mismo y nos daremos cuenta que no somos apropiados para realizar
la tarea porque somos demasiado naturales, mundanos y carnales.
Quizá nos sintamos como el primero de los pecadores y no
entendamos por qué Dios nos llamó. En su presencia nunca nos
creeremos la “gran cosa”, porque podremos darnos cuenta que solo
por su gracia estamos vivos. Entonces desarrollaremos una
sensación profunda de dependencia absoluta del Señor. Cuando
estamos dispuestos a permitir que el Señor examine nuestra vida,
nos mostrará el diagnóstico exacto de nuestra condición y sabremos
cómo llegar desde donde estamos hasta donde Él nos quiere llevar.

Tercero: “Recibir una carga del Señor”


Cuando el Señor nos toma como hijos y siervos recibiremos
una carga. La palabra “carga” define
Cuando el Señor nos
la misión o la tarea que tendremos que
toma como hijos y
desarrollar en el Reino. Debemos
siervos recibiremos una
recibir con gozo la carga que Él carga. La palabra
establece sobre nuestros hombros. “carga” define la
Jesús dijo: “Carguen con mi yugo y misión o la tarea que
aprendan de mí, pues yo soy apacible tendremos que
y humilde de corazón, y encontrarán desarrollar en el Reino.
descanso para su alma. Porque mi
yugo es suave y mi carga es liviana…” (Mateo 11:29-30). La
desgracia de mucha gente en la Iglesia es que a pesar de los años,
nunca llevaron una carga del Reino sobre sus hombros.

115
Escuela de Liderazgo de Avanzada

El pasaje de Cantares 1:7-8 dice: “Cuéntame, amor de mi vida,


¿dónde apacientas tus rebaños?, ¿dónde a la hora de la siesta los
haces reposar? ¿Por qué he de andar vagando entre los rebaños de
tus amigos? Si no lo sabes, bella entre las bellas, ve tras la huella del
rebaño y apacienta a tus cabritos junto a las moradas de los
pastores”.

Todos debemos llevar los cabritos junto a los rebaños en las


cabañas de los pastores. Es una revelación de la carga del Señor para
trabajar con la gente. En los primeros tiempos, una persona que se
convierte es un cabrito indisciplinado. Hay que hacer un trabajo de
pastoreo para traerlos a la voluntad del Señor y formarlos en todo lo
que aprendimos acerca de la consolidación. Debemos regresar a la
gente, porque esa es nuestra asignación primordial. Necesitamos
asumir que somos la solución perfecta para alguien más, porque
estamos asignados a desarrollar personas y no a mantener un
sistema en funcionamiento.

Cuarto: “Desarrollar un profundo interés por las personas”


El individualismo en el Cuerpo de Cristo hizo mucho daño.
El pasaje de Efesios 4:13 dice: “hasta que todos lleguemos…”. Dios
está levantando gente responsable y trascendente que ame a las
personas. El pasaje de Juan 4:31-34 dice: “Mientras tanto, sus
discípulos le insistían: Rabí, come algo. Yo tengo un alimento que
ustedes no conocen, replicó él. ¿Le habrán traído algo de comer?,
comentaban entre sí los discípulos. Mi alimento es hacer la voluntad
del que me envió y terminar su obra, les dijo Jesús”. El relato de Jesús
en Sicar comienza afirmando que “le era necesario pasar por
Samaria…”. Lo único que Jesús hizo en esa tierra fue hablar a
mediodía con una mujer solitaria a la orilla de un pozo. ¿Quién llegó
primero al pozo, Jesús o la mujer?.

Jesús llegó cansado del camino y se sentó a orillas del pozo


pasando calor; entonces apareció una mujer de dudosa reputación
sola para sacar agua a mediodía. Jesús provocó una conversación
con ella, pero antes había mandado a sus discípulos al pueblo con la

116
Vida, Entrenamiento y Fruto

excusa de comprar alimentos, pero en realidad no quería que


estuvieran allí porque serían un problema para lo que iba a realizar.

Jesús nos demuestra que es posible abandonar una ciudad o


una multitud sólo para asistir a una persona. No sabemos si esa
persona puede ser la bisagra que marcará la diferencia que nos
permitirá alcanzar una ciudad. En realidad siempre conoceremos a
una persona en parte, pero no sabemos todo lo que puede haber
dentro de ella. Una persona tiene un valor intrínseco demasiado
importante como para ignorarlo. Hemos hablado mucho sobre
paternidad y en realidad lo creemos. Pero hoy necesitamos que esta
nueva vida del Espíritu active en nosotros la paternidad espiritual.
Cuando leemos los cuatro Evangelios, la palabra “discípulo”
aparece más de trescientas veces. En el libro de los Hechos aparece
unas treinta veces. En las epístolas del Nuevo Pacto no aparece la
palabra “discípulo”, excepto en algunos casos. Pareciera que este
término fue reemplazado por el de hijos y esto nos habla de una
relación de paternidad.

Todo el lenguaje formativo dentro del Nuevo Pacto se ajusta


a los términos de la crianza de los hijos: “amamantar, nutrir, cuidar,
dar alimento sólido, leche, etc”. Es algo que se debe activar en
nuestra gestión dentro de la Iglesia. Se debe despertar en nosotros el
llamado primordial para ser padres o madres. Esto volverá a
nuestras congregaciones, la gente que va a nacer serán hijos
nuestros, tendrán nuestro ADN y los cuidaremos con el amor del
Padre. Llegó el tiempo de deshacernos de los discípulos y tener hijos
engendrados. Los nutriremos y disfrutaremos de cada etapa de su
crecimiento, aún de sus errores. El pasaje de 1 Tesalonicenses 2:7 y
11 dice: “Aunque como apóstoles de Cristo hubiéramos podido ser
exigentes con ustedes, los tratamos con delicadeza. Como una
madre que amamanta y cuida a sus hijos”… “Saben también que a
cada uno de ustedes lo hemos tratado como trata un padre a sus
propios hijos”. El pasaje de 2 Corintios 12:14-15 dice: “Miren que por
tercera vez estoy listo para visitarlos y no les seré una carga, pues no
me interesa lo que ustedes tienen sino lo que ustedes son. Después

117
Escuela de Liderazgo de Avanzada

de todo, no son los hijos los que deben ahorrar para los padres, sino
los padres para los hijos. Así que de buena gana gastaré todo lo que
tengo, y hasta yo mismo me desgastaré del todo por ustedes. Si los
amo hasta el extremo, ¿me amarán menos?”.

La atención de un hijo siempre será la prioridad de los


padres, pero sólo el amor puede hacer de esto una realidad. El pasaje
de 1 Corintios 13:7 dice: “Todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo
espera, todo lo soporta…”. Los primeros seis versículos de Juan 15
hablan de una realidad orgánica: la vid y los pámpanos. ¿Dónde
termina uno y comienza el otro? Es un todo orgánico. Este concepto
se nos tiene que revelar. Debemos tener una vida y un
entrenamiento apropiados para producir los frutos correctos. La
palabra fruto en griego es “carpos”, lo que se produce por la energía
inherente a un organismo vivo. En Romanos 11:17-18, el apóstol
Pablo dice: “Ahora bien, es verdad que algunas de las ramas han
sido desgajadas, y que tú, siendo de olivo silvestre, has sido
injertado entre las otras ramas. Ahora participas de la savia nutritiva
de la raíz del olivo. Sin embargo, no te vayas a creer mejor que las
ramas originales. Y si te jactas de ello, ten en cuenta que no eres tú
quien nutre a la raíz, sino que es la raíz la que te nutre a ti”. Somos
ramas injertadas en el “buen olivo” o en el olivo cultivado. Para
realizar un injerto se necesitan dos cortes: “La rama silvestre se debe
cortar del viejo árbol y se debe hacer otro corte en el receptor donde
se va a injertar la rama”. Fuimos cortados en la Cruz, separados del
viejo árbol “Adán” e injertados en el verdadero árbol que es Cristo.
En la cruz se produjeron los dos cortes.

Una rama de eucalipto injertada en un


Debemos tener una manzano no producirá nada porque
vida y un tiene una naturaleza diferente. Pero
entrenamiento una rama de olivo silvestre injertada
apropiados para en el buen olivo siempre producirá
producir los frutos fruto abundante porque tienen la
correctos. misma naturaleza. Pertenecemos al
género de Dios. Cuando Él creó al

118
Vida, Entrenamiento y Fruto

hombre se habló a sí mismo, nombrando a cada cosa según su


género. Como tenemos su naturaleza podemos ser injertados en Él.
Pablo dice que los judíos fueron desgajados y en el espacio que
quedó, fuimos injertados nosotros. Entonces, si las raíces son santas,
las ramas también lo serán. Las raíces son los patriarcas: Abraham,
Isaac y Jacob, el olivo es Cristo y la savia es el Espíritu Santo; en
consecuencia, somos parte del “Buen Olivo”. Las ramas no hacen
nada, simplemente fueron injertadas en el olivo y sólo se ve el
desbordamiento de la savia que se traducirá en el fruto visible.

En el pasaje de Juan 15 encontramos once referencias a lo que


implica permanecer. Los mensajes sobre la permanencia en Cristo
no son muy frecuentes. ¿Cómo se permanece en Cristo? Juan 15:4
dice: “Permaneced en mí”. La respuesta está en Romanos 8; allí
vemos revelado todo el secreto para permanecer en Él. Pablo habla
de andar, vivir y testificar junto con el Espíritu. El pasaje de
Romanos 8:16 dice: “El Espíritu mismo le asegura a nuestro espíritu
que somos hijos de Dios”. Necesitamos aprender a testificar junto
con el Espíritu que somos hijos de Dios y aprender a clamar “Abba
Padre”. Cada vez que nos sintamos fuera del Espíritu, debemos
declarar en voz alta nuestra paternidad: “Soy hijo de Dios”. Cuando
hacemos esto en medio de la adversidad, el Espíritu Santo testificará
juntamente con nuestro espíritu.

Cuando ponemos la mente en las cosas del Espíritu,


obtendremos vida y paz. Pablo describe esta realidad desde dos
aspectos diferentes: “Poned la mente y tened la mente puesta”. Al
poner intencionalmente nuestra mente en las cosas del Espíritu,
llegamos a la condición de tener nuestra mente establecida en las
cosas del Espíritu. Esto implica todo lo relacionado con el Espíritu:
“La Palabra, la alabanza, la adoración, la vida dentro de la Iglesia, la
predicación, el discipulado, la oración, la meditación, etc”. El pasaje
de Romanos 7:25 dice: “… En conclusión, con la mente yo mismo me
someto a la ley de Dios, pero mi naturaleza pecaminosa está sujeta a
la ley del pecado”. El apóstol Pablo declara que el hombre de
Romanos 7 tiene una mente totalmente independiente que no está

119
Escuela de Liderazgo de Avanzada

sujeta a Dios o a la carne. Los hombres y las mujeres del Nuevo Pacto
tenemos una estrategia para el Espíritu, pero no para la mente. El
pasaje de Romanos 8 nos insta a poner la mente en las cosas del
Espíritu. Si doblegamos nuestra mente para que todo el tiempo
piense en las cosas del Espíritu, terminará puesta en las cosas del
Espíritu.

