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INTRODUCCIÓN

En el presente trabajo, tendremos una idea de lo importante que es el cerebro el


centro de control del cuerpo. La base fundamental para controlar los pensamientos,
la memoria, el habla y los movimientos, recibir la información del ambiente atreves
de los órganos sensoriales o receptores, Integrar la información recibida con
experiencias pasadas, efectúa conexiones con la información nueva que recibe
dando como resultado: ideas, conceptos, creaciones artísticas, técnicas y sociales.
El cerebro nunca descansa esta activo mientras hablamos, pensamos,
solucionamos problemas, recordamos y recibimos estímulos que provoquen actos
voluntarios; este regula la función de muchos órganos. Cuando el cerebro está sano,
funciona de forma rápida y automática. Sin embargo, cuando ocurren problemas,
los resultados pueden ser devastadores.
A continuación, se dará a conocer más ampliamente todo lo relacionado al
cerebro.
¿Qué es el cerebro?
El cerebro es un órgano complejo que forma parte del Sistema Nervioso Central
(SNC) y que constituye la parte más voluminosa y conocida del encéfalo. Está
situado en la parte anterior y superior de la cavidad craneal y está presente en todos
los vertebrados. Dentro del cráneo, el cerebro flota en un líquido transparente,
llamado líquido cefalorraquídeo, que cumple funciones de protección, tanto físicas
como inmunológicas.

Características del cerebro humano


 En el cerebro humano, el córtex cerebral es uno de los más evolucionados y
complejos que existen. No solo tiene el tamaño más grande que otras
especies, sino que también se enrolla y se pliega sobre sí misma más veces
formando circunvoluciones y surcos que le dan esa apariencia arrugada tan
característica.
 El encéfalo humano tiene un peso de alrededor 1.4-1-5 kilos y un volumen
que está en torno a 1130 cc en mujeres y 1260 cc en hombres.
 El cerebro (y la médula espinal) están recubiertas por unas membranas,
llamadas meninges, que lo protegen de los golpes contra el cráneo.
 Para más protección el cerebro “flota” en el líquido cerebroespinal.
 Se estima que el cerebro humano está compuesto por más de 100 billones
de células nerviosas, mayoritariamente células gliales y neuronas.
Partes del cerebro

Todos los animales vertebrados tienen cerebro, y éste está compuesto por las
siguientes partes:

