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EL IMPERIO

El colonialismo1 fue la convergencia de dos fenómenos que se desarrollaron, el


primero en la Edad Media con el “espíritu de cruzadas”, y el segundo en el
Renacimiento con el capitalismo. Las cruzadas de los siglos XI al XIV, en particular
las que ocurrieron en Tierra Santa, cultivaron un gusto por las grandes empresas en
el nombre de un ideal: la recuperación, sin importar el costo, de un territorio
considerado “sagrado”, el cual era ocupado por “otro” que no compartía la misma
creencia religiosa. Por su lado, las ciudades estados del Renacimiento italiano
buscaron rutas comerciales más lejanas para acceder a los muy cotizados “productos
exóticos”. Entonces, el deseo de hacerse suyo lo que era de otro, como sucedió en
las cruzadas, combinado con la necesidad de abrir, y sobre todo controlar, cada vez
más rutas comerciales, constituyó el principal pilar de la expansión colonial europea.

La primera fase de esta expansión se inició hacia el final del siglo XV para terminar
en la primera mitad del siglo XIX. Su centro fue el espacio americano (con la
excepción de la región del Cabo en Sudáfrica) y consistió en la ocupación de un
territorio con el fin de transformarlo en una excrecencia de Europa, preparando así
la exclusión de la población autóctona, el despojo del “otro”, o a través de la expulsión
-y/o exterminio- como en las colonias británicas y portuguesas, o a través de la
aculturación como sucedió en las colonias españolas.

Para los postmodernistas, la política no está concentrada alrededor de partidos


políticos, visiones utópicas, ni de un telos supremo. Más bien, es una herramienta de
experimentación que involucra una crítica radical de los sistemas existentes de poder
en una sociedad, la identificación de grupos oprimidos, y el remedio para sacar a
esos grupos identificados de la opresión, para alcanzar un sentido de justicia social.

Algunos postmodernistas, incluyendo a Foucault y Rorty, utilizan términos como


izquierdismo y progresivismo para describir su enfoque de la política. Para Foucault,
la política progresista resume las "posibilidades para transformación y el juego de
dependencias entre esas transformaciones, mientras que otras políticas confían en la
abstracción uniforme de la suerte o en la presencia del genio." Esto significa que "en
vez de ver la política concentrada alrededor de grandes líderes individuales que
tienen visiones utópicas del futuro. Foucault está más preocupado con desarrollar y
describir una política que toma en cuenta las posibilidades transformativas dentro del
presente."2

Por otro lado el poscolonialismo, también conocido como teoría poscolonial, trata
de un conjunto de teorías que lidian con el legado de la colonización británica y
francesa durante el siglo XIX o española y portuguesa desde el siglo XVI hasta el
XIX. Como teoría literaria, o postura crítica, trata la literatura producida en países
que fueron o son aún colonias de otros países.

1
El colonialismo se remonta a la época de la antigua Roma y fue también practicado por los antiguos
griegos. Se trata, sin embargo, de un fenómeno diferente al colonialismo tratado en
este escrito, razón por la cual no los voy a tratar.
2
Simon Malpas, Jean-Francois Lyotard. Citado en el libro de Robert Eaglestone, ed., Routledge Critical
Thinkers, 16.
Hacia finales de los años setenta y comienzos de los ochenta empezaron a surgir en
varias universidades inglesas y norteamericanas nuevos campos de investigación
teórico-práctica que desafiaban la autoridad de los cánones tradicionales (estudios
culturales, teorías feministas, estudios poscoloniales, crítica racial, entre otros).
Inspirados en el marxismo de Althusser, la genealogía de Foucault y la deconstrucción
de Derrida, empezaron a aparecer textos como Orientalismo de Edward Said,
considerada por muchos autores como la obra que inaugura el campo de
investigación de los “poscolonial studies”3 (estudios poscoloniales).

El esencialismo tiende a reactualizar un debate que opone la naturaleza y la cultura.


Este esencialismo sirve de base ideológica para el segregacionismo que, basándose
en la falacia naturalista (si es natural, es bueno), se apoya en diferencias presuntas
de "naturaleza" entre los seres humanos, divide la sociedad en entidades distintas, a
menudo jerarquizadas entre ellas, y les atribuye características, aptitudes, un papel
social o unos estatutos específicos, Según los criterios retenidos para establecer estas
discriminaciones, hablaremos entonces de sexismo, racismo, homofobia u otros
tipos de segregacionismo.

Cuando se consideran las ideologías del capital corporativo y el mercado mundial, se


evidenció que los teóricos posmodernistas y poscolonialistas que abogaron por una
política de diferencias, fluidez e hibridez a fin de desafiar al esencialismo y la
binariedad de la soberanía moderna fueron flanqueados por las estrategias del
poder. El poder ha evacuado el bastión que ellos atacaban, y los ha rodeado por
detrás para unírsele en el asalto, en nombre de la diferencia.

La constitución del Imperio no es la causa sino la consecuencia del ascenso de estos


nuevos poderes. No debe sorprender, entonces, que al Imperio, pese a sus esfuerzos,
le resulte imposible construir un sistema de derecho adecuado a la nueva realidad de
la globalización de las relaciones económicas y sociales.

El modernismo propuso cosas buenas que en su época fueron aceptadas, pero por
diferentes motivos tomo un rumbo inesperado, que tal vez sin
proponérselo genero cierto dominio y monopolio incuestionable, promovió las
desigualdades y el autoritarismo.

En general el Posmodernismo que invade todos los ámbitos de la vida de las


nuevas sociedades, destaca la libertad de la actividad del hombre, rompe con todos
los paradigmas que había establecido el modernismo, aquello que se había
establecido como la forma universal, como los modelos o patrones generales en todos
los campos a los que toda las sociedades se habrían de ajustar y pone de "moda" la
existencia de la diferencia, la particularidad, las características y valores distintivos
de los hombres y las sociedades. Pero la retórica del posmodernismo es peligrosa en
la medida en que se niega a enfrentar las realidades de la economía política y las
circunstancias del poder global.
FOLLARI, Roberto. (2004). Pensar en Posmodernidad. www.antroposmoderno.com

Zeraoui, Z. (2000). Modernidad y posmodernidad: la crisis de los paradigmas y valores.

Abril, A. (2015). Ciudadanía, educación y complejidad: miradas desde la econopedagogía. Diálogo Andino, 47, 95-104.

3
Por “Postcolonial Studies” (estudios postcoloniales) se conoce en la academia anglosajona a una
corriente de pensamiento que reflexionó en los años 80’s y 90’s sobre las herencias coloniales del
Imperio Británico en regiones como la India y el medio Oriente.

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