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HIJOS E HIJAS DE UN PEREGRINO

HACIA UNA TEOLOGÍA DE LAS MIGRACIONES

Alberto Ares Mateos

Introducción ................................................................................................  3
1  El fenómeno migratorio como “signo de los tiempos” ......................  5
2  La Biblia, una realidad en movimiento ................................................  9
3  La tradición apostólica, padres de la Iglesia e inmigración .......... 11
4  Las migraciones, un desafío eclesial:
el Magisterio de la Iglesia ........................................................... 13
5  Algunas recomendaciones para seguir el camino ............................. 15
6  Recapitulando .......................................................................................... 25
7  Oración en memoria de las víctimas de las migraciones .................. 27
Notas ............................................................................................................. 29
Cuestiones para la reflexión ..................................................................... 31
Alberto Ares Mateos es jesuita, doctor en Migraciones Internacionales y Cooperación al Desa-
rrollo. Ha acompañado comunidades migrantes en varias partes del mundo. Ha sido director de
la Fundación Red Íncola en Valladolid y del Centro Pueblos Unidos en Madrid. Se especializó
en Ética Social, en Economía y en Teología. Actualmente es el Delegado del Sector Social de
los jesuitas en España y profesor e investigador asociado al Instituto Universitario de Estudios
sobre Migraciones de la UP Comillas. Es autor del libro La rueca migratoria: Tejiendo historias y
experiencias de integración (2017).

Edita: Cristianisme i Justícia Roger de Llúria, 13 - 08010 Barcelona


Tel.: 93 317 23 38 - E-mail: info@fespinal.com - www.cristianismeijusticia.net
Imprime: Ediciones Rondas S.L. - Depósito Legal: B 26080-2017
ISBN: 978-84-9730-406-1 - ISSN: 0214-6509 - ISSN (virtual): 2014-6574
Impreso en papel y cartulina ecológicos - Dibujo de la portada: Roger Torres
Edición: Anna Pérez i Mir - Revisión y corrección del texto: Cristina Illamola
y Pilar de la Herran- Maquetación: Pilar Rubio Tugas - Noviembre 2017

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acceso, rectificación, cancelación y oposición dirigiéndose por escrito a c/ Roger de Llúria 13, Barcelona.
INTRODUCCIÓN

La realidad migratoria, en tanto que «signo de los tiempos», necesita


ser apropiada en mayor profundidad por la reflexión teológica. La Teo-
logía de las migraciones es una disciplina que ha comenzado a temati-
zarse en las últimas décadas dentro de la reflexión teológica, pero sus
raíces cabe hallarlas en los orígenes y en la comprensión del Pueblo
de Dios y, en cierto modo, en el nacimiento de la humanidad. Esta
peregrinación recorre la Sagrada Escritura, la tradición y el magisterio.

La Biblia se reconoce como una reali- dres apologistas reflexionan sobre las
dad en movimiento, con experiencias migraciones desde distintas perspecti-
migratorias, de exilio, de acogida y vas: el discurso A Diogneto, Clemente
hospitalidad, que se insertan en las ex- de Roma, Didaché, Orígenes, Lactan-
periencias fundantes del pueblo elegi- cio, Basilio, Arístides, Juan Crisósto-
do: «mi padre fue un arameo errante» mo, Gregorio de Nisa y Ambrosio de
(Dt 26,5). Asimismo, el Nuevo Testa- Milán. «Habitan sus propias patrias,
mento, en el que el propio Jesús se pre- pero como inmigrantes (peregrinos);
senta como un migrante, va poniendo toman parte en todo como ciudadanos
un acento especial en la acogida y la y todo lo soportan como extranjeros;
fraternidad, en el universalismo y en toda tierra extraña es para ellos patria,
una vida apostólica en movimiento, y toda patria, tierra extraña» (A Diog-
que desborda fronteras. neto 5, 1.5).
Durante los primeros siglos, la tra- Asimismo, el Magisterio de la Igle-
dición patrística inicia una reflexión sia sitúa la atención sobre la realidad
teológica sobre la acogida y la hospi- de las migraciones, pero es a partir del
talidad cristiana, entre otros. Distintos siglo xix cuando se empieza a tratar
padres apostólicos y, después, los pa- de una forma especial. De León XIII
3
al papa Francisco, hijo de familia mi- esta misma realidad, nos plantea al me-
grante, el Magisterio eclesial ha ido nos cinco encrucijadas: la de la identi-
acompañando de dolor y sufrimiento la dad, la de la dignidad, la de la justicia,
realidad, pero también ha presentado la de la hospitalidad y la de la integra-
la riqueza y la esperanza que aportan lidad.
las personas migrantes. Es significati- ¿Quién es mi familia? ¿Cómo nos
va la centralidad que las migraciones ha creado Dios? ¿Cuándo te vimos
ocupan en el magisterio del papa Fran- forastero y te acogimos? ¿Con quién
cisco. comparte mesa Jesús? ¿Está todo co-
El contexto actual de la realidad mi- nectado? Todo ello cuestiones que si-
gratoria y de refugio a nivel mundial, guen retando y animando nuestra ma-
así como la invitación que recibimos nera de comprender y de acercarnos a
a realizar una mirada más honda ante la realidad migratoria.

4
1  EL FENÓMENO MIGRATORIO COMO “SIGNO DE LOS
TIEMPOS”

El propio Jesús, junto al pueblo de Dios, continúa esa peregrinación


que empezó hace siglos y que se recoge en el propio desarrollo histó-
rico del concepto de “teología”.

