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HABEAS CORPUS EN FAVOR DE INTERNOS ALOJADOS

EN EL SERVICIO PENITENCIARIO DE CHIMBAS

San Juan, 29 de enero de 2018

Señor Juez: Marcia Paz Álvarez Vega, trabajadora social, DNI 95.033.896, con domicilio real en Los
Cuyanos, 252 (Este) – Rawson, San Juan, ante este Tribunal respetuosamente comparezco y digo:

I. OBJETO
Que vengo por el presente, según me autoriza la Ley 23098 (promulgada el 19 de Octubre de
1984), a interponer un HABEAS CORPUS CORRECTIVO COLECTIVO POR AGRAVAMIENTO
DE LAS CONDICIONES DE DETENCION en favor de los DETENIDOS ALOJADOS EN EL
SERVICIO PENITENCIARIO DE CHIMBAS Y LA ALCAIDIA DE MUJERES DEL MISMO
RECINTO PENITENCIARIO, quienes permanecen en condiciones que arriesgan su vida,
profundizan las lesiones a la integridad física y violan sus derechos de conformidad con los
arts. 18, 43 y 75 inc. 22 de la Constitución Nacional; 16, 19 y 31 de la Constitución de la
Provincia de San Juan; las Reglas Mandela; los artículos 1 y 2 del Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos, 1, 5, 11 y 25 de la Convención Americana de Derechos Humanos,
y 1, 12 y 13 de la Convención contra la Tortura y otros tratos o penas crueles y degradantes,
con el objeto de hacer cesar su padecimiento.

