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Aplicación de instrumentos derivados para la gestión del riesgo en el sector agrícola

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El sector agrícola tiene una importancia inigualable en todos los países, sin cosechas no

es posible alimentar a la población ni al ganado, es por ello que es de vital importancia en todos

los países como fuente principal de alimentación en todos los hogares. No obstante la

especulación, el clima y diversos factores hacen que su necesidad sea financiada y

comercializada de manera no directa y sus precios se eleven superiormente a su precio de

cosecha. El presente ensayo tiene por objetivo consolidar la hipótesis de que el sector agrícola es

muy importante para los mercados financieros y por lo tanto crean derivados financieros

específicos para este sector.

Un instrumento derivado es un instrumento de tipo financiero cuyo valor en el mercado

financiero, depende del precio de otro activo en cuestión, este activo es llamado activo

subyacente. Los activos subyacentes son de amplia gama, y dependen del bróker comercializarlo

o no, sin embargo si este activo subyacente es requerido en otros mercados, el bróker se

encargará de comercializarlo sin importarle su índole o uso. Se pueden nombrar entre los más

importantes los activos físicos, activos financieros, tasas de interés e índices económicos y

financieros (Lobos, 2007).

La entelequia en derivados financieros rurales tiene inmediatamente una larga historia.

Una de las primeras leyendas de los derivados financieros puede dialogar en la Política de

Aristóteles. Aristóteles habla de Tales de Mileto, un filósofo gremial que se cansó de que su
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burlasen de su carencia. Sus estudios de meteorología le llevaron a predecir una genial cosecha

de aceitunas para ese año, de estilo que contrató todas las cuevas de Ceos y Mileto para la fase

igual. Los caseros de las almazaras estaban gozosos de venderle esos derechos a cambio de

efectivo al contado. Cuando la recolección se materializó, de acuerdo con sus profecías, Tales

ejerció su “opción” y se convirtió en un varón bastante rico, demostrando así que “los filósofos

pueden ser ricos si así lo desean, empero que la exuberancia no es el fin de su búsqueda (DE-

SCHUTTER, 2010).

La especulación tradicional en los establecimientos de materias primas agrícolas se base

en el funcionamiento sustancial del mercado, sobre todo en la proposición y el memorial

respecto de cualquier producto central. Los mayoristas siempre compran toda la cosecha porque

prevén el aumento de precio del bien agrícola. Los agricultores le venden la opción de compra

porque se estaban protegiendo frente al albur de que la recolección del subyacente no fuera

buena (Marquina, 2013).

Esta forma de pensamiento en general se considera necesaria y útil en el mercado: facilita

la protección comercial frente al derramamiento de cosechas no compradas, y permite descifrar

importes, internacionales para determinar precios globalizados a fin de satisfacer demandas

insatisfechas. Al nutrir a los agricultores y los compradores a agenciárselas el coste natural de

determinado producto principal en las compras personales y en los mercados de adjudicación

inmediata, les dan la opción de calcular sus presupuestos actuales y futuros, a fin de continuar

sembrando y cosechando (Fernández, Pérez-Caballero, Luengas, & Magallón, 2012).

Un índice de materias primas, en buen cristiano, es un valor numérico cimentado

principalmente en el rendimiento de cierta elección de futuros de materias primas agrícolas de

primera necesidad. El más célebre es el S&p Gsci, con anterioridad conocido como Goldman
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Sachs Commodities Index, suscitado por Goldman Sachs en 1991. La estructura de la canasta de

futures de materias primas varía de un índice a otro, empero, las materias primas agrícolas no

suelen habituar la gran masa de los artículos básicos incluidos esta canasta de materias primas

agrícolas. Por ejemplo, los productos agrícolas cardinales solamente representan el 12,2% del

valor del S&P (Molina & Victorero, 2015).

Los índices de materias primas propiamente dichos forman la base de diversos

instrumentos como los fondos de índices de materias primas, los fondos de inversión en artículos

básicos cotizados (ETF), y los canjes de índices de artículos fundamentales (swaps), que son

compras a futuro y la venta en ese mismo instante final, y viceversa. Por ejemplo, un fondo de

índices de materias primas agrícolas es un gran monto de efectivo gestionado por un operador o

bróker especializado, que lo utiliza para gastar los futures que forman la canasta de que consta

determinado índice de materias primas agrícolas (Ortiz-Arangoa & Montiel-Guzmán, 2016).

