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UNIVERSIDAD NACIONAL DE PIURA FILOSOFÍA Y ÉTICA

LA FILOSOFIA PRESOCRÁTICA (S.VI-V a.C.)


Los primeros pensadores griegos fueron todos burgueses acomodados de Mileto, hombres prácticos, metidos en
política y negocios, viajeros y navegantes, comerciantes y turistas. Ellos introdujeron en la Hélade la geometría
egipcia, la aritmética babilónica e instrumentos tales como el gnomon (instrumento para marcar las posiciones del
sol). En definitiva, hombres con enorme confianza en sí mismos que si bien no polemizaron con la religión y los
mitos (excepto Jenófanes), dejaron de tomárselos en serio e iniciaron la especulación intelectual libre.

Tales de Mileto

Vivió en la primera mitad del S.VI a.C. Intervino activamente en política y tenía gran fama de ingeniero e inventor.
Es considerado como uno de los siete sabios de Grecia. La única fecha conectada con su vida es la del año 585 en
el cual predijo un eclipse, predicción tal que al cumplirse (probablemente por casualidad) le dio una gran popularidad
y fama. Se piensa que viajó por Mesopotamia y Egipto lo que le puso al corriente de las fórmulas para el cálculo de
magnitudes (teoremas de Tales).

La más famosa tesis atribuida a TALES es la de que todos las cosas surgen del AGUA, humedad (ARJE)
probablemente concebida a partir de observar que todos los procesos vitales necesitan AGUA.

Desde el punto de vista COSMOLOGICO se le atribuye la concepción de que la Tierra forma un disco aplanado que
flota en el agua (tradición mítica mesopotámica)

Anaximandro de Mileto

Nació aproximadamente en el año 610 a.C. y murió hacia el año 545 a.C. Anaximandro siguió especulando sobre la
naturaleza del universo. Para Tales todas las cosas surgen del agua, pero ¿cómo explicar entonces la existencia de
lo cálido, del fuego?. Tiene que haber algo por debajo del agua que sea el verdadero origen de todas las cosas y el
sustrato de todos los cambios. Este algo es la materia previa a sus determinaciones y limitaciones concretas, lo
indeterminado, el APEIRON.

En el apeiron hay diversas tendencias contrapuestas que chocan continuamente entre sí (caliente-frío, seco-
húmedo, etc...). En algún lugar de esta materia una tendencia triunfa sobre su contraria dando lugar a (así explica
por ejemplo las estaciones o el día y la noche) una rotación en forma de torbellino que separa los elementos (lo frío
más pesado quedará en el centro y lo caliente se dirigirá hacia el exterior) y dará lugar al universo en que vivimos.
Para Anaximandro el triunfo de unas tendencias tendrá que "pagar justa retribución" y todo volverá a ser APEIRON
del que todo ha surgido.

Cosmológicamente Anaximandro sitúa a la Tierra en el medio del mundo, como un cilindro flotando en el espacio,
equidistando de todos los extremos y por tanto, no hay razón para que caiga para un sitio y no para otro (superación
cosmológica con respecto a Tales).

Anaxímenes de Mileto

Vivió en Mileto durante la segunda mitad del S.VI a.C. Continuó las especulaciones de Tales y Anaximandro del cual
fue amigo y contertulio. Para Anaxímenes el concepto de APEIRON era demasiado abstracto. En lugar de lo
indeterminado consideraba que el ARJE era el aire (niebla o bruma). La gran aportación de Anaxímenes a la
cosmogonía consiste en que por primera vez se da una explicación de cómo a partir de una sustancia única pueden
formarse todas las cosas. Para Anaxímenes todas las diferencias cualitativas en las cosas que observamos
provienen de diferencias cuantitativas del primer elemento. La idea básica es que el aire se vuelve más duro y
pesado cuanta mayor cantidad de él se encierra en el mismo espacio. Cuando se dilata se calienta (esto como hoy
sabemos es erróneo). La elección del aire como el primer elemento (ARJE) puede venir de la concepción
generalizada en Grecia de que el alma o principio vital viene a ser una especie de aliento o soplo vital.
Con respecto a la concepción cosmológica de Anaxímenes hay que decir que supone un retroceso con respecto a
Anaximandro puesto que la Tierra vuelve a ser un disco plano pero esta vez flotando en el aire.

