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CRISIS POR DIVORCIO

La separación o divorcio es una fuente de sentimientos y trastornos


psicológicos importante, que produce depresión, ansiedad, culpa, trastornos de
la autoestima, dolor emocional, rabia, agresividad hacia el otro miembro, etc.
También trastornos somáticos, somatizaciones y otros. Hablaremos de los
adultos y dejaremos para otro artículo el tema de los hijos. Puede ser útil una
terapia de pareja para evitarlo o minimizar los trastornos.
Durante la separación o divorcio se van a producir grandes cambios afectivos,
económicos, sociales, legales, personales… La persona debe recibir ayuda
legal, social, psicológica y médica.
Aunque cada persona es diferente, tenemos datos estadísticos y clínicos que
nos indican que la mayoría de las parejas viven un real proceso de duelo que
abarca también a los hijos y a veces también a otros miembros de la familia
(abuelos, tíos, etc.) La separación tiene distintos significados para cada
miembro de la pareja:
1. Puede ser sentida como la pérdida de esperanza, de expectativas, de un ideal
que no pudo alcanzarse.
2. Se puede vivir como un fracaso y generar sentimientos de culpa.
3. En algunos casos se puede vivir como una liberación, pero ello no impide la
necesidad de elaborar el proceso de duelo y fundamentalmente sufrir por los
hijos (si los hay).
4. Son frecuentes las vivencias de baja autoestima, de cuestionamientos y de
revisión de la vida pasada.
La separación o divorcio puede ser comparado a un trastorno de estrés
postraumático. De hecho, Holmes (1967) en su escala de estrés o
acontecimientos de vida, le atribuye 73 puntos al divorcio y 65 a la
separación, si las sumamos nos da 138 puntos. Este autor dice que con 300
puntos, un 80% caerá enfermo. También tiene que ver con una situación de
duelo: aunque nuestra pareja no ha muerto, sí que hay una pérdida.

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TIPOS DE DIVORCIOS
Hay que distinguir dos tipos de procedimiento de divorcio:

1.- Divorcio de mutuo acuerdo: Al igual que ocurre con la separación de


mutuo acuerdo, el procedimiento de divorcio amistoso puede resultar
relativamente rápido, sencillo y económico. No exige la celebración de juicio,
bastando con la presentación de la demanda y del convenio y su posterior
ratificación en el Juzgado por ambos cónyuges. Además supone un
abaratamiento de costes al permitir que ambos cónyuges actúen representados
por un mismo Procurador y defendidos por un único abogado.

El procedimiento se inicia con la presentación de la demanda por ambos


cónyuges conjuntamente o sólo por uno con el consentimiento del otro. Dicha
demanda debe ir acompañada de un convenio regulador firmado por los
esposos (documento en el que se detallan las medidas que regularán en el
futuro la guarda y custodia de los hijos, el régimen de visitas, las pensiones
alimenticia y compensatoria y el uso del domicilio familiar, entre otras), y que
deben ratificar (firmar) posteriormente ambos cónyuges en el Juzgado.

2.- Divorcio contencioso: En el procedimiento de divorcio contencioso la


demanda será presentada por cada uno de los cónyuges y será preciso indicar
en la misma las medidas que deban adoptarse respecto de la guarda y custodia
de los hijos, el régimen de visitas, las pensiones alimenticia y compensatoria y
el uso de de la vivienda familiar, a fin de que sean establecidas por el Juez en
la sentencia que decrete el divorcio. Este procedimiento es más largo,
complicado y costoso que el de mutuo acuerdo ya que exige la realización de
más trámites, entre ellos, la celebración de vista judicial, y más costosopues ya
no es posible acudir con un sólo Abogado y un sólo Procurador, sino que cada
parte debe acudir con los suyos.

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LAS CAUSAS DE UN DIVORCIO

Nuestra vida, nuestra conducta y la conducta de los demás, están determinadas


por la relación causa-efecto:
Las cosas suceden porque algo las provocó.

Pudo ser una sola causa o la suma de varias.