Romanos 8:2 dice: “… pues por medio de él la ley del


Espíritu de vida me ha liberado de la ley del pecado y de la muerte”.
El diablo se encarnó en la serpiente cuatro mil años antes que Cristo
se encarnara y cuando el hombre pecó, se inyectó en el resto del
género humano. Cuando Cristo se encarnó cuatro mil años después,
se introdujo en el género humano; por eso Pablo afirma que el
pecado entró en el mundo por un hombre. El pecado en singular,
como un ente, no los pecados particulares sino como una
manifestación del diablo funcionando a través del pecado y la
muerte. Nadie estudia o se discipula para pecar. Pecan porque están
bajo la ley del pecado y la muerte que se mueve en ellos.

La ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús nos libró de la ley


del pecado y la muerte, porque ahora Él habita en nosotros. La
sangre de Cristo nos libró de la condenación eterna, pero ahora hay
una condenación interior de la cual habla Pablo cuando dice: “¡Soy
un pobre miserable! ¿Quién me librará de este cuerpo mortal?”
(Romanos 7:24). Estas palabras describen el tenor de su batalla
interior. La salvación interior puede ser más trascendente que la
primera salvación, porque existen dos leyes que combaten dentro de
nosotros. Pero obtendremos la victoria por medio de la ley del
Espíritu de vida en Cristo Jesús. Es imposible vivir en victoria si esta
ley no se revela en nuestro espíritu.

120
CAPÍTULO OCHO

“La persona y la obra”

Apóstol Juan Ballistreri

T oda verdad siempre se revelará de una manera perfecta. No


tenemos dificultades para entender en nuestro espíritu lo
que Dios nos habló, pero el próximo riesgo se manifestará
cuando queramos llevar esa verdad desde la dimensión del Espíritu
hacia la realidad del mundo tangible. Los riesgos de una visión
nunca se encuentran en Dios. Cuando recibimos esta revelación,
debemos asumir la responsabilidad de unirnos a otros para vivir en
la unidad del Espíritu Santo y edificarnos en el vínculo de la paz.
Entonces trabajaremos para hacer que esa verdad revelada se
convierta en una masa crítica que impacte al mundo para que crea en
lo que nos fue impartido. Esto es mucho más que una simple
doctrina o una filosofía; es la vida de Cristo operando en cada uno de
nosotros.

Jesús decía que las parábolas son un misterio del Reino de


Dios. En cada parábola hay un secreto encerrado que sostiene el
fundamento del Reino. ¿Qué haremos con lo que hemos oído? El
Señor nos debe librar de las experiencias de la carne que no fueron
procesadas por el Espíritu Santo, porque sólo las que pasaron por el
filtro de la Palabra nos servirán a la hora de ministrar. No creo en la
teología basada en las experiencias, porque quizá nunca más nos
vuelva a pasar lo mismo. Sin embargo, existen experiencias que el
Espíritu Santo permite para que podamos ayudar a otros que se
encuentran en una situación de crisis.

El peso de los números


Los números sirven para establecer un precedente que

121
Escuela de Liderazgo de Avanzada

respalde el resultado de lo que estamos diciendo y reflejan un


compromiso con lo que queremos vivir. Durante los últimos años
pude observar que en el Cuerpo de Cristo, poner la obra de Dios en
escena requirió más tiempo que estudiar la obra en sí. Deberíamos
invertir más tiempo en conocer la obra antes de ponerla en escena.
Nos está llevando demasiado tiempo encontrar la manera, en la paz
de Dios, de implementar la práctica de la fe. Esto es lo que nos
permitirá llevar a cabo la obra del ministerio para que los hombres
sean salvos y el ser humano vuelva al conocimiento de Dios a través
de una expresión viva de la vida de Cristo en nosotros.

No es lógico pasar horas reunidos en una oficina hablando


sobre cómo predicar el mensaje del Evangelio, cuando esas horas
nos privaron de estar en intimidad con Dios. Hay un desfasaje entre
el tiempo que pasamos hablando de la obra frente al que pasamos
conociendo a la Persona de la obra: Cristo. No podemos pasar más
tiempo enseñando la Palabra de Dios que el que invertimos en
relacionarnos con la Palabra encarnada. Siempre es más importante
la Persona que la obra que podamos realizar, porque la Persona
determina las características de la obra. Nos lleva más tiempo y más
problemas llevar a la práctica la manera de evangelizar al mundo
que conocer a Cristo, la encarnación del mensaje del Evangelio.

Las improvisaciones
Nuestro mayor problema es que pasamos demasiado
tiempo tratando de improvisar sobre el escenario de la obra, sólo
porque no aprendimos acerca de la obra. El buen actor, siervo o
líder, aprende el libreto de la obra en la intimidad y no improvisará
cuando tenga que salir al escenario. La gente aún no corre hacia
nuestras congregaciones porque la obra sea mala, sino por causa de
los desacuerdos que manifestamos cada vez que subimos a la
plataforma. Esto queda expuesto cuando queremos salir al mundo
como Iglesia para tratar de expresar el Evangelio. La puesta en
escena es la demostración de todas las improvisaciones en nuestra
vida de intimidad con Dios. Todo lo que hacemos cuando
predicamos es el Evangelio y la obra, pero el argumento está

122
La Persona y la Obra

determinado por la Persona que escribió la obra. Vemos la urgencia


espiritual y entendemos que aunque en la puesta en escena no
obtengamos lo esperado, tendremos la hidalguía y el valor como
hijos de Dios para llegar al final del año y hacer un balance sincero.
El resultado nos permitirá reconocer hasta qué punto entendimos
que la obra del Señor está determinada por el conocimiento de su
Persona.

Si todo lo que nos enseñó el Señor marcara nuestra agenda,


deberíamos consagrarnos a edificar nuestra vida interior para no
comenzar un día sin la plena consciencia de que estamos unidos
íntimamente a la Vid verdadera. Esto nos asegurará que una
persona no tendrá problemas para
entender la obra, porque conoce el Los discípulos no
Espíritu del Director de la obra. Por pueden llevar adelante
ejemplo, la persona que el Señor una obra si no conocen
estableció al frente de una a su discipulador,
congregación es el pastor. Si su porque el espíritu de la
cobertura es un apóstol, para ejercer persona siempre
correctamente como director de esa precede a la obra.
congregación necesitará conocer a esa
persona o nunca podrá implementar la obra que Dios determinó
desarrollar a través de él. Los discípulos no pueden llevar adelante
una obra si no conocen a su discipulador, porque el espíritu de la
persona siempre precede a la obra.

¿Quién es este?
Mateo 13:53-55 dice: “Aconteció que cuando terminó Jesús
estas parábolas, se fue de allí. Y venido a su tierra, les enseñaba en la
sinagoga de ellos, de tal manera que se maravillaban, y decían: ¿De
dónde tiene éste esta sabiduría y estos milagros? ¿No es éste el hijo
del carpintero? ¿No se llama su madre María y sus hermanos,
Jacobo, José, Simón y Judas?”. El problema es que al no conocer a la
persona de Cristo, no entendían cómo Jesús podía hacer maravillas.
Nunca podremos entender las obras sin tener una revelación del
corazón de las personas. Cuando una congregación tiene problemas

123
Escuela de Liderazgo de Avanzada

a la hora de evangelizar, es porque no comprenden que en el Nuevo


Pacto los hijos son engendrados a través de la vida del Espíritu.
Aunque esta es una de las expresiones de la vida de la Iglesia, no
pueden operar en ella porque no conocen a la Persona de Cristo.
Mostrar un elevado nivel de administración es una manera de
demostrar nuestra espiritualidad. No puede existir una
espiritualidad sana en medio de un ambiente dominado por una
administración deficiente. La manera como administramos nuestra
vida manifestará el conocimiento que tenemos de la Persona de
Cristo.

¿Por qué el pastor de una congregación puede vivir niveles


maravillosos de fe, aunque no sea la realidad en la que viven sus
miembros? Porque sus miembros no conocen a la Persona desde la
cual fluyen todas las cosas. Si no tenemos conocimiento de la
Persona no podremos reconocer las obras que hace. ¿Por qué la
gente no disfruta la obra de un ministerio? Simplemente porque no
conocen cómo viven las personas involucradas en el ministerio. No
se pueden comprender las obras sin una revelación de la Persona
que las motiva. El corazón del Evangelio es una Persona
manifestada a través de una obra determinada. Una obra es todo
aquello a lo cual le echamos mano. En nuestro caso es el proceso de
predicar el Evangelio y desarrollar un programa sistemático con la
gente que se añade: ganarlos, consolidarlos y guiarlos, que
encuentren su llamado y lo desarrollen para hacer la obra del
ministerio. La obra implica aprender a administrar correctamente
todo lo que es sagrado.

La obra
Una obra es todo lo que hacemos para traer a la realidad un
concepto que habita en nuestra mente. Pero si los que intentan
realizar la obra no conocen a la persona que está al frente (pastor,
líder, apóstol), no pueden entender las obras. Seríamos más
efectivos en la obra si estuviéramos un ochenta por ciento junto a la
persona y veinte por ciento en el terreno. La mayoría de los
miembros de la congregación que nunca llevan la carga y la

124
La Persona y la Obra

los asuntos de la Iglesia en cuanto a la obra, se caracterizan porque


no desarrollaron una relación de fluidez con la persona al frente de
la obra. Los sabios le preguntaron a Jesús: “¿De dónde tiene éste esta
sabiduría y estos milagros?”. En realidad, el Señor la sacaba de la
misma fuente donde ellos “deberían” haberla buscado.

La persona determinará el carácter de la obra; por eso


cuando hacemos la obra sin conocer a la persona, entraremos en
conflictos con esa visión. Si los que vienen a MDV no me conocieran,
jamás entenderían por qué me enojo cuando no se pinta una pared.
Si conocieran mi persona evitarían juzgarme, porque conocer a la
persona implica conocer la obra que realiza. Cuando esto no es
una realidad, soportaremos la presión
durante un tiempo pero no podremos La persona
realizar obras duraderas que determinará el carácter
manifiesten la vida de Cristo. Si no de la obra; por eso
conocemos a Dios, nunca podremos cuando hacemos la
predicar con sinceridad acerca de Él. obra sin conocer a la
Hasta que no hable conmigo acerca persona, entraremos en
del origen de las Escuelas de conflictos con esa
Liderazgo de Avanzada, nunca podrá visión.
aprovecharlas al máximo porque
están íntimamente ligadas a mi persona. Hay un aspecto del
Evangelio que le pertenece al hombre con el cual nos determinamos
a caminar sobre la Tierra. Hay aspectos de MDV que nunca se
manifestarán en la vida de las personas, aunque sean miembros
activos, si desconocen cómo nació nuestro ministerio.

Conflictos en la aplicación
No podemos ser efectivos al aplicar cualquier manifestación
de la obra sin manifestar algunos trabajos administrativos prácticos.
Cuando se pasa más tiempo en la obra que con Dios, corremos el
riesgo de actuar más como herejes y apóstatas. Si predicamos cinco
horas al día pero no respetamos nuestro tiempo de intimidad con el
director, no serviremos cuando debamos salir a escena. Quien sale a
predicar el Evangelio una hora será efectivo si pasó por lo menos tres

125
Escuela de Liderazgo de Avanzada

horas con el Diseñador de la obra. Si como pastor de MDV en


Córdoba pasa tres días sin hablarme o sin verme la cara, no estará
conectado con mi persona. No podemos asistir a diez reuniones en
la congregación sin estar por lo menos tres con el apóstol, el pastor o
el líder en autoridad sobre nuestra vida.