Tales, Anaximandro y Anaxímenes habían construido una cosmovisión MATERIALISTA y RACIONAL, basada
fundamentalmente en la OBSERVACIÓN y en la ESPECULACIÓN olvidando totalmente la EXPERIMENTACIÓN,
(para esto habrá que esperar a ARISTÓTELES) pero de alguna forma alejado de lo que sería la explicación mítica.

HERÁCLITO (ASIA MENOR). PARMÉNIDES (MAGNA GRECIA) S.VI-V a.C.

Aunque sus pensamientos ni son paralelos temporalmente ni geográficamente, se les suele estudiar juntos porque
con ellos la investigación de la naturaleza (PHYSIS) cambia al dirigirse al intento de compatibilizar unidad y
multiplicidad, dejando a un lado, aunque sin olvidar, el problema del ARJE. En definitiva, el intento de compaginar
dos fuentes de conocimiento que nos informan de manera desigual, a saber, RAZÓN y SENTIDOS.

Heráclito de Efeso (S.VI a.C) parte de una tesis principal: PANTA REI (todo fluye). Todo cambia constantemente,
todo pasa, todo muere, nada es estable, nada permanece igual a sí mismo en distintos momentos " no puedes
bañarte dos veces en el mismo río". El motor de ese constante devenir, es la lucha de contrarios que lejos de
conducir a la destrucción del mundo es la base de la misma naturaleza, "La guerra es el padre de todas las cosas".
Pero este proceso cósmico no es caótico ni irracional sino que se produce conforme a una ley o necesidad, una
medida, un LOGOS.

Con esto se vuelve al viejo tópico jónico, la variedad de cosas esconde la unidad, es decir, son en el fondo lo mismo.
Según Heráclito, aquello que forma la unidad subyacente del mundo y que da cuenta de sus cambios es el fuego,
elemento dinámico y guerrero por excelencia.

En definitiva, las cosas cambian continuamente mediante la guerra y la tensión producidas por el fuego, que
constantemente enciende y apaga y lo transforma todo. Estas transformaciones son regulares, conforme a una regla
o LOGOS que gobierna todos los cambios. El verdadero sabio o filósofo es el que trata de indagar ese LOGOS que
describe y constituye la estructura última de la REALIDAD.

Parménides de Elea (515), escribe en forma de poema en contraste con todos sus antecesores. El poema que se
conserva (sólo fragmentos) y del cual se reconstruye su pensamiento, consta de un proemio y dos partes.
Representa el viaje del filósofo (Parménides) hasta la diosa que simboliza la VERDAD. A continuación la diosa
describe dos vías de investigación, la primera vía (1ª parte del poema) es el camino de la RAZÓN..."el ser es y es
imposible que no sea y el no-ser no es y es imposible que sea"; la segunda vía (2ª parte del poema prácticamente
perdida) es la vía de la OPINIÓN seguida por "la masa de los mortales". Esta segunda vía, es decir, la vía de los
sentidos nos describe el cambio, multiplicidad y apariencia. Por eso al filósofo no le vale. Tiene que descubrir por
medio de la primera vía (Razón) la auténtica realidad. Es a partir de esta tesis "el ser es y el no ser no es" que
Parménides descubre que la auténtica realidad ha de ser: una, eterna, inmutable, continua y homogénea; es la
realidad que lo llena todo, la de lo permanente, en definitiva, el OBJETO de la CIENCIA.

Como vemos, esta tesis nos lleva a tener que negar todo CAMBIO y toda MULTIPLICIDAD. Para que haya CAMBIO
tendría que darse un paso del NO-SER al SER (una cosa A, que no era B, pase a ser B); para que haya
MULTIPLICIDAD hay que suponer que si dos cosas son distintas es que se diferencian en algo (A es C y B no es
C) pero si es así tendremos que admitir que una de ellas no es (si B no es C entonces B no es), luego no puede
haber cosas diferentes.

Este tipo de argumentos nos resulta incomprensible porque nosotros distinguimos entre el verbo ser en sentido
copulativo y el verbo ser en sentido existencial, pero para el griego ambos sentidos se confunden. Habrá que esperar
a Aristóteles para que esta trampa del lenguaje se resuelva.
En resumen, sólo hay lo que hay, sólo existe lo existente y por tanto sólo podemos pensar lo existente. La aparente
multiplicidad de las cosas, los cambios y movimientos aparentes que observamos son meras ilusiones, por tanto,
sólo nos llevará a la VERDAD la vía de la RAZON.

La distinción entre dos mundos, uno de razón y uno de sentidos, condicionará toda la filosofía griega posterior y
sobre todo, la distinción platónica en su teoría de las IDEAS.

