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Asignatura de Fisiología Humana

V Ciclo de Estudios Semestre Académico 2019-I


M

EMBARAZO
Integrantes
 Quiñones Prado William
 Mundaca Rojas César
 Rodrigo Burga Morely
 Yacely Vásquez Vargas
 Shantal Vega Aguinaga
 Julissa Vílchez Córdova

Docente

Dr. Carpio

HORARIO: 11:00 - 12:30 a.m

Chiclayo – Perú

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INTRODUCCIÓN

El embarazo es una condición en la que se encuentra la mujer durante un periodo


de unos nueve meses, desde la fecundación del cigoto hasta el parto. Se
caracteriza por una serie de cambios sistémicos en diferentes niveles del
organismo tales como alteraciones endocrinas, con un incremento en la
producción de estrógenos y progesterona; cambios a nivel cardiovascular con un
aumento en el volumen plasmático y en el gasto cardíaco; cambios pulmonares,
caracterizados por un aumento en el volumen de aire circulante e incluso la
aparición de disnea; cambios a nivel gastrointestinal, con una alteración de los
hábitos alimentarios (incremento en el consumo de azúcares) y aparición de
náuseas y vómitos; y cambios hematológicos, con una disminución del
hematocrito, de la tasa de hemoglobina y del número de eritrocitos.

Las adaptaciones anatómicas, fisiológicas y bioquímicas durante el embarazo


son profundas. Muchos de estos notables cambios comienzan poco después de
la fecundación y continúan durante toda la gestación; la mayor parte ocurre como
respuesta a estímulos fisiológicos provenientes del feto y la placenta. Resulta
igual de sorprendente que la mujer que estuvo embarazada regresa casi por
completo a su estado previo al embarazo luego del parto y la lactancia.

Muchas de estas adaptaciones fisiológicas podrían percibirse como anormales


en la mujer no embarazada. Por ejemplo, los cambios cardiovasculares normales
durante el embarazo incluyen aumentos sustanciales del volumen sanguíneo y
el gasto cardiaco, lo cual podría simular a la tirotoxicosis. Por otra parte, estas
mismas adaptaciones pueden originar la falla ventricular durante el embarazo, si
existe una cardiopatía subyacente. Por lo tanto, las adaptaciones fisiológicas del
embarazo normal pueden malinterpretarse como patológicas, pero también
desenmascaran o agravan alguna enfermedad preexistente.

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Objetivos:

 Identificar los componentes del incremento del peso en la gestante.


 Identificar por qué se presenta lipidemia en sangre de gestantes.
 Identificar los requerimientos nutricionales adecuados en una gestante.
 Señalar de los principales cambios hemodinámicos que ocurren en el
embrazo y las causas subyacentes del mismo.
 Resaltar la importancia de mecanismos metabólicos y humorales en la
adaptación de la gestante a los cambios cardiovasculares que supone el
embarazo.
 Explicar la interrelación hormonal que existen durante el embarazo y
como el desequilibrio de ciertas hormonas favorecen la inducción del
parto.

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Embarazo
Se considera que el embarazo dura 266 días desde el momento de la concepción
o 280 días desde el último período menstrual si los períodos se producen
regularmente cada 28 días. La fecha de parto se estima según el último período
menstrual. Un parto hasta 2 semanas antes o después de la fecha estimada es
normal.

 Fisiología
El embarazo provoca cambios fisiológicos en todas los órganos, aparatos y
sistemas maternos; la mayoría regresa a la normal después del parto. En
general, los cambios son más drásticos en los embarazos multifetales que en los
únicos.

Cambios en el útero

Durante la gestación el útero


experimenta una serie de
cambios para cumplir dos
funciones principales:

• Albergar al feto, la placenta y la


bolsa de líquido amniótico.

• Convertirse en un potente
órgano que se contrae y que es
capaz de generar la fuerza
necesaria para lograr la
expulsión de su hijo/a en el momento del parto.

El crecimiento del útero se debe a la estimulación hormonal (estrógenos y


progesterona), y a la distensión mecánica al adaptarse al crecimiento progresivo
del feto, la placenta y bolsa de líquido amniótico.

El útero es el lugar donde se va a desarrollar su hijo/a, pesa en condiciones


normales aproximadamente 100 gramos y tiene una capacidad de 10 ml, a los 9
meses puede llegar a pesar 1.000 gramos y tiene una capacidad de 5.000 ml.

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El útero está formado por músculo compuesto por fibras que se contraen y
aumentan de tamaño con el crecimiento progresivo de su hijo/a. A partir de las
20 semanas de gestación puede sentir contracciones irregulares no dolorosas,
llamadas contracciones de Brandon Hicks que son normales, salvo que lleguen
a ser dolorosas lo cual sería motivo de consulta con el especialista ya que podría
tratarse de un falso trabajo de parto.

Vagina: Su vagina cambia a un color rojo vinoso, hay un aumento de flujo sobre
todo al final del embarazo.

Vulva: La vulva también adquiere un color violáceo pudiendo aparecer edemas


y varices conforme avanza el embarazo.

Cambios en las mamas: Desde la fase más precoz de la gestación y como


consecuencia de los cambios hormonales puede notar un aumento de
sensibilidad, molestias, tensión y hormigueos en los pechos. Además, la región
de la areola y el pezón se volverán más oscuros.

A partir del segundo mes de embarazo las mamas aumentan de tamaño y al final
del primer trimestre (4º ó 5º mes) puede salirle una secreción clara si aprieta con
los dedos, se trata de un líquido amarillento y espeso llamado calostro.

Peso: Su peso aumentará de forma gradual a lo largo de estos meses en total


de 8 a 12 kg, en el primer trimestre debe de ganar un kilo, en el segundo 4 kg y
en el tercer trimestre alrededor de 4 kg.

Cardiovascular

El gasto cardíaco aumenta 30 al 50% comenzando para la semana 6 y llega a


un pico entre las 16 y las 28 semanas (en general, alrededor de las 24 semanas).
Permanece elevado hasta la semana 30. Luego, el gasto cardíaco se vuelve
sensible a la posición. Las posiciones que hacen que el agrandamiento del útero
obstruya la vena cava (p. ej., decúbito) son las que más reducen el gasto
cardíaco. En promedio, el gasto cardíaco disminuye ligeramente desde la
semana 30 hasta que comienza el trabajo de parto. Durante éste, el gasto
cardíaco aumenta otro 30%. Después del parto, el útero se contrae y el gasto
cardíaco cae con rapidez a un 15 o 25% por encima del normal, luego disminuye
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gradualmente (durante las próximas 3 a 4 semanas) hasta que alcanza los
niveles preembarazo alrededor de las 6 semanas posparto.

El aumento del gasto cardíaco durante el embarazo se debe principalmente a las


demandas de la circulación uteroplacentaria; el volumen de esta circulación
aumenta de manera muy marcada, y la circulación dentro del espacio intervelloso
actúa casi como una derivación arteriovenosa. A medida que la placenta y el feto
se desarrollan, el flujo del útero debe aumentar 1 L/min (20% del gasto cardíaco
normal) en el momento del parto. El incremento de las necesidades de la piel
(para regular la temperatura) y los riñones (para excretar los desechos fetales)
es responsable de parte del aumento del gasto cardíaco.