Podemos conocerlas o no.

Pueden ser:

Obvias e indiscutibles.

Por ejemplo:
Voy manejando y se me cae el celular, me agacho a recogerlo y choco.
En este caso, es fácil conocer la causa.

Poco claras o incluso inconscientes.

Como los pensamientos, recuerdos, emociones, sobre todo si no son


expresadas, hábitos de conducta, etc.
¿Por qué es importante entender esta relación?

Cuando no conocemos las causas del divorcio, pueden suceder varias cosas:
Repetimos el mismo error una y otra vez.

No aprendemos nada de lo que está sucediendo.

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Suponemos cosas que pueden no tener nada que ver con la realidad, lo que
puede provocar mayores problemas o hacernos sufrir inútilmente.

Por ejemplo:
Mi pareja está de mal humor y yo, sin aclararlo con ella, doy por hecho que
está enojada conmigo.

Esta suposición puede provocarme diferentes emociones que me hacen sentir


mal (enojo, tristeza, preocupación, angustia, etc.) y/o distintas conductas
inapropiadas (le dejo de hablar, le hablo de manera golpeada, etc.) que pueden
provocar pleitos o problemas entre nosotros.
Cuando no conocemos las causas de nuestro divorcio, podemos atribuir culpas
equivocadamente, se afecta nuestra autoestima, no podemos perdonarnos y
perdonar a nuestra ex-pareja, tomamos decisiones equivocadas y sobre todo,
no aprendemos de lo que sucedió y vamos a volver a cometer los mismos
errores o parecidos, con otras personas.

Las causas pueden ser:


Internas y/o externas.

Internas.

Estas se pueden dar tanto en el hombre como en la mujer.


Pueden darse en uno o en ambos.
1. Falta de conocimiento de nosotros mismos.
2. Expectativas personales, no cumplidas.
3. Intolerancia ante las diferencias de la pareja.
4. Inmadurez.
5. Desinterés en mejorar la relación.
6. Insatisfacción personal.

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7. Celos injustificados.
8. Baja autoestima.
9. Una idea equivocada del amor.
10.Falta de reconocimiento y aceptación de las crisis normales de la pareja.
11.Dejamos de amar a nuestra pareja.
12.Falta de compromiso emocional.
13.Por aprendizaje de experiencias previas, sobre todo durante la niñez.

Externas.
Entre las principales causas externas encontramos:
 Situaciones críticas o problemáticas del matrimonio y de la vida.
 Problemas importantes de comunicación.
 Rutina y aburrimiento.
 Violencia intrafamiliar de parte de cualquiera de las dos personas, hacia
la pareja o hacia los hijos.
 Alcoholismo o drogadicción.
 Etc.
 Situaciones críticas.

Son aquellas situaciones críticas o problemáticas que no se sabe manejar y que


van acumulando sentimientos negativos que llevan a la distancia emocional
y/o a conflictos constantes que acaban con la relación.

Por ejemplo:
Un embarazo no deseado. Enfermedades importantes en un miembro de la
familia. Problemas sexuales. Infidelidad. Problemas económicos. Intervención
constante de la familia de cualquiera de los dos.

