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Universidad Nacional Autónoma de México

Facultad de Estudios Superiores Acatlán


Equipo: 3
Grupo: 1151
1. Título: La importancia de la mujer ateniense en las procesiones panateneas.

Sera grande la [reputación] de aquella [mujer] cuyas virtudes o defectos


anden lo menos posible en boca de los hombres.
.Pericles en Tucidides,
Historia de la guerra
Del Peloponeso 2.45
2. Planteamiento-Pregunta de Investigación:
Existió una civilización situada “en la península Basáltica sobre las costas del Mar
Egeo”1 cuya historia despierta curiosidad y, que alcanzo su plenitud entre los siglos
V y IV antes de nuestra era: Atenas. Junto a esta polis llena de esplendor y acción,
se transformó el carácter de una sociedad, la cual dejaría monumentos
trascendentes, no solo en las artes, si no también en las costumbres humanas; pero,
hubo otra realidad poco conocida y que ocuparía un papel secundario.

Sin importar el estrato social en Atenas, las mujeres en la mayoría de los casos se
mantenían al margen, relegadas de la colectividad varonil. Ninguna era tan
afortunada, si se toma en cuenta que la participación de la mujer era prácticamente
nula y, era irreal aspirar a ser ciudadana pero si se esperaba ser “la esposa de un
ciudadano”. En este sentido, la investigación busca comprender ¿Cuál es el
momento en donde una mujer ateniense tiene el privilegio de ser reconocida frente
a la polis?

Es preciso señalar que no podemos deducir a partir de esta situación de exclusión,


la existencia de un sentimiento de frustración extendido entre las mujeres, ya que
no contamos con testimonios femeninos de la época, que nos permitan formar
conclusiones. Pero si es posible descubrir el ambiente relajado e indiferente a las
tenciones generadas en el mundo de los hombres, lo cual nos habla de divisiones,

1
Claude, Mossé, Historia de una democracia: Atenas (Desde sus orígenes hasta la conquista macedónica),
Traduce. Juan M. Azpitarte Almagro, Madrid, Akal Universitaria, Serie Historia Antigua, 1987, p. 7.
sin embargo, nuestro bagaje cultura nos hace formularnos ideas al respecto que no
son muy claras y se prestan, por tanto, a diversas especulaciones.

Es esa cuestión la que nos mueve decisivamente a contribuir en el estudio


planteado por la historia social sobre la Historia de la mujer, especialmente el de la
mujer en la Antigüedad. Estudio que no es posible si no se parte del hecho de que
la mujer como sexo, grupo o clase –si así se quiere- ha sido el sujeto pasivo de la
Historia.

Al rastrear esta colectividad asumimos el estudio de este problema, el cual nos


permitirá percibir cual es la situación de la mujer en la actualidad y, de este modo,
vincular el estudio del pasado con las inquietudes del presente, tal y como han
aspirado a hacerlo los mejores de entre los historiadores; pero teniendo cuidado en
no mezclar conceptos o hechos anacrónicos con nuestro objeto de estudio.

Hipótesis.

En los últimos años y a lo largo de la historia el papel de la mujer ha ido cambiando,


en la antigüedad siempre jugó un papel menos importante que el del hombre, sin
embargo, la mujer siempre ha hecho cosas importantes que no han sido
reconocidas en la medida justa o que en su momento no lo fueron, es por eso que
creemos es importante investigar a esta festividad tan importante para la sociedad
Atenea pues en ella participaba toda la población por ende las mujeres también.

Creemos que el papel que estas jugaron en tal situación es reconocible además de
que en estas fiestas panateneas participaba toda Atenas, los que vivían en la
ciudad, en el campo y no sólo se incluía a las personas sino incluso lugares de gran
importancia en la polis2 es obvio que en esta celebración se le dejo participar a la
mujer por tratarse de su diosa principal Atenea.

