Vous êtes sur la page 1sur 6

LET0009-03

Esperanza Mena

Crisis de Representatividad en el Chile actual

El contexto actual chileno está enmarcado por una crisis de representación política en la
ciudadanía, que se evidencia en un creciente desprecio de la democracia. Si bien, el representante
es el portador de rasgos ideológicos, políticos y culturales primarios en su comunidad, aun así,
hemos sido presentes de casos de corrupción en los que nuestros mismos líderes, aquellos en los
que apostamos nuestro derecho de sufragio, se han visto involucrados. El abuso de su situación de
poder en función de sus propios beneficios ignora el principio del bien común, pero la sociedad no
es imparcial, ha demostrado su insatisfacción frente a lo que piensa que justamente merece.

Es así como las masas, ante la situación de no ver otra salida de expresión, han definido su punto
de encuentro en las calles y se han condicionado como ciudadanos para manifestar su
descontento mediante la presión a las autoridades y exigir lo que desde un principio se les
prometió. Se piden reformas que les aseguren que se gobernará desde su voz y que se procurara
que el peso y las opiniones de la comunidad se reflejen en las decisiones elaboradas o en las
posiciones que tome un órgano de gobierno. Es esto un derecho intrínseco en cada persona y un
principio básico de un Estado en democracia. Toda ley que el pueblo en persona no ratifica, es
nula (Rousseau, 1762).

A raíz de lo anterior surge la preocupación y un clima de constante incerteza, según la reciente


encuesta Adimark, la Mandataria ha registrado la cifra histórica de un 31% de aprobación, en
tanto que el gobierno apenas un 26%. Esto es una impopularidad apoyada en más de la mitad de
la población, lo cual imposibilita un liderazgo óptimo para una estabilidad administrativa que en
completo rechazo se traduciría desde el caos a la ingobernabilidad. Sin embargo, se han probado
estrategias para revertirlo, pero han acabado sin éxito, la reflexión concluye que la solución está
más allá de medidas rediseñadas, sino que se encuentra en las bases del sistema de
gobernabilidad, heredado del periodo de dictadura marcado por el autoritarismo y el poder
personalista.

Por consiguiente, desde un enfoque y un análisis sociológico se pueden estudiar las falencias en el
incumplimiento social del Estado. Se pretende en el lector, que a lo largo de esta investigación,
queden claros los roles que cumplen los distintos agentes de una nación y cuáles son las variables
a considerar para el proceso del cambio estructural a seguir, decisivo en el fin de décadas de
gobiernos insuficientes e inactivos en las demandas de la sociedad.
LET0009-03

Esperanza Mena

La sociedad chilena no se siente representada por sus líderes políticos, se siente excluida y pasada
a llevar. A pesar de la vuelta a la democracia y el retorno a la división de los poderes del Estado, las
reformas no han profundizado en adentrar a las fuerzas sociales en el ejercicio del poder, es más,
las han distanciado de la acción política. En este sentido asimétrico, se genera una amplia brecha
entre la relación del representado y el representante y es esta la causa de la población molesta,
insatisfecha con el sistema actual y presente en un estado constante de desprecio hacia la política.

Los movimientos son un tipo de animal político muy particular. Tienen una vida corta y luminosa.
(Giorgio Jackson, 2011) Desde hace algunos años que el país se ve emergido en un contexto de
periódicas manifestaciones, las cuales ante la ausencia de otros medios alternativos a la expresión
cívica, se han vuelto el espacio de reclamo y demandas. Son todas clases de personas las que se
reúnen a lo largo del país unidos en la búsqueda de decidir en conjunto. Frente a las necesidades
sociales y sus distintas problemáticas, el mensaje es claro: se exigen cambios, sin embargo, la ley
los mantiene reprimidos y obstaculiza su libre práctica.

Esto es precisamente pleno reflejo de los pocos medios y vías existentes para la participación y la
inclusión pública en la toma de decisiones por el gobierno, cuya administración descansa sobre un
diseño institucional excluyente, marcado por el privilegio a la gobernabilidad sobre la gobernanza.
Todo lo demás aplicado también a algunos partidos políticos, que operan sumamente
jerarquizados y que carecen de regulación a los principales líderes, perjudicial en el sentido de
que son estos los responsables de proponer a la mayoría de los representantes del Congreso entre
otros cargos de representación pública, lo que muchas veces deriva en la primacía de intereses de
unos pocos en sus propios beneficios.