Una mirada desde un punto de vista «Solamente algo experimentado,


teórico que nos lleva de la clásica defi- vivido y sufrido es un saber que
nición de teología de Anselmo en tanto no sufre decepción, terminando
que fides quaerens intellectum hasta en aburrimiento y olvido, sino que
una visión moderna: «reflexión críti- llena el corazón con sabiduría hen-
ca sobre la praxis histórica a la luz de chida de ciencia y de un amor expe-
la Palabra de Dios».1 Siglos de pere- rimentado. No lo excogitado, sino
grinación y de comprensión teológica lo vivido y sufrido ha de llenar mi
que nos han ayudado a ampliar nuestra espíritu y corazón. Y todo el saber
mirada y a crecer en profundidad para aprendido a través del estudio no es
entender la Revelación de Jesús, in- más que una pequeña ayuda para la
tentando dar cuenta de nuestra fe. Esta experiencia de la vida, única que da
comprensión tiene una honda inclusión sabiduría para salir al encuentro del
de la experiencia humana como un ob- mundo con espíritu despierto y pre-
jeto legítimo de la reflexión teológica. parado».2
El mismo Karl Rahner sugiere que el
conocimiento del Dios misterioso y A su vez, algunos autores, como
transcendente es posible gracias a la Stephen B. Bevans, han llegado a afir-
experiencia humana: mar que no se puede hablar de teología
5
en abstracto, que solo existe la teo- ral que caracteriza a nuestro mundo y
logía contextual que se entiende y se nuestra Iglesia. «Lo que queda claro,
reflexiona desde una fe encarnada en en todo caso, es que un breve vistazo a
un contexto vital y cultural concreto. la historia de la teología revela que no
Para este autor, la contextualización de ha habido nunca una teología original
la teología no es una opción que solo que se hubiera articulado en una torre
interese a la gente del Tercer Mundo, de marfil, sin referencia o dependencia
sino que es realmente un imperativo de ningún evento, las formas de pensa-
teológico, y se halla en la misma base miento o de la cultura de su tiempo y
del ser de la teología.3 «Cuando reco- lugar particular».6
nocemos la importancia del contexto Si nos acercamos a la teología des-
para la teología, también estamos reco- de una perspectiva epistemológica, po-
nociendo la absoluta importancia del demos decir que comparte los mismos
contexto para el desarrollo de las Es- objetivos que las ciencias humanas y
crituras y la Tradición. Los escritos de naturales, pero con una metodología
las Escrituras y el contenido, prácticas y ámbito diversos.7 Así, la teología in-
y sentido de la tradición no nos caen terpreta críticamente la realidad social
simplemente del cielo. Ellos mismos a través del referente primario de la
son productos de los seres humanos y revelación divina, con el fin de dar ra-
sus contextos».4 zón de nuestra fe, de nuestra esperanza
Así, en cada período de la historia, (1Pe 3,15).
nuestra Iglesia y sus teologías son hi- En los últimos tiempos, en este
jas de diversos contextos atravesados mundo se está palpando una realidad
por distintos modos de pensamiento o dramática de las migraciones forzadas
tradiciones culturales. No podemos ha- y del refugio. Hoy en día, hay más de
blar, por tanto, de teología sin hablar 232 millones de personas migrantes,
de un recorrido a lo largo de la historia, que, para formarnos una idea, supondría
de un proceso marcado por la constante el quinto país más poblado del planeta.
construcción: «Si volvemos los ojos a Más de 65 millones son personas que se
los primeros teólogos después de la era han visto forzadas a abandonar su hogar
neotestamentaria, veremos que ellos por un conflicto armado, por violencia
trataban de darle sentido a la fe, pero generalizada o por un desastre natu-
dentro de los términos de la dominan- ral. De este número, 21 millones son
te y bien difundida cultura helénica. personas refugiadas; 38 millones, des-
Clemente de Alejandría, por ejemplo, plazadas internas, y 3,2 millones, soli-
hizo uso de la visión estoica, Orígenes citantes de asilo. Lamentablemente, el
usó el pensamiento de Platón, Agustín Mediterráneo se ha convertido en el ma-
estuvo fuertemente influenciado tanto yor cementerio a nivel mundial, donde
por Platón como por los neo-platonis- solo en 2016 perdieron la vida más de
tas de su tiempo».5 5.000 personas. Siria es el país que ge-
La reflexión teológica actual, si nera mayor número tanto de refugiados
quiere ser realmente significativa para como de desplazados internos, seguido
los creyentes, no puede obviar la di- por Afganistán, Somalia y Sudán del
versidad geográfica, histórica y cultu- Sur. Lejos de lo que se suele pensar en
6
nuestras sociedades occidentales, los de nuestras sociedades y a la gestión
países en vías de desarrollo son los más de la diversidad que ya vivimos en el
solidarios con las personas refugiadas corazón de Europa y del mundo oc-
y acogen al 86 % de los refugiados en cidental? ¿Estamos esperando a que
todo el mundo. Entre estos países, don- surjan los conflictos para invertir en
de se concentra un mayor número de integración10 o acaso seguiremos ali-
refugiados es en Turquía, Pakistán, el mentando nuestro miedo y unos muros
Líbano, Irán, Etiopía, Jordania y Ke- cada día más altos? ¿Cuándo vamos a
nia.8 reformular en este contexto la manera
Hay un amplio debate entre la opi- de entender la ciudadanía, las políticas
nión pública sobre la tragedia de los re- sociales y los Estados nación?
fugiados y los migrantes forzosos. En Desde este contexto, ¿cómo esta-
cierto modo, estamos viviendo una en- mos respondiendo los cristianos a mu-
crucijada de la historia donde los flujos chas de estas cuestiones y, en especial,
migratorios y la emergencia humanita- a las necesidades de personas violen-
ria están planteando serios interrogan- tadas a dejar sus hogares en distintos
tes a nuestra forma de vida, de entender rincones del mundo? Existen amplios
las relaciones internacionales, de ges- estudios sobre los flujos migratorios
tionar la diversidad dentro de nuestras desde las perspectivas económica, so-
sociedades y de ofrecer una respuesta ciopolítica, cultural, psicológica, etc.,
clara a las dramáticas situaciones de pero un recorrido más bien corto des-
muchas familias que llaman a nuestras de la perspectiva teológica o pastoral.
puertas:9 ¿Hasta cuándo vamos a poder Esta exigua presencia dentro de la re-
mantener un sistema económico que flexión teológica no parece ir muy en
facilita la movilidad del capital y los consonancia con una abundante pre-
flujos financieros, pero pone trabas a la sencia de las migraciones en la Biblia.
circulación de personas? ¿Es viable un Encontramos historias de movili-
sistema de producción que esquilma dad humana desde los inicios: desde
los recursos naturales de los más po- la llamada recibida por Abraham al
bres y que, en consecuencia, produce Éxodo en Egipto, desde el pueblo de
serias secuelas en nuestro planeta? ¿Es Israel vagando por el desierto en la ex-
factible un sistema que refuerza siste- periencia de exilio, desde el viaje de la
mas autoritarios en el sur y alimenta los Sagrada Familia a Egipto a la actividad
conflictos bélicos con la venta de ar- misionera de la Iglesia… En definitiva,
mas para mantener un estándar de vida la identidad del Pueblo de Dios está in-
en occidente? ¿Es viable si nos lleva, trínsecamente entrelazada con historias
a su vez, a cerrar los ojos y nuestras de personas y comunidades desplaza-
fronteras a los millones de personas das, de peregrinación y de hospitali-
que llaman a nuestras puertas porque dad. Algunos teólogos sostienen que
huyen de esos desastres ambientales, «la migración es fundamental para en-
de esas mismas guerras o de situacio- tender la condición humana, la práctica
nes que hacen inviable e inhumana una religiosa y la identidad cristiana».11
vida digna? ¿Cómo estamos respon- De este modo, el fenómeno migra-
diendo al progresivo envejecimiento torio, como otros temas relevantes de
7
la naturaleza humana, representa un mana de la globalización.15 Este modo
elemento que debe tomarse muy en de hacer teología es la que se conoce
cuenta desde una reflexión teológi- como “teología de las migraciones”,
ca seria y rigurosa. Las migraciones disciplina cuyas raíces se remontan al
constituyen un verdadero “signo de los inicio de la Iglesia y, en cierto modo, a
tiempos”12 con un carácter estructural los orígenes de la humanidad, aunque
en nuestro mundo global, tal y como en el conjunto de la reflexión teológica
refleja la encíclica Gaudium et Spes,13 no tiene una gran tradición. Este pro-
que requiere una mirada profunda a la ceso o peregrinación recorre la Sagra-
luz de la fe.14 Algunos teólogos han da Escritura, la tradición y el magis-
descrito la migración como la cara hu- terio.

8
2  LA BIBLIA, UNA REALIDAD EN MOVIMIENTO

La Biblia presenta la realidad migratoria como un elemento común


en la historia de la salvación. En los textos bíblicos se presenta al Pue-
blo de Dios como un pueblo peregrino, en movimiento.

2.1  El Antiguo Testamento: 42,1-8) y el éxodo a la tierra prometida


«Mi padre fue un arameo errante» (Ex 33,1-3). Entre sus normas de con-
(Dt 26,5) ducta, el pueblo de Israel tiene clara la
prohibición de oprimir, explotar o vul-
En el Antiguo Testamento se brinda nerar el derecho del emigrante: «No
abundante doctrina y praxis sobre las vejarás al emigrante» (Ex 23,9), «No
migraciones y las personas en mo- lo oprimiréis» (Lev 19,34), «No lo
vimiento. Por un lado, junto con los explotaréis» (Dt 23,16), «No negarás
huérfanos y las viudas, los emigrantes el derecho del emigrante» (Dt 24,17),
constituyen la trilogía típica del mun- «Maldito quien viole los derechos al
do de los marginados en Israel. Para emigrante» (Dt 27,19).
ellos, Dios pide un trato digno y de Además de los códigos de conduc-
especial respeto y atención. Por otro, ta, existe una mirada rica y una actitud
Israel, el pueblo de Dios, no solo co- positiva ante los migrantes. En épo-
noce el fenómeno de primera mano, cas tardías, a los extranjeros residen-
sino que se constituye como pueblo tes se les atribuyen algunos atributos
migrante: «Mi padre era un arameo que prácticamente los convierten en
errante» (Dt 26,5). «Conocéis la suerte miembros de la comunidad, incluso en
del emigrante, porque emigrantes fuis- lo referente al acceso a la propiedad:
teis vosotros en Egipto» (Ex 23,9). El «Esta es la tierra que os repartiréis las
período fundacional de Israel tiene dos doce tribus de Israel, os las repartiréis
hitos fundamentales en dos movimien- a suerte, como propiedad hereditaria,
tos migratorios: el exilio a Egipto (Gn incluyendo a los emigrantes que resi-
9
den entre vosotros…» (Ez 47,21-22). blica como itinerante, recorriendo pue-
También se expresa una actitud de blos y aldeas (cf. Lc 13,22; Mt 9,35).
amor por el forastero: «Amaréis al Ya resucitado, pero todavía extranjero
emigrante, porque emigrantes fuisteis y desconocido, en el camino de Emaús
en Egipto» (Dt 10,19), «Al forastero se apareció a dos de sus discípulos,
que reside junto a vosotros, lo mira- quienes lo reconocieron solamente al
réis como a uno de vuestro pueblo y le partir el pan (cfr. Lc 24,35). Los cris-
amarás como a ti mismo» (Lev 19,34). tianos siguen, pues, las huellas de un
En este sentido, la eficacia en el amor viandante que «no tiene donde reclinar
se traduce en el compartir: «Cuando la cabeza» (Mt 8,20; Lc 9,58). (Erga
siegues la mies de tu campo y olvides migrantes caritas Christi, 15).
en el suelo una gavilla, no vuelvas a re- Su vida pública es un continuo pe-
cogerla; déjasela al emigrante, al huér- regrinar alrededor de las ciudades del
fano y a la viuda» (Dt 24,17). lago de Galilea y, sobre todo, en torno a
Cafarnaún, sin olvidarnos de sus viajes
al norte, en Tiro y Sidón; al sur, hacia
2.2  El Nuevo Testamento: Galilea; al este, en la Decápolis, y, más
Jesús, el migrante allá del Jordán, en Perea. Su experien-
cia de desvalimiento permite que Jesús
El Nuevo Testamento lleva al Antiguo ponga el acento en la acogida y la fra-
Testamento a su plenitud (cfr. Mt 5,17- ternidad, identificándose con los más
19). Uno de los elementos centrales del pequeños y convirtiendo al migrante
Nuevo Testamento mirándolo desde la en signo de acogida de su reino: «Fui
realidad migratoria es el hecho de que extranjero y me acogiste» (Mt 25,35).
el mismo Jesús se presenta como un Otro de los elementos del mensaje
migrante. Mateo muestra la infancia de Jesús es el universalismo. La llega-
de Jesús y a la Sagrada Familia bajo da de un Reino para todos, sin exclui-
una primera y cruenta experiencia de dos, poniendo énfasis en los paganos
emigración forzosa (Mt 2,14-15). Por y en los extranjeros. Esta característica
su parte, el Evangelio de Lucas narra el deviene un componente esencial en las
nacimiento de Jesús fuera de la ciudad curaciones: el buen samaritano (Lc 10,
«porque no había sitio para ellos en la 25-37), la mujer sirofenicia (Mc 7,24-
posada» (Lc 2,7). 30), el centurión (Mt 8,5-10) y la mujer
En el extranjero, más que al pró- samaritana (Jn 4,5-42), entre otros. La
jimo, el cristiano contempla el propio misión de Jesús desborda las fronteras
rostro de Cristo nacido en un pesebre de Israel y la acción del Espíritu empu-
y que, como extranjero, huye a Egipto, jará para llevar la Buena Noticia a to-
asumiendo y compendiando en sí mis- dos los rincones del mundo. Sus segui-
mo esta fundamental experiencia de su dores perpetuarán este universalismo.
pueblo (cfr. Mt 2,13 ss.). Nacido fuera El mismo Pablo, por ejemplo, dirá:
de su tierra y procedente de fuera de la «Ya no hay judío ni griego, ni hombre
patria (cfr. Lc 2,4-7), «habitó entre no- ni mujer, ni esclavo ni libre porque to-
sotros» (Jn 1,11.14) y pasó su vida pú- dos sois uno en Cristo» (Gal 3,28).