 El cerebro, formado por estructuras corticales y subcorticales. Las estructuras


corticales o corteza cerebral se dividen en distintos lóbulos: frontal (A), parietal
(B), cingulado (C), occipital (D), temporal e insular (estos dos quedan ocultos en
la imagen). Además, estos lóbulos están divididos por la mitad en dos
hemisferios: el derecho y el izquierdo. Las estructuras subcorticales hacen
referencia a aquellas que quedan bajo la corteza cerebral, como el cuerpo calloso
(1) que une los dos hemisferios, el tálamo (2), los ganglios basales,
amígdala, hipocampo y cuerpos mamilares (6). El cerebro es el encargado de
integrar toda la información recibida por los órganos sensoriales y organizar una
respuesta. Controla las funciones motoras, emocionales y todas las funciones
cognitivas superiores: razonamiento, expresión emocional, memoria,
aprendizaje…
 Cerebelo (10): Es el segundo órgano más grande del encéfalo, y está
involucrado en el control postural y del movimiento principalmente, aunque
también realiza algunas funciones cognitivas.
 Hipotálamo (4) y glándula pituitaria o hipófisis (5), responsables de las
funciones viscerales como la regulación de la temperatura corporal y
comportamientos básicos como la alimentación, la respuesta sexual, la búsqueda
de placer, la respuesta agresiva…
 La Glándula Pineal (11): Es la que se encarga (entre otras funciones viscerales)
de sincronizar la liberación de la hormona de melatonina y regular los ciclos de
sueño/vigilia, para lo cual se coordina con el quiasma óptico (3).
 El tronco cerebral: constituido por la médula espinal (9), el bulbo raquídeo (8),
la protuberancia (7) y el mesencéfalo. El tronco controla las funciones
automáticas como la presión sanguínea o los latidos del corazón, los movimientos
límbicos y funciones viscerales como la digestión o la micción.
Funciones
El cerebro procesa la información sensorial, tanto la visual como la táctil, auditiva y
olfatoria. Las áreas motoras controlan y coordinan el movimiento, mientras que las
áreas de asociación son las responsables de funciones complejas como la memoria
y el razonamiento. Los ganglios basales actúan en la coordinación del movimiento,
mientras que el sistema límbico es responsable de las respuestas emocionales.
Aunque ciertas zonas del cerebro se encargan de determinadas funciones, se trata
de un sistema con alto grado de integración que se relaciona además con otras
partes del encéfalo como el cerebelo encargado de coordinar secuencias complejas
de movimientos iniciados por las áreas motoras y el tronco del encéfalo.
Función motora
La función motora del cerebro se lleva a cabo principalmente a través de la vía
piramidal o corticoespinal, un grupo de fibras nerviosas que parten de neuronas
situadas en la corteza motora primaria situada en la parte posterior del lóbulo frontal
y terminan en la asta anterior de la médula espinal, donde enlazan con una segunda
neurona de la que parten axones que confluyen en los diferentes nervios motores
que hacen posible el control voluntario de la musculatura de todo el cuerpo. La vía
piramidal se cruza en la base del tronco del cerebro, en la llamada decusación de
las pirámides, de tal forma que las fibras provenientes del hemisferio cerebral
derecho controlan los músculos de la mitad izquierda y las del hemisferio cerebral
izquierdo la mitad derecha. Esta vía es de gran importancia pues es la que permite
realizar los movimientos necesarios para la mayor parte de las funciones vitales,
entre ellas desplazarse, hablar, masticar, etc. Si se lesiona la vía piramidal se
produce parálisis de los músculos correspondientes

Percepción del dolor


El dolor se define como una experiencia sensorial y emocional desagradable
relacionada con un daño tisular real o potencial. Tiene la función de aviso o
advertencia para informar de un peligro que se debe evitar, previniendo de esta
forma lesiones más graves.
La sensación de dolor se inicia en determinados receptores situados en los tejidos
que reciben el nombre de nociceptores y son sensibles al daño tisular. Los impulsos
nerviosos generados por estos receptores llegan a través de los nervios sensitivos
hasta la asta posterior de la médula espinal, desde donde suben a través de un haz
de fibras nerviosas llamado espino talámico hasta alcanzar el encéfalo. Llegan
primero a la región del tálamo, desde donde alcanzan la corteza sensitiva del lóbulo
temporal que es donde la señal se procesa y la sensación de dolor se hace
consciente.