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COMO AFECTA A LOS NIÑOS
Para los niños un divorcio es una situación muy estresante, y es frecuente que
expresen esto a través de hechos, ya que a lo mejor no tienen la suficiente
capacidad como para expresarlo emocionalmente. “Podríamos hacer un
paralelismo con un proceso de duelo. Los niños van a tener que elaborar una
pérdida, se enfadarán, llorarán, se negarán a aceptarlo, desearán que sus
padres vuelvan a estar juntos y al final lo aceptarán”, señala la psicóloga.
Otros factores que también se pueden manifestar es que bajen en el
rendimiento académico, que tengan dificultades sociales o problemas de
conducta. Y si el divorcio es traumático, sí puede causarles algún
problema. “Si esta situación de conflicto se mantiene en el tiempo, es decir, si
los padres se llevan fatal y después del divorcio, los niños siguen viviendo
situaciones de conflicto elevado, esto podría tener repercusiones
importantes”, aclara Navarro. Aunque es cierto que, lo normal, si todo va
bien, o que el niño supere el divorcio en un año.
¿Qué deben hacer los padres?
Los niños deben estar informados en todo momento de lo que sucede. Hay
que darles una explicación de lo que ocurre, sea cual sea su edad. “Si son
pequeños, hay cuentos infantiles que nos pueden ayudar a explicarlo”, explica
Navarro. Además, lo ideal es un apoyo mutuo entre la pareja divorciada,
cooperando y evitando la confrontación. “Deberían decírselo los dos padres
juntos y dejarles muy claro que no tiene nada que ver con ellos porque los
niños tienden a culpabilizarse del divorcio de sus padres”, incide la psicóloga.
Otra de las cosas importantes que hay que evitar, es culpar al otro cónyuge
del divorcio, así como hablar mal de él/ella delante de los niños.
En el caso de que los padres no se vean capaces de hacerlo bien por sí
mismos, deberían acudir a un mediador para que les ayude a hacer este
proceso lo mejor posible, por el bien de ellos y sobre todo, de sus hijos.

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COMO AFECTA EL DIVORCIO A LA FAMILIA
A diferencia de lo que muchas personas pueden pensar, a veces el
divorcio puede ser la mejor solución en una relación que no funciona bien.
Pero en la mayoría de los casos surgen sentimientos de enojo que perduran por
mucho tiempo, ya sea por los padres o por los hijos.
Las familias siempre están expuestas a situaciones que pueden poner en
riesgo la inestabilidad familiar. La falta de amor, la llegada de los hijos no
deseados, los problemas económicos, una grave enfermedad que entra
inesperadamente, la falta de tolerancia o los desacuerdos en la educación de
los hijos, son algunos de los elementos que pueden fracturar severamente un
matrimonio, para llevarlos finalmente al divorcio.
El divorcio, es una realidad que actualmente estamos viviendo con una
cifra alarmante y que se está apoderando de la mayoría de las familias. El
matrimonio está sufriendo una fría caída con este gran enemigo. Un enemigo
que está destruyendo familias, destruye hijos y padres y por lo tanto destroza a
una sociedad.
El divorcio es un proceso muy complejo para muchas personas que lo
han vivido, dejando efectos que pueden marcar la vida de un individuo,
depende mucho de la madurez y asimilación con que se tomen las cosas.
Las consecuencias de un divorcio, pueden ser psicológicas y
emocionales, derivando estrés, angustia, dolor, sentimientos de coraje. Estos
procesos de adaptación a una nueva forma de vida necesitan tiempo, a partir
de la separación física el estado de ánimo y los sentimientos comienzan a
enfrentarse, para empezar a entrar en el proceso de aceptación, un reencuentro
con nuestros errores y de qué manera los manejamos, además, saber lo que
nos llevó a tomar la decisión del divorcio.
Muchas veces, la no aceptación causa una serie de trastornos
emocionales y físicos, el desapego a las cosas que antes nos causaban interés y
la indiferencia, pueden hacer grandes estragos en la salud de quien esta
viviendo este proceso. La salud puede verse afectada dando entrada a grandes
depresiones, que al mismo tiempo alteran el estilo de vida de los demás
miembros de la familia, los hijos suelen ser descuidados y adoptar conductas