10
3  LA TRADICIÓN APOSTÓLICA, PADRES DE LA
IGLESIA E INMIGRACIÓN

Puede encontrarse una incipiente reflexión sobre la movilidad humana


en la tradición patrística (siglos i al viii). Por ejemplo, con respecto a
la hospitalidad cristiana, algunos padres apostólicos y, más tarde, los
padres apologistas comenzaron una reflexión teológica: el Discurso
a Diogneto, Clemente de Roma, Didajé, Orígenes, Lactancio, Basilio,
Arístides, Juan Crisóstomo, Gregorio de Nisa y Ambrosio de Milán.
«Habitan sus propias patrias, pero como inmigrantes (peregrinos);
toman parte en todo como ciudadanos y todo lo soportan como ex-
tranjeros; toda tierra extraña es para ellos patria, y toda patria, tierra
extraña» (A Diogneto 5, 1.5).

En Orígenes, en el comentario a la otras necesidades materiales: «Pues


Epístola a los Romanos, se nos pide piensa eso sobre Cristo. Él anda errante
estar solícitos y activos en la hospita- y peregrino, necesitado de techo; y tú
lidad: «Al decir que debemos ser so- te entretienes en adornar el pavimento,
lícitos en la hospitalidad (Rm 12,13) las paredes y los capiteles de las co-
no sólo da a entender que recibamos lumnas, y en colgar lámparas con ca-
al huésped que venga a nosotros, sino denas de oro… Todos estos tesoros se
también que lo busquemos, que sea- los pueden llevar…; cuanto hagas por
mos solícitos, que escudriñemos e in- tu hermano hambriento, inmigrante o
quiramos con diligencia por todas par- desnudo, ni el mismo diablo te lo podrá
tes, no sea que acaso se halle en alguna arrebatar».17
plaza y tenga que dormir sin techo».16 Por su parte, san Ambrosio de Mi-
En el siglo iv, Juan Crisóstomo lán realiza ciertos planteamientos en
pone de relieve la hospitalidad sobre defensa de las personas migrantes que
11
bien podrían firmarse en nuestros días: acogido y socorrido que los que lo aco-
«De ninguna manera se debe aprobar a gieron y socorrieron… Nadie, pues,
los que expulsan a los inmigrantes de hermanos míos, sea soberbio cuando
la ciudad en tiempos de hambre, cuan- socorre al pobre, ni diga en su espíri-
do los deberían ayudar más. Les sepa- tu: yo doy, él recibe; yo le admito en
ran de la relación con el Padre común, mi casa, él carece de techo. Acaso es
les niegan los frutos dados para todos, más lo que tú necesitas. Quizá es justo
les separan de la comunidad de vida aquel a quien acoges, y él necesita pan
ya iniciada: no quieren repartir con los y tú verdad; él precisa techo y tú cielo;
que tienen derechos comunes los re- él carece de dinero y tú de justicia».19
cursos en tiempos de necesidad».18 Incluso Agustín llegará a plan-
San Agustín describe que la hos- tearse su condición de migrante, en el
pitalidad enriquece tanto al huésped, mundo que habitamos y que es de to-
como a la persona que acoge: «Nadie dos: «¿Cómo podrás recibir a alguien
se envanezca porque acoge al inmi- de huésped si todos viven en su propia
grante: Cristo lo fue. Mejor era Cristo patria?».20

12
4  LAS MIGRACIONES, UN DESAFÍO ECLESIAL:
EL MAGISTERIO DE LA IGLESIA

Si bien la atención que la Iglesia dedica a los inmigrantes puede en-


contrarse a lo largo de su historia, es a partir del siglo xix cuando el
Magisterio comienza a dedicar una especial atención a esta temática.

León XIII es el primer Papa que dedica los derechos permanentes y universa-
un documento específico a las migra- les, basados en el principio de la so-
ciones, autorizando mediante la carta lidaridad de los hombres en tanto que
Quamaerumnosa la constitución de personas, y reconoce la salvaguarda de
parroquias nacionales, sociedades y la “libertad natural a emigrar”. En la
patronatos a favor de los emigrantes. exhortación apostólica Exsul Familia
Los sucesores de este Papa continúan (‘La familia en exilio’) propone a la
la línea de su predecesor, al instituir Sagrada Familia en su exilio a Egipto
obras católicas específicas para los como icono de las masivas migracio-
emigrantes. Pío X subraya el papel de nes forzosas que vivimos actualmente:
las diócesis de origen en este servicio,
mientras que Benedicto XV y Pío XI «La familia de Nazaret modelo y
señalan la responsabilidad de la acogi- consuelo de los refugiados. La fa-
da por parte de las iglesias locales. En milia de Nazaret desterrada, Jesús,
1914, bajo el pontificado de Benedic- María y José, emigrantes a Egipto y
to XV, se instaura la Jornada Mundial refugiados allí para sustraerse a las
del Migrante y el Refugiado. Con Pío iras de un rey impío, son el mode-
XII, que vive la guerra de 1939-1945 lo, el ejemplo y el consuelo de los
y sus secuelas (deportaciones masi- emigrantes y peregrinos de todos
vas, exilios y destierros), se plantea los tiempos y lugares y de todos los
la emigración desde la perspectiva de prófugos de cualquiera de las condi-
13
ciones que, por miedo de las perse- forma la Comisión Pontificia, creada
cuciones o acuciados por la necesi- por Pablo VI, en el Pontificio Consejo
dad, se ven obligados a abandonar para la Pastoral de los emigrantes e iti-
la patria, los padres queridos, los nerantes.
parientes y a los dulces amigos para Benedicto XVI, durante cuyo pon-
dirigirse a tierras extrañas» (Intro- tificado se vive una crisis financiera
ducción 1). global, plantea en Caritas in Veritate
una mirada integral y más ética, con
En las encíclicas Pacem in Terris y la que se reenfocan las relaciones in-
Mater et Magistra, Juan XXIII reafir- ternacionales, prestando especial aten-
ma los principios incoados por Pío XII ción a los flujos migratorios. En esta
y aporta nuevas luces ante los crecien- encíclica se plantea una auténtica au-
tes fenómenos de globalización que se toridad política mundial y se habla de
iniciaron durante los años 60 (PT 106). un desarrollo humano integral. En el
El Concilio Vaticano II abundó en la año 2006, el papa Benedicto XVI pre-
misma línea, a la vez que propuso una senta las migraciones como un “signo
legislación generosa con los recién de los tiempos” (JME 2006).
llegados. La Gaudium et Spes incluye Ante el gran aumento global de
numerosas referencias al problema de los flujos migratorios forzosos, el
los movimientos migratorios (GS 66). papa Francisco, procedente él mismo
Pablo VI continúa en esta línea marca- de una familia inmigrante, en varias
da por el Concilio y sus predecesores, encíclicas y documentos ministeria-
e instituye la Comisión Pontificia para les (EG, AL, LS), insiste en brindar
la Pastoral de las Migraciones. un gran apoyo y una mirada especial
El papa Juan Pablo II incluye en a los migrantes y refugiados.21 En la
sus escritos múltiples referencias al actualidad, se ha convertido en uno
problema de los emigrantes, desarro- de los grandes líderes mundiales que
llando ampliamente la Doctrina Social ha puesto un foco especial en la rea-
de la Iglesia sobre este tema. Los úl- lidad de dolor y sufrimiento, además
timos documentos de carácter social de la riqueza y esperanza que aportan
de Juan Pablo II, sobre todo Laborem las personas migrantes.22 En enero de
Exercens, Sollicitudo Rei Socialis, 2017, crea un nuevo Dicasterio para el
Centesimus Annus, así como Fami- Servicio del Desarrollo Humano Inte-
liaris Consortio, Christi fideles Lai- gral, en el cual confluirán los Pontifi-
ci y Redemptoris Missio, de carácter cios Consejos para la Justicia y la Paz,
mayoritariamente eclesial, contienen Cor Unum, para la Pastoral de los Mi-
una rica doctrina y numerosas y útiles grantes e Itinerantes, y para la Pastoral
orientaciones de tipo práctico para la de los Agentes Sanitarios. Debido a la
Pastoral de la Movilidad Humana (LE, importancia de esta realidad, el Papa
23; SRS, 38; CA, 48; CL, 35-44; FC, se ocupará personal y temporalmente
46; RM, 58). Uno de los principales de la sección del nuevo Dicasterio que
subrayados de Juan Pablo II es el valor atenderá a los refugiados y a los mi-
central de la persona. Asimismo, trans- grantes.