Para incrementar el gasto cardíaco, la frecuencia cardíaca aumenta de los 70


latidos hasta 90 latidos/min, y el volumen corriente se eleva. Durante el segundo
trimestre, en general la tensión arterial cae (y la presión diferencial se amplía),
aunque el gasto cardíaco y los niveles de renina y angiotensina aumentan,
porque la circulación uteroplacentaria se expande (el espacio intervelloso
placentario se desarrolla) y la resistencia vascular sistémica se reduce. La
resistencia disminuye porque la viscosidad y la sensibilidad de la angiotensina
se reducen. Durante el tercer trimestre, la tensión arterial puede regresar a la
normal. Con los gemelos, el gasto cardíaco aumenta más y la tensión arterial
diastólica es más baja para las 20 semanas en comparación con los embarazos
únicos.

El ejercicio aumenta el gasto cardíaco, la frecuencia cardíaca, el consumo de


O2 y el volumen/min respiratorio más durante el embarazo que en otro momento.

La circulación hiperdinámica del embarazo aumenta la frecuencia del murmullo


funcional y se acentúan los ruidos cardíacos. Los rayos X o el ECG pueden
mostrar un desplazamiento cardíaco en la posición horizontal, rotando hacia la
izquierda, y aumenta el diámetro transverso. Los latidos prematuros auriculares
y ventriculares son comunes durante el embarazo. Todos estos cambios son
normales y no deben diagnosticarse erróneamente como trastornos cardíacos;
en general, se manejan con sólo tranquilizar a la paciente. Sin embargo, la
taquicardia paroxística auricular aparece con más frecuencia en las mujeres
embarazadas y puede requerir la digitilización profiláctica u otros agentes

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antiarrítmicos. El embarazo no afecta las indicaciones ni la seguridad de la
cardioversión.

Hematológico

El volumen total de sangre aumenta proporcionalmente con el gasto cardíaco,


pero el incremento en el volumen plasmático es mayor (cerca del 50%, en
general unos 1.600 mL para un total de 5.200 mL) que el de la masa de glóbulos
rojos (un 25%); por lo tanto, la hemoglobina disminuye por dilución, alrededor de
13,3 a 12,1 g/dL. Esta anemia por dilución disminuye la viscosidad sanguínea.
En el caso de gemelos, el volumen sanguíneo total materno aumenta más (cerca
del 60%).

El recuento de blancos aumenta ligeramente de 9.000 a 12.000/μL. Durante el


trabajo de parto y en los primeros días del posparto, se produce una leucocitosis
marcada (≥ 20.000/μL).

Los requerimientos de hierro aumentan un total de 1 g durante todo el embarazo


y son mayores en la segunda mitad de éste (6 a 7 mg/día). El feto y la placenta
utilizan unos 300 mg de hierro, y el aumento de la masa de eritrocitos maternos
requiere unos 500 mg adicionales. La excreción es de alrededor de 200 mg. Se
necesitan suplementos de hierro para evitar una mayor disminución de los
niveles de hemoglobina, porque la cantidad absorbida de la dieta y las reservas
de hierro (promedio total de 300 a 500 mg) son en general insuficientes para
cumplir con las demandas del embarazo.

Aparato urinario

Los cambios en la función renal van de la mano con los de la cardíaca. La tasa
de filtración glomerular aumenta del 30 al 50%, alcanza el máximo entre las
semanas 16 y 24 de la gestación y permanece en ese nivel hasta el momento
del parto, cuando puede disminuir ligeramente debido a la presión ejercida sobre
la vena cava que, a menudo, produce una estasis venosa en las extremidades
inferiores. El flujo plasmático renal aumenta en proporción con la tasa de
filtración glomerular. Como resultado, el nitrógeno ureico plasmático disminuye,
en general a 10 mg/dL ( 3,6 mmol urea/L), y los niveles de creatinina se reducen
proporcionalmente en 0,5 a 0,7 mg/dL (44 a 62 μmol/L). La marcada dilatación

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de los uréteres (hidrouréter) es causada por las influencias hormonales
(predominantemente, progesterona) y por reflujo debido a la presión del útero
agrandado sobre los uréteres, lo que también puede causar hidronefrosis. En el
posparto, el sistema colector urinario puede necesitar hasta 12 semanas para
normalizarse.

Los cambios posturales afectan la función renal más durante el embarazo que
en cualquier otro momento; o sea que la posición supina aumenta más la función
renal, y las posiciones de pie disminuyen más la función renal. La función renal
también aumenta marcadamente en la posición lateral, particularmente al
acostarse del lado izquierdo; esta posición alivia la presión del útero agrandado
sobre los grandes vasos cuando la mujer se acuesta. El aumento posicional de
la función renal es una de las razones por las que la mujer embarazada necesita
orinar con frecuencia cuando se acuesta para dormir.

Respiratorio

En parte, la función pulmonar cambia porque la progesterona aumenta y en


parte, porque el útero agrandado interfiere con la expansión pulmonar.
La progesterona estimula al cerebro para disminuir los niveles de CO2. Para
reducir los niveles de CO2, el volumen corriente, el volumen minuto y la
frecuencia respiratoria aumentan, con lo que se incrementa el pH plasmático. El
consumo de O2 se eleva un 20% para satisfacer el aumento de las necesidades
metabólicas del feto, la placenta y varios órganos maternos. Las reservas
inspiratoria y espiratoria, el volumen residual y la capacidad vital y la
Pco2 plasmática disminuyen. La capacidad vital y la Po2 plasmática no cambian.
La circunferencia torácica aumenta unos 10 cm.

Se produce una hiperemia considerable y edema del tracto respiratorio. A veces


se produce una obstrucción nasofaríngea sintomática y congestión nasal, las
trompas de Eustaquio se bloquean transitoriamente y el tono y la calidad de la
voz cambian.

Una disnea leve durante el ejercicio es común, y las respiraciones profundas son
más frecuentes.

Aparato digestivo y hepatobiliar

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A medida que el embarazo progresa, la presión del útero agrandado sobre el
recto y la porción baja del colon puede provocar estreñimiento. La motilidad
gastrointestinal disminuye porque la elevación en los niveles
de progesterona relaja el músculo liso. La pirosis y los eructos son comunes,
posiblemente producto del retraso en el vaciado gástrico y el reflujo
gastroesofágico por relajación del esfínter esofágico inferior y del hiato
diafragmático. La producción de HCl disminuye; de esta forma, la úlcera gástrica
es poco común durante el embarazo, y las úlceras preexistentes a menudo se
vuelven menos graves.

La incidencia de trastornos vesiculares aumenta un poco. El embarazo afecta


sutilmente la función hepática, en especial el transporte de bilis. Los valores de
los estudios de función hepática de rutina son normales, excepto los niveles de
fosfatasa alcalina, que aumenta progresivamente durante el tercer trimestre y
puede ser 2 o 3 veces el normal en el momento del parto; el incremento se debe
a la producción placentaria de esta enzima más que a una disfunción hepática.

Endocrino

El embarazo altera la función de la mayoría de las glándulas endocrinas, en parte


porque la placenta produce hormonas y, además, porque la mayoría de las
hormonas circulan unidas a proteínas y la unión a proteínas aumenta durante el
embarazo.

La placenta también produce la subunidad beta de la gonadotropina coriónica


humana (beta-hCG), una hormona trófica que, como las hormonas
foliculoestimulante y luteinizante, mantiene el cuerpo lúteo y por lo tanto evita la
ovulación. Los niveles de estrógeno yprogesterona aumentan temprano durante
el embarazo debido a que la beta-hCG estimula los ovarios para que las
produzca en forma continua. Después de las 9 o 10 semanas de edad
gestacional, la placenta propiamente dicha produce grandes cantidades
de estrógenos yprogesterona para mantener el embarazo.

