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ANTECEDENTES

El acceso al agua potable es esencial para la vida. Sin embargo, debido al


crecimiento de la población, el incremento de la industrialización y el cambio
climático, la escasez de fuentes de agua para consumo libres de contaminantes es
uno de los mayores problemas que enfrenta la población mundial. Se estima que
para el ano˜ 2025, el 60 % de la población mundial sufrirá problemas de escasez
de agua. Entre los diferentes contaminantes del agua (compuestos orgánicos,
inorgánicos y microbios), la Organización Mundial de la Salud considera los
microbios como la principal amenaza, tanto en países desarrollados como en vías
de desarrollo. (Bridle H. 2013)

Dentro de las bacterias establecidas como contaminantes del agua se han aislado
Gram negativas, especialmente pertenecientes a los géneros Pseudomonas,
Flavobacterium, Gallionella, Aeromonas, Vibrio, Achromobacter, Alcaligenes,
Bordetella, Neisseria, Moraxella y Acinetobacter. Sin embargo, el grupo bacteriano
que cumple con las características de potencial bioindicador de calidad del agua
es el de las bacterias coliformes, enterobacterias o Enterobacteriaceae,
anaerobias facultativas, no esporulantes, productoras de gas y fermentadoras de
lactosa por vía glucolítica, que generan ácidos como producto final. Corresponden
a 10% de los microorganismos intestinales humanos y animales, por lo que su
presencia en el agua está asociada con contaminación fecal e indica tratamientos
inadecuados o contaminación posterior. (Marchand EO. 2002)

Referencias bibliográficas:

 Marchand EO. Microorganismos indicadores de la calidad de agua de


consumo humano en Lima Metropolitana [Tesis en Internet]. Universidad
Nacional Mayor de San Marcos; 2002. [Acceso 9 de octubre de 2015].
 Apella MC, Araújo PZ. Microbiología de agua. Conceptos básicos. En: Blesa
MA, Blanco-Gálvez J, editores. Tecnologías solares para la desinfección y
descontaminación del agua. Buenos Aires, UNSAM; 2005. p. 27–44.
 Ordóñez, L. & Quezada, H. (2014) Guía técnica para la investigación y
control de brotes de enfermedad transmitida por alimentos. (41)- 7.
 Bridle H. Introduction. En: Bridle H, editor. Waterborne pathogens. Detection
methods and applications. 1st ed. Londres: Academic Press of Elsevier;
2013. p. 1---5.
 Bibek R, Bhunia A. Fundamentos de Microbiología de los alimentos. 4a ed.
México: McGrawHill; 2010. p. 202-222.
 Croxen MA, Law RJ, Scholz R, Keeney KM, Wlodarska MM, Finlay B.
Recent advances in understanding enteric pathogenic Escherichia coli. Clin
Microbiol Rev 2013; 26(4): 822- 880
 Onanuga A, Igbeneghu O, Lamikanra A. A study of the prevalence of
diarrhoeagenic Escherichia coli in children from Gwagwalada, Federal
Capital Territory, Nigeria. J Pan African Med. 2014;17:146.
 Organización Mundial de la Salud. Guidelines for Drinking-water Quality
[Internet]. Geneva; 2011. 564

BASES TEÓRICAS

Las ETAs son producidas por la ingestión de alimentos o agua, contaminados con
agentes químicos o microbiológicos en tales cantidades que afecten la salud del
consumidor a nivel individual o en grupos de población y que la contaminación
puede deberse a la deficiencia en el proceso de elaboración, manipulación,
conservación, transporte, distribución, comercialización y expendio de alimentos y
agua (Ordoñez & Quezada, 2014).

Escherichia coli es un bacilo Gram negativo, anaerobio facultativo, usualmente


móvil por flagelos peritricos, cuyo hábitat es el intestino de animales de sangre
caliente. Esta bacteria es utilizada como indicador de posible contaminación fecal
y presencia de patógenos en agua y alimentos debido a que se encuentra
abundantemente en heces de humanos y animales (Bibek R, Bhunia A. 2010).

Aunque Escherichia coli puede ser un residente inocuo del tracto gastrointestinal,
varios estudios han documentado que ciertas cepas de E. coli producen diarrea y
otras enfermedades extraintestinales en humanos (Croxen MA, 2013).

Este grupo incluye géneros Escherichia, Edwarsiella, Enterobacter, Klebsiella,


Serratia, y Citrobacter. Estos cuatro últimos se encuentran en grandes cantidades
en fuentes de agua, vegetación y suelos, por lo que no están asociados
necesariamente con contaminación fecal y no plantean ni representan
necesariamente un riesgo evidente para la salud. Sin embargo, especies de
géneros Enterobacter y Klebsiella colonizan superficies interiores de las tuberías
de agua y tanques de almacenamiento, que forman biopelículas en presencia de
nutrientes, temperaturas cálidas, bajas concentraciones de desinfectantes y
tiempos largos de almacenamiento. (Apella MC, Araújo PZ. 2005)

El síndrome diarreico agudo representa un problema de salud pública mundial,


aunque con variaciones regionales en su incidencia, y en la diversidad y
frecuencia de los agentes etiológicos involucrados. Entre los microorganismos
causantes de diarrea aguda se encuentran las cepas de Escherichia coli, las
cuales se clasifican en los siguientes seis patotipos según sus características
clínicas y epidemiológicas, y los factores específicos que determinan su virulencia:
E. coli enteropatógena (ECEP), E. coli enterohemorrágica (ECEH), E. coli
enterotoxigénica (ECET), E. coli enteroinvasiva (ECEI), E. coli enteroagregativa
(ECEAgg) y E. coli de adherencia difusa (ECAD) (Onanuga A, 2014).

El agua potable, definida como “adecuada para el consumo humano y para todo
uso doméstico habitual, incluida la higiene personal”, es libre de microorganismos
causantes de enfermedades. Las posibles consecuencias de la contaminación
microbiana para la salud son tales que su control debe ser objetivo primordial y
nunca debe comprometerse. (Organización Mundial de la Salud.. Geneva; 2011.
564)

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