Capacidades cognitivas
En los lóbulos parietales se desarrolla el sistema emocional y el sistema valorativo.
El sistema emocional –aunque compromete a todo el cerebro, y en
retroalimentación, a todo el cuerpo del individuo– se ubica principalmente en el área
bastante arcaica llamada sistema límbico, dentro del sistema límbico las dos
amígdalas cerebrales, se focalizan las emociones básicas (temor, agresión, placer)
que tenemos y que damos cuando algo o alguien interfiere en la actividad que esté
haciendo en el exterior. Por otra parte está el sistema valorativo, este es la relación
que existe entre los lóbulos prefrontales (que como su nombre lo indica está atrás
de la frente) y las amígdalas cerebrales, esa relación "física" se llama hipocampo.
Cerebro y lenguaje
La gran mayoría de los procesos que permiten el lenguaje se llevan a cabo en
diferentes áreas de asociación. Existen dos áreas bien identificadas, las cuales son
consideradas vitales para la comunicación humana: el área de Wernicke y el área
de Broca. Estas áreas están localizadas en el hemisferio dominante (que es el
izquierdo en el 97% de las personas) y son consideradas las más importantes en
cuanto a procesamiento de lenguaje. Esta es la razón por la cual el lenguaje es
considerado como una función lateralizada.24 Sin embargo, el hemisferio no
dominante también participa en el lenguaje, aunque existen cuestionamientos
acerca del nivel de participación de las áreas localizadas en dicho hemisferio.
El área de Wernicke, se conoce así en honor al neurólogo que la describió por
primera vez. Está especialmente desarrollada en el hemisferio dominante para el
lenguaje, que, generalmente suele ser el lado izquierdo. El desarrollo de esta área
permite alcanzar niveles altos de comprensión y procesar la mayor parte de las
funciones intelectuales del cerebro. Se encarga de la decodificación de lo oído y de
la preparación de posibles respuestas. Es importante para la comprensión de
palabras y en los discursos significativos.
Da paso después al área de Broca, también conocida como el área motora de las
palabras, que se conecta con el área de Wernicke mediante el fascículo longitudinal
superior. Se ubica en la corteza prefrontal, en la parte anterior de la porción inferior
de la corteza motora primaria, cercana a la fisura lateral (FL). En la mayoría de los
casos, es dominante en el lado izquierdo del cerebro. Su función es permitir la
realización de los patrones motores para la expresión de las palabras, articulando
el lenguaje hablado y también el escrito. Es la responsable de la formación de las
palabras en la que se activa el accionamiento de los músculos fonadores, es decir
laríngeos, respiratorios y de la boca, para asegurar la producción de sonidos
articulados, lo que tiene lugar en el área motora primaria, de donde parten las
órdenes a los músculos fonadores. Además se conecta con el área motora
suplementaria, que tiene relación con la iniciación del habla.
Desarrollo del cerebro humano
El desarrollo del cerebro humano empieza en la etapa embrionaria y termina en la
juventud. Con tan solo 4 semanas después de la concepción se empieza a formar
el tubo neural a raíz del cual surgirán el cerebro y la medula espinal. A partir de ahí,
empieza un proceso vertiginoso donde se dan los procesos de proliferación,
migración y diferenciación celular que darán lugar a la formación y desarrollo del
cerebro. Las neuronas se producen en el tubo neural y luego emigran para formar
las partes importantes del cerebro, por último se diferencian y especializan en la
función que vayan a tener.
Se calcula que en la etapa pre-natal pueden llegar a producirse hasta 250000
células cerebrales por minuto. De hecho, en el momento de nacer, el cerebro del
bebé ya contiene todas las células nerviosas que va a necesitar, sin embargo, no
están conectadas. Durante los dos primeros años, se empiezan a establecer estas
conexiones mediadas por un componente genético, pero sobre todo por la
interacción con el entorno y por los estímulos que van recibiendo. Los procesos de
mielinización (proceso en el que se recubre las fibras neurales con una capa aislante
de grasa que facilita la transferencia de información) facilitan a que esto suceda más
rápido, y son los responsables del aumento de tamaño del encéfalo.
De los 0-12 meses: Los bebés solo tienen desarrollados la médula espinal y el
tronco encefálico, por eso solo responden a estímulos reflejos y a funciones básicas
de la supervivencia como dormir, comer o llorar. A medida que se relacionan con su
entorno, van estableciendo nuevas conexiones y aprenden rápidamente cosas
como dirigir la mirada, repetir consonantes, comprender el lenguaje…
Hacía los 3 años: su cerebro ya ocupa casi el 80% del tamaño que tendrá de
adultos, y el sistema límbico y el córtex cerebral están bastante desarrollados. Esto
permite a los niños expresar y reconocer emociones, jugar, empezar a contar y
hablar. Por eso, se considera que, hasta esta edad, el cerebro tiene su máxima
capacidad de plasticidad cerebral, hasta el punto que si un área se dañara,
probablemente otra podría asumir sus funcionalidades (ya que todavía no está
especializada del todo).
El cerebro no se termina de desarrollar hasta pasada la juventud: La zona que tarda
más en madurar son los lóbulos frontales especializados en el control de la
conducta, el razonamiento, la resolución de problemas, etc.
Sin embargo, aun cuando la maduración cerebral se acabe en la juventud, en el
cerebro siguen produciéndose procesos de neurogénesis (creación de neuronas
nuevas) y se pueden establecer nuevas conexiones cerebrales a través del
entrenamiento y el reforzamiento de las conexiones neuronales. Esto es la base de
la plasticidad cerebral.
Las neuronas