3. Objetivo general

2
María Eugenia de la Nuez, “Las panateneas, topografía de una fiesta” en Gerión, Madrid, Departamento de
Historia Antigua Universidad Autónoma de Madrid, 2004, pag. 101-120
Dada la importancia del tema, aparentar ignorarlo equivaldría a desconocer la
realidad ateniense. Si bien la época del apogeo de esta ciudad ha dejado
testimonios palpables en la Acrópolis, pocos son los testimonios que hablen de la
percepción femenina3 y, son esas mismas percepciones las que no deben estar
viciadas por idas anacrónicas como el feminismo. Esto no solo nos permitirá
explorar la excusa de Atenas de reafirmar su poderío, sino también, enriquecer,
comprender y acercarse a un debate, quizá poco informado todavía, de la condición
femenina en la mente griega a través del momento en donde reciben reconocimiento
en las grandes procesiones, y en los juegos que manifestaban su devoción para con
los dioses4.

Objetivo específico:

Al tomar a este grupo social como objeto de estudio se conocerán los datos -que
han llegado hasta nosotros- relacionados con la concepción negativa de estas. De
la misma manera, se analizará la tradición de participar y ser las protagonistas en
las festividades religiosas. “El teatro y los templos, al igual que las grandes fiestas
de Atenea o Dionisio formaban parte de este aspecto religioso que, junto con la
actividad política, constituía el aspecto esencial de la vida de los atenienses en el
siglo V”5. Sin embargo, solo nos detendremos a analizar la festividad llamada las
Procesiones Panateneas en honor a Atenea diosa protectora de Atenas. Por último,
se profundizara contrastando la visión masculina sobre ellas dentro de esta variada
cultura.

4. Breve Desarrollo

Retomamos el análisis hecho por especialistas del friso del Partenón de Atenas,
específicamente del relieve de la Procesión de las Panateneas, Sur VIII, el cual nos
proporciona información significativa sobre la forma en que se desarrollaban dichas
ceremonias cuyos fines eran religiosos, y los diferentes personajes que participaban

3
Siglo de Pericles, P 12
4
Ibídem, p.49.
5
Siglo de Pericles. p. 48.
en estas eran mujeres. Esta efigie es una fuente de información para las
investigaciones históricas, lo cual es un recurso significativo con el cual podremos
entender las diferentes manifestaciones socioculturales de las mujeres atenienses.

La sociedad ateniense estaba dividida entre hombres libres y esclavos, ciudadanos


y extranjeros, hombres y mujeres. Un hecho incuestionable es que hombres y
mujeres llevaban vidas muy separadas por completo y que solo confluían en
ocasiones determinadas6. Según Javier Gómez, “La cultura griega, como casi todas,
era obra de varones y, por lo tanto, lo que ha llegado hasta nosotros traducido en
su literatura y arte es precisamente el universo mental masculino”. Razón por la
cual, en el estudio femenino ateniense, no se pueda tener la seguridad de que las
fuentes constituyan un fiel reflejo de la postura asumida por estas en la época, sino,
la representación hecha por los hombres sobre ellas.

En este sitio, las mujeres se hallaban excluidas de la ciudadanía a pesar de su papel


a la hora de engendrar nuevos ciudadanos.7 Y sin importar clase cualquier grupo
carecía de importancia en la política y en los asuntos públicos, ya que para la
colectividad esa labor era por excelencia para los hombres.

Jurídicamente, la mujer ateniense era una eterna menor. Toda su vida, debía
permanecer bajo la autoridad de un tutor: primero su padre, luego su marido, y si
era viuda su hijo o su más próximo pariente.

Entre la herencia que el mundo griego nos dejó, encontramos el conjunto de


prácticas y creencias rituales que nosotros denominamos religión 8 y la cual se
hallaba profundamente implicada en todos los aspectos de la vida cotidiana. Y es
precisamente a través de la participación en los ritos comunes donde cada individuo
sentía identidad en su naturaleza politeísta que organizaba en honor a la particular
divinidad protectora. Es por eso que la gran riqueza de cultos y divinidades en el
mundo griego resulta sorprendente.

