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Resumen
El propósito de este artículo es realizar una revisión sistemática de la bibliografía acerca de la dinámica
de la familia y su influencia en el desarrollo del apego.Para cumplir con este objetivo se comienza pre-
sentando los principales conceptos teóricos relevantes del apego, los tipos de apego y posteriormente
a este abordaje teórico, se revisarán las contribuciones recientes sobre las distintas situaciones críticas
por las que atraviesa la familia y cómo estas influyen en el desarrollo del apego.
Abstract
The purpose of this article is to make a systematic review of the literature about the dynamics of the
family and its influence on the development of attachment. To fulfill this objective, first the main theo-
retical concepts relevant to attachment, the types of attachment are presented and subsequently to this
theoretical approach, the recent contributions on the different critical situations faced by the family and
how these influence the development of attachment, will be reviewed.
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Anales. Revista de la Universidad de Cuenca / Tomo 57 / Cuenca, julio 2015 / pp. 121-130
ISSN 1390-9657
ISSN 1390-9657 Yolanda Dávila P.
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tuación extraña para evaluar la calidad del vín- Las características del cuidado materno son de
culo entre una madre y su hijo, basándose en rechazo, rigidez, hostilidad y aversión del con-
que las figuras de apego actúan como sustento tacto (Botella, 2005). Las madres de niños con
de la conducta exploratoria y por tanto las sepa- estilo inseguro-evitativo pueden ser sobre esti-
raciones son seguidas de efectos psicológicos y mulantes e intrusivas (Aizpuru, 1994).
fisiológicos en el niño. Ella identificó tres estilos
de apego: En el apego inseguro-ambivalente el niño mues-
1. Apego seguro tra ansiedad de separación pero no se tranqui-
2. Apego inseguro-evitativo liza al reunirse con la madre o cuidador, según
3. Apego inseguro ambivalente los observadores parece que el niño hace un
intento de exagerar el afecto para asegurarse la
Las personas con estilo de apego seguro son ca- atención (Fonagy, 2004).
paces de usar a sus cuidadores como una base
segura cuando están angustiados. Saben que En este tipo de apego parece que la madre o cui-
los cuidadores estarán disponibles y que serán dador, está física y emocionalmente disponible
sensibles y responsivos a sus necesidades. El sólo en ciertas ocasiones, lo que hace al indivi-
estilo de apego seguro se ha observado en un duo más propenso a la ansiedad de separación
55%-65% de niños en muestras que incluyeron y al temor de explorar el mundo. Este estilo de
familias que no presentaron ningún evento clí- apego se ha observado en un 5%-15% en ni-
nico (Botella, 2005). ños de muestras sin eventos clínicos anteriores
(Botella, 2005; Del Barrio, 2002 citado, Molina
Para Aizpuru (1994) este tipo de apego es pro- 2009). Las características del cuidado materno
ducto de la sensibilidad materna, la percepción en este caso son de insensibilidad, intrusividad
adecuada, interpretación correcta y una res- e inconsistencia (Botella, 2005, citado en Moli-
puesta contingente y apropiada a las señales del na, 2009). Se podría decir que el rasgo que más
niño que fortalecen interacciones sincrónicas. define a estas madres es el no estar siempre dis-
Las características del cuidado materno en este ponibles.
caso son de disponibilidad, receptividad, calidez
y conexión (Botella, 2005).
Los estilos de apego son relativamente estables,
En el apego inseguro-evitativo, la observación y según Bowlby, la continuidad del estilo de ape-
fue interpretada como si el niño no tuviera con- go se debe principalmente a la persistencia de
fianza en la disponibilidad de la madre o cuidado los modelos mentales del sí mismo y otros com-
principal, mostrando poca ansiedad durante la ponentes específicos de la personalidad.
separación y un claro desinterés en el posterior
reencuentro con la madre o cuidador. Incluso si Los modelos internos constituyen una guía para
la madre buscaba el contacto, ellos rechazaban la interpretación y reflexión sobre las relaciones,
el acercamiento (Oliva, 2004, citado en Sanchis, es decir, cómo nos mantenemos seguros, próxi-
2008). mos y queridos por otros. Estos orientan los
comportamientos de apego, permiten modelar
Sin embargo, Ainsworth (citado en Sanchis, la conducta del individuo tanto ante sí mismo
2008), distinguió que los niños que presentaban como ante los demás (Girón, 2000), van a “dar
apego evitativo tenían dificultades emociona- color” a la forma como el sujeto comprende y
les; su desapego era semejante al mostrado por cómo se comporta en situaciones relevantes en
los niños que habían experimentado separacio- el apego.
nes dolorosas.