Si el comprador está dispuesto a rendir o pagar un importe más alto que antaño por un

futuro, ello significa que prevé que el coste del producto aumentará con el lapso de tiempo. Así,

si el valor de los futuros de las materias primas agrícolas sube, los mayoristas lo entienden como

una señal para agrandar sus importes. En ámbito, los valores de los futuros de granos de la Bolsa

Mercantil suelen adherirse bruscamente a los entendimientos de trata de comercialización de

trigo, arroz y maíz, en todo el universo, los cuales son los 3 productos agrícolas de primera

necesidad que son de mayor comercialización en los mercado bursátiles, adicionalmente se

comercializa la soya y el azúcar (Rondinone & Thomasz, 2016).

Además, en general se da por sentado que esa especulación reduce la volatilidad de los

costes, pues los especuladores proporcionan un mercado a los operadores en cobertura, y porque

compran cuando los importes son bajos y venden cuando los costes son altos, compensando con
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ello los extremos de precios. Naturalmente, esa especulación no carece de inconvenientes

(Gomez, 2009).

En la mitigación del riesgo de la Unión Europea, para contrarrestar los efectos de la gran

recesión, inclusive la explosión financiera de 2007-2008 no se empezó a creer en los derivados

OTC Over The Counter, el cual es un mercado extrabursátil o una especie de mercado paralelo,

entre 2 partes. El comisario Michel Barnier impulsó el enjuiciamiento, considerando vociferante

la usura con artículos agrícolas, y, el 15 de septiembre de 2010, la Comisión presentó unas

proposiciones sobre nitidez en las ventas a transitorio vencimiento y swaps de quebrantamiento

de empréstito, así como sobre la regulación de los establecimientos de derivados OTC, sin

embargo no todas las adquisiciones de derivados quedaban reguladas y no prohibían la excesiva

meditación sobre los alimentos comercializados en estas bolsas (Marquina, 2013).

Las consecuencias de la especulación con derivados financieros en la rama alimentaria se

han entonado poco a poco clarificando. En un primer instante se enfatiza la subida de importes

agrícolas de 2007-2008, las explosiones financieras y económicas, y sus bienes sobre millones de

habitantes. Para la FAO solo en 2008, 40 millones de habitantes entraron en la clase de personas

hambrientas en extrema pobreza, principalmente en función a los altos costes de los alimentos,

pasando el número de personas infra-alimentadas de 927 millones en el 2007, a 963 millones en

el 2008 (DE-SCHUTTER, 2010).

Posteriormente, la subida del coste de los alimentos y su volatilidad se explicará desde

buen parte de disposiciones internacionales, enfatizando los agobios de la oferta y la demanda,

no encontrando pruebas de golpe representativo de la usura financiera. Otros aprendizajes

pondrán desde el inicio el dedo en la tumefacción en el borde financiero, enfatizando la excesiva

utopía de ganar dinero a costa de la necesidad del subyacente alimenticio, y la desregulación


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real, señalando que los factores que afectaban a la oferta y la demanda no podían raciocinar por

sí solos, debido a la exagerada volatilidad y la subida de los costes, lo cual a veces era muy

difícil de creer (Marquina, 2013).

No obstante, no todo es malo en los derivados financieros para el sector agrícola, los

Commodities mencionados, trigo, arroz, maíz, tienen una exposición positiva a “eventos”

desastrosos debido a fenómenos naturales imposibles de contener o predecir. Por tanto, las

guerras o conflictos civiles de cada región o nación, las heladas que congelan las cosechas en los

crudos inviernos, inundaciones por aumentos de lluvias, a veces debidas a tormentas, huracanes,

corrientes marinas, etc., tienden a reducir la oferta de materias primas agrícolas y, por ende se

experimentan variaciones de precio a la alza, ante tal incertidumbre, se crean los forwards,

opciones y futures de estas materias primas agrícolas de primera necesidad (Gomez, 2009).