II. OBSERVACIÓN DE LAS CONDICIONES


No es fácil graficar con registros fotográficos las condiciones exactas que se padecen en el
Servicio Penitenciario de Chimbas, pues pareciera moverse con leyes propias y el hermetismo
existente impide el acceso a los pabellones e, incluso, a las peticiones de los internos. No se
permite la entrada de prensa ni celulares al penal. El único correo electrónico que autorizaban
hasta el cese de sus funciones del ahora ex director del Dr. Oscar Ghilardi era el mail personal
de dicho funcionario, que ni siquiera es un correo institucional, sino su Yahoo personal. Ni
siquiera los miembros del Organismo Técnico Criminológico (OTC) del penal están autorizados
a dar sus correos electrónicos, lo cual constaté en una visita personalmente. De todas maneras
he logrado recabar información a través de ex reos entrevistados en la Dirección de Protección
del Preso Liberado y Excarcelado, de familiares de presos e incluso de algunos internos que
logran comunicarse con sus familias a través de visitas o llamadas telefónicas. Gracias a ello he
tenido conocimiento de algunas de las irregularidades que se llevan a cabo en el penal:
—Hacinamiento: los internos duermen en celdas de pequeñas dimensiones en un número no
inferior a 6 personas, algunos en cuchetas y otros en colchones en el suelo o camastros
“improvisados”, con la consecuente incomodidad. La mala ventilación, el frío invernal y el
asfixiante calor estival agravan las condiciones. Los colchones en muchos casos no son
aportados por el Servicio Penitenciario, sino por familiares que solicitan permiso para llevarlos.
En una ocasión la familia de un interno solicitó incluso entrar al penal un inodoro, pues no había
en el pabellón. Lo único que se le entrega a cada interno al ingresar al penal es una manta.
Dicho hacinamiento no es simplemente una mala condición de la detención, sino una práctica
estatal que promueve la indignidad y la promiscuidad: Por ello, tales prácticas de conductas
activas u por omisión por parte del Estado Provincial deben considerarse “trato inhumano y
degradante”.
—A pesar de la prohibición que los agentes penitenciarios porten celular, esta norma solo es
respetada por algunos. Muchos penitenciarios e internos tienen celulares.
—La alimentación (dos raciones por día a aquellos que cumplen condena con sentencia firme)
es de baja calidad y escasa. Los demás internos comen gracias a los alimentos que sus visitas
les llevan.
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—El agua que ingieren es demasiado clorada. Además, algunas noches los penitenciarios, de
forma arbitraria y cruel, cortan el suministro en algunos pabellones. Si los internos no disponen
de agua almacenada, carecen del vital elemento hasta la mañana siguiente.
—Las duchas solo tienen agua fría, sea invierno o verano.
—Las únicas fuentes laborales existentes para los internos con sentencia firme son una
bloquera, una chacra y la panadería. No es suficiente para dar trabajo a los internos, quienes
no logran emolumentos mayores a 500 pesos mensuales, y si desean hacer algo por su cuenta
en muchas ocasiones les es retirado.
—No hay médico de planta en el penal, los medicamentos escasean y no hay tratamiento para
enfermedades graves y/o crónicas, como se puede constatar en la noticia aparecida en Canal
13 con fecha 29 de enero de 2018 en el que se solicita un tratamiento urgente para un preso
celiaco desnutrido (anexo 1).
—Ni en los pabellones masculinos ni en la alcaidía de mujeres aportan elementos de higiene,
ya sea personal o elementos de limpieza. Si en la Alcaidía de Mujeres nace un bebé, los
mismos presos arman una cuna con cajas de madera y se la regalan. Todos los demás
elementos de limpieza e higiene personal son aportados por los familiares de los internos.
—Las peticiones de los internos, formuladas por escrito, no son recibidas o, de serlo, no son
derivadas a la juez de ejecución de la pena competente.
—Otra práctica terrible que debe ser caracterizada como una violación a los derechos humanos
por omisión, es la no intervención del personal penitenciario en reyertas, ataques o agresiones
entre internos. De hecho, en algunos pabellones los penitenciarios ni siquiera entran para
intervenir y detener el conflicto.
—Además, denuncio que, dicho por los mismos internos, los agentes penitenciarios portan
armas de fuego, lo cual no se ajusta a la ley. Hecho que quedó corroborado con la denuncia
interpuesta por la juez de Ejecución Penal, doctora Margarita Camus, a comienzos del mes de
julio de 2017 por los 23 perdigonazos que recibió por la espalda un interno que,
supuestamente, participaban de una reyerta entre ellos. Es de público conocimiento, además, la
condena a 11 penitenciarios por la golpiza a un preso en marzo del año pasado (adjunto nota
periodística anexo 2).
—También es una falta de respeto a los derechos humanos de los internos, que el Servicio
penitenciario Provincial divulgue a la prensa cuáles son los días en los que se autorizan las
visitas íntimas y cómo funciona dicho régimen, permitiendo que la ciudadanía se exprese con
comentarios de bajísimo gusto, no respetando el derecho a la intimidad que incluso un reo/a
merece. Como prueba, me remito al informe “Felices los tres… en el Penal: Los miércoles,
jueves y sábados hay visitas íntimas en el Servicio Penitenciario. Se distribuyen los turnos de
acuerdo al pabellón. Cómo se preparan las mujeres de los internos”, publicado el domingo 23
de julio del presente por el diario Tiempo de San Juan. Esa información solo puede haber sido
divulgada por el SPP e ignoro el motivo. El Estado tiene la obligación y responsabilidad de dar a
quienes estén cumpliendo una condena o una detención preventiva la adecuada custodia, que
se manifiesta también en el respeto de sus vidas, salud e integridad física y moral, lo que
notoriamente no se está cumpliendo. Las condiciones de detención no solo violan derechos,
sino que lo someten a indignidad, y arriesgan su vida tornando ilegitima la cautela (se adjunta
la nota en el anexo 3)

