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Entronización y terminología bíblica

BIBLIA Y MIGRACIÓN
“Bien vale la pena sufrir contratiempos y penalidades en mi caso,
desconocimiento de derecho legítimo y privación del goce de la Patria-
si al cabo de ello, un buen día nos sale un rasgo de nobleza humana
que nos restituya la fe que hayamos perdido”
Rómulo Gallegos, escritor y político venezolano.

SEMANA 1 ENTRONIZACIÓN DE LA BIBLIA


La entronización de la Palabra es esencialmente reveladora al iniciar el Mes de la Biblia, pues
enuncia la esperanza de encontrarnos con Jesucristo, Camino, Verdad y Vida..
Entronizar la Palabra de Dios es una manifestación de fe por parte de la comunidad de los
creyentes. Para ello es necesario preparar el lugar de reunión. Es conveniente hacer carteles
con textos alusivos a la Palabra y colocarlos a lo largo del salón.
SALUDO
Comienza la celebración con un saludo por parte del animador/a: Estamos reunidos en torno a
la Palabra de Dios. Caminantes seguidores de sus huellas, animados y seducidos por su
Palabra, vamos a ponernos en marcha como comunidad de fe; con la disposición de descubrir
nuestra identidad de discípulos en un mundo cada vez más necesitado de amor, justicia y
verdad. Agradezcamos este momento cantando:
CANTO
La canción del testigo
PREGÓN de la PALABRA
El animador alienta a comenzar llamando a tres personas escogidas:

1. Llevando la Biblia, mientras dice: He aquí la Palabra que nos guía, aprendamos a
escucharla y ponerla en práctica
2. Llevando un cirio, mientras acota: que sea antorcha que ilumina la senda que
emprendamos.
3. Llevando recortes de prensa o un audio que hable del problema de la migración. Se
dice: que veamos en el migrante un espejo donde todos podemos vernos reflejados.

1. Procesión: Con la conciencia de ser peregrinos del Reino, comencemos nuestra procesión.
Las personas antes escogidas presiden la misma, seguidas de la comunidad y cantando: El
peregrino
Errante voy, soy peregrino,
Como un extraño voy bajo el sol.
Encuentro a Dios en mi camino,
Consuelo y paz de mi dolor.
Unido a Dios en alianza
El nuevo pueblo en marcha va,
Luchando aquí por la esperanza
De un mundo nuevo que vendrá.
Recorro el fin de mi camino,
Voy a mi patria, Jerusalén.
Nada me inquieta ya mi destino
Porque el Señor guarda mi fe.

2. Animador: Que este recorrido nos recuerde el camino del Éxodo hacia la tierra prometida,
el camino de Jesús hacia Jerusalén, y el de la comunidad cristiana que llevó el evangelio
hasta los confines de la tierra.
Señor, al iniciar este mes de la Biblia 2018, te rogamos que tu palabra habite en nosotros.
Danos un corazón sincero y disponible para que nos transforme y podamos hacer tu voluntad.