Son células especializadas en recibir, procesar y transmitir información, a nivel


intercelular como intracelular. Lo hacen mediante señales electroquímicas
(impulsos nerviosos) llamados potencial de acción. Estructuralmente, las neuronas
tienen los mismos elementos citoplasmáticos y la misma información genética que
el resto de células del organismo. Las neuronas están formadas por tres partes:
Cuerpo o soma (6): es la parte principal de la célula, la que contiene el núcleo (con
el ADN), el retículo endoplasmático y los ribosomas (producen proteínas) y las
mitocondrias (generan energía). En el soma se realizan la mayoría de funciones
metabólicas de la célula. Si se muere el soma, se muere la célula.
Axones (3): es una prolongación que sale del soma celular, es una especie de
“cable”, en cuyo final existen unos botones terminales o varicosidades (2) que son
los puntos de contacto sináptico (5), a través de los cuales se transmite el impulso
nervioso (elemento pre-sináptico). La longitud de los axones puede variar mucho de
neurona a neurona: los hay desde muy cortos (menos de 1mm) hasta los más largos
(más de un metro, que suelen ser de nervios periféricos como los de las
motoneuronas). Algunos axones (sobre todo los de las neuronas motoras y
sensoriales) están recubiertos por una capa de mielina (4) que agiliza, y facilita, la
transmisión de información. Cuanta más mielina contenga el axón, con más fuerza
llegará el impulso nervioso. Las neuronas que más mielina tienen son las periféricas
(neuronas sensoriales y motoras) que son en las que la información tiene que
recorrer caminos más largos.
Dendritas (1): son unas terminaciones nerviosas que salen del soma celular que
se ramifican en forma de árbol. Las dendritas constituyen el componente principal
de recepción de información (elemento postsináptico) y son las que posibilitan la
comunicación entre dos neuronas.
Enfermedades del cerebro

Existen una gran cantidad de factores que pueden alterar la morfología y


funcionamiento del cerebro humano a lo largo del ciclo vital. A grandes rasgos,
podemos clasificar las enfermedades del cerebro en diferentes categorías, en
función de su causa.

1. Enfermedades y alteraciones genéticas


Algunos trastornos y enfermedades cerebrales son causadas por factores genéticos
que alteran el funcionamiento y morfología de este órgano. Determinadas
mutaciones en algún gen generan un funcionamiento anómalo del organismo,
afectando en este caso al cerebro de determinadas maneras. Este tipo de
enfermedades del cerebro suelen manifestarse en etapas tempranas del desarrollo
sea durante el desarrollo fetal o durante la infancia del individuo, si bien en algunos
casos los síntomas pueden aparecer en la edad adulta.
En este sentido podemos encontrar alteraciones como el síndrome de X frágil, el
síndrome de Down o alteraciones de la migración neuronal que pueden terminar
generando trastornos mentales importantes.
Otro trastorno genético lo encontramos en la corea de Huntington, enfermedad
genética y neurodegenerativa caracterizada por la presencia de movimientos no
voluntarios en forma de giros y torsiones y por cambios de personalidad y la
progresiva pérdida de funciones ejecutivas.