LA FILOSOFÍA PLURALISTA. EMPÉDOCLES-ANAXÁGORAS (S.V a.C).

Para terminar este resumen de la filosofía presocrática hacer mención de dos concepciones de la realidad que
culminaron el MATERIALISMO iniciado con los filósofos monistas de Mileto (plantean un solo elemento como ARJE).
Por un lado los llamados pluralistas que sostienen que la estructura de la realidad se reduce a varios elementos o
más.

Para EMPEDOCLES tales elementos serían las cuatro raíces, es decir, agua, fuego, aire y tierra, y los cambios que
observamos dependerán de la mezcla de estos elementos.

Para ANAXÁGORAS la realidad se reduce a infinidad de sustancias que denomina HOMEOMERÍAS. Estos
primeros principios tendrán las características del ser de Parménides y darán cuenta en sus combinaciones del
mundo que observamos (intento de compaginar Parménides y Heráclito). El motor de esos cambios estará en
fuerzas o elementos activos. Para Empédocles estos principios activos serán el amor-atractivo y el odio-repulsivo;
Anaxágoras postula una sola fuerza, a la que llama mente o intelecto (NOUS).

LA FILOSOFIA ATOMISTA. LEUCIPO-DEMOCRITO (S.VI a.C).

Por otro lado los llamados ATOMISTAS, que sostienen que la estructura de lo REAL se reduce a infinidad de
pequeños objetos duros, indivisibles, eternos e inalterables: los átomos (características parmenídeas) separados
entre ellos por VACIO (en contra de PARMENIDES) cuyos movimientos caóticos y diferentes enganches (torbellino)
dan cuenta de todos los cambios.

Tanto pluralistas como atomistas realizan un intento de compaginar la concepción heraclítea y la concepción
parmenídea de la realidad, desarrollando así un MATERIALISMO PLURALISTA que supone la superación de la
filosofía MONISTA.

LOS SOFISTAS
Hasta ahora, nos hemos ocupado principalmente de la concepción acerca de la PHYSIS en la filosofía griega.
Durante finales del S.V a.C. y el S.IV a.C. se introduce un cambio de actitud intelectual dirigida fundamentalmente
al estudio de la naturaleza humana y a su puesto en el universo. El motivo de este cambio de perspectiva filosófica
va ligado íntimamente al deterioro de la estructura social en Grecia, a saber, la polis (ciudad estado); de alguna
forma el horizonte filosófico de estos pensadores tiene como fin último el restablecimiento del orden en el marco de
la polis. Esto no quiere decir que se abandone la especulación acerca de la PHYSIS sino que dicha reflexión cobra
una nueva dimensión en función de unas necesidades antropológicas y sociales. Visto de esta forma el estudio de
la filosofía de Platón (1er. tema de selectividad) pasa inevitablemente por plantearnos en primer lugar cuál es la
situación intelectual de la polis en este momento y en segundo lugar, qué tipo de solución plantea Sócrates, principal
interlocutor en los primeros diálogos platónicos y maestro suyo. Así pues, tenemos que detenernos en el estudio de
unos nuevos personajes, los sofistas, símbolo de un nuevo ambiente intelectual en la polis griega.

LOS SOFISTAS.

La extensión de la democracia en el S.V a.C. había conducido a una situación en la cual el triunfo personal dependía
de la propia elocuencia y capacidad de argumentación. La única manera de obtener influencia política consistía en
triunfar en la asamblea en la cual cada uno se defendía a sí mismo ante el tribunal que estaba formado por
ciudadanos elegidos al azar y que normalmente daban la razón a quien mejor hablaba. Para hacer frente a la
demanda aparecen en el S.V. a.C. unos nuevos profesores que enseñan por dinero llamados sofistas (en principio
esta palabra significaba sabio pero posteriormente tomó un sentido peyorativo y pasó a designar al falso sabio).