Los precios del maíz, trigo y etanol van a seguir a la alza, debido a varios factores por

ejemplo tenemos que los Estados Unidos continuarán con el aumento anual del porcentaje de la

producción de maíz destinado para la producción de Etanol, como bio combustible. Por tanto, el

precio del maíz destinado a la alimentación se verá incrementado, por la redistribución de este

commoditie para combustible en vez de su uso natural alimenticio. Adicionalmente se estimas

que para 2017 cerca del 80% del maíz cultivado se destine a producir etanol, lo cual dejará

insatisfecho al gran incremento de demanda en China e India, por su incremento natural de

población y poder adquisitivo (Fernández, Pérez-Caballero, Luengas, & Magallón, 2012).

Por otra parte el precio del maíz tenderá a aumentar a largo plazo, ante ello los Estados

Unidos buscarán reducir su dependencia a las importaciones de Etanol, por lo tanto ante estas

subidas y bajadas los importadores de estos commodities deberán están preparados con su

financiación con derivados financieros que comercialicen estos subyacentes (Gomez, 2009).
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Concluimos que el acercamiento a los mercados de futuros de materias primas agrícolas,

debería restringirse en la medida de lo asequible a inversores y agentes autorizados y corridos

que estén genuinamente atosigados por los artículos agrícolas subyacentes, la especulación solo

tiene un motivo, el enriquecimiento desmedido sin medir las consecuencias de los países más

pobres del mundo, donde un comercio agrícola repercute por un mundo globalizado donde

vivimos, haciendo que productos que normalmente son extraídos en el país in situ, tengan

precios exorbitantes sin razón alguna para su incremento desmedido.


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Referencias

DE-SCHUTTER, O. (2010). Especulación con alimentos básicos y crisis de los precios de los

alimentos. Ginebra: Oficina de Alto Comisionado Derechos Humanos. Recuperado de

http://www.ohchr.org/Documents/Issues/Food/BN2_SRRTF_Speculation_SPANISH.pdf

Fernández, V., Pérez-Caballero, A., Luengas, P., & Magallón, X. (2012). Commodities agrícolas

y biocombustibles. Barcelona: Universitat Pompeu Fabra. Recuperado de

http://www.barcelonaschoolofmanagement.upf.edu/documents/Tesina-Commodities-

agricolas-y-biocombustibles.pdf.

Gomez, V. (2009). LOS DERIVADOS COMO INSTRUMENTOS DE COMERCIALIZACIÓN Y

FINANCIAMIENTO DEL SECTOR AGROPECUARIO DENTRO DEL MARCO DE LA

BOLSA NACIONAL AGROPECUARIA EN COLOMBIA. Bogota: PONTIFICIA

UNIVERSIDAD JAVERIANA . Recuperado de

https://repository.javeriana.edu.co/bitstream/handle/10554/9348/tesis434.pdf?sequence=1

Lobos, G. (2007). INSTRUMENTOS PÚBLICOS PARA LA GESTIÓN DE LOS RIESGOS. Talca:

Universidad de Talca. REcpuerado de

http://mggp.utalca.cl/docs/Puntos_1_2_3_Programa.pdf.

Marquina, A. (2013). LOS DERIVADOS FINANCIEROS, SU IMPACTO EN LA

SEGURIDAD ALIMENTARIA Y LOS INTENTOS DE REGULACIÓN. UNISCI

Discussion Papers, Nº 31 , 149-170. Recuperado de

https://revistas.ucm.es/index.php/UNIS/article/viewFile/44761/42198.
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Molina, E., & Victorero, E. (2015). La agricultura en países subdesarrollados. Particularidades

de su financiamiento. La Habana: CLACSO. Recuperado de

http://biblioteca.clacso.edu.ar/Cuba/ciei-

uh/20150908010537/Financiamientoagricultura.pdf.

Ortiz-Arangoa, F., & Montiel-Guzmán, A. (2016). Transmisión de precios futuros de maíz del

ChicagoBoard of Trade al mercado spot mexicano: un análisis con volatilidad estocástica

multivariantedurante el periodo 2007 a 2012. Contaduría y Administración, 1.17.

http://dx.doi.org/10.1016/j.cya.2016.01.004.

Rondinone, G., & Thomasz, E. (2016). Financiarización de commodities: la incidencia de la tasa

de interés en el precio del frijol de soya durante el periodo 1990-2014. Análisis

Económico Núm. 77, vol. XXXI, 53-83.

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