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agresivas o convertirse en personas calladas y temerosas viviendo con
inseguridad; lo que afecta también en el área escolar, provocando, desde
problemas de conducta, hasta el total desinterés por la escuela, sienten una
relación hostil e insoportable en casa y pueden refugiarse en el alcohol, las
drogas o con malas compañías.
Es aquí, cuando la alerta roja empieza a causar estragos graves en una
familia disfuncional. Tanto para la pareja, como para los hijos, es muy
importante darse el apoyo necesario en este proceso de separación.
Es muy importante indicar, que no es regla general que en un divorcio
existan conflictos, no es una situación fácil, pero muchos de ellos han sido la
mejor solución a sus problemas y hasta puede existir una relación amistosa, y
los hijos no sufren tanto la separación; ya que los acuerdos a los que se llegan
son sanos para todos lo que formaban una familia.
También, se deben tomar en cuenta las características propias de la
personalidad de cada miembro de la familia, ya que puede haber casos de una
separación amistosa o conflictiva y no a todos los integrantes de esa familia
afecta igual. Existen personas que lo toman de manera más tranquila y otras de
forma agresiva, aún viviendo la misma situación.
Una situación de divorcio en muchos casos, puede llevar a los hijos a
asumir nuevos roles, y creencias. Si no tienen un apoyo adecuado durante el
proceso y la adaptación a su nueva forma de vida, lo hijos inconscientemente,
son orillados a asumir responsabilidades que no les corresponden; convertirse
en el pilar económico de la casa, o ver y educar a los hermanos, hacer tareas
en el hogar; ajenas a su edad. Esta gran confusión, puede crear severos
problemas psicológicos en los niños, es una carga muy pesada, y quienes no
pueden resistir pueden llegar a atentar contra su vida, sin embargo, hay
quienes maduran más rápido y aunque les cuesta tiempo adaptarse logran salir
adelante, convirtiéndose en protectores de su familia y en personas seguras e
independientes. Cualquiera que sea el caso, es muy importante estar cerca de
los hijos, darles amor, seguridad y que se sientan protegidos, eso hará menos
difícil adaptarse a vivir sin una figura tan importante como lo es la madre o el
padre.

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Los factores más comunes que se presentan durante el divorcio, son
extremadamente dañinos para los hijos, los padres que tienen el poder
económico y que en sus manos esta la sobrevivencia de la familia, suelen
castigar a la ex esposa limitándola económicamente y por otra parte, las
mujeres que desafortunadamente utilizan a sus hijos como el arma más letal
para hacerle daño a los padres, mandando mensajes agresivos y tratando de
descargar todo su coraje, para hacerle daño a su ex pareja, sin darse cuenta, el
gran daño que esta situación les provoca a los hijos, dejando huellas
emocionales muy profundas, causando sentimientos de coraje o de temor
hacia uno de los padres.

EL DUELO
El duelo es una reacción a la pérdida que puede ser la muerte de un ser
querido, pero también la pérdida de algo físico o simbólico.

Las fases del duelo


Todo duelo es un proceso natural, en que el doliente atraviesa una serie
de fases. Aunque no necesariamente hay que pasar por todas ellas, ni seguir
una determinada secuencia.
Freud (1917) fue el primero en describir los procesos del duelo:
reacción a la pérdida de un ser amado o algo simbólico, el duelo es un afecto
normal, conlleva la convicción del sujeto de ser castigado.
Lindemann (1944) describe lo siguiente: problemas somáticos,
preocupaciones relacionadas con la imagen del fallecido, culpa, reacciones
hostiles y pérdida de patrones de conducta; fases; conmocion-incredulidad,
dolor agudo, resolución.
Kübler Ross describe cinco fases: de negación, de ira, de negociación,
de depresión y aceptación.

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Bowlby (1961, 1980) describe tres fases: embotamiento de la
sensibilidad, añoranza y búsqueda, desorganización y desesperanza,
reorganización del proceso.
Rando (1984) fase de evitación: conmoción (shock), fase de
confrontación, fase de restablecimiento.

Duelo patológico: el modelo de Bowlby (1980). Consta de tres variables:


1. Características de la persona que sufrió la pérdida.
2. Experiencias infantiles de la persona que sufrió la pérdida.
3. Procesamiento cognitivo de la pérdida.
Según este autor hay tres tipos de personas vulnerables a desarrollar
duelos patológicos: las que establecen relaciones afectivas cargadas de
ansiedad y ambivalencia (apego ansioso), las que establecen relaciones
afectivas a través de cuidar compulsivamente a otros y aquellas que afirman
de modo compulsivo, su autosuficiencia e independencia respecto a los
vínculos afectivos.
Ramsay (1977), indica que es un estado de estrés y depresión que
persiste tras un año de la pérdida y manifestaría estado de animo depresivo,
recuerdos recurrentes de las circunstancias de la pérdida o sueños recurrentes,
reacciones de estrés (insomnio, ansiedad, etc.)