2. Enfermedades metabólicas
La existencia de enfermedades metabólicas pueden provocar graves daños en el
cerebro si no son tratadas, al privar al encéfalo de elementos necesarios para su
desarrollo.
Un ejemplo de este tipo de enfermedades cerebrales lo encontramos en la
fenilcetonuria, la cual es un trastorno metabólico que provoca la ausencia de la
enzima fenilalanina hidroxilasa que a su vez impide que se metabolice la tirosina a
partir de la fenilalanina, haciendo que este se acumule de manera tóxica para el
sistema nervioso. También la diabetes puede provocar problemas a nivel cerebral,
al precisar el cerebro de glucosa para su correcto funcionamiento.
3. Enfermedades y accidentes cerebrovasculares
La red de vasos sanguíneos que irriga el cerebro y le aporta el oxígeno y los
nutrientes necesarios para su supervivencia es otro de los elementos que puede ser
alterado por diferentes enfermedades. Su mal funcionamiento puede provocar la
muerte de áreas cerebrales más o menos grandes según el tipo de vasos afectados
y su localización, sea por anoxia o por asfixia producida por derrames.
Si bien no son propiamente enfermedades sino más bien el resultado de éstas, los
accidentes cerebrovasculares son de hecho una de las causas de muerte más
comunes, estemos hablando de un ictus o un derrame cerebral.
Trastornos como las angiopatías, la presencia de aneurismas o incluso alteraciones
metabólicas como la diabetes pueden provocar el debilitamiento o la excesiva
rigidez de los vasos, que pueden romperse o taponarse.

4. Enfermedades cerebrales producidas por una infección


La presencia de infecciones en el cerebro puede causar que este deje de funcionar
correctamente debido a que se inflame y se vea comprimido contra el cráneo, deje
de recibir las sustancias que precisa para sobrevivir, que aumente la presión
intracraneal o bien que se vea afectado por sustancias nocivas que alteren su
funcionamiento o produzcan muerte neuronal.
Uno de los trastornos más conocidos es la encefalitis o inflamación del encéfalo, en
la que éste se inflama y se producen síntomas como fiebre, irritabilidad, malestar,
cansancio, debilidad, convulsiones o incluso la muerte. Otro problema semejante es
la meningitis o inflamación de las meninges que rodean al encéfalo.
Al margen de ello, algunos virus, como el de la rabia, o la invasión de algunos
parásitos también pueden generar enfermedades severas. Otras infecciones que
pueden alterar el funcionamiento del cerebro son la infección por sífilis o por VIH.
Existen también enfermedades como la de Creutzfeldt-Jakob o enfermedad por
priones, que surge por una infección causada por priones o proteínas sin ácido
nucleico y que provocan demencia.

5. Tumores cerebrales
Podemos considerar como tumor a aquel crecimiento incontrolado y expansivo de
los tejidos de alguna parte del organismo, los cuales pueden ser benignos o
malignos y causar una gran variedad de síntomas en función de la zona afectada.
Pero aún si no estamos ante un cáncer, un tumor cerebral puede suponer un grave
riesgo para la supervivencia, pues provoca la compresión del cerebro contra el
cráneo.
Existen una gran cantidad de tumores cerebrales según el tipo de célula de la cual
surja el tumor y de su grado de malignidad, como por ejemplo los astrocitomas, los
oligoastrocitomas, los ependimomas o los glioblastomas.

7. Enfermedades neurodegenerativas
Muchas de las enfermedades anteriores pueden solucionarse con el debido
tratamiento o bien provocan una alteración que, si bien puede o no limitar el resto
de la vida y la evolución del paciente, mantiene unos efectos concretos que no
evolucionan a peor. Sin embargo, existen múltiples enfermedades que provocan un
progresivo deterioro y muerte neuronal, con lo que el individuo va perdiendo
capacidades poco a poco hasta su deceso. Se trata de las enfermedades
neurodegenerativas.
Dentro de este tipo de enfermedades las más conocidas son las que se engloban
dentro del conjunto de las demencias, como el Alzheimer, o enfermedades que las
provocan como el Parkinson, o las anteriormente citadas corea de Huntington y
enfermedad de Creutzfeldt-Jakob.
Al margen de éstas también pueden observarse otras enfermedades como la
esclerosis múltiple y la lateral amiotrófica, si bien estas no afectan solo al cerebro
sino también el conjunto del sistema nervioso.