Tres años atrás el Señor me dijo: “Las personas que no


ministran juntos al Señor terminarán peleándose entre ellos”. No
podemos ser más efectivos trabajando en una oficina de lo que
somos en el lugar donde ministramos al Señor. Pude notar que las
personas a quienes les cuesta trabajar juntos en la obra, hace tiempo
dejaron de orar juntas. Aprendí que la obra del Reino no se hace sólo,
porque está conectada con las personas y no se pueden separar
ambas esferas. Los hijos de Dios elegidos y llamados por el Señor,
entienden la obra de Jesucristo por lo que Él es. Caso contrario
hablaríamos de una imitación de baja calidad y estaríamos
trabajando fraudulentamente.

Conectados con la Fuente


Todos permanecemos en la Iglesia porque existe algo que
nos conecta con Ella. Pero algunos están tan ocupados ganando al
mundo que después nos sorprendemos cuando nos enteramos que
no tienen un peso y no tienen trabajo. Aún así, manifiestan que no
tienen tiempo siquiera para asistir a las Escuelas de Liderazgo. Es
que la Palabra que se imparte en cada escuela está embebida en un
espíritu que lleva a abortar todo lo que no surge del Espíritu de Dios.
Dios tiene que levantar nuevos líderes en MDV y el mundo. No
podemos implantar la obra de alguien que no conocemos. Si un
colaborador no quiere estar con nosotros, esto refleja que hace
tiempo nos abandonó. Las transmisiones por Internet nunca podrán
suplantar a la vida corporativa dentro de la Iglesia.

Cuando nos cuesta hacer la obra, el problema no es la


dificultar para entender el apunte que nos entregaron; es el
desconocimiento de la Persona de Cristo, porque es quien nos envió
a hacer la obra. Pude entender una revista en portugués sobre

126
La Persona y la Obra

principios morales para niños, porque antes de leer esa revista


conocí a la persona que tuvo la visión para ese proyecto. Si los
estudiosos de la ley judía hubieran conocido a Jesús, nunca se
habrían preguntado de dónde salieron los milagros. En los
próximos años se manifestará un espíritu que se moverá para
desacreditarnos en el ministerio por medio de burlas, para tratar de
impedirnos acceder al próximo nivel de autoridad donde Dios nos
quiere, tratando de encerrarnos en ciclos de conflictos y derrotas.

La desacreditación es el último examen que debemos rendir


antes de acceder al próximo nivel de autoridad espiritual. La
profecía de Dios y la reacción del diablo nos anunciarán que estamos
listos para movernos en la próxima dimensión de poder. Cuando
estamos ante el ataque de un espíritu de desacreditación personal, la
solución para no terminar encerrados en los comentarios de alguien
en contra de lo que Dios está impartiendo, es conocer a la Persona
del Padre. Hay cosas que hacemos los seres humanos que abren la
posibilidad de terminar atados al descrédito; pero esta maniobra se
cae cuando conocemos a la Persona de Cristo.

La soledad
Los discípulos se gozaron con los milagros de Jesús, pero
cuando empezaron a desacreditar a su Maestro, ninguno
permaneció a su lado. Podemos hacer milagros y tratar de hacer la
obra del Señor, pero eso no significa que vamos a estar parados junto
a la Cruz y dispuestos a morir con nuestro líder. Nuestra fidelidad a
Dios y hacia una persona no se desprende de la obra que hacemos,
sino del grado de conocimiento y revelación que tenemos de la
persona con quien decidimos caminar. Cuando no nos conocemos a
nosotros mismos, cada vez que nos ocurra algo que sacuda nuestra
vida, comenzaremos a preguntarnos acerca de todas nuestras
decisiones. Nuestro mundo interior se comenzará a sacudir porque
la obra será el blanco del ataque para revelar cuánto conocemos a la
Persona que nos envió a hacer la obra.

127
Escuela de Liderazgo de Avanzada

Podremos identificar y entrenar a una persona para operar


en lo que se nos dijo anteriormente si respetamos las leyes básicas
del conocimiento de Cristo. Debemos identificar y definir el
comportamiento de una congregación del Nuevo Pacto, sumado a
las características de sus pastores, predicadores y obreros.
Necesitamos establecer cómo deberíamos comportarnos en lo
básico, si queremos ser miembros de una congregación con visión
de Reino. No vale de nada tener una obra extraordinaria, si la
Persona y la vida de Cristo no emanan desde nuestro ser. En esta
congregación el Señor puede enseñar porque no está edificada por
un montón de personas que no piensan, sino con gente consciente de
la presencia del Espíritu Santo en sus vidas.

Confidentes
La obra de Dios necesita personas confidentes. La obra se
aborta porque no guardamos confidencialidad respecto de ciertas
cosas que oímos del Señor. Debemos aprender a desarrollar un
espíritu que nos permita guardar confidencias de Estado o
confidencias de Reino. La ejecución de la obra nunca puede anular
nuestro sentido común. Hay cosas serias que son personales; sin
embargo alguien se encargará de divulgarlas porque no tienen un
concepto claro de la importancia de ser confidentes. Hacen falta
métodos que nos permitan implementar una visión de Dios; el
problema ocurre cuando pasamos más tiempo relacionándonos con
el método que con el Dueño del método.

Si un mensaje por Internet nos impacta más que lo que nos


impactó Dios en la intimidad, estaremos perdidos dentro del Reino.
Pero la situación será diferente si primero fuimos impactados por
Dios en la intimidad, porque desde ahí en adelante todo lo que
hagamos enriquecerá esa experiencia. Debemos trabajar para
canalizar la verdad de Dios para que nos permita llegar a un destino
en común, con fuerza y unidos, donde se vea a un Cristo
manifestado y no a un montón de creyentes descerebrados. La gente
confundió discipular con evangelizar. El discipulado es una palabra
que debemos madurar mucho más en nosotros hasta que se revele

128
La Persona y la Obra

correctamente en nuestro espíritu. Toda verdad en el Reino irá


migrando conforme a los nuevos niveles de revelación que el
Espíritu Santo nos vaya impartiendo. En Apocalipsis no vemos la
presencia de los apóstoles sino de ángeles que imparten el mensaje
desde el trono del Señor.

Mentalidad de diagnóstico
Necesitamos desarrollar una mentalidad de diagnóstico.
Hay espíritus perversos consagrados a torcer una verdad destinada
a edificarnos en la rectitud del Reino. La motivación que me impulsa
a edificar a la gente dentro del Reino de Dios es enseñarles a
conectarse con la revelación que el Espíritu Santo implantó dentro
de su espíritu desde la eternidad. Los mentores simplemente
debemos diseñar entornos para que esa revelación personal y
particular se pueda manifestar en plenitud en el plano material. El
verdadero discipulado siempre transcurrirá las 24 horas del día.
Evangelizar es una acción meditada y estratégica, pero puntual y
limitada. No podemos ser más evangelistas que discípulos, porque
el discipulado se fundamenta en una relación de intimidad con Dios
y con nuestros mentores. Nadie puede llevar adelante un método
sin crear el espíritu correcto.

Cuando podemos ver el Reino, Dios nos dará las finanzas y


los medios para hacer lo que sea necesario. Es cuestión de recibir una
revelación del Espíritu de Dios. Las congregaciones a veces
manifiestan un aspecto o una mentalidad privada que afirma “si no
rendimos según las metas que nos imponen, corremos el riesgo que
nos echen”. Pero también una mentalidad pública, donde “a veces se
hace necesario asistir a los servicios”. Por momentos esta
manifestación puede ser pública o privada, pero siempre será divina
por encima de todas las cosas. Cuando administramos las cosas de
Dios, debemos romper la mentalidad o el concepto de
administración que traemos incorporado en nuestra mente. Nuestro
desafío es aprender a discernir hacia dónde está mirando la Persona
de Dios, la visión que está impartiendo en este tiempo, porque la
obra que debemos realizar está conectada con Él. Quién no quiera

129
Escuela de Liderazgo de Avanzada

pasar tiempo relacionándose con la Persona, en realidad no le


interesa demasiado su visión.

Fieles a la revelación
Para caminar en la visión de la persona con quien decidimos
estar, debemos ser fieles a la revelación en nuestro espíritu y no a los
designios de nuestro corazón. Pablo decía: “… deseando desde hace
muchos años ir a vosotros” (Romanos 15:23). El deseo de nuestro
corazón señalará nuestra verdadera cobertura. Nadie puede ejercer
la autoridad de Dios sobre nuestra vida si no queremos estar con esa
persona. ¿Cómo sabemos si estamos en condiciones de implementar
una visión de Dios? En primer lugar, porque queremos estar con Él.
Nadie puede hacer la obra de Aquél que no conoce. Esto va más allá
de nuestro cuerpo y alma; surgirá desde nuestro espíritu
regenerado. No tendremos problemas para hacer la obra de la
persona con quien disfrutamos estar; puede ser la obra de Dios o el
proyecto de un hombre. Muchas veces tenemos problemas porque
carecemos de este nivel de honradez y honestidad.

Uno de los mayores errores que


Nadie puede hacer la podemos cometer es creer que un
obra de Aquél que no papel nos puede unir a otra persona,
conoce. cuando en realidad lo único que nos
puede mantener unidos es la
intimidad. No tenemos derecho a robarle la vida a otra persona. La
fidelidad se demuestra cuando somos capaces de estar a gusto,
aunque ocurran cosas que nos duelan. El hijo pródigo tuvo que
pasar por una gran amargura, pero finalmente volvió a la casa de su
padre. El liderazgo tiene que ver con la revelación que trasmite la
obra de alguien. Solemos cometer demasiados actos fallidos en la
vida ministerial. Podemos pasarnos la vida oyendo a alguien, pero
en el momento de compartir esa visión no hablamos como esa
persona. Esto demuestra que no siempre nuestro cuerpo físico
acompaña a nuestra mente. El espíritu del liderazgo se manifiesta en
la relación entre la obra que edificamos y la persona con quien
desarrollamos una relación de intimidad.

130
La Persona y la Obra

Supervisión
Como ocurre en toda empresa, la implementación de una
visión necesita normas que cumplir, resistir el monitoreo,
administrar riesgos y aceptar un nivel de evaluación. Cuando nos
supervisan sin haber estado con la persona, cada vez que nos llamen
para evaluarnos será un fastidio. Aceptamos la disciplina de alguien
si conocemos a la persona. La mente empresarial difiere de la
mentalidad del Reino en cuanto a la gestión de una congregación. El
único elemento que tiene el Reino de Dios para evaluarnos sin
manipular es el conocimiento de la persona que lidera la visión. En
el desarrollo de una visión, los conflictos siempre comenzarán
cuando evaluamos su implementación. Las cosas que son normales
en cualquier organización formal como las finanzas, la
administración, los papeles, etc; se convertirán en un tema
escabroso.