INTERVENCIÓN Y PSICOTERAPIA
La evaluación puede ser como un trastorno depresivo- ansioso, escala
de depresión de Beck, de ansiedad o la de Hamilton de depresión y ansiedad,
Escala de Trauma de Davidson, escala de autoestima de Rosenberg.
Debemos facilitar la expresión de sentimientos inhibidos hacia el ex
compañero, ayudar a expresar las circunstancias que condujeron a la pérdida y
el relato de las relaciones con el ex compañero, lograr a partir de los dos
puntos anteriores la activación cognitiva de procesamiento de informaciones

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previamente excluidas. La silla vacía y el psicodrama pueden sernos de
utilidad.
Desde la PNL, podemos utilizar la línea del tiempo, se puede ver un caso
publicado por nosotros en ésta revista “línea del tiempo y fobia” donde detrás
de la fobia había un duelo no resuelto, se puede aplicar a una separación. Las
técnicas de perdón (Ruben Armendáriz), reforzar la autoestima. Resolviendo
el duelo (Andreas).
En la EMDR se considera la muerte de alguien cercano (podemos
considerar igual la separación) como algo traumático. Es un modo poderoso
de integrar una experiencia traumática. Ha demostrado ser una técnica muy
adecuada para trabajar el estrés postraumático y el estrés en general, también
para resolver un duelo no resuelto. El protocolo según S.Lazrove podría ser:
tratar la muerte o separación en si misma (los detalles de lo que ocurrió
realmente), aceptación de la muerte o separación ¿Qué necesitas retener y que
necesitas dejar ir? Hay aspectos positivos que se pueden mantener de la
relación, integrar la ausencia de ésta persona dentro de la visión de futuro
¿Como piensas que serán las cosas de ahora en adelante sin fulano? Debemos
de estar seguros que todo esta resuelto, para ello la pregunta Si tuvieras que
decirme alguna cosa que aun te perturba sobre lo que paso ¿cuál seria?.
También la hipnosis nos puede prestar un buen servicio. Para
regresionarla en el momento de los hechos, revivirlo y “solucionarlo”.

Una inducción rápida:


“Ahora que oyes mi voz y te das cuenta que estas aquí, me pregunto si
estas preparado para empezar ahora… o dentro de unos momentos… a lo
mejor tienes necesidad de cerrar los ojos, ¿Qué quieres conseguir, un trance
mediano o profundo?… Como la mayoría de personas cierras los ojos y te
relajas más y más profundo, muy bien, lo estás haciendo muy bien… ahora
puedes empezar a visualizar una casa… la casa de tus sueños… y cuando la
veas con la imaginación, puedes asentir con la cabeza… muy bien… ahora
puedes imaginar una playa, la arena, las palmeras, el cielo azul, hace muy
buena temperatura, tu te ves en la playa… y cuando lo hagas… asiente con la

