Vous êtes sur la page 1sur 13

UNIVERSIDAD CATÓLICA LOS ÁNGELES DE CHIMBOTE

FACULTAD CIENCIAS DE LA SALUD

ESCUELA PROFESIONAL DE ODONTOLOGÍA

REGISTROS INTERMAXILARES

CURSO: PROTESIS PARCIAL REMOVIBLE

SEXTO CICLO

AUTOR
CASTRO SILVA RENZO

HORNA PANTA MARTIN

LEON MANRIQUE MARIA

MUJICA IBAÑEZ JOSE

Manrique Moreno Andre

RONDAN YANAC ISABEL

SALAZAR POMA ROMEL

SANCHEZ URCIA CARLOS

VASQUEZ HUANCA JORDAN

VELIZ FLOREZ JOSE


INTRODUCCION
El nombre “anestesia” se deriva del vocablo griego a aisthesis (a aisthesis), que
implica la privación total o parcial de la sensibilidad producida por causas
patológicas o provocada con finalidad médica. El filósofo griego Dioscórides
usó por primera vez el término anestesia en el siglo I d.C., para describir los
efectos similares a los de los narcóticos de la planta mandrágora. 1
El término apareció subsecuentemente en An Universal Etymological English
Dictionary, de Bailey (1721), como “un defecto de sensación”, y nuevamente
en la Enciclopedia Británica (1771) como “privación de los sentidos”. El uso
actual de la palabra para denotar un estado similar al del sueño, que hace
posible la práctica de cirugía indolora, se le atribuye a Oliver Wendell Holmes,
en 1846. 1
Los efectos inconstantes del opio podían producir efectos secundarios, con
una presentación farmacológica muy diferente según su origen. Serturner,
farmacéutico de Westphalia se dio cuenta de que todos estos productos tenían
un fondo común. Al tratar el opio con amoniaco observó unos cristales
blancos, que purificó con ácido sulfúrico y alcohol, y descubrió que los residuos
producían sueño en los animales y los denominó morfium en honor al dios del
sueño Morfeo. Al igual que Davy, probó la morfina durante una afección dental
y apreció una considerable disminución del dolor. Serturner abrió un nuevo
campo a la investigación: el de los principios activos de las plantas. Así, en poco
tiempo se desentrañaron los misterios del beleño, de la mandrágora y de la
belladona, y dejaron de ser hierbas diabólicas 169 Anestesia general.1

TECNICAS ANESTESICAS
Los profesionales de la salud que con más frecuencia utilizan anestésicos locales son los
odontólogos. Por esta razón, vale la pena recordar y tener presente todos los aspectos
anatómicos, farmacológicos y las técnicas de anestesia local en odontología. El presente
artículo tiene como objeto describir las vías de dolor, la conducción nerviosa y los aspectos
farmacológicos del bloqueo de la conducción. Aunque la técnica para la aplicación del
anestésico es muy importante conocerla y utilizarla correctamente, este aspecto no se
abordará, pues se considera que por su longitud y profundidad daría lugar a otro artículo
sobre la materia. Sin embargo, es importante recalcar que, a pesar de tener una muy buena
habilidad para la técnica, el clínico no debe olvidar y mucho menos minimizar las bases
teóricas de lo que se va a revisar a continuación. Además, el odontólogo deberá realizar una
buena historia clínica para conocer el estado general del paciente en quien se va a utilizar
el anestésico local, los medicamentos que pudiera estar tomando y
las interacciones medicamentosas.4
Los anestésicos locales son fármacos que bloquean la conducción
nerviosa. Cuando se ponen en contacto con un tronco nervioso
pueden causar parálisis sensitiva y motora en el área inervada, y
cuando se inyectan en la piel impiden la generación y transmisión de
los impulsos sensitivos. Todo ello ocurre de una manera reversible,
con preservación de la estructura y función de los nervios y la piel.
Debido a estas características la anestesia local se utiliza cada vez
con más frecuencia, sobre todo en la cirugía ambulatoria, en la que
se necesita la aplicación de técnicas anestésicas que faciliten la
recuperación y la deambulación temprana del paciente.4
El sitio al que llegan las fibras nerviosas sensoriales del trigémino
está situado en el tallo cerebral y se extiende desde el puente hasta
el segmento superior de la médula, siendo el subnúcleo caudal el lugar donde finalizan las
fibras mielínicas y amielínicas. Estas fibras aferentes son las encargadas de transmitir el
impulso nervioso desde los distintos receptores que responden a estímulos nocivos
(nocirreceptores) hasta el propio sistema nervioso central (SNC). 4
Los nocirreceptores se encuentran diseminados en toda la anatomía del cuerpo humano y
a través de las fibras nerviosas llevan el impulso que genera sensaciones dolorosas en el
SNC. Sin embargo, la reacción dolorosa puede verse influida emocionalmente por factores
culturales, ansiedad, experiencias previas, entre otras.5
Es importante estar familiarizado con la anatomía del nervio trigémino o V par craneal y
sus tres ramas (cuya gran mayoría de fibras nerviosas son sensoriales: división oftálmica y
maxilar y gran parte de la mandibular, que es mixta), porque hacia este nervio se dirige la
aplicación del agente anestésico para bloquear la sensación dolorosa.5
Para el odontólogo, enfrentarse al dolor mandibular de un paciente requiere formación y
temple. Controlar las técnicas para anestesia infiltrativa y troncular en odontologia es
fundamental para lograr una cirugía sin dolor.

