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El Despertar Espiritual es una demanda interior que todo ser humano experimenta

en algún momento de su vida.

“¿Quién soy? ¿De dónde vengo? ¿Por qué he nacido? ¿Qué es la Vida? ¿Existe
la Vida después de la Vida? ¿Qué es la realidad?…” Son algunas de las preguntas
más frecuentes que se realizan aquellas personas que despiertan espiritualmente.

La espiritualidad no es otra cosa que encontrar el auténtico sentido de nuestra


existencia en la Vida y el sentido de nuestra relación con todos los seres que
también forman parte de ella. Y ese sentido únicamente se alcanza a través del
descubrimiento de uno mismo, mediante el Amor. Por consiguiente, un Despertar
Espiritual puede considerarse un proceso de crecimiento interior, cuyo fin radica
en acercarnos a nuestra auténtica identidad (El Ser) y a la auténtica identidad de
todos los elementos que conforman la Vida. A raíz de este proceso, los seres
humanos son capaces de descubrir y sentir que Todo forma parte de un Todo, que
Todos somos Uno: Amor o Dios.

Subconsciente alude a un antiguo término utilizado en psicología y en psicoanálisis para


referirse a lo inconsciente, a lo débilmente consciente o a lo que, por encontrarse «por debajo
del umbral de la conciencia», resulta difícilmente alcanzable por esta o definitivamente
inaccesible.1 Actualmente su uso está más difundido en el lenguaje lego que como parte del
vocabulario psicoanalítico o psicológico.
En los primeros escritos de Sigmund Freud, en particular en algunos de sus trabajos
prepsicoanalíticos tempranos en idioma francés,2 el término fue utilizado como sinónimo de
inconsciente. Freud abandonó luego esta denominación porque se prestaba para equívocos.3

Consciente es un término utilizado por Sigmund Freud, como adjetivo para calificar un estado
psíquico, o bien como sustantivo, para indicar la localización de ciertos procesos constitutivos
del funcionamiento del aparato psíquico. En este sentido, el consciente, junto con
el preconsciente y el inconsciente es una de las tres instancias de la primera tópica freudiana.
Para la filosofía, la conciencia es la facultad humana para decidir acciones y asumir la
responsabilidad de las consecuencias según la concepción del bien y del mal. Una persona
consciente, en este sentido, es aquella responsable, que no actúa con negligencia y que trata
de minimizar las consecuencias negativas de sus actos.

En el lenguaje corriente, el término inconsciente se utiliza como adjetivo para calificar un


estado o disposición mental que presenta aquel sujeto que desarrolla inadvertidamente su
comportamiento, es decir, sin darse cuenta, y que, en general, no depende de su voluntad en
realizarlo. También se puede emplear para describir, con una connotación peyorativa, a una
persona irresponsable o desconsiderada en grado sumo, y que lleva a cabo acciones dañinas
o peligrosas sin tener en cuenta las consecuencias ni los riesgos. Empleado por primera vez
como término técnico en lengua inglesa en 1751 (con la significación de no consciente) por el
jurista escocés Henry Lord Kames(1696-1782), el término inconsciente se popularizó más tarde
en Alemania, en la época romántica, (por ejemplo, en un poema de Goethe A la luna (1777) se
utiliza por primera vez el término en alemán: "unbewusst") designando un depósito de imágenes
mentales, una fuente de pasiones cuyo contenido escapaba a la consciencia.

DEFINICIÓN DE EGO
El ego es, para la psicología, la instancia psíquica a través de la cual el
individuo se reconoce como yo y es consciente de su propia identidad. El
ego, por lo tanto, es el punto de referencia de los fenómenos físicos y media
entre la realidad del mundo exterior, los ideales del superyó y los instintos
del ello.

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