14
5  ALGUNAS RECOMENDACIONES PARA SEGUIR
EL CAMINO

Desde este contexto actual y desde la peregrinación del pueblo de


Dios, ¿cuáles son las encrucijadas y las fronteras que necesitamos
transitar como cristianos? A nuestro modo de ver, existen al menos
cinco que nos plantean una mirada comprometida con la realidad: la
encrucijada de la identidad, la de la dignidad, la de la justicia, la de
la hospitalidad y la de la integralidad.23

5.1  Identidad: ¿quién es mi como poderosos anfitriones, somos lla-


familia? mados a actuar benévola y caritativa-
mente con los extranjeros. Muchos de
Uno de los grandes debates que se vi- estos discursos presuponen una noción
ven en nuestras sociedades respecto de de “nación” en tanto que sinónimo de
la realidad migratoria tiene que ver con ‘familia’ u ‘hogar’, expresado en tér-
la cuestión de la identidad,24 planteada minos como «la tierra de nuestros pa-
a través de distintas tensiones: seguri- dres/madres o ancestros», «cuidar de
dad nacional vs. inseguridad humana, nuestra herencia», «asegurar nuestros
ciudadanía nacional o europea vs. ciu- hogares».26 En el otro extremo, se ha-
dadanía universal, etc. llan aquellos creyentes que viven su
Algunos teólogos católicos25 han ciudadanía como la manifestación del
planteado la hipótesis de que, en los hecho de compartir la pertenencia a
países occidentales, la mayoría de los esa gran familia que es la de los cris-
cristianos se sienten cómodos con una tianos, a través del cuerpo de Cristo.
idea de Estado nación en la que se Asimismo, es interesante explorar
acepta la asunción de que los países el Evangelio de Mateo para arrojar
en los vivimos son “nuestros” y que, algo de luz sobre estos planteamientos:
15
Mateo inicia su capítulo primero con fuera están tu madre y tus hermanos
la genealogía de Jesús (Mt 1,17) y da que desean hablarte”. Pero él respon-
cuenta de su bona fides familiar. Nos dió al que se lo decía: “¿Quién es mi
presenta a la Sagrada Familia antes madre y quiénes son mis hermanos?”.
(Mt 1,18-25), durante (Mt 2,10-15) y Y, extendiendo su mano hacia sus dis-
después del nacimiento de Jesús (Mt cípulos, dijo: “Estos son mi madre y
2,19-23). El diablo fue el primero en mis hermanos. Pues todo el que cum-
llamarlo «Hijo de Dios» (Mt 4,3) y el pla la voluntad de mi Padre celestial,
propio Jesús se refiere a Dios como ése es mi hermano, mi hermana y mi
«Abba» (Padre) cuando enseña a rezar madre”».
a sus discípulos. Si bien este lenguaje Desde esta mirada de conjunto, pa-
familiar abunda en el Evangelio, no es rece evidente que, en la vida de Jesús,
menos cierto que el inicio de la vida el seguimiento y el discipulado predo-
pública supone una cierta ruptura en minan sobre los lazos familiares o el
la que el seguimiento de Jesús se sitúa apego a su tierra natal. Por lo tanto, lo
por delante de los lazos de sangre (Mt que dota de identidad a todo cristiano
8,21-22). es, ante todo, seguir a Jesús, su vida de
En el décimo capítulo, Jesús ins- peregrino en esta tierra, más que los la-
truye a los apóstoles en su misión, zos de sangre o la pertenencia a esta o
poniendo claramente por delante el aquella nación. «Nuestra identidad re-
seguimiento de la voluntad de Dios side no en el credo de una nación sino
frente a cualquier otro cometido o me- en quién somos como pueblo peregri-
diación, incluso la familia (Mt 10,21). no y nuestro movimiento de salida en
Desde esta perspectiva, hay dos pasa- la misión con los extranjeros necesita-
jes que son muy esclarecedores, por dos».27
ejemplo (Mt 10,34-39): «No penséis Y es justamente en este movimien-
que he venido a traer paz a la tierra. No to de salida donde el diálogo se con-
he venido a traer paz, sino espada. Sí, vierte en pieza clave para abordar los
he venido a enfrentar al hombre con su temas de identidad. Un diálogo que
padre, a la hija con su madre, a la nuera cobra un especial protagonismo en el
con su suegra; y enemigos de cada cual diálogo interreligioso profundo: «Que
serán los que conviven con él. El que el diálogo sincero entre hombres y mu-
ama a su padre o a su madre más que a jeres de diversas religiones, conlleve
mí, no es digno de mí; el que ama a su frutos de paz y justicia».28
hijo o a su hija más que a mí, no es dig-
no de mí. El que no toma su cruz y me
sigue detrás no es digno de mí. El que 5.2  Dignidad: ¿cómo nos ha
encuentre su vida, la perderá; y el que creado Dios?
pierda su vida por mí, la encontrará».
Y también (Mt 12,46-50): «Toda- Una de las primeras cuestiones que
vía estaba hablando a la muchedum- llama la atención cuando alguien se
bre, cuando su madre y sus hermanos acerca al mundo de la movilidad hu-
se presentaron fuera y trataban de ha- mana son los términos que se emplean:
blar con él. Alguien le dijo: “¡Oye! ahí migrante, refugiado, migrante forzo-
16
so, refugiado de facto, migrante eco- parte de una Iglesia sin fronteras. En
nómico, inmigrante indocumentado o el bautismo,30 toda la comunidad, to-
desplazado interno, entre otros. Enca- dos y cada uno de sus miembros, inde-
sillar a una persona en movimiento en pendientemente de la etiqueta recibida
una de estas etiquetas implica asumir a nivel legal, se sentían coherederos y
unas connotaciones claramente lega- con la misma dignidad.
les, políticas, culturales, económicas En algunos de los razonamientos
y sociales. Etiquetar a las personas de que están en la base de los términos
este modo produce en muchos casos que se aplican a las personas migran-
desigualdad, asimetría en las relacio- tes, hay un claro planteamiento econo-
nes, exclusión, explotación, estigmati- micista o mercantilista. Muchas de las
zación y privilegios. En cierto modo, personas que emigran, además de huir
genera una forma de exclusión que al- de zonas en conflicto, lo hacen, a su
gunos han tildado como nuevas formas vez, buscando un futuro mejor para los
de “colonización”.29 suyos, a la par que un empleo digno,
Parte de la tarea de la teología de educación para sus hijos, etc. En mu-
las migraciones es ahondar en estos chos casos, la etiqueta recibida tiene
términos, llevándolos a un nivel más que ver con la posibilidad de obtener un
profundo dentro de nuestra tradición permiso de trabajo y con la capacidad
judeo-cristiana. En el libro del Géne- de obtener un trabajo real en los paí-
sis se introduce una definición de ser ses de destino. Las sociedades que solo
humano que está en la base de la com- ven al inmigrante como mera mano de
prensión sobre la humanidad: el ser obra, hasta el punto de que acomodan
humano es creado a imagen y seme- sus políticas migratorias únicamente a
janza de Dios (Gn 1,26-27; 5,1-3; 9,6; las necesidades del mercado laboral,
1Cor 11,7). Ninguna etiqueta o térmi- han sido duramente criticadas. Cuan-
no aplicable a las personas migrantes do se necesitan trabajadores, estos son
puede compararse a la dignidad de ser útiles, pero, cuando no, son “desecha-
imagen de Dios. bles”. En palabras del escritor suizo
Recuerdo que, en una parroquia de Max Frisch (1965): «Pedimos mano de
Boston, una de las cuestiones que com- obra y vinieron personas». La Doctrina
partíamos con la comunidad salvado- Social de la Iglesia plantea claramente
reña, cuando celebrábamos los bauti- que la economía está al servicio del ser
zos, era justo este planteamiento. En humano y no el ser humano al servicio
una comunidad donde un número con- de la economía. Por eso la calidad mo-
siderable de personas había obtenido ral de la economía no se mide por el
la ciudadanía; otros, la residencia per- PIB, sino por cómo la economía ayuda
manente; otros, el permiso temporal, y a mejorar la calidad de vida de toda la
un buen número eran indocumentados, comunidad.31
recibir el bautismo se percibía como el Asimismo, la encíclica Gaudium et
reconocimiento de la dignidad de ser Spes n.º 24 vuelve a ahondar en este
profeta, maestro y rey como el mismo planteamiento de la igual dignidad de
Jesús, así como de ser llamados a ser los seres humanos que forman una
hijos de Dios, a su imagen, formando misma comunidad: «Dios, que cui-
17
da de todos con paterna solicitud, ha 5.3  Justicia: ¿cuándo te vimos
querido que los hombres constituyan forastero y te acogimos?
una sola familia y se traten entre sí con
espíritu de hermanos. Todos han sido En sus Ejercicios Espirituales, san Ig-
creados a imagen y semejanza de Dios, nacio de Loyola propone la contempla-
quien hizo de uno todo el linaje huma- ción de la Encarnación: «Cómo las tres
no y para poblar toda la haz de la tierra personas divinas miraban toda la plani-
(Hch 17,26), y todos son llamados a un cie o redondez del mundo… se deter-
solo e idéntico fin, esto es, Dios mis- mina que la segunda persona se haga
mo».32 hombre, para salvar el género humano,
Esos vínculos que nos unen a la fa- y así venida la plenitud de los tiempos»
milia humana reconocen la fraternidad EE [102]. Dios Trino mirando al mun-
como un nuevo paradigma en el cual el do «en tanta diversidad,… unos blan-
otro no es un sujeto que debe ir supe- cos y otros negros, unos en paz y otros
rando obstáculos dentro de la sociedad en guerra, unos llorando y otros riendo,
para ir ganando derechos, sino que es unos sanos, otros enfermos, unos nas-
mi hermano. ciendo y otros muriendo, etc… en tan-
Esta noción de “dignidad humana” ta ceguedad»34 EE [106] decide enviar
está enraizada en la teología cristiana, a Jesús. Es en la Encarnación donde el
pero tiene implicaciones de universa- mismo Dios decide ponerse en camino
lidad en otras tradiciones religiosas y y convertirse en un migrante.
filosóficas, incluso en muchas afini- En el Evangelio de Mateo se apre-
dades con los derechos humanos ex- cia como el Dios de Jesús no solo toma
presados en el Declaración Universal naturaleza humana y emigra a este
(1948) y en la Convención de Nacio- mundo, sino que él mismo se convier-