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cabeza… muy bien… ahora puedes ver la luna, una luna llena… muy bien…
ahora ponle un rostro a la luna… el rostro que a ti te apetezca… muy bien
asiente con la cabeza cuando lo tengas…
Una vez puesto en trance las sugestiones pueden ser: “ahora permite que
tu cuerpo y tu mente acepten las emociones como una parte natural del
proceso, déjalas fluir hasta tu conciencia y déjalas salir de tu conciencia
fácilmente. No hay necesidad de resistirse, déjalas fluir… Perdónate a ti
mismo y perdona a tu ex pareja… siente que la compasión entra y fluye a
través de tu mente. Siente que una mayor bondad colma tu corazón, y mientras
te liberas, permite sentirte más en paz, equilibrado y más armonioso con la
vida que te rodea. Déjate llevar y libérate de toda la ira y tristeza que has
sentido. Libérate de la ira y de la tristeza, siéntelas marchar, siéntelas fluir a
través tuyo y salir de tu cuerpo. No hay necesidad de resistir. Simplemente
déjalas ir, siéntelas salir de ti, y mientras permites que esas emociones se
vayan, siente que emerge una nueva sensación de paz, de tranquilidad y de
armonía vital. Ahora tienes el valor para avanzar y dejar atrás tu pérdida.
Ahora comienza a imaginarte dejando atrás todo el dolor y trastornos. Las
personas hacen lo mejor que saben de acuerdo a las circunstancias y a la
información que tienen en estos momentos…”
Para sacarlo del trance, “ahora te prepararás para volver aquí y ahora, ha
sido una experiencia muy agradable, la próxima vez entrarás en un estado más
profundo, contaré del 5 al 0 y podrás abrir los ojos, el ejercicio se ha
terminado, gracia por tu colaboración, 5 despejado, 4 más despejado, 3 más y
más, 2 todavía más, 1 muy bien, 0 cuando quieras puedes abrir los ojos.”
Como toda crisis, nos da oportunidad de aprender y crecer como
personas una vez superada
El divorcio es un proceso largo, que no termina en el momento en que la
pareja se separa o en el momento en el que se firman los papeles. El divorcio
acaba, cuando nos recuperamos y dejamos atrás la relación de pareja, con sus
aspectos positivos y negativos.
Cuando dejamos de sufrir por lo que implica el fin de la relación y el
dolor de la separación. En el momento en que vemos hacia delante, tranquilos
y confiados.
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Mientras los sentimientos provocados por el divorcio, (la culpa, coraje,
tristeza, etc.,) siguen presentes en nuestra vida, seguimos atados a nuestra ex-
pareja.
Aunque hayamos firmado los papeles hace muchos años.
Desde el momento en que uno de los dos toma firmemente la decisión de
divorciarse, hasta la recuperación total, podemos hablar de 5 etapas, que son:
 Shock.
 Negación.
 Caos emocional.
 Aceptación intelectual.
 Recuperación.
Estas etapas no llevan un orden, ni tienen una duración promedio.
De hecho podemos de repente tener la sensación de que estamos peor o de que
estamos retrocediendo.

 Esto es normal.
Cada persona tiene su propio ritmo y sus propias necesidades emocionales.

 Respeta tu proceso.
No te compares con los demás y no te regañes cuando crees que estas
fallando o actuando mal.

 Etapa de shock.
Esta etapa se da, principalmente, cuando uno de los miembros de la pareja
quiere el divorcio y el otro no se lo espera, aunque sea una relación de
constantes conflictos.

Ante la noticia del divorcio, ya como un hecho inevitable, el dolor puede


ser tan intenso que la mente, como una manera de protegerse y prepararse para
enfrentar el dolor, mantiene a la persona en un estado de insensibilidad.

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La persona está como en trance, aturdido o anestesiado emocionalmente y
nada le parece real.
Esta situación puede durar unas horas, días o incluso un par de semanas.
 Negación.

Cuando se empieza a tomar consciencia de la realidad, la tendencia es a


negarla o a quitarle importancia.
Es una actitud automática, no conciente.
La finalidad de nuestra mente es similar a la de la etapa anterior.

Podemos tener pensamientos como:


 "En estos momentos está enojado, pero se le va a pasar".
 "Lo dice para asustarme". Etc.
La negación puede alternarse con momentos en los que nos sentimos fuera
de control, no entendemos lo que sucede, etc.
Podemos empezar a tener problemas de insomnio, memoria, concentración
y se alteran nuestros hábitos alimenticios (comemos demasiado o dejamos
de comer).

Esta etapa es variable en su duración, pero poco a poco empezamos a


aceptar que el divorcio es definitivo.

 Caos emocional.

A medida que vamos aceptando que nuestro matrimonio ya se terminó,


empezamos a tomar consciencia de todo lo que significa:
Reconocemos la pérdida de:
La relación y de lo que implica estar casado, nuestros sueños, los buenos
tiempos que compartimos, etc.