Los modelos internos en los adultos se han cla-
El estilo de apego inseguro-evitativo se ha ob- sificado en cuatro categorías que cumplen cada
servado en un 20%-30% de niños en muestras uno un patrón de apego que a su vez se corres-
de familias sin eventos clínicos (Oliva 2004, cita- ponde con los patrones de la infancia, así: (Main
do en Sanchis). & Hesse, 1990 citado en Sanchis, 2008).
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Diversos autores han identificado esta dinámica el contexto familiar más amplio, incluyendo el
familiar, entre ellos Ainsworth, (1967) a partir matrimonio, la relación de pareja, de padres
de su estudio realizado en Uganda, señaló que e hijos y las relaciones entre los hermanos es
casi todos los bebés que estaban apegados a sus decir el clima general de la familia en el que el
madres llegaban a estar apegados a otras figu- individuo crece. Las buenas relaciones familia-
ras familiares (padres, abuela u otro adulto en res pueden garantizar entonces una adecuada
el hogar o incluso a un hermano mayor), entre adaptación social (Mikulincer y Florian, 1999
los hermanos, por lo tanto se crean verdaderas citados en Girón 2003).
relaciones de apego. Es frecuente que los her-
manos mayores den similares cuidados que los En relación al tema Goldberg (1984, citado en
que provee la madre, es probable que en mo- Girón 2003), en su estudio con niños de 20
mentos de aflicción se usen unos a otros como meses demostró que los niños que tenían ma-
base de seguridad o consuelo, estos vínculos se yor probabilidad de desarrollar un apego segu-
crean entre ellos, ya que viven en una presencia ro con sus padres era cuando éstos disfrutaban
casi continua y comparten experiencias emo- de un excelente ajuste marital y al contrario,
cionales y son educados para que se quieran y los niños con apego inseguro tenían una mayor
apoyen (Ainsworth 1989). probabilidad de pertenecer a familias donde la
pareja marital atraviesa algún desajuste.
Carrillo (2001) tras su estudio concluyó que
el hermano mayor actúa como figura del ape- El desarrollo saludable de este vínculo de apego
go subsidiaria y como tal, se constituye en una se puede ver interrumpido por situaciones de
fuente de seguridad y una base segura desde la crisis, como puede ser el divorcio, discusiones
cual el hermano menor puede explorar el am- entre los padres, temor a que uno de ellos llegue
biente, al tratar el tema de apego dentro de la a abandonar el hogar, separación o ruptura de la
familia se enmarca dentro de una relación diá- pareja marital. (Bowlby, 1985; 1998).
dica, la misma que puede ser asumida por cual-
quier miembro de la misma. Girón, (2003) en un estudio de casos y controles
identificó la influencia del divorcio y separación
Es interesante reseñar el metaanálisis sobre en el desarrollo del apego en una muestra de
11 investigaciones de Fox, Kimmerly y Schafer 64 jóvenes adultos; observó que los hijos del
(1991). En estos trabajos, los autores encontra- grupo divorcio sienten mayor inadecuación per-
ron una alta coincidencia entre el tipo de vínculo sonal y perciben mayor amenaza de peligro en
de apego establecido con ambos progenitores. general que sus pares del grupo control. El gru-
po divorcio, reflejó un apego más inseguro que
Por otro lado existen estudios, que muestran el grupo control. También observó una calidad
que un niño puede formar distintos tipos de inferior de relación entre los hijos del divorcio y
apego con distintos cuidadores (Goosens y van sus padres, sus hermanos, así como también en
IJzendorn, 1990; Howes y Hamilton, 1992 cita- la pareja y las amistades en comparación con los
do en Sanchis, 2008). vínculos afectivos de los hijos dentro del grupo
control. Por lo tanto, se puede concluir que el di-
El ambiente familiar es el primer clima emocio- vorcio o separación de la pareja marital influye
nal en el que vive el niño y que le introduce en en el desarrollo del apego en los hijos.
el grupo familiar (Fonagy, 2004; Hervás 2000;
Main, 1996, citado en Sanchis, 2008) y a través Otra condición crítica por la que atraviesan las
de éste, también en el grupo social y cultural familias, que tiene repercusiones en el desarro-
en el que la familia se desenvuelve (Del Barrio, llo del apego, es el maltrato. Aizpura (1994)
2002; Musitu y Cava, 2001, citado en Sanchis, sostiene que los padres de un niño maltratado
2008). son menos afectuosos, interfieren muy poco
en las actividades y conductas de su hijo, existe
Entonces el sistema de apego de los niños y de poca interacción con él y su contacto ocular es
sus cuidadores influye y son influenciados por pobre. Lyns-Ruth, et al., (1987, citados por Ai-
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zpuru, 1994), refiere que en diversos estudios experiencias y expectativas conducen al desa-
se ha encontrado que en niños maltratados hay rrollo de una estrategia defensiva a través de la
una mayor incidencia de apego ansioso; ellos cual estos infantes dirigen su atención lejos de
manifiestan un mayor índice de frustración y de sus madres con el propósito de mantener su or-
agresión. Al haber menor respuesta de la madre, ganización frente al conflicto surgido por la in-
acompañada por una falta de seguridad, el niño compatibilidad de sus deseos (Aizpuru, 1994).