En conclusión, no existe un sistema institucionalizado total que asegure la participación a nivel


nacional. El propio Estado chileno, frente al tema de la participación, no tiene una posición
homogénea, existen diferencias entre los núcleos estratégicos de decisión política y económica,
los ministerios tradicionales de corte social y los programas innovadores, con una total ausencia
de estructuras de participación regional y un ámbito muy limitado a nivel municipal (Garretón,
2010). Es estimable que en la proximidad se construyan organismos eficientes que velen por los
derechos civiles y por una completa representación y de este modo finalmente lograr la equidad
social para una convivencia gubernamental pacífica y de respeto.
LET0009-03

Esperanza Mena

Durante los últimos años han salido a la luz severos casos de corrupción con políticos involucrados,
personas jurídicas soberanamente electas, lo que trae como efecto en la población una marcada
desconfianza en el poder de la autoridad y en consecuencia una exponencial baja de popularidad
hacia el gobierno, un tema sensible que afecta directamente en la estabilidad y la armonía
nacional como un problema popular. La corrupción es un hecho social que involucra relaciones,
intercambios, prácticas de institucionalización, todos elementos que tensionan los procesos
formales que establecen las instituciones, es un problema de exclusión e inclusión que favorece la
calidad de vida de algunos y perjudica la calidad de vida de otros (Moya, 2014).

Es un hecho entre las clásicas malas prácticas de la política, el tráfico de influencias, esto es hacer
mal uso del acceso a información confidencial para emprender negocios, financiar los elevados
costos de las campañas, o incluso hasta para cubrir gastos de lujo personal, mientras que a su vez,
evadir a la justicia con sofisticadas estrategias e inconsecuente impunidad. En este sentido, se
encuentra una estrecha relación con el lobby, en el cual un actor externo como una empresa,
ejerce presión para intervenir en la toma de decisiones de la administración pública, para que
permitan mantener mercados imperfectos, establecer sus industrias y sus respectivos proyectos o
estancar la promulgación de una ley que implique una amenaza estructural a un grupo
determinado, en resultado de un beneficio mutuo.

Los datos son concretos, en la reciente encuesta CEP, un 60% de la población asegura no
identificarse con ningún partido o coalición política, un 62% no siente confianza en la presidenta y
un 56% desaprueba en la forma que ha conducido su gobierno, además de un 50% que cree que
muchas personas de los servicios públicos están siendo corruptas. El cambio de gabinete de la
Mandataria fue visto como una medida estratégica ante estos hechos, para pulir el camino hacia el
que apuntaba la política y posicionar a nuevos integrantes, a nuevas caras que prometieran la
revalorización de la democracia para un futuro más próspero. La medida resulto ser duramente
criticada por la espontaneidad con lo que fue anunciada y llevada a cabo.

Finalmente, la población ha percibido lo que está ocurriendo con escepticismo, los medios de
comunicación se han encargado de evidenciar la corrupción y de difundir la concientización de una
extinguida transparencia democrática, de largos gobiernos ineficientes que han propiciado esta
crisis de representatividad que no tendrá fin hasta que se atente directamente contra los vacíos
legales de los que la delincuencia de cuello blanco (Sutherland) ha largamente abusado y que se
regule y castigue justamente a quienes que no han ejercido bien su papel, y así corresponder a la
ciudadanía en su derecho de representación, velar por un gobierno de todos y para todos. Es esta
moral la que permitirá el funcionamiento de las sociedades internamente diferenciadas, ya que a
la particularidad de cada sujeto se le antepondrá siempre un objetivo social que dé sentido a la
propia vida individual (Durkheim, 1893).
LET0009-03

Esperanza Mena

El votante calcula la utilidad esperada de la victoria de cada candidato, y naturalmente vota por el
candidato cuyas políticas prometen la más alta utilidad. De este modo, votar es un acto
puramente instrumental en la teoría del votante racional. El beneficio de votar corresponde a la
diferencia en las utilidades esperadas de las políticas de estos dos candidatos (Mueller, 2003). Hay
quienes no votan en las elecciones porque no se identifican con ningún candidato, porque no hay
otras opciones factibles más allá de los limitados extremos políticos de la izquierda y la derecha.
Este fenómeno se explica en que es sumamente difícil llevar adelante proyectos independientes
dadas las desigualdades interpartidarias de presupuesto y todos los gastos que requieren las
campañas, he aquí el por qué estos no logran obtener la suficiente difusión ni el número de
votantes necesarios para llegar al menos a un cargo público.