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Cambios en nuestra situación: económica, social, familiar, etc.
Esta situación provoca diferentes emociones muy intensas, que pueden
durar días o semanas o que pueden cambiar rápidamente, provocando que, en
un mismo día, pasemos de una a otra rápidamente.
Aunque estos cambios repentinos y la falta de control emocional puede
angustiarnos, es normal.
Así, sentimos:
Coraje o ira contra nuestra pareja por el sufrimiento que nos está
causando o por no haber evitado la ruptura y contra nosotros mismos, por no
habernos dado cuenta de lo que iba a suceder o no haberlo impedido.
Tristeza o depresión, por todo lo que perdimos.
Miedo o angustia, ante: un futuro desconocido y difícil, los problemas
que vamos a tener que resolver, la soledad, el rechazo o la crítica de la gente,
etc.

Culpa, por haber hecho ciertas cosas o no haberlas llevado a cabo y por
el dolor que viven los hijos y otros familiares.
Vergüenza, por haber "fallado" ante nuestras propias expectativas y las de la
sociedad.

Alegría, porque ya se acabaron los gritos, insultos o conflictos. Etc.


No existe un orden lógico para la aparición, intensidad y duración de las
emociones.
Cada una puede durar horas, días, semanas o meses y en un mismo día
podemos estar, por ejemplo, enojados, tristes, contentos y otra vez enojados.
Esta falta de control y estabilidad emocional es normal.
Sentimos que no podemos confiar en nuestros sentimientos.
Cualquier cosa que vemos, oímos, olemos, pensamos, etc., puede
disparar una emoción muy intensa, que quizás no sabemos ni de dónde vino.

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 Aceptación intelectual.
Poco a poco empezamos a aceptar y a entender lo que está pasando.
Podemos dar o darnos diferentes explicaciones o justificaciones sobre los
diferentes aspectos y personas relacionados con lo que estamos viviendo.
Nuestro mundo empieza a estructurarse y a tener un poco de lógica. Sin
embargo, seguimos sintiéndonos mal.
Quizás nuestras emociones son menos intensas o tenemos periodos de
tranquilidad y bienestar, pero algunas emociones siguen dominando parte de
nuestra vida.
Muchas de las decisiones que empezamos a tomar, están basadas en
dichas emociones.

Pero por lo menos empezamos a organizar nuestra vida.


Tenemos que tener mucho cuidado al respecto, porque las decisiones
emocionales, con frecuencia pueden dar malos resultados.
Por ejemplo, muchas de nuestras conductas pueden tener como finalidad
perjudicar o molestar a nuestra ex-pareja, sin darnos cuenta de que a la larga,
pueden tener resultados negativos para nosotros.
Es importante recordar que las emociones y los pensamientos no siempre
van en la misma dirección.
Esta incongruencia podemos verla en las siguientes palabras: "mi cabeza
dice una cosa, pero mi corazón me dice todo lo contrario".

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BIBLIOGRAFÍA

1. https://diarioeditorial.wordpress.com/2009/10/28/crisis-por-divorcio-
trastornos-y-sintomas/
2. http://www.crecimiento-y-bienestar-emocional.com/etapas-
emocionales.html
3. http://primerofamilia.com/como-afecta-el-divorcio-en-el-nucleo-
familiar/
4. CLAP, OPS y OMS. (2001). Ayudando a crecer: Material de Apoyo
para la Promoción,
5. Protección y Vigilancia de la Salud del Niño. (s.l.): CLAP, OPS y OMS.
6. Fernández Liria, A. y Rodríguez Vega, B. (2002). Intervención en crisis.
España: Editorial Síntesis.
7. Golan, N. (1978). Tratamiento en intervención en crisis. [Traducción
realizada por M.T.S. Rita Córdoba Campos]. (s.l.): (s.e.).
8. Hudson, W. y Weiner –Davis, M. (1989). En busca de soluciones: un
nuevo enfoque en psicoterapia. España: Editorial Paidós.

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