teme acercarse a los adultos amistosos, impi-
diendo así, una interacción saludable. Otro de los factores que ejerce influencia en el
desarrollo del apego son los estilos de crian-
Pino y Herruzo (2000) mencionan que los niños za que se ejercen en la familia, aspecto que es
que sufren maltrato, a los 18 y 24 meses, sufren transmitido transgeneracionalmente. Varios
un apego ansioso y presentan más rabia, frus- estudios han encontrado que el apego seguro
tración y conductas agresivas ante las dificul- en la infancia o la niñez temprana se asocia con
tades que los no maltratados. Entre los 3 y los la sensibilidad de los padres y la comunicación
6 años tienen mayores problemas expresando abierta entre padres e hijos. (Easterbooks, Bie-
y reconociendo afectos. Estos niños también secker, y Lyons – Ruth, 2000, citado en Sanchis,
expresan más emociones negativas y no saben 2008).
animarse entre ellos para vencer las dificulta-
des que se presentan en una tarea y muestran Sánchez (2003) considera que aquellos chicos
patrones distorsionados de interacción tanto y chicas que recuerdan relaciones con sus pro-
con sus cuidadores como con sus compañeros. genitores basadas en el afecto, la comunicación
y la estimulación de la autonomía son quienes
En un estudio realizado por England (1983, mejores relaciones afectivas desarrollan con los
citado por Pino y Herruzo, 2000), se mencio- amigos en general o con el mejor amigo en par-
na que los niños maltratados tanto física como ticular durante los años adolescentes. Al mismo
verbalmente y los abandonados emocional y tiempo identifica que existe coincidencia entre
físicamente, presentan apego ansioso desde los el vínculo que el adolescente establece con el
12 hasta los 42 meses. Los que además de pa- padre y con la madre, en los casos en que el vín-
decer maltrato físico padecían abandono emo- culo no coincide, basta con que exista un vínculo
cional, mostraron menos angustia y frustración seguro con uno de los dos progenitores para que
que los que padecían sólo abandono emocional, exista una relación positiva con los iguales.
corroborando que en condiciones extremas de
privación, cualquier conducta de atención, aun- Periodos de cambio, como escenarios en el ci-
que sea aversiva, puede funcionar como refor- clo vital de la vida familiar, pueden ofrecer tan-
zadora. to oportunidades como retos. Por ejemplo, una
joven madre con un estilo predominantemente
George y Main (1979) (citados por Pino y He- evitativo de apego, que está con una pareja que
rruzo, 2000) encontraron que los niños mal- tiene un estilo más seguro, puede empezar a dar-
tratados de 12 a 36 meses evitaban más a los se cuenta de las demandas de su bebé para ser
adultos amistosos que se les acercaban que a cuidado y tener su atención y así para empezar a
los niños que iniciaban la interacción, situación reaccionar con una pauta más segura y emocio-
corroborada por Howes y Espinosa (1979, cita- nalmente conectada; también es posible que, por
do en Pino y Herruzo), quienes también halla- lo contrario, esa relación con su pareja le provo-
ron que el déficit en la interacción desaparecía que mas deterioro en la relación con su bebé.
cuando se interactuaba con niños a los cuales ya
se conocía. Aizpuru (1994) sostiene que el apego a la ma-
dre o cuidador principal, es sólo uno, es decir, el
Los infantes maltratados desarrollan con ma- primero de tres apegos verdaderos que ocurren
yor probabilidad relaciones de apego insegu- en la vida. El segundo sería en la adolescencia
ras como respuestas a experiencias repetidas tardía, en la búsqueda del segundo objeto, la pa-
de maltrato y/o desconcertantes. Además esas reja, y el tercero sería hacia el hijo o hijos.