La placenta produce una hormona (similar a la hormona tiroestimulante) que


estimula la tiroides y provoca hiperplasia, aumento de la vascularización y un
moderado agrandamiento. Los estrógenos estimulan a los hepatocitos y
aumenta los niveles de globulinas de unión de las hormonas tiroideas; así,

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aunque los niveles totales de tiroxina pueden aumentar, los de las hormonas
tiroideas libres permanecen normales. Los efectos de la hormona tiroidea
tienden a aumentar y pueden imitar un hipertiroidismo, con taquicardia,
palpitaciones, sudoración excesiva e inestabilidad emocional. Sin embargo, el
hipertiroidismo verdadero sólo se produce en el 0,08% de los embarazos.

La placenta produce hormona liberadora de corticotropina (CRH), que estimula


la producción materna de ACTH. Esto aumenta los niveles de hormonas
suprarrenales, en especial de aldosterona y cortisol, lo que contribuye con el
edema. El incremento en la producción de corticosteroides y la elevada
producción placentaria de progesterona producen resistencia a la insulina y un
aumento de la necesidad deinsulina, al igual que el estrés del embarazo y,
posiblemente, el aumento en los niveles de la hormona lactógeno placentaria
humana. La insulinasa, producida por la placenta, también puede aumentar los
requerimientos de insulina; por eso muchas mujeres con diabetes
gestacional desarrollan formas más floridas de diabetes.

La placenta produce hormona melanocito estimulante (MSH), que aumenta la


pigmentación cutánea tardía en el embarazo.

La glándula hipófisis se agranda un 135% durante el embarazo. Los niveles


maternos de prolactina aumentan 10 veces. El incremento de la prolactina se
asocia con un aumento de la producción de hormona liberadora de tirotropina,
estimulada por los estrógenos. La función primaria del aumento de la prolactina
es asegurar la lactancia. Los niveles vuelven a la normal en el posparto, aunque
la mujer esté amamantando.

Dermatológica

El aumento de los niveles de estrógenos, progesterona y MSH contribuye con


los cambios de pigmentación, aunque la patogenia exacta se desconoce. Estos
cambios incluyen

 Melasma (cloasma, máscara del embarazo), que es la pigmentación


marrón en forma de manchas en la frente y las eminencias malares

 El oscurecimiento de las areolas mamarias, las axilas y los genitales

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 Línea negra, una línea oscura que desciende en la línea media del
abdomen

En general, el melasma debido al embarazo retrograda dentro del año.

Aumenta la incidencia de las angiomas aracniformes (telangiectasias


aracnoideas), en general solo encima de la cintura, y de capilares dilatados de
paredes delgadas, en especial en las piernas.

Sistema musculoesquelético: Lo más característico es la lordosis progresiva,


se trata de un mecanismo compensador del aumento de peso en la parte anterior
del cuerpo, es decir, se arquea la columna, estos cambios pueden producir
dolores de espalda sobre todo al final del embarazo y una forma de andar
característica llamada “marcha de pato”.

Signos y síntomas

El embarazo puede hacer que las mamas se agranden debido a un aumento de


los niveles de estrógenos (principalmente) y de progesterona (una extensión de
la ingurgitación mamaria premenstrual). Las náuseas, y a veces los vómitos,
pueden aparecer debido al incremento de los niveles de estrógenos y la
subunidad beta de la gonadotropina coriónica humana (beta-hCG) por las células

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sincitiales de la placenta, que comienza 10 días después de la fertilización. El
cuerpo lúteo en el ovario, estimulado por la beta-hCG, sigue secretando grandes
cantidades de estrógenos y progesterona para mantener el embarazo. Muchas
mujeres pueden cansarse en este punto, y algunas notan cierta distensión
abdominal.

En general, comienzan a sentir los movimientos fetales entre las semanas 16 y


20.

Durante el final del embarazo, el edema de las extremidades inferiores y las


venas varicosas son comunes; la causa principal es la compresión de la vena
cava inferior por el útero aumentado de tamaño.

Los hallazgos del examen pelviano incluyen un cuello más blando y un útero más
grande y también blando. En general, el cuello tiene un tinte azulado a violáceo,
probablemente debido a que la irrigación uterina aumenta. Alrededor de las 12
semanas de gestación, el útero se extiende por encima de la pelvis ósea hacia
el abdomen; a las 20 semanas alcanza el ombligo, y para la semana 36, el borde
superior casi alcanza la apófisis xifoides.

Diagnóstico

 Prueba urinaria de beta-hCG

En general, se usan análisis de orina y a veces de sangre para confirmar o excluir


el embarazo; usualmente, los resultados son precisos varios días antes de la
ausencia del período menstrual y a menudo unos pocos días después de la
concepción.

Los niveles de beta-hCG, que se correlacionan con la edad gestacional en los


embarazos normales, pueden usarse para determinar si el feto está creciendo
normalmente. El mejor abordaje es comparar 2 valores de beta-hCG sérica,
obtenidos con 48 a 72 horas de separación en el mismo laboratorio. En un
embarazo normal único, los niveles de beta-hCG se duplican cada 1,4 a 2,1
durante los primeros 60 días (7,5 semanas), luego comienzan a disminuir entre
las semanas10 y 18. La duplicación regular de los niveles de beta-hCG durante
el primer trimestre sugieren un crecimiento normal.

Otros signos aceptados de embarazo son los siguientes:


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 Presencia de un saco gestacional en el útero, en general visto con la
ecografía alrededor de las semanas 4 a 5 y que con frecuencia se
corresponde con niveles de beta-hCG sérica de 1.500 mIU/mL (es usual
que pueda verse un saco vitelino en el saco gestacional en la semana 5)

 Movimientos cardíacos fetales, vistos con ecografía en tiempo real ya


entre las semanas 5 y 6

 Sonidos cardíacos fetales, oídos con ecografía Doppler ya entre las


semanas 8 y 10 si el útero es accesible por vía abdominal

 El médico puede sentir los movimientos fetales durante el examen


después de la semana 20.

1.- ¿Cuándo se inicia la gestación?

Se entiende por gestación o embarazo todo el tiempo durante el cual el


embrión, posteriormente feto, se desarrolla en el interior de la madre. Este
periodo dura nueve meses y en él se forman todos los órganos del nuevo ser
humano.

4.1- Primer Trimestre:

- Primer mes: En los primeros días de desarrollo, el embrión mide solo 1 mm.
Tras la implantación, comienza a formarse su sistema nervioso y su corazón,
que ya empieza a latir.

- Segundo mes: Se inicia la formación del cerebro. Al final del segundo mes el
embrión mide cerca de 3 cm y pesa cerca de 10 gramos. Además ya presenta
un aspecto humano por lo que se le comienza a denominar feto.

- Tercer mes: El feto mide entre 5 y 7,5 cm y puede realizar movimientos. Se


observan los ojos y los oídos en sus posiciones definitivas. Se inicia la
formación de los genitales. Además comienzan a funcionar los sistemas
circulatorio y renal.

4.2- Segundo trimestre:

- Cuarto mes: El feto mide alrededor de 10 cm. El sistema circulatorio está


completamente formado y el esqueleto empieza a organizarse.

- Quinto mes: Termina la maduración del sistema nervioso. Ya se perciben los


movimientos. Comienza a crecer cabello en la cabeza y aparecen las cejas y
pestañas. Al final del quinto mes mide entre 20 y 25 cm.