nes Unidas relacionada con el estatus te en un refugiado cuando su familia
de los refugiados (1951). En Pacem in sufre persecución política y tiene que
Terris n.º 145, se afirma que los dere- huir a Egipto (Mt 2,13-15). Dios no se
chos humanos derivan directamente apoya en ningún privilegio humano ni
de la dignidad humana y por ello son se ahorra dificultades. El mismo Dios
universales, inviolables e inalienables. nace en un pesebre, sin morada y a la
En definitiva, la creación a imagen intemperie, lejos de la tierra donde vi-
y semejanza de Dios transmite una vía su familia. ¿Sabemos si la Sagrada
misma dignidad y fraternidad a todos Familia tenía todos los documentos
los seres humanos que llevan tatuados en regla para poder viajar y cruzar la
en su corazón y que nada ni nadie po- frontera hacia Egipto? No lo sabemos
drá borrar. De ahí que ningún cristiano con certeza. En este pasaje se aprecian
pueda consentir ni menos alimentar al menos dos idolatrías que desde una
manifestaciones de racismo, xenofo- perspectiva migratoria tienen una con-
bia,33 discriminación u opresión ante siderable entidad: la de la ley y la del
ninguna persona, especialmente ante sedentarismo.
los más pobres y vulnerables, pues to- Si nos acercamos al ámbito le-
dos formamos una misma comunidad gal desde una perspectiva teológica,
universal. observamos como existen diferentes
18
leyes que afectan a la realidad de las las fronteras frente a auxiliar al per-
migraciones. Según Tomás de Aqui- seguido y desvalido. Es interesante
no podríamos distinguir cuatro tipos seguir este debate y elaborar nuestra
de leyes: la ley natural, la ley civil, la propia síntesis. En mi caso, comparto
ley divina y la ley eterna.35 Mientras la tesis de Carroll al defender que las
la política se centra principalmente en fronteras tienen un valor, pero son un
la ley civil, la Iglesia tiene en cuenta medio no un fin en sí mismo. Las fron-
también las otras.36 Así, con respecto teras no pueden prevalecer frente al ser
a la migración, si una ley civil exclu- humano. En ellas, se debe salvaguardar
ye al pobre sin tener en cuenta la ley el auxilio al desvalido y no se pueden
natural –como, por ejemplo, aquellas vulnerar los derechos básicos de los in-
leyes que penalizan al que da cobijo dividuos. Otra idolatría que se percibe
al necesitado o aquellas promueven la es la del sedentarismo. Si bien está co-
explotación o la extorsión–, entonces múnmente aceptado que el género hu-
diríamos que son leyes injustas. Si una mano tiende a establecerse y a buscar
ley civil favorece o permite que miles ciertas seguridades, habría que ser cui-
de personas mueran en el mar sin po- dadoso y no presuponer lo sedentario
sibilidad de sobrevivir, esa ley no tie- como normativo. Establecerse, como
ne en cuenta la ley divina de no matar, opuesto a moverse, puede fácilmente
por lo que del mismo modo sería una convertirse en un ídolo –privilegiando
ley injusta. En algunos casos, la injus- a aquellos que se establecen y margi-
ticia puede llegar a legalizarse cuando nalizando a aquellos que están en mo-
las estructuras sociales favorecen a la vimiento, especialmente a los migran-
clase privilegiada y excluye a los más tes. Según Matovina y Tweed (2012),
vulnerables. ¿Debe, entonces, un cris- a lo largo de la historia se ha asociado
tiano obedecer una ley injusta? “arraigo” con “civilización” y “acep-
La cuestión sobre la legislación tación”, y “movilidad” con “barbarie”
migratoria y el control de fronteras se y “criminalidad”; pero los inmigrantes
plantea también en el marco teológico, nos ofrecen una invitación a “re-cor-
y más concretamente en el intento de dar” (pasar por el corazón) la esencia
buscar respuestas en la Escritura. En de la identidad cristiana, en tanto que
esta línea es interesante el debate man- peregrinos en este mundo. De alguna
tenido entre Carroll37 y Hoffmeier38, manera, nos recuerdan que caminar y
dos doctores y profesores del Antiguo no solo establecerse es un elemento
Testamento en universidades estadou- central para el cristiano.
nidenses. Por un lado, Hoffmeier seña- En este contexto donde se asocia
la en la Biblia numerosos paralelismos de forma prejuiciosa a una persona in-
y un refrendo del modelo que muchos documentada y en movimiento con un
países occidentales (más en concreto criminal, y teniendo como base común
Estados Unidos) están aplicando en la dignidad de todos los seres huma-
sus políticas migratorias actuales. Por nos, no podemos hablar de personas
su parte, Carroll ve con claridad que la ilegales, sino de personas indocumen-
visión cristiana que se describe en la tadas. Quizás de personas que cometen
Biblia favorece una relativización de una infracción administrativa cuando
19
entran en un país sin la debida docu- pasando por una condición de vulne-
mentación en regla, pero no son crimi- rabilidad y de acompañamiento en un
nales. No puede aplicárseles la misma profundo acto de solidaridad divina.
normativa, ni de facto el mismo trato, El pasaje de Mateo 25 nos presenta así
que a otras personas que están cum- a Jesús: «¿Cuándo te vimos forastero,
pliendo penas, en modelos de centros y te acogimos?… En verdad os digo
de detención o carcelarios. que cuanto hicisteis a unos de estos
Hace pocas semanas conversaba hermanos míos más pequeños, a mí
con una familia refugiada siria, que me lo hicisteis» (Mt 25,38-40). Jesús
llevaba cuatro años vagando por el se convierte en el refugiado. Si Dios se
norte de África, huyendo de la guerra, convierte en un migrante, eso implica
de la muerte y de la destrucción. Tras que en el contacto con los migrantes
años en Argelia y después en Marrue- y refugiados conocemos más de cerca
cos, entraron a España por la oficina de cómo es Dios.39 «En cada uno de estos
asilo y refugio en Melilla. Una familia “más pequeños” está presente Cristo
dividida por la guerra, por la necesi- mismo».40
dad, por las mafias. A su llegada a Es-
paña, fueron conducidos al Centro de
Estancia Temporal para Inmigrantes 5.4  Hospitalidad: ¿con quién
(CETI), un centro sobresaturado, sin comparte mesa Jesús?
instalaciones para acoger a una familia
en su conjunto, ni a niños o bebés. La Jesús va descubriendo en su vida que
madre me decía: «Además de la penu- la única ley que tiene sentido es la ley
ria pasada en el viaje; ahora, retenidos. del Amor (Jn 13,34). El Amor que nos
¿Por qué nos retienen? No somos cri- permite saltar por encima de nuestros
minales. ¿Por qué pasan las semanas y miedos, de las inseguridades humanas
seguimos viviendo esto?». y que se abre gratuitamente a los de-
Si proseguimos con el mismo ra- más. Un amor que recibimos gratui-
zonamiento anterior, los migrantes in- tamente de Dios y que, a la vez, nos
documentados infringen una ley civil, invita a donarlo a los demás. «Gratis
pero en la gran mayoría de los casos lo recibisteis, dadlo gratis» (Mt 10,8).
están honrando la ley natural y divina Jesús realiza su misión como migran-
de cuidar de los suyos en casos de ex- te, como peregrino en tierra extraña,
trema necesidad o de violencia gene- incomprendido por los suyos, siempre
ralizada. en camino, sin casa ni sustento propio.
Es en este contexto de injusticia, de En el camino va actualizando y hacien-
conflicto, de ceguera donde Dios se en- do presente el Reino. Es en el camino
carna. La misericordia de Dios se pone donde tiene la oportunidad de encon-
en camino haciendo redención y prac- trarse con el desvalido, con la viuda,
ticando la justicia; mueve a la acción. con el leproso, con la pecadora, con el
Un Dios que, dándose gratuitamente, recaudador de impuestos, con los pes-
se vacía de sí mismo de todo, menos cadores, con los escribas y con aque-
de amor, y se convierte en uno de tan- llos que son excluidos por la sociedad.
tos, especialmente en un migrante, Una invitación que recibió la primera
20
Iglesia desde sus orígenes y que la di- mente para que no pasáramos. Pronto
namizó para ponerse en camino, para me di cuenta de que el pueblo estaba
hacerse peregrina, migrante, llevando dividido por castas, igual que las clases
la buena noticia, la ley del Amor, a to- de una escuela… Nadie podía tocar a
dos los rincones del mundo. esos niños, eran hijos de los intocables.
Un elemento central de la misión De hecho, me impresionó el testimo-
de Jesús y, por ende, de la Iglesia es nio de la profesora de la escuela, quien
la hospitalidad,41 una hospitalidad que había elegido la opción de perder la
se vive de una manera especial a tra- “puridad” dando clase a esos niños: ya
vés del ministerio de la reconciliación, ningún hombre se casaría con ella.44
de tender puentes en un mundo roto, La familia migrante es un espacio
saltando los límites de lo legal-ilegal, privilegiado para la hospitalidad. El
de lo puro-impuro y de la inclusión-ex- propio papa Francisco, en la exhorta-
clusión. Es desde la mirada misericor- ción apostólica Amoris Laetitia (46),
diosa de Dios donde la Ley, lo legal, lo indica: «Las migraciones represen-
puro cobran su más profundo sentido tan otro signo de los tiempos que hay
y ocupan su lugar como medios y no que afrontar y comprender con toda la
como fines (Mc 2,23-3,6; Lc 6,1-22; carga de consecuencias sobre la vida
Mt 12,1-14). «Para Jesús, la miseri- familiar. La movilidad humana, que
cordia de Dios no puede contenerse corresponde al movimiento histórico
dentro de los muros de mentes limi- natural de los pueblos, puede revelarse
tadas, y desafía a la gente a reconocer una auténtica riqueza, tanto para la fa-
una ley mayor basada en la incalcula- milia que emigra como para el país que
ble misericordia de Dios antes que en la acoge» (AL 46). Necesitamos tener
nociones restrictivas sobre lo digno o una mirada especial para aquellas fa-
indigno».42 El ministerio de la reconci- milias que viven experiencias migrato-
