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TEORÍA DE LOS GASES

GAS LACRIMÓGENO

Un gas lacrimógeno es un tipo de arma química. Fueron utilizados en la Primera


Guerra Mundial (1914-1918) y en la actualidad son armas antidisturbios y pueden
llegar a ser disparados contra la población civil para
provocar lagrimeo, irritación y ceguera temporal. Los compuestos
químicos utilizados más habitualmente son el bromuro de bencilo o el gas CS (o-
clorobenzilideno malononitrilo).
COMPOSICIÓN
Cualquier compuesto químico que produzca estos efectos se puede llamar
lacrimógeno, pero “agente de control antidisturbios” o “gas lacrimógeno” implica un
producto químico lacrimógeno escogido por su baja toxicidad y por no ser letal.
Estos productos químicos se utilizan para dispersar un disturbio, ya que pueden
producir rápidamente irritación o incapacitación sensorial, que desaparecen tras
cesar la exposición. También se pueden utilizar en la guerra química, aunque su
uso en guerra es una violación de la Convención sobre Armas Químicas (Convenios
de Ginebra).
El gas lacrimógeno es un término general para cualquier compuesto químico que se
utilice para incapacitar temporalmente mediante la irritación de los ojos o
del aparato respiratorio. El gas lacrimógeno se utiliza como aerosol de mano o en
forma de granada. Es ampliamente utilizado por las fuerzas de policía para dominar
a la gente durante un arresto o una situación de disturbio. Para combatir sus efectos
se puede beber leche para contrarrestar el ardor en boca y garganta.
Los gases lacrimógenos populares son los irritantes oculares, y el irritante
respiratorio aerosol de pimienta. Estos gases se suelen disparar en botes que
emiten gas a un ritmo fijo.
TIPOS DE GASES LACRIMÓGENOS

Gas lacrimógeno CS

El gas CS o también conocido por todos como clobenzilideno malononitrilo es un


gas irritante y lacrimógeno que emplean algunos cuerpos de policía, donde su efecto
es mucho mayor ya que el ambiente es más húmedo. Su olor es parecido al
del jengibre y puedes encontrarlo en forma de polvo blanco, similar al talco, y como
contra tiene que es muy persistente y se adhiere a la ropa y a las pieles de las
personas durante bastante tiempo.
El dato curioso sobre este gas lacrimógeno es que cuando estaba en fase
experimental y era utilizado en animales, a éstos les hacía mucho menos efecto que
a los hombres ya que los animales tenían el lagrimal menos desarrollado que los
humanos y una cantidad de pelo protector mayor.

Gas lacrimógeno CN

Este gas se utiliza menos ya que es más tóxico que el gas CS, su uso está limitado
a policía y militares. Por ejemplo los Estados Unidos lo utilizaron en la Guerra de
Vietnam, donde por cierto el reloj del apocalipsis se situó a 7 minutos de las 00:00.

Los síntomas de este gas son más perjudiciales ya que al ser más potente puede
llegar a provocar la pérdida de la consciencia de forma abrupta.

Existen un sin fin de gases lacrimógenos y algunos bastante potentes y


perjudiciales, por ejemplo el gas vomitivo DM.

USOS

Estos gases lacrimógenos se utilizan para dispersar un disturbio, ya que pueden


producir incapacitación sensorial; al ser expuestos a este gas, casi al instante
provoca lagrimeo, además, irritación y ceguera temporal que desaparecen tras
cesar la exposición.

PROTECCIÓN PERSONAL

Antes de que el gas se acerque, se debe proteger la nariz y boca con un trapo
empapado en agua o mucho mejor en vinagre. En esta situación, es necesario
mantener la calma, ya que al alarmarse, la persona inhala más aire y podría inhalar
más gas. Se debe evitar que el gas alcance los ojos, se deben cerrar y llevarlos
hacia el suelo, pues el gas se disipa hacia arriba.

De manera general, la bomba se puede tomar con la mano cubierta por un trapo
empapado en agua, y lanzarla a otra dirección, aunque esta persona se encontrara
momentáneamente rodeado por gas.

SÍNTOMAS

Al ser irritantes afectan a todo aquello con lo que se pongan en contacto, piel y
mucosas:

 Irritación: en ojos, boca, nariz, bronquios y demás mucosa expuesta.


 Lagrimeo.
 Tos
 Dificultad para respirar.
 Ceguera temporal
 Quemazón.
 Pérdida del equilibrio y desorientación.

REMEDIOS

Para combatir algunos síntomas, se aconseja, como “remedio casero”, echarse


bicarbonato sódico (como el de los comprimidos efervescentes) con limón o beber
leche, aunque lo más efectivo es taparse la boca o la cara con ropa o algún paño.

