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PROVIDENTISSIMUS DEUS
LEÓN XIII
aquellos que han sido llamados, por la gracia de Dios, a las órdenes
sagradas, pongan
de día en día mayor cuidado y diligencia en leer, meditar y explicar
las Escrituras, pue
ser tenidas las divinas Letras y con cuánto celo y con qué
respeto les es preciso
9. Y aquí nos place recordar este aviso de San Agustín: «No será
en lo exterior un
estos libros no es común, sino que, por haber sido dictados por el
mismo Espíritu Santo
gran parte de ellos fuera leída y meditada por todos sus ministros
en el oficio diario de
con tan grande abundancia, que este período fue llamado con
razón la Edad de Oro de
la exégesis bíblica.
han inspirado casi todos sus sucesores. Entre los muchos que han
extendido los límites
14. Desde esta época hasta el siglo XI, aunque esta clase de
estudios no fueron tan
entre sí; con lo cual todo el mundo ve cuánta luz ha sido llevada a
puntos oscuros.
talento de muchos sabios, entre los que cierto número, sobre todo
los que estudiaron
mismo género.
19. Todos los que sin prevenciones examinen esta rápida
reseña nos concederán
ciencia libre; pero que tienen ellos mismos por tan inciertos, que
con frecuencia varían
Escritura.
24. Nuestro primer cuidado, por lo tanto, debe ser éste: que en los
seminarios y en las
texto explica»(32).
consejo acerca de este punto es que observen las normas que están
en uso respecto de
sobre este particular más vivo. Por eso, al cuidado de valorar las
palabras en sí mismas,
Padres) para que los hombres los estudien con más atención y
cuidado, para que las
para que ellos comprendan sobre todo que Dios ha dado a la Iglesia
las Escrituras a fin
San Ireneo enseñó(34) que, allí donde Dios ha puesto sus carismas,
debe buscarse la
ciencia, por poco importante que sea y fácil de adquirir, pide ser
enseñada por un
su interpretación»(39).
la verdad. Que el intérprete sepa, por lo tanto, que debe seguir sus
pasos con respeto y
con tal que siga religiosamente el sabio precepto dado por San
Agustín: «No apartarse
en nada del sentido literal y obvio, como no tenga alguna razón que
le impida ajustarse
111afirmar sobre los libros santos las verdades que son objeto de la
fe y las que de éste se
la relación que existe entre los dogmas católicos. Nada tiene esto
de sorprendente para
36. Hay que poner, por lo tanto, especial cuidado en que los
jóvenes acometan los
resta, sin embargo, otro punto que fijar y tan importante como
laborioso: el de afirmar
incluye San Juan Crisóstomo entre los deberes del sacerdote: «Es
preciso —dice—
dedicada a las letras; la cual, una vez que haya perdido sobre algún
punto el respeto a
sagrados.
expresarnos suele ante todo destacar lo que cae bajo los sentidos,
de igual modo el
cuales, al exponer los pasajes que tratan de cosas físicas, tal vez
no han juzgado
los lugares que con todo rigor haya sido demostrado; también
puede suceder que el
socorros pueden los católicos esperar del Estado para sus estudios,
más conviene que
hijos.
54. Esto es, venerables hermanos, lo que acerca de los estudios de
Sagrada Escritura
pontificado.
CARTA ENCÍCLICA
SPIRITUS PARACLITUS
BENEDICTO XV
SOBRE LA INTERPRETACIÓN
DE LA SAGRADA ESCRITURA
asidua.
del profeta Abdías: con este ensayo «de ingenio pueril»(8), de tal
manera creció en él el
jeronimiana.
7. Pero, como su atracción máxima eran los Santos Lugares de
Palestina, muerto San
Nicodemo»(17).
que haya contemplado con sus ojos la Judea y conozca los restos
de las antiguas
duda, por otra parte, que cada uno de sus autores, según la
naturaleza e ingenio de
de tal manera que Dios deba ser considerado como causa principal
de todo sentido y de
todas las sentencias de la Escritura; sino que, además, considera
cuidadosamente lo
y no suyas, y lo que por boca de ellos dice lo habla Dios como por
un instrumento»(19).
Dios, con su gracia, aporta a la mente del escritor luz para proponer
a los hombres la
Dios»(23).
verdad»(26).