El avance en la técnicas y
prácticas odontológicas se ha
acrecentado en los últimos
tiempos, buscando una mejor
praxis y una disminución del dolor
causado al paciente.
Fruto de ese desarrollo se han
especializado campos, han
aparecido revistas especializadas
de ámbito internacional,
como Dental Tribune. También,
se han desarrollado cursos
de implantes dentales, de anestesia o sobre odontología forense, que mejoran la
formación de los dentistas.3

La carrera por evitar el malestar, al manipular médicamente en la boca, se remonta casi al


500 a. C. cuando Hipócrates usaba esponjas empapadas en líquido de opio para mitigar el
sufrimiento de sus pacientes.
Pero no será, realmente, hasta finales del siglo XIX cuando encontremos una verdadera
anestesia y las primeras técnicas para evitar el dolor.3

ANESTESIA TRONCULAR
Origen
La técnica troncular nacía de la mano del dentista estadounidense Williams H. Halsted,
quien aplicaría una solución obtenida de la cocaína, inyectándola directamente en la zona
afectada.3
Con el tiempo, la técnica se ha desarrollado y la solución anestésica ha variado a fórmulas
químicas menos dañinas para el hombre. Pero, en la práctica, se mantienen las
especificaciones originarias de Halsted.5

De John H. Stocksdale – http://ihm.nlm.nih.gov/images/B14034, Dominio público, Enlace


La solución anestésica se ubica justo detrás de la língula. Se penetra en el orificio superior
del conducto dentario de la mandíbula, donde se encuentra el nervio dentario inferior.
Para llegar hasta él, el método más seguro es la toncular (a no confundir con la expuesto
por Finochietto).
La técnica troncular a nivel de la espina de Spix se llama técnica troncular clásica.
Apunta a la intersección de dos líneas imaginarias dentro de la boca del paciente:
 La primera sería una vertical lanzada desde de la escotadura sigmoidea, partiendo de su
punto medio, hasta el borde del maxilar.
 Una segunda uniendo los bordes de la rama.
El orificio en el que depositar la solución anestésica estaría situado un centímetro por
encima del punto obtenido.

Hay que tener en cuenta que, en el caso


del nervio dentario inferior, pasa entre
el músculo pterigoideo medial y la cara
interna de la rama ascendente de la
mandíbula.
Por lo que, para llegar hasta el nervio
desde la cavidad bucal, hay que
atravesar, -deslizándose entre el
pterigoideo medial y la cara interna-, el
tejido celular laxo, la mucosa bucal y el
músculo buccinador.