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- Sexto mes: Los bronquios y los pulmones casi han madurado. En un parto
prematuro, la supervivencia del feto es difícil, aunque con cuidados adecuados
podría sobrevivir. Al final del sexto mes, el feto mide más de 30 cm y pesa
cerca de 1 kg.

4.3- Tercer trimestre:

- Sétimo mes: El feto posee los órganos indispensables para poder vivir fuera
del útero materno. Empieza a acumular grasa, escucha sonidos, percibe
sabores dulces y amargos, responde a estímulos dolorosos y se mueve cada
vez más.

- Octavo mes: El feto comienza a adoptar la posición correcta para salir hacia
el exterior. Si bien ya casi no posee espacio para moverse al interior de la
cavidad uterina, logra girar su cuerpo hasta quedar con su cabeza en la pelvis y
sus nalgas sobre el diafragma de la madre (en algunos casos ocurre al revés,
lo que se llama posición podálica). Al final de este mes pesa alrededor de
2,5kg.

- Noveno mes: El feto ya tiene todos sus órganos y tejidos maduros, por lo que
durante este período solo se perfeccionan algunos de sus rasgos y se aguarda
un último proceso: el parto.

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2.- Cuál es el rol de la progesterona durante la gestación

Durante las primeras ocho semanas de embarazo, la progesterona -hormona


producida por el cuerpo amarillo que se encuentra en el ovario-, juega un papel
fundamental, porque prepara al útero para anidar al embrión, nutriéndolo y
engrosando el endometrio (capa interna del útero).

La médica especialista en obstetricia y ginecología Noelia Garay, afirma: "Es


indispensable para mantener el embarazo en marcha, ya que una de sus
funciones es aumentar el flujo sanguíneo hacia el útero para incrementar el
ingreso de nutrientes. A su vez, actuaría inhibiendo las contracciones del
músculo uterino que puede provocar las pérdidas".

Evolucionando
Después de las 14 semanas, la placenta será la nueva encargada de generar
progesterona y, a medida que avanza la gestación, los niveles de producción
se incrementarán progresivamente. La especialista agrega que, además, la
progesterona es la encargada de preparar los conductos y lobulillos mamarios
para la producción de leche que será destinada al bebé.

Extra dosis
Hay situaciones específicas en las que su uso extra está especialmente
indicado, por ejemplo:

*En las mujeres que tienen antecedentes de partos pretérminos. Es decir,


aquellas mamás que tuvieron un bebé antes de las 37 semanas. "En este caso,
deberán suplementar el embarazo con progesterona por 200mg cada 12 horas
hasta la semana 36", indica la profesional, quien además cuenta que puede
administrarse por vía oral o por vía intravaginal. "Ambas son igualmente
efectivas, pero la primera está más asociada al sueño y al cansancio, mientras
que la segunda puede resultar más incómoda para las pacientes laboralmente
activas, ya que al derretirse la cápsula, provoca flujo", señala.

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*Para aquellas mujeres que tengan embarazos gemelares. Especialmente
aquellos con dos bolsas y dos placentas, ya que en estos casos también hay
más probabilidades de que nazcan antes de término. "La progesterona actuaría
protegiendo al útero de provocar contracciones, evitando así las pérdidas",
resalta la especialista.

*Para las que realizan algún tratamiento de fertilidad. En donde se intenta


reproducir la elaboración del propio organismo, también será necesaria la
administración exógena (suplementar) de dicha hormona.

"Fuera de estas situaciones, generalmente la producción endógena (producida


por el organismo) de progesterona es suficiente para llevar un embarazo a
término exitosamente", garantiza la experta.

3.- ¿Cuáles son los componentes del incremento de peso en la gestante?


Raza. En un estudio realizado a lo largo de tres años con 248 mujeres
afroamericanas y 187 mujeres no afroamericanas (que incluía blancas, no
hispanas y de origen asiático), siendo embarazadas mayores de 18 años y
menos de 20 semanas de gestación, se encontraron diferencias en la tasa de
ganancia de peso materno, para las afroamericanas en comparación con las no
afroamericanas. Para las mujeres no afroamericanas, la tasa de aumento de
peso fue de aproximadamente 0.24 kg/semana desde el periodo
preconcepcional hasta la primera visita que fue de 16 a 20 semanas de
gestación, aumentando alrededor de 0.36 kg/semana de la primera visita a la
segunda entre las 30-36 semanas; en contraste, las mujeres afroamericanas
aumentaron 0.30 kg/semana de la visita preconcepcional a la visita de la semana
16-20, y 0.33 kg/semana en la segunda mitad del embarazo.

Edad. Existen estudios que señalan que un embarazo a una edad mayor o igual
a los 40 años tiene un riesgo mayor de complicaciones obstétricas, entre las que
se encuentra la ganancia excesiva de peso que se puede mantener e incluso
aumentar después del embarazo, resultando muy difícil a la mujer regresar a su
peso ideal. En un estudio realizado en el Instituto de Nutrición e Higiene de los
Alimentos en La Habana, Cuba, en 2011, se pudo apreciar que en las mujeres

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con edades comprendidas entre 20-39 años hubo mayor predominio del
sobrepeso y obesidad, mientras que el grupo de las adolescentes mostró
menores porcentajes.

Influencia en la estatura. Se sabe que los


promedios de talla y peso de los adultos difieren
considerablemente de una población a otra. La
talla depende en gran parte de factores
genéticos y no sólo de la acción del medio,
aparte de su importancia obstétrica y de la
importancia general como indicador posible del
estado nutricional, la estatura de la madre tiene
un interés. directo para el cálculo de las
necesidades alimentarias durante la gestación;
no obstante, se considera que los actuales
conocimientos existentes sobre las variaciones
de la talla materna y del aumento de peso
durante el embarazo entre una población y otra
son todavía insuficientes como para considerar
la estatura como factor clave para el aumento de
peso.

4.- ¿Qué ocurre con el nivel de los lípidos en sangre? ¿Por qué ocurre esto?
Requerimientos más importantes en la gestación
Proteínas: se requiere consumir durante la gestación alrededor de 925 g de
proteínas, ya que la tasa de acumulación no es constante, siendo más importante
esta ingesta durante el segundo trimestre, por lo que la ingesta adicional debe
aumentarse de 6 a l0 g diarios.

Lípidos: se requiere de un aumento en el aporte de lípidos, en principio, para


lograr las reservas de grasa en el organismo materno durante el primer trimestre
y posteriormente para el crecimiento de los nuevos tejidos. Se ha estimado un
aporte necesario promedio de 600 g de ácidos grasos esenciales durante toda
la gestación.

Hierro: la demanda durante todo el embarazo es de aproximadamente 1,000 mg,


requeridos para el desarrollo del feto, la placenta, el aumento del volumen
sanguíneo materno y para cubrir las necesidades basales de la madre. Las
cantidades a administrar varían de 30 a 60 mg diarios.

Calcio: el requerimiento total es aproximadamente de 25 a 30 gramos. La


principal adaptación fisiológica que sucede en el organismo materno para hacer
frente a esta mayor demanda es el aumento en la absorción intestinal del

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mineral. El embarazo representa una condición fisiológica que implica una
adaptación metabólica para suplir los requerimientos del feto en desarrollo.

