Vous êtes sur la page 1sur 4

ÓPERA CLASICA Y ÓPERA CÓMICA

MIGUEL ÁNGEL ZAPATA VELÁSQUEZ


JOSÉ ALEJANDRO ACOSTA LOPERA
DANIEL PÉREZ ZULUAGA
MIGUEL MATEO MESA OROZCO

NELSON FERRANS Z.

UNIVERSIDAD COOPERATIVA DE COLOMBIA


FACULTAD DE CIENCIAS ADMINISTRATIVAS
ADMINISTRACIÓN DE EMPRESAS – I
HUMANIDADES – I
2019
LA ÓPERA CLÁSICA
LA ÓPERA SERIA.

El clasicismo fue uno de los periodos históricos más importantes para el género operístico.
Este género, nacido en el Barroco dentro de los círculos aristocráticos, experimentará durante
el Clasicismo un cambio, ya que se eliminarán los excesos barrocos y se tenderá a la
naturalidad y acercamiento del argumento al público.
Los teatros se multiplicaron, el público aumentó en gran medida y los compositores
encontraron en la ópera una de sus formas favoritas de expresión.

A mediados del siglo XVIII, y especialmente en Francia, la ópera seria había alcanzado una
gran complejidad y artificiosidad: los argumentos sobre temas mitológicos eran demasiado
sofisticados y difíciles de entender, los cantantes se inventaban partes enteras debido a la
complejidad de las arias, ... Esto hacía que el público cada vez estuviese más descontento con
este tipo de ópera.

En 1752 se produjo un cambio, ya que una compañía ambulante de ópera se instaló en París
y presentó la famosa ópera bufa de Pergolesi "La serva padrona". Su éxito fue muy grande,
hasta tal punto que se crearon dos bandos, uno que va a defender este tipo de ópera y otro
que va a estar en contra. A este enfrentamiento se le conoce como "La querella de los
bufones".

En un lado estarán los que defendían la tradición de la ópera seria francesa, mucho más
elaborada que la bufa italiana, a la que acusaban de frívola y superficial. Encabezaba este
grupo Rameau. En el otro bando, estaban los defensores de la nueva ópera que había llegado
desde Italia, la cual consideraban que se ajustaba mejor a los ideales del Clasicismo de
sencillez y claridad. Era mucho más fácil de entender para todo tipo de público, ya que sus
argumentos eran mucho más cercanos al pueblo y además destacaban por la belleza de sus
melodías. Al frente de este grupo estaba Rouseau y algunos otros enciclopedistas.

En este contexto de enfrentamiento surgió la figura de W.C. Gluck, que buscó la


reconciliación de ambos grupos, realizando una reforma de la ópera seria para que se acercase
más a lo que el público pedía. En el prefacio de su ópera "Orfeo y Eurídice" expone los
principios de la reforma que la ópera seria debía adoptar, que se resumen en los siguientes
puntos:

 Utilizar música sencilla, dejando de lado la complejidad a la que había llegado la ópera seria.
 Evitar los contrastes entre recitativo y aria haciendo las arias más simples y los recitativos
más expresivos.
 El argumento debe ser más sencillo y verosímil, desechando los elementos fantásticos y
artificiales de Barroco.
 La música debe estar siempre al servicio del libreto y de los personajes.
Bajo estos parámetros se va a componer la mayor parte de la ópera seria en Europa.
LA ÓPERA BUFA

Es en esta época cuando la ópera bufa va a ganar importancia gracias, sobre todo a la llegada
de la burguesía al poder. En Nápoles era habitual intercalar fragmentos cómicos entre los
diferentes actos de las óperas serias. Estos fragmentos se fueron desarrollando y acabaron
independizándose, dando lugar a un género nuevo llamado ópera bufa. Esto sucedió a finales
del Barroco y principios del Clasicismo.

Pronto se convirtió en el género preferido del público, que tomará el modelo de la Serva
Padrona de Pergolesi y alcanzará su máximo esplendor en las óperas de W.A. Mozart. A
pesar de utilizar las mismas características musicales que la ópera seria, la ópera bufa contaba
con algunas particularidades:

 Los argumentos recogen temas de la vida cotidiana, dándoles un carácter cómico y en


ocasiones sentimental.
 Utilizan el idioma de cada país y en ocasiones sustituye los recitativos por partes habladas.
 Los dúos y los conjuntos vocales se fueron haciendo cada vez más habituales.
 En los finales de acto los personajes entraban de manera gradual, de forma que la tensión iba
en aumento y se resolvía cuando todos cantaban al final.
 El lenguaje que utilizaban era asequible, sin grandes grandilocuencias.

