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en el inciso final del artículo 349 de la Constitución.

Si al 20 de octubre el
presupuesto aún no se aprueba, el proyecto del gobierno cobrará vigencia
inmediata.

Si el proyecto de presupuesto anual no se presenta al Congreso dentro de los


10 primeros días del período legislativo, o bien si el Congreso no lo aprueba,
el gobierno emite un decreto mediante el cual se aplica el presupuesto del año
anterior. No obstante, el gobierno puede reducir las partidas de gasto si se
determina que las rentas para el período fiscal siguiente son insuficientes. Una
vez aprobado el presupuesto, el gobierno dicta un decreto de liquidación del
mismo que toma en cuenta todas las modificaciones e incorpora un anexo con
detalles de todas las apropiaciones para el año fiscal siguiente.

Cuando el gobierno envía el proyecto de presupuesto al Congreso, debe


acompañarlo de un programa macroeconómico y una evaluación de la solidez
de la política fiscal junto con las políticas principales contenidas en las
proyecciones de crecimiento y el marco del plan de desarrollo. El Congreso
debe aprobar el presupuesto a más tardar el 20 de octubre de cada año. Ello
implica que esta institución cuenta con tres meses para revisar el proyecto de
presupuesto, plazo que resulta reducido para efectuar una revisión completa.

El proyecto de presupuesto enviado por el Ejecutivo se debate en sesiones


mixtas de la Comisión Económica y la Comisión de Presupuesto del Senado y
la Cámara Baja. Si el Congreso no aprueba el presupuesto presentado, regirá
el expuesto por el gobierno. Pero si el presupuesto no se hubiere presentado
dentro del plazo correspondiente, regirá el del año anterior, aunque el gobierno
podrá reducir gastos, cuando así lo aconsejen los cálculos de rentas del
nuevo ejercicio. Si el presidente no muestra conformidad con el presupuesto
aprobado por el Congreso, el presidente puede ejercer su derecho a veto, lo
cual constituye una demostración del poder del presidente frente al Legislativo
durante el proceso presupuestario.

El decreto de liquidación contiene “disposiciones generales” que pueden


ser propuestas por el Ministerio de Hacienda a fin de lograr una adecuada
ejecución del presupuesto. Dichas disposiciones son de carácter temporal y,
en principio, no deberían incluir reglas sustantivas, implantar nuevos impuestos
o modificar los ya existentes, o cambiar el Estatuto Orgánico del Presupuesto.

La Ley de Responsabilidad Fiscal (Ley 819 de 2003) es la ley colombiana


relativa al presupuesto. La institución encargada del sistema de presupuesto
anual es el Ministerio de Hacienda y Crédito Público, el cual cuenta con 97
funcionarios públicos. Sin embargo, la responsabilidad inicial de elaborar la
propuesta de presupuesto recae en este ministerio (Dirección General del
Presupuesto Público Nacional [gastos periódicos]) y en el Departamento
Nacional de Planeación (gasto de inversión). La propuesta debe ser enviada
al Congreso anualmente entre el 20 y el 29 de julio. El Congreso debe aprobar
el proyecto de presupuesto antes del 20 de octubre.

Para atender los asuntos del presupuesto anual, el Congreso cuenta con la
Comisión Mixta de Hacienda y las comisiones económicas de ambas cámaras.
El período de evaluación del presupuesto es de 90 días, del 20 de julio al 20
de octubre, y el Congreso debe aprobar el proyecto en esta última fecha. El

Colombia 81
cuerpo legislativo tiene la facultad de reducir el presupuesto; sin embargo, la
facultad de aumentarlo está sujeta a la aprobación del gobierno, y el presidente
tiene derecho de veto.

Bocagrande, Cartagena, Colombia.

82 Los sistemas de planificación y presupuesto en Corea y América Latina


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Chile
Contexto nacional
Tal como sucede con muchos otros países de América Latina, Chile heredó de
España una estructura fiscal rudimentaria en la que las Oficinas Reales se limitaban
a mantener un registro de los impuestos que debían recaudar y de los gastos que
efectuarían cada año. Este sistema presupuestario siguió aplicándose hasta que
en 1927 se estableció una organización presupuestaria formal, con lo cual se
modificó la débil estructura anterior. Las actuales instituciones presupuestarias
de Chile se rigen por las estipulaciones de la Constitución Política de 1980 y de
la Ley de Administración Financiera del Estado de 1975, la cual estableció que
el presupuesto nacional debe ser integral y abarcar a las diversas entidades y
ministerios del gobierno central, del Poder Judicial y del Poder Legislativo.

De esta forma, la administración presupuestaria y los procedimientos relativos al


presupuesto tienen su origen en la Constitución Política de la República de Chile.
En lo que concierne a las facultades de dirección, hoy en día el país dispone de
reglamentos que garantizan que el presidente y el Congreso puedan acordar el
orden de prioridades para la asignación presupuestaria.

La gobernanza fiscal es robusta cuando el gobierno puede continuar con su


política fiscal de manera sostenible durante mandatos sucesivos, y cuando la
política fiscal y las reformas se articulan entre sí. El sistema presupuestario de
Chile se centra en la estabilidad fiscal de largo plazo, lo que implica una toma de
decisiones más estratégica y menos gradual, aunada con un desarrollo nacional
u otras prioridades sociales y económicas, de manera de alcanzar los objetivos
acordados entre los distintos partidos políticos.

Chile ha desarrollado una normativa presupuestaria única y sin precedente


en otros países. A lo largo de su historia, ha debido hacer frente a algunas
experiencias desafortunadas, incluida una serie de crisis financieras registradas
hasta mediados de los años ochenta. Tales dificultades políticas y económicas
sirvieron de motivación para dar vida a un sólido sistema de presupuesto. La
hiperinflación y los déficits fiscales llevaron a los chilenos a reflexionar acerca de
la importancia de la estabilidad económica nacional. Fue así que el país logró la
estabilidad fiscal durante la segunda mitad de la década de 1980.

Durante muchos años Chile mantuvo un esquema de balance estructural sin


una ley de responsabilidad fiscal, la cual se aprobó recién en 2006. El balance
estructural del presupuesto tiene por objetivo eliminar los efectos de fluctuaciones
cíclicas de la actividad económica en el equilibrio presupuestario. Cuando la

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