El incremento de lípidos es fisiológico durante el embarazo y en su mayor parte


se deben a variaciones hormonales. Se conoce que durante el embarazo las
concentraciones de colesterol total (CT) aumentan hasta 43 %, como resultado
del aumento de la demanda de precursores para el desarrollo de los procesos
anabólicos propios de esta etapa y sufren una rápida caída después del
nacimiento. Por otra parte, el colesterol es captado por el trofoblasto placentario
en forma de lipoproteínas que son internalizadas en forma tanto receptor-
dependiente como receptor-independiente. Este aumento de los lípidos
circulantes aporta a la madre una fuente de energía valiosa, tanto para el
mantenimiento de su metabolismo basal, como para favorecer el crecimiento y
desarrollo del feto. A su vez, el aumento de los lípidos circulantes conlleva a
algún grado de peroxidación lipídica. En condiciones normales, este fenómeno
se ve compensado por una elevación paralela en los sistemas antioxidantes. La
hiperlipidemia en el embarazo puede significar un factor de riesgo para el
desarrollo posterior de aterogénesis, pero la hipertrigliceridemia fisiológica del
tercer trimestre se distingue del tipo aterogénico porque se acompaña de un
incremento de la fracción de colesterol ligado a lipoproteínas de alta densidad
(HDL); por lo tanto, la condición de riesgo aterogénico es menor.

5.- ¿Cómo y por qué se modifica la función renal durante el embarazo?

CAMBIOS ANATÓMICOS

Existe un ligero aumento del tamaño renal, de aproximadamente 1-1,5 cm en


sentido longitudinal, que puede ser debido a la elevación del volumen vascular
renal y a la expansión del espacio intersticial.

Los cambios morfológicos más tempranos y definidos en las vías urinarias


durante la gestación tienen lugar en el sistema colector, observándose una
dilatación de los cálices, pelvis renales y uréteres.

El llamado hidrouréter fisiológico del embarazo se caracteriza por un notable


incremento del diámetro interior del uréter, que se acompaña de hipotonía e
hipomotilidad de sus músculos. El cambio comprende, en su forma típica, la
pelvis renal y porción superior de los uréteres por encima del estrecho pélvico
superior, y es más intenso y frecuente en el uréter derecho. El volumen de los
uréteres en el embarazo puede aumentar hasta 25 veces y retener hasta 300 ml
de orina.

La etiología de la dilatación ureteral es aún punto de controversia, y es posible


que participen factores hormonales y mecánicos obstructivos de forma conjunta.

18
Estas modificaciones anatómicas en el tracto urinario de las mujeres
embarazadas se acompañan de varias consecuencias clínicas. Así, el tracto
urinario dilatado puede contener un volumen sustancial de orina, lo que introduce
un factor de error en la obtención cronometrada de muestras urinarias. También
se ha demostrado la existencia de un reflujo vesicoureteral en el 3,5% de las
gestantes que, unido a la dilatación y estasis urinaria, favorece la proliferación
bacteriana y la aparición de infecciones urinarias.

CAMBIOS FUNCIONALES

Hemodinamia renal

Los cambios del funcionalismo renal que más llaman la atención son el
incremento del índice de filtración glomerular (IFG) y del flujo plasmático renal
efectivo (FPRE). A este respecto, Smith dijo: «La mujer embarazada es un
fenómeno muy interesante. No conozco ninguna otra manera de aumentar el
índice de filtración glomerular en un 50% o más durante períodos prolongados».
El IFG, que se valora mediante la determinación seriada de la depuración de la
creatinina endógena en 24 horas con inulina, aumenta en forma marcada (en un
30 a un 50%) en una fase temprana del embarazo, y dicho incremento es
mantenido al menos hasta el último mes del embarazo.

El FPRE también aumenta en forma marcada durante el embarazo y alcanza


niveles de 50 al 80% más del observado antes del embarazo durante los dos
primeros trimestres.

Las razones del incremento de los procesos hemodinámicos renales durante el


embarazo no están claras, pero se producen numerosas modificaciones
cardiovasculares, del volumen líquido y de las secreciones endocrinas durante
el embarazo normal que podrían influir sobre la función renal. El aumento del
flujo sanguíneo renal se debería en gran medida a la caída de la resistencia
vascular en el riñón. La fracción de filtración porcentaje del flujo plasmático renal
filtrado por los glomérulos disminuye al comienzo del embarazo, reflejando la
caída de la resistencia arteriolar eferente posglomerular.

El aumento del IFG se acompaña de consecuencias clínicas importantes:

 Los valores plasmáticos de creatinina y nitrógeno ureico disminuyen.


 El aumento de la carga filtrada también puede explicar la glucosuria, la
aminoaciduria y el incremento de la excreción urinaria de vitaminas
hidrosolubles que tienen lugar durante el embarazo normal.
 La excreción proteica urinaria también puede duplicarse en las mujeres
embarazadas, tal vez debido al aumento del flujo plasmático glomerular.

Función tubular renal


19
Parcialmente condicionada a la hemodinamia renal, así como a otros factores
extrarrenales (volumen efectivo circulante, presión oncótica, hematócrito,
sistema renina-angiotensina-aldosterona, prostaglandinas y cininas, etc.), va a
experimentar numerosos cambios durante el embarazo.

 Ácido úrico

El embarazo normal induce a la aparición de hipouricemia relativa. Desde la


octava semana del embarazo, las concentraciones plasmáticas de ácido úrico
disminuyen en más de un 25% y, a menudo, son de solamente 2,5 a 4 mg, en
tanto que su depuración (típicamente 6 a 12 ml/min en las mujeres no
embarazadas) aumenta hasta aproximadamente 12 a 20 ml/min en el embarazo.
Se sospecha que la hipouricemia del embarazo normal refleja las alteraciones
en la depuración fraccionada del ácido úrico (depuración de ácido úrico/filtración
glomerular), con descenso en la resorción tubular neta.

 Manejo renal de la glucosa

A menudo, el embarazo se asocia con glucosuria por incapacidad de algunas


mujeres para aumentar la reabsorción de glucosa paralelamente al aumento de
la filtración de ésta. La aparición de la glucosuria durante el embarazo es
frecuente y precoz. Dicha glucosuria es intermitente y varía de unos días a otros.

La excreción de otros azúcares, incluyendo lactosa, fructosa, xilosa y fucosa,


aumenta durante el embarazo.

 Reabsorción de aminoácidos

Además de la glucosuria, durante el embarazo también ocurre aminoaciduria. La


excreción de muchos aminoácidos está aumentada, con la consiguiente
disminución de los valores plasmáticos. El aumento de la excreción de
aminoácidos durante el embarazo no es uniforme; así, se observa un incremento
de la excreción de glicina, histidina, treonina, serina y alanina en un estadio
temprano del embarazo, siendo las pérdidas urinarias de dichos aminoácidos
importantes cerca del término. Por el contrario, los valores urinarios aumentados
de lisina, cistina, taurina, tirosina, fenilalanina, valina y leucina se registran
durante la primera mitad del embarazo y, a partir de entonces, dichos valores
disminuyen; la excreción urinaria de aspargina, ácido glutámico y arginina no
varían en el curso del embarazo.

Los aminoácidos excretados durante el embarazo pueden alcanzar un valor de


2 g/día. Estos incrementos podrían constituir otro factor de la mayor
susceptibilidad a las infecciones de vías urinarias en las gestantes y, además,
dichas pérdidas urinarias podrían afectar a la gestación en zonas del mundo con
una ingestión proteica deficitaria.

20
 Regulación renal del equilibrio ácido-base en el embarazo

El equilibrio ácido-base está alterado en el embarazo normal. En efecto, el


embarazo se asocia con una alcalosis respiratoria. La PaCO 2 disminuye desde
40 mmHg hasta unos 30 mmHg durante la gestación, y las embarazadas tienen
un pH arterial de 7,42 a 7,44, en comparación con los valores de 7,38 a 7,40
normal. Se piensa que la alcalosis obedece al efecto de la progesterona elevada,
que produce hiperventilación.