Es necesario rogar al Señor porque nuestras Biblias no sean un adorno en casa, sino la luz
que ilumine las familias; de forma que simbólicamente coloquemos nuestros textos bíblicos,
sobre la mesa donde se ha entronizado la Palabra.
Después de motivar sobre la solemnidad del pregón, como en la noche de la vigilia Pascual,
se bendicen las Biblias, invitando a todos/as a que extiendan sus manos sobre ellas, diciendo:
Que el Señor bendiga estas Biblias y también a nosotros, para que inspire e ilumine nuestras
vidas; para acogerla y amarla. Que el Espíritu Santo nos ilumine para estudiarla, meditarla,
compartirla y orarla. Que Ella sea una luz que surque nuestra vida, y la de todos los que nos
rodean.
3. Encuentro con la vida
Venezuela fue tradicionalmente un país receptor de inmigrantes, sobre todo, después de la II
Guerra Mundial. En nuestra población está presente una rica variedad étnica producto de la
constante mezcla de nacionalidades, que se cruzaron con la población autóctona y
posteriormente con la negra. En todas las épocas de la historia venezolana se acogió a los
inmigrantes, provenientes de Europa, así como latinoamericanos, que han aportado una
enorme contribución al progreso del país. Somos muchos los venezolanos que llevamos en
nuestra sangre y en nuestros apellidos la marca indeleble de nuestros antepasados
inmigrantes.
Hoy día, Venezuela confronta problemas sumamente delicados relacionados con los
desplazamientos de la población venezolana hacia otros países, especialmente del
Continente, que llevan a estudiar el problema en toda su complejidad. Los factores que inciden
en el fenómeno de la migración tienen que ver con la justicia social, el pleno empleo, la
igualdad de oportunidades, la libertad, la vigencia de una verdadera democracia y la primacía
del bien común con graves consecuencias en el país: devastación económica, colapso
económico, contracción vertiginosa de la actividad productiva del país, empobrecimiento
acelerado de la población, lo que ha llevado a la casi desaparición de la clase media, cierre de
empresas industriales o de servicio grandes, medianas y pequeñas, inflación galopante,
disminución del consumo de alimentos, crisis en la educación, carencia de alimentos y
medicinas, éxodo de profesionales, deterioro de la atención hospitalaria y una intensa
campaña de ideologización.
Este problema hoy tiene tres aristas:
En primer lugar, como resultado de la situación interna, se han producido importantes
desplazamientos de ciudadanos venezolanos hacia las fronteras de Colombia y Brasil,
muchos ilegalmente.
Un segundo problema configura una nueva forma de tráfico de personas, provenientes de
China, Rusia, del Medio Oriente y de Cuba, que son ingresadas al país sin llenar los requisitos
de inmigración e inmediatamente provistas del documento de identidad, con fines electorales,
lo cual ha motivado continuas denuncias.
Un tercer problema es de signo contrario. Estamos experimentando una reversión en la
tradicional posición de Venezuela no sólo como país receptor de inmigrantes sino como país
emisor de migrantes. Esta situación se ha agravado en los últimos tres años, pues en los
actuales momentos la población de desempleados en Venezuela se calcula en 4.650.000
personas.
Además, en el problema de las migraciones no solamente hay que atender a las víctimas sino
también a los victimarios, los cultivadores del odio, los usufructuarios de la violencia, los que
creen que su triunfo está en el sufrimiento ajeno, en la posesión de lo que pertenecía a los
desposeídos, en el ejercicio del poder por el poder mismo[1].
Trataremos de responder varias preguntas: ¿Cuáles son las causas de la inmigración?, ¿son
los emigrantes bien tratados?, ¿qué conoces de los procesos migratorios internos en tu país?,
¿hay problemas de relación con los extranjeros de tu comunidad? Compartir la experiencia por
grupos y el resultado de sus reflexiones.
4. Encuentro con la Palabra
Se hace la lectura: Ex. 23,9 “Conocéis la suerte del emigrante, porque emigrantes fuisteis
vosotros en Egipto”
El animador/a puede hacer una reflexión, o una Lectura Orante de la Palabra del texto.
Recordemos que es la voz de Dios que resuena a través del viento y los truenos; Ella es como
la lluvia que mantiene el caudal de mares y ríos, para bañar la tierra y dar vida a hombres y
mujeres que alaban las maravillas de una creación hecha por el amor de su palabra (cf. Is
55,10-11).
Hoy en día millones de personas de todo el mundo están en movimiento. La migración ha sido
una realidad a través de la historia, pero la enorme cantidad de personas que migran en busca
de una nueva vida no tiene precedentes.
Parafraseando a Daniel Carroll[2], la manera de referirse a estas personas es variable. Puede
llamárseles “refugiados”, en el caso de quienes se han visto forzados a buscar asilo en otra
tierra, ya sea por sus propios medios o por la intervención de agencias internacionales (Caso
Venezuela, según la ONU, 2018).
En contraste, “inmigrantes” son individuos que han salido de sus países de origen por decisión
propia. Buscan residencia de corto o largo plazo en otro lugar y cruzan fronteras de acuerdo
