ROMA, ITALIA 12 de septiembre de 2009.

Querido sobrino:

Te cuento el viaje en avión estuvo maravilloso un poco largo pero cómodo; arribamos en el
aeropuerto cerca de las 1000ha de la mañana esta pesado el clima, húmedo como en buenos aires o
sea nada que ver con rio cuarto.

Me gustaría contarte muchos detalles de esta gira pero elijo uno en especial porque fue una locura lo
sucedido. Al llegar al aeropuerto en el despacho de equipaje retiro mi instrumento con el que tocare
toda la gira, si la chancha jaja, así le llamo al contrabajo; lo reviso y estaba todo normal, intacto, así
que decidí no abrir la funda, detalle que llamo la atención de Luciana la flautista de la orquesta.
Luego de allí no registramos en el hostel, que al principio parecía un poco austero el lugar pero
bueno así son los hosteles la belleza y comodidad están adentro. Organizamos las habitaciones, el
equipaje, el almuerzo y más tarde los paseos en los cuales conocimos desde el coliseo hasta la
fontana de Trevi y otros lugares muy importantes de la historia de la civilización, la lista era larga, así
que en lo menos pensado ya era de noche, encontramos un lugar excepcional para degustar la pasta
italiana que no sino como la que comemos en casa de tu abuela. A la hora de dormir un detalle
Luciana vuelve a insistir en que revise mi instrumento lo que me llamo la atención pero, lo cansado
que estaba de todo el itinerario desde que arribamos, fue tremendo!, así que no le di importancia y
me fui a dormir, luego de tomar un café por supuesto.

Al día siguiente la rutina se presentaba de esta manera: desayuno-paseo-almuerzo-siesta-afinar-

ensayo y concierto. Y aquí viene lo interesante. Luego del almuerzo en lugar de tomarme una siesta
para descansar opto por desempacar mi instrumento y como no podía faltar Luciana estaba allí
esperando que terminara de desenvolver todo lo que aseguraba el contrabajo y cuando bajo el cierre
de la funda algo me pega en la espalda más precisamente sobre el hombro y en ese momento
escucho un grito ¡nooooo! Seguidos de llanto, del llanto de Luciana renegando de lo que ya me venía
advirtiendo, revisar si todo estaba bien apenas llegue al aeropuerto, pero ya era tarde, lo que se cae
sobre mí era el clavijero del contrabajo parte importante del instrumento el cual sirve para sostener
la tensión de las cuatro cuerda para poder afinarlo, tremendo problema me encontré, de todos
modos no me quedo otra que tomarlo con mucha gracia y pensar cómo solucionarlo,
inmediatamente se me ocurre buscar un lugar en donde pudiera comprar algunos elementos de
ferretería como tornillos, clavos y herramientas para poder arreglarlo pero en esa caminata
apresurada por el centro de roma los marroquíes en un español muy complicado me repetían:
domingo-roma cerrado-si como en argentina los domingos nadie abre los comercios al menos que
sea para comer o beber. Así que un poco cabizbajo regresaba al hostel para ponerme la ropa
adecuada y presenciar el concierto en vez de tocar cuando de repente sobre un adoquín que adorna
las calles de roma como caído del cielo, un tornillo!, si!, y con rosca para madera!, mas alegría no
podía explicar!! , que suertudo jaja tuve que salir corriendo no por la alegría era porque estábamos a
una hora del concierto y en ese lapso de tiempo tenía que, además de atornillar el clavijero, afinar y
que todo estuviera en su lugar durante al menos lo que durara el concierto; pero bueno son cosas
que pasan exclame, todos estaban muy sorprendidos y por suerte salió todo bien aunque llovió un
poco durante el concierto. Tincho, ya para ir terminando esta mi anécdota alocada espero te divierta
un poco, la situación es espectacular y en estos momentos estamos dispuestos a todo. Aprovecho
para saludarte a vos y a todos allí en casa mi más cálido abrazo, nos vemos en un par de días!