En consecuencia, las embarazadas son más propensas a adquirir una acidosis


severa por cetoacidosis o acidosis láctica porque su capacidad buffer total está
disminuida a causa del bajo nivel de bicarbonato. El bicarbonato plasmático
medio disminuye a 18 a 20 mEq/l, en comparación con 24 a 28 mEq/l que es lo
normal.

En el embarazo no existe ningún defecto de la excreción renal de ácidos y se ha


comprobado que la excreción de ácido y amonio titulable es normal tras una
carga de cloruro de amonio.

 Calcio y fósforo

Aun cuando se han descrito altas tasas de hormona paratiroidea en el embarazo,


este dato no se ha podido confirmar. El Tm de fosfato se ha encontrado normal
y, con respecto al calcio, existe un aumento en la calciuria.

 Secreción de potasio

En el embarazo, se registra una acumulación de aproximadamente 350 mEq de


potasio, la mayor parte del cual es almacenado en el espacio fetal y en los
órganos reproductores. En contraste con lo observado en las mujeres no
embarazadas, las gestantes son resistentes a la caliuresis inducida por la
combinación de mineralocorticoides exógenos y una dieta con alto contenido de
sodio. Esta capacidad para conservar potasio en presencia de altas
concentraciones de mineralocorticoides potentes y de la oferta de cantidades
sustanciales de sodio a los sitios distales de la nefrona ha sido atribuida al
aumento de las concentraciones de progesterona asociado con el embarazo.

Función osmorreguladora y transporte renal de agua

En los comienzos del embarazo, la osmolalidad del plasma (Posm) disminuye a


un valor entre 8 y 10 mOsm/kg por debajo de la cifra correspondiente. Dicha
disminución parece comenzar con la concepción, es significativa durante la
quinta semana de gestación. Este descenso podría explicarse en su mayor parte
por la disminución en el valor de sodio plasmático y aniones correspondientes.

21
La gestación se caracteriza, pues, por una reducción verdadera de la
osmolalidad plasmática efectiva.

Cabría esperar que la embarazada dejara de secretar la hormona antidiurética


(ADH) y la arginina vasopresina y estuviese en un estado de diuresis continua,
lo que no ocurre porque los umbrales osmóticos para la secreción de arginina
vasopresina y la sed disminuyen aproximadamente 10 mOsm/kg cada uno
durante el embarazo.

La capacidad para excretar agua también se encuentra alterada en el embarazo


normal.

HOMEOSTASIA VOLUMÉTRICA

Alteraciones del volumen líquido

El embarazo se caracteriza por la acumulación de más de 7 l de líquido, que son


almacenados no solamente en los productos de la concepción sino también en
los compartimientos celular, plasmático e intersticial de la madre. En esencia,
tiene lugar una «hipervolemia fisiológica».

Manejo renal del sodio

La embarazada acumula a lo largo de la gestación aproximadamente 950 mEq


de sodio, y este balance positivo se hace a expensas de sutilísimas
acumulaciones diarias de 3-4 mEq. Dado que el transporte renal del sodio
representa el principal determinante del equilibrio del volumen, es conveniente
considerar de qué modo los cambios hemodinámicos y humorales del embarazo
normal pueden afectar la excreción urinaria de sodio.

Factores que aumentan la excreción renal de sodio

a) Filtración glomerular. El aumento de la filtración glomerular conlleva que la


carga filtrada de sodio sea más de 5.000 mEq por día. El incremento paralelo en
la reabsorción tubular es indispensable para prevenir pérdidas masivas de sodio.

b) Factores hormonales. La progesterona es el factor hormonal más importante


de los que tienden a aumentar la excreción de sodio durante el embarazo. Se ha
demostrado repetidamente que la progesterona tiene propiedades natriuréticas,
ya que inhibe la retención de sodio producida por la aldosterona y parece tener
también un efecto natriurético independiente de su antagonismo de aldosterona

c) Factores físicos. La vasodilatación renal, así como la disminución en la


concentración de albúmina en el plasma, tienden a aumentar la excreción renal
de sodio.

22
Factores que disminuyen la excreción de sodio

a) Factores hormonales. De los factores antinatriuréticos, la aldosterona es la


que más se ha investigado. La elevación de las concentraciones de esta
hormona no se debe a un cambio en la depuración metabólica, sino a un
aumento en su producción. Se ha sugerido que el hiperaldosteronismo es una
consecuencia del aumento en la producción de progesterona. La actividad de la
hormona varía con la ingestión de sodio y puede ser suprimida con
mineralocorticoides exógenos.

b) Factores físicos. La elevación de la fracción de filtración ocasiona un aumento


de la presión oncótica posglomerular, contribuyendo a las fuerzas
antinatriuréticas durante el embarazo.

Los cortocircuitos arteriovenosos en la placenta y el aumento de la presión


ureteral pueden contribuir a la retención de sodio.

SISTEMA RENINA-ANGIOTENSINA-ALDOSTERONA EN EL EMBARAZO

La concentración del sustrato de la renina aumenta en el embarazo, así como en


mujeres no embarazadas que toman compuestos que contienen estrógenos. La
actividad plasmática de renina está elevada en el estado grávido, pero no
solamente por su producción renal, sino también por la procedente del útero y
de la placenta. El papel de la renina «uterina-placentaria» en el control de la
presión arterial y la secreción de aldosterona no se ha determinado. Varios
estudios sugieren que interviene en el control del flujo plasmático uterino. En la
sangre, la concentración de angiotensina II se encuentra elevada en el
embarazo. Es muy probable que la secreción elevada de aldosterona se deba al
aumento de la actividad del sistema renina-angiotensina-aldosterona.

6.- ¿Cuáles son los requerimientos nutricionales adecuados en una


gestante?

a. Necesidad de calorías

Varía en función de las características metabólicas individuales, en especial, en


relación a la función de absorción digestiva, las pérdidas que se efectúan a través
de la piel, que normalmente se incrementan durante el embarazo, y de la
actividad física. Se puede considerar que las necesidades calóricas varían entre
2500 y 3000 kcal/24 horas para una mujer de talla mediana (160 cm) y de peso
mediano (50-55 kg). Debe señalarse que la lactancia entraña un suplemento
calórico de 500 kcal/día, parte de las cuales provienen de las reservas
acumuladas durante la gestación.

23
La ganancia ponderal durante la gestación es de 9 kg, lo que equivale a una
ingesta de 27000 kcal, este valor se traduce en una ingesta estimada de energía
de 300 kcal/día para el primer trimestre de gestación, 340 para el segundo y 452
para el tercero.

b. Necesidades de proteínas

Durante el embarazo es preciso ingerir cantidades suplementarias de proteína


para cubrir las necesidades derivadas del crecimiento del feto, de la placenta y
de los tejidos maternos, dado que se estima que las proteínas depositadas en
estos tejidos alcanzan la cifra de 925 g.