Los sofistas eran hombres de muchos viajes, buenos oradores, procedentes normalmente de pequeñas polis que
recorrían la Hélade enseñando y que eran atraídos por Atenas, centro político y cultural del mundo griego. Una vez
en Atenas, al ser extranjeros (metecos) no podían dedicarse a hacer política y hablar ellos mismos en la Asamblea
así que enseñaban a otros por dinero a hablar en ella. Los sofistas enseñaban ARETE POLITICA, la virtud política,
habilidades y saberes necesarios para ser un buen político, para triunfar en la Asamblea (retórica, oratoria,
gramática, etc...), en definitiva, saber defender un argumento o su contrario según conviniera. De esta forma
quedaba explícito que tanto las normas morales y políticas, como las costumbres y las tesis religiosas, procedían
de una convención (NOMOS) y no del orden de la Naturaleza (PHYSIS). Todas nuestras opiniones están en el
mismo plano, y todas cambian por efecto de la PERSUASIÓN. Así pues, dichas concepciones llevarían a un
RELATIVISMO moral que queda reflejado en la tesis de PROTÁGORAS, primer sofista profesional: "El hombre es
la medida de todas las cosas, de las que son en tanto que son y de las que no son en tanto que no son". De alguna
manera este profesado RELATIVISMO conducía a un escepticismo moral y filosófico que chocaba con las tesis
tradicionalistas, que acabaron considerando a los sofistas como corruptores de la juventud y como culpables del
caos y decadencia moral en Atenas.

En definitiva, aunque no es el único factor que determina el CAOS en Atenas, ya que hay que contar también con la
ruina provocada por el excesivo gasto en la guerra con Esparta y con la peste, sí representa un momento de
inestabilidad desde el punto de vista de la cultura.

SÓCRATES (470 399 a.C.)


Sócrates no escribió nada. Ateniense. Cuanto de él se sabe procede sobre todo de los primeros diálogos de Platón,
aunque también de alguna referencia de Aristóteles y Aristófanes. Su padre era escultor y su madre comadrona.
Sócrates no pronunciaba discursos pero se pasaba el día charlando, dialogando y discutiendo. Asistía también a las
veladas en que los sofistas mostraban sus habilidades y saberes y discutía con ellos. De hecho, mucha gente lo
confundía con los sofistas.

Cuando en el 423 a.C. Aristófanes, en su comedia "Las Nubes", criticó a los sofistas como charlatanes, incluyó como
ejemplo de éstos a Sócrates. Fue precisamente esto una de las razones por las que Sócrates fue condenado por la
Asamblea a muerte acusado de introducir nuevos dioses y de corruptor de jóvenes, aunque en realidad tal acusación
tapaba un móvil político. Sócrates a pesar de tener la posibilidad de escapar prefirió beber la cicuta para respetar
las leyes de la ciudad, esto nos da una idea de la importancia que tiene en estos momentos, en el ambiente
intelectual, el orden de la polis.

Pensamiento socrático. Método Socrático.

Según Aristóteles "dos cosas se le pueden atribuir a Sócrates con justicia: La argumentación inductiva y la definición
universal". Aristóteles se refiere con estas expresiones a la práctica socrática de interrogar por el significado de los
términos generales usados al hablar. La influencia de los sofistas y la difusión del relativismo había llevado a utilizar
los términos con significados distintos según conviniera. Sócrates, por tanto, intenta buscar una definición universal,
es decir, un concepto cuyo significado sea igual para todos (universal) y por consiguiente, acabar con el relativismo
moral. Esta intención se desarrolla mediante el método socrático que se puede estructurar en dos fases, y que marca
el contenido y estructura de los primeros diálogos platónicos.

Ironía Socrática.
Son la serie de preguntas que Sócrates realiza a algún sofista sobre un concepto general. Por ejemplo ¿qué es la
justicia?, el sofista le responde dando ejemplos de actos justos o aventurándose a dar una definición. Si hace lo
primero Sócrates le replica que no quiere una lista de ejemplos, sino la definición de justicia. Si hace lo segundo,
Sócrates aduce un contraejemplo de tal forma que no cumple con la definición dada por el sofista. Rara vez se llega
a una definición adecuada pero se consigue que el sofista se dé cuenta que realmente no sabe de lo que habla. Con
esto se llega al fin de la ironía socrática, al "sólo sé que no se nada", a la conciencia de la ignorancia que
epistemológicamente tiene un valor superior que creer que se sabe. A esta búsqueda del significado común de una
palabra en todos los usos que hacemos de ella a partir de la consideración de algunos ejemplos es lo que llamamos
PROCEDIMIENTO INDUCTIVO.

Mayéutica Socrática.

A partir del estado de ignorancia ya hay una disposición para poder construir cualquier tipo de saber. El conocimiento
empieza pues por conocerse a uno mismo ("Conócete a ti mismo") para poder dar a luz (mayéutica) un saber valioso.
Con esto parece que Sócrates según Platón recoge las dos profesiones de sus padres: escultor de almas y
comadrona de conocimientos.