con protocolos establecidos en los puertos de entrada, y si eso no es posible, intentan entrar
ilegalmente. Una tercera y última categoría es la de “personas desplazadas internamente”.
Son aquellas que migran por las mismas razones que los refugiados o inmigrantes, pero que
permanecen dentro de sus fronteras nacionales.
En la Biblia no se habla de refugiados tal como hoy los concebimos pero, es interesante
observar que los textos bíblicos están llenos de migraciones; de allí la importancia de destacar
la terminología usada para hablar del tema, porque cada término encierra un matiz diferente.
Las más comunes son: extranjero, forastero, extraño, y peregrino.
En el Antiguo Testamento damos relieve a las siguientes expresiones: dos nombres, nekar y
ger, 3 y dos adjetivos, nokrî y zar, siendo ger el más importante y se relaciona con la raíz
verbal gur (92x en la Biblia hebrea), cuyo significado es “residir como forastero” peo puede ser
traducido por huésped, protegido o cliente (cf. Jc 5,17; Is 54,15b). La Ley estipulaba una serie
de normas para la comunidad de Israel. No hay manera de saber si había procesos formales
por los cuales serían aceptados como forasteros, o si su integración en la comunidad era parte
de un proceso natural que ocurría con el tiempo. Ruth es un estupendo caso para estudiar
esto.
Si bien la expresión aparece en el código de la alianza (cf. 2Sm 1,13), es, después del exilio
cuando se empleó con mayor frecuencia, probablemente debido a los cambios sociales del
momento que implicaron pérdida de población, emigración, pérdidas económicas, amén de los
cambios teológicos que buscaron preservar la unidad de la comunidad judía frente a otros
pueblos.
El ger se diferencia del extranjero en general, o sea el nokri y del zar, a quien se reconoce
como extranjero residente, que se ha establecido en el país y a quien se le reconoce un status
diferente. Junto a ger aparece frecuentemente tosab “huésped”(cf. Gn 23,4) y passim, que es
mencionado en los textos sacerdotales postexílicos[3].
El ger, solo o en grupo abandona su patria por diversos motivos y busca protección en otra
comunidad, como Abraham en Hebrón (Gn 23,4), Moisés en Madián (Ex2,22), Eimelec
en Moab (Rut 1,1), efraimita en Benjamín (Jc 19,16) o, los hebreos en Egipto.
El ger no goza de los mismos derechos que un judío; no puede poseer una tierra y
generalmente está al servicio de un israelita que es su señor y protector; siendo pobres, les
asiste el derecho a la rebusca (cf. Lv 19,10) y están bajo la protección divina, lo que recuerda
al judío que ellos también fueron forasteros en Egipto, por lo que están llamados a
protegerlos, sin explotarlos.
Desde el punto de vista religioso vigen las mismas prescripciones para los israelitas y
los gerim (cf. Ex 12,49), deben observar el sábado, el ayuno del día de la expiación (cf. Lv
16,29) y la pascua, a condición de que esté circuncidado (Ex 12,48), ofrecer sacrificios y
participar de las fiestas (Dt 16,11.14).
Por ello no es extraño que la Biblia de los LXX traducen el concepto hebreo ger por prosh,lutoj
o prosélito, “uno que se ha adherido al judaísmo por medio de un acto de ingreso”
(circuncisión).
Zar o extranjero (70x en la Biblia hebrea), significa, especialmente en los profetas, extranjero
en sentido étnico o político, es decir “no israelita”. Como zarim designa a los pueblos en
relación con Israel, lo que le aproxima en ocasiones a “enemigo”. A esta denominación
también pertenecen los dioses de los pueblos extranjeros.
En la literatura sapiencial zar aparece en sentido neutro como “perteneciente a otro”(Prov 6,1)
pero puede incluir un matiz de hostilidad (Job19,15) o, todas aquellas expresiones peyorativas
hacia la legitimidad de un hijo bastardo (cf. Os 5,7) o, el desprecio a la mujer extranjera (Prov
2,16).
En el postexilio, la expresión se opone a lo sacro (Lv 22,10) y en algunos casos puede
significar algo así como laico o incompetente (Nm 3,4); también raro o inaudito (Is 18,21).
Otras expresiones en griego son[4] xenos, paroikos y parepidemos. Estos términos se refieren
a gente o cosas que vienen de otras partes, que están fuera de lugar sin estatus. Xenos (5x)
en Mt 25,31-46, un pasaje que puede tener conexión con la inmigración. Xenos y su raíz
verbal xenizo pueden referirse a algo que no es bienvenido (Hch 17,20; Heb 13,9). La palabra
“xenofobia”, que significa temor o desagrado ante algo extraño, viene de allí, y aparece en
paralelo con paroikos (Ef 2,19) que se refiere a la relación entre Dios y el pueblo de Dios
antes de llegar a la fe. Paroikos y parepidemos aparecen juntos en 1Pe 2,11.
Parte del debate hoy día es decidir si la inmigración es una cosa buena o no, y qué clase de
inmigrantes pueden ser aceptados o rechazados. Si la preocupación principal es la frontera, el
debate generalmente enfoca temas de seguridad nacional y el derecho de las naciones de
proteger su soberanía. Si se trata de procedimientos legales existentes, entonces la discusión
se reduce al concepto de legalidad, buscando responder preguntas en torno al estatus legal
de los inmigrantes[5].
Es interesante destacar teológicamente que:

