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Los accidentes eléctricos, aunque no son los más frecuentes, sí producen en su mayoría
casos con lesiones graves o mortales, ya que el paso de la corriente eléctrica por el cuerpo
humano puede llegar a producir quemaduras graves e, incluso, la muerte por asfixia o
paro cardíaco. Por ejemplo, un contacto eléctrico con corriente de 50 hercios a una
tensión de 220 voltios (doméstica) durante un segundo, puede llegar a producir la
muerte.
Para comprender mejor el efecto de la corriente eléctrica es bueno tomar como base al
cuerpo humano. En primer lugar, se debe considerar que las personas se mueven por
contracciones musculares que se producen por pequeñas descargas eléctricas al interior
del cuerpo y estas se generan por órdenes cerebrales y, a través del sistema nervioso, se
dirigen al punto del cuerpo que son necesarias. La electricidad al pasar por el organismo
humano actúa sobre este sistema muscular y nervioso de forma que puede producir
lesiones en el cuerpo, las cuales van desde el umbral de percepción, con posibilidad de
pasar por la electrización, la tetanización, el paro respiratorio y la asfixia, hasta la
fibrilación ventricular y la muerte, al igual que quemaduras de distintos grados.
• La intensidad:
a mayor intensidad, mayor riesgo. Es la cantidad de carga eléctrica que pasa por un
conductor por una unidad de tiempo y se mide en amperios o miliamperios.
• La resistencia:
a menor resistencia, mayor riesgo. Mide la oposición que presenta un conductor al paso
de la corriente eléctrica y se mide en ohmios.
Cada material tiene una resistencia (o una conductividad) específica. La resistencia del
cuerpo humano varía con las características físicas y psíquicas de la persona y depende
de las circunstancias del contacto eléctrico, circuito de paso de la corriente por el corazón,
tipo de calzado, humedad, entre otros aspectos. La resistencia humana en medio seco es
de 2.000 ohmios y en medio húmedo es de 1.000 ohmios, aproximadamente. Por tanto,
a mayor humedad menor resistencia y mayor riesgo de muerte.
• Bajo voltaje o baja tensión (1 a 1.000 voltios): los electrones que transportan la
corriente están pocos excitados y el campo que producen es débil. Por ejemplo, una
pila suele tener 1,5 voltios. Las tensiones de seguridad que deben aplicarse son de 12
voltios para ambientes sumergidos, 24 voltios para ambientes húmedos y mojados y
50 voltios para ambientes secos. La corriente doméstica habitual es de 220 voltios.
• Media y alta tensión (1.000 a 400.000 voltios): los electrones que portan la corriente
están muy excitados y el campo que producen es fuerte. Se utiliza para el transporte
de energía.
La frecuencia:
la corriente más peligrosa es la de 50 hercios, a partir de la cual disminuye el riesgo al
aumentar el número de hercios. La frecuencia es el número de cilos o de veces que la
corriente cambia de sentido en un segundo y se mide en hercios.
Sin embargo, es en los procesos antes mencionados en los que más se presentan los
accidentes mortales, cuando los encargados de mantenimiento no cumplen con las
normas básicas de seguridad como:
Es claro que la cultura organizacional es un pilar para que la seguridad se irrigue por todos los
niveles de la organización: si los niveles superiores no determinan el cumplimiento de cada uno
de los estándares de seguridad, así mismo se verá la práctica en los niveles orperativos. El
contar no solo con estándares, procedimientos, equipos, herramientas y personal calificado,
sino también con una autoexigencia empresarial hacia la seguridad, permitirá que los índices
de mortalidad disminuyan considerablemente, y que la organización controle los riesgos de
origen eléctrico.
Referencias bibliográficas:
INSTITUTO NACIONAL DE SEGURIDAD E HIGIENE EN EL TRABAJO (INSHT).
Guía técnica para la evaluación y prevención de los riesgos relacionados con la protección
frente al riesgo eléctrico. Madrid, españa. 2009.