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Investigación cualitativa

El trabajo de
campo y la
etnografía
Maestra: Lucía Sánchez Triana

Carlos Daniel Campos Zambrano | Grupo 2 | Aula N


21-2-2019
Trabajo de campo y la etnografía

En el ámbito de la antropología social la referencia al “método” tiene generalmente


distintos significados, en algunos casos se les tipifica como la observación
participante de forma casi definitoria y se les atribuye como único objeto de estudio
las ciencias sociales; por otro lado, se toma al método como acciones de
investigación tan concretas como las guías de campo, el método etnogenealógico
de Rive, los cuestionarios, los estudios de caso, la elaboración de redes sociales.
Pero existen dos máximas referencias para el método: el comparativo y el trabajo
de campo.

La metodología es la estructura de procedimientos y reglas transformacionales por


las que el científico extrae información y la moviliza a distintos niveles de abstracción
con objeto de producir y organizar conocimiento acumulado (Pelto y Pelto, 1978).

El método debe ser algo más que la mera aprehensión de datos, pero es igualmente
cierto que las técnicas de observación o cualesquiera otras empleadas en la
obtención de datos, incluyendo el registro de documentos, implica el planteamiento
de teóricos previos.

El termino etnografía hace referencia al proceso metodológico de a antropología


social, luego extendido al ámbito de las de las ciencias sociales. El trabajo de campo
no agota la etnografía, pero constituye la frase primordial de tal investigación.

Por otro lado, el trabajo de campo en las ciencias sociales suele designar el periodo
y el modo de la investigación dedicado a la recopilación y registro de los datos de la
investigación. El trabajo de campo es una situación metodológica y también en sí
mismo un proceso, una secuencia de acciones, de comportamientos y
acontecimientos, no controlados por el investigador en su mayoría. El trabajo0 de
campo es el único medio para la observación participante, pues no es posible llevara
a cabo una investigación desde un sillón de estudio.

Los argonautas: experiencias compartida con los nativos y se expone como


experiencia vicaria al lector, quien, además, es incitado a ella.
El investigador en el campo: la instrumentalización de las relaciones sociales.

El trabajo de campo deja cierto lazo, ejerce una presión en el investigador y en algún
sentido lo transforma por la implicación personal, esta supone a veces asumir
riegos, sufrir enfermedades, etc., encierra sus estados de ánimo, sentimientos,
experiencias de autocontrol, brotes de desánimo, desorientación, etc. Todo esto en
el método implica a la persona, las relaciones sociales establecidas a través de esta
situación metodológica implican a la persona como una obligación de humanidad
que contrarresta cualquier exigencia. Este método es un ejercicio de papeles
múltiples. Asume que el hombre es el mejor instrumento para estudiar los grupos
humanos. Griaule menciona que no es posible instrumentalizar las relaciones
sociales sin involucrase en ellas, tal situación se configura como una tensión de
proximidad y distancia, de empatía y extrañamiento, que se mueve de la
observación a la participación, etc., en tal tensión se encuentra la observación
participante.

El trabajo de campo es la experiencia constitutiva de la antropología, porque


distingue a la disciplina. Cualifica a sus investigadores y crea el cuerpo primario de
sus datos empíricos (Stocking 1993, 43).

La observación participante, exige la presencia en la escena del observador, pero


de un modo en que no intervenga en el desarrollo, esta connota por un lado
relaciones igualitarias, en las que la información se intercambia a modo de
comentario a los acontecimientos que se viven simultáneamente.

La aprehensión de totalidad es la que anima al trabajo de campo, recibe nombres


genéricos, globalizadores: el contexto, la historia, la sociedad, la cultura. Ésta exige
la contextualización incluso cuando la investigación se dirige hacia algún tema en
específico o algún problema en concreto. La aprehensión de totalidad implica que
las técnicas empleadas deben ser tan flexibles como para acomodarse a la
heterogénea de la naturaleza de las situaciones de trabajo y a la no menos
heterogénea naturaleza de los datos.
En su mayoría, el trabajo de campo es un ejercicio de observación y de entrevista,
ambas técnicas comparten el supuesto de hacer accesible la práctica totalidad de
los hechos.

La observación y la entrevista son dos modos básicos de obtener información o


bien, de producirla. Siendo el trabajo de campo una interacción social, cada uno de
estos métodos muestra el aparente predominio de los dos intervinientes en la
interacción: los objetos de estudio por un lado y el investigador por el otro. En la
observación, la información es obtenida desde la sensibilidad y percepción del
investigador, mientras que la información de la entrevista es obtenida desde la
abundancia y conocimientos de los informantes.

La observación proporciona el contraste de la realidad a lo que a veces


imaginativamente se comunica en la entrevista, por su parte la entrevista
proporciona sentido a la acción a veces incomprensible que se obtienen por la
observación. Como antes mencionado, estos dos métodos se complementan y
corrigen para lograr el trabajo de campo. Ambas técnicas hablan especialmente de
los tipos básicos de producción de información en el trabajo de campo:

1- La observación y la observación participante proporcionan descripciones, es


decir, discurso propio, del investigador.

2- La entrevista, tejida sobre el dialogo, proporciona discurso ajeno de los


sujetos de estudio.

El investigador no es un mero recopilados, un mero coleccionista, sino que


proporciona una buena información elaborada. Sin embargo, los dos tipos básicos
de información producida mediante la observación y la entrevista podrían ser
suficientes y, en todo caso deberían de ser indispensables. Estos corresponden a
la categoría “Etic y emic”. La información obtenida de ambos es el resultado de una
interacción entre ambos tipos de discurso (emic y etic). La pretensión de aprehender
la totalidad induce la idea de que el investigador debe ejercer la observación en
condiciones de ubicuidad, de omnipresencia.
No es posible delimitar con precisión cuando un trabajo de campo está terminado,
el final no puede ser por agotamiento de la fuente o fuentes de información, pero si
por la limitación de la financiación, vida personal o académica de los investigadores
y en otros de los casos a la evaluación del cumplimiento de un plan de trabajo, todo
con una actitud teórica y critica.

La situación ideal [es] aplicar tanto una aproximación cualitativa como el estudio
cuantitativo pero […] la experiencia muestra que el estudio intensivo proporciona
comprensión, el extensivo, no (Herskovits, 1954).

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