liación43 parte de la mirada misericor- rias dramáticas y devastadoras, en es-
diosa y amorosa de Dios. Siguiendo pecial cuando tienen lugar fuera de la
con el pasaje de los Ejercicios de San legalidad y las sostienen los circuitos
Ignacio, la Trinidad miró al mundo y internacionales de la trata de personas.
dijo «Hagamos redención del género También cuando conciernen a las mu-
humano» EE [107]. jeres o a los niños no acompañados.
Día tras día, millones de personas La hospitalidad de Jesús, como en
viven un calvario lidiando con los lí- nuestros días, se apoya en “pilares só-
mites de lo puro-impuro, de la exclu- lidos”: acoger en el hogar e invitar a la
sión y de la inclusión. Recuerdo que mesa; crear espacios de encuentro para
hace años, en un pequeño pueblo del ayudar a sanar, compartir, reconciliar,
interior de la India, paseaba con unos discernir, celebrar y ser testigos de es-
niños que vivían en un centro de aco- peranza.45
gida para huérfanos de familias dalits Mirando la vida de Jesús, sus co-
(‘intocables’). Paseamos por calles midas y celebraciones son un elemento
angostas, bromeando y jugando, has- central en su experiencia como mi-
ta que llegamos a un arco. Allí, varios grante o como peregrino. ¿Con quién
hombres nos gesticulaban exagerada- se sentaba a la mesa? ¿Quiénes eran
21
sus invitados predilectos? En muchas de refugiados y migrantes en Europa,
ocasiones, Jesús se sienta a la mesa algunos autores han descrito como «ce-
con pecadores, reconfigurando las ba- lebraciones de encuentros intercultura-
rreras de la puridad, con aquellos que les que pueden llegar a ser experiencias
vivían marginados por razones econó- modernas del Espíritu Santo»,50 como
micas (Lc 7,11-17), de salud (Lc 7,22; en Pentecostés (Hch 2,1-13).
Mc 10,46; Jn 9,8), raciales (Lc 7,1-10),
religiosas (Lc 7,24-35) y morales (Lc
7,36-50). Su invitación a la mesa fue 5.5  Integralidad: ¿está todo
una buena noticia para los pobres y ex- conectado?
cluidos, aunque en muchos casos le su-
puso rechazo y fue motivo de escánda- Vivimos en un mundo donde la globa-
los.46 Algunos teólogos opinan que su lización y la interdependencia afectan
manera de transitar por las categorías de forma directa o indirecta a todas las
de la inclusión y la exclusión, sobre personas, comunidades y naciones del
todo en su forma de sentarse a la mesa, planeta. Nuestra red de comunicacio-
fue lo que le llevó a ser juzgado y cru- nes tanto terrestres, como marítimas y
cificado: «Jesús fue crucificado por la aéreas, sin mencionar las electrónicas,
forma en que comía».47 está creciendo de forma exponencial.
En palabras de J. Jeremías: «Toda En este mundo global, interconectado
comunidad de mesa es para un oriental, y complejo, lo que sucede en una par-
garantía de paz, de confianza, de fra- te del planeta afecta de una manera u
ternidad; comunidad de mesa significa otra a millones de personas en otros
comunidad de vida. Para un oriental rincones. Por ejemplo, un desplome en
está claro que, admitiendo a pecadores la cotización del cacao en la bolsa de
y marginados a la mesa, Jesús ofrece Londres afecta a millones de agriculto-
salvación y perdón. Por eso reaccionan res en medio mundo. Asimismo, cuan-
violentamente los fariseos».48 do miramos muchas de las etiquetas de
Es en la mesa donde todo cobra la ropa que compramos, descubrimos
sentido, donde los de Emaús recono- toda una cadena de producción y en-
cieron a Jesús «al partir el pan»;49 es samblaje que recorre medio mundo: las
en la Eucaristía, en la fracción del pan primeras etapas del proceso, más inten-
compartido y de la sangre derramada, sivas en mano de obra, suelen aprove-
donde rememoramos a Jesús. Jesús es char al máximo a los países en vías de
hospitalario hasta el extremo. En este desarrollo y, las últimas, generalmente
sentido, la hospitalidad se vuelve mi- junto al beneficio de las ventas, se de-
sericordia, abre las puertas, acoge al sarrollan en los países del Norte.51
desvalido, al excluido (Lc 10,25-37). San Pablo expresa muy bien esta
Jesús era hospitalario y sentaba a la idea de que estamos conectados me-
mesa a todo aquel que se encontraba diante la metáfora del cuerpo humano,
en el camino, festejando, anticipando en referencia a la Iglesia y a nuestra
la mesa compartida del Reino de Dios conexión con Jesús. Todos formamos
(Lc 15,11-32). Una fiesta, una celebra- un solo cuerpo en Cristo (1Cor 12,12).
ción que, comparando con la acogida Cada uno somos diversos miembros,
22
con funciones diversas (Rm 12,4), tamiento global, la concentración de
pero un solo cuerpo (1Cor 12,27). Por gases de efecto invernadero, el creci-
eso, lo que afecta a uno de los miem- miento del nivel del mar u otros episo-
bros afecta al resto, pues todos somos dios naturales extremos es, en general,
uno. superior a los desplazados por con-
En nuestra tradición, esta misma flictos bélicos, razones políticas o so-
imagen de interconexión, en especial cioeconómicas. Se cree que, al año, 25
con la tierra y el medio ambiente, se millones de personas se ven forzadas a
vive con gran fuerza desde los relatos dejar su hogar por causas ambientales.
de la creación (Gn 1-3) donde Dios es El Alto Comisionado de las Naciones
la fuente y se involucra en todo lo crea- Unidas para los Refugiados (ACNUR)
do, conmoviéndose y acompañándolo, calcula que, en los próximos 50 años,
especialmente a través de su Hijo, has- entre 250 y 1000 millones de personas
ta la consumación en la nueva creación perderán sus casas y propiedades, o se
(2Cor 5,17). verán obligadas a dejar su territorio,
Jesús crece en un ambiente rural, incluso su país.
de ahí que toda su vida y predicación Como comentábamos anteriormen-
tengan como referencia simbólica los te, nuestro mundo nos plantea retos
elementos de la naturaleza, las co- más complejos cada día, que requieren
sechas, etc. Esta interconexión de lo respuestas también complejas, resis-
creado con Dios es expresada por el tentes y transformadoras, que intenten
propio Jesús utilizando metáforas muy mirar la realidad en sus diversas pers-
conectadas con la creación: «Yo soy la pectivas; es decir, en su conjunto. No
vida verdadera, y mi Padre es el viña- podemos ofrecer respuestas parciales
dor… Permaneced en mí, como yo en a un reto complejo y global. El papa
vosotros. Lo mismo que el sarmiento Francisco ha consagrado un concepto,
no puede dar fruto por sí mismo, si no “ecología integral”, con el que plantea
permanece en la vid…Yo soy la vid; un vínculo entre los asuntos ambienta-
vosotros los sarmientos. El que perma- les y las cuestiones sociales, un víncu-
nece en mí y yo en él, ése da mucho lo que en las migraciones ambientales
fruto… La gloria de mi Padre está en tiene un nexo ineludible.
que deis mucho fruto, y seáis mis dis- Para Francisco, «el análisis de los
cípulos» (Jn 15,1-8). problemas ambientales es inseparable
Esta interconexión que vivimos, del análisis de los contextos humanos,
mencionada también por Jesús, nos familiares, laborales, urbanos, y de la
plantea retos cada vez mayores, que relación de cada persona consigo mis-
implican compromisos más fuertes, ma» (LS 141), porque «no hay dos
junto a una necesidad de respuestas crisis separadas, una ambiental y la
resistentes y transformadoras. Uno de otra social, sino una única y compleja
estos grandes retos son las migraciones crisis socio-ambiental» (LS 139). En
medioambientales. En la actualidad, la este contexto, «es trágico el aumento
población que debe abandonar su ho- de los migrantes huyendo de la mise-
gar a causa de los problemas generados ria empeorada por la degradación am-
por las catástrofes naturales, el calen- biental, que no son reconocidos como
23
refugiados en las convenciones inter- y el propio modo de ser de Dios, que
nacionales y llevan el peso de sus vidas «nos reconcilió con él en Cristo y que
abandonadas sin protección normativa nos confió el ministerio de la recon-
alguna» (LS 25). ciliación, pues, por medio de Cristo,
En este proceso, se tiene en cuen- Dios estaba reconciliando al mundo»
ta la Tierra como un bien común (LS (2Cor 5,18-19). Esta conversión ecoló-
156), que compartimos con otros y del gica, esta mirada integral, es en el fon-
cual somos responsables ante genera- do una misión que busca restablecer
ciones futuras (“solidaridad interge- relaciones justas con nosotros mismos,
neracional”); además, va unida a una con los demás, con la creación y con
opción preferencial por los más pobres Dios (CG 35 y 36).
(LS 158), las principales víctimas de En resumen, tenemos un desafío
las migraciones medioambientales (LS urgente, para cuidar y proteger nuestra
48) y que en muchos casos, a causa de casa común, que incluye el fortaleci-
las brechas digital y financiera, entre miento de la conciencia de que somos
otras, no llegan a tocar con sus propias una sola familia humana, y nuestra
manos la bondad de este mundo inter- necesidad de conversión ecológica.
conectado. Nuestra mirada desde las migraciones
Todo está conectado, por eso esta desborda toda perspectiva parcial, por
crisis ecológica que afecta a todo es, lo que nos enfrentamos al reto de bus-
en último término, una crisis espiritual car «un desarrollo sostenible e integral,
que enraíza en una desconexión del ser pues sabemos que las cosas pueden
humano consigo mismo, con la tierra, cambiar. El Creador no nos abandona,
con sus semejantes y con Dios. Por esa nunca hizo marcha atrás en su proyec-
razón, necesitamos hacer una “conver- to de amor» (LS 13). Pero esta solu-
sión ecológica”; esto es, apostar por ción requiere de «una aproximación
otro estilo de vida (LS 203-208) y plan- integral para combatir la pobreza, para
tear una educación ambiental (LS 213). devolver la dignidad a los excluidos y
El concepto teológico de “recon- simultáneamente para cuidar la natura-
ciliación” expresa esa mirada integral leza» (LS 139).