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El apego se desarrolla como un modelo mental dar la apariencia de ser prematuramente auto-
interno que integra creencias acerca de sí mis- suficiente. La relación padre/hijo puede apa-
mo, otros, el mundo social en general y juicios recer emocionalmente fría y distante. De una
que afectan la formación y mantenimiento de manera más sencilla, darán poca importancia a
las relaciones íntimas durante toda la vida del los aspectos negativos que a los positivos lo que
individuo (Bowlby citado en Sanchis, 2008). determina que las necesidades emocionales del
Estos modelos mentales se van transmitiendo niño no sean resueltas.
de generación en generación. Los que logran
mantenerse relativamente estables, justamente En este tipo de familias se crean reglas fami-
porque se desarrollan y actúan en un contexto liares en contra de toda expresión de afectos,
familiar también relativamente estable (Stein, la regla es no sentir (Satir, 2005). Por ejemplo,
Koontz, Fonagy, Allen, Fultz, Brethour, Allen, & con un modelo familiar negligente, se puede re-
Evans, 2002). accionar a la comunicación de sentimientos con
el requerimiento de anular o negar estos sen-
Desde la perspectiva cognitiva conductual Beck timientos y “mantener la boca cerrada”, o con
(1994), sostiene que las experiencias de la in- evitación y rechazo. En estilos más preocupados
fancia influyen en la formación de los pensa- puede llevar a una escalada simétrica de senti-
mientos automáticos, los mismos que determi- mientos, en la que existe el riesgo de caer en
nan la forma en el que ser humano percibe su una competencia, caracterizada por acusacio-
entorno, el futuro y así mismo, considerando nes mutuas y culpabilizaciones; una reactividad
que estos esquemas son aprendidos y responsa- emocional que sobrepasa el límite de tolerancia
bles de la presencia de psicopatologías tal como y hace cualquier reflexión muy difícil.
la depresión (la más estudiada desde este enfo-
que), el suicido, entre otras. La investigación muestra que la mayoría de los
patrones de apego se replican en la próxima ge-
Desde la teoría sistémica se puede describir los neración. Sin embargo, una minoría considera-
estilos de apego como modelos de comunica- ble variará, lo que demuestra que el cambio es
ción “abiertos” o “cerrados” en las familias (Mi- posible. Hay intentos de los padres de no repetir
nuchin, 1983) que determinan lo que podemos lo que ellos consideran errores cometidos por
hablar, con quién, de qué modo, cuándo, etc.; es sus padres. Estos se llaman guiones corregidos
decir los límites. Por ejemplo, en los modelos de de padres.
apego seguros, la expresión de los sentimientos
positivos y negativos serán aceptados con gran Así la intersección teórica entre apego y el en-
probabilidad, además de reaccionar en su pre- foque familiar sistémico se basa en la noción de
sencia con reflexión y negociación; una mezcla que la inseguridad puede desarrollarse desde
de respuestas semánticas y emocionales. los modelos relacionales y comunicacionales.
(Vetere, 2008)
En los modelos de apego más inseguros, la co-
municación puede incluir distorsiones en cuyo
caso no se puede decir abiertamente o clara- Discusión
mente los sentimientos y las necesidades. Un
padre de estilo de apego evitativo, evita hacer La teoría del apego en los últimos años ha ilus-
frente a sentimientos desagradables por lo que trado la importancia de las experiencias rela-
rechaza las ofertas de un niño para su mayor cionales tempranas en el desarrollo del ape-
comodidad cuando éste está en peligro, y tien- go y cómo éstas influyen en la capacidad para
den a rebajar la importancia de los sentimientos establecer relaciones cercanas, confortantes
negativos del niño. La preferencia de los padres y compasivas con otros a lo largo de la vida.
por los sentimientos positivos se transmiten Jonh Bowlby (1988) recalca la importancia de
al niño debido que a su vez, se enfrenta con el la interacción que se produce entre el niño y el
dilema de tratar de ignorar sus propias necesi- adulto responsable de la crianza. Es en esta re-
dades para la comodidad de los demás y para lación en la que se basaba la teoría de la perso-
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durante el tratamiento que conduce a una base FOX, N., KIMMERLY, N. L. & SCHAFER, W.D
más segura para la familia en el futuro. (1991). Attachment to mother /attach-
ment to father: a metaanalysis.Child Deve-
Por último hay que destacar que las investiga- lop- ment, 62,210-225 Kenneth Ma (2006),
ciones hechas desde esta mirada son escasas, Attachment theory in adult psychiatry. Part
por lo tanto se necesitan investigaciones adicio- 1:Conceptualisations, measurement and cli-
nales que permitan identificar con mayor clari- nical research findings Advances in Psychia-
dad la naturaleza de la relación entre los diver- tric Treatment (2006) 12: 440-449.
sos subsistemas, con el objetivo de realizar un
trabajo verdaderamente sistémico. Girón García S, Rodríguez Ballesteros, (2003).
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