Por otra parte, gracias a mi perseverancia, conseguí una entrevista con el secretario de
seguridad Gustavo Fariña en julio del 2017. El secretario Fariña era en esos momentos el
director interino del Servicio Penitenciario por la renuncia del doctor Oscar Ghilardi. La
entrevista con él no fue negativa. Me comunicó que de mi proyecto lo que más le interesó fue el
tema de la rehabilitación en drogas (tengo experiencia, pues dirigí una Comunidad Terapéutica
en Chile). Me dijo que en el penal existe una Comunidad Terapéutica que no funcionaba bien y
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que solo la llevan funcionarios penitenciarios y el párroco Eduardo Gutiérrez; y que él quería un
tipo de rehabilitación más completa y laica. Me dijo que arreglaría una visita al penal para que
conociera al equipo y la Comunidad, hiciera una evaluación y diagnóstico, y que luego le
elaborara un proyecto.
Dicha visita se dio por fin el día 6 de octubre del año pasado y realicé una visita a la Comunidad
Terapéutica del Servicio Penitenciario en compañía del padre Eduardo. Mantuvimos una
reunión con el subdirector del Servicio Penitenciario Provincial Mario Varela, el Jefe de
Seguridad Externa Daniel Quinteros, el Jefe de Cuerpo Víctor Reinoso y el Oficial de Seguridad
Externa Jorge Sisterna.
Tras esa reunión, mantuvimos un encuentro con los internos que conforman la comunidad y se
realizó una visita al recinto que ocupan.
Hice la evaluación y diagnóstico que se me pidió (la incluyo adjunta, anexo 5), y el 16 de
octubre lo envié al correo personal del secretario Fariña. Dos días después, a su correo
institucional. Esperé varias semanas y, en una de mis llamadas, me dijeron que había estado
de viaje, que luego vinieron las elecciones, que después volvió a estar de viaje y que en esos
días volvería a viajar y que se lo llevaría impreso para leerlo. Hasta la fecha, no he vuelto a
saber de la Secretaría ni del Servicio Penitenciario, por lo que deduzco que no hay interés en
mejorar la situación de los internos con problemas de adicciones.
Potr otra parte, en una nota aparecida en Diario Móvil en enero de este año, 2018, se anuncia
que “Un nuevo operativo antidrogas arrojó como resultado la captura de diferentes sustancias
prohibidas, en posesión de 4 diferentes reclusos”. En la misma nota se explica que “No hubo
ningún familiar de los internos sospechado ni tampoco involucrado. Todo el procedimiento fue
puertas adentro del Penal”, lo que indicaría tal vez una presunción de por qué no le interesa al
Servicio que haya una rehabilitación real (anexo 4).

Por todo esto, puntualmente hago saber que las condiciones de detención comentadas violan
los estándares mínimos que el Derecho Internacional impone en el marco del Artículo 75- Inciso
22 de la Constitución Nacional.

III. FUNDAMENTOS El presente es dirigido a V.S. a fin de que de conformidad con lo dispuesto
por el Art. 474 del Código Procesal Penal, donde se lee: “El recurso de inconstitucionalidad
podrá ser interpuesto contra las sentencias definitivas o autos mencionados en el artículo 457 si
se hubiere cuestionado la constitucionalidad de una ley, ordenanza, decreto o reglamento que
estatuya sobre materia regida por la Constitución, y la sentencia o el auto fuere contrario a las
pretensiones del recurrente”. Esto se debe a que, con claridad, todo lo anterior mencionado
viola el Artículo 18 de la Constitución Nacional y todo lo estipulado en la Ley 24.660 sobre
Ejecución de la Pena Privativa de la Libertad. Y, acorde a la ley, las personas con delitos tienen
que tener un tratamiento y eso no se hace. Los internos del penal de Chimbas no son
responsables de que no les hayan dado el tratamiento que la ley prevé. Y si la ley no está
siendo aplicada, la detención de todos ellos es ilegal, pues están siendo detenidos sin respetar
las leyes aprobadas y están detenidos en condiciones que afectan su integridad física y mental,
y violando sus derechos. Solicito se hagan efectivas las garantías reconocidas en los arts.18,
43 y 75 inc.2 de la Constitución Nacional; arts. 15, 19 y 31 de la Constitución de la Provincia de
San Juan (sobre todo este último, donde se lee que: arts. 10.1 y 2 del Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos; arts.1, 5, 11 y 25 de la Convención Americana sobre Derechos
Humanos y arts.1, 12 y 13 de la Convención contra la tortura y otros tratos o penas crueles y
degradantes. La presente acción se apoya en la violación por parte del Estado Provincial de
los estándares mínimos que prevé el Derecho Internacional de los Derechos Humanos, a partir
del cual la situación expuesta agrava las condiciones de detención en el marco de un encierro,
lo cual justifica el presente. Asimismo, la Corte Suprema de Justicia de la Nación (CSJN)
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declaró en in re “Verbitsky”, V856.XXXVIII, “que las Reglas Mínimas para el Tratamiento de
Reclusos de Naciones Unidas, recogidas por la ley 24.660, configuran las pautas
fundamentales a las que debe adecuarse toda detención”. Es flagrante la violación a la regla
XXII de los Principios y Buenas Prácticas sobre la Protección de las Personas Privadas de
Libertad de las Américas de la CIDH El contenido del deber es sencillo y en la tarea de
establecer un patrón mínimo debe considerarse la utilización plural de los servicios sanitarios y
las necesidades habituales de una persona adulta. La desobediencia –como ocurre en este
caso- de cualquiera de las pautas mínimas que reglamentan el alojamiento conforma una
presunción muy firme acerca de la ilegitimidad del encierro. Parece una obviedad hablar de
afectación a la dignidad aquí donde la degradación es parte de la lógica del encierro. En ese
marco habría que coincidir en que: “La privación de libertad plasmada en un sistema de
encierro carcelario implica mucho más que la prohibición de circular. El precio que hay que
pagar por el delito cometido es un quantum de tiempo de la propia vida, tiempo del que se
apropia el Estado” (Citando a Foucault: Nari, Fraguas, Fabre y otras en: “Me queda la palabra”,
Voces de Mujeres encarceladas, pág. 25 Edit Catálogos). Así, es deber del Estado garantizar el
cumplimiento de los principios 1, 3, 5, 6 , 19 y 20 del Conjunto de principios para la protección
de todas las personas sometidas a cualquier forma de detención o prisión, adoptados por la
Asamblea General de la Naciones Unidas en su resolución 43/173 del 9 de diciembre de 1988.