24
6 RECAPITULANDO

La realidad migratoria como “signo de nuestros tiempos”52 necesita ser


apropiada con mayor intensidad y profundidad por la reflexión teoló-
gica.

El contexto actual de las migraciones jamás. Por tanto, como cristianos nos
a nivel mundial y la invitación que re- reconocemos miembros de una misma
cibimos a redescubrir una mirada mi- comunidad universal en la que no tie-
sericordiosa ante esta misma realidad, nen cabida el racismo, la xenofobia o
nos plantea cinco encrucijadas: la de la la opresión de ninguna persona.
identidad, la de la dignidad, la de la jus- En tercer lugar, Dios se dona gra-
ticia, la de la hospitalidad y la de la in- tuitamente vaciándose de sí mismo y
tegralidad. se encarna en el mundo, pasando por
En primer lugar, la identidad de todo una condición de vulnerabilidad y de
cristiano asienta sus raíces primordial- acompañamiento en un profundo acto
mente en el seguimiento de Jesús, en su de solidaridad divina. En este sentido,
vida de peregrino, de caminante, y no la misericordia de Dios se pone en ca-
en los lazos de sangre o de pertenencia mino practicando la justicia. Jesús, en
a una etnia o nación. Esa identidad se este proceso de donación, se convierte
construye desde el diálogo. en un migrante: «¿Cuándo te vimos
La segunda encrucijada es la digni- forastero, y te acogimos?… En verdad
dad: el ser humano es creado a imagen os digo que cuanto hicisteis a unos de
y semejanza de Dios. Esta filiación estos hermanos míos más pequeños, a
que nos abre a la fraternidad dota de mí me lo hicisteis» (Mt 25,38; 40). Por
una misma dignidad a todas las per- lo tanto, si Dios mismo se convierte en
sonas que nada ni nadie podrán borrar un migrante, eso implica que en el en-
25
cuentro con los migrantes y refugiados sita poner en el centro a las personas,
conocemos más de cerca y en profun- a la creación, a Dios; y no a intereses
didad cómo es Dios. económicos o políticos. Las migracio-
En cuarto lugar, la hospitalidad, nes medioambientales plantean un se-
que nos abre a uno de los elementos rio interrogante a nuestro mundo que
centrales de la misión de Jesús y cobra no puede enfrentarse de manera parcial
un acento especial a través del ministe- o sesgada. Necesitamos caminar hacia
rio de la reconciliación y de la celebra- un desarrollo sostenible e integral, que
ción. En un mundo que en ocasiones devuelva la dignidad a las personas y
se presenta roto y resquebrajado, el al medio ambiente.
cristiano es llamado a tender puentes ¿Quién es mi familia? ¿Cómo nos
saltando los límites de lo legal-ilegal, ha creado Dios? ¿Cuándo te vimos
de lo puro-impuro y de la inclusión- forastero y te acogimos? ¿Con quién
exclusión. Asimismo, la hospitalidad comparte mesa Jesús? ¿Está todo co-
tiene un gran pilar en la celebración, nectado? Estas cinco preguntas siguen
en el convocar a la mesa, al banque- alentando, retando y cuestionando la
te. Jesús invita a su mesa, a celebrar, a manera de acercarnos a la realidad de
aquellos a los que la sociedad rechaza los migrantes en nuestro tránsito por
o demoniza. Es en esta capacidad de una teología de las migraciones.
hospitalidad, en ese sentarse a la mesa, Además de campañas mediáticas y
donde Jesús anticipa el Reino de Dios. acciones de incidencia política a favor
Esa forma de hacer hospitalidad lo lle- de las personas migrantes más vulne-
vó a la cruz. rables, quizás nuestra Iglesia y todos
La última encrucijada, pero no por nosotros necesitemos una mirada que,
ello la menos importante, es la integra- desde la identidad, la dignidad, la jus-
lidad. Dios nos ha creado como una ticia, la hospitalidad y la integralidad,
sola familia con el convencimiento impregne la vida ordinaria de la Igle-
de que todo está conectado. En cierto sia, nuestros corazones y los de nues-
modo, la globalización nos deja atisbar tras comunidades, y sobre todo que nos
lo que esto puede significar, pero nece- conmueva y nos impulse a la acción.

26
7  ORACIÓN EN MEMORIA DE LAS VÍCTIMAS
DE LAS MIGRACIONES

Concluimos con una oración que el papa Francisco, en memoria de las víctimas
de las migraciones, realizó en Lesbos, en abril de 2016, junto a su Beatitud Ieron-
ymos, arzobispo de Atenas y de toda Grecia, y su Santidad Bartolomé, Patriarca
Ecuménico de Constantinopla.

Dios de Misericordia,
te pedimos por todos los hombres, mujeres y niños
que han muerto después de haber dejado su tierra,
buscando una vida mejor.
Aunque muchas de sus tumbas no tienen nombre,
para ti cada uno es conocido, amado y predilecto.
Que jamás los olvidemos,
sino que honremos su sacrificio con obras más que con palabras.

Te confiamos a quienes han realizado este viaje,


afrontando el miedo, la incertidumbre y la humillación,
para alcanzar un lugar de seguridad y de esperanza.
Así como tú no abandonaste a tu Hijo
cuando José y María lo llevaron a un lugar seguro,
muéstrate cercano a estos hijos tuyos
a través de nuestra ternura y protección.
Haz que, con nuestra atención hacia ellos,
promovamos un mundo en el que nadie se vea forzado a dejar su propia casa
y todos puedan vivir en libertad, dignidad y paz.

Dios de misericordia y Padre de todos,


despiértanos del sopor de la indiferencia,
abre nuestros ojos a sus sufrimientos
y líbranos de la insensibilidad, fruto del bienestar mundano
27
y del encerrarnos en nosotros mismos.
Ilumina a todos, a las naciones, comunidades y a cada uno de nosotros,
para que reconozcamos como nuestros hermanos y hermanas
a quienes llegan a nuestras costas.
Ayúdanos a compartir con ellos las bendiciones
que hemos recibido de tus manos y a reconocer que juntos,
como una única familia humana,
somos todos emigrantes, viajeros de esperanza hacia ti,
que eres nuestra verdadera casa,
allí donde toda lágrima será enjugada,
donde estaremos en la paz y seguros en tu abrazo.

28
NOTAS

1. Gutiérrez, Gustavo (1975). Teología de la la fe cristiana. Madrid: Universidad Pontificia


Liberación: perspectivas. Salamanca: Sígue- Comillas, pág. 51.
me, pág. 38. 16. Orígenes. Comentario a la Epístola a los Ro-
2. Rahner, Karl (1986). «Dios del conocimien- manos, XII, 13.
to» en Oraciones de Vida. Madrid: Publicacio- 17. Crisóstomo, Juan. Homilías sobre San Ma-
nes Claretianas, pág. 31. teo, homilía L, 4 y 5.
3. Bevans, Stephen B. (2004). Modelos de Teo- 18. De Milán, Ambrosio, Sobre los deberes de
logía Contextual. Quito: Verbo Divino, pág. 3. los ministros, III, VII, 45.
4. Bevans (2004). Op. Cit., pág. 24. 19. San Agustín, Sermones, sermón 239,4.
5. Bevans (2004). Op. Cit., pág. 29-30. 20. San Agustín, Enarraciones sobre los salmos,
6. Bevans (2004). Op. Cit., pág. 31. salmo 83,8.
7. Fisichella, Rino (1993). Introducción a la 21. Para profundizar en la comprensión de la mi-
teología fundamental. Estella: Verbo Divino. rada del papa Francisco sobre las migraciones:
8. Pueden encontrarse datos y testimonios actuali- Ares, Alberto (2014). «El Papa Francisco: una
zados en los portales digitales de la OIM, www. mirada a las migraciones». Revista Corintios
iom.int/; de ACNUR, www.acnur.org/; del SJR XIII (151-152), Madrid, págs. 184-200.
Internacional, www.jrs.net y del SJM España, 22. Ares, Alberto (2014). «El Papa Francisco: una
www.sjme.org/ (último acceso, marzo de 2017). mirada a las migraciones». Revista Corintios
9. Ares, Alberto (2015). Inmigración y nuevas XIII (151-152), Madrid.
encrucijadas. Cómo ser profeta en un mundo 23. Para elaborar este apartado, me he apoyado
diverso. Barcelona: Cristianisme i Justícia. en una reflexión anterior de Ares, Alberto
Colección virtual, núm. 9, págs. 4-14. (2016). «Cuándo te vimos forastero y te aco-
10. Ares, Alberto (2017). La rueca migratoria: gimos: Transitando una teología de las migra-
tejiendo historias y experiencias de integra- ciones». Revista Corintios XIII (157), Madrid,
ción. Madrid: Universidad Pontificia Comillas págs. 69-83.
11. Matovina, Timothy y Tweed, Thomas (2012). 24. Dos interesantes reflexiones sobre identidad
«Migration Matters: Perspective from Theolo- desde la teología de las migraciones pueden
gy and Religious Studies». Apuntes: Reflexio- encontrarse en Castillo, Jorge (2013). «Teo-
nes teológicas desde el contexto Hispano-La- logía de la migración: movilidad humana y
tino 32, pág. 4. transformaciones teológicas». Theologica Xa-
12. Benedicto XVI, citando el concilio ecuménico veriana, 63 (176), págs. 367-401; Pham, Hung
Vaticano II y la constitución Gaudium et Spes, (2015). «“Am I my Brother’s Keeper?” Sear-
4 reconoce que «entre los signos de los tiempos ching for a spirituality for immigrants». The
reconocibles hoy se pueden incluir ciertamente Way, Vol. 54. núm. 3, págs. 31-43.
las migraciones» (Jornada Mundial del Emi- 25. Budde, M. L. (2006). «“Who is My Mother?”
grante y el Refugiado 2006). Asimismo, el Papa Family, Nation, Discipleship, and Debates on
Francisco presenta las migraciones como un Immigration». Journal of Scriptural Reading,
signo de los tiempos en el Mensaje para la Jor- págs. 67-76.
nada Mundial del Migrante y refugiado 2018. 26. En algunos idiomas, como el inglés, estos tér-
13. GS 4-6, 63, 65. minos cobran un sentido más plástico: father-
14. Campese, Gioacchino (2012). «The irruption land, motherland, homeland security, secu-
of migrants: theology of migration in the 21st ring our backyard.
century». Theological Studies, 73(1), 3-32. 27. Groody, Daniel G. (2013). «The Church on
15. Martínez, Julio Luis (2007). Ciudadanía, mi- the Move: Mission in an Age of Migration».
graciones y religión: un diálogo ético desde Mission Studies 30, pág. 41.