Se trata por lo tanto de una ópera mucho más fresca y alegre que la seria. Esto no es extraño
si tenemos en cuenta que su principal misión era la de entretener al público, cada vez más
amplio y sin conocimientos musicales. Mozart, que como hemos dicho será uno de los
principales compositores de este género, escribirá óperas bufas tanto en italiano (Las bodas
de Fígaro) como en alemán (La flauta Mágica). La ópera bufa italiana llegó a toda Europa.
En Alemania se denominó Singpiel y en Francia se llamó Ópera Cómique.

Tomado de:
https://sites.google.com/site/wqlamusicaclasica/la-opera-clasica
LA ÓPERA COMIQUE
La Ópera Comique se podría definir como aquella ópera en francés, que alterna el canto con
diálogos hablados. Su traducción es, en efecto, un poco compleja ya que la temática puede
ser cómica o no.
En sus inicios, siglos XVIII y XIX, hacía referencia a la obra lírica que tenía un argumento
sencillo y en la que la música alternaba con el diálogo. Sus orígenes los encontramos en los
vodevils de los teatros de Saint Germain y Saint Laurent en París.
Entre los compositores de más éxito encontramos a Auber con «Fra Diavolo» (1830), Adam
con «Le postillon de Lonjumeau» (1836) y «Si j’etais roi» (1852), Halévy con «L’eclair»
(1835) y «L’etoile du nord» de Meyerbeer (1854).
Luego, a finales del siglo XIX se llamaba ópera cómica a cualquier ópera que tuviera
diálogos, fuera cual fuese el argumento. Además, se daba la circunstancia de que en París se
construyó un teatro con ese mismo nombre, Ópera Comique, y cualquier trabajo que se
presentara allí era calificado como ópera cómica.
La ópera comique fue lo que inspiraría más tarde el singspiel alemán, y no debe confundirse
con la opera buffa italiana, que en francés recibe el nombre de ópera bouffon.
Tomado de:
https://caminodemusica.com/bizet/opera-comique
CHRISTOPH WILLIBALD GLUCK
Nació en un pequeño pueblo alemán cerca de la frontera con el Imperio Austro-Húngaro en
1714, era hijo de un inspector forestal, no de "un humilde guardabosques" como se ha
repetido hasta la saciedad, si bien es cierto que tuvo una infancia difícil, apenas un
adolescente, debido a su carácter inquieto, se fugó de casa, ganándose el pan como músico.
Durante muchos años compuso óperas italianas de corte bastante tradicional, conocía muy
bien este género ya que había estudiado música en Milán. Sin embargo, la importancia de
Gluck se debe a que propugnó la primera gran reforma de la ópera - la segunda correspondería
a Ricardo Wagner un siglo después - de hecho, ambos compositores, a pesar de la distancia
en el tiempo, compartían bastantes planteamientos teóricos sobre el drama musical, como
queda reflejado en el manifiesto wagneriano "Oper und Drama". También es evidente la
influencia de Gluck sobre el joven Mozart. Sin embargo, a diferencia de la ópera mozartiana,
los personajes gluckinianos son todavía héroes mitológicos encumbrados, se puede decir que
Gluck representa la cumbre de la denominada opera seria, género que, si bien reformó, no
logró salvarlo de una muerte segura.
Lo que verdaderamente pretendía la reforma gluckiniana era acabar con los excesos de la
recargada ópera barroca italiana, es decir, purificar y ennoblecer el género mediante la
sobriedad en las voces, acabar con la auténtica dictadura de los convencionalismos y la tiranía
de los cantantes. Y es que la ópera barroca se había convertido en un mero instrumento para
el exhibicionismo vocal de los castrati. Esta sobriedad, debía estar rematada por una total
economía argumental y del texto, dejando atrás las complejas e inverosímiles tramas, las
tortuosas intrigas amorosas de la ópera barroca que Gluck detestaba profundamente.
La primera "ópera reformada" fue Orfeo ed Euridice, estrenada en Viena en 1762, con libreto
de otro gran innovador, Ranieri Calzabigi.

Vous aimerez peut-être aussi