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Análisis práctico de la Ley Nº 22.

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Por Guillermina Lopresti (*)

I.- Introducción

Es habitual escuchar en la práctica forense expresiones tales como: “esta sentencia se inscribe por testimonio ley”, “no
volvió la cédula ley”, “se observó el oficio ley”, etc. Y la palabra “ley”, que en estas frases se usan con tanta familiaridad
y dando por sentado que nuestro interlocutor sabe a qué ley nos referimos, no es otra que la Ley Nº 22.172.

Concebida con una verdadera finalidad práctica, la Ley Nº 22.172 nos es útil y agiliza nuestro trabajo profesional. Para
hacer realmente eficaz nuestra tarea y un buen uso de la misma merece un análisis de los requisitos que establece para
la confección y trámite de las distintas piezas procesales que van dirigidas a extraña jurisdicción, y es ese el objeto del
presente trabajo.

Aclaramos que cuando nos referimos a “extraña o distinta jurisdicción”, estamos hablando de aquella a la que va dirigida
la medida ordenada, diferente a la jurisdicción en la que está tramitando el juicio que en su caso nos ocupe. No
perdamos de vista, que el juez que entienda en la causa que estemos tramitando, puede resolver sobre cuestiones que
deban ser cumplidas en una jurisdicción territorial distinta a la que es asiento del juzgado. Por eso, para que su orden
surta el efecto esperado, debe ser comunicada mediante la pieza procesal que corresponda, que será confeccionada y
tramitada conforme los requisitos que establece la Ley Nº 22.172.

II.- Antecedentes históricos

Como breve reseña histórica, cabe destacar algunas circunstancias respecto de su promulgación y adhesión por parte de
todas las provincias del país, para luego abocarnos a su análisis técnico. En el año 1979, se suscribió un convenio entre el
Poder Ejecutivo Nacional (Ministerio de Justicia), y la Provincia de Santa Fe, en el que se acordaba el modo de practicar
las comunicaciones entre los tribunales nacionales y de dicha provincia, que luego se convirtió en Ley, a la que
adhirieron oportunamente todas las provincias. Previo a su dictado, las comunicaciones de las resoluciones judiciales
dictadas por los juzgados, se hacían conocer y diligenciaban a las distintas jurisdicciones donde debían cumplirse,
mediante exhortos. Tal lo dispuesto hasta ese entonces, por las leyes 17.009 y 20.081 y 21642. Esto implicaba un
diligenciamiento engorroso, ya que el juez que las dictaba, debía dirigir un exhorto al juez de la jurisdicción donde debía
cumplirse la orden. Esto, con la complicación de tiempo y dinero que ello conlleva. Es así, que nace la idea de dirigir, con
determinados recaudos, las órdenes impartidas mediante las comunicaciones pertinentes (sean oficios, testimonios,
cédula, etc), directamente al juzgado, organismo, institución o persona a la que van dirigidas.

III.- Contenido y estructura de la ley 22.172

La Ley Nº 22.172, que consta de 14 artículos, establece los requisitos de confección y diligenciamiento de las diferentes
piezas procesales que tengan que presentarse en una jurisdicción territorial distinta a la que tramita la causa. Según el
contenido y finalidad de la pieza procesal, puede dividirse la ley en tres partes que se analizarán a continuación,
regulando cada una de ellas diferentes recaudos a cumplir.

III.-a. Comunicaciones entre juzgados


El artículo 1º, en su primera parte establece: “La comunicación entre tribunales de distinta jurisdicción territorial, se
realizará directamente por oficio, sin distinción de grado o clase, siempre que ejerzan la misma competencia en razón de
la materia…”

De esta manera, queda sentado que entre juzgados de distintas jurisdicciones, la comunicación se realizará
directamente por medio de oficio –suscripto en forma conjunta por el Juez y el Secretario, en cada una de sus hojas-,
que deberá ajustarse a los recaudos previstos en el artículo 3º:

1) Designación y número del tribunal y secretaría y nombre del juez y del secretario

2) Nombre de las partes, objeto o naturaleza del juicio y el valor pecuniario, si existiera.

3) Mención sobre la competencia del tribunal oficiante.

4) Transcripción de las resoluciones que deban notificarse o cumplirse y su objeto claramente expresado si no resultare
de la resolución transcripta.

5) Nombre de las personas autorizadas para intervenir en el trámite.

6) Sello del tribunal y la firma del juez y del secretario en cada una de sus hojas.

Asimismo, se destaca que el oficio dirigido a un tribunal de otra jurisdicción no requiere legalización.

Conforme lo expuesto, al realizar una comunicación a un tribunal que se encuentre en una jurisdicción territorial distinta
al que tramita la causa, se aplicará el siguiente gráfico:

Oficio firmado por Juez y Secretario

restantes recaudos art. 3º

autorizados

En el anexo I se acompaña modelo de oficio judicial, a fin de ilustrar lo expuesto.

III.- b. Notificaciones, citaciones, intimaciones, informes, etc

Cuando la diligencia a efectuar en otra jurisdicción tenga por objeto la notificación de una resolución dictada en la causa,
o practicar una citación o intimación, o el pedido de informes, se confeccionará la pieza que corresponda, según la ley
local que se aplique donde tramita el juicio, y se diligenciará de acuerdo a las normas de la jurisdicción donde deba
practicarse la medida.