Con esta técnica se logra insensibilizar


el:
1. Nervio alveolar o dentario inferior que afecta a la encía.
2. Hueso mandibular, su periostio.
3. Los dientes en cada hemiarcada.
4. La mitad de la lengua.
5. El mentón.
6. La piel de labio
Aunque debe tenerse en cuenta que una parte de la encía y la zona entre el primer y el
tercer molar inferior no se verán afectados. Por ello, para evitar el dolor, aunque no siempre
es así, unos recomiendan aplicar anestésicos independientes a esas piezas dentales.
Anestesia con óxido de nitrógeno
La técnica de Horace Wells, dentista estadounidense, fue por primera vez utilizado en el
siglo XIX. Su anestesia en el ámbito de la odontología, fue con óxido de nitrógeno.
A pesar de la triste historia que pasó Wells, demostró el poder analsegico del óxido de
nitógeno para la anestesia.

GOW-GATES

En 1973 el doctor George Gow-Gates divulgó las excelentes ventajas de la técnica en el


bloqueo completo como alternativa cuando la anestesia troncular mandibular no daba los
resultados esperados.
Rápidamente se extendió entre los dentistas de todo el mundo con el nombre de técnica
de Gow-Gates. La técnica se basaba en anestesiar, con una sola punción, todas las ramas
del nervio mandibular.
Para llevarla a cabo, el paciente debe abrir su boca en el máximo de apertura posible y estar
colocado con en posición supina y con la cabeza extendida hacia atrás.
La jeringuilla debe alinearse en el plano que une la escotadura del tragus y la comisura labial.
La aguja se interna hasta encontrar el hueso, después de haber atravesado el músculo
buccinador. Será entonces cuando se inyecte el anestésico.

TECNICA GOW-GATES (fuente: http://csd23.blogspot.com.es/2009/04/technique-


danesthesie-du-bloc_11.html)

Esta técnica es especialmente aconsejable para


pacientes en los que el bloqueo troncular
tradicional no haya dado buenos resultados.
Pero, también, para procedimientos extensos
en los que sea necesario el bloqueo de varias
ramas nerviosas. Y es totalmente
desaconsejable en caso de que el paciente sufra
impedimentos para abrir la boca en su máxima
extensión.

VAZIRANI-AKINOSI
Es conocida como bloqueo mandibular de boca
cerrada y en ella se anestesian los nervios:
 Bucal.
 Alveolar.
 Mielohioideo inferio.
 Lingual.
Es especialmente útil en pacientes que sufren trismus ya que se puede realizar mientras la
mandíbula está en la posición de reposo fisiológico.

Utilizaremos una aguja larga, con un calibre 25, insertándola paralelamente al plano oclusal
maxilar, a la altura del vestíbulo bucal maxilar.
El filo debe estar orientado lejos del hueso de la rama mandibular para evitar un desvío
hacia allí. La inyección de Vazirani-Akinosi debe realizarse a ciegas, ya que no se encuentra
un punto final óseo.

TÉCNICAS INFILTRATIVAS
Este segundo método anestésico permite el bloqueo de los nervios sensoriales en una zona
específica. Lo hace mediante la introducción de la solución anestésica a través del hueso.
Al ser el maxilar superior más poroso, será esta la zona donde resulte más eficaz, siendo
más complejo (y desaconsejable) su uso en la mandíbula ya que esta es más compacta.
Es utilizada principalmente en operaciones y tratamientos de corta duración.
Aunque no se recomienda en casos de infección ni si se detectan inflamaciones. Eso debido
a que el anestésico podría perder su valor y no producir el adormecimiento deseado en la
zona a tratar.

OTRAS CONSIDERACIONES SOBRE LA ANESTESIA


Aunque centrándonos en las técnicas, no se haya producido un amplio desarrollo de las
mismas desde 1977 (cuando se dio a conocer la Vazirani-Akinosi), sí se ha producido una
rápida innovación en las herramientas utilizadas por los odontólogos para mitigar el dolor.
Sin adentrarnos en la propia solución anestésica, encontraremos novedades que ayudarán
a detener el sufrimiento de los pacientes.

