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CASACIÓN Nº 738-99
CAÑETE
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nomos & thesis / jurisprudencia civil
los poderes que se le otorgó. Segundo.- Que las sentencias de mérito han establecido que
en dicho acto jurídico intervino el Banco Internacional del Perú Sucursal de Cañete,
representado por su administrador el señor Víctor Chávez Romero, faltando la
intervención de otro funcionario de dicho Banco en la celebración de dicho acto jurídico,
incumpliéndose de esta manera los alcances del poder de fojas sesentisiete (motivo
quinto de la apelada y segundo de la de vista). Tercero.- Que dentro de la patología del
acto jurídico, nuestra legislación claramente distingue los actos jurídicos nulos de los
meramente anulables. Son nulos y por tanto inexistentes aquellos en que falta alguno de
los requisitos esenciales de éste, cuando sea contrario a normas imperativas o sea ilícito,
como enumera el artículo doscientos diecinueve del Código Civil; en cambio es
meramente anulable cuando el acto adolece de ciertos defectos, pero existe y produce
sus efectos, como establecen los artículos doscientos veintiuno y doscientos veintidós del
mismo Código. Cuarto.- El acto jurídico puede ser celebrado por representación, y es más,
las personas jurídicas necesariamente deben ser representadas, desde que no tienen
existencia física, y el apoderado que interviene en esas circunstancias, actúa en virtud de
un mandato, que es un contrato nominado, regulado en el capítulo cuarto del título
noveno de la sección contratos del Código Civil, que establece los derechos y obligaciones
de ambas partes. Quinto.- Que empero, para adquirir derechos para un tercero no es
necesario contar con facultad para ello, como el caso de la persona que adquiere un bien y
declara que hace la compra por encargo y con dinero de un tercero, que es quien
finalmente recibe el dominio; al igual que para hacer un pago, pues cualquier persona
puede hacerlo; en cambio nadie puede obligar a otro sin su autorización, como así resulta
de lo dispuesto en los artículos mil ochocientos nueve, mil ochocientos diez y mil
doscientos veintidós del Código Sustantivo. Sexto.- Que cuando el apoderado se excede
de las facultades otorgadas, conforme a la regla del artículo ciento sesentiuno del Código
Civil, en principio el acto resulta ineficaz frente a su representado; pero éste puede
ratificarlo conforme a la norma del artículo ciento sesentidós siguiente, de tal manera que
sólo el representado y no otro puede objetar el acto jurídico efectuado en su nombre, así
como también puede ratificarlo, como resulta de su simple interpretación gramatical, lo
que determina la interpretación errónea hecha por las sentencias de mérito de la primera
norma citada y la pertinencia, por relación de causalidad, de la segunda y por tanto
evidente el vicio de su inaplicación denunciado por el recurrente. Séptimo.- Que en
consecuencia, el acto jurídico celebrado por el apoderado excediendo sus facultades es
solamente anulable y no puede ser alegada por otra persona que aquella en cuyo
beneficio la establece la Ley, como dispone el artículo doscientos veintidós del Código
Civil, lo que determina la aplicación indebida del artículo doscientos diecinueve del
mismo, en que se sustentan las sentencias de instancia. Octavo.- Que en tal virtud, la
demandante no está legitimada para demandar la nulidad del acto jurídico en cuestión, en
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S.S.
ORTIZ B., SÁNCHEZ PALACIOS P., ECHEVARRÍA A., CASTILLO LA ROSA S., ALVA S.
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