IV. En principio la premisa no puede ser otra que la dignidad del hombre, y más aún el privado de
su libertad. No solo la prohibición absoluta de torturas, sino el deber de trato humano y
respetuoso de su condición de detenidos. Lo contrario implica un agravamiento de las
condiciones de detención debidas por el Estado, y ante ello es procedente la impetración de la
garantía constitucional de Habeas Corpus. El absoluto incumplimiento de las “Reglas Mínimas
para el Tratamiento de los reclusos” (resolución 663 Consejo Económico y Social de la
Organización de Naciones Unidas del 31 de julio de 1957) para con los detenidos se agrava en
caso de tratarse de procesados, y supone por lo menos un compromiso del Estado frente a la
violación de los derechos fundamentales. El fin de asegurar la prosecución del proceso no
puede ser suficiente para tolerar en el Estado tan grave violación a los derechos humanos, que
convierten en ilegitima la detención. Es flagrante la violación a la regla XXII de los Principios y
Buenas Prácticas sobre la Protección de las Personas Privadas de Libertad de las Américas
(CIDH), que puntualmente establece: “Se prohibirá, por disposición de la ley, las medidas o
sanciones de aislamiento en celdas de castigo…En todo caso, las ordenes de aislamiento
serán autorizadas por autoridad competente y estarán sujetas al control judicial, ya que su
prolongación y aplicación inadecuada e innecesaria constituirá actos de tortura, o tratos o
penas crueles, inhumanos o degradantes”. El artículo 60 de la ley 24.660 también establece
que “... Los establecimientos deberán disponer de suficientes y adecuadas instalaciones
sanitarias y proveerán al interno de elementos indispensables para su higiene” y todas las
regulaciones antes referidas contienen prescripciones similares. El contenido del deber es
sencillo y en la tarea de establecer un patrón mínimo debe considerarse la utilización plural de
los servicios sanitarios y las necesidades habituales de una persona adulta. Según las “Reglas
Mínimas”: “Regla 13. Las instalaciones de baño y de ducha deberán ser adecuadas para que
cada recluso pueda y sea requerido a tomar un baño o ducha a una temperatura adaptada al
clima y con la frecuencia que lo requiera la higiene general según la estación y la región
geográfica, pero por lo menos una vez por semana en clima templado”. Regla 15: “Los
reclusos dispondrán de agua y de los artículos de aseo indispensables para su salud y
limpieza…”. Regla 25: “El médico estará de velar por la salud física y mental de los reclusos.
Deberá visitar diariamente a todos los reclusos enfermos, a todos los que se quejen de estar
enfermos y a todos aquellos sobre los cuales se llame su atención. El médico presentará un
informe al director cada vez que estime que la salud física o mental de un recluso haya sido o
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pueda ser afectada por la prolongación, o por una modalidad cualquiera de la reclusión”. Regla
26: “1) El médico hará inspecciones regulares y asesorará al director respecto a: a) La cantidad,
calidad, preparación y distribución de los alimentos; b) La higiene y el aseo de los
establecimientos y de los reclusos; c) Las condiciones sanitarias, la calefacción, el alumbrado y
la ventilación del establecimiento; d) La calidad y el aseo de las ropas y de la cama de los
reclusos; e) La observancia de las reglas relativas a la educación física y deportiva cuando ésta
sea organizada por un personal no especializado. 2) El Director deberá tener en cuenta los
informes y consejos del médico según se dispone en las reglas 25 (2) y 26, y, en caso de
conformidad, tomar inmediatamente las medidas necesarias para que se sigan dichas
recomendaciones. Cuando no esté conforme o la materia no sea de su competencia, trasmitirá
inmediatamente a la autoridad superior el informe médico y sus propias observaciones”. Es un
imperativo legal del Estado y del Gobierno Provincial garantizar el cumplimiento de los
principios reconocidos en los arts.18, 43 y 75 inc.2 de la Constitución Nacional; arts. 15, 19 y 31
de la Constitución de la Provincia de San; arts. 10.1 y 2 del Pacto Internacional de Derechos
Civiles y Políticos; arts.1, 5, 11 y 25 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos y
arts.1, 12 y 13 de la Convención contra la tortura y otros tratos o penas crueles y degradantes.
Las Reglas 1, 5, 11 y 25 de la Convención Americana de Derechos Humanos; 1, 12 y 13 de la
Convención contra la Tortura y otros tratos o penas crueles y degradantes; 92 de las Reglas
Mínimas para el tratamiento de los reclusos; todas estas normas legales vigentes y operativas,
algunas de jerarquía constitucional.