Entre ellos, podemos destacar la Tomografía computarizada de haz cónico, que permite
reproducir imágenes a partir de cortes transversales, horizontales y verticales, para una
reconstrucción real en 3D de la anatomía del paciente. Esto facilita una información precisa
para diagnóstico y tratamiento. Al mostrar la anatomía interna, permite al odontólogo
mejorar el diagnóstico y descubrir posibles inconvenientes a la hora de realizar su
intervención. El paciente se ahorra, así, un sufrimiento innecesario previo a la propia cirugía
dental.

Por otro lado, todas las técnicas de las que hemos hablado suponen la introducción de la
solución anestésica mediante el pinchado de la misma en la zona a tratar.
Aun mínimo, este pinchazo supone dolor para el paciente, que muchas veces ante la simple
visión de la aguja,
ya aumenta su
temor.
El dolor
provocado viene
derivado de la
presión realizada
por la inyección
del propio
anestésico.
A mayor
velocidad, mayor
presión y, por
tanto, mayor
dolor.
Pero ya se pueden encontrar en el mercado aparatos que permiten inyectar la anestesia
controlando la velocidad de flujo mediante programas informáticos.

Saber cómo bien anestesiar se enseña en una formación


Como ya hemos visto, el uso de una técnica u otra está condicionada a la propia salud del
paciente.
Pero no debemos olvidar que cualquier daño o dolor sufrido durante la intervención, muy
probablemente será achacada al odontólogo. Claro sin importar las condiciones previas
(enfermedades, inflamaciones, infecciones) que motiven dicho sufrimiento.

Pero eso no evita que, en la


mayor parte de los casos, los
problemas producidos por una
mala anestesia hayan
ocurrido por no haber realizado
correctamente las técnicas o por
haber depositado la solución
anestésica en un lugar
incorrecto.
Lo que puede provocar leves y
transitorias parálisis faciales,
pero sobre todo, molestias en el
paciente.

La importancia de la formación en el campo odontológico se hace aún más patente debido


al continuado avance y desarrollo de nuevas técnicas y herramientas.
Dentro de las diversas ramas de la odontología, la anestésica se antoja fundamental al
contribuir a mitigar el dolor del paciente y mejorar así la visión que existe en la sociedad
sobre el trabajo odontológico.

Debido al alto número de enfermedades dentales que se padecen en España, la figura


del dentista cobra vital importancia para mantener la salud de los pacientes.
Pero, además, por ese alto número de enfermedades padecidas, los estudios de
periodoncia se convierten en un complemento necesario para la anestesia dental.

Permiten el bloqueo de los nervios sensoriales en una zona específi ca, lo hacen por difusión
de la solución anestésica a través del hueso, ésta va a depender de su capacidad de
absorción, siendo más efi caz en el maxilar superior donde es más poroso que en la
mandíbula que es compacto. El único sector de la mandíbula donde se utilizan es el anterior
por ser el que mayor trabeculado tiene en el maxilar inferior.
Estas técnicas se utilizan para anestesiar en procedimientos de corta duración y que no
impliquen la injuria del hueso y de otros tejidos. No se recomiendan en casos de infl
amación e infección, no se deben aplicar en zonas infl amadas o infectadas por que el pH
tisular es ácido y sólo 1% del anestésico se ioniza en forma de base libre o activa mientras
que 99% lo hace en forma catiónica o inactiva. La base libre es la responsable de que se
produzca el bloqueo de la conducción nerviosa.
Se pueden utilizar como técnica primaria de elección inicial y secundaria como
complemento de una técnica troncular.
Están indicadas en:

 Exodoncia de temporales anquilosados


 Colocación de la grapa para tela de caucho
 Operatoria dental
 Tallado de dientes únicos
 Cirugías menores de tejidos
Las técnicas infi ltrativas utilizadas en odontología son:

 Submucosa
 Supraperióstica
 Intraligamentaria
 Intraósea
 Intrapulpar.