8. Traumatismos
Si bien los traumatismos craneoencefálicos no son una enfermedad cerebral en sí,
pueden causarla con extrema facilidad tanto por las consecuencias del golpe en
cuestión como por el contragolpe de la parte opuesta del cerebro al rebotar contra
el cráneo.
Se pueden generar derrames cerebrales con gran facilidad, así como infecciones y
otros tipos de daños. Por ejemplo, pueden romperse las conexiones nerviosas del
cuerpo calloso entre los dos hemisferios cerebrales, o producirse daños cerebrales
difusos. También se puede generar la hipersensibilización de algunos grupos de
neuronas y generar epilepsia.

9. Enfermedades producidas por el consumo de sustancias


Otras enfermedades del cerebro pueden provenir del consumo abusivo o de la
abstinencia de ciertas sustancias, las cuales alteran el funcionamiento habitual del
cerebro o destruyen neuronas de determinadas partes del organismo. Es lo que
ocurre por ejemplo con el alcohol o determinadas drogas como la cocaína o la
heroína.
Por ejemplo. podemos observar trastornos como el delirium tremens o el síndrome
de Wernicke-Korsakoff (la cual empieza en primer lugar por una encefalopatía en la
que el sujeto tiene alteraciones de conciencia, alucinaciones, temblores para a
continuación pasar al síndrome de Korsakoff en la que el paciente presenta amnesia
retrógrada y anterógrada entre otras alteraciones cognitivas).
Al margen del consumo y la adicción a estas sustancias, también podemos
encontrar otros tipos de trastornos como los producidos por intoxicaciones
alimentarias o el envenenamiento por plomo.

10. Malformaciones
La presencia de malformaciones congénitas o adquiridas en el cerebro o en el
cráneo pueden suponer alteraciones severas del funcionamiento cerebral,
especialmente cuando se dan durante la etapa de crecimiento al dificultar el
desarrollo normativo del encéfalo.
Algunos ejemplos que destacan dentro de este tipo de enfermedades del cerebro
son la hidrocefalia, la anencefalia, la microcefalia o la enfermedad de Crouzon.

11. Epilepsia
La epilepsia es una enfermedad cerebral que se produce debido a un
funcionamiento desequilibrado de grupos neuronales, los cuales se encuentran
hipersensibilizados y reaccionan de manera anómala a la estimulación.
Ello provoca que el sujeto manifieste alteraciones como crisis comiciales, pérdida
de conciencia repentina, malestar, dificultades de memoria, anomia o alteraciones
en las funciones ejecutivas.
Este trastorno puede causarse por una gran cantidad de trastornos y accidentes,
tales como traumatismos, encefalitis, derrames cerebrales, tumores o
malformaciones. Sin embargo en algunos casos no es posible determinar la causa
de las crisis.
12. Síndrome de desconexión
Otro trastorno cerebral de gran peligrosidad es el síndrome de desconexión, en el
que una parte del cerebro pierde la conexión con otra u otras de manera que la
información nerviosa no se puede integrar de manera eficiente. Uno de los más
conocidos es el síndrome de desconexión callosa, en el que por algún motivo el
cuerpo calloso sufre algún tipo de seccionamiento o derrame que impide que la
información de un hemisferio se coordine y viaje hacia el otro.
Conclusiones

Concluimos que el cerebro acompañado del s.n.c. controla, mantiene, utiliza, divide
y regula sus funciones para comunicarse con el resto del cuerpo.
Asimila, organiza y transmite órdenes de respuesta de forma precisa.
Contamos con un encéfalo que controla todos los pensamientos que pasan por
nuestra mente y así nos lleva a convertirlos en acciones.
Además, consta de partes muy importantes que involucran de forma directa
nuestras diferentes conductas y del porqué de ellas, entre ellas encontramos Lóbulo
Parietal: en cual manejamos todo lo relacionado con el conocimiento, Temporal:
memoria, habla auditiva, Frontal: nos da la capacidad de solucionar conflictos,
planificar y razonar las partes del discurso y las emociones, Occipital: maneja el
sentido de la vista.
Nos damos cuenta que un daño en el cerebro es irreversible ya que este dificulta la
motricidad fina y la debilidad muscular.

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