IV. RESOLUCION: Solicito a V.S que asuma su competencia respecto de la situación planteada
teniendo en cuenta la territorialidad y la urgencia, reparando la situación descrita y
determinando un mecanismo que evite la reiteración de estos problemas en el futuro. Para
ello, solicito la VISITA AL LUGAR por parte del Tribunal para entrevistar a los internos de
manera directa. Solicito que dicha visita vaya acompañada de un colectivo multidisciplinar y
pluriparditista, así como de las autoridades provinciales responsables para que, más allá de su
responsabilidad por el rol que ocupan, procedan a hacer cesar las violaciones a los derechos y
ordenar las medidas necesarias para evitar su repetición. Verificada en este caso la violación
de las reglas mínimas que se deben respetar para garantizar los derechos de las personas y los
establecimientos de detención, le corresponde a V.S. hacer cesar la situación de afectación a la
integridad física y prevenir su reiteración futura. Ello no sólo se desprende de la nuda letra del
art. 18 de la Constitución Nacional, que responsabiliza a los jueces que homologuen medidas
que mortifiquen a las personas privadas de su libertad. No es desconocida la mala práctica
penitenciaria por la cual después de una visita o una acción de habeas corpus se realizan
traslados masivos y a zonas lejanas afectando a los detenidos, razón por la cual mantengo en
anonimato las fuentes consultadas para la obtención de los datos aportados en este escrito.
También solicito que se termine con las condiciones de hermetismo y aislamiento del penal
respecto a otros estamentos y organismos del Estado, ONG, e incluso los medios. En
definitiva, de lo que se trata es de garantizar la protección de derechos mediante la
implementación de remedios que resulten efectivos.

V.PRUEBA Como figura expuesto con anterioridad, el hermetismo del Servicio Penitenciario,
su condición de ente gubernamental intocable que pareciera funcionar con leyes propias o
ajeno a las mismas, así como el riesgo en que puedo poner a quienes se prestaron a narrar lo
que vivieron o viven en el penal los internos, me hace difícil citar los nombres de quienes
colaboraron. De la misma manera, resulta imposible presentar testimonios gráficos (fotografías
o vídeos), aunque sería hipócrita negarlos. Sí adjunto notas periodísticas en las que se ven
algunos aspectos de lo que menciono en mi escrito.

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Como colofón, puedo adjuntar un escrito enviado por un reo a raíz de la huelga de hambre que
se inició el 24 de Junio de 2017 en el Penal:

“Ayer (25 de junio de 2017) los penitenciarios reprimieron a un pibe con 40 perdigonazos en la
espalda por manifestar que se declaraba en huelga por sus beneficios y demás regularidades
que se están viviendo. Ahora hay una huelga masiva en la cárcel y no queremos que nos
maten, como lo fusilaron al pibito Luna. Les dejo dicho a esta página que sí hay muerte en el
Penal. Ya todos estaban avisados porque acá no reprimen con balas anti tumulto, acá reprimen
con balas de fuego, que están prohibidas por la ley carcelaria y la Constitución Nacional" "Esta
penitenciaria de la provincia de San Juan se declara en huelga de hambre por los abusos
jurídicos e institucionales y derechos humanos. Cabe destacar que los claros abusos judiciales
han llegado a la vulnerabilidad de los derechos de las personas, convirtiendo así la cárcel en
una sala de tortura, tanto física como psíquica. A esto se le llama violación a los Derechos
Humanos porque no se respetan las leyes procesales penales, hay retenciones de expedientes,
hay internos moribundos, hay torturas por parte de los penitenciarios, hay negligencia, hay
arbitrariedad, hay privación ilegítima de la libertad, hay violación de la ley privativa de la
libertad, hay falta de medicación, médicos y profesionales de la salud, no cumplen con la
reinserción carcelaria ni social, no se respeta la prisión domiciliaria a un preso con
padecimiento de salud, a lo que su estado es deplorable y no puede estar detenido. Así
también las mujeres, las cuales sufren los mismos abusos que los varones. El día de ayer un
pibe de nombre, Fernando Heredia Medina del pabellón Nº3, fue reprimido con 40
perdigonazos en la espalda por ponerse en huelga reclamando su beneficio que es por ley, ya
que se encuentra en tiempo y forma de ley, para gozar de dicho beneficio. Es un claro abuso lo
que está haciendo el Servicio Penitenciario Provincial con los presos, y en el marco de hoy se
encuentra toda la cárcel de huelga, por todos los motivos antes expuestos. ¿Qué está
esperando la justicia y los derechos humanos? ¿Que terminen todos los presos fusilados por
los penitenciarios, como si estuviéramos viviendo una dictadura? Respetemos la democracia y
las leyes vigentes constitucionales. Pedimos por todo ello que se nos ponga una medida de
resguardo físico, porque la policía va a querer reprimir y lo hacen de una manera genocida”.

Como comenté más arriba, dicho suceso está comprobado y siendo investigado en estos
momentos, lo que implica la veracidad de la información compartida por el interno.
B. Informativa: a) Se requiera al Servicio Penitenciario copias certificadas del libro de visitas
de las recorridas realizadas por los funcionarios judiciales durante este año y, partir de ello, se
solicite a los funcionarios que sirvan acompañar las actuaciones que se hubieran producido. b)
Se solicite a las autoridades penitenciarias en el Informe de este proceso que marca la ley que
se expidan sobre la capacidad y legalidad de los pabellones y de la unidad en su conjunto
para alojar detenidos en el marco de los estándares constitucionales.

VI. PETITORIO Todo lo expuesto me ha hecho comprender que, o bien en la provincia no hay
un interés real en la reinserción ni en las condiciones de detención, o no se están articulando
bien las diferentes acciones. Por ello solicito de VS: a) Tenga por presentada la acción de
habeas corpus correctivo por agravamiento de las condiciones de detención, a favor de los
detenidos alojados en el Servicio Penitenciario de Chimbas. b) Ordene la designación de una
audiencia, que se cite a las autoridades responsables del Servicio Penitenciario y elabore un
mecanismo de prevención que evite la repetición de los hechos. c) En nombre del Estado
Provincial, garantice la integridad física de los detenidos. d) Que cesen las condiciones
inhumanas, crueles y degradantes de las personas sometidas a prisión preventiva, se busquen
alternativas a la prisión preventiva, y se ordene al Poder Ejecutivo la entrega de recursos
económicos para la reparación y construcción de los establecimientos para aportar higiene y
6
seguridad. e) Intimar a la Legislatura para que permita que la doctora Camus pueda realizar su
trabajo acorde a las competencias de su cargo establecidas en el Código Procesal Penal de la
Provincia de San Juan - LEY 7398, en la Constitución Provincial y en el Artículo 18 de la
Constitución Nacional. f) Que se ordene conformar una Mesa de Trabajo Institucional integrada
por la Corte, el Ejecutivo y la Legislatura para tratar una serie de medidas para mejorar las
condiciones de alojamiento de los presos en las unidades carcelarias de la provincia. De la
misma manera, propongo el armado de un Consejo Provincial de Políticas Penitenciarías con el
objetivo de trabajar en red interdisciplinar y pluripartidista con los diferentes organismos que
tratan dicha temática. g) Por último, la creación de un Programa provincial de prevención de la
violencia en cárceles y un Programa Provincial de Mediación en Contexto de Encierro.

REGÍSTRESE. NOTÍFIQUESE.

FIRMADO: LIC. MARCIA ÁLVAREZ VEGA.

Proveer de conformidad.

SERÁ JUSTICIA.

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