El aporte proteico en promedio es de 90 a 120 g/día, es decir, de 1,5 a 2,0 g/kg


de peso corporal; sin embargo, una ingesta diaria de 70 a 71 g de proteínas,
como la consumida por la mayoría de las mujeres gestantes sin restricción de
dieta, es suficiente para satisfacer los requerimientos proteicos, siempre y
cuando se asegure que la calidad de la proteína sea la adecuada.

c. Necesidades de glúcidos

Cerca del 50% de la ingesta calórica de la gestante se encuentra representada


por los glúcidos, lo que equivale a cerca de 300 g/día, fuente energética poco
cara que ahorra proteínas como fuente de energía. El transporte placentario
activo rápido de monosacáridos constituye un medio de incrementar el
crecimiento fetal, ya que ellos son la fuente energética principal del feto; el
exceso es almacenado como glucógeno a nivel hepático y como triglicéridos
subcutáneos en el tercer trimestre de la gestación.

d. Necesidades de lípidos

Son requeridos 70 a 90 g/día. Se sabe que solamente los ácidos grasos


polisaturados atraviesan la placenta. El colesterol y los triglicéridos son
sintetizados por el feto, en especial al final de la gestación, llegándose a
almacenar 14 g/día durante el último mes; ellos representan el 16% del peso del
feto.

e. Necesidades hidrosalinas

En relación a las necesidades hidrosalinas, de oligoelementos y de vitaminas, no


se requiere un suplemento cuando la alimentación es adecuada. El aporte líquido
es de 1,5 L/día, pero varía de individuo a individuo y se encuentra regulado por
la sed.

La ingesta de sal (cloruro de sodio) se encuentra entre 6 a 10 g/día y no se


incrementa durante la gestación.

24
f. Necesidades de hierro

Una mujer adulta posee una reserva férrica de 1000 mg en condiciones óptimas.
EI incremento de la masa globular requiere un aporte de 500 mg, mientras que
el consumo de hierro por parte del feto es de 300 mg. De otro lado, durante la
segunda mitad de la gestación se requiere una ingesta de 6 a 7 mg/día. Los
suplementos de hierro son aconsejables a partir del segundo trimestre para evitar
la anemia ferropénica; por último, debe tenerse en cuenta la pérdida sanguínea
del parto.

g. Necesidades fosfocálcicas

Se estima la necesidad fetal de calcio en 30 g, la cual se hace evidente a partir


del tercer trimestre de la gestación. Como proceso adaptativo a nivel intestinal
materno se produce incremento de la absorción de estos elementos y
almacenamiento a nivel óseo durante los dos primeros trimestres de la gestación.
Los aportes de calcio durante la gestación son estimados entre 1000 y 2000
mg/día, los cual se realiza si existe una dieta normal con inclusión de alimentos
lácteos.

La lactancia requiere un aporte fosfocálcico similar a aquel de la gestación. Es


necesaria una alimentación adecuada y aporte de alimentos ricos en vitamina D.

h. Necesidades de vitaminas

Las necesidades de vitaminas liposolubles son cubiertas por una alimentación


con vitamina A y D, debido a su probable rol teratogénico cuando son
administradas a grandes dosis. Las vitaminas hidrosolubles como la tiamina y la
riboflavina son excepcionalmente deficitarias; no sucede así con el ácido fólico y
la vitamina B 12 que pueden dar lugar a anemia en la gestante.

Ácido fólico
Tomar 400 microgramos de ácido fólico a diario durante el mes anterior al
embarazo y 600 microgramos diarios a lo largo de la gestación puede ayudar a
prevenir los llamados defectos del tubo neural, malformaciones cerebrales y de
la médula espinal.
Hierro
La dosis diaria de hierro recomendada durante el embarazo es de 27 miligramos,
y puede encontrarse en la mayoría de suplementos vitamínicos prenatales.
Calcio
Toda mujer mayor de 19 años, embarazada o no, debería ingerir 1.000
miligramos de calcio al día, y la cantidad asciende a 1.300 miligramos diarios
entre los 14 y los 18 años.
Vitamina D
Toda mujer, embarazada o no, necesita 600 unidades internacionales (15
microgramos) de vitamina D a diario; durante el embarazo y la lactancia, este

25
aporte debe proveer al bebé con suficientes reservas de vitamina D para sus
primeros meses de vida.
Yodo
El consumo de Yodo recomendado durante el embarazo es de 150 microgramos
diarios. Por ello, se recomienda tomar un suplemento vitamínico prenatal que
contenga yodo desde el momento en que se considere la posibilidad de
embarazo y hasta finalizar la lactancia.

7.- ¿Qué modificaciones en la función respiratoria se producen en la


gestante?
La respiración materna aumenta durante el embarazo
Debido al aumento del metabolismo basal de la embarazada y a su mayor
tamaño, la cantidad total de oxígeno que consume poco antes del parto es
alrededor del 20% mayor de lo habitual y, al mismo tiempo, forma una cantidad
considerable de dióxido de carbono.
Estos efectos condicionan que la ventilación por minuto aumente. Se cree
también que las altas concentraciones de progesterona propias del embarazo
aumentan la ventilación por minuto todavía más, porque la progesterona
aumenta la sensibilidad del centro respiratorio al dióxido de carbono. El resultado
final es un incremento de la ventilación por minuto alrededor del 50% y un
descenso de la PCO2 de la sangre arterial varios milímetros de mercurio por
debajo del de la mujer no embarazada. Al mismo tiempo, el útero, al crecer,

26
empuja hacia arriba al contenido abdominal y este, a su vez, eleva al diafragma,
por lo que reduce la amplitud de sus excursiones. En consecuencia, la frecuencia
respiratoria aumenta con el fin de mantener el aumento adicional de la
ventilación.

8.- ¿Qué cambios hormonales se producen en el embarazo?

 Prolactina

Hormona encargada de producir la leche y de preparar los pechos para la


lactancia. Sus niveles aumentan cuando, tras el parto, bajan los niveles de
estrógeno y progesterona. Su producción se debe sobre todo a la glándula
pituitaria, que aumenta su tamaño en un 50%.

 Lactógeno placentario humano (hPL)

Hormona que estimula las glándulas mamarias mientras se preparan para la


lactancia, es producto de la placenta, y se encarga de cambiar el metabolismo
de la madre para que el futuro bebé reciba toda la energía que necesita para su
crecimiento, asegurando su desarrollo correcto. Esta hormona también está
presente sólo durante el embarazo y alcanza sus niveles más altos al final de la
gestación,

 Estrógeno

Este conjunto de hormonas estimulan el crecimiento del útero para apoyar el


desarrollo del feto. Así mismo este grupo de hormonas es responsable del
desarrollo de las características sexuales femeninas. Estará presente en todo el
período del embarazo.

 Progesterona

Esta hormona estimula el engrosamiento del recubrimiento del útero


preparándolo para la implantación del embrión. También estimula el desarrollo
de las glándulas mamarias en la producción de leche. Además ayuda al útero a
relajarse para que no des a luz antes de tiempo.

 Hormona Gonadotropina coriónica humana (HCG)

Los niveles de esta hormona que se encuentran en el plasma y la orina materna


aumentan de forma drástica durante el primer trimestre y esto puede contribuir a
provocar las náuseas y vómitos. Se produce solo en el embarazo.

27
9.- ¿Qué cambios cardiovasculares se producen durante el embarazo?

En un embarazo normal se produce una serie de cambios cardiovasculares,


como el aumento del gasto cardiaco, la distensibilidad arterial y el volumen de
líquido extracelular o la disminución de la presión arterial (PA) y la distensibilidad
periférica total1. Durante el embarazo, la PA media disminuye gradualmente
hasta llegar a su pico más bajo entre las semanas 16 y 20, y a partir de la mitad
del tercer trimestre comienza a subir hasta llegar a unas cifras cercanas a las de
antes del embarazo .Esta disminución de la PA afecta tanto a la PA sistólica
(PAS) como a la PA diastólica (PAD), aunque la disminución de la PAD es mayor.

