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Las madres de Ituzaingó

Un pueblo que vive entre fumigaciones, PCB y cables de alta tensión llegó a tener 60 casos de cáncer. La
historia de las vecinas que lideran la protesta.

Las madres de Ituzaingó, Córdoba, bajaron a Buenos Aires. Desde hace más de un año y medio, este
grupo de mujeres viene desarrollando una lucha que empezó con un comentario casi casual: “¿Por qué
hay tantos chicos con cáncer en este pueblo?”. Las madres investigaron, recurrieron a las autoridades, no
hallaron respuesta, fueron a los medios de comunicación, movilizaron al barrio, sacaron a la luz un
explosivo cóctel de contaminantes: el PCB de los transformadores, el arsénico y los metales pesados del
agua y la tierra, los campos magnéticos de los cables de media tensión, los plaguicidas de los cultivos de
soja que llegan al borde mismo del barrio. Lograron cambios parciales, siguieron peleando, se plantaron
delante de las máquinas fumigadoras, recibieron amenazas de muerte y siguen. Juntando moneditas
pudieron viajar a Buenos Aires, donde consiguieron que un grupo de diputados presentara un proyecto de
ley para prohibir las fumigaciones en cultivos adyacentes a zonas urbanas. También, dialogaron con
Página/12.

Todo empezó en febrero del año pasado por un comentario en una verdulería de Ituzaingó –barrio situado
a sólo siete kilómetros de la capital de Córdoba, cuyos habitantes, cuando no están desocupados, no
suelen ganar más de 300 pesos por mes–. “¿No te parece que hay muchos chicos con cáncer?”, le dijo a
Sofía Gatica una vecina. Sí, demasiados chicos y muchos grandes estaban enfermando. Y el barrio estaba
conmovido porque pocos días antes le habían diagnosticado leucemia a Brisa, de tres años: “A esa edad
ya sabía andar sola en bicicleta, sin rueditas, y ahora no puede porque se agita enseguida, está peladita y
tiene que estar con barbijo”, dice Rita Godoy, una de las madres.

Las mujeres hicieron un relevamiento casa por casa: había 60 enfermos de cáncer, la mayoría
concentrados en Ituzaingó-Anexo, la zona más humilde del barrio, que tiene 5000 habitantes en total.
Entonces, escribieron una nota donde pedían un estudio del agua corriente y, también, del PCB de los
transformadores eléctricos, “porque mucha gente del barrio se quejaba de que el agua era mala y porque
los transformadores cada tanto explotaban y había un aceite que caía al suelo”, explican.

A partir de esa batalla, el grupo empezó a reunirse todos los sábados “y la gente del barrio empezó a
tomarnos como referente”. Por ejemplo, “cuando a los vecinos con cáncer les cortaban el tratamiento en
el hospital porque ‘no hay insumos’, como dicen siempre, nos venían a ver, nosotras llamábamos a los
medios y los medicamentos aparecían”.
La mayoría de las madres del grupo tienen chicos con problemas: cánceres, asma, parálisis recurrentes;
algunas han tenido chicos fallecidos al nacer por malformaciones; algunas están ellas mismas enfermas;
también hay alguna que está sólo por solidaridad barrial.

Los análisis del agua de los tanques domiciliarios y del suelo –todas las calles del barrio son de tierra–
señalaron la presencia de arsénico, cromo y plomo: la presión de las madres logró que el barrio fuese
incorporado a la red de agua de la capital, pero, cada vez que se levanta viento, el polvo contaminado de
las calles vuela a los pulmones.
Y los problemas no terminaban ahí. Se detectaron fuertes campos magnéticos –de probable acción
cancerígena– procedentes de líneas de media tensión. Además, Ituzaingó es una península urbana rodeada
en tres de sus lados por cultivos de soja, y los plaguicidas de las fumigaciones llegan a las casas y a la
gente. Las madres consiguieron que el Concejo Deliberante cordobés prohibiera la fumigación, pero los
agricultores incumplían. Vuelta a reclamar y el gobierno cordobés puso vigilancia las 24 horas, pero
“cuando fumigaban, la policía nunca estaba; por el ‘cambio de guardia’, decían. Empezaron a fumigar de
noche. Los policías decían que no podían entrar porque ‘es propiedad privada’ y hasta porque, decían, no
tenían lapicera para anotar”.

Una noche, las madres se metieron en el cultivo; una de ellas tuvo que retirarse por un ataque de asma al
acercarse a la máquina humeante; a las demás, los fumigadores las recibieron con palos. La fumigación
cesó por un tiempo, pero Sofía Gatica, la única que tiene teléfono, empezó a recibir amenazas, y una vez
un desconocido entró en su casa con un arma de fuego.
Los médicos que el gobierno provincial envió para evaluar la situación avalaron los temores de las
madres de Ituzaingó. Pero, según ellas, esto tuvo un precio para los profesionales: “Dos de los médicos
tuvieron que renunciar y a otro lo despidieron”.

Los reclamos pendientes de las madres son: “Medicamentos para nuestra gente y tratamiento continuo de
cada persona enferma”; “Un sistema de trenzado en los cables de media tensión para reducir los campos
magnéticos”; “Una franja de protección de cuatro kilómetros para proteger de los agroquímicos”; “Que
quiten el PCB y los agroquímicos de las calles, aunque más no sea poniendo una capa asfáltica”.

El Grupo de Madres de Barrio Ituzaingó Anexo lleva 15 años luchando, en marzo de 2002 salieron por
primera vez a la calle para comenzar una lucha incansable, que tiene muchos triunfos pero varios
pendientes aún.

Lograron un juicio histórico, en 2012 la Cámara 1ª del Crimen de Córdoba condenó a un aeroaplicador y
a un productor a tres años de prisión no efectiva, por poner en riesgo la salud de los vecinos de Ituzaingó
Anexo. Esto sentó un precedente, porque fue la primera condena de este tipo en Argentina. Esta lucha
además, influyó en ordenanzas y normas que comenzaron a regular las distancias para fumigar en zonas
urbanas. Sin contar que consiguieron agua potable y que asfaltaran.

Ellas que siguen viviendo en ese barrio marcado por la muerte y las enfermedades, cáncer, leucemias y
alergias, hoy dan una pelea que tiene que ver con dos cosas puntuales, por un lado el arranque de la
“Causa Madre” para que sean juzgados los culpables por las muertes y enfermedades en ese barrio.

Preguntas:

1. ¿Cuál fue el problema que atravesaron las madres de barrio Ituzaingo?

2. ¿Contra quienes y contra qué están luchando ellas?

3. ¿Qué tipos de ciencias están interviniendo en la situación?

4. ¿Qué opiniones de sentido común podrían formar algunas personas respecto de la situación?

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