Es imposible asumir esos pequeños niveles de monitoreo si


no están basados en una relación de intimidad con las personas. El
Señor debe impartirnos una revelación a nuestro espíritu para que
libere a nuestra mente de la fascinación de buscar una cobertura de
liderazgo de personas a quienes no conocemos. Todo el mundo cree
en Dios, pero cuando realmente comienzan a conocerlo, surgirán
toda clase de dudas acerca de su existencia o su voluntad que sólo se
disiparán cuando lo conocen en la intimidad. No creo en el
Evangelio radical, sino en el Evangelio de la gente normal que
asume el reto de conocer el corazón del Señor.

La fascinación
El conocimiento de la persona de Dios nos asegurará que su
obra sea hecha conforme al pacto al que pertenecemos. En un
principio, todo gobierno que no conocemos terminará por
fascinarnos. Los Gálatas se desviaron de la verdad porque creyeron
en una religión que no conocían como el judaísmo. El hombre y la
mujer que Dios va a usar en este tiempo para edificar su Reino,
estará libre de la fascinación. No serán personas con una pasión
intolerante, porque Dios se apartará de toda aplicación de

131
Escuela de Liderazgo de Avanzada

sentimiento humano que no sirva para el avance de su propósito


eterno. El único secreto para dar fruto abundante es permanecer en
el Señor.

132
CAPÍTULO NUEVE

“Autoridad, poder y Reino”

Apóstol David Greco

L ucas 8:43-44 dice: “Había entre la gente una mujer que hacía
doce años padecía de hemorragias, sin que nadie pudiera
sanarla. Ella se le acercó por detrás y le tocó el borde del
manto, y al instante cesó su hemorragia”. Me gusta Lucas porque
escribe todas las cosas de una manera ordenada. Por ejemplo,
cuando los otros evangelistas hablan de la mujer con flujo de sangre
dicen: “la mujer que hace años está enferma y ha perdido todo”.
Escriben una cantidad de detalles intrascendentes, pero Lucas se
limitó a decir: “estaba enferma”. Lucas es una persona muy analítica
y probablemente recibió de Pedro los relatos de la vida de Jesús para
ponerlos en orden.

Mateo 10:1 dice: “Reunió a sus doce discípulos y les dio


autoridad para expulsar a los espíritus malignos y sanar toda
enfermedad y toda dolencia”. En el relato del capítulo 9 relata que
Jesús reunió a sus 12 discípulos para darles poder y autoridad sobre
todos los demonios y para sanar enfermedades. Les asignó una
comisión y los envió a predicar el Reino de Dios. No los envió a
predicar el Evangelio, porque este es un mensaje que forma parte del
Reino de Dios y no al revés. El evangelio son las buenas nuevas:
Jesús nos sana, nos salva y si nos llegamos a morir, vamos al cielo. En
el Evangelio del Reino primeramente hay un compromiso muy
serio, porque debemos someternos a la autoridad del Rey. En el
Reino no hay democracia, porque la mayoría no decide. Jesús les
dijo a los discípulos: “Ustedes tienen que predicar esto”. En Jesús no
tenemos 20 mensajes diferentes sino uno: “Arrepentíos porque el
Reino de los cielos se ha acercado”. El Reino de Dios y el Reino de los

133
Escuela de Liderazgo de Avanzada

cielos son iguales y complementarios: el primero tiene que ver con


su persona; el segundo con el lugar y el arrepentimiento es la
decisión que implica un cambio de mentalidad.

Jesús les estaba diciendo que debían “cambiar de


mentalidad, porque hasta ese momento sólo habían visto algo, pero
había llegado un nuevo gobierno”. Los judíos entendían el
significado de esto y se enojaban con Jesús porque era un rabino.
Tenía el manto, el pelo y la barba de un rabino que parecía fariseo, no
era saduceo porque creía en los milagros y en la resurrección de los
muertos. Por las respuestas que daba sabemos que era un rabino
conservador, un predicador de los que hoy estarían apegados a la
“sana doctrina”. Por algunas cosas que Jesús decía, tendrían que
haberlo matado en el momento, pero no lo podían tocar porque Él
decidía cuándo se iba a morir. Por ejemplo, cuando dijo: “Yo Soy el
camino, la verdad y la vida”. Un judío leería estas palabras de una
manera muy diferente a la nuestra. Para un judío la palabra camino
es “derek”. Esta palabra no se refiere a un camino cualquiera, sino a
“El” camino. Jesús dijo: “Yo soy la vedad y la vida”. Para el judío, “el
camino, la verdad y la vida” significaban el camino en el Jardín del
Edén que los llevaba hacia el árbol llamado “La Vida”. En otras
palabras, Jesús les dijo que era “el jardín del Edén”, porque la
verdad era la puerta y la vida era el árbol; en el original la Biblia no
dice “el árbol de la vida”; la lectura correcta es: “un árbol viviente”.

Entonces no estamos hablando de un árbol como lo


conocemos, sino de algo que se le parecía mucho, pero tenía vida
propia. Sabemos que la vida es una manifestación de la presencia de
Jesús. Pero ahora entendemos que la única manifestación total del
Reino de Dios fue el jardín del Edén. La única vez que en la tierra se
vio la manifestación plena del Reino de los cielos fue en el jardín del
Edén y representaba el cielo en la tierra; era la dimensión del cielo en
la tierra. Adán no tenía ninguna necesidad y esta condición es el
reflejo de la vida del Reino de los cielos. Dentro del jardín, Dios le
impartió al hombre poder y autoridad cuando le dijo que sojuzgara
la tierra. En la Iglesia tradicional se representa a Eva junto a la

134
Autoridad, Poder y Reino

serpiente con una manzana en la mano y esto no es más que un


invento que se le ocurrió a alguien, pero no tiene el menor sustento
escritural.

En el capítulo tres de Génesis se describe a la serpiente como


“el animal más astuto del campo”. En otras palabras, la serpiente no
estaba en el jardín porque el diablo no puede entrar al Reino de Dios.
Donde se manifiesta el Reino de Dios no puede estar el diablo. Dios
les dijo a Adán y Eva que salieran a “sojuzgar toda la tierra”, porque
dentro del jardín no había nada que sojuzgar. Dentro del Reino de
Dios no hay que tomar dominio sobre nada, porque todo está bajo su
soberanía. Adán y Eva debían salir a ejercer ese dominio sobre toda
la tierra. Cuando la gente declara: “Yo soy del Reino, voy a tomar
autoridad, voy a usar el poder, voy a salir a mi ciudad y voy a tomar
mi territorio”, se encontrará con la serpiente. Entonces les contará el
mismo cuento que a Eva:

1. No necesitan a Dios
2. Dios no los ama
3. Dios los castigará con tragedias y enfermedades

Las Escrituras son claras cuando afirman que Dios no


enferma a la gente. El pasaje de Lucas dice: “¿Quién de ustedes que
sea padre, si su hijo le pide un pescado, le dará en cambio una
serpiente? ¿O si le pide un huevo, le dará un escorpión? Pues si
ustedes, aun siendo malos, saben dar cosas buenas a sus hijos,
¡cuánto más el Padre celestial dará el Espíritu Santo a quienes se lo
pidan!” (Lucas 11:11-13). Si nosotros siendo padres incorrectos
nunca pensaríamos en enfermar a nuestros hijos para enseñarles
una lección, ¿cuánto más nuestro Padre celestial? A todos nos
enseñaron que Dios usa las enfermedades para purificarnos, pero la
santificación es una obra del Espíritu Santo y para hacerlo no
necesita recurrir a ninguna enfermedad. Los males vienen por los
virus y las bacterias que andan sueltos porque vivimos en un mundo
caído, pero Dios no enferma a nadie. Si el Padre llegara a enfermar a
alguien estaría obrando en contra del Hijo, porque si Él cargó todas

135
Escuela de Liderazgo de Avanzada

las enfermedades sobre sí mismo y el Padre me quiere enfermar,


habría un gran conflicto de intereses. Un Reino dividido no
permanecerá en el tiempo (Lucas 11:17).

Cuando Jesús se presenta diciendo “Yo Soy el camino, la


verdad y la vida”, el problema era que todo judío sabía que en ese
camino había ángeles con espadas de fuego, porque Dios mismo lo
había cerrado. Repentinamente apareció Jesús y dijo: “Hasta ahora
el camino había estado cerrado, pero ahora llegué yo y el camino
está abierto. Ahora todos pueden llegar al Padre porque llegué Yo”.
Luego de enseñarles esto a sus discípulos les ordenó: “Salgan y
digan que la presencia de Dios, su gracia y todo lo que le prometió al
hombre, ahora están a disposición de cualquiera que quiera entrar al
Reino”. Recordemos que a Nicodemo le dijo que para entrar en el
Reino debía nacer de nuevo; éste fue el mensaje de Jesús. Cuando
envió a sus discípulos a predicar el Reino les impartió poder y
autoridad.

Toda enseñanza del Reino tiene una parte “A” y “B”. En mi


opinión, muy poca gente habla de ambas partes. En general
prefieren hablar de la parte “B” donde hay que tomar autoridad,
conquistar y establecer. Pero sin la parte “A”, sólo tendremos
revelación de la autoridad que tenemos en el Reino. La autoridad no
viene porque somos lindos o especiales, sino por la “Comisión” que
Dios nos impartió y está dentro de nuestra asignación. Jesucristo
dijo algo muy claro: “Les asigno un
Dios nunca nos Reino, así como mi Padre me asignó
asignará algo sin un Reino” (nunca dijo que nos
impartirnos antes la asignaba una Iglesia). Si el Padre le
autoridad para asignó un Reino a Jesús, también le
implementarlo. Cada impartió la autoridad para manejarlo.
vez que nos pide algo, Dios nunca nos asignará algo sin
es porque ya nos impartirnos antes la autoridad para
concedió la autoridad implementarlo. Cada vez que nos
para hacerlo. pide algo, es porque ya nos concedió
la autoridad para hacerlo.

136
Autoridad, Poder y Reino

La religión (no el Reino) siempre nos pide y nos demanda


acciones como “amarás a Dios con todo tu corazón, con toda tu
mente…”. Cada vez que un predicador nos decía que “nuestros
problemas vienen porque no amamos a Dios con todo nuestro
corazón”, todos pasábamos al frente y llorábamos diciendo: “Señor,
te quiero amar más”. Este es un concepto errado, porque no define el
alcance de la acción de amar. Yo no puedo amar a mi esposa con todo
mi corazón, porque algunas veces me olvido de ella por causa de
ciertas cosas que pasan por mi mente. ¿Qué podemos hacer nosotros
con todo el corazón, si nos olvidamos o nos distraemos a cada rato?
Dios nos dice que lo “amemos con todo nuestro corazón”, porque el
Espíritu Santo ya derramó su amor en nuestro corazón. Entonces
sólo nos está pidiendo que manifestemos lo que ya nos entregó; caso
contrario no nos pediría nada.

Esto mismo ocurre con todas las cosas dentro del Reino:
“Dios nos pedirá siempre lo que nos entregó antes”. Cuando Jesús
dijo: “toda autoridad me ha sido dada en los cielos y en la tierra”, es
porque el Padre le había asignado el Reino. Por esta razón el Señor
nos dijo: “Id por todo el mundo y predicad el evangelio”. Esto no es
una simple sugerencia, sino una orden directa y soberana del Rey:
“¡Salid!”. La persona que recibe esta orden no tiene otra opción que
cumplirla “sanando a los enfermos, echando fuera los demonios,
limpiando los leprosos y resucitando a los muertos” (todas estas
sentencias están expresadas en tiempo presente continuo y en un
tono imperativo). Si Dios nos impartió una asignación, dentro de esa
asignación está incluida la autoridad. Si el Señor nos ordena “sanar a
los enfermos”, no nos va a dejar librados a nuestra suerte.