Ética Socrática.

Como hemos visto Sócrates consideraba, por un lado, que el reconocimiento de la propia ignorancia era el primer
paso hacia el autoconocimiento y por otro, la posibilidad de definir correctamente (contra el relativismo sofista) ciertas
virtudes morales. Pues bien, para Sócrates la virtud o ARETE moral consiste como todas las demás virtudes en
saber hacer bien algo (areté como eficacia) el problema está en saber cuál es el objeto de la virtud moral. A esta
concepción se la denomina INTELECTUALISMO MORAL, es decir, el que obra mal no es porque sea naturalmente
malo sino porque no sabe actuar bien. El conocimiento es pues el camino hacia el hombre virtuoso y por tanto, hacia
la felicidad.

PLATÓN (427-347 a.C.)


Trata de resolver la oposición entre Parménides y Heráclito mediante su teoría de los dos mundos. Por una parte el
mundo ideal, integrado por ideas eternas, inmóviles e inmutables como el ser de Parménides. Por otra parte el
mundo de la experiencia sensible o mundo de las sombras, en donde rige el devenir de Heráclito.

Las ideas, "lo que se ve" (con la razón), poseen más realidad que las cosas de este mundo, y todas ellas se hallan
ordenadas jerárquica y dialécticamente y sometidas a la suma idea, la idea de Bien.

El mundo sensible, este mundo en que vivimos, sólo posee una realidad aparente, una sombra de realidad. Ha sido
formado por un "demiurgo" teniendo como modelo el mundo ideal y utilizando la materia caótica. Es imitación del
mundo de las ideas y participa de su realidad.

El hombre se halla compuesto de cuerpo y alma unidos accidentalmente (mito del carro alado). El alma preexiste en
el mundo de las ideas, antes de unirse al cuerpo, y es inmortal. Distingue tres partes en el alma: racional, volitiva y
apetitiva.

Hay dos formas de conocimiento: sensible e intelectual. El conocimiento sensible es el que tenemos de las cosas
de este mundo y da lugar a la opinión, no a la ciencia. El conocimiento intelectual surge por el recuerdo o
reminiscencia de las ideas que el alma contempló en el otro mundo y es el único conocimiento verdadero y cierto;
la ordenación y sistematización de este conocimiento da lugar a la ciencia.

La moral platónica sostiene que el fin del hombre consiste en volver al mundo de las ideas, del que procede. Para
lograrlo tiene tres caminos: el conocimiento, el amor (deseo de unión a la belleza absoluta) y la virtud. Distingue
cuatro virtudes; prudencia, fortaleza y templanza y, por encima de ellas, la justicia. En esta unión a las ideas consiste
la felicidad.

En su política Platón concibe al Estado como un animal grande compuesto por tres partes o clases sociales que se
corresponden con las tres partes o funciones del alma: gobernantes (alma racional), guardianes o guerreros (alma
volitiva) y el resto del pueblo (alma apetitiva). A cada una de estas clases le corresponde una virtud: prudencia,
fortaleza y templanza; la justicia consistirá en la armonía entre las tres.

Admite tres formas de regímenes políticos buenos según el número de los que gobiernan, con sus correspondientes
degeneraciones. Por encima de todos está el gobierno del filósofo, la República. En algunos momentos defendió el
comunismo para las dos clases sociales superiores.

ARISTÓTELES
Metafísica y física

Frente al idealismo de su maestro Platón, Aristóteles es realista: no existen dos mundos separados, uno sensible y
otro inteligible, sino un único mundo, formado por objetos individuales: las sustancias. Cualquier sustancia es un
compuesto hilemórfico; es decir, un combinado de materia y forma. La forma es la idea platónica unida
indivisiblemente a la materia a la que configura. Las formas son universales, y la lógica se encarga de estudiar sus
relaciones.

La metafísica, filosofía primera o sabiduría, se ocupa, en cambio, de estudiar las primeras causas y los primeros
principios de la realidad. El ser, según Aristóteles, aunque es único, se manifiesta de diez maneras diferentes,
denominadas categorías: la primera es la sustancia, que es la categoría fundamental, y las nueve restantes
(cantidad, cualidad, rela-ción, lugar, tiempo, situación, posesión, acción y pasión) son accidentes o modificaciones
que se predican de la sustancia.