TÉCNICA SUBMUCOSA
Esta técnica implica el depósito de la solución anestésica por debajo de la mucosa a la altura
de los ápices dentales, la aguja no debe tocar el hueso, con lo que se logra la anestesia de
la mucosa de la zona infi ltrada, del hueso y el periostio adyacente por difusión de la
solución. Con esta técnica no se logra obtener anestesia profunda en el hueso por lo que
los procedimientos que impliquen trabajar a expensas de éste pueden resultar molestos
para el paciente. En estos casos se recomienda utilizar una técnica supraperióstica o una
troncular dependiendo del criterio del profesional.
Reparos anatómicos
Fondo de surco
Diente a anestesiar
Aplicación de la técnica
Se sujeta el labio y la mejilla de la zona a anestesiar, entre los dedos pulgar e índice
estirándolos hacia fuera en forma tal que pueda distinguirse la línea mucogingival.

 Se coloca anestesia tópica en gel o spray (lidocaína, benzocaína 20%).


 Se realiza una punción en el fondo del surco vestibular del diente a anestesiar sin
tocar el hueso.
 El cuerpo de bomba y la aguja deben tener una angulación de 45º con respecto al
eje largo o axial del diente.
 Se depositan entre 0,2 y 0,5 ml de solución anestésica o un cuarto de carpule, previa
aspiración sanguínea.
 El depósito de la anestesia debe ser lento con el fi n de evitar al paciente la sensación
que genera la difusión de la solución anestésica en el tejido.
 Se retira la aguja siguiendo la angulación de acceso.
 Se espera entre 30 segundos y dos minutos dependiendo del tipo de solución
anestésica utilizadas.

Indicaciones
 Exodoncias de temporales anquilosados
 Colocación de la grapa para tela de caucho
 Operatoria dental
 Cirugías menores de tejidos blandos (frenillectomías, escisión de fi bromas)
 Remoción de espículas óseas o dentales.

Contraindicaciones
 Zonas infectadas o inflamadas.
 Toma de biopsias (por posibles alteraciones en el tejido a resecar)
 En zonas terminales (papilas interproximales).
 En pacientes hemofílicos.

Complicaciones
Hematomas: se producen por la punción inadvertida de un capilar sanguíneo, son muy
pequeños y localizados, y se tratan aplicando hielo en la zona durante las seis primera horas
a intervalos de 10 minutos, con el fi n de producir vasoconstricción local. En caso de dolor
se debe administrar un analgésico de acción leve como el acetaminofén tabletas (500 mg)
cada 6 horas por dos días.

Punción de estructuras vecinas: por ejemplo el piso de fosas nasales, en las técnicas
de incisivos maxilares. Se evita manteniendo la angulación de 45º que debe tener la aguja
y realizando la punción exactamente en el fondo de surco.

Técnica supraperióstica
La inyección supraperióstica se practica para proporcionar anestesia del plexo nervioso del
diente a tratar, del hueso alveolar adyacente y de la pulpa del mismo. En ella la solución
anestésica se debe difundir primero a través del periostio y del hueso cortical para alcanzar
el plexo nervioso alveolar superior y los nervios situados en el hueso esponjoso.

Aplicación de la técnica
Se sujeta el labio y la mejilla de la zona a anestesiar, entre los dedos pulgar e índice,
estirándolos hacia fuera en forma tal que pueda distinguirse la línea mucogingival.
Se coloca anestesia tópica en gel o spray (benzocaína 20% en gel). Se realiza una punción
en el fondo de surco vestibular del diente a anestesiar llevando la aguja en forma suave
contra el hueso sin penetrar el periostio, permitiendo que la solución anestésica se difunda
a lo largo de éste y el hueso alveolar. Esta es la diferencia en la colocación de esta técnica
con la submucosa. El cuerpo de bomba y la aguja deben tener una angulación de 45º con
respecto al eje largo o axial del diente. Se deposita entre 0,2 y 0,5 ml de solución anestésica
o un cuarto de cárpule, previa aspiración sanguínea. El depósito de la anestesia debe ser
lento con el fi n de evitar que sea molesto para el paciente. Se retira la aguja siguiendo la
angulación de acceso. Se espera entre 30 segundos y dos minutos según el tipo de solución
anestésica utilizada (fi guras 3-3 y 3-4). Indicaciones Exodoncias de temporales
anquilosados Remoción profunda de caries Pulpotomías Exodoncias simples y únicas de
dientes permanentes maxilares Tallado o preparación de prótesis fi ja en pilares vitales
Como técnica complementaria luego de aplicar una troncular. Contraindicaciones Zonas
infectadas o infl amadas Zonas con hueso enfermo (quistes, osteomielitis) Pacientes
Técnica intraligamentaria
La técnica intraligamentaria implica el depósito de la anestesia en el espacio del ligamento
periodontal, ha sustituido las inyecciones intraóseas debido a que son muy difíciles de
realizar; además, se requiere un equipo especializado para su colocación. En general, se
utiliza como una técnica secundaria y es útil en los casos de exodoncias como complemento
de una técnica troncular, antes de realizar la luxación del diente, ya que reduce la
propiocepción del ligamento periodontal evitando que el paciente perciba la sensación de
presión inherente a la luxación.