29
28. Papa Francisco (2016). El Video del Papa 40. Papa Francisco (2015). Bula Misericordiae
Francisco. Red Mundial de Oración del Papa. Vultus, 15.
29. Elizondo, Virgilio (2007). «Culture, the Option 41. González, Miguel (2015). De la Hostilidad
for the Poor, and Liberation. The Option for the a la Hospitalidad, Barcelona: Cristianisme i
Poor» en Christian Theology, págs. 157-168. Justícia, núm. 196.
30. Una reflexión muy interesante desde el ámbito 42. Groody, Daniel G. (2009). «Crossing the divi-
teológico puede encontrarse en: Budde, Mi- de: Foundations of a theology of migration and
chael (2011). The Borders of Baptism: Identi- refugees». Theological studies, 70(3), pág. 658.
ties, Allegiances and the Church. Theopolitical 43. Schreiter, Robert (2008). «Migrants and the
Visions, Eugene, CO., Cascade Books. Este au- Ministry of Reconciliation», en Groody, Daniel
tor plantea que la principal identidad para todo G. y Campese, Gioacchino (ed.). A Promised
cristiano viene mediada por el bautismo y des- Land, A Perilous Journey: Theological Perspec-
de su pertenencia a una comunidad transnacio- tives on Migration. Paris: Notre Dame Press.
nal que es la Iglesia, con todas las implicacio- 44. El sistema de castas se abolió en 1950, pero
nes que esto supone desde la Eclesiología de la persiste en muchos lugares de la India, en par-
Solidaridad para el ámbito de las migraciones, ticular dentro del ámbito rural.
entre otros. Sobre la Iglesia como espacio trans- 45. Para profundizar en las Comunidades de Hos-
nacional, véase también: Ares, Alberto (2011). pitalidad, véase: Ares, Alberto (2015). «Co-
«Iglesia como espacio trasnacional. La religio- munidades de Hospitalidad». Revista Jesuitas.
sidad popular que viaja de Ecuador a España: Jesuitas Social. Madrid.
la devoción a la Virgen del Quiche». Revista 46. Sicre, J. L. (2015). «Jesús y las periferias». Sal
Migraciones núm. 29. Madrid: Universidad Terrae 103/11, págs. 947-959; Groody, Daniel
Pontificia Comillas, págs. 175-192. G.. (2009). «Crossing the divide…», pág. 657.
31. Papa Francisco (2013). Evangelii Gaudium 47. Karris, Robert J. (1985). Luke: Artist and
núm. 93. Theologian, Nueva York: Harper & Row, pág.
32. Concilio Vaticano II (1965). Gaudium et 47. Lo mismo se encuentra en Perrin, Norman
Spes, núm. 24. (1967). Rediscovering the Teaching of Jesus,
33. Es interesante la reflexión y la invitación a Nueva York: Harper & Row, págs. 102-107.
cambiar la “Xenophobia” por la “Xenophilia”, 48. Jeremias, Joachim (1972). La dernière Cène,
entendida como “hospitalidad, amor y cuida- les paroles de Jésus, París: Éditions du Cerf,
do al extranjero” en: Rivera-Pagán, Luis N. pág. 243.
(2012), «Xenophilia or Xenophobia». The 49. Sobre una lectura de teología política desde la
Ecumenical Review, 64, págs. 575–589. clave eucarística: Izuzquiza, Daniel (2010).
34. De Loyola, Ignacio (1990). Ejercicios espiri- Al partir el pan. Notas para una teología polí-
tuales. Santander: Sal Terrae. tica de las migraciones. Barcelona: Cristianis-
35. De Aquino, Tomás. Summa Theologiae (Tex- me i Justícia, núm. 169.
tus Leoninus), Taurini-Romae, Marietti, 1950. 50. Bedford-Strohm, Heinrich (2008). «Respon-
Versión en español: Suma Teológica de santo ding to the Challenges of Migration and Flight
Tomás de Aquino, edición bilingüe, texto de la from a Perspective of Theological Ethics» en
Edic. Leonina y versión en español, PP. Domi- Churches’ Commission for Migrants in Eu-
nicos, 16, 1947-1960. rope, Theological Reflections on Migration.
36. Groody, Daniel G. (2013). «The Church on Bruselas, pág. 46.
the Move…». Op. Cit., pág. 37. 51. Un libro muy sugerente, actual y que aporta
37. Carroll, M. Daniel (2013). Christians at the propuestas desde lo cotidiano es Balleste-
Border: Immigration, the Church, and the Bi- ros, Carlos (2016). Las cuentas de la vieja.
ble. Brazos Press. Apuntes para el empoderamiento y la sobera-
38. Hoffmeier, James K. (2009). The immigra- nía económicas. Madrid: San Pablo.
tion crisis: immigrants, aliens, and the Bible. 52. Campese, Gioacchino (2008). Hacia una teo-
Wheaton: Crossway. logía desde la realidad de las migraciones:
39. Matovina, Timothy y Tweed, Thomas (2012). Método y desafíos. Jalisco. Cátedra Eusebio
«Migration Matters…», Op. Cit., pág. 13. Kino SJ., Guadalajara.

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CUESTIONES PARA LA REFLEXIÓN

1. El cuaderno plantea la realidad migratoria como un signo de los tiempos.


A la luz de los datos que se ven reflejados y del peso que el debate mi-
gratorio tiene en nuestro mundo actual. ¿Cuál sería a tu modo de ver la
mejor manera de acercar esta realidad de las personas en movimiento
en tu contexto más cercano?

2. La Biblia describe a Abraham, como padre de la fe desde la experiencia


fundante como migrante. Este elemento es recordado en diversos mo-
mentos en la Biblia: «Mi padre fue un arameo errante» (Dt 26,5). ¿Crees
que el cristianismo y las otras religiones del libro que tienen a Abraham
como su padre en la fe, viven esta realidad migratoria como constitutiva
de su propia experiencia religiosa?

3. El Pueblo de Dios se configura como comunidad creyente en dos hitos


cruciales conectados con la experiencia de pueblo migrante: el exilio en
Egipto y el éxodo a la tierra prometida. ¿Eras consciente de ello antes
de hacer esta reflexión? ¿Sabes cuantas veces se hace referencia en la
Biblia a estos dos acontecimientos asociados a la realidad migratoria?

4. Jesús se reconoce asimismo como el migrante, desde sus orígenes. Ma-


teo presenta la infancia de Jesús y la Sagrada Familia bajo una expe-
riencia muy dura de migración forzosa (Mt 2,14-15). El mismo Lucas, na-
rra el nacimiento de Jesús fuera de la ciudad, como una familia migrante,
«porque no había sitio para ellos en la posada» (Lc 2,7). ¿Habías caído
en la cuenta de esta realidad en la vida de Jesús? Te invitamos a que
intentes hacer una relectura de tu vida a la luz del “hilo migratorio”. Tal
vez reconociendo tus orígenes y los de tu familia, cayendo en la cuenta
de toda tu experiencia peregrina en la vida, etc.

5. «De ninguna manera se debe aprobar a los que expulsan a los inmigran-
tes de la ciudad en tiempos de hambre, cuando los deberían ayudar más.
Les separan de la relación con el Padre común, les niegan los frutos
dados para todos, les separan de la comunidad de vida ya iniciada: no

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quieren repartir con los que tienen derechos comunes los recursos en
tiempos de necesidad». ¿Sabes cuándo se denunciaron estas prácti-
cas? Las narra San Ambrosio en el siglo iv. Palabras tan antiguas, pero
tan actuales. ¿Qué enseñanzas has podido aprender de los mensajes
que nos expresan los Santos Padres tantos siglos atrás?

6. El Papa Francisco, así como sus predecesores han reconocido la im-


portancia y la necesidad de «acoger, proteger, promover e integrar a
los emigrantes y refugiados» (JMM 2018). El mismo Papa Francisco ha
realizado hechos concretos, visitas y acciones de acogida, animando a
toda la comunidad cristiana en esta dirección. El Papa Francisco nos
dice sobre la acogida a los migrantes y refugiados: «Acoger al otro es
acoger a Dios en persona». ¿Cómo has recibido esta invitación desde
tu experiencia personal o de tu comunidad? ¿Conoces experiencias de
personas concretas que han vivido esta experiencia de éxodo?

7. El cuaderno plantea cinco encrucijadas en el ámbito de las migraciones:


identidad, dignidad, solidaridad, hospitalidad e integralidad. Cada una de
ellas viene acompañada de una cuestión: ¿Quién es mi familia? ¿Cómo
nos ha creado Dios? ¿Cuándo te vimos forastero, y te acogimos? ¿Con
quién comparte la mesa Jesús? ¿Está todo conectado?
¿Qué respuestas darías a cada una de estas preguntas desde tu propia
vida y experiencia personal?

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