13. Sobre la Escritura en general, leemos, en su comentario a
Jeremías, que la muerte
14. Ahora bien: San Jerónimo enseña que con la divina inspiración
de los libros sagrados
están llenos de ojos quien haya visto que no hay nada en los
Evangelios que no luzca e
la Sagrada Escritura»(42).
los Padres.
la Sagrada Escrítura.
de las cosas que han sido escritas sobre sus santos». Y después de
aducir numerosos
demás cosas que han sido escritas sobre los santos no podrá creer
en el Dios de los
santos»(44).
salvarnos»(45).
dijo: Porque así está escrito y así convenía que el Cristo padeciera y
resucitara de entre
especial a los que forman en esta disciplina a los alumnos del altar,
a que sigan con
pendientes»(55).
35. El amor a las cuales resplandece sobre todo en las cartas de San
Jerónimo, de tal
maestros...»(56).
36. Mas por qué camino y de qué modo se deba buscar con
esperanza cierta de buen
inculta, y, porque con mis ojos ciegos no veía la luz, pensaba que
era culpa del sol y no
de los mayores, hasta llegar a afirmar que «lo que sabía no lo había
aprendido de sí
ajustado su vida y sus estudios: «Ten para ti que nada debe haber
para nosotros tan
sagrado como salvaguardar los derechos del cristiano, no cambiar
el sentido de los
conmigo»(66).
242Iglesia no lo admite?»(68)
agregadas a la de Roma.
48. Mas, si en todos los fieles requiere San Jerónimo afición a los
libros sagrados, de
manera especial exige esto en los que «han puesto sobre su cuello
el yugo de Cristo» y
fueron llamados por Dios a la predicación de la palabra divina. Con
estas palabras se
los sacerdotes la ley. Forma parte del excelente oficio del sacerdote
responder sobre la
los justos brillarán como las estrellas, y los inteligentes, es decir, los
doctos, como el
lo que de ellos exige la dignidad del oficio divino al que han sido
elevados, si no quieren
piense en su corazón(92).
53. Y lo que el santo Doctor enseña sobre las reglas que deben
guardarse en el empleo
conste con certeza qué dijo el autor sagrado. Pues nadie ignora
que San Jerónimo,
espiritual»(100).
apóstol San Pablo, quien, por ejemplo, «al exponer los misterios
de Adán y Eva, no
rebuscadas»(111).
anacoreta, más que por nuestras palabras, por las suyas propias.
Escuchad cómo habla
pregunta: «Dime, ¿hay algo más santo que este misterio? ¿Hay algo
más agradable que
este deleite? ¿Qué manjares o qué mieles más dulces que conocer
los designios de
casi todos los hechos del Antiguo Testamento, ¿no eran acaso la
sombra de esta Iglesia?
le odian los clérigos porque ataca su mala vida y sus crímenes. Pero
todos los hombres
ultrajes, sin decaer de ánimo, pronto como estaba para morir por la
defensa de la fe
fe»(124).
que nada puede tanto para apartar del mal como el amor de las
cosas más puras;
con graves consejos a los esposos a llevar una vida pura y santa;
insinúa en las almas
dones, recibe a Cristo en ella. ¿De qué sirve que resplandezcan sus
muros con piedras
Mateo: «La Iglesia ha sido asentada sobre piedra por la palabra del
Señor; ésta es la
secreta entrada»(130).
61. Como en los últimos pasajes que hemos citado, así otras
muchas veces nuestro
creyentes?»(132).
río y del árbol de la vida, dice entre otras cosas: «Un solo río sale
del trono de Dios, a
ley ni a los profetas; antes bien, los alabo porque anuncian a Cristo.
Pero de tal manera
paciente, a no tener otro anhelo que sufrir con Cristo y por Cristo.
Por ello, cuando,
inmundo y tiene por vano todo lo que existe debajo del sol con tal
de ganar a Cristo; el
Cristo?»(137).
64. Sacaba, pues, San Jerónimo abundantes frutos de la lectura de
los Sagrados Libros:
de aquí aquellas luces interiores con que era atraído cada día más
al conocimiento y
«Nada más rico que aquel que lleva el cuerpo del Señor en una
cesta de mimbres y su
en que gimió de niño, es digno de ser honrado, más que con pobres
palabras, con el
silencio...