1. Yahveh es quien se ocupa de los forasteros en Israel y ordena a su pueblo que los ame
(cf. Dt 10,19).
2. Las exigencias éticas con el ger están en estrecha relación con el recordatorio de la
esclavitud en Egipto (cf. Lv 19,34ss; Dt 10,19).
3. Israel es propiedad de Yahveh, por tanto ellos son forasteros y huéspedes en la tierra
de Yahveh (cf. Lv25,23).
4. En la época helenística se acentúa el aspecto religioso del concepto ger, pues designa,
no solo a los extranjeros, sino a todo gentil recibido en la comunidad judía, que se
diferencia del “temeroso de Dios”o “sebómenos”

Animador: Que la Palabra, compañera de camino, erradique de nuestras vidas, la comodidad


y el consumo, que caminemos junto a los oprimidos y marginados, los migrantes, huérfanos y
viudas, los más necesitados, y sedientos de Dios, sintiéndonos hijos de un mismo Padre.
Tomémonos de las manos para sentir la unidad y el compromiso, orando el Padre nuestro
que Jesús nos enseñó: Padre Nuestro.
5. Preces: Oremos hermanos/as a la Santísima Trinidad para pedir su luz en el mes que
iniciamos:

1. Por la Iglesia, el Papa Francisco, Obispos, Presbíteros, Religiosos, Diáconos, laicos/as


que anuncian la Buena Nueva del Reino, especialmente entre los más necesitados.
Roguemos al Señor.
2. Por nosotros, para que seamos fieles imitadores del sí de María, para comprender el
verdadero sentido de encarnar la Palabra en nuestras vidas. Roguemos al Señor.
3. Que tengamos sabiduría e inteligencia para ofrecer y no imponer, para amar y no
objetar, para servir y no esperar ser servidos. Roguemos al Señor.
4. Por todos los migrantes que, a semejanza de los migrantes bíblicos, puedan encontrar,
más allá de las fronteras al hermano. Roguemos al Señor.

6. Volvamos a la vida
Los fenómenos de movilidad humana presentes en la Biblia, como en nuestra vida, no
evocan una identidad étnica cerrada; ello implica reconocer que lo sagrado también está en
movimiento enfrentando fundamentalismos varios y reduccionismos culturales. De allí la
necesidad de desarrollar una pastoral capaz de responder a los desafíos de una lectura bíblica
latinoamericana que pueda ser el espejo hermenéutico donde seamos capaces de reflejarnos
al considerar los 200 millones de personas que se desplazan alrededor del mundo, buscando
mejores alternativas de vida, un lugar de pertenencia o, simplemente sobrevivir. El reto es
grande, ¡asumámoslo!
7. Nuestro compromiso
Los cristianos al tratar al tema de la inmigración debemos tener a la Biblia como
recurso fundamental, y como punto de partida deberá ser la afirmación de que todos los seres
humanos son creados a la imagen de Dios (Gn 1,26-28). De allí que debemos propiciar
espacios en las parroquias y comunidades a fin de iniciar serios debates sobre inmigración.
¿Cómo lo harías tú?
8. Bendición final
Saludo de paz y Canto final

“En estas tierras nuestras, de impresionante silencio y trágica soledad, se siente que
todavía no ha terminado el día sexto del Génesis,
y que aún circula por ellas el soplo creador. Y por eso las llamo las tierras de Dios”
Rómulo Gallegos, Canaima

[1] adolfo@adolfotaylhardat.net (16/02/2009)


[2] CARROLL Daniel.,”La inmigración y Biblia”. En MissioDei19, Red Menonita de misión,
Elkhard 2010 (1-18). https://www.mennonitemission.net/Downloads/MissioDei19.S.pdf.
[3] JENNI E.,-WESTERMANN C., Diccionario Teológico Manual del Antiguo
Testamento, Cristiandad, Madrid 1978.
[4] CARROLL Daniel.,”La inmigración y Biblia”. En MissioDei19, Red Menonita de misión,
Elkhard 2010 (1-18). https://www.mennonitemission.net/Downloads/MissioDei19.S.pdf.
[5] Ibid.

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