Además, el flujo sanguíneo hacia ciertos órganos aumenta para cubrir las
mayores necesidades metabólicas de los tejidos, de modo que el retorno venoso
y el gasto cardiaco aumentan drásticamente durante el embarazo. El gasto
cardiaco va aumentando durante los primeros dos trimestres hasta alcanzar sus
valores más altos hacia la semana 16 de gestación. En la quinta semana de
gestación ya encontramos establecido este aumento del gasto cardiaco, que
llega hasta un 50% por encima de los valores previos al embarazo entre las
semanas 16 y 20. A las 20 semanas deja de subir y permanece elevado hasta el
parto. Esta elevación se asocia con un aumento del volumen sistólico y la
frecuencia cardiaca (FC). La presión circulatoria media de llenado, un
determinante principal del retorno venoso, también sube durante el embarazo;
por el contrario, la resistencia del retorno venoso se reduce sustancialmente.

El aumento del gasto cardiaco y la ligera bajada de la PA en el embarazo se


asocian con una importante disminución de la resistencia vascular sistémica. La
resistencia periférica total disminuye al principio del embarazo y sigue bajando
durante el segundo y el tercer trimestre, cada vez con menos intensidad a
medida que se aproxima el parto). La distensibilidad arterial también sufre ciertos
cambios: va aumentando durante el primer trimestre y permanece elevada
durante el resto del embarazo, de modo que en un embarazo normal se produce
la disminución de la poscarga, tanto de la estática como de la pulsátil.

Aunque aún no conocemos con exactitud los mecanismos que median los
cambios en la hemodinámica sistémica, hay una serie de factores implicados en
los cambios fisiológicos del sistema vascular que ocurren durante el embarazo.
Existen pruebas sustanciales de que la producción de óxido nítrico (NO) aumenta
durante el embarazo normal, y que este aumento está implicado en la

28
vasodilatación que ocurre en el embarazo. La inhibición de la síntesis de NO en
modelos animales disminuye el descenso de la resistencia periférica total y el
aumento del gasto cardiaco asociados con el embarazo.

También hay ciertos factores hormonales, como los estrógenos y la relaxina,


implicados en la estimulación de la producción de NO en el embarazo. Se ha
comprobado que la relaxina, producida principalmente por el cuerpo lúteo,
reduce permanentemente la resistencia periférica total y aumenta el gasto
cardiaco y la distensibilidad arterial sistémica. Además, la neutralización por
anticuerpos de la relaxina endógena circulante durante la primera etapa del
embarazo disminuye las alteraciones del gasto cardiaco, la resistencia vascular
sistémica y la distensibilidad arterial. Por otro lado, se piensa que estos efectos
de la relaxina están mediados por interacciones entre los receptores de la
endotelina B y el NO, con lo que la relaxina parece estar implicada en muchas
de las adaptaciones cardiovasculares del embarazo a través de mecanismos
independientes del NO.

Variaciones de la presión arterial a lo largo de las semanas de gestación

10.- ¿Qué factores determinan el inicio del trabajo de parto?

En el embarazo hay un equilibrio dinámico entre las fuerzas que causan la


inactividad uterina y las fuerzas que producen la contractilidad uterina
coordinada. También hay un equilibrio entre las fuerzas que mantienen el cuello
uterino cerrado para evitar el vaciamiento uterino y las fuerzas que ablandan el
cuello uterino y permiten que se dilate. Para que ocurra el parto, ambos balances
deben inclinarse en favor del vaciamiento uterino activo. Muchos de los
elementos en este complejo de parto elaboran características de alimentación
hacia adelante. El parto a término se considera fisiológicamente como una
liberación de los efectos inhibidores del embarazo en el miometrio. El trabajo
humano a término es un evento fisiológico multifactorial que involucra la

29
integridad de factores endocrinos, paracrinos y autocrinos complementarios que
conducen a cambios graduales dentro de los tejidos maternos uterinos
(miometrio, deciduas y cuello uterino).

Para que ocurra el parto, deben ocurrir dos cambios en el tracto reproductivo de
una mujer. Primero, el útero debe convertirse de una estructura quiescente con
contracciones disincrónicas a un órgano activo que se contrae coordinadamente
con componentes musculares entrelazados complejos que dan como resultado
contracciones fásicas regulares del útero. Esto requiere la formación de uniones
entre las células miometriales para permitir la transmisión de la señal contráctil.
El feto puede coordinar este cambio en la actividad miometrial a través de su
influencia en la producción de hormonas esteroides placentarias, a través de la
distensión mecánica del útero y a través de la secreción de hormonas
neurohipofisarias y otros estimuladores de la síntesis de prostaglandinas. El
segundo cambio es que el tejido conjuntivo cervical y el músculo liso deben ser
capaces de dilatación para permitir el paso del feto desde el útero. Estos cambios
están acompañados por un cambio de la progesterona a la dominancia de
estrógenos, una mayor capacidad de respuesta a la oxitocina mediante la
regulación al alza del receptor de oxitocina miometrial, una mayor síntesis de PG
en el útero, una mayor formación de la unión brecha miometrial, una menor
actividad del óxido nítrico (NO) y una mayor afluencia de calcio en los miocitos
con unión dependiente de ATP de la miosina a la actina, aumento de la
endotelina que conduce a un aumento del flujo sanguíneo uterino y la actividad
miometrial. El último camino común hacia el parto parece ser la activación del
eje del HPA fetal y es probable que sea común a todas las especies vivíparas.
Los cambios complementarios en el cuello uterino que incluyen una disminución
en el predominio de la progesterona y las acciones de las prostaglandinas y la
relaxina, a través de alteraciones del tejido conectivo, collagenolisis y una

30
disminución en la estabilización del colágeno a través de inhibidores de la
metaloproteinasa, conducen a un ablandamiento cervical y dilatación.

Conclusiones:

 Los componentes del incremento de peso en la gestante son 3; los cuales


son, edad, raza e influencia en la estatura.
 Se requiere de un aumento en el aporte de lípidos, en principio, para lograr
las reservas de grasa en el organismo materno durante el primer trimestre
y posteriormente para el crecimiento de los nuevos tejidos. Se ha
estimado un aporte necesario promedio de 600 g de ácidos grasos
esenciales durante toda la gestación
 Una buena alimentación que cubra los requerimientos nutricionales
durante el embarazo, y que garantice la salud de madre e hijo, debe incluir
cinco elementos indispensables: hidratos de carbono, lípidos, proteínas,
vitaminas y minerales. Durante la gestación se incrementan las
necesidades de energía en 300-452 kcal/día, las de proteínas en un 54%,
al tiempo que se elevan los requerimientos de vitaminas, principalmente
los folatos, y de minerales, sobre todo hierro, zinc, magnesio, selenio y
yodo.

 Los principales cambios hemodinámicos que ocurren durante el


embarazo son : el aumento del gasto cardiaco, la distensibilidad arterial y

31
el volumen de líquido extracelular o la disminución de la presión arterial
(PA) y la distensibilidad periférica total; la variabilidad de estas
condiciones esta supeditada al tiempo de gestación.
 La adecuacion del meatbolismo del gestante y el cambo de perfusion a
tejidos oportunos para la nutricion fetal son uno de los mas impotantes
cambios metabolcios que ocurren durante elembarazo.
 Los últimos descubrimientos sobre los factores humorales implicados en
la inducción del parto han puesto en evidencia que el feto es el
responsable de poner en marcha las otras demas hormonas que son
secretadas por la madre,en otras palabras la inducción al parto yace en la
interacción de ambos ejes hormonales.

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