Los partidos, funcionan de una manera centralizada, es decir, son liderados por un pequeño grupo
de personas en sentido vertical, de forma jerarquizada y excluyente hacia el resto de su militancia
en el ejercicio de la toma de decisiones y en la selección de sus dirigentes. Su influencia en la línea
política depende de tener un peso suficiente para liderar e integrar a nuevos miembros, pero
evidentemente en la práctica su método de operar ha generado el efecto contrario y ha debilitado
a largo plazo su sustentabilidad. Fueron alrededor de 5.672.356 los chilenos que llegaron a las
urnas en las pasadas elecciones presidenciales de un total de 13.573.000 votantes según las cifras
del Servel, esto significa que el 58,21% de los electores no fue a votar.

En segundo lugar, estos mismos presionan a sus representantes del Gobierno para actuar bajo la
línea de sus principios y no salirse de esos marcos, estos se hallan limitados en referencia a sus
propias opiniones que puedan atentar contra lo establecido por el partido, su papel está en
representarlo desde todos los aspectos posibles a la mirada pública. Lo cual imposibilita la
diversidad y la dinámica de ideas con el deber de obrar siempre con la misma postura fija para
plantearse un problema y no poder ampliar horizontes en la búsqueda de soluciones más allá de
las casillas tradicionales, de este modo se pierden los beneficios que se podrían obtener de la
riqueza del intercambio de información en un mundo cada vez más interconectado y globalizado.

Es así como surgen en la población los sentimientos de decepción y desesperanza, que repercuten
en la desvalorización del voto, antes visto como el único medio restante de expresión, mientras
que ahora como una herramienta perdida, irrelevante, incapaz para producir cambios, más aun
desde su carácter voluntario, ya que cual sea el representante electo, todo seguirá igual, porque
los hechos comprueban las promesas inconclusas.
LET0009-03

Esperanza Mena

A través de los tres fundamentos desarrollados: la democracia constitucional incompleta


excluyente del tejido social, la percepción de la corrupción política y el poco atractivo electoral, es
posible justificar al acontecer de crisis actual y comprender desde una perspectiva más amplia a
los masivos eventos de manifestación derivados de ella, en los que se involucran a una diversa
gama de sectores de la sociedad comprometidos por el cambio.

Estamos en un periodo de la historia de auge de las comunicaciones, es un hecho la percepción


general de los actos ilegítimos ocurridos dentro de la política, de las alianzas conformadas con los
privados, de la necesidad de instaurar más mecanismos de participación y de dar giros a los
partidos actuales con representantes actualizados de las problemáticas que urgen a la sociedad.

En un país inmerso en crisis, desde donde sus variados actores padecen desconfianza del sistema
que los recubre, se desemboca en un caos institucional inhabilitado para la entrega de las armas al
monopolio del Estado, lo que marca el énfasis en la importancia de una democracia justa y
certera, que ante todo debe ser protegida y resguardada para un funcionamiento del orden
normal.
LET0009-03

Esperanza Mena

Referencias Bibliográficas

1. Atria, F. (2011) La Mala Educación: ideas que inspiran al movimiento estudiantil en Chile.
Prologo.
2. Durkheim, E. (1893) La división del trabajo social p17.
3. Garretón, M. (2010) La democracia incompleta en Chile: La realidad tras los rankings
internacionales. Revista de Ciencia PoLítica, 30 (1), 144.
4. Moya, E. El estudio de la corrupción desde la perspectiva de la sociología económica: una
propuesta
Recuperado de https://estudiosdelaeconomia.wordpress.com/2013/08/04/no-me-mal-
interpreten-sobre-racionalidad-y-contexto-en-el-comportamiento-economico-2/ (Junio
30, 2014).
5. Mueller, D. (2003) Public Choice III. Cambridge: Cambridge University Press.
6. Rousseau, J. (1762) El Contrato Social p125.

Vous aimerez peut-être aussi