Cuando predico este mensaje los jóvenes me preguntan


cómo es eso de resucitar muertos. Entonces les pregunto si alguna
vez asistieron a un velorio, apoyaron su mano sobre el muerto y
dijeron en voz baja: “Señor, si es tu voluntad resucítalo”. ¡Pero si la
persona ya está embalsamada, la cosa no tiene retorno! Resucitar
muertos significa orar para que los moribundos en los hospitales o
en un accidente recuperen la plenitud de vida. No necesitamos

137
Escuela de Liderazgo de Avanzada

esperar que muera para orar por el que está agonizando. Pero luego
me preguntan: “¿Y si la persona por la cual estoy orando no se
sana?”. ¡Entonces búsquese otro enfermo! En mi caso oré por mucha
gente que no se sanó, pero detrás se presentaba mi esposa o
cualquier otro hermano y cuando oraba por el enfermo se sanaba.
Quizá el agente que Dios determinó para soltar la sanidad sobre esa
persona no éramos nosotros sino la persona que vino detrás de
nosotros. Éstas son las órdenes del Reino, porque dentro de esta
asignación siempre hay autoridad.

Jesús no se limitó a impartirles autoridad a sus discípulos,


también les entregó poder. El poder de un creyente no viene por la
asignación. Cuando Jesús vino a la tierra lo hizo con autoridad, pero
recibió poder de lo alto justo antes de salir del desierto. Salió de ahí
con el poder del Espíritu Santo. Aunque ya tenía autoridad, necesitó
un encuentro o una experiencia donde se manifestó el poder que
había recibido. Cada creyente tiene autoridad porque así nos
comisionó el Señor, pero el poder viene por medio de una relación
de comunión con Dios. Conozco gente que tiene autoridad, conocen
los principios del Reino y los aplican, pero avanzan hasta un punto
donde se detienen. El tema no se limita a tener autoridad;
necesitamos operar en el poder y la autoridad. El poder nace en el
interior de una persona cuando sostiene experiencias de comunión
íntima con Dios. Tener intimidad con Dios, orar y escuchar al
Espíritu Santo son cosas básicas. Cuando Jesús les dijo a sus
discípulos “les doy poder y autoridad”, los envió con el poder que
descansaba dentro de Él.

Cuando subo a un avión y despega para realizar algún vuelo


internacional, inmediatamente entro en el territorio de la nación que
representa esa aerolínea, aunque el viaje me lleve más allá de sus
fronteras. Por ejemplo, cuando viajo desde Estados Unidos a
Argentina, el avión cruza la frontera norteamericana, después pasa
por Cuba, luego por Centro y Sudamérica, para aterrizar finalmente
en el territorio soberano de Argentina. Pero mientras estoy dentro
del avión en vuelo, es como si viajara dentro de los Estados Unidos

138
Autoridad, Poder y Reino

y todo lo que ocurra estará regido por las leyes de ese país. Jesús les
impartió poder y autoridad a sus apóstoles para salir; luego los
metió dentro de “Su avión”, rodeándolos de un ámbito de poder y
autoridad. Esto fue lo que hizo Jesús con sus discípulos; por eso les
dijo: “Ahora se van a quedar en Jerusalén hasta que reciban al
Espíritu Santo”. El día de Pentecostés cambió todo. Ahora Jesús no
necesita rodearnos con una “burbuja” de su poder; “si recibimos el
poder del Espíritu Santo, el poder es nuestro”. Ahora no
necesitamos manejarnos dentro de una burbuja, porque nosotros
somos la burbuja y en cualquier lugar donde entremos, allí habrá
entrado el poder. Esta es la manifestación soberana del Nuevo
Pacto.

Podemos aprender todos los principios del Reino y no ver


resultados. La gente del mundo que los conoce, los implementa y les
funcionan pero no tienen poder, porque el poder sólo lo tienen
aquellos que desarrollan una relación de intimidad con Dios. En
cada encuentro personal con Él se producirán experiencias donde
recibiremos una impartición de su poder. Consideremos la
multiplicación de los panes y los peces. Jesús no los multiplicó; se
limitó a bendecirlos. Pero cuando las cosas se trasladan desde un
Reino al otro, inmediatamente cambiarán de valor. Si
entendiéramos el valor que tienen las ofrendas, en la Iglesia nadie
tendría necesidades porque no se entregan ofrendas a un ministerio;
representan una transferencia desde nuestras manos al Reino de los
cielos. Cuando esto ocurre, el valor de nuestra ofrenda en el Reino de
los cielos se puede multiplicar un millón de veces. Cuando se
cambia el ámbito donde ocurre la transacción, la matemática para
hacer los cálculos también cambiará.

Jesús bendijo los panes y los peces, dándole a cada discípulo


un pedacito y la orden de repartirlos. Cuando el pan y el pescado
salieron de sus manos, estaban cocinados y listos para comer,
aunque la implementación de ese milagro les tomó varias horas,
porque tuvieron que darles de comer a muchísimas personas. Pero
después de ese milagro se metieron en un barco y Jesús les preguntó:

139
Escuela de Liderazgo de Avanzada

“¿Tienen algo para comer?”. Los discípulos se volvieron locos


porque no tenían nada para comer; sólo tenían pan y hambre.
Entonces Jesús les dijo: “¿Cómo no entienden?”. Aquí la palabra
entender no se refiere a una mera comprensión mental, sino a
entender a través de la experiencia. Era imposible comprender cómo
luego de ver los alimentos brotando desde sus manos, no lograban
entender que eso podía volver a ocurrir todas las veces que fuera
necesario.

A la gente que recibió un milagro de sanidad o una


intervención divina ante una crisis, le cuesta creer que Dios puede
volver a hacerlo las veces que sea necesario. Ante un testimonio del
poder y la autoridad de Dios, no tenemos derecho a dudar de su
capacidad para responder. El poder siempre brotará desde las
experiencias. Cuando vivimos una experiencia sobrenatural donde
vimos la mano de Dios, como una sanidad física, difícilmente
alguien pueda convencernos de lo contrario. En otras palabras, el
poder que comenzamos a ver no brotará desde una revelación de la
sanidad divina o desde una verdad teológica. El poder surgirá
desde nuestras experiencias con Dios y la autoridad surgirá desde la
comisión que recibimos del Señor.

Las experiencias del Reino funcionan dentro de cualquier


ámbito. En el Reino, Jesucristo es Rey y administra nuestras vidas
dándonos oportunidades todos los días para tener una experiencia
de poder. Por lo general no nos damos
Las experiencias del cuenta de esta situación. Por ejemplo,
Reino funcionan dentro muchas veces tratamos de encontrar
de cualquier ámbito. En un lugar donde estacionar nuestro
el Reino, Jesucristo es automóvil y justo se desocupó un
Rey y administra espacio delante de nosotros. Eso no
nuestras vidas fue casualidad, es una manifestación
dándonos
de poder por medio de la cual Dios
oportunidades todos
nos abrió ese lugarcito. El problema es
los días para tener una
que cuando no desarrollamos una
experiencia de poder.
mentalidad de Reino, no entendemos

140
Autoridad, Poder y Reino

que Dios nos está dando experiencia tras experiencia para que
podamos registrar su mano de poder.

Jesús le dijo a Pedro que le entregaba las llaves del Reino.


¿Qué representan las llaves? Son experiencias. En el Reino existen
muchas moradas y niveles de experiencias. Dios nos entregó una
llave como el gozo. Cuando la utilizamos correctamente y
accedemos a una “morada” de gozo, cada vez que lo necesitemos
podremos acceder a esa morada con total libertad porque ya
tenemos la llave. Cuando experimentamos algo en el Reino, la
próxima vez que lo necesitemos no tenemos que pedirlo porque
Dios ya nos concedió la llave. Podemos entrar y tomar lo que
necesitemos porque nos pertenece. Tenemos la autoridad porque
tiene que ver con la asignación que Dios nos concedió. Nuestra
asignación es clara: “Anunciar que el Reino de los cielos se ha
acercado y establecer el gobierno de Dios dondequiera que vamos”.

El Antiguo y el Nuevo Pacto


Existe una gran diferencia entre el Antiguo y el Nuevo Pacto.
En el Antiguo Pacto, Israel seguía el arca de la presencia de Dios,
porque la gloria estaba dentro de ella. En el Nuevo Pacto, cada vez
que me despierto, el Señor me dice: “¿Adónde me vas a llevar hoy?”.
Jesús lo explicó claramente en el texto original: “El Reino de Dios no
se ve por observación”. El Reino de los cielos está “en” y no “con”
nosotros. Cuando Él entra en nuestro espíritu, entró el Reino de los
cielos; no va a bajar nada sobre nosotros. Él es el ámbito y la
atmósfera, porque ya tenemos la autoridad. Pero hay una llave que
abre esto: El poder que se desarrolla con cada encuentro que tenemos
con Dios, desde donde surgirán todas nuestras experiencias con Él.

En otras palabras, el Reino de Dios en nuestras vidas muchas


veces no es lo que estamos logrando, sino la dirección en la cual
avanzamos, la trayectoria en la que caminamos. La ciencia describe
a esta situación como “momentum”, esto es como un envión que nos
empuja hacia adelante, manteniéndonos en movimiento por la
inercia. En el Reino tenemos dirección, aunque algunos están

141
Escuela de Liderazgo de Avanzada

trabados porque la perdieron y tratan de avanzar en 1000


direcciones diferentes. Pero en el Reino de los cielos existen
trayectorias que Dios quiere establecer en nuestras vidas y lo hace
por medio de esas experiencias. Cuando José era niño soñaba.
Cuando lo metieron en la cárcel, soñaba e interpretaba sueños.
Cuando lo nombraron ministro de Egipto, continuó soñando e
interpretando sueños… ¡siempre hizo lo mismo pero desde niveles
de autoridad progresivos!

En el Reino ocurre lo mismo; cada uno de nosotros hace las


mismas cosas, pero con una intensidad diferente. Si queremos saber
lo que Dios quiere desarrollar en nuestra vida, necesitamos prestar
atención a lo que está haciendo hoy. Cuando nos montamos por
primera vez en una bicicleta a los cinco años, usábamos balancines
para no caernos. Cuando aprendimos a andar, los balancines
dejaron de ser necesarios y cambiamos la bicicleta por una más
grande con cambios de velocidades, etc, aunque comenzamos con
una pequeña. En el Reino hacemos lo mismo, pero la diferencia está
en la intensidad de las experiencias. Las cosas que realizamos
cuando somos niños, reflejarán lo que haremos cuando lleguemos a
ser adultos, pero con mayor intensidad. La fidelidad nos propulsa
hacia nuestro futuro; por eso debemos ser fieles ante lo que Dios nos
imparte.