Siendo aplicable la ley procesal del tribunal en el que tramita la causa, habrá que recurrir a dicha normativa para
determinar qué pieza se debe confeccionar, y quién será el encargado de suscribirla. Por ejemplo, y en el ámbito de
aplicación del Código Procesal Civil y Comercial de la Nación, si se trata de la producción de prueba informativa, será el
artículo 400 del CPCCN el que regirá al respecto –es decir, mediante oficio, suscripto por el letrado patrocinante-. Si se
trata de una notificación, será el artículo 137 del CPCCN el que determinará que la pieza será una cédula, suscripta –
como principio general- por el letrado de la parte que tenga interés en la notificación-. Si debe realizarse un
mandamiento de intimación de pago y citación de remate, el artículo 531 y 38 del CPCCN serán los que rijan su forma y
el funcionario que suscribe el mandamiento –Secretario-.

En dichas piezas -cédula, oficio, mandamiento, etc.-, debe dejarse constancia de las personas autorizadas a correr con su
diligenciamiento, debiendo llevar también en todas sus hojas y documentos que se acompañen el sello del tribunal
donde tramita la causa.

De esta manera, según prescribe el artículo 6º de la Ley, no será necesaria la comunicación por oficio al tribunal local,
sino que se diligenciará la pieza pertinente directamente ante el funcionario que corresponda, quien una vez cumplida
devolverá las actuaciones al tribunal de la causa (a través de los autorizados a correr con la diligencia).

Por lo tanto, en el supuesto de tener que diligenciar una notificación, citación, intimación o informe en una jurisdicción
diferente a la del tribunal de la causa, tendremos que tener presente el siguiente gráfico:

Pieza procesal (tipo de pieza, contenido y firma conforme ley local)

autorizados

sello del Juzgado en cada hoja

Dado que las normas que van a regir la diligencia de la pieza procesal serán las de la jurisdicción donde la misma deba
practicarse, habrá que tener presente la ley local aplicable en el territorio de destino. Por ejemplo, de tener que realizar
una diligencia en la Provincia de Buenos Aires, y por aplicación del artículo 53 del Acuerdo SCBA 1814/78, las Oficinas de
Mandamientos y Notificaciones de dicha provincia sólo admiten mandamientos provenientes de otras jurisdicciones,
dentro de los 30 días contados a partir de la fecha de su libramiento, y vencido dicho plazo ya no los reciben.

En el anexo II se acompaña modelo de oficio de embargo de haberes, y en el anexo III modelo de cédula.

III.- c. Inscripción en los registros

En este apartado analizaremos los recaudos de las piezas destinadas a la inscripción en registros o reparticiones públicas
de otra jurisdicción (vgr. anotación de medidas cautelares en Registro de la Propiedad Automotor, inscripción de
declaratoria de herederos en Registro de la Propiedad Inmueble, inscripción de sentencia de divorcio en Registro de las
Personas, etc.)
Conforme el artículo 7º la pieza procesal que debe utilizarse es un testimonio. Del mismo debe surgir la transcripción de
la sentencia y resolución que lo ordena, con la constancia de que las mismas están ejecutoriadas –salvo que se trate de
medidas cautelares-, debiendo asimismo contener los recaudos que el artículo 3º antes mencionado.

Además de dichos recaudos, el testimonio deberá llevar –a los fines de su autenticación- el sello especial que colocan las
oficinas autorizadas por la Corte Suprema o máximo tribunal judicial de la jurisdicción de la causa. En el ámbito de los
tribunales ordinarios de la Capital Federal, y dentro del fuero Civil, dicho sello es colocado por la oficina de legalizaciones
de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil –ubicada en Lavalle Nº 1220 PB de la Ciudad de Buenos Aires-.

Por lo tanto, en el supuesto de tener que inscribir una orden judicial en un registro o repartición pública de una
jurisdicción diferente a la del tribunal de la causa, será de aplicación el siguiente gráfico:

Testimonio firmado por Juez y Secretario

autorizados

restantes recaudos art 3º

sello especial

IV.- Cuestiones comunes a todas las piezas

IV.-a. Los autorizados

Un requisito común a todas las piezas que se libran en los términos de la Ley Nº 22.172, es la mención obligatoria en
cada una de éstas, de las personas que se encuentran autorizadas a su tramitación. La pieza –vgr. oficio, cédula,
testimonio, mandamiento- debe ser presentada ante la oficina destinataria de la misma, por un abogado o procurador
matriculado en la jurisdicción a la que va dirigida. Por lo tanto, si la o las personas que figuran en la pieza como
autorizadas no tienen éste carácter, deberán sustituir facultades en otro profesional matriculado en la jurisdicción
destinataria de la diligencia.

Tal como prevé el artículo 8º de la citada Ley, el autorizado asume las obligaciones y derechos del mandatario judicial,
pudiendo por lo tanto sustituir la autorización, y está facultado para hacer peticiones tendientes al debido cumplimiento
de la medida.

IV.- b. Regulación de honorarios

Es importante destacar que las medidas judiciales que se tramiten en los términos de la Ley Nº 22.172 van a generar
honorarios profesionales. Estos honorarios –que serán por cada diligencia que se realice, y que quien los deba afrontar
será quien resulte condenado en costas en el proceso que ordenó la medida- van a ser regulados por el tribunal local
destinatario de la medida, siguiendo las pautas de la ley arancelaria que se aplique en esa jurisdicción (por ejemplo, en
la provincia de Buenos Aires, la Ley Nº 8904 regula la cantidad de ius para cada diligencia).

Si en la tramitación de la pieza no intervino ningún tribunal de la jurisdicción de destino (por ejemplo, por tratarse del
diligenciamiento de una cédula ante la Oficina de Notificaciones, o de la inscripción de un divorcio ante el Registro Civil),
deberá el letrado iniciar un expediente judicial que tendrá por único objeto la regulación arancelaria de la labor.

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