¿Cuándo llegará el día en que nos sea dado penetrar en la gruta del
Salvador, llorar en
para su cuerpo, pero tan suave para el alma, que exclamaba: «Ya
quisiera tener Roma lo
cuyo eco, salido del desierto, escuchó en otro tiempo todo el orbe
católico; pero por sus
pontificado.
CARTA ENCÍCLICA
por sagrados y canónicos los libros enteros con todas sus partes, tal
como se han solido
sin error, sino porque, escritos con la inspiración del Espíritu Santo,
tienen a Dios por
510I
511los medios, que los divinos oráculos hallen entre los nuestros en
general aquella más
Sumos Pontífices[12].
que salieron y cada día salen de las aulas en las que se enseñan las
más elevadas
que cada día se propagan y cobran fuerza, como, por ejemplo, las
asociaciones en pro
II
bíblicos y de los que para los mismos son útiles han cambiado
mucho en estos
mismo ejercicio, nos enseñan muchas más cosas y con más certeza.
Y, en efecto cuánta
lo que resta por hacer y con qué espíritu debe hoy el exegeta
católico emprender tan
tanto, con diligencia adquirir cada día mayor pericia en las lenguas
bíblicas y aun en las
demás orientales, y corrobore su interpretación con todos
aquellos recursos que
veces de tal manera que pudiera decirse haberla los mismos usado
para introducir en el
los primeros siglos hasta nuestros días estos estudios del arte
crítica. Así es que hoy,
leyes críticas. Y ténganlo todos por bien sabido que este largo
trabajo no solamente es
mismo concilio, con justo motivo, decretó que debía ser preferida
la que «había sido
proponer y confirmar los dogmas de la fe, sino que sea también útil
a los sacerdotes
17. Una vez que hubieren dado tal interpretación, teológica ante
todo, como hemos
sobriedad, nunca, sin embargo, debe olvidarse que este uso de las
palabras de la
Dios viva y eficaz y más penetrante que espada de dos filos, y que
llega hasta la
industrioso estudio de aquellas obras con las que los Santos Padres,
los doctores de la
exhausto.
20. Es, además, muy justo esperar que también nuestros tiempos
puedan contribuir en
que les faltaban casi todas las noticias necesarias para ilustrarlas
mejor. Cuán difíciles
que él, bajo el influjo de la divida moción, de tal manera usa de sus
facultades y fuerza,
23. Por otra parte, cuál sea el sentido literal, no es muchas veces
tan claro en las
afirmó una y varias veces que se halla en los sagrados libros [29].
las dificultades, sino que aún hoy haya graves problemas que
preocupan no poco los
sino que acaso se relega a que lo alcancen los venideros, nadie por
eso se incomode,
espíritu poco prudente con el que se juzga que todo lo nuevo, por
el solo hecho de
30. Porque tengan, en primer término, ante los ojos que en las
normas y leyes dadas
son solamente pocas aquellas cuyo sentido haya sido declarado por
la autoridad de la
ciencia»[31].
sobre sí por casi dos mil años, para que la palabra de Dios
concedida a los hombres por
los sagrados libros no se los dio Dios a los hombres para satisfacer
su curiosidad o para
para que estos divinos oráculos nos pudieran instruir para la salud
por la fe que es en
toda obra buena (cf. 2Tim 3, 15,17). Los sacerdotes, pues, a quienes
está encomendado
de las almas.
(Lc 24, 32). De este modo, las divinas Letras sean para los futuros
sacerdotes de la
todas las épocas son necesarias, urgen, sin duda, mucho más en
nuestros luctuosos
presidan con pública autoridad, sea que estén sujetos con el deber
de obediencia y
los aprietos y torbellinos del mundo, creo que más que nada es la
meditación y ciencia
***
34, Expuestas, pues, y recomendadas aquellas cosas que tocan a la
adaptación de los
sólo les felicitemos con ánimo paternal por haber sido elegidos y
llamados a cargo tan
excelso, sino que también les demos nuevo aliento para que
continúen en cumplir con
fuerzas cada día renovadas, con todo empeño y con todo cuidado la
obra felizmente
Dios. Lo que en los siglos pretéritos llevaron a cabo con gran fruto
aquellos preclaros
que les espera: toda vez que aquellos que hubieren sido sabios
brillarán como la luz del
bendición apostólica.
Dado en Roma, junto a San Pedro, el día 30 del mes de septiembre,
en la Festividad de
de nuestro pontificado.