David comenzó matando osos y leones, pero luego mató a un


gigante, después destruyo a todos los filisteos y terminó
subyugando a todas las naciones enemigas alrededor de Israel.
Siempre hizo lo mismo, pero con diferente intensidad. Las mismas
leyes que se aplican en la realidad natural, se aplican en el Reino de
los cielos. Dicho sea de paso, cuando tenemos esa inercia o
momentum, acumulamos peso. La palabra peso en hebreo es
“kabod” y significa gloria o poder. Los que se mantienen fieles en la
trayectoria de Dios, por más que la bicicleta hoy tenga balancines,
iremos acumulando gloria. Cuanto mayor sea nuestro caudal de
gloria, mayor será el peso que iremos acumulando.

142
Autoridad, Poder y Reino

Esto determinará una mayor atracción hacia nosotros,


porque cuanto más grande sea nuestro tamaño y mayor nuestra
velocidad, otros cuerpos se sentirán atraídos hacia nosotros. Esta es
la ley de la gravedad. Los que tienen un envión en el Reino no
tendrán problemas para desarrollar amistades y relaciones con la
gente. Se sentirán atraídos al entender que en nosotros hay poder y
autoridad. En realidad no importa el nivel en el cual nos
encontramos, porque en el Reino sólo importa la dirección en la que
avanzamos. Si estamos sentados esperando que alguien nos
entregue una palabra profética y nos asigne una tarea, nunca
podremos funcionar adecuadamente en lo que Dios estableció para
nuestra vida.

Hoy se enseña mucho acerca de los principios del Reino,


pero la autoridad está en nosotros porque viene incluida en el
mandato. Cuando tenemos una asignación, siempre habrá
provisión. Pero Jesucristo recibió el poder cuando se sometió a la
voluntad de su Padre, metiéndose en el Jordán (un río sucio y con
olor a azufre que desemboca en el Mar muerto). No tuvo problemas
en someterse a un profeta del Antiguo Pacto, aún siendo parte del
Nuevo y le dijo: “Me tienes que bautizar porque acá debe ocurrir
algo”. Esperó pacientemente hasta los 30 años, aunque a los 29 años
un judío ya era considerado anciano y podía ser rabino. No tuvo
problemas para obedecer hasta que el Espíritu Santo lo llenó y
recibió poder. Las experiencias con Dios no son para algunas
personas, sino para todos. Estamos llamados a entender los caminos
de Dios y su amor a través de la experiencia, porque entender
implica experimentar. Tener una experiencia con Dios, aunque la
puerta que se abre sea pequeña, establece un precedente en el Reino
de los cielos, porque el Señor nos entrega una llave y nos dice:
“Puedes abrir esta puerta todas las veces que quieras”.

143
144
CAPÍTULO DIEZ

“Oír correctamente: Autoridad y Poder para


manifestar el Reino”
Apóstol David Greco

L ucas 9:1-6 dice: “Habiendo reunido a los doce, Jesús les dio
poder y autoridad para expulsar a todos los demonios y para
sanar enfermedades. Entonces los envió a predicar el reino
de Dios y a sanar a los enfermos. No lleven nada para el camino: ni
bastón, ni bolsa, ni pan, ni dinero, ni dos mudas de ropa, les dijo. En
cualquier casa que entren, quédense allí hasta que salgan del
pueblo. Si no los reciben bien, al salir de ese pueblo, sacúdanse el
polvo de los pies como un testimonio contra sus habitantes. Así que
partieron y fueron por todas partes de pueblo en pueblo,
predicando el evangelio y sanando a la gente”.

El poder que tiene el creyente en este nivel es algo muy serio,


porque ya estamos entendiendo los principios del Reino, nuestra
posición y nuestra autoridad impartida. La autoridad simplemente
viene incluida en el llamado del Señor para nuestras vidas. Cuando
nos consagramos a vivir para el Señor, necesitamos entender que en
ese llamado viene incluida la autoridad para vivirlo. Cuando
decidimos ser obedientes, se manifestará la autoridad que recibimos
para poder ejecutar nuestro compromiso. Allí se expresará el cielo
en la tierra. Aunque ya tenemos autoridad, si no obedecemos o
cumplimos con nuestro llamado, es: como tener un misil en el garaje
de nuestra casa y tener temor de usarlo. No nos sirve demasiado. El
clamor de los demonios en el infierno es “Por favor, que no se den
cuenta quiénes son en el Reino”.

El problema ocurre porque tenemos autoridad, pero no


reconocemos nuestro llamado y esto no tiene nada que ver con una

145
Escuela de Liderazgo de Avanzada

posición o un título. El llamado es para todo aquel que crea y no se


requiere ningún otro requisito. En la Biblia no existen los ministerios
de sanidades o de liberación, encontramos dones de milagros, pero
son dones del Espíritu y no nos pertenecen. El Espíritu Santo
manifiesta esos dones y para ello busca a alguien que esté dispuesto
a obedecerlo. El poder vino sobre Cristo cuando tuvo un encuentro
con el Espíritu Santo, aunque ya tenía la autoridad que viene con la
asignación. No tuvo que pedirle permiso a nadie cuando comenzó
su ministerio, lo hizo directamente. Pero necesitaba poder y por eso
fue a bautizarse en agua, recibiendo el bautismo de Juan. El Espíritu
Santo tuvo que descender y reposar sobre su vida. Es decir, no fue
una simple visitación que vino sobre él; el Espíritu Santo lo llenó y
comenzó a moverse en ese poder.

En primer lugar, Jesús vino a El creyente necesita


anunciar que el Reino de Dios se había experimentar el poder
acercado, vino a hacer las obras del en sus encuentros
Padre, a sanar a los enfermos, a liberar diarios con Dios,
a los cautivos, a limpiar a los leprosos, partiendo desde lo más
a echar fuera demonios y a resucitar a simple. El poder tiene
los muertos; esa es la obra del Padre. una dimensión muy
Pero también vino a hacer otra obra: hermosa.
“Destruir las obras de diablo”. Para
esta obra se necesita poder, porque es lo único que nos permitirá
resistir. El creyente necesita experimentar el poder en sus
encuentros diarios con Dios, partiendo desde lo más simple. El
poder tiene una dimensión muy hermosa. En el Antiguo Pacto la ley
decía que ningún judío podía ser esclavo. Los que tenían la
posibilidad de ser libres y decidían quedarse para siempre con sus
amos por la razón que fuera, debían perforar los lóbulos de sus
orejas con una lezna. Los siervos consagraron sus oídos al Señor, por
eso cuando oyen su voz pueden seguirlo sin problemas. Pero somos
siervos voluntarios. Jesús envió a sus discípulos con poder y
autoridad para que pudieran ministrar, aunque aún no habían
recibido el poder del Espíritu Santo, porque esto ocurrió antes de
Pentecostés. Pero luego de Pentecostés, el Reino de los Cielos

146
Oír correctamente: Autoridad y Poder para manifestar el Reino

comenzó a habitar dentro de ellos y ahora podían manifestar el


poder sin límites, pero los discípulos no hicieron eso.

Lucas 9:6 dice: “Así que partieron y fueron por todas partes
de pueblo en pueblo, predicando el evangelio y sanando a la gente”.
Pero ellos no entraron, sólo pasaron y predicaron el Evangelio, pero
Jesús los envió a predicar el Reino. Se quedaron con la sanidad
porque mejoraba la calidad de vida de la gente, pero no echaron
fuera ningún demonio porque allí necesitaban confrontar con otra
dimensión espiritual. En la vida de estos doce discípulos no se
demuestra el poder de Dios.

Lucas 10:1-2 dice: “Después de esto, el Señor escogió a otros


setenta y dos para enviarlos de dos en dos delante de él a todo
pueblo y lugar adonde él pensaba ir. Es abundante la cosecha, les
dijo, pero son pocos los obreros. Pídanle, por tanto, al Señor de la
cosecha que mande obreros a su campo”. Designar o escoger no es lo
mismo que reunir, es apuntar con el dedo y elegir a cada uno. En
griego el término “otros” tiene dos aplicaciones: allos, otro de la
misma clase y héteros otro de una clase distinta.

Lucas 10:17 dice: “Cuando los setenta y dos regresaron,


dijeron contentos: Señor, hasta los demonios se nos someten en tu
nombre”. Jesús eligió setenta personas distintas a las doce anteriores
y las envió a hacer la misma tarea: Predicar el Reino. Todos
volvieron felices contando que hasta los demonios se les sujetaban
en el Nombre de Jesús. Esta es la manifestación del Reino en un nivel
más elevado de poder y autoridad. No se hicieron propaganda, sólo
se limitaron a manifestar el poder. Pablo recibió publicidad cuando
se encontró con la joven que tenía un
Cuando la autoridad y el
espíritu de adivinación llamado
poder se manifiestan, los
demonios no tienen otra
Pitón. Cuando la autoridad y el poder
opción que someterse. se manifiestan, los demonios no
tienen otra opción que someterse. Los
demonios se someten porque tienen que colaborar con nosotros
para el cumplimiento de los propósitos de Dios, y eso es autoridad.

147
Escuela de Liderazgo de Avanzada

Cuando los discípulos volvieron, Jesús les dijo: “Yo estaba


viendo que cuando ustedes salían, en el mundo espiritual Satanás
caía como un rayo”. Satanás estaba perdiendo altura. Cuando los
creyentes pasamos tiempo en intimidad con Dios, teniendo
encuentros con Él, cuando comencemos a entender habrá
manifestaciones de Poder y Autoridad. Tenemos que aprender de
los milagros de Dios porque quiero ver el Reino de los Cielos en
operación. Si no lo vemos o no lo entendemos, los milagros pueden
pasar a nuestro lado y por causa del espíritu de incredulidad
perderemos lo que Dios está haciendo. Jesús les dijo: “No se
regocijen porque los demonios se les sujetan, sino porque sus
nombres están escritos en el libro de la vida”. La Biblia siempre se
interpreta a sí misma.

Jesucristo es el primer fruto, pero Dios sigue creando.


Cuando Jesús les declaró a sus discípulos que “sus nombres estaban
escritos en el Libro de la vida”, hizo una referencia al momento
cuando Él estaba por nacer y sus padres debían ser empadronados.
Ser empadronado implica figurar en el registro del cielo. No es
suficiente alegrarnos sólo porque los demonios se nos sujetan, sino
porque tenemos una naturaleza celestial; somos seres ajenos a la
tierra. Por eso la primera frase de la oración que Jesús les enseñó a
sus discípulos fue “venga tu Reino”. No debemos frustrarnos
cuando entramos en un ambiente donde no existe la vida del Reino
porque sólo hay religión; necesitamos hacer las obras del Padre.
Tenemos que aprender a orar para que acontezcan los milagros y las
señales en las personas. Una señal es un milagro que esconde un
significado. Jesús le enseñaba a la multitud luego de hacer toda clase
de señales.

Aunque los hermanos no crean, debemos orar igual para


disciplinarnos. No inventamos nada nuevo, sólo hacemos lo mismo
que hacía Jesús. Necesitamos activar y practicar el conocimiento que
tenemos, asumiendo nuestra posición y autoridad. Dios debe abrir
los oídos de nuestras naciones; esta es la señal para que el Reino de
los cielos sea anunciado. La religión nos enseñó que las señales son

148
Oír correctamente: Autoridad y Poder para manifestar el Reino

para algunos “ungidos”, pero eso es una mentira. Hoy existen miles
de creyentes que echan fuera demonios y sanan enfermos, porque
bajo la atmósfera del Reino puede pasar cualquier cosa. En los
invernaderos se crea un ambiente protegido para que los primeros
brotes puedan crecer sin problemas. El Reino se puede manifestar
cuando desarrollamos esa cultura. Cuando honramos a alguien
tenemos derecho a participar de todo lo que tiene esa persona,
porque en el Reino se desarrolla la cultura de la honra.