En su física, Aristóteles define los seres naturales como aque-llos que tienen en sí mismos el principio del movimiento
y del reposo. El movimiento se explica como el paso del ser en potencia al ser en acto: un ser que está privado de
cierta for-ma, pero puede tenerla, pasa a adquirirla efectivamente.

Como todo movimiento requiere un ser en acto previo que actúe como causa eficiente o motor del cambio y además
siempre se dirige hacia una meta, que actúa como causa fi-nal del movimiento; habida cuenta, asimismo, de que
resulta imposible la existencia de una serie infinita de motores y de móviles en la naturaleza, es necesario admitir la
existencia de un primer motor inmóvil, acto puro, que es causa y fin úl-timo de todos los movimientos del universo.

Antropología y teoría del conocimiento

Como cualquier otra sustancia, el hombre se compone de forma (alma) y materia (cuerpo), siendo el alma el principio
vital que anima y organiza el cuerpo. Como forma y materia van siempre unidas, alma y cuerpo son inseparables,
por lo que Aristóteles niega que el alma humana sea inmortal.

El alma racional, específica del hombre, es capaz de adquirir la ciencia, un conocimiento basado en conceptos
universa-les, abstrayendo las formas y separándolas de la materia a la que están unidas.

El proceso de abstracción avanza desde los sentidos al con-cepto universal, y en él desempeña un papel decisivo
la imaginación, sobre la que operan el intelecto paciente, que tiene la posibilidad de conocer las formas, y el intelecto
agente, que las separa de la materia. Este último constituye la parte más perfecta y divina del hombre, porque su
capaci-dad para conocer las formas lo hace separado, eterno e in-mortal.

Ética y política
La ética aristotélica es eudemonista; es decir, se trata de una ética de la felicidad, bien supremo que Aristóteles no
entien-de como idea separada, al estilo de Platón, sino como un bien accesible a la actividad práctica del hombre.

El fin último de nuestros actos es alcanzar la felicidad, pero ni la vida activa (política o militar) ni la vida placentera
ga-rantizan su logro. Solo la vida teorética o contemplativa, de-dicada a la búsqueda del conocimiento, permite ser
plena-mente feliz, porque esa vida se caracteriza por el ejercicio de aquello que constituye la naturaleza específica
del hombre: la razón, y, más concretamente, del intelecto, cuya actividad lo asemeja a los mismos dioses.

El ejercicio de la contemplación permite al hombre alcanzar las virtudes intelectuales, como la prudencia y la
sabiduría, pero como el hombre es también un ser corporal, no puede dedicarse siempre a la contemplación; por
eso, la felicidad requiere también un disfrute moderado de bienes externos, como la salud, el bienestar, los amigos,
etc., sin los cuales ninguna vida puede ser enteramente feliz.

Junto a las virtudes intelectuales están las virtudes éticas (valentía, templanza, justicia, etc.), que son aquellas que
dependen del carácter del sujeto. La virtud ética es para Aristóteles una disposición o modo de ser consistente en
el hábito de adoptar el término medio entre dos extremos viciosos, uno por exceso y otro por defecto. Esto significa
que no somos virtuosos ni viciosos por naturaleza, ni tampoco adquirimos la virtud a través del conocimiento, sino
que la virtud y el vicio se consiguen ejercitándose en ellos.

Que la virtud sea cierto término medio no la identifica con la mediocridad, sino que, por su valor intrínseco, la virtud
constituye siempre un extremo de perfección y la mayor excelen-cia a la que puede aspirar el hombre. Asimismo, el
vicio o mal, por corresponder a un extremo de imperfección, no admite término medio, sino que es malo de forma
absoluta.

La ética aristotélica culmina en la política, que es la ciencia práctica más importante, porque no busca el bien o la
felici-dad de un individuo, sino el bien colectivo, en el marco del Estado.

Aristóteles mantiene un organicismo social: el Estado es an-terior, por naturaleza, a los individuos, a las familias y a
las aldeas que lo forman, y el hombre puede definirse como un animal político, puesto que carece de sentido fuera
del todo social, de la ciudad-estado de la que forma parte.

El hombre es social, porque su alma racional y el lenguaje le permiten conocer lo justo y lo injusto, así como crear
leyes que regulen la vida colectiva, con vistas al bien común.

El Estado posee prioridad, porque únicamente él es autárquico y se basta a sí mismo. Es en él donde el hombre
puede alcanzar su perfección, ya que solo el Estado le permite, mediante la educación, actualizar todas las
potencialidades inherentes a su naturaleza, tanto intelectuales como morales.

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