Reparos anatómicos
Surco gingival del diente a anestesiar
Espacios ínter proximales.
Aplicación de la técnica
Se sujeta el labio y la mejilla de la zona a
nica implica que se realice una presión fi rme y gradual sobre el émbolo, ya que el espacio
del ligamento periodontal es muy angosto y la solución anestésica debe penetrarlo por
presión. La presión que se genera en el interior del carpule, al aplicar la técnica, puede
resultar en la ruptura de éste, si es de vidrio, por lo que se requiere precaución al momento
de usarlos. Se depositan 0,2 ml de solución en cada cara del diente. Por ser una técnica
suplementaria, el tiempo de espera para conseguir el efecto deseado es de unos pocos
segundos. Indicaciones Como inyección primaria en el paciente que no puede anestesiarse
con las técnicas usuales.
Técnica intraósea
Dependiendo de la vía de acceso puede ser intradiploica o intraseptal, en la intradiploica se
aplica la solución anestésica en el hueso medular a través de una perforación que se realiza
en el, con la ayuda de aditamentos de los que disponemos en los equipos para técnica
intraósea. En la intraseptal la anestesia se aplica a expensas de la papila interproximal con
el fi n de difundir la anestesia directamente a través del hueso medular

CONCLUSIONES
 En el momento de utilizar los anestésicos locales se deben tener en cuenta sus
acciones farmacológicas, para que su aplicación sea segura y benéfica para el
paciente.
 La lidocaína es un anestésico relativamente seguro y es el más usado.
 La bupivacaína se puede conseguir en cárpulas y es más potente que la lidocaína; la
duración de su acción es más o menos de 6 horas, por lo que sus efectos analgésicos
postoperatorios pueden ser muy benéficos de acuerdo con el procedimiento que se
siga. Sin embargo, su margen de seguridad es menor que el de la lidocaína.

REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

1. Luna, Ortiz, Pastor, et al. El ABC de la anestesia, Editorial Alfil, S. A. de C. V., 2011.
ProQuest Ebook Central,
http://ebookcentral.proquest.com/lib/bibliocauladechsp/detail.action?docID=320
5003.

2. Clergue F, Auroy Y, Pequignot F, Jougla E, Lienhart A et al.: French survey of


anesthesia in 1996. Anesthesiology 1999;91(5):1509– 1520.
Luna, Ortiz, Pastor, et al. El ABC de la anestesia, Editorial Alfil, S. A. de C. V., 2011.
ProQuest Ebook Central,
http://ebookcentral.proquest.com/lib/bibliocauladechsp/detail.action?docID=320
5003.
3. León, Miguel Evelio. Anestésicos locales en odontología, Red Colombia Médica,
2006. ProQuest Ebook Central,
http://ebookcentral.proquest.com/lib/bibliocauladechsp/detail.action?docID=3166659.

4. León ME. Anestésicos locales en odontología. Bogotá: Red Colombia Médica; 2006.
5. Sicher H, Dubrui L. Anatomía dental. 6ª ed. México: Interamericana, 1978. Pp. 307-
322.

Vous aimerez peut-être aussi