149
150
CAPÍTULO ONCE

“Cultura del Reino”

Apóstol David Greco

C uando el gobierno del Señor se manifiesta en un lugar, el


temor y las ataduras demoníacas se tienen que ir. Entonces
se abrirá un espacio para que se manifiesten el gozo y la
alegría de la salvación, porque recuperamos consciencia de que
somos hijos e hijas del Dios viviente.

Arrepentirse
Cuando Jesús comenzó su ministerio declaró: “Arrepentíos,
porque el Reino de los cielos se ha acercado”. Arrepentirse significa
“adoptar un cambio radical en nuestra manera de pensar”. Jesús les
enseñó eso porque los judíos entendían muy bien de qué estaba
hablando. El ámbito de Dios, su Reino, se manifestaba sin límites en
el jardín del Edén. Pero debido a la muerte del hombre, ese camino
se había cerrado. El acceso a la vida estaba cerrado porque el árbol
no era tal como lo concebimos nosotros, sino la manifestación de la
Vida eterna de Dios. La Vida no es “algo más” en la Persona de Jesús,
porque siempre fue, es y será el Mediador entre Dios y los hombres.
Todo lo que Él le impartió al hombre siempre tuvo que pasar a través
de Jesús.

El Soberano
Colosenses 1:15-16 dice: “Él es la imagen del Dios invisible,
el primogénito de toda creación, porque por medio de él fueron
creadas todas las cosas en el cielo y en la tierra, visibles e invisibles,
sean tronos, poderes, principados o autoridades: todo ha sido
creado por medio de él y para él”. Todas las cosas fueron creadas
“por Él y para Él, nosotros estamos en Él y Él está en nosotros”.

151
Escuela de Liderazgo de Avanzada

Todos los tesoros de Dios tienen que pasar a través de Cristo. Jesús
apareció en la escena y recibió poder cuando se sometió a la
voluntad, los tiempos y los caminos del Padre. Esa fue la razón para
bautizarse en el río Jordán. Allí el Espíritu Santo lo bautizó con
poder, es decir, reposó sobre Él. El Espíritu Santo por primera vez
entró a vivir permanentemente dentro de un ser humano.

Lleno de poder
Jesús fue el primer hombre lleno del Espíritu Santo. Cuando
entró a los pueblos y ciudades sanó a los enfermos y predicó el
mismo mensaje: “Arrepentíos porque el Reino de los cielos se ha
acercado”. Jesús irrumpió en el plano terrenal rodeado por el
ambiente que se manifestaba en la realidad espiritual donde
habitaba. Por donde pasaba, impactaba el plano natural e imponía el
orden de su Reino. Nosotros tenemos nuestro propio ambiente
espiritual. Cuando un astronauta sale al espacio exterior a dar
vueltas alrededor de la nave para realizar una misión, a pesar de que
en ese medio no existe el oxígeno, puede seguir respirando porque
su traje le provee la misma atmósfera que existe en la tierra.
Podemos entrar en cualquier lugar porque hay un ámbito donde
desarrollamos nuestra vida espiritual y un entorno que nos rodea
donde respiramos la atmósfera del Cielo. Esto hace de nosotros
personas “celestiales y extraterrestres”. En nuestro cuerpo existen
dos tipos de ADN: el que viene por medio de nuestros padres
terrenales y el que nos impartió nuestro Padre Celestial el día que
nos adoptó como sus hijos.

El libro de Apocalipsis
Este libro tiene que ver con el Cielo, porque esa es la realidad
en la cual vivimos y nos desarrollamos todos los hijos e hijas de Dios.
Los acontecimientos que debemos atravesar en la vida diaria no
tienen que ver con esta realidad. El libro de Apocalipsis describe las
características del ámbito donde nos desarrollamos como hijos de
Dios. Cuando Juan fue llevado al Cielo tuvo acceso a la revelación de
esta dimensión; por eso somos parte del Reino de los cielos. Los
fundamentos para la alabanza y la adoración en el Reino de Dios no

152
Cultura del Reino

tienen que ver con los Salmos, sino con el libro de Apocalipsis.
Apocalipsis 19 dice: “Después de esto oí una gran voz de gran
multitud en el cielo, que decía: ¡Aleluya! Salvación y honra y gloria y
poder son del Señor Dios nuestro; porque sus juicios son verdaderos
y justos; pues ha juzgado a la gran ramera que ha corrompido a la
tierra con su fornicación, y ha vengado la sangre de sus siervos de la
mano de ella. Otra vez dijeron: ¡Aleluya! Y el humo de ella sube por
los siglos de los siglos. Y los veinticuatro ancianos y los cuatro seres
vivientes se postraron en tierra y adoraron a Dios, que estaba
sentado en el trono, y decían: ¡Amén! ¡Aleluya! Y salió del trono una
voz que decía: Alabad a nuestro Dios todos sus siervos, y los que le
teméis, así pequeños como grandes. Y oí como la voz de una gran
multitud, como el estruendo de muchas aguas, y como la voz de
grandes truenos, que decía: ¡Aleluya, porque el Señor nuestro Dios
Todopoderoso reina! Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria;
porque han llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha
preparado. Y a ella se le ha concedido que se vista de lino fino, limpio
y resplandeciente; porque el lino fino es las acciones justas de los
santos. Y el ángel me dijo: Escribe: Bienaventurados los que son
llamados a la cena de las bodas del Cordero. Y me dijo: Estas son
palabras verdaderas de Dios. Yo me postré a sus pies para adorarle.
Y él me dijo: Mira, no lo hagas; yo soy consiervo tuyo, y de tus
hermanos que retienen el testimonio de Jesús. Adora a Dios; porque
el testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía.

Viviendo bajo autoridad


La palabra aleluya significa “alabad a nuestro Dios”. Este
mundo necesita ver personas que viven en una realidad distinta y se
expresan por medio de un lenguaje diferente. Si bien no podemos
negar la realidad terrenal, no estamos limitados a ese ámbito porque
nos movemos bajo la autoridad de otra realidad que es celestial,
pero es tan real como el plano material. El Espíritu Santo le permitió
ver a Juan la realidad del Cielo hace 2000 años. Durante 3 años y
medio, el Reino de los cielos se acercaba a la tierra cada vez que Jesús
entraba en alguna aldea, pueblo o ciudad. Pero cuando Jesús se
levantó de la tumba donde su cuerpo reposó durante tres días, se

153
Escuela de Liderazgo de Avanzada

dirigió hacia sus discípulos durante 40 días para impartirles la


última instrucción que les iba a dejar físicamente. En esa
oportunidad les enseñó acerca del Reino y por el Espíritu.

Posición de autoridad
Hechos 1:8 dice: “Pero cuando venga el Espíritu Santo sobre
ustedes, recibirán poder…”. Los discípulos debían permanecer en
Jerusalén hasta que recibieran el poder del Espíritu Santo. Hasta ese
momento habían funcionado bajo el ámbito del poder y la esfera de
Jesús, porque cuando Él los envió a ministrar en su Nombre los
demonios se les sujetaban. Pero en el día de Pentecostés iban a
recibir el poder que les permitiría ser testigos del Reino de Dios.
Desde ese día en adelante cambio toda la historia de la humanidad.

Un grito de victoria
La salvación se alcanza por gracia y se recibe por medio de la
fe. Pero hay muchos creyentes que se van a ir al cielo sin
experimentar esa realidad en la tierra, porque nunca vivieron con
una mentalidad celestial. En el ambiente celestial la primera palabra
que se escucha es “aleluya”. Todas las personas atravesarán
situaciones difíciles a lo largo de su vida, porque esta es una realidad
inherente a los procesos de maduración del carácter. Pero existe una
gran diferencia entre cualquier persona que atraviesa un conflicto y
una hija o un hijo de Dios en la misma situación, porque en el
segundo caso siempre se manifestará la naturaleza celestial del
ámbito que los gobierna.

La mayoría del pueblo cristiano, influenciado por las


culturas donde crecieron las personas, desarrolló una cultura de
queja. Cada crisis es un problema grave porque el primer
pensamiento que cruza por sus mentes es que Dios los abandonó o
los está castigando por algún error que cometieron. Debemos
desarrollar un espíritu de alabanza que nos lleve a declarar
“aleluya” ante toda circunstancia de la vida, más allá de su tenor o
sus características. La alabanza nos permite caminar en la realidad
celestial donde Dios nos implantó el día que nos adoptó como hijos

154
Cultura del Reino

por medio de la sangre de Jesucristo. Siempre debemos alabar a Dios


porque nuestra condición de hijos es eterna y está más allá de
nuestros estados de ánimo. La primera palabra que se declaró en el
Cielo es “aleluya” (alabado sea Dios) y esta debe ser nuestra cultura
de vida.

Una cultura es algo que se cultiva, así como el fruto de una


semilla que se sembró en la tierra. Debemos aprender a sembrar
alabanza, aunque a veces sea muy difícil, pero siempre debemos
elegir si viviremos en la naturaleza terrenal o en la celestial. ¡La
naturaleza del Cielo siempre nos llevará a declarar aleluya!
Cuando nos despertamos cantando una canción de alabanza, es
porque nuestra alma estuvo cantando
durante toda la noche. Necesitamos Debemos aprender a
prestarle atención a esos cantos, sembrar alabanza,
porque reflejan las alabanzas que aunque a veces sea muy
nuestra alma cantaba mientras el difícil, pero siempre
Señor nos ministraba y reflejarán debemos elegir si
nuestra reacción ante el toque del viviremos en la
Señor. Esta es nuestra realidad de naturaleza terrenal o
vida. Pero cuando nos despertamos en la celestial.
comenzarán a llovernos los mensajes
desde la realidad terrenal. Muchas personas olvidarán lo que
ocurrió durante la noche; entonces se arruinarán todas las
experiencias que vivieron con el Señor.

Definiendo correctamente
Para comprender el alcance de la revelación del Reino de
Dios necesitamos cambiar la palabra salvación por una más correcta
como rescate o redención. Esto tiene sentido porque en realidad el
Señor no nos salvó, nos rescató. Es como si hubiéramos pasado toda
la vida en una casa de empeños porque le vendimos nuestro corazón
a Satanás. Jesús nos sacó de la casa de empeño, pagando un precio
que no tiene límites para rescatarnos de la muerte eterna. La Cultura
del Reino no se limita sólo a la alabanza; implica el rescate de todas
las cosas que existen en la Creación, incluidas las almas. En otras

155
Escuela de Liderazgo de Avanzada

palabras, nuestra misión como representantes del Reino en la Tierra


incluye el rescate de las almas, las familias, las ideas, la música, el
arte, las empresas, los recursos, la administración de justicia, las
ciencias, etc. Debemos rescatar todas las formas de expresión de la
cultura de la humanidad. Esta es una tarea que sólo podremos
desarrollar los hijos e hijas de Dios porque somos los únicos que
recibimos una impartición del modelo original del gobierno
celestial.