GAS VENENOSO EN LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL


1914, gas lacrimógeno
Los primeros usos de agentes químicos como armas fueron en forma de
irritante lacrimógeno, en lugar de venenos letales o incapacitantes. Aunque
generalmente se cree que los gases se utilizaron por primera vez en la Primera
Guerra Mundial, hay informaciones de que los espartanos utilizaron gas
sulfuroso en el siglo V a. C.
Durante la Primera Guerra Mundial, los franceses fueron los primeros en emplear
gas, utilizando granadas de mano rellenas de gas lacrimógeno (bromuro de xililo)
en agosto de 1914. Alemania respondió con la misma moneda en octubre de 1914,
disparando obuses de fragmentación llenos de agentes químicos irritantes contra
las posiciones francesas en Neuve Chapelle, aunque la concentración lograda era
tan pequeña que apenas se percibió.
1915, uso a gran escala y gases letales
Alemania fue la primera en hacer uso a gran escala del gas como arma. El 31 de
enero de 1915, se dispararon 18.000 obuses llenos de bromuro de xililo líquido
(conocido como T-Stoff) sobre las posiciones rusas en el río Rawka, al oeste
de Varsovia, durante la Batalla de Bolimov. En lugar de vaporizarse, el producto se
congeló, fallando estrepitosamente.
El cloro fue el primer agente letal que se empleó. El conglomerado de empresas
químicas IG Farben producía cloro como subproducto de la fabricación de tintes. En
cooperación con Fritz Haber, del Kaiser Wilhelm Institute de Química de Berlín,
empezaron a desarrollar métodos para descargar cloro gaseoso contra
las trincheras enemigas. El 22 de abril de 1915, el ejército alemán tenía
160 toneladas de cloro repartidas en 5.730 cilindros frente a Langemark, al norte
de Ypres, (Bélgica). A las 17:00, con una ligera brisa del este, liberaron el gas,
formando una nube verde grisácea que se desplazó hasta las posiciones de las
tropas coloniales francesas, las que abandonaron sus trincheras creando una franja
vacía de 7 km en las líneas aliadas. Sin embargo, la infantería alemana también
temió el contacto con el gas, además de carecer de refuerzos, de manera que no
consiguieron aprovechar la retirada enemiga antes de que llegaran
refuerzos canadienses y británicos.
Ataques con gas británicos

Los británicos expresaron su indignación ante el uso alemán de gas venenoso


en Ypres, pero respondieron desarrollando su propia habilidad para la guerra
química. El comandante del British II Corps, el teniente general Ferguson, dijo
acerca del gas:
La infantería británica avanzando a través del gas en la Batalla de Loos, el 25 de
septiembre de 1915.

Es una forma cobarde de hacer la guerra que ni yo ni ningún soldado inglés


aprobamos. No podemos ganar esta guerra a menos que matemos o incapacitemos
a más enemigos que ellos con nosotros, y si esto solo se puede conseguir copiando
al enemigo en su elección de las armas, no debemos rehusar hacerlo.
Al final, el ejército británico abrazó el uso del gas con entusiasmo y organizó más
ataques químicos que ningún otro contendiente. Esto se debió en parte a que los
británicos pasaron más tiempo en la ofensiva durante los años finales. Además,
los vientos predominantes en el Frente Occidental eran de poniente, lo que
significaba que los británicos contaban con más frecuencia de condiciones
favorables para liberar gas que los alemanes. El primer uso de gas por parte de los
británicos fue en la Batalla de Loos, el 25 de septiembre de 1915, pero el intento
resultó un desastre. El agente utilizado fue el cloro, con nombre en clave "Estrella
Roja", (150 toneladas dispuestas en 5.500 cilindros), dependiendo el ataque de un
viento favorable. Sin embargo, el viento resultó inestable y el gas flotó en tierra de
nadie, e incluso en algunos lugares, se desplazó hacia las trincheras británicas.
1915, gases más mortíferos
Las deficiencias del cloro quedaron superadas con la introducción del fosgeno,
utilizado inicialmente por los franceses bajo la dirección del químico francés Victor
Grignard en 1915. Poco después, los alemanes, bajo la dirección del químico
alemán Fritz Haber, lo añadieron en pequeñas cantidades al cloro para aumentar la
toxicidad de éste.
El fosgeno era un agente letal muy potente, más mortífero que el cloro. Tenía una
desventaja potencial: los síntomas derivados de la exposición al gas tardaban 24
horas o más en manifestarse, lo que hacía que las víctimas podían seguir
combatiendo en un principio, pero significaba que las tropas aparentemente sanas,
estarían incapacitadas por los efectos del gas al día siguiente.
A veces se utilizaba fosgeno solamente, por ser difícil de detectar, incoloro y con un
olor comparable al "heno enmohecido". Sin embargo, es mucho más denso que el
aire, y por eso solía mezclarse con un volumen igual de cloro, que con su menor
densidad ayudaba a diseminarlo.1 Los aliados llamaban a esta combinación Estrella
Blanca, por las marcas pintadas en las cápsulas que contenían la mezcla.
Durante el primer ataque de cloro/fosgeno combinado de los alemanes, lanzado
contra las tropas británicas en Nieltje, cerca de Ypres, Bélgica, el 19 de
diciembre de 1915, se liberaron 88 toneladas de gas envasadas en cilindros,
causando 1.069 bajas y 120 muertes.1 En enero de 1916, los británicos
añadieron hexametilentetramina a la mezcla química del filtro de sus máscaras de
gas como contramedida para el fosgeno.
1917, gas mostaza
El gas más infame y efectivo de la Primera Guerra Mundial fue el gas mostaza,
un vesicante introducido por los alemanes en julio de 1917 antes de la Tercera
Batalla de Ypres. Conocido por los británicos como HS (o Hun Stuff), el gas mostaza
no pretendía ser un agente letal (aunque lo era en altas dosis), sino que estaba
diseñado para acosar e incapacitar al enemigo y contaminar el campo de batalla.
Se disparaba dentro de proyectiles de artillería, y era más pesado que el aire. Se
posaba en el suelo en forma de un líquido parecido al jerez, y se evaporaba
lentamente sin necesidad de luz solar.
La naturaleza contaminante del gas mostaza implicaba que no siempre era
adecuado para apoyar un ataque, ya que la infantería de asalto quedaría expuesta
al gas durante su avance. Cuando Alemania lanzó la Operación Michael el 21 de
marzo de 1918, saturaron el saliente de Flesquières con gas mostaza en lugar de
atacarlo directamente, en la creencia de que el efecto acosador del gas unido a las
amenazas a los flancos del saliente, provocarían que la posición británica fuese
insostenible.

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