6 Introducción a la Grecia Antigua, p. 334.


7
Ibídem, p 297.
8
Introducción a la Grecia Antigua, p163.
Como ya se había mencionado, cada lugar tenía su propia divinidad con la cual
hacia cohesión. Para esta polis, fue Atenea -quizá- la principal divinidad femenina
griega. Era una diosa de condición varonil, nacida de la cabeza de Zeus,
completamente armada y que protegería a los héroes. Representaba el carácter
sagrado de ciertos oficios y habilidades y con el tiempo se convirtió en el símbolo
de la ciencia divina y la sabiduría humana9. El tercer día de cada mes es consagrado
a la diosa Atenea, pero para poder apreciar claramente la unidad de la diosa con su
pueblo, se debe recurrir a los testimonios que hablen de la festividad celebrada cada
cuatro años de las Fiestas Panateneas. Y es en estas ocasiones cuando la mujer
puede salir de su casa para participar en las ceremonias.

Atenea era el centro de sacrificios, la procesión, la ofrenda y de los concursos que


se llevaban a cabo en la ciudad cada año (las panateneas) y los que se realizaban
cada cuatro años (las grandes panateneas, las panateneas solían durar tres años y
las grandes panateneas una semana, estas festividades se celebraban en todos los
rincones de la ciudad e incluso se lograba la unión de los puntos clave de esta como
eran la Academia, el Ágora, el Cerámico y la Acrópolis.

En las panateneas se realizaban diversos concursos y el ágora era el lugar elegido


para llevarlos a cabo, había concursos atléticos, musicales, de recitación, dentro del
Ágora cada concurso tenía una zona definida, los de recitación se realizaban en un
lugar llamado orchestra, los atléticos en una zona llamada dromos y para que los
espectadores observaran los concursos se sentaban en tarimas de madera
denominadas ikriai.

Las principales fuentes que muestran evidencia de como eran las fiestas
panateneas se encuentran en la cerámica y relieves panateneicas, tener este tipo
de fuentes no sólo ayuda a ver de manera gráfica de como eran las celebraciones
sino ayuda a darnos una idea de como eran percibidos por el arte las actividades
que se realizaban durante las festividades, si embargo de algunas actividades aún

9
Ibídem, p. 169.
hay pocas pruebas, hay más representaciones tanto en cerámica y relieves de los
concursos atléticos que de otros tipos de concursos.

5. Estado de la cuestión

Este informe agrupa un conjunto de voces de autoras y autores que han investigado,
difundido resultados y reflexionado en voz alta y de forma seria sobre la violencia
de género, por iniciativa propia, o auspiciados por las instituciones públicas o
privadas para las que trabajan. La labor que realizan tiene una finalidad común, la
de conocer mejor el fenómeno de la violencia de género y las formas en que puede
combatirse a su completa erradicación.

Desde hace más de dos décadas, se ha generado en España mucha reflexión y un


gran acervo de estudios sobre la violencia de género, tanto sobre su prevalencia
como sobre sus causas y sobre las acciones llevadas a cabo para combatirla. Son
numerosísimos los estudios, informes, ensayos, manuales y guías, así como los
actores comprometidos con la cuestión desde diferentes áreas y administraciones.

De modo que, desde el punto de vista del discurso ideológico, reflejado en las
fuentes escritas, “lo que las mujeres eran y hacían, incluso cuando se exponía
positivamente, se establecía en comparación desigual e inferior respecto a lo que
los hombres eran y hacían” (DELGADO & PICAZO, en prensa: 2).

Este ideal social, sustentado básicamente por las clases acomodadas, se


expresaba literaria y visualmente en muchas y diversas formas y así se ha
transmitido hasta la edad contemporánea, lo cual, a falta de una mirada crítica, ha
propiciado su errónea generalización

El siglo de Pericles, una obra clásica que aborda diferentes teaticas,


específicamente, la introducción a la Grecia antigua, la historia de una democracia
ateniense, las cortesanas. Con este registro documental se facilita la interpretación
de la obra.

Claude Mossé, en el marco de los estudios sobre la sociedad griega, y


concretamente en los estudios de género, aborda temáticas relevantes.
Por otro lado, existe el camino más transitado que se centra en el análisis de la
sociedad griega como algo netamente masculino, convirtiendo a la mujer en la
encarnación de todos los males del hombre (Pandora) y la relega a las únicas tareas
de la reproducción y del cuidado de la casa.

Esta afirmación tiene validez siempre y cuando estemos en la Troya de Homero o


en la Atenas de Pericles.

Porque en la ciudad griega, en la polis (que no es más que un “club de hombres”),


la mujer queda definitivamente integrada como un ser marginal con una categoría
parecida a la del esclavo y que siempre ha de ir acompañada de la figura de un
tutor, por lo tanto la mujer nunca será una “ciudadana”

Eterna menor” o “inferior”, SE aplica a la mujer; sin embargo, nunca habla de


discriminación. Esto puede deberse a que “discriminar” connota la idea de querer
diferenciarse de algo que en realidad es equiparable, quizá precisamente porque es
así. Y no es esta la visión que el hombre griego tiene de la mujer. Se discrimina al
esclavo, que es un hombre que por azares del destino le ha tocado vivir en esa
condición; pero no se discrimina a la mujer, quien ya de por sí es un ser inferior.

Hace hincapié en la descripción de los distintos papeles que puede desempeñar


una mujer griega en ese marco político: el de esposa, concubina, prostituta,
cortesana. Todas estas funciones son legítimas y están aceptadas socialmente. Se
trata por tanto de un rápido recorrido por el universo griego desde la perspectiva de
la inferioridad del género femenino, que no cae en el absurdo de hacer anacrónicos
juicios de valor.

Jenofonte es otro autor clásico que en su obra, Dialogo Económico, realiza una
crítica sobre la sociedad griega, y se podría considerar un antecedente de la
apelación a los derechos de la mujer, así mismo menciona que entre las mujeres
hay ciertas distinciones que dejan ver una marcada desigualdad, por lo que es
contradictorio que la mujer siendo un ser excluido de la sociedad, también excluya
a los otros sujetos por la condición económica a la que pertenecían.
Lo anterior lo podemos reafirmar con la opinión de Reyzábal, “Lo cierto es que, tanto
n Grecia como en Roma, un buen número de mujeres sabía leer y escribir […] 10

Agradezco a mi buena suerte haber nacido humano y no bestia, griego y no


bárbaro, hombre y no mujer.
TALES DE MILETO 585 a.C.
6.-Bibliografía:
DE LA NUEZ, María Eugenia, “Las Panateneas iconografía de la fiesta” en
Habis, Madrid, Universidad Autónoma de Madrid, 2005, pags. 51-64
DE LA NUEZ, María Eugenia, “Las panateneas, topografía de una fiesta” en
Gerión, Madrid, Departamento de Historia Antigua Universidad Autónoma de
Madrid, 2004, Pags, 101-120.

GÓMEZ, FJ, Introducción a la Grecia antigua, España, Madrid, Alianza, 2001,


pp.30-38.

MATYSZAK, Philip, La Antigua Atenas por cinco dracmas al día, España,


Madrid: Akal, 2012, pp.24-26.

POMEROY, Sarah, Burnstein, Stanley, Donlan Walter, y Tolbert Jennifer, La


Antigua Grecia, Historia política, social y cultural, España- Barcelona, 2011,
pp.190-194.

REYZÁBAL, Ma. Victoria, Canon literario y diferencia de género en la educación,


La Muralla, España-Madrid, 2012, pp.125-127.

ZARAGOZA, Juan, El dialogo económico de Jenofonte, sl, Gredos, Introducción.

10
Reyzábal, Ma. Victoria, Canon literario y diferencia de género en la educación, La Muralla, España-Madrid,
2012, p.127

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