Cultura de honra
En el Cielo se practica la cultura de la honra porque allí se
honra a Dios. Permítame aclarar un poco más este concepto. Un
anillo de 24 quilates vale mucho más que uno de 18 por la
proporción de oro que conforma su peso. La palabra honra implica
conocer el peso que tienen todas las cosas. Los que vivimos dentro
de una cultura de honra sabemos apreciar el “peso real” que tiene
cada persona. Aprendemos a apreciar la identidad que Dios le
entregó a cada persona y celebrarlo con un corazón sincero.
Tenemos que romper la cultura del celo y la envidia, porque en el
Cielo la “pauta” que define todas las relaciones entre las personas es
la honra. Honrar implica desarrollar la capacidad para discernir la
identidad que Dios le entregó a cada persona porque esto nos
permitirá apreciarla en toda su dimensión.

Prefiriéndonos los unos a los otros


Efesios 4:32 dice: “Antes sed benignos unos con otros,
misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os
perdonó a vosotros en Cristo”.

1 Juan 1:7 dice: “… pero si andamos en luz, como él está en


luz, tenemos comunión unos con otros y la sangre de Jesucristo su
Hijo nos limpia de todo pecado”.

Cuando ministramos sanidad, liberación o alguna clase de


bendición sobre las personas que ni siquiera aceptaron al Señor
como su Redentor, los estaremos honrando y la honra siempre

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Cultura del Reino

producirá vida. Cuando honramos a nuestros padres, se extenderán


nuestros días sobre la tierra porque reconocemos a las personas que
Dios escogió para darnos la vida. Cuando honramos a un profeta,
recibiremos como recompensa la revelación que reposa sobre ese
profeta. Cuando honramos a un justo, recibiremos como
recompensa una impartición de la justicia que reposa sobre esa
persona. Cuando honramos a una mujer o un hombre de Dios, como
recompensa recibiremos una impartición de la autoridad que
reposa sobre sus vidas porque reconocimos su identidad en el
Reino.
En síntesis, cada vez que honramos a una persona
participamos de la plenitud de la vida que Dios le concedió, porque
nos alimentamos del don que reposa sobre él o ella. La semilla de
honra que fructifica más es la que se siembra en personas que no
merecen ser honradas. Aún así, por amor al Señor, nos
determinamos a dar, porque esperamos una respuesta del Cielo y no
de los hombres. Cuando hacemos esto, reconoceremos lo bueno que
Dios depositó en esa persona, aunque ella ni siquiera sepa de qué
estamos hablando. Pero cuando los deshonramos ocurrirá todo lo
contrario porque se interrumpe la impartición de la vida de Dios
hacia la nuestra. Podemos resumir los principios sobre los cuales se
edifica la Cultura del Reino de Dios por medio de los siguientes
términos: “Salvación, alabanza, rescate y honra”.

Cultura de gloria
Es imposible tratar de evitar que la gloria de Dios se
manifieste a través de las vidas de sus hijos. Jesús estaba ocupado en
sus cosas y algunas personas se le acercaron para decirle: “Maestro,
tu amigo, el que tú amas, está gravemente enfermo” Contrariamente
a lo que todos esperaban que hiciera, Jesús continuó ocupado en lo
que estaba haciendo. Luego volvieron los mismos personajes para
comunicarle otra noticia: “Maestro, Lázaro falleció”. La respuesta
de Jesús los dejó más desorientados que su actitud. Les dijo: “Esto no
es para muerte, sino para que el Hijo del hombre sea glorificado”. La
gloria de Dios siempre se manifestará cuando se presenta algo que
para los hombres es imposible de superar.

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Escuela de Liderazgo de Avanzada

En la Cultura del Cielo, cuando alguien nos diga “sólo Dios


puede hacerlo”, debemos declarar ¡aleluya!, porque es la
oportunidad perfecta para que se glorifique entre los hombres. La
gente que no tiene esta mentalidad ve lo imposible como una
situación irreversible que no tiene salida. Pero la clave es que
debemos apoyarnos en la revelación de que fuimos llamados a ser
parte de un Reino donde todo lo que ocurre siempre será imposible a
los ojos de los hombres. Una de las formas de darnos cuenta de que
nuestra manera de pensar fue renovada, es cuando asumimos los
imposibles de la vida como algo lógico y natural. En el Reino de los
cielos todo acontece para la gloria de Dios. Claro, en nuestras
fuerzas no podremos resolver ese tipo de crisis, pero sí podremos
lograrlo cuando permitimos que Dios se mueva con libertad a través
de nosotros. Dios tiene que brillar en toda situación. Las palabras del
Señor hacia Marta fueron: “¿No te dije que si creyeres verás la gloria
de Dios?” (Juan 11:40). En la Cultura del Reino, Dios siempre actuará
en entornos imposibles y esta debe ser nuestra mentalidad.

Pertenecemos a Dios
Apocalipsis 19:1 dice: “¡Aleluya! Salvación y honra y gloria
y poder son del Señor Dios nuestro”. Aquí la palabra “son” indica
algo que le “pertenece” al Señor y refleja el mundo o la esfera de
gobierno donde despliega toda su autoridad. La salvación es un
proceso continuo porque todo debe ser rescatado y redimido para
que funcione según los principios de la Cultura del Reino.

Apocalipsis 19:2-3 dice: “…porque sus juicios son


verdaderos y justos; pues ha juzgado a la gran ramera que ha
corrompido a la tierra con su fornicación, y ha vengado la sangre de
sus siervos de la mano de ella. Otra vez dijeron: ¡Aleluya! Y el humo
de ella sube por los siglos de los siglos”. Juan vio que la gran ramera
representa todo lo que se opone al avance del Reino de los cielos.
Pero también describe la manifestación de este espíritu sólo como
“humo” que se levanta a lo largo de los siglos. Todo lo que se opone a
la obra perfecta de Dios en nuestras vidas no es más que humo. Por
eso el diablo es el padre de mentiras, que se limita a tratar de

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Cultura del Reino

venderles a las personas toda clase de cortinas de humo acerca de


sus vidas para que nunca puedan concretar sus destinos proféticos.
Cuando asumimos la revelación de la realidad del Cielo, nos damos
cuenta de que todo lo que se opone a la obra de Dios no es más que
una cortina de humo que se disipará ante una confesión de fe.
Cuando debemos atravesar una situación que nos toca en lo más
querido, nos golpea y nos duele, debemos recordar que en la
Cultura del Cielo esa imposibilidad no es más que una cortina de
humo que el diablo está tratando de vendernos. ¡No debemos
comprar humo!

Juan vio a la Novia del Cordero


Apocalipsis 19:4-8 dice: “Y los veinticuatro ancianos y los
cuatro seres vivientes se postraron en tierra y adoraron a Dios, que
estaba sentado en el trono, y decían: ¡Amén! ¡Aleluya! Y salió del
trono una voz que decía: Alabad a nuestro Dios todos sus siervos, y
los que le teméis, así pequeños como grandes. Y oí como la voz de
una gran multitud, como el estruendo de muchas aguas, y como la
voz de grandes truenos, que decía: ¡Aleluya, porque el Señor
nuestro Dios Todopoderoso reina! Gocémonos y alegrémonos y
démosle gloria; porque han llegado las bodas del Cordero, y su
esposa se ha preparado. Y a ella se le ha concedido que se vista de
lino fino, limpio y resplandeciente; porque el lino fino es las acciones
justas de los santos”.

El espíritu de religiosidad nos impartió un concepto de la


Iglesia como una víctima golpeada, sufrida, postergada o abusada...
pero el Cielo no la ve de esa manera. En el Cielo, la Iglesia es
En el Cielo, la Iglesia es hermosa, hermosa, triunfante y
triunfante y ya está preparada para está preparada para
reinar con poder. Como la Iglesia está reinar. Como la Iglesia
conformada por cada uno de nosotros, está conformada por
el Cielo ya nos ve listos y preparados cada uno de nosotros, el
para ejercer el gobierno del Reino en la Cielo ya nos ve listos y
Tierra. Los que tienen una mentalidad preparados para ejercer
celestial nunca criticarán a la Iglesia, el gobierno del Reino en
porque es la Novia del Cordero y está la Tierra.
vestida de lino fino.
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Escuela de Liderazgo de Avanzada

Jesús se movió dentro de la cultura de Medio Oriente


En Israel, cuando una muchacha cumple 12 años le
organizan la ceremonia de la “copa de vino”. El novio y la novia no
se pueden hablar ni ver hasta el día de la boda, porque viven
totalmente separados. Pero a los 12 años la sientan en la punta de
una mesa y le ponen una copa de vino al frente, luego traen al novio
y lo sientan delante de ella. Allí la novia tiene una oportunidad para
aceptarlo o rechazarlo. La forma de manifestar su aceptación es
levantando la copa y esto es lo que celebramos cuando ministramos
la Cena del Señor. Cuando levantamos la copa y le manifestamos al
Novio nuestra aceptación, lo recibimos y le pedimos que nos venga
a buscar. Inmediatamente después de esa ceremonia, el novio
regresa a su casa para edificar una morada en la casa de su padre.

Vestida de gala
El padre decidirá cuándo la casa está terminada y cuándo el
hijo puede ir a buscar a su novia. El novio va a buscar a la novia con
todos sus amigos en medio de una gran celebración y al entrar en la
casa de ella, la joven debe estar preparada y vestida con 7 vestidos,
porque la fiesta dura 7 días. Cada día se sacará uno y el último
vestido está confeccionado con lino fino. Este último vestido indica
que llegó el final de la fiesta y ya se puede ir a su casa a vivir con el
novio. Como la casa ya está terminada, estamos esperando que el
Padre decida cuándo el Novio regresará a buscarnos. La
contradicción es que mientras Juan vio la casa “terminada”…
nosotros seguimos viendo a la Iglesia “golpeada”. Pero nuestra
realidad es que en el Cielo a la Iglesia ya se la ve luciendo el último
vestido de lino fino, sin mancha y sin arruga. Cuando alguien en el
Cuerpo de Cristo se va al cielo, tendrá la misma relación con la
Cabeza. Todos los hijos de Dios partimos en victoria y en triunfo
porque no existen motivos legales para sentirnos tristes.

Palabras finales
El Cielo nos ve preparados y listos para asumir nuestra
responsabilidad de gobierno dentro del Reino de Dios. Debemos
transformar nuestra oración y declarar: “Señor, que la realidad

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Cultura del Reino

del Cielo irrumpa en medio de mi realidad de vida”. Nuestro mayor


desafío en este tiempo es transformar nuestra manera de pensar
para que podamos adoptar el idioma celestial. Ante cada situación
que debamos atravesar en la vida, necesitamos declarar ¡Aleluya!
En nuestra escuela de sanidades, les enseñamos a los alumnos a
decretar esta palabra cada vez que se dan cuenta de que cometieron
un pecado. Les enseñamos que el pecado no es el problema, sino la
solución que les abrirá las puertas del Reino por medio del
arrepentimiento. Estamos capacitados para vencer cualquier cosa
que se presente en nuestra vida y esto reflejará un cambio de
mentalidad. ¡Somos más que vencedores; el Cielo nos ve preparados
y la semilla que se